EL CUMPLIMIENTO DEL PRINCIPIO DE VERACIDAD EN EL PRECEDENTE METRO Milagros Vanessa Alcalde Salazar SUMARIO I. II. III. IV. Introducción. Antecedentes Precedente Metro. Conclusiones. I.- INTRODUCCION. Resultan innegables, en el marco de una economía de mercado, las bondades de la publicidad. Los ofertantes la emplean porque por medio de ella logran: (a) informar las ventajas de los productos o servicios, en especial cuando se trata de la etapa pionera de una determinada categoría. Ej. publicidad que informa sobre las ventajas de la tecnología 3G en telefonía móvil; (b) persuadir o convencer Milagros Vanessa Alcalde Salazar sobre los aspectos positivos de los productos o servicios, para crear demanda selectiva orientada a adquirir productos con características específicas. Ej. La promoción de la ventaja comparativa de un servicio, consistente en brindar un horario de atención extendido; y, (c) reforzar la recordación, cuando se trata de productos o servicios que se encuentran posicionados. Ej. esto se da en los llamados productos “maduros”, que ya tienen un lugar ganado en la mente de los consumidores1. Pero por medio de la publicidad los consumidores también nos beneficiamos. En efecto, la publicidad: (a) nos permite enterarnos de la existencia de nuevas categorías de productos o servicios innovadoras o que emplean tecnologías novedosas que podrían eventualmente ser de nuestro interés, para satisfacer necesidades emergentes que nunca antes se nos pasaron por la mente o necesidades existentes que nunca antes fueron satisfechas. Ej. El nuevo celular que permite realizar videollamadas; (b) nos permite acceder a información sobre todo tipo de productos, en muchos casos sin tener que salir siquiera de nuestro hogar, ello gracias por ejemplo al auge de la publicidad por internet; y, (c) nos facilita el acceso a información de diversos productos de un mismo género, lo que nos permite comparar entre marcas y finalmente elegir la mejor opción. No obstante lo anterior, para que la publicidad cumpla su rol persuasivo e informativo y a la vez actúe como un mecanismo de competencia leal y veraz, debe cumplir con ciertos parámetros que establece la ley. Uno de ellos es el cumplimiento del principio de veracidad2. KOTLER, Philip. Dirección de Marketing. 10a. ed. Pearson Educación. México, 2001. pág. 578 2 El cumplimiento del principio de veracidad consiste en que la información objetivamente verificable que presentan los ofertantes en sus anuncios publicitarios no debe ser falsa ni inducir a error sobre el mensaje publicitario que se transmite. El incumplimiento de este principio está tipificado en el Nuevo Decreto Legislativo 1045 – Ley de Represión de la Competencia Desleal, como un acto de engaño: 1 “8. Actos de engaño: 280 - RPDE El Cumplimiento del Principio de Veracidad en el Precedente Metro El último precedente de observancia obligatoria que ha emitido el Tribunal de Defensa de la Competencia en materia de publicidad comercial (Precedente de Observancia Obligatoria contenido en la Resolución 1602-2007/TDC-INDECOPI del 3 de setiembre de 2007, en adelante Precedente Metro)3 precisamente desarrolla el principio de 8.1 Consisten en la realización de actos que tengan como efecto, real o potencial, inducir a error a otros agentes en el mercado sobre la naturaleza, modo de fabricación o distribución, características, aptitud para el uso, calidad, cantidad, precio, condiciones de venta o adquisición y, en general, sobre los atributos, beneficios o condiciones que corresponden a los bienes, servicios, establecimientos o transacciones que el agente económico que desarrolla tales actos pone a disposición en el mercado; o, inducir a error sobre los atributos que posee dicho agente, incluido todo aquello que representa su actividad empresarial.(…)” 3 Precedente Metro: “1. El principio de veracidad publicitaria contemplado en el artículo 4º del Decreto Legislativo Nº 691 resulta aplicable a los mensajes publicitarios que los consumidores perciben como comprobables mediante un análisis integral y superficial de los anuncios. 2. Las infracciones a dicho principio se verifican entre otros, a través de la publicidad falsa y la inducción a error al consumidor. La publicidad falsa representa el caso más elemental de infracción al principio de veracidad en la medida que las afirmaciones empleadas no guardan relación con la realidad. La inducción a error ocurre cuando se genera una idea equivocada en el consumidor respecto del mensaje publicitario. Ello sucede debido a la forma en que se han expuesto las afirmaciones o imágenes, incluso siendo éstas verdaderas, o porque se ha omitido determinada información. 