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245.928
■ ARTÍCULOS ORIGINALES
Percepción y disfrute de la música en pacientes
poslocutivos con implante coclear
Luis Lassaletta, Alejandro Castro, Marta Bastarrica, Rosa Pérez-Mora, Belén Herrán, Lorena Sanz, M. Josefa de Sarriá y Javier Gavilán
Servicio de Otorrinolaringología. Hospital Universitario La Paz. Madrid. España.
Objetivos: Evaluar la percepción y el disfrute de la música
tras la implantación coclear y su impacto en la calidad de
vida.
Material y método: Participaron en el estudio 88 adultos
con sordera poslocutiva y portadores de un implante coclear. El cuestionario de la música analizó la experiencia
musical, los hábitos musicales y la calidad del sonido musical a través del implante coclear. Para estudiar la percepción de la música se empleó el PMMA (Primary Measures
of Music Audiation). La calidad de vida fue evaluada mediante el GBI (Glasgow Benefit Inventory). El cuestionario
de la música, el PMMA y el GBI fueron contestados por el
84, el 74, y el 82 % de los pacientes, respectivamente.
Resultados: El disfrute de la música y los hábitos musicales disminuyeron tras el implante coclear cuando se compararon con la situación previa a la sordera. Los valores
medios de percepción de la música fueron: tono, el 71 %;
ritmo, el 78 %; timbre, el 61 %; canciones, el 59 %, y melodías, el 23 %. La calidad del sonido de la música a través del
implante coclear se relacionó con el disfrute de la música y
con la calidad de vida.
Conclusiones: Es posible disfrutar y percibir la música con
un implante coclear. La calidad del sonido de la música a
través del implante influye en la calidad de vida.
Musical Perception and Enjoyment in Post-Lingual
Patients With Cochlear Implants
Palabras clave: Implante coclear. Música. Calidad de vida.
Key words: Cochlear implant. Music. Quality of life.
INTRODUCCIÓN
hace aún más crítica con la importancia que los medios audiovisuales han cobrado en nuestro sistema de vida actual.
La música forma parte de nuestra vida cotidiana y está presente en los medios de comunicación como forma de reclamo publicitario y como forma de ocio y cultura. La sordera
aísla al paciente de todas estas formas en que se presenta la
música, pero supone, además, un problema añadido a la
persona con conocimientos y aficiones musicales, que pierde una forma de disfrute y evasión.
Los centros especializados con un programa de implantes cocleares ofrecen al paciente con hipoacusia profunda
un tratamiento integral que comprende la evaluación del
candidato, la cirugía, la programación y la rehabilitación.
Actualmente se consigue que los implantados poslocutivos
puedan entender con normalidad conversaciones, recono-
Hasta hace relativamente poco tiempo, las personas con
hipoacusia severa o profunda que no conseguían suficiente
beneficio con la adaptación de una prótesis auditiva se
veían obligadas a aislarse del mundo de los normoyentes.
Esta situación, difícil de sobrellevar en cualquier ámbito, se
FIS 06/90041, Ministerio de Sanidad.
Correspondencia: Dr. L. Lassaletta.
Servicio de Otorrinolaringología. Hospital Universitario La Paz.
Paseo de la Castellana, 261. 28046 Madrid. España.
Recibido el 25-2-2008.
Aceptado para su publicación el 5-3-2008.
228 Acta Otorrinolaringol Esp. 2008;59(5):228-34
Objectives: To evaluate music perception and enjoyment
following cochlear implantation and its impact on quality
of life (QOL).
Material and method: Eighty-eight adult post-lingually
deaf cochlear implant users entered the study. The music
questionnaire analyzed musical background, listening
habits, and quality of musical sound through the cochlear
implant. Music perception was evaluated with the Primary
Measures of Music Audiation (PMMA). The Glasgow Benefit Inventory evaluated the quality of life (QOL). The music
questionnaires, the PMMA and the GBI were completed by
84 %, 74 %, and 82 % of patients, respectively.
Results: Subjective enjoyment of music and listening
habits decreased post-implantation when compared with
prior to deafness. Mean scores for music perception were:
tone 71 %, rhythm 78 %, timbre 61 %, songs 59 %, and melodies 23 %. The quality of music sound through the
cochlear implant was associated with music enjoyment
and with QOL.
