Documento descargado de http://www.elsevier.es el 16/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. (Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2008; 56: 417-424) ORIGINAL BREVE Eficacia analgésica de la infusión continua de anestésico local en la herida quirúrgica tras histerectomía abdominal M. A. Gómez Ríos1, L. Vázquez Barreiro2, L. Nieto Serradilla2, J. C. Diz Gómez2, S. López Álvarez1 Servicio de Anestesiología y Reanimación. 1Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC). 2Complexo Hospitalario Universitario Vigo (CHUVI). Resumen OBJETIVO: Evaluar la calidad de la analgesia postoperatoria en mujeres sometidas a histerectomía abdominal, valorando dos técnicas diferentes de analgesia intravenosa (paracetamol, ketorolaco y bolos de morfina) con o sin infusión continua de anestésico local en la herida quirúrgica. Se valoró además el índice de satisfacción experimentado por las pacientes. MATERIAL Y MÉTODO: Estudio preliminar, prospectivo y aleatorio, en pacientes ASA I-II, divididas en dos grupos: grupo catéter, mujeres que recibieron analgésicos intravenosos y bupivacaína (0,25%) en infusión continua (2 ml/h) a través de un catéter subcutáneo; grupo control, recibieron exclusivamente analgesia intravenosa. Las variables de estudio fueron la intensidad del dolor (evaluado mediante escala verbal numérica) en reposo y movimiento, requerimientos de morfina durante las primeras 48 horas y complicaciones relacionadas con los fármacos utilizados y con la técnica. RESULTADOS: Se incluyeron 26 pacientes, 10 pacientes en el grupo catéter y 16 en el grupo control. Las diferencias encontradas con respecto al dolor, tanto en reposo como en movimiento, fueron estadísticamente significativas en la URPA. También existieron diferencias significativas en el dolor al movimiento a las 24 h (p < 0,004) y a las 48 h (p < 0,020). Asimismo los requerimientos de morfina en la URPA fueron significativamente mayores en el grupo control (3,20 ± 1,79 mg frente a 8 ± 2,27 mg, p < 0,002). La deambulación fue más temprana en el grupo catéter. No hallamos diferencias en las complicaciones. CONCLUSIONES: El tratamiento del dolor postoperatorio mediante infusión continua de anestésico local en la herida quirúrgica tras histerectomía abdominal es una técnica analgésica eficaz, que proporciona un muy buen control del mismo con un reducido consumo de morfina, escasos efectos adversos, un alto índice de satisfacción de las mujeres y la percepción de éstas de recibir una analgesia de calidad. Palabras clave: Histerectomía. Dolor postquirúrgico. Analgesia multimodal. Infusión continua de anestésico local en herida quirúrgica. Correspondencia: Dr. M. A. Gómez Ríos Servicio de Anestesiología y Reanimación Complejo Universitario A Coruña Xubias de Arriba, 84 15006 A Coruña E-mail: [email protected] Aceptado para su publicación en junio de 2009. 25 Efficacy of a continuous infusion of local anesthetic into the surgical wound for pain relief after abdominal hysterectomy Summary O BJECTIVE : To assess the quality of postoperative analgesia provided by intravenous administration of paracetamol and ketorolac plus morphine in bolus doses with or without continuous infusion of local anesthetic into the surgical wound after abdominal hysterectomy. Patient satisfaction was included among the outcomes assessed. MATERIAL AND METHODS: Prospective pilot study in ASA 1-2 patients randomized to 2 groups: women in the subcutaneous catheter group received intravenous analgesics plus a continuous infusion (2 mL/h) of 0.25% bupivacaine whereas women in the control group received only the intravenous analgesics. The outcome measures were pain intensity assessed on a verbal numerical scale at rest and with movement, morphine requirements in the first 48 hours after surgery, and complications related to the drugs used or the technique. RESULTS: Twenty-six patients were enrolled; 10 were randomized to the catheter group and 16 to the