Responsabilidad Internacional del Estado

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VI.- LA APLIACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL
LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
IDEAS GENERALES
Los comportamientos de los sujetos del D.I.
pueden ser valorados desde el punto de vista de su
conformidad
o
contrariedad
con
dicho
ordenamiento jurídico: en este último caso de habla
comúnmente de hechos ilícitos, generadores de
ciertas consecuencias jurídicas negativas para el
propio sujeto a quien le son atribuibles, de entre los
cuales la más característica es la responsabilidad
internacional.
Tradicionalmente, y en la medida en que al
Estado se le había venido considerando como el
único sujeto del D.I. las relaciones de
responsabilidad se configuraban como relaciones de
Estado a Estado.
La relación originada por el hecho
internacionalmente ilícito viene a configurarse como
una relación interestatal de naturaleza bilateral, en
función de la lesión, inferida por el sujeto al que le
es atribuible el acto, de un derecho subjetivo del
que es titular el otro sujeto de la relación: el Estado
perjudicado.
Es cierto, no obstante, que el hecho de un
Estado generador de responsabilidad internacional
puede representar tanto una lesión directa de los
derechos de otro Estado como un perjuicio causado
a un particular extranjero, pero este último
supuesto no convierte en el plano jurídicointernacional a la relación resultante en una
relación de particular lesionado a Estado
responsable, sino que, a través de la institución de
la protección diplomática, suscita una relación de
Estado a Estado, habida cuenta que al hacerse
cargo un Estado de la causa de uno de sus
nacionales lesionados por un acto contrario a D.I.
cometido por otro Estado, no hace sino valer su
propio derecho, el de ser respetado en la persona
de sus súbditos el D.I.
1. El origen de la responsabilidad internacional lo
constituye el hecho internacionalmente ilícito
como hecho que contraría o infringe el D.I.: no
cabe en tal sentido una responsabilidad derivad
de acciones que, aun en principio no prohibidas,
pudieran ocasionar daños susceptibles de ser
invocados en un plano jurídico-internacional
2. La relación surgida con ocasión de la comisión
de un hecho internacionalmente ilícito es una
relación de Estado a Estado: no se conciben, en
principio, otros sujetos (activos o pasivos) de la
relación de responsabilidad que los propios
Estados
3. Dicha relación es por regla general una relación
bilateral, directa, entre el Estado titular de un
derecho subjetivo lesionado por el hecho ilícito y
el Estado al que se atribuye este hecho
4. Las consecuencias de todo hecho que origina
una relación de responsabilidad así configurada
se traducen en términos generales en una
obligación de reparar a cargo del Estado al que
el hecho es atribuible
Ahora bien, los cambios, algunos de ellos
profundos, sobrevenidos en la estructura y
funcionamiento de la S.I. han provocado, si no una
revolución, si una reconsideración parcial y revisión
de las pautas tradicionales relativas a esta materia,
que no pueden dejar de influir en la aplicación
práctica de las reglas por las que ha venido
rigiéndose la disciplina de la responsabilidad
internacional.
Tales cambios resultan:
- de la aparición de nuevos sujetos del D.I.,
como las O.I. o de la creciente aceptación de
la subjetividad jurídico-internacional, siquiera
parcial, de la persona humana
- de los riesgos que el recurso a la tecnología
confiere a ciertas actividades, de los nuevos
planteamientos en materia de relaciones
económicas internacionales, etc.
1.- LA CODIFICACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
Como nuevas tendencias en materia de
responsabilidad internacional, podemos señalar:
A) NUEVAS ORIENTACIONES
1.- La admisión, junto a una responsabilidad
por hecho ilícito de una responsabilidad objetiva o
por riesgo derivada de la realización de actividades
en principio no prohibidas pero potencialmente
generadoras de daños a terceros
2.- La irrupción de nuevos sujetos, activos y
pasivos, de responsabilidad internacional, como las
Las premisas sobre las que se ha venido
asentando tradicionalmente la reglamentación
jurídica del hecho internacionalmente ilícito y de
sus consecuencias, serían las siguientes:
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LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
O.I. o hasta cierto punto y aún muy limitadamente,
el individuo
3.- La aceptación de la existencia de
obligaciones para con la comunidad internacional
en su conjunto (erga omnes) correlativas a unos
derechos subjetivos públicos o sin titular
determinado, cuyo cumplimiento podría ser exigido
por cualquier Estado
4.- El reconocimiento de distintos regímenes
de responsabilidad en función de la distinta
naturaleza de la obligación internacional violada y
por ende, de la distinta entidad del acto ilícito
5.- El cambio de óptica que las
reivindicaciones de los países en desarrollo relativas
al nuevo orden económico internacional tienen a
producir en las pautas sobre responsabilidad en
materia de inversión extranjera, provocando, por
ejemplo que, por transposición al plano
internacional de la doctrina civilista del
enriquecimiento injusto, se propugne tener en
cuenta, a la hora de estimar la compensación por
daños causados a los intereses extranjeros en casos
de expropiaciones en el marco de medidas de
nacionalización, los beneficios excesivos con que
resultaran primados aquellos intereses por haberse
prevalido durante tiempo de una posición
dominante.