Conclusions: Music enjoyment and perception are possible
with a cochlear implant. The quality of music sound through
the cochlear implant influences post-operative QOL.
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Lassaletta L et al. Percepción y disfrute de la música tras implante coclear
ciendo hasta un 70-80 % de frases en ambiente silencioso1,2.
El cambio que supone el implante coclear para la persona
con hipoacusia severa o profunda va más allá de la mejoría
audiológica. Son muchos los aspectos de la calidad de vida
que mejoran con la implantación y todo el proceso que la
rodea3,4.
A pesar de su más que demostrada utilidad, el implante
coclear presenta algunas limitaciones. Algunos de estos aspectos limitantes que afectan a la vida cotidiana de las personas implantadas son el uso del teléfono5, la discriminación verbal en ambientes con ruido y la percepción de la
música. La información que transmiten los implantes cocleares actuales es suficiente para obtener buenos resultados en la percepción del lenguaje, pero es insuficiente para
que el usuario medio consiga una apreciación satisfactoria
de la música. Habitualmente se dice que la mayoría de los
pacientes implantados no disfrutan con la música o lo hacen mucho menos que antes de su hipoacusia6,7. Esto se ha
atribuido a que son capaces de percibir con una precisión
razonable los patrones de ritmo8, pero experimentan grandes dificultades en el reconocimiento de los patrones tonales y en el reconocimiento y disfrute del timbre9.
Existe muy poca información sobre los factores relacionados con el implante coclear que influyen en la percepción de la música. Y la poca información que existe es contradictoria. La duración de la sordera y el tiempo con el
implante coclear no parecen relacionarse con los parámetros de percepción de la música, y la discriminación verbal,
sólo ligeramente. Únicamente se ha encontrado una ligera
correlación entre el entrenamiento musical antes de la hipoacusia y la percepción del tono y el ritmo6. En otros estudios esta relación ni siquiera aparece8. Sin embargo, sí
parece existir una relación estrecha entre la frecuencia con
que se escucha música tras el implante coclear y la percepción del tono y el ritmo; no está claro si el entrenamiento
posterior al implante mejora las habilidades musicales o si
los pacientes que obtienen una señal musical relativamente
agradable tras el implante coclear se ven más inclinados a
pasar más tiempo escuchando música6.
De todo lo comentado anteriormente se deduce que la
percepción y el disfrute de la música son aspectos no resueltos por los implantes cocleares actuales. La complejidad de la música, que puede definirse desde una combinación de sonidos agradables al oído hasta una expresión de
un estado del espíritu, adquiere una relevancia totalmente
diferente para cada persona. Por ello, la evaluación de la
percepción y el disfrute de la música por el paciente implantado se basa en aspectos objetivos de identificación,
discriminación de tonos y ritmos, relacionada con el rendimiento de su implante, pero también en el hecho de que los
gustos, la cultura, las inquietudes y la educación musical
de la persona desempeñan un papel más relevante que su
capacidad auditiva. La falta de estudios sobre música e implantes cocleares en nuestro país, la constatación de que la
percepción de la música es una de las principales demandas de nuestros pacientes y el alto grado de colaboración
de los implantados de nuestro centro en estudios previos
han sido los principales motivos para poner en marcha un
estudio para evaluar la percepción de la música en implan-
tados poslocutivos. Concretamente, pretendemos evaluar
el grado en que los usuarios disfrutan de la música tras el
implante coclear y compararlo con la situación previa al
implante; evaluar la capacidad de los implantados para
discriminar distintos tonos y ritmos, reconocer diferentes
instrumentos musicales y reconocer canciones populares, y
analizar qué factores relacionados con la experiencia musical, la sordera, el implante coclear y los resultados auditivos influyen tanto en el disfrute como en la percepción de
la música. Finalmente, analizamos el impacto de la percepción y el disfrute de la música en la calidad de vida de los
pacientes.