control group. Statistically significant between-group differences in pain both at rest and with movement were found while the women were in the postoperative recovery unit. Postoperative pain with movement was also significantly different at 24 hours (P<.004) and 48 hours (P<.02). Similarly, mean (SD) morphine requirements in the recovery unit were significantly greater in the control group, at 8 (2.27) mg, compared with 3.20 (1.79) mg in the catheter group (P<.002). Walking began earlier in the catheter group. No differences were found in the incidences of complications. C ONCLUSIONS : Postoperative pain is effectively relieved by continuous infusion of local anesthetic into the surgical wound after abdominal hysterectomy. This technique provides good analgesia with less morphine consumption and scarce adverse effects. Patient satisfaction and the sense of receiving quality pain management are high. Key words: Hysterectomy. Postoperative pain. Multimodal analgesia. Continuous surgical wound infusion of local anesthetic. 417 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 16/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 56, Núm. 7, 2009 Introducción El control adecuado del dolor agudo postoperatorio constituye un indicador de calidad asistencial, y es calificado por los pacientes como prioritario en las encuestas de satisfacción1. Su tratamiento inapropiado es un problema bien documentado 2, que persiste a pesar de los avances científicos en el conocimiento sobre la fisiopatología del dolor, introducción de nuevos fármacos o empleo de técnicas multimodales3-4. La histerectomía abdominal, con o sin doble anexectomía, es un procedimiento quirúrgico frecuente5 que cursa con una elevada incidencia de dolor de carácter moderado o severo en el periodo postoperatorio6-10. Ello ha motivado que se hayan propuesto diferentes técnicas y pautas analgésicas para su control de un modo eficiente5,11-20. La administración de analgésicos endovenosos pautados con intervalos fijos de tiempo y los sistemas de analgesia controlada por el paciente (ACP), si bien han mostrado su eficacia, no están exentos de efectos adversos como un control insuficiente del dolor y un postoperatorio prolongado 21,22. Habitualmente los requerimientos de morfina en el postoperatorio de la histerectomía son importantes23, lo que conlleva diversos efectos secundarios como náuseas y vómitos, íleo e inmovilización24,25. La utilización de técnicas avanzadas para el alivio del dolor, como la analgesia epidural, puede suponer una analgesia de calidad superior26,27, pero son modalidades más invasivas28, con mayor índice de fallos e implican una sobrecarga laboral y económica27. Otras modalidades analgésicas se han centrado en la utilización de anestésicos locales (AL), mediante infiltración subcutánea7,8,29-35, instilación intraperitoneal7,29 o subfascial36. A través de estas se pretende bloquear los nociceptores periféricos, localizados en la pared abdominal, con el fin de controlar el dolor incisional, componente importante del dolor posthisterectomía5. La infiltración intraoperatoria de la herida quirúrgica es un método analgésico bien establecido, pero su efecto es limitado, de aproximadamente cuatro horas37. Éste puede prolongarse mediante la colocación de un catéter por el cirujano en el lugar de la incisión38,39, permitiendo la administración continua de AL en el seno de la herida quirúrgica. Si bien existen estudios que demuestran la seguridad y eficacia de esta técnica analgésica en otros tipos de cirugía40, son limitadas las referencias de su utilización tras histerectomía. Asimismo desconocemos otros aspectos relevantes como cuál es la localización óptima del catéter y qué volumen y concentración de AL resulta más eficaz4,39,40. 