Mente y cerebro, n.º 72

Anuncio
SINO P SIS
En el cerebro de un guardameta
Casi de manera instantánea, nuestros órganos de los sentidos informan al cerebro sobre un
evento. Sin embargo, la consciencia es más lenta, pues tardamos un cuarto de segundo en
ser conscientes de lo que pasa. Para poder reaccionar de manera rápida, nuestro cerebro se
prepara de forma insconsciente, como también sucede con el de los porteros de fútbol.
TEXTO: ANNA VON HOPFFGARTEN | GRÁFICOS: MARTIN MÜLLER
Lóbulo frontal
Tálamo
0 milisegundos: Concentración
El guardameta dirige su atención hacia
el jugador que se dispone a chutar. El
tálamo, alojado en el diencéfalo, contribuye a la concentración. El lóbulo
frontal se encarga de que los estímulos
irrelevantes y pensamientos distractores no ocupen la mente.
Putamen
Lóbulo parietal
Corteza premotora
70 milisegundos: Memoria motora
250 milisegundos: Plan de reacción
El guardameta todavía no percibe de
manera consciente el balón que surca
los aires, aunque su cerebro ya planea de
manera inconsciente la reacción con la
que deberá afrontar la situación. Para ello
se basa sobre todo en la información visual de los movimientos del contrincante.
Estos datos activan el lóbulo parietal, el
cual, a su vez, pone en marcha la memoria procedimental. Se trata de recuerdos
de movimientos aprendidos que se hallan
almacenados, cual programas automáticos, en el putamen, una región cerebral
que se aloja en los ganglios basales.
El cerebro del portero idea un plan de
reacción con ayuda de las informaciones
acumuladas hasta ese momento. Son los
conocimientos (todavía inconscientes)
sobre la velocidad y la dirección de vuelo
del balón. El plan se almacena en la corteza premotora.
250
ms
70
MARTIN MÜLLER
ms
42
0
ms
MENTE Y CEREBRO XX
72 - 2013
2015
Corteza motora
Cerebelo
Cerebelo
Médula espinal
500 milisegundos: Acción consciente
A veces, la trayectoria de la pelota no
se corresponde con el cálculo previo
inconsciente que ha hecho el cerebro.
El guardameta puede corregir el plan
de movimien­to, pero para ello requiere
tiempo. Con frecuencia, no llega a tiempo para detener el balón.
355 milisegundos:
Instrucciones de movimiento
La corteza premotora envía el plan
de movimiento a la corteza motora.
Esta transmite, a través de la médula espinal, las instrucciones de movimiento a los músculos. En general,
se activan todos los músculos del
cuerpo del portero para defenderse
ante la amenaza de gol del contrincante. El cerebelo controla la secuencia en la que deberán moverse cada
una de las extremidades.
500
ms
355
ms
285
ms
285 milisegundos:
Percepción consciente
El guardameta percibe el balón
de manera consciente; sin ­embargo,
previamente ya había calculado­
más o menos su posición de
­manera inconsciente.
(The brain book. Rita Carter. Dorling Kindersley Limited, Londres, 2009)
MENTE Y CEREBRO 72
XX - 2015
2013
43
Descargar