B) EL PROCESO CODIFICADOR
La mayor parte de los proyectos de
codificación en materia de responsabilidad
internacional, tanto de carácter privado como
oficial, incidían en el ámbito concreto de la
responsabilidad de los Estados en razón de los
daños causados a extranjeros en su territorio.
En 1962 y tras considerar la C.D.I. que
debería incluirse el estudio de las reglas generales
de responsabilidad de los Estados a la luz de la
evolución del D.I. se inició una segunda fase, previa
aprobación de un plan de trabajo que en principio
comprendía 2 fases relativas al:
- origen de la responsabilidad internacional (el
hecho internacionalmente ilícito)
- contenido, formas y grados de la
responsabilidad internacional
agregándose posteriormente una 3ª parte
sobre la solución de controversias que pudieran
suscitarse en relación con la interpretación o la
aplicación de los artículos del proyecto.
La C.D.I. llegó a aprobar en primera lectura
el proyecto de artículos en sus tres partes, iniciando
a continuación una segunda lectura en la que busca
identificar y discutir una serie de cuestiones que
quedan por resolver, entre ellas los crímenes
internacionales, el régimen de contramedidas y la
solución de controversias.
Con vista a aprobar en su 53 período de
sesiones (2001) un texto definitivo junto con los
comentarios correspondientes, en 2000 el Comité
de redacción del C.D.I. aprobó provisionalmente 53
artículos que introduce importantes novedades
respecto al texto aprobado en 1ª lectura, entre
ellas:
- la posibilidad de que una obligación
internacional sea debida a un Estado, a un
grupo de Estados o a la comunidad
internacional en su conjunto
- la sustitución del controvertido concepto de
“crimen internacional” por el de “violaciones
graves de obligaciones hacia la comunidad
internacional en su conjunto”
En el plano de la codificación oficial es justo
hacer mención de la tarea codificadora desarrollada
bajo los auspicios de la S.D.N. a través de la
Conferencia Codificadora de La Haya (1930) cuya
Comisión sobre la responsabilidad de los Estados
por daños causados a extranjeros, preparó un
proyecto de 10 artículos que no llegó a presentarse
en el seno de la Conferencia debido a las grandes
discrepancias surgidas en torno a los principios de
fondo concernientes al trato de los extranjeros.
Además, dicho proyecto de artículos se
refiere a las condiciones para la adopción de
contramedidas, al cumplimiento de normas
imperativas como nueva causa de exclusión de la
ilicitud, a la cuestión de la responsabilidad
internacional del individuo y de las O.I.
Las N.U. abordaron un ambicioso proceso de
codificación de la responsabilidad de los Estados.
En una fase inicial (1956-1961) la C.D.I. se centró
en la responsabilidad por daños causados a
extranjeros.
Si bien los trabajos hasta ahora llevados a
cabo con vistas a elaborar una convención general
sobre la responsabilidad de los Estados se mueve
preferentemente en el plano de la codificación en
sentido estricto, no está ausente de ellos la faceta
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LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
del desarrollo progresivo del D.I. en todo aquello en
que se hagan eco de las nuevas tendencias u
orientaciones que van abriéndose paso en la
materia.
Conviene señalar que paralelamente al
estudio por parte de la C.D.I. de la responsabilidad
de
los
Estados
originada
en
hechos
internacionalmente ilícitos, la propia Comisión ha
emprendido el examen de la convencionalmente
llamada “responsabilidad objetiva” o por riesgo,
incluyendo al efecto en 1978 en su agenda el tema
de la “Responsabilidad internacional por las
consecuencias perjudiciales de actos no prohibidos
por el Derecho Internacional”.
Hasta ahora la C.D.I. ha aprobado en
primera lectura 17 artículos del proyecto sobre
dicho tema, bajo el subtítulo “Prevención de riesgos
transfronterizos
causados
por
actividades
peligrosas”, y en 2000 ha remitido al Comité de
Redacción el preámbulo y los proyectos de artículos
revisados 1 a 19 bajo el título “Convención sobre la
prevención de daños transfronterizos sensibles”.
2.- CONCEPTO DE HECHO INTERNACIONALMENTE ILÍCITO
El origen de la responsabilidad internacional
lo constituye el hecho internacionalmente ilícito.
La palabra hecho expresa la idea de
conducta (activa o pasiva) en que reside todo
evento atribuible a un sujeto de Derecho.
En cuanto al término “delito”utilizado por un
sector de la doctrina, entraña una connotación
propia de ciertos conceptos del D. interno que no
se ajusta exactamente a las realidades
internacionales. La C.D.I. recurre, en su proyecto, a
la expresión “hecho ilícito” al considerar que la
palabra “acto” no cubre los supuestos de inacción
por expresar etimológicamente sólo la idea de
acción.