418 Nuestra hipótesis de estudio fue que la utilización de AL en la herida quirúrgica disminuiría la incidencia de dolor postoperatorio en comparación con un grupo control. El objetivo principal de este estudio fue evaluar la calidad de la analgesia postoperatoria en pacientes sometidas a histerectomía abdominal, comparando dos técnicas diferentes de analgesia, una pauta estándar de paracetamol, ketorolaco y bolos de morfina endovenosos y una pauta de infusión de AL mediante catéter incisional asociado a la anterior. Como objetivos secundarios se valoró la incidencia de complicaciones y/o efectos adversos relacionados con la técnica y el índice de satisfacción experimentado por las pacientes. Material y métodos Tras la aprobación por el Comité de Ética del hospital, se realizó un estudio clínico, prospectivo, aleatorizado, controlado y no ciego en pacientes programadas para histerectomía con doble anexectomía mediante incisión de Pfannenstiel con anestesia general. Se incluyeron 26 pacientes ASA I-II, de edades comprendidas entre 30 y 60 años, capacitadas para entender la técnica analgésica y el funcionamiento del sistema de infusión, habiendo otorgado previamente su consentimiento escrito. Se excluyeron pacientes con antecedentes de alergia a los AL, coagulopatía, e infecciones locales de la piel. Tampoco se incluyeron mujeres con úlcera gastroduodenal, alérgicas a los antiinflamatorios no esteroideos, en tratamiento para síndromes de dolor crónico y aquellas incapaces de comprender las escalas de evaluación del dolor. En el quirófano se monitorizó a las pacientes con electrocardiografía, presión arterial no invasiva, saturación periférica de oxígeno y valores de CO2 espirado (EtCO2). Todas las pacientes fueron premedicadas con 2 mg de midazolam y 50 mg de ranitidina ambos iv. La inducción anestésica se realizó con fentanilo (4 μg.kg–1), propofol (2,5 mg.kg–1) y cisatracurio (0,2 mg.kg–1) para la intubación orotraqueal. La ventilación se ajustó para mantener normocapnia (EtCO2 3040 mmHg) utilizando una mezcla de oxígeno-aire (FiO2 de 50%). El mantenimiento se llevó a cabo con propofol (6-10 mg.kg–1.h–1), y fentanilo y cisatracurio administrados de forma intermitente. Al finalizar se revirtió el bloqueo neuromuscular si el cociente TOF era inferior a 0,75, siempre que existieran al menos dos respuestas. A todas las pacientes se administró 1 g de paracetamol tras la inducción anestésica y 4 mg de ondansetrón, 10 minutos antes de la extubación, para la profilaxis de náuseas y vómitos postoperatorios. 26 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 16/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. A. GÓMEZ RÍOS ET AL– Eficacia analgésica de la infusión continua de anestésico local en la herida quirúrgica tras histerectomía abdominal Fig. 1. Inserción percutánea del catéter a través de introductor a un centímetro del extremo de la incisión. Fig. 2. Visualización del catéter tras sutura de la herida quirúrgica. A su llegada al quirófano las pacientes fueron divididas en dos grupos mediante una lista de aleatorización obtenida a través de sistema informático. En el grupo catéter, el cirujano, tras el cierre de la fascia, colocó un catéter subcutáneo multiperforado de 12,5 cm de longitud, introducido de forma percutánea a un centímetro de uno de los extremos de la incisión (Fig. 1 y 2), instilando posteriormente, a través del mismo, una solución de 15 ml de bupivacaína al 0,25%. Se inició infusión continua de AL al ingreso en la Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA), a un ritmo de 2 ml/h de bupivacaína al 0,25%, a través de una bomba de infusión continua, sin posibilidad de bolos adicionales (equipo ON-Q Painbuster, Soaker). La infusión se mantuvo 48 horas, tras las cuales se retiraba el catéter y se desechaba el equipo. Las pacientes recibieron además la misma pauta de analgesia intravenosa que el grupo control. En el grupo control, se administró una pauta de analgesia endovenosa, con 1 g de paracetamol y 30 mg de ketorolaco (alternos) cada 8 horas. Tras la cirugía, todas las pacientes permanecieron en la URPA 4 horas, tras las cuales fueron trasladadas a la planta de