MATERIAL Y MÉTODO
Se incluyó a 88 pacientes con hipoacusia severa o profunda poslocutiva que recibieron un implante coclear multicanal entre enero de 2001 y enero de 2006 en nuestro centro. Otros criterios de inclusión fueron: edad de 18 años o
más, sin discapacidades añadidas a la sordera y, al menos,
6 meses de uso de un implante Nucleus o MED-EL. La media de edad fue 50 (intervalo, 20-73) años. La duración media de la sordera fue 7 (intervalo, 1-52) años; 41 eran mujeres y 47, varones; 54 pacientes eran portadores de un
dispositivo MED-EL (22, Combi40+; 32, Pulsar CI100) y
34 de un implante coclear (16, Nucleus 22, y 18, Nucleus
24); 63 pacientes eran portadores de audífonos previamente al implante coclear. El tiempo medio de uso del implante coclear fue 49 (6-165) meses. El porcentaje medio de discriminación de monosílabos y bisílabos sin labiolectura fue
del 77 y el 71 %, respectivamente.
Cuestionario de la música
Para valorar el disfrute de la música se empleó un cuestionario musical específico inspirado en el empleado por
Gfeller et al6, que incluye preguntas sobre experiencia musical, hábitos musicales y calidad de la música a través del
implante coclear. Se preguntó a los usuarios del implante
coclear sobre su formación y experiencia musical previas. Se
les pidió que evaluaran el tiempo de escucha de música semanal (0-2 h, 3-5 h, 6-8 h, 9 h o más) antes de la sordera y
después de la implantación. Igualmente se les pidió que autoevaluaran su disfrute de la música antes de la sordera y
después del implante mediante una escala de actitudes tipo
Likert: en respuesta a la pregunta “Yo me describiría como
una persona que disfruta mucho de la música” el usuario
contesta entre 1 (muy en desacuerdo) y 4 (muy de acuerdo).
Para valorar de forma subjetiva la calidad del sonido
(musical) a través del implante coclear se emplearon 4 escalas analógico-visuales de 100 mm, cada una de ellas correspondiente a los adjetivos bipolares “gusta-disgusta”,
“suena como música-no suena como música”, “naturalmecánica”, “fácil de seguir-difícil de seguir”.
Test de música. Discriminación de tono, ritmo,
instrumentos y prueba canciones
Para evaluar la discriminación de tono y ritmo se empleó el test Primary Measures of Music Audiation
Acta Otorrinolaringol Esp. 2008;59(5):228-34
229
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Lassaletta L et al. Percepción y disfrute de la música tras implante coclear
Tabla I. Test de la música. Instrumentos y canciones populares
Instrumentos
Canciones populares
Acordeón
Al partir un beso y una flor
Armónica
Allá en el rancho grande
Batería
Bésame mucho
Clarinete
Clavelitos
Contrabajo
Eva María se fue...
Fagot
Francisco alegre
Flauta
La bamba
Guitarra
Las mañanitas
Órgano de iglesia
Mi carro
Piano
Mira como beben los peces en el río
Saxofón
Que viva España
Trompeta
Ramito de violetas
Violín
Si tú me dices ven
Solamente una vez
Un rayo de sol
Tabla II. Experiencia musical previa a la implantación coclear
Entrenamiento musical previo a la sordera
Clases formales de música
4 (6 %)
Pertenencia a un coro o grupo musical
6 (9 %)
Clases de apreciación musical (en colegio, instituto...) 15 (22 %)
Autoevaluación de entrenamiento musical
Personas sin entrenamiento musical formal, poco
conocimiento musical y poca experiencia
en escuchar música
Personas sin entrenamiento formal o conocimiento
musical, pero con experiencia informal
en escuchar música
26 (29 %)
Evaluación de la calidad de vida mediante el Glasgow
Benefit Inventory
El Glasgow Benefit Inventory (GBI) es un cuestionario
diseñado y validado para cuantificar el beneficio que los
pacientes obtienen de diferentes intervenciones otorrinolaringológicas, incluidos los implantes cocleares, entendiendo ese beneficio como los cambios que se producen en el
estado de salud como resultado de una acción sanitaria11.
El GBI se debe contestar después de la cirugía. Consta de
18 ítems que valoran los cambios que el tratamiento ha generado en diferentes aspectos de la vida de la persona.