El adjetivo “ilícito” evoca la idea de
contravención del Derecho. Aunque es posible
distinguir en D.I. entre acto ilícito y acto inválido, el
carácter peculiar del D.I. hace que en esta esfera la
distinción entre ambas categorías de actos se
relativice, dada la incidencia de la efectividad sobre
los actos internacionales, llegando a convertir el
acto nulo en acto ilícito, con la responsabilidad del
autor como única consecuencia. De ahí que el
principio general aplicable a las contravenciones
internacionales sea el de que “Todo hecho
internacionalmente ilícito de un Estado da lugar a la
responsabilidad internacional de éste” (art. 1 del
proyecto de artículos de la C.D.I. sobre la
responsabilidad de los Estados).
Este
principio
aparece
ampliamente
confirmado por la jurisprudencia internacional.
Teniendo en cuenta lo expuesto, es posible
definir el hecho internacionalmente ilícito como un
hecho atribuible a un sujeto jurídico-internacional
que, constituyendo una violación o infracción del
D.I. lesiona derechos de otro u otros sujetos de
dicho ordenamiento, o incluso derechos o intereses
de los que sería titular la propia comunidad
internacional,
dando
lugar,
entre
otras
consecuencias posibles, a la responsabilidad del
sujeto autor del hecho.
Dos son los planos en que se expresaría la
ilicitud:
- el relativo al Derecho objetivo, esto es, la
regla jurídico-internacional infringida
- el relativo al derecho subjetivo que es
lesionado
como
consecuencia
del
incumplimiento de la obligación (de hacer o
de no hacer) impuesta al sujeto por la regla
en cuestión
En lo que respecta a la índole de la relación
nueva que se deriva de la comisión de un hecho
ilícito:
- unos autores (línea clásica) estiman que se
trata de una relación bilateral entre el Estado
autor del hecho y el Estado lesionado, con la
reparación como única consecuencia
- otros ven en la sanción que el Estado
lesionado está autorizado a aplicar al Estado
culpable la consecuencia del hecho ilícito
- otros sostienen la posibilidad e existencia, no
de una relación única, sino de dos tipos de
relaciones, basadas respectivamente en el
derecho a exigir una reparación y en la
facultad de aplicar una sanción, sin que este
último ingrediente coercitivo de lugar, en D.I.
a una distinción entre delito civil y delito penal
como la que se hace en D. interno
Lo que parece fuera de dudas es la tendencia
a excluir el recurso a acciones coercitivas (sobre
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LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
todo unilaterales) frente a hechos ilícitos de menor
gravedad, así como a reconocer un cierto orden de
prioridad entre la petición de la reparación y la
aplicación de la sanción, según se desprende de la
decisión arbitral de 1928 relativa al incidente de
Naulilaa.
En lo que respecto a los sujetos, activos o
pasivos, del hecho internacionalmente ilícito, se
constata una tendencia a ampliar su esfera
(Estados, O.I. y otros entes), así como a dejar de
concebir la relación de responsabilidad como
estrictamente bilateral, llegando incluso a perfilarse
una responsabilidad internacional erga omnes.
En lo que respecta a la pauta para poder
reputar de internacionalmente ilícito un hecho de
un sujeto internacional, será el D.I. y solo el D.I.
según se expresa en el art. 4 del proyecto de la
C.D.I. en relación con los comportamientos
estatales:
“El hecho de un Estado sólo podrá calificarse
de internacionalmente ilícito según el D.I. En tal
calificación no influirá el que el mismo hecho esté
calificado de ilícito según el D. interno”.
Este principio debe vincularse al hecho de la
primacía del D.I. sobre el D. interno y más en
concreto a la regla según la cual un Estado no
puede invocar las disposiciones de D. interno como
justificación del incumplimiento de una obligación
internacional a su cargo (art. 27 de la C.de V. de
1969).
internacionalmente ilícito en razón de las peculiares
características de la sociedad internacional y del
Derecho que la rige, y suelo concretarse (aunque
no excluya otras posibilidades) en el deber de
reparar. A diferencia de la nulidad la
responsabilidad se mueve en el plano de las
relaciones entre sujetos.
La C.D.I. aun siendo consciente del papel
central que la responsabilidad tiene entre las
consecuencias del hecho internacionalmente ilícito,
no ha querido pasar por algo la posibilidad de otras
consecuencias, y así, en la segunda parte de su
proyecto (contenido, formas y grados de la
responsabilidad internacional) ha incluido un
artículo, el 38, que enuncia la salvedad de que “las
reglas del D.I. consuetudinario continuarán rigiendo
las consecuencias jurídicas de un hecho
internacionalmente ilícito de un Estado que no
estén previstas en las disposiciones de esta parte”,
refiriéndose en su comentario a este artículo, entre
aquellas
consecuencias
distintas
de
la
responsabilidad, a la nulidad de un tratado y a la
imposibilidad de alegar la cláusula rebus sic
stantibus como causa para dar por terminado un
tratado o retirarse de él cuando el cambio
fundamental en las circunstancias resulte de la
violación del tratado por la parte que lo alegó.
4.- ELEMENTOS DEL HECHO INTERNACIONALMENTE ILÍCITO
La doctrina suele señalar, como elementos
del hecho internacionalmente ilícito:
3.- CONSECUENCIAS DEL HECHO INTERNACIONALMENTE ILÍCITO
-
La consecuencia jurídica más característica y
más normal del hecho internacionalmente ilícito es
la responsabilidad internacional del sujeto a
quien el hecho es atribuible.