hospitalización. En ambos grupos, como analgesia de rescate en la URPA, se administró bolos endovenosos de 2 mg de cloruro mórfico cuando presentaban dolor severo (valoración del dolor igual o superior a 4/5 en la escala verbal numérica). Dicha pauta se repetía cada 15 minutos hasta alcanzar el control del dolor (menor de 2/5 en la escala verbal numérica). En la sala de hospitalización las pacientes disponían de un sistema de ACP, que permitía la administración intravenosa de bolos de 1 mg de cloruro mórfico, con un tiempo de cierre de 5 minutos, un máximo de 8 bolos/h y sin infusión continua. El dispositivo se instaló en la URPA, se instruyó sobre su manejo previamente al alta de la unidad y se retiró en sala de hospitalización a las 48 horas. Durante el periodo de estudio se registró la intensidad del dolor postoperatorio, consumo de morfina, incidencia de complicaciones derivadas de su utilización (íleo paralítico, retención urinaria, náuseas y vómitos, tolerancia oral), capacidad para la deambulación, infección o edema en herida quirúrgica, tiempo transcurrido hasta el alta y grado de satisfacción con la analgesia recibida. La evaluación postoperatoria del dolor fue realizada por una enfermera entrenada en técnicas de valoración del dolor, a los 30 minutos, 1, 2, 4, 24 y 48 horas mediante la Escala verbal numérica (1 = no dolor, 2 = dolor leve, 3 = dolor moderado, 4 = dolor severo, 5 = dolor muy severo), tanto en reposo como en movimiento. A las 48 horas se realizó una encuesta del grado de satisfacción experimentado por las pacientes mediante el uso de una escala numérica de 0 (no satisfecho) a 100 (enteramente satisfecho). Del mismo modo se evaluó la técnica analgésica mediante un cuestionario directo, utilizando los conceptos de excelente, muy bueno, bueno, regular y malo. Las náuseas y vómitos se valoraron al ingreso, al alta de la URPA y a las 48 horas, mediante escala numérica de 0 a 3 (0: ausencia de náuseas; 1: náuseas leves; 2: náuseas y/o vómitos moderados que precisan tratamiento; 3: náuseas y/o vómitos severos a pesar del tratamiento). Se utilizó metoclopramida, 10 mg endovenosos como tratamiento de rescate. Asimismo la herida quirúrgica fue valorada por un observador externo (ginecólogo), quién la inspeccionó diariamente para evidenciar posibles signos de infección y/o edema, que fueron registrados en una escala de 0-4 (0 = no evidencia de signos de inflamación, 1 = leve enrojecimiento sin evidencia de inflamación, 27 419 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 16/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 56, Núm. 7, 2009 Resultados TABLA 1 Características de los grupos Grupo catéter Número Edad Peso Talla Diagnóstico Cirugía ASA Grupo control 10 16 47,20 ± 5,17 50,63 ± 5,50 64,80 ± 8,73 66 ± 10,06 155,20 ± 5,63 160 ± 5,40 Útero polimiomatoso 6 (60,0%) 6 (37,5%) Endometriosis 2 (20,0%) 4 (25,0%) Hemorragia disfuncional 0 (0,0%) 4 (25,0%) Otros 2 (20,0%) 2 (12,5%) HT 8 (80,0%) 6 (37,5%) HT+DA 2 (20,0%) 10 (62,5%) I 8(80,0%) 10 (62,5%) II 2 (20,0%) 6 (37,5%) HT: Histerectomía; HT + DA: Histerectomía más doble anexectomía. Media ± DE. Datos como número de pacientes (%). 2= enrojecimiento y signos leves de inflamación, 3 = inflamación marcada pero sin evidencia de infección y 4 = pus en herida quirúrgica). Análisis estadístico Las variables cuantitativas se expresan como media ± desviación estándar. Las variables cualitativas en porcentaje. Se realizó una estadística descriptiva, y para la comparación entre ambos grupos de estudio se utilizó la t-Student de datos no relacionados para las variables cuantitativas y la Chi-cuadrado o la prueba exacta de Fisher para las cualitativas. Se consideró significativo un valos de p < 0,05. Se utilizó el programa estadístico SPSS v.14 (SPSS Inc, EEUU). Se incluyeron en el estudio 26 pacientes. La distribución fue de 10 casos en el grupo catéter incisional y 16 en el grupo control. Seis pacientes del grupo catéter incisional fueron