Cada respuesta está basada en una escala de 5 niveles que
abarca desde un “gran cambio hacia peor” hasta un “gran
cambio hacia mejor”. La puntuación se traslada a una escala de beneficio que oscila entre –100 (máximo beneficio negativo) y +100 (máximo beneficio positivo), pasando por 0
(ningún cambio). Este cuestionario puede ser dividido en
tres subescalas según las cuales los primeros 12 ítems nos
indican cambios en el estado general de salud del individuo, los 3 ítems siguientes nos muestran cambios en las relaciones sociales y los últimos 3 ítems, cambios en el estado físico (somático).
Análisis estadístico
33 (37 %)
Músico autodidacta que participa en actividades
musicales
1 (1 %)
Personas con cierto entrenamiento musical,
conocimiento básico de los términos musicales
y participación en clases de música o grupos
musicales durante el colegio y/o universidad
7 (8 %)
Personas con varios años de entrenamiento musical,
con amplio conocimiento musical y participación
en grupos musicales
2 (2 %)
(PMMA)10. Esta prueba, ampliamente utilizada para estudios de reconocimiento de tono y ritmo en diversas afecciones, consta de dos series de 40 pares de patrones de tono
o ritmo para que el paciente decida si son iguales o diferentes. El explorador contabiliza el número de aciertos. Es
un test estandarizado, que no requiere formación musical,
sus instrucciones son sencillas y requiere unos 40 min. En
la prueba de los instrumentos (reconocimiento de timbre)
230 Acta Otorrinolaringol Esp. 2008;59(5):228-34
el paciente debe reconocer qué instrumentos musicales
suenan. Previamente se le pide que elija 10 instrumentos de
una lista de 13, y de los 10 que elige escuchará 7 en orden
aleatorio, contabilizando el número de aciertos (tabla I). En
la prueba de las canciones el usuario debe reconocer canciones populares. El objetivo es evaluar su capacidad para
reconocer una canción que conoció antes de quedarse sordo. Para ello se le presenta una lista de 15 canciones populares (tabla I). Elige las 10 que mejor conoce. Se le presentan 7 de las 10 que elija tanto en versión original como en
versión melódica (14 versiones) en orden aleatorio. Se contabilizan los aciertos.
Para el análisis de los resultados de la experiencia musical antes y después del implante coclear se utilizó el test de
Wilcoxon para datos apareados. Para valorar la influencia
de las variables sociodemográficas y clínicas en los resultados de los hábitos musicales después del implante coclear
se realizó un análisis de asociación bivariable mediante la
prueba de la ␹2 y el test de Fisher. Para valorar la influencia
de las variables sociodemográficas y clínicas en los resultados de las pruebas musicales, y la de éstas en la calidad de
vida, se realizaron comparaciones de medias entre grupos
por métodos no paramétricos (Mann-Whitney). Se consideró un nivel de significación estadística p < 0,05.
RESULTADOS
Cuestionario de la música
El porcentaje de respuesta para el cuestionario de la música fue del 84 % (74 pacientes). La mayor parte de los
usuarios de implante coclear tenían una experiencia musical muy limitada (tabla II). En la tabla III podemos ver la
variación de los hábitos musicales antes de la sordera y tras
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Lassaletta L et al. Percepción y disfrute de la música tras implante coclear
el implante coclear. Las horas semanales de escucha musical disminuyeron significativamente tras el implante
(p < 0,001). Del mismo modo el disfrute de la música se redujo tras el implante coclear cuando se comparó con la situación previa a la sordera (p = 0,005). Los usuarios que escuchaban más de 2 horas de música a la semana también se
consideraban personas que disfrutaban de la música
(p = 0,009). No encontramos asociación entre el disfrute de
la música y otras variables como edad, uso previo de audífonos, duración de la sordera, modelo de implante coclear,
experiencia musical o resultados auditivos.
Los valores medios para la calidad del sonido de la música a través del implante coclear fueron 58 para
“gusta-disgusta”, 58 para”suena como música-no suena
como música”, 49 para “natural-mecánica” y 45 para “fácil
de seguir-difícil de seguir” (fig. 1). Los valores de los 4 adjetivos se asociaron significativamente con el disfrute de la
música tras el implante coclear (tabla IV). Los valores del
adjetivo bipolar “suena como música-no suena como música” fueron significativamente mayores para los usuarios
de implantes MED-EL que para los de Nucleus (p = 0,004).