-
A su vez, es posible distinguir en D.I., al igual
que ese hace en otros órdenes jurídicos, entre la
responsabilidad del sujeto y la nulidad del acto
contrario a Derecho; y es posible también referirse
a la imposibilidad de hacer valer el hecho frente a
terceros (inoponibilidad) como una consecuencia
distinta a las anteriores.
-
La responsabilidad internacional es la
consecuencia
más
normal
del
hecho
-
la existencia de una conducta (acción u
omisión) con relevancia en el plano jurídicointernacional
el hecho de que con esa conducta se viole
una obligación establecida por una regla de
D.I. en vigor
la posibilidad de atribuir dicha conducta a un
sujeto del D.I.
la producción de un daño o perjuicio como
consecuencia de la acción u omisión
contraria a aquella obligación
No pocos autores subsumen estos elementos
en dos básicos:
-
uno de carácter subjetivo, consistente en la
posibilidad de atribuir el hecho o
comportamiento a un sujeto determinado (al
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LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
-
Estado, puesto que la doctrina se centra
esencialmente en la responsabilidad de estos
sujetos de D.I.)
otro de carácter objetivo, consistente en que
mediante tal hecho o comportamiento se
viole una regla de D.I. de la que se derive
una obligación de acción o de abstención a
cargo del sujeto en cuestión
En sus trabajos de codificación de la
responsabilidad internacional la C.D.I. distingue en
el art. 3 de su proyecto entre un elemento subjetivo
y otro objetivo, al establecer:
Hay hecho internacionalmente ilícito de un
estado cuando:
a)
b)
un comportamiento consistente en una
acción u omisión es atribuible según el D.I.
al Estado
ese comportamiento constituye una violación
de una obligación internacional del Estado
A) ELEMENTO SUBJETIVO (CUESTIÓN DE LA
ATRIBUCIÓN Y DE LA CULPA)
Alude a la presencia de una conducta activa
(acción) o pasiva (omisión) y a la posibilidad de
atribuir esa conducta, en función de ciertas
circunstancias, a un determinado sujeto del D.I.
La C.D.I. se refiere en concreto, a la
posibilidad de atribuir un comportamiento, no a la
persona o al conjunto de personas que lo ha tenido
materialmente, sino al propio Estado, habida cuenta
que la ejecución material de los actos de éste con
relevancia jurídico-internacional corresponde a
individuos o conjunto de individuos: de ahí que la
cuestión de la atribución al Estado de un hecho
internacionalmente ilícito se vincule sobre todo a la
calidad o no de órganos de ese Estado predicable
de las personas autoras del acto, así como a las
condiciones en que tales personas actúan.
Conviene hacer las siguientes observaciones:
a) El comportamiento atribuible al sujeto puede
consistir en una acción o en uno omisión. No
pocos hechos internacio-nalmente ilícitos
constituyen conductas pasivas (no sancionar
una ley cuya adopción venía exigida por un
tratado, faltar a la diligencia debida no
protegiendo los locales de una misión
diplomática extranjera frente a actos
dañosos
producidos
por
terceros),
reconociéndose
en
la
jurisprudencia
internacional la posibilidad de que la
responsabilidad internacional se derive de
omisiones ilícitas (ejem. laudo arbitral en
asunto relativo a la adquisición de la
nacionalidad polaca; sentencia del T.I.J. en
el asunto del Estrecho de Corfú).
b) Sólo conforme al D.I. cabe atribuir a un
sujeto jurídico-internacional una conducta al
efecto de verificar la existencia de un hecho
internacionalmente ilícito de ese sujeto
c) El hecho de atribuir a un Estado una
conducta reputada ilícita según el D.I. difiere
en su significación de la operación de
imputar un acto a un sujeto jurídico en el
sentido, por ejemplo, del Derecho penal
interno (que supone un ingrediente
psicológico como fundamento de la
responsabilidad). No parece posible predicar
del Estado un estado de ánimo traducible en
una falta o culpa del propio Estado en
cuanto tal.
d) Dado que tal comportamiento se expresa
materialmente en un hecho de uno o varios
órganos o agentes del Estado, el problema
de la culpa en D.I. se presenta más bien en
relación con esos propios órganos o agentes
en tanto que autores materiales del hecho;
en otras palabras, el problema consistirá
siempre en determinar si el comportamiento
del órgano únicamente puede ser imputado
al Estado cuando ha incurrido en el supuesto
ilícito de modo culposo (intencionada o
negligentemente) o si, por el contrario, la
simple violación objetiva del D.I. por un
órgano del Estado hace incurrir a este en
responsabilidad.
Autores como VERDROSS se inclinan
por la exigencia de la culpa del órgano o
agente como condición de la atribución al
Estado del hecho ilícito; otros como SCHOEN
conceden preponderancia a la noción de
responsabilidad objetiva o por el resultado y
otros participan de la posición –que parece
ser la dominante- que atribuye al Estado
toda violación objetiva del D.I. por un
órgano o agente del mismo (GUGGENHEIM,
JIMÉNEZ DE ARECHAGA, etc.)