excluidos, tres por colocación incorrecta del catéter y otras tres por extracción accidental. No hubo diferencias significativas entre ambos grupos respecto a las características demográficas (Tabla 1) y dosis de fentanilo administradas en el quirófano (grupo catéter: 725 ± 211 μg frente a 688 ± 162 μg en el grupo control). En las Tablas 2 y 3 se muestran los datos de valoración del dolor en los diferentes periodos de estudio, el consumo de morfina y la incidencia de efectos adversos. No existieron diferencias en la valoración del dolor entre los grupos a la llegada a la URPA. Las diferencias encontradas, tanto en reposo como en movimiento, fueron estadísticamente significativas desde la primera hora a la 4 hora (periodo de estancia en URPA) (Tabla 2). También existieron diferencias significativas en movimiento a las 24 h (p < 0,004) y 48 h (p < 0,02), que, sin embargo, no lo fueron en la evaluación del dolor en reposo a las 48 horas (p < 0,150), aunque si a las 24 horas (p < 0,003) (Tabla 3). Así mismo los requerimientos de morfina durante la estancia en URPA fueron significativamente mayores en el grupo control (3,20 ± 1,79 grupo catéter frente a 8,0 ± 2,27 grupo control, p < 0,002). Hubo una mayor tendencia a presentar náuseas y vómitos en el postoperatorio y a precisar antieméticos en el grupo control, sobre todo en las primeras 4 horas. TABLA 2 Valoración dolor, consumo morfina y efectos adversos URPA Dolor Llegada 30 minutos 1 hora 2 horas 4 horas Morfina Náuseas y/o vómitos 0 1 2 3 Reposo Movimiento Reposo Movimiento Reposo Movimiento Reposo Movimiento Reposo Movimiento Grupo catéter Grupo control p 1,40 ± 0,55 1,60 ± 0,9 1,40 ± 0,55 1,40 ± 0,55 1,00 ± 0,10 1,20 ± 0,45 1,00 ± 0,10) 1,40 ± 0,55 1,00 ± 0,10 1,60 ± 0,90 3,20 ± 1,79 8 (80,0%) 2 (20,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 2,5 ± 1,41) 2,63 ± 1,30 2,50 ± 1,31 2,75 ± 1,28 2,50 ± 0,76 2,88 ± 0,83 2,50 ± 0,76 3,13 ± 1,13 2,25 ± 0,71 2,63 ± 0,74 8 ± 2,27 6 (37,5%) 2 (12,5%) 8 (50,0%) 0 (0,0%) 0,077 0,153 0,106 0,050 0,001 0,002 0,001 0,009 0,002 0,047 0,002 ns Media ± DS. Datos como valor en la Escala numérica (ver texto), mg de morfina o nº de pacientes (%). 420 28 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 16/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. A. GÓMEZ RÍOS ET AL– Eficacia analgésica de la infusión continua de anestésico local en la herida quirúrgica tras histerectomía abdominal TABLA 3 Valoración dolor y consumo de morfina en la habitación Dolor 24 horas 48 horas Morfina (mg) Náuseas y/o vómitos 24 horas 48 horas 12 horas 24 horas 48 horas Reposo Movimiento Reposo Movimiento 0 1 2 3 0 1 2 3 0 1 2 3 Grupo catéter Grupo control p 1,00 ± 0,1 1,60 ± 0,55 1,20 ± 0,45 1,2 ± 0,45 0,00 ± 0,00 0,00 ± 0,00 10 (100,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 10 (100,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 10 (100,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 1,75 ± 0,46 3,0 ± 0,76 1,38 ± 0,52 2,50 ± 1,2 3,25 ± 6,00 1,75 ± 3,06 10 (62,5%) 4 (25,0%) 2 (12,5%) 0 (0,0%) 10 (62,5%) 2 (12,5%) 4 (25,0%) 0 (0,0%) 16 (100,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 0,003 0,004 0,546 0,020 0,258 0,150 Ns Media ± DS. Datos como valor en la Escala numérica (ver texto), mg de morfina o nº de pacientes (%). No hubo diferencias en el resto de parámetros estudiados (aspecto de la herida quirúrgica, retención urinaria, tolerancia oral, días de estancia hospitalaria), salvo en la deambulación, que fue significativamente más precoz en el grupo catéter (p < 0,001) (Tabla 4). Tampoco hubo diferencias significativas en el grado de satisfacción y ambos grupos calificaron la técnica analgésica como muy buena. Discusión La histerectomía abdominal es un procedimiento que se asocia con dolor moderado a severo en la mayoría de estudios6-11. Los resultados de este estudio clínico revelan un buen control del dolor postoperatorio en ambos grupos. Ninguna mujer del grupo de infusión de AL a través de