La puntuación del adjetivo “gusta-disgusta” se asoció con
el uso previo de audífonos (p = 0,03). Encontramos una relación inversa entre la experiencia musical y el adjetivo
“natural-mecánica”. Los usuarios con mayor formación y
entrenamiento musical evaluaron el sonido como más
mecánico que aquellos con menor experiencia musical
(p = 0,02). Encontramos una leve asociación entre los resultados de discriminación verbal y el adjetivo “fácil de seguir-difícil de seguir”. Los usuarios con discriminación de
monosílabos > 80 % puntuaron mejor “fácil de seguir”
(p = 0,02). No encontramos asociación entre los adjetivos
bipolares y otros datos demográficos o auditivos.
Tabla III. Variación de los hábitos musicales antes de la sordera
y después del implante coclear (IC)
Horas que escuchan
música cada semana
Antes de la sordera
Tras el IC
0-2 h
21 (32 %)
43 (61 %)
3-5 h
22 (33 %)
12 (17 %)
6-8 h
8 (12 %)
7 (10 %)
15 (23 %)
7 (10 %)
9 h o más
Considero que soy una persona que disfruta de la música
Muy en desacuerdo
En desacuerdo
10 (14 %)
8 (11 %)
24 (35 %)
De acuerdo
22 (31 %)
22 (32 %)
Muy de acuerdo
30 (43 %)
13 (19 %)
A pesar de la disminución significativa de los hábitos musicales, el 37 % de los
usuarios escuchan 3 h o más de música a la semana y el 51 % afirma disfrutar
de la música tras el IC.
100
80
60
40
20
0
Suena como
música-no
suna como
música
Test de música. Discriminación de tono, ritmo,
instrumentos y prueba canciones
El porcentaje de participación para el test de la música
fue del 74 % (65 pacientes). La figura 2 muestra los valores
medios obtenidos por los usuarios participantes en las
pruebas de discriminación de tono, ritmo, timbre y canciones populares. Los valores de discriminación de ritmo fue-
10 (14 %)
Gusta-disgusta
Natural-mecánica
Fácil de
seguir-difícil
de seguir
Figura 1. Valoración de la calidad de la música a través del implante
coclear. El usuario puntuó cada uno de los adjetivos bipolares entre
0 y 100.
Tabla IV. Relación entre la calidad de la música a través del implante coclear (IC) y el disfrute de la música posterior a la implantación
Disfrute de la música tras el IC
Calidad de la música a través del IC
En desacuerdo/muy en desacuerdo
Muy de acuerdo/de acuerdo
p*
Suena como música (50-100)
6 (27 %)
16 (73 %)
0,02
No suena como música (0-49)
27 (60 %)
18 (40 %)
Gusta (50-100)
1 (5 %)
18 (95 %)
Disgusta (0-49)
33 (67 %)
16 (33 %)
Natural (50-100)
8 (26 %)
23 (74 %)
Mecánica (0-49)
24 (71 %)
10 (29 %)
9 (27 %)
24 (73 %)
24 (71 %)
610 (29 %)0
Fácil de seguir (50-100)
Difícil de seguir (0-49)
< 0,0001
< 0,0001
0,002
*Prueba de Fisher.
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Lassaletta L et al. Percepción y disfrute de la música tras implante coclear
y la calidad de la música a través del implante coclear (tabla V). Los usuarios que valoraron con mejores puntuaciones los adjetivos “suena como música-no suena como
música”, “natural-mecánica” y “fácil de seguir-difícil de seguir” obtuvieron mejores resultados en el GBI. No hallamos una asociación entre los valores del GBI y las variables
demográficas, la experiencia musical, los hábitos musicales, la duración de la sordera o el modelo de implante coclear.
100
Porcentaje
75
50
25
0
Tono
Ritmo
Timbre
Canciones
Melodías
Figura 2. Puntuaciones del test de la música. Se observan los
valores medios y el intervalo del porcentaje de aciertos en
discriminación de tono (71; 42-92), ritmo (78; 40-95), timbre (61;
0-100), canciones (59; 14-93) y melodías (23; 0-83).