En cuanto a la jurisprudencia
internacional,
encontramos
variadas
decisiones que consideran necesario un
mínimo de culpa o negligencia para que la
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LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
infracción objetiva del D.I. pueda atribuirse
al
Estado
y
hacerlo
por
ello
internacionalmente
responsable
(ejem.
reclamaciones británicas en la zona española
de Maruecos, el laudo arbitral en el asunto
de Jamaica, la sentencia del T.I.J. relativa al
Estrecho de Corfú).
Otras decisiones, en cambio, apuntan
a la idea de la responsabilidad objetiva o por
el resultado (ejem. decisión arbitral en el
asunto Jean-Baptiste Caire).
B) EL ELEMENTO OBJETIVO
Según el proyecto de la C.D.I. el componente
objetivo del hecho internacionalmente ilícito
consiste en que el comportamiento atribuible al
Estado constituya una violación de una obligación
internacional a su cargo (art. 4). Para un sector de
la doctrina, a este componente habría que agregar
otro: la producción de un daño a resultas de dicha
violación.
a) La violación de la obligación
1.- Obligación-norma-derecho subjetivo
Al apreciar la ilicitud de un hecho desde el
punto de vista del D.I. la jurisprudencia
internacional suele hablar de “violación de una
obligación contraída” por el Estado, o según
expresión que se ha hecho clásica “violación de una
obligación impuesta por una norma jurídica
internacional”, si bien alguna vez se ha referido a
un “acto contrario a los derechos de otro Estado”.
En el seno de la C.D.I. ha prevalecido la
expresión
“violación
de
una
obligación
internacional”.
Desde la perspectiva de la obligación, habrá
violación de la misma por parte de un Estado
cuando un acto de éste “no esté en conformidad
con lo que de él exige esa obligación” (art. 16 del
proyecto de la C.D.I.) Así pues, lo que constituye la
esencia misma de la ilicitud es el contraste entre el
comportamiento adoptado en la realidad y el que
jurídicamente se debiera haber tenido.
2.- Carácter internacional de la obligación
El hecho de que la obligación cuya violación
constituye el hecho internacionalmente ilícito es
una obligación internacional, o sea, impuesta por
una norma de D.I. impide calificar de
internacionalmente ilícito a un acto que suponga
una contravención de obligaciones contenidas en
contratos celebrados entre Estados y personas
extranjeras, o incluso entre dos Estados y regidos
por el D. interno de un Estado o excepcionalmente
por un sedicente Derecho “transnacional”.
3.- Origen de la obligación
Al efecto de calificar de ilícito un determinado
hecho es indiferente cual sea el origen de la
obligación violada: tan ilícito es un acto contrario a
una obligación de origen consuetudinario como uno
que contradiga un compromiso basado en un
tratado o en una fuente de otro tipo (principio
general del Derecho, sentencia de un tribunal
internacional, acto vinculante de una O.I. ..).
La jurisprudencia internacional confirma este
aserto, al no hacer distingos entre las obligaciones
internacionales por razón de su origen a la hora de
apreciar tanto la ilicitud del hecho del Estado como
el régimen de responsabilidad derivado del mismo
(ejem. sentencia sobre el asunto de las actividades
militares y paramilitares en y contra Nicaragua).
También en la doctrina se reconoce que el
distinto origen de las obligaciones internacionales
no afecta a la calificación como ilícito de un acto
contrario a cualquiera de ellas, ni da lugar en
principio a distintos regímenes de responsabilidad.
Sin embargo RIPHAGEN, en su calidad de
Relator Especial de la C.D.I. ha advertido que “al
determinarse las nuevas relaciones jurídicas
emanadas de un hecho ilícito del Estado, no se
pueden ignorar el origen, en especial el origen
convencional, de la obligación internacional
violada”, no siendo el mismo, por ejemplo, el grado
de responsabilidad de un Estado parte en un
convenio frente a oro Estado parte directamente
perjudicado por la violación que frente a uno no
directamente perjudicado o incluso frente a un
tercero que extraiga ciertos derechos del tratado
pese a no participar en él.
4.- Vigencia de la obligación
Para poder calificar de ilícito un hecho desde
el punto de vista del D.I. es preciso que la
obligación que dicho hecho contraría esté en vigor
al tiempo de la realización de éste respecto del
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LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
sujeto responsable (art. 18.1 del proyecto de la
C.D.I.).
5.- Contenido de la obligación
El distinto contenido u objeto de la obligación
es irrelevante al efecto de calificar de
internacionalmente ilícito un determinado hecho, si
bien no dejará de repercutir en ciertos casos, como
los crímenes y delitos internacionales, a la hora de
establecer los distintos tipos de hechos ilícitos y,
por ende, distintos regímenes de responsabilidad.
b) El daño
Siguiendo la opinión de su Relator Especial
AGO, la C.D.I. en su proyecto sobre la
responsabilidad de los Estados, prefirió no hacer
alusión al daño o perjuicio como elemento
independiente
o
autónomo
del
hecho
internacionalmente ilícito.