catéter en la herida quirúrgica presentó dolor moderado en algún momento del estudio; sin embargo, en el grupo control (sólo analgesia endovenosa) las pacientes presentaron dolor moderado con el movimiento a las 2 y 24 horas, pero ninguna presentó dolor severo. Salvo en el momento de la llegada a la URPA, en todos los demás tiempos del estudio hay diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la reducción del dolor, tanto en reposo como en movimiento, en el grupo portador de catéter. Asimismo, existe un importante ahorro de morfina en la URPA relacionado con la mejor calidad analgésica. Además, ésta no fue necesaria en la planta en este grupo. En el año 2006 Liu et al40 publicaron una revisión sistemática de los estudios clínicos controlados y randomizados realizados hasta esa fecha, valorando la 29 eficacia de la administración de AL a través de catéteres colocados en la herida quirúrgica, en la que se mostraba una disminución en el consumo de opiáceos y en la incidencia de náuseas y/o vómitos postoperatorios, especialmente en la cirugía general y ginecológico-urinaria, junto a la mayor satisfacción de los pacientes en todos los subgrupos. Se observó también la reducción en un día de la estancia hospitalaria, lo que avala la eficacia analgésica de la técnica, en una gran variedad de procedimientos quirúrgicos, independientemente del AL utilizado y de la localización del catéter. El número de estudios que valoran la eficacia de la infusión de sustancias analgésicas a través de un catéter subcutáneo en obstetricia o ginecología es escaso. Existen siete estudios clínicos controlados, randomizados y doble ciego realizados en cesáreas (incisión Pfannenstiel) que demuestran que la infusión de AL41-46, o AINE47 en la herida quirúrgica mejora el confort postoperatorio al mejorar el control del dolor, disminuye los requerimientos de opioides y no está asociada a complicaciones significativas. Los resultados encontrados en la literatura tras histerectomía abdominal con doble anexectomía no son tan concluyentes. Existen siete estudios clínicos controlados, randomizados y doble ciego, cuatro con grupo placebo como control37,38,48,49 y tres sin grupo placebo39,50,51. En cuatro la infusión de AL se asoció a un descenso significativo del dolor postoperatorio y de los requerimientos analgésicos37,39,50,51, mientras que en dos no se encontraron diferencias48,49. Con respecto al tipo de catéter tres estudios utilizaron un catéter epidural con un único orificio distal38,49,50; 421 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 16/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 56, Núm. 7, 2009 TABLA 4 Otras variables descriptivas en la sala de hospitalización Distensión abdominal 24 horas 48 horas Expulsión gases heces 24 horas 48 horas Herida 24 horas 48 horas Tolerancia oral (horas) Deambulación (horas)* Ingreso (días) Satisfacción Sí No Sí No Sí No Sí No 0 1 2 0 1 2 Grupo Catéter Grupo control 0 (0,0%) 10 (100,0%) 0 (0,0%) 10 (100,0%) 4 (40,0%) 6 (60,0%) 6 (60,0%) 4 (40,0%) 4 (40,0%) 6 6(0,0%) 0 (0,0%) 2 (20,0%) 8 (80,0%) 0 (0,0%) 22,60 ± 3,58 21,60 ± 2,07 8,00 ± 1,58 94 8 (50,0%) 8 (50,0%) 8 (50,0%) 8 (50,0%) 4 (25,0%) 12 (75,0%) 16 (100,0%) 0 (0,0%) 14 (87,5%) 2 (12,5%) 0 (0,0%) 0 (0,0%) 14 (87,5%) 2 (12,5%) 21,25 ± 6,56 36,88 ± 3,22 9,75 ± 2,37 87 *p < 0,001. Media ± DE. Datos como nº de pacientes (%). dos un catéter epidural multiperforado39,51, y dos usaron un catéter multiperforado de incisión quirúrgica37,48. En referencia a la localización del catéter, en cuatro fue colocado por encima de la fascia37,38,49,50, en uno supravaginal37 y en otro subfascial48. La situación suprafascial y supravaginal se asoció con una mejora de la analgesia postoperatoria37,50, pero la colocación entre peritoneo y fascia no proporcionó beneficios. Sin embargo un estudio más reciente39, al comparar las principales localizaciones, concluye que la infusión suprafascial proporciona mejor analgesia con respecto a la