3.Cuando los productos o servicios tengan condiciones particulares, como son advertencias, restricciones y requisitos de adquisición, y dicha información no haya sido consignada íntegramente en el anuncio publicitario, el anunciante debe poner a disposición de los consumidores un servicio de información gratuito de fácil acceso a dicha información complementaria, e idóneo en relación con el producto o servicio y el público al que va dirigido el anuncio, tal como, un centro de atención telefónica. El servicio debe ser apropiado para garantizar un acceso suficiente y una pronta atención a los consumidores que demanden información. Del mismo modo, debe ser oportuno con respecto a las fechas de difusión del anuncio y de venta de los productos o contratación de los servicios anunciados. En los anuncios debe indicarse clara y expresamente la existencia de esta información y las referencias de localización de dicho servicio. RPDE - 281 Milagros Vanessa Alcalde Salazar veracidad desde distintos aspectos: distinguiéndolo del deber de información de las normas de protección al consumidor, estableciendo su ámbito de aplicación y metodología de análisis y evaluando qué situaciones no se encuentran prohibidas por éste y qué obligaciones impone. El presente artículo ilustrará al lector sobre el tratamiento jurisprudencial que se ha dado a lo largo del tiempo al principio de veracidad, hasta llegar a las disposiciones contenidas en el Precedente Metro, señalando las ventajas que este último presenta en comparación con el que dejó sin efecto (Precedente de Observancia Obligatoria contenido en la Resolución 0901-2004/TDCINDECOPI del 7 de diciembre de 2004, en adelante Precedente Telmex)4. 4.La información complementaria no consignada en los anuncios y puesta a disposición a través del servicio de información gratuito a que se refiere el numeral anterior, debe ser consistente y no contradictoria con el mensaje publicitario. La carga de la prueba de la idoneidad de dicho servicio y de la información proporcionada por éste recae sobre el anunciante. 5.La Comisión de Represión de la Competencia Desleal debe supervisar la idoneidad de los servicios de información gratuita al vigilar el respeto del principio de veracidad contemplado en el artículo 4º del Decreto Legislativo Nº 691. 6. Lo previsto en los numerales 3 y 4 no resulta aplicable a la publicidad de los productos y servicios donde exista un mandato legal específico de consignar determinada información, cuya omisión es sancionable por el principio de legalidad previsto en el artículo 3º del Decreto Legislativo Nº 691.” 4 Precedente Telmex: 1. “Las infracciones al principio de veracidad contenido en el artículo 4 del Decreto Legislativo N° 691 pueden verificarse a través de la publicidad falsa o de la inducción a error al consumidor. La publicidad falsa representa el caso más elemental de infracción al principio de veracidad pues implica que las afirmaciones empleadas no corresponden a la realidad. En cambio, la inducción a error al consumidor puede ocurrir incluso cuando las afirmaciones presentadas en el anuncio sean verdaderas, dependiendo de la forma en que dichas afirmaciones sean presentadas y de las imágenes que acompañan a dichas afirmaciones. 2. La afectación al principio de veracidad se encuentra estrechamente relacionada con la vulneración del derecho a la información de los consumidores. Ello debido a la doble naturaleza de la infracción al principio de 282 - RPDE El Cumplimiento del Principio de Veracidad en el Precedente Metro II.- ANTECEDENTES. Los albores del desarrollo jurisprudencial del principio de veracidad, se remontan a una etapa previa al precedente Telmex. La metodología de análisis empleada en esa primera etapa era la 3. 4. 5. 6. 7. veracidad publicitaria, la cual constituye un ilícito concurrencial -es decir, un acto de competencia desleal, en la modalidad de acto de engaño- y, a la vez, una afectación al derecho a la información de los consumidores. El contenido esencial del derecho a la información de los consumidores es la puesta a disposición del consumidor, de manera clara, efectiva y comprensible, de todos aquellos elementos necesarios para que éste tome una decisión de consumo adecuada en la adquisición de bienes o servicios, en particular, las advertencias, riesgos previsibles, precauciones, limitaciones, requisitos y condiciones relacionados con la adquisición de los productos ofertados, no bastando la sola indicación de su existencia sino