Tabla V. Puntuación en el test de calidad de vida GBI tras
la implantación coclear en función de la calidad del sonido
de la música a través del implante coclear (IC)
Calidad de la música
a través del IC
Puntuación total
del GBI, media ± DE
p*
Suena como música (50-100)
+49 ± 21
0,038
No suena como música (0-49)
+34 ± 30
Gusta (50-100)
+48 ± 21
Disgusta (0-49)
+36 ± 26
Natural (50-100)
+52 ± 22
Mecánica (0-49)
+36 ± 28
Fácil de seguir (50-100)
+51 ± 19
Difícil de seguir (0-49)
+37 ± 22
NS
0,016
0,027
DE: desviación estándar; GBI: Glasgow Benefit Inventory; NS: sin significación
estadística.
*Prueba de Mann-Whitney.
ron mayores que los de tono y timbre. Por otra parte, el reconocimiento de canciones populares originales fue claramente superior al de melodías. Los resultados del test de la
música no se asociaron con el disfrute de la música. Encontramos una leve asociación entre los resultados auditivos y
el test de la música. Los usuarios con porcentajes de discriminación de monosílabos > 80 % obtuvieron mejores resultados en la prueba de los instrumentos (p = 0,02) y en el
reconocimiento de melodías (p = 0,01), pero no en la discriminación de tonos o ritmos.
Evaluación de la calidad de vida mediante el Glasgow
Benefit Inventory
El cuestionario de calidad de vida GBI fue contestado
por 72 pacientes (82 %). El beneficio total para la implantación coclear fue +45; fueron positivos los valores de los
3 dominios, +60 para el general, +23 para el social y +6
para el físico. La inmensa mayoría de los pacientes (97 %)
obtuvieron una puntuación total positiva. Encontramos
una asociación significativa entre las puntuaciones del GBI
232 Acta Otorrinolaringol Esp. 2008;59(5):228-34
DISCUSIÓN
En los últimos años han surgido nuevas aspiraciones
para los pacientes con implante coclear. Ya no es suficiente
comunicarse, objetivo fundamental de estos dispositivos.
El usuario de un implante quiere tener una vida lo más
normal posible e, indudablemente, la música forma parte
de la vida actual. Está claro que las limitaciones técnicas de
los implantes actuales, especialmente la falta de información sobre las frecuencias bajas, son la causa de la dificultad de los implantados para percibir correctamente la música. Muchos describen el sonido de la música como
desagradable o mecánico12, y muchos presentan dificultades para identificar ritmos, reconocer melodías8 y detectar
cambios de tono13. Y todo esto puede ocurrir a pesar de obtener una excelente discriminación en conversaciones.
Como en estudios previos14, hemos encontrado mejores resultados en la discriminación de patrones musicales simples (ritmo y tonos) que en la de patrones complejos (canciones). Dentro de los primeros, mejor el ritmo que el tono,
y dentro de los segundos, mejor las canciones originales
que las melodías. Sin embargo, el disfrute de la música,
que comprende no sólo factores acústicos, sino también
factores culturales o sociales, no puede reducirse únicamente a una cuestión de capacidad de percepción o discriminación. Los resultados de nuestro estudio reflejan la
dificultad de las personas con implante coclear para mantener los hábitos musicales previos a la sordera. Tanto el
tiempo semanal que dedican a escuchar música como el
disfrute de la música disminuyen significativamente tras el
implante. No obstante, los resultados no son del todo negativos si tenemos en cuenta que la mitad de los implantados dicen disfrutar de la música tras el implante y casi un
40 % escucha 3 o más horas de música a la semana. La opinión de los implantados sobre su capacidad de seguir disfrutando de la música depende de los instrumentos empleados para evaluarla. En una encuesta enviada a
63 implantados adultos, el 75 % dijo disfrutar de la música
antes de la sordera, el 83 % refirió una disminución del disfrute de la música tras el implante y el 51 % valoró el sonido a través del implante coclear como desagradable o difícil de seguir15. En el estudio de Leal et al7 el porcentaje de
usuarios que disfrutaban de la música fue el 62 %. Cuando
analizamos qué factores influyen en el disfrute de la música, encontramos que éste no se relacionó con los resultados
auditivos ni con las puntuaciones del test de la música. Estos hallazgos enfatizan que el disfrute de la música no depende sólo del rendimiento del implante coclear, y de he-
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Lassaletta L et al. Percepción y disfrute de la música tras implante coclear
cho no es imprescindible reconocer instrumentos o melodías para disfrutar de la música. El disfrute de la música tras
el implante no se relacionó con variables demográficas, experiencia musical ni con los resultados de discriminación
verbal.