Aun aceptando que el daño, sobre todo el
económico, puede ser un factor decisivo a la hora
de medir el alcance de la responsabilidad y que en
ciertos casos no basta el simple comportamiento
para que haya violación de una obligación
internacional
sino
que
se
requiere
un
acontecimiento exterior de carácter perjudicial
(ejem. en aquellos casos en que está en juego de
deber de protección de locales diplomáticos
extranjeros, no bastaría con probar la negligencia
del Estado territorial, sino que se precisaría la
perpetración de actos generadores de daños), la
C.D.I. ha estimado que “el daño inherente a todo
hecho internacionalmente ilícito es el que al mismo
tiempo es inherente a toda violación de una
obligación internacional”, considerando, así,
comprendido el factor del daño en el elemento
objetivo del acto internacionalmente ilícito.
Contrariamente, un sector doctrinal es
partidario de erigir el daño como elemento
autónomo del hecho internacionalmente ilícito. Así
JIMÉNEZ DE ARECHAGA advierte como en diversos
supuestos de reclamación directas entre Estados
(relativas a contaminación ambiental, utilización de
cursos de agua internacionales, etc.) es condición
esencial de la responsabilidad internacional del
Estado el que se irroguen perjuicios al Estado
reclamante.
Se ha destacado, por lo demás, la relevancia
que cobra el factor del daño en los supuestos de
responsabilidad por riesgo, en los que la ilicitud, en
tanto que violación de una obligación, parece
quedar desplazada por la pura conexión causal
entre la actividad y el daño con base en los riesgos
excepcionales que conlleva tal actividad.
c) La cuestión del abuso de derecho
Al considerar el elemento objetivo del hecho
internacionalmente ilícito, la C.D.I. se planteó, a
sugerencia de su Relator Especial AGO, si cabría ver
en la figura del abuso de derecho una excepción al
principio según el cual lo que caracteriza el hecho
internacionalmente ilícito es una violación de una
obligación internacional; y ello debido a que en el
supuesto del abuso de derecho cabría ver, más que
una conducta contraria a una obligación jurídica, un
ejercicio desmesurado de un derecho subjetivo por
parte de su titular.
La doctrina está dividida con respecto a la
posibilidad de aplicar la teoría del abuso de derecho
en el D.I.
En cuanto a la jurisprudencia, no está exenta
de vacilaciones, si bien suele utilizar el concepto de
abuso de derecho más bien para excluir su
aplicación en el caso controvertido o, en general,
para advertir que no cabe presumir el abuso de
derecho.
En el ámbito de las relaciones directas entre
Estados, se ha invocado en apoyo de la teoría del
abuso de derecho el laudo arbitral de 1941 en el
caso de la Fundación de Trail que venía a declarar
que ningún Estado tiene el derecho a usar o
permitir el uso de su territorio de tal modo que
cause daño por razón del lanzamiento de
emanaciones en o hacia el territorio de otro.
Cabe, sin embargo, dudar si tal doctrina es
aquí aplicable, pues cuando no hay derecho no es
posible hablar de abuso de derecho: el Estado que
perjudica a otro u otros mediante actividades de
efectos transfronterizos (ensayos nucleares,
emanaciones de sustancias que contaminan las
aguas o el aire), no estaría abusando de sus
propios derechos, sino invadiendo los derechos
ajenos e incurriendo, así, en violación de la
obligación de no interferencia establecida por el
D.I. general.
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LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
Ello ha llevado a la C.D.I. a considerar que el
supuesto del ejercicio abusivo de un derecho está
englobado en el elemento objetivo del hecho
internacionalmente ilícito, representado aquí por la
violación de la obligación derivada de una norma
que tendría por efecto limitar el ejercicio por el
Estado de sus derechos o competencias
prohibiendo su ejercicio abusivo.
5.- EL FACTOR TEMPORAL
El factor temporal tiene referencia en 2
planos:
-
-
el de la condición de la vigencia de
la obligación internacional respecto
del Estado
el de la determinación del momento
y la duración de la violación de la
obligación internacional en los
distintos tipos de hechos ilícitos
internacionales (tempus comissi
delicti)
A) CONDICIÓN DE ESTAR EN VIGOR LA
OBLIGACIÓN
La REGLA BÁSICA es que la obligación esté
vigente para el Estado en el tiempo en que éste
realiza el acto.
Es obvio que si la obligación ha dejado de
estar a cargo del Estado antes de que éste realice
un acto en contradicción con ella, no cabe hablar
de hecho internacionalmente ilícito.
Parece lógico que, en caso de que entre el
momento en que se ha realizado el acto y el
momento en que viene a suscitarse una
controversia en relación con dicho acto la obligación
haya dejado de existir, se declare la responsabilidad
del Estado autor en función de la coetaneidad del
acto y de la obligación, independientemente de que
ésta haya desaparecido a la hora de llevar el asunto
al órgano encargado de resolver la controversia.
Por otra parte, en la hipótesis de una
conducta estatal correcta a la luz del derecho de la
época en que se observa y que viene a resultar
diferente de la exigida por una regla sobrevenida
después que el Estado observara tal conducta,
parecería poco equitativo dar efectos retroactivos a
tal regla, declarando ilícita ex tunc la conducta en
cuestión.