que debe mencionarse expresamente en qué consisten. Este contenido esencial es el mínimo indispensable para que el derecho a la información de los consumidores sea reconocible como tal y no se vea vaciado de contenido. Cuando diversos anuncios son difundidos, en un mismo espacio geográfico y temporal, por el mismo anunciante, a través de diversos medios tales como, televisión, catálogo de ventas, revistas, paneles e internet, respecto a los mismos productos y conteniendo el mismo mensaje publicitario destinado a la promoción directa o indirecta de la adquisición de productos, la evaluación integral impide que se analice dicha situación como una simple difusión de anuncios aislados sino que debe realizarse como una campaña publicitaria efectuada en el marco de una estrategia integral de comunicación de mercadotecnia y diseñada con la finalidad de promocionar los productos anunciados. En el caso de campañas publicitarias, la exigencia del respeto al contenido esencial del derecho a la información de los consumidores alcanza a cada uno de los medios en los que se difunde la campaña. Los perfiles particulares de cada medio de comunicación empleado en la campaña no pueden ser utilizados como justificación para dejar de brindar a los consumidores, de manera clara, efectiva y comprensible, todos aquellos elementos necesarios para que éste tome una decisión de consumo adecuada en la adquisición de bienes o servicios. En el Derecho de la Publicidad, la existencia de una afectación al contenido esencial del derecho a la información de los consumidores determina una inducción a error al consumidor y, por tanto, una vulneración del principio de veracidad. La difusión de advertencias, restricciones o limitaciones, cuando el medio utilizado sea la televisión o la radio, deberá tener una exposición al consumidor no menor del tiempo que demore una lectura ininterrumpida de todo el texto o la escucha de la lectura del mismo en el caso de la radio.” RPDE - 283 Milagros Vanessa Alcalde Salazar siguiente: en primer lugar, se entendía que si se omitía información en un anuncio, ésta no debía ser esencial (en relación con el mensaje publicitario) para que los consumidores tomaran su decisión de consumo; en segundo lugar, si se trataba de omisión de información sobre restricciones, éstas debían ser previsibles o esperadas por un consumidor razonable, pues de lo contrario, su omisión generaría error en la voluntad de aquéllos. En definitiva, se tenía que evaluar si luego de conocidas las restricciones, un consumidor razonable consideraría que los beneficios ofrecidos seguían en pie y que la oferta no se había desnaturalizado5. En esa etapa se hacía una distinción clara entre el deber de información y el cumplimiento del principio de veracidad. Ello es evidente en la Resolución 0003-1998/TDC-INDECOPI, del 7 de enero de 1998, recaída en el Expediente 040-1997/CPC, en la que se estableció que ambas figuras afectaban bienes jurídicos distintos. Se dijo que, por un lado, la infracción al principio de veracidad atentaba contra el mercado y la confiabilidad de los anuncios publicitarios como medios informativos, mientras que la infracción al deber de informar afectaba los intereses de los consumidores6. También se estableció que la evaluación de la relevancia o carácter esencial de la información omitida iba de la mano de la Este criterio fue adoptado por la Sala de Defensa de la Competencia en la Resolución No 148-97/TDC-INDECOPI, emitida en un procedimiento seguido de oficio por la Comisión contra Aerocontinente, con ocasión de la difusión de una campaña publicitaria en distintos medios de comunicación en los que la empresa denunciada anunciaba una promoción denominada 1x2=2 consistente en la venta de dos pasajes aéreos por el precio de uno, y en el margen izquierdo de dichos anuncios se consignaba la frase “algunas restricciones aplican”, sin señalar expresamente que existía la posibilidad de que el que viajaba con el boleto obsequiado podía no embarcarse realmente en el vuelo si es que no habían espacios suficientes en el mismo. 6 En dicho caso, la Sala señalo que cuando se difunde un anuncio falso, en primer lugar se configura una infracción a las normas de publicidad, que genera un daño al mercado y a la institución de la publicidad como medio informativo que reduce costos de transacción y, en segundo lugar, en una etapa posterior, si en caso un consumidor se acerca a adquirir el bien promocionado en el anuncio y se le mantiene en el engaño, sin advertirle que la publicidad era errada, en ese caso se configura una nueva infracción, esta vez a las normas de protección al consumidor. 