Una de las principales quejas de los usuarios de un implante coclear es la calidad del sonido a través de él. En
nuestro estudio, las puntuaciones de los usuarios para los
adjetivos fueron aceptables, en torno a 50 sobre 100. El hallazgo más significativo fue la relación entre la calidad del
sonido a través del implante coclear y el disfrute de la música. Los usuarios que valoraron mejor la calidad del sonido autoevaluaron mejor su disfrute de la música. Por lo
tanto, a pesar de la complejidad de la música y de las variaciones entre individuos en función de formación, gustos
y experiencia musical, la calidad del sonido de la música
parece un factor fundamental para que las personas con
implante coclear puedan disfrutar de la música. Otro aspecto controvertido acerca de la percepción de la música es
la diferencia entre los distintos modelos de implante coclear y sus correspondientes estrategias de codificación. En
nuestro trabajo encontramos que los usuarios de implantes
MED-EL valoraron mejor el adjetivo “suena como música”
que los usuarios de Nucleus. Sin embargo, no encontramos
diferencias significativas en el resto de los adjetivos que valoraban la calidad del sonido musical. Una de las posibles
explicaciones para este hallazgo sería la profundidad de inserción, que determina la posición del electrodo más apical
en la cóclea. La inserción completa de la guía de electrodos
de MED-EL llega a 31 mm, mientras que la de Nucleus es
sólo de 20 mm. Se supone que una guía de electrodos más
larga supone una estimulación de más terminaciones nerviosas y esto puede suponer una ventaja en la percepción
de la música16. En el estudio de Hochmair et al17, con 10 implantados MED-EL (inserción completa), la discriminación
de palabras era mejor cuando se usaban 8 electrodos distribuidos por toda la longitud de la guía que cuando se usaban sólo los 8 basales. En el estudio de Gfeller et al18 los
usuarios de MED-EL tuvieron mejores resultados en la discriminación del timbre que los usuarios de Nucleus. Sin
embargo, en un estudio más reciente del mismo grupo, que
incluyó 7 Nucleus 22, 38 Nucleus 24, 6 Nucleus Contour,
22 Clarion y 6 Ineraid con un procesador MED-EL, no se
hallaron diferencias sustanciales entre los diferentes tipos
de implante coclear ni entre las diversas estrategias de codificación19. En nuestro estudio no encontramos diferencias
significativas en los resultados auditivos entre ambos tipos
de implante. Tampoco aparecieron diferencias en la discriminación de ritmos, tonos, instrumentos y canciones. Existe
una nueva corriente basada en la estimulación electroacústica, en la que un implante coclear con un electrodo muy
corto estimula las frecuencias agudas de la zona más basal
de la cóclea, mientras que un audífono integrado en el mismo dispositivo amplificaría la audición en frecuencias graves que debe preservarse durante la cirugía. A pesar de ser
una tecnología controvertida, los primeros resultados en
cuanto a percepción de la música son prometedores. En un
reciente estudio de la Universidad de Iowa acerca de reconocimiento de melodías familiares, los usuarios de varios
implantes convencionales obtuvieron un porcentaje de
aciertos en torno al 30 %, sin diferencias en cuanto a tipo de
implante o estrategia de codificación. Los usuarios de electrodos cortos obtuvieron puntuaciones en torno al 80 % de
aciertos20.