En el supuesto de los actos estatales
continuos (aquellos que se prolongan en el tiempo
con carácter de permanencia) habrá violación de la
obligación en lo que se refiere al periodo durante el
cual, hallándose la obligación en vigor respecto del
Estado, se desarrolle el acto (párrafo 3, art. 18).
En el supuesto de los actos compuestos
(integrados por una serie de acciones u omisiones
relativas a casos distintos), habrá violación de la
obligación si el acto puede considerarse constituido
por acciones u omisiones que hayan tenido lugar
dentro del periodo durante el cual la obligación se
halle en vigor respecto del Estado (párrafo 4, art.
18).
En el supuesto de los actos complejos (que
entrañan una idea de proceso o sucesión de
comportamientos de uno o varios órganos estatales
en relación con un mismo caso), habrá violación si
el acto en cuestión se inicia por una acción u
omisión que haya tenido lugar dentro del periodo
durante el cual la obligación se halle en vigor
respecto de ese Estado, aunque tal acto se
complete después de ese periodo (párrafo 5, art.
18).
B) MOMENTO Y DURACIÓN DE LA VIOLACIÓN
DE LA OBLIGACIÓN
En cuanto a los hechos “instantáneos” o
ejecutados en un solo acto, la violación de la
obligación se produce en el momento en que el
hecho se produce, sin que su perpetración se
extienda más allá de dicho momento, aun si los
efectos del hecho se prolongaron en el tiempo (art.
24 del proyecto de la C.D.I.).
En lo que respecta a aquellos hechos que no
son de tracto único (continuos, compuestos y
complejos), es obvio que su mayor o menor
prolongación en el tiempo suele suponer en el
plano cualitativo una mayor o menor gravedad del
hecho en sí desde el punto de vista de la lesión del
derecho subjetivo, y, por tanto, es susceptible de
repercutir en el grado de responsabilidad
internacional, y en concreto en la extensión de la
reparación.
La averiguación del momento y duración de
la violación puede ser esencial para determinar la
existencia de una jurisdicción internacional
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VI.- LA APLIACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL
LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
obligatoria, habida cuenta del límite temporal
acordado a veces por los Estados en relación con la
sumisión a un determinado tribunal de las
controversias que puedan surgir entre ellos. Tal
averiguación suele precisarse, sobre todo, en
relación con los actos de tracto sucesivo, pero
puede ser operativa en algún aspecto respecto de
los hechos instantáneos.
El art. 25 del proyecto de la C.D.I. establece
en relación con los hechos estatales que se
prolongan en el tiempo, las siguientes reglas:
1)
2)
3)
en los hechos continuos, la violación de la
obligación se produce en el momento en que
helecho comienza, pero el tiempo de
perpetración de la violación se extiende alo
largo del período durante el cual el hecho
continúa y sigue contrariando la obligación
(parr. 1)
en los hechos compuestos, la violación se
produce en el momento de realizarse aquella
de la serie de acciones u omisiones que
establece la existencia del hecho, si bien el
tiempo de perpetración se extiende a lo
largo del periodo a partir de la primera de las
acciones u omisiones cuyo conjunto
constituye el hecho compuesto contrario a la
obligación y en tanto que las mismas se
repitan (parr. 2)
En los hechos complejos la violación se
produce en el momento de la realización del
último elemento constitutivo del hecho,
extendiéndose, no obstante, la perpetración
a lo largo del periodo que va desde el
comportamiento que ha dado origen a la
violación hasta el que la ha consumado
(parr. 3)
6.- CRÍMENES Y DELITOS INTERNACIONALES
Pese a que todo hecho estatal constitutivo de
una violación de una obligación internacional es un
hecho internacionalmente ilícito cualquiera que sea
el contenido u objeto de la obligación violada, es
preciso preguntarse si no habrá hechos que por su
especial repugnancia a la conciencia jurídica de la
humanidad sean susceptibles, en función de su
mayor gravedad, de engendrar para el Estado
culpable
un
régimen
de
responsabilidad
internacional particularmente severo y aun de dar
pie a la posibilidad de que sujetos distintos del
Estado directamente perjudicado invoquen su
comisión para exigir responsabilidad a aquél e
incluso para imponerle sanciones.
Bajo la magistral guía del Prof. AGO, la C.D.I.
ha reconocido la existencia d esos hechos
particularmente graves al distinguirlos, en cuanto
crímenes internacionales, de otros actos ilícitos de
menor
gravedad
calificados
como
delitos
internacionales, coronando así una lenta evolución
registrada en el triple nivel de la doctrina, la
jurisprudencia internacional y la práctica de los
Estados.
La noción de crimen internacional hay que
ponerla en relación, por un lado, con la verificación
de la existencia de obligaciones internacionales
erga omnes y, por otro, con el reconocimiento de
un sector normativo de ius cogens internacional, si
bien no coinciden exactamente en su ámbito los
tres conceptos, siendo el de ius cogens más amplio
que el de crimen internacional, y existiendo, por
otra parte, obligaciones erga omnes cuyo
incumplimiento no representa necesariamente un
crimen internacional.