5 284 - RPDE El Cumplimiento del Principio de Veracidad en el Precedente Metro identificación de las características específicas que se anunciaban en el mensaje publicitario, pues no resultaba exigible que se mencionaran todas las características del producto, ni condiciones o restricciones que no tenían vinculación alguna con las ventajas destacadas en el mensaje publicitario7. Sin embargo, en esa etapa, al evaluar el cumplimiento del principio de veracidad, se incurría en el error de considerar que el consumidor había sido adecuadamente informado, si en una de las otras piezas publicitarias de la campaña, se había consignado la información omitida en el anuncio sometido a enjuiciamiento. En pocas palabras, se abusaba del concepto de complementariedad de medios para asumir que el consumidor tenía a su alcance todas las piezas publicitarias de una campaña, lo cual en realidad no sucedía. Posteriormente, el Precedente Telmex, modificó dicho escenario. Consideró que la infracción al principio de veracidad era una infracción al contenido esencial del derecho a la información de los consumidores consagrado constitucionalmente8, pues tenía una doble naturaleza, al constituir un ilícito concurrencial y al mismo tiempo una infracción al deber de informar. Por ello, estableció que los anunciantes tenían la obligación de presentar todas las restricciones, condiciones, advertencias, limitaciones, en todos y cada uno de los anuncios que formaban parte de su campaña publicitaria, al margen del medio de comunicación que se utilizara para su difusión, evitando con ello que los anunciantes tuvieran la posibilidad de idear una estrategia de medios. La selección de medios consiste en encontrar aquellos canales de comunicación (prensa escrita, televisión, radio, etc.) que de manera más eficiente y a menor costo logran que el público objetivo sea expuesto al mensaje publicitario el mayor número de veces posible. Una vez elegidos los medios por los cuales se difundirán los anuncios Ver Resolución 0047-2007/TDC-INDECOPI del 18 de febrero de 1998, recaída en el Expediente 069-97-CCD en el procedimiento seguido por Per Systems S.A, contra Cibertec Data S.A. 8 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ. Artículo 65.- El Estado defiende el interés de los consumidores y usuarios. Para tal efecto garantiza el derecho a la información sobre los bienes y servicios que se encuentran a su disposición en el mercado. Asimismo, vela, en particular, por la salud y la seguridad de la población. 7 RPDE - 285 Milagros Vanessa Alcalde Salazar publicitarios de una campaña, el anunciante suele elegir qué cantidad de información colocar en cada uno de ellos atendiendo a las características y ventajas propias de cada medio. Así, probablemente en un folleto se colocará más información de la que se menciona en un anuncio televisivo, en primer lugar porque es menos costoso, y en segundo lugar, porque el folleto permite una apreciación más pausada del anuncio, al ser el grado de atención del lector, mayor que el grado de atención de un televidente al momento de ver spots publicitarios. El Precedente Telmex eliminó la posibilidad de que los anunciantes puedan tomar ese tipo de decisiones y obligó a que en todas las piezas publicitarias de una campaña se colocara toda la información relevante sobre el producto ofertado. Además, exigió que la presentación de las restricciones en los anuncios televisivos y radiales durara el tiempo necesario para que un consumidor las leyera o escuchara íntegramente, lo que a todas luces incrementaba los costos de la publicidad, los cuales en definitiva, eran trasladados al consumidor a través del precio de los bienes o servicios promocionados. Es innegable que el anterior precedente tuvo la intención de que los consumidores dispusiéramos de la información necesaria para adoptar decisiones de consumo eficientes, pero ello traía consigo una serie de efectos, la mayoría negativos. En primer lugar, no se cumplía con la finalidad de la publicidad, porque el consumidor se veía saturado con tanta información en los anuncios, que al ser expuesto a ellos en algunos casos no era capaz de aprehender, ni las restricciones, ni las condiciones y, en algunos casos, ni el propio mensaje publicitario, porque por más que los textos legales tuvieran un tamaño y velocidad de exposición adecuado, tal como exigía el precedente Telmex, es sabido que los individuos solemos ejercer un bloqueo perceptual9 cuando nos vemos sobreexpuestos a información, y por ello, pasamos por alto anuncios publicitarios recargados de información, como cuando hacemos uso SCHIFFMAN, Leon. Comportamiento del Consumidor. Pearson Educación. Prentice Hall. pág. 173. 