Otro aspecto discutido sobre la percepción y el disfrute
de la música es el entrenamiento musical21. Fujita et al9 realizaron un estudio con canciones infantiles en 8 adultos implantados. Demostraron que para el reconocimiento de las
canciones se basaban en una mezcla de claves que incluían
ritmo, tono, tempo, pero fundamentalmente en la información verbal. En este trabajo los usuarios con más experiencia musical eran capaces de reconocer las canciones con
más facilidad, lo que indica que eran capaces de extraer la
máxima información de menos elementos musicales. Por el
contrario, en los estudios de Kong et al8 y Gfeller et al6 no
se encontraron diferencias en el reconocimiento de melodías entre los usuarios con mayor o menor entrenamiento
musical. En nuestro estudio la experiencia musical no se relacionó con el disfrute de la música. Curiosamente, los
usuarios con mayor experiencia musical tuvieron peores
puntuaciones en el adjetivo “natural-mecánica” que aquellos con menos experiencia. Mientras que personas con mayor formación musical podrían obtener mejores resultados
en percepción de melodías, a la vez les hace ser más críticos en la evaluación del sonido a través del implante coclear.
Las personas con implante coclear no encuentran el sonido de los instrumentos musicales tan agradable como lo
hacen las personas normoyentes, especialmente cuando
emiten sonidos agudos18, y, sobre todo, no son capaces de
captar las características de claridad, brillantez o riqueza,
tan importantes para poder apreciar correctamente y en
toda su magnitud el sonido de la música. En nuestro estudio encontramos mejores resultados en la discriminación
de ritmos que en la de tonos, y mejores resultados en la discriminación de canciones originales que de melodías sin letra. Estos hallazgos corroboran, como estudios previos, que
los implantados reconocen mejor los patrones musicales
simples que los complejos, y que el reconocimiento de canciones se basa en las claves vocales más que en la melodía9.
Numerosos estudios han demostrado que la implantación coclear supone una mejora de la calidad de vida para
la gran mayoría de los usuarios3,22, con beneficios que trascienden los meramente auditivos. Se ha descrito mejora de
la autoconfianza, incremento de las actividades sociales y,
en general, mejora de las funciones físicas, psicológicas y
sociales23. Curiosamente, no se han aclarado los factores
que afectan a la calidad de vida24, y no existe una correlación entre los resultados audiológicos y la satisfacción del
usuario. La música desempeña un papel fundamental en la
vida actual y supone una contribución relevante a la calidad de vida. Tanto las personas normoyentes como las personas con hipoacusia están continuamente expuestas a música. En nuestro estudio encontramos una asociación entre
la calidad del sonido a través del implante coclear y la calidad de vida tras la implantación. Los usuarios que describieron el sonido más como música, que les gustaba, les parecía más natural y fácil de seguir obtuvieron mejores
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Lassaletta L et al. Percepción y disfrute de la música tras implante coclear
resultados en el test de calidad de vida GBI. La enorme
complejidad tanto de la música como de la calidad de vida
no puede simplificarse en un único cuestionario. Sin embargo, nuestros resultados indican que, a pesar de las enormes variaciones en cuanto a disfrute de la música tanto en
normoyentes como en implantados, la mejora de la calidad
del sonido a través del implante coclear es importante para
mejorar la calidad de vida de la persona con implante, y
éste debe ser el objetivo fundamental de la implantación
coclear.
CONCLUSIONES
La percepción y el disfrute de la música son objetivos
aún no solucionados completamente con la tecnología actual de los implantes cocleares. Aunque los hábitos musicales disminuyen con la sordera, aproximadamente la mitad de las personas con implante dicen disfrutar de la
música.
Ni el disfrute ni la percepción de la música están claramente relacionados con los resultados auditivos ni con variables habitualmente relacionadas con el beneficio del implante coclear, tales como duración de la sordera o edad en
la implantación. Sin embargo, la calidad de la música a través del implante sí se relaciona con el disfrute de la música.
La percepción de patrones musicales simples (ritmo o
tono) es mucho más fácil para los implantados que la de
patrones complejos, y el reconocimiento de canciones se
basa en las claves verbales más que en la melodía.
La valoración subjetiva del sonido de la música a través
del implante coclear se relaciona con la calidad de vida tras
el implante, y la mejora de ésta debe ser el objetivo primordial de la implantación coclear.
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