La idea de obligación erga omnes evoca
esencialmente la posibilidad de desbilateralizar la
relación de responsabilidad, descubriendo en todo
Estado un interés jurídico en recabar el respeto de
la obligación y, en su caso, un derecho de acción
en el supuesto de incumplimiento; posibilidad que
tropieza con el escaso grado de personalización de
la comunidad internacional.
La gravedad de las violaciones del D.I. que
constituyen crímenes internacionales justifica, por
su parte, ese régimen de responsabilidad
particularmente severo para el Estado infractor, que
se expresaría no sólo en una mayor amplitud de la
reparación sino incluso en una forma de
responsabilidad distinta de esta y susceptible de
traducirse en sanciones de diverso alcance.
Siendo el rasgo común de los llamados
crímenes internacionales el atacar intereses
fundamentales de la comunidad internacional, no
cabe duda que la AGRESIÓN es el más significativo
y grave de los hechos ilícitos de esta categoría.
Junto a este supuesto la C.D.I., tras el examen de
la práctica de los Estados en el seno de la propia
ONU, ha incluido dentro de la categoría
contemplada supuesto como el mantenimiento por
la fuerza de una dominación colonial o de una
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VI.- LA APLIACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL
LECCION 25.- LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL (I)
política coercitiva de apartheid o de discriminación
racial absoluta, e incluso las violaciones graves del
deber internacional de preservar el medio
ambiente, sin que esa ejemplificación se trate de
una lista cerrada que impida asimilar futuros
desarrollos.
No obstante, quedan ciertas cuestiones
pendientes en relación con el desarrollo de esta
distinción entre crímenes internacionales y meros
delitos internacionales. Así, en el seno de la 6ª
Comisión (de Asuntos Jurídicos) de la A.G. de las
N.U. algunos Gobiernos se mostraron reticentes con
respecto a una noción como la de crimen
internacional que podría suponer la introducción de
un régimen de responsabilidad penal de los
Estados, y otros se reservaron su posición en
espera de que se precisaran las reglas relativas al
régimen de responsabilidad aplicable, a la forma de
hacer efectiva la responsabilidad y al arreglo de
controversias. Como el propio AGO había
reconocido, pese a que en el proyecto de articulo
relativo a la distinción entre crímenes y delitos
internacionales se indican ya varios tipos de
obligaciones cuya violación es un crimen
internacional, quedará un margen considerable de
incertidumbre en cuanto a la inclusión de un hecho
estatal en la categoría de crímenes internacionales,
siendo previsible que muchos Gobiernos subordinen
su aceptación de la distinción en cuestión a que la
comprobación de la existencia de un crimen
internacional en un caso concreto la haga una
instancia internacional imparcial (el C. de S. de las
N.U. o el T.I.J.).
Ello es explicable en vista del subjetivismo
con que las alegaciones unilaterales estarían
teñidas a la hora de invocar la violación de una
obligación derivada de un principio como el de
autodeterminación de los pueblos o de una regla
que ordena en general la preservación del medio
ambiente; de ahí que en el campo doctrinal se haya
insistido en la necesidad de que toda controversia
que surja acerca de la existencia de un crimen
internacional sea sometida al T.I.J. sin perjuicio de
las competencias que corresponda al C. de S., y en
el terreno de la sanción, en la necesidad de que la
adopción de medidas coercitivas no se deje al
arbitrio de los Estados, sino que se encomiende a
un órgano internacional.
consecuencias jurídicas previstas en el propio
proyecto a las normas establecidas en la Carta de
las N.U. sobre el mantenimiento de la paz y la
seguridad internacionales.
Así, en primera instancia, la calificación de
crimen internacional se deja en manos del Estado
lesionado, que la reflejará en el momento de
formular sus demandas de reparación o en
manifestaciones anteriores. Las “consecuencias
colectivas mínimas (art. 53) serían aplicables para
los demás Estados desde el momento en el que
hubieran llegado a la conclusión de que se ha
cometido un crimen internacional, si bien dichas
medidas las aplicaría a su propio riesgo, salvo que
fueran obligatorias por resolución del C. de S. o de
otras acciones colectivas que se tomaran.
En el caso de que el Estado autor del hecho
ilícito cuestionara la calificación del mismo como
crimen internacional, se habría suscitado una
controversia que podría ser resuelta mediante los
mecanismos
previstos
en
la
3ª
parte
(negociaciones, conciliación, arbitraje o recurso al
T.I.J.) o en la Carta de las N.U.
Ante la controversia que sigue suscitando la
figura del crimen internacional, el Relator Especial
J. CRAWFORD, ha propuesto a la C.D.I. varias
alternativas:
1. mantener el planteamiento contenido en el
proyecto de artículos
2. sustituirlo por el concepto de “hecho ilícito
excepcionalmente grave”
3. elaborar un régimen sobre la responsabilidad
penal de los Estados en el proyecto de
artículos
4. rechazar el concepto de responsabilidad
penal de los Estados
5. excluir el concepto del proyecto de artículos
sin perjuicio del alcance general del mismo y
de desarrollar el concepto de “crimen de
Estado”en otro texto
La C.D.I. ha optado por el recurso a los
mecanismos de solución de controversias de la 3ª
parte del proyecto y a lo previsto en el art. 39 del
proyecto, que establece la subordinación de las
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