localización subfascial en las primeras 12 horas. Las concentraciones y el tipo de AL empleados fueron diversos, bupivacaína 0,25%38,39,48,51, ropivacaína 0,1 o 0,2%50, levobupivacaína 0,25%37 y bupivacaína 0,5%49. No se encontraron diferencias en la eficacia analgésica entre ropivacaína 0,1% al compararla con ropivacaína 0,2%50, lo que sugiere que no hay efecto aditivo con dosis altas de AL. La administración de AL se llevó a cabo con perfusión continua37,49,51 o bolos intermitentes38,39,48. En un solo estudio se infiltró a nivel subcutáneo antes del cierre de la herida37. En ninguna de las investigaciones se describieron complicaciones significativas o efectos secundarios de los sistemas. No hubo evidencia de infección local de la herida o sistémica37,38,48,49,50 y la incidencia de náuseas y vómitos fue baja37,38,50. En definitiva aquellos estudios que no encontraron diferencias en la calidad anagésica parecen ser los que utilizaron catéter epidural y no catéter multiperforado, no administraban bolo al inicio y la administración del 422 anestésico era en bolos intermitentes, no en infusión continua. La importancia de estos factores en el éxito de las técnicas de infusión de la herida quirúrgica con AL está todavía por determinar, pero en opinión de los autores son factores clave para asegurar la eficacia analgésica y poder disminuir el consumo de opioides. Los resultados de nuestro estudio (catéter multiperforado, bolo inicial e infusión continua) son concordantes con los encontrados por Gupta et al33,48 y con los estudios de cesáreas realizadas mediante la incisión de Pfannenstiel. Sin embargo, son necesarios más estudios comparativos para determinar cuál es el fármaco de elección, la concentración de anestésico y el régimen de administración (bolos, infusión continua, infusión continua más bolos) más adecuados. Nuestra hipótesis de estudio no puede ser rechazada al reducirse la incidencia del dolor en más de un 25% en el grupo de mujeres portadoras de catéter, con respecto al grupo control, en todos los tiempos analizados. Sin embargo, nuestro estudio tiene limitaciones importantes, como el tamaño muestral y la ausencia de enceguecimiento. No obstante, las diferencias encontradas en nuestro estudio apoyan la utilización de una infusión continua de AL en la herida quirúrgica. Para avalar tal afirmación se necesitaría una muestra como mínimo de 18 pacientes en cada grupo para detectar una diferencia entre 1,6 y 3,1 (error alfa del 5% y una potencia del 90% utilizando la t-Student). Aplicando un criterio más restrictivo, analizando el dolor como variable cualitativa, y para detectar aquellos pacientes que tienen dolor leve (definido como un valor menor o igual a 2 en la escala verbal numérica) en movimiento a las 24 horas, utilizando el test exacto de Fisher, para un alfa del 5% y una potencia del 90%, se necesitaría una muestra de 43 pacientes en cada grupo para detectar diferencias próximas a un 30%. Asimismo, los criterios de inclusión y exclusión pueden ser cuestionados; excluimos pacientes con coagulopatía previa, ya que pudiera facilitar la formación de hematoma en la herida quirúrgica, lo cual podría predisponer a infección a este nivel (sesgo en la valoración de la herida), y pacientes en tratamiento con dolor crónico, que aunque tiene mecanismos nociceptivos y vías de transmisión diferenciadas con respecto a la técnica analgésica objeto de estudio, puede constituir un sesgo en el consumo de opioides de rescate. En conclusión, la infusión continua de AL durante 48 horas en la herida quirúrgica tras histerectomía abdominal es una técnica analgésica eficaz, lográndose muy buen control del dolor postoperatorio, con un reducido consumo de morfina, escasos efectos adversos, un alto índice de satisfacción de las mujeres y la percepción de éstas de recibir una analgesia de calidad. 30 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 16/11/2016. 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