9 286 - RPDE El Cumplimiento del Principio de Veracidad en el Precedente Metro del control remoto para seleccionar lo que veremos en la televisión. De ahí se puede concluir que la publicidad, bajo esas reglas de juego, no cumplía ni con su rol informativo ni con su rol persuasivo, y ésta era, en definitiva, una situación en la que todos perdían, consumidores y anunciantes. Ocurría también que ante la subjetividad y poca claridad de la obligación de consignar toda la “información relevante” habían anunciantes que de buena fe, antes de ser sancionados preferían “curarse en salud” y consignaban hasta las condiciones más obvias, recargando innecesariamente el anuncio y, por otro lado, surgían los más astutos que aprovechándose de la exigencia del precedente Telmex plagaban sus anuncios de datos, “camuflando” estratégicamente la información menos conveniente en textos que por su extensión sabían que no serían leídos por los “sobreexpuestos” consumidores. Finalmente podríamos considerar como un punto en contra adicional, el hecho que todas estas exigencias desincentivaban la actividad publicitaria, cerrando las puertas de un canal de comunicación valioso por el cual se coloca información al alcance de los consumidores, restringiendo su posibilidad de informarse de manera más eficiente, incrementándose en consecuencia los costos de transacción. Estas limitaciones a la actividad publicitaria podrían ser consideradas barreras burocráticas de entrada para la actividad publicitaria, que afectaban seriamente al mercado. III.- PRECEDENTE METRO. El principio de veracidad impone a los anunciantes la prohibición de plasmar en su publicidad información objetivamente verificable que sea falsa o induzca a error. Decidir qué información incluir en un anuncio tratando de conciliar la intención de no incurrir en infracciones al principio de veracidad y la intención de incrementar las ventas de sus productos, no es tarea fácil para los anunciantes, porque al ser su principal objetivo promover la adquisición de bienes y servicios, de manera natural RPDE - 287 Milagros Vanessa Alcalde Salazar buscan siempre exhaltar hasta el máximo posible sus ventajas comparativas, lindando a veces con la inducción a error, la omisión de información e incluso la falsedad. Los anunciantes, guiados por especialistas en mercadotecnia buscan siempre captar la atención de la mayor cantidad de consumidores mediante el empleo de mensajes concisos, impactantes, fuera de lo común que llamen la atención de los consumidores en medio de un mundo plagado de publicidad. Para lograr su objetivo, estos especialistas ponen en práctica sus conocimientos sobre la percepción sensorial del consumidor, al momento de elaborar sus piezas publicitarias, empleando técnicas tendientes a asegurar que el consumidor aprehenda el mensaje publicitario. Pero en este afán de hacer publicidad más llamativa, breve y efectiva, en ocasiones infringen el principio de veracidad omitiendo señalar restricciones relevantes o empleando afirmaciones categóricas que si bien refuerzan el mensaje publicitario, a veces distan un poco de la realidad. El 3 de setiembre de 2007, la Sala de Defensa de la Competencia del Tribunal del INDECOPI, emitió la Resolución 1602-2007/TDC-INDECOPI en la cual dictó un nuevo precedente de observancia obligatoria vigente en la actualidad. Dicha resolución aclaró los siguientes temas: 1. No están comprendidas dentro del análisis del cumplimiento del principio de veracidad las afirmaciones subjetivas sino únicamente las que el consumidor aprecia como objetivamente verificables. 2. Diferenció entre publicidad y contrato de consumo: dejó claro que la publicidad comercial es una comunicación inicial que no necesariamente refleja la oferta completa y por tanto es perfectible, puede ser completada por otras formas de comunicación como un contrato escrito, información verbal brindada por un representante, etc. 288 - RPDE El Cumplimiento del Principio de Veracidad en el Precedente Metro 3. La omisión de información sólo es sancionable como acto de engaño por dos motivos: en caso que induzca a error respecto del mensaje publicitario del anuncio y en caso que la ley lo prohiba expresamente por el principio de legalidad. De ello se desprende que no existe un “deber de exhaustividad” o deber de proveer información mínima o relevante con carácter general. 4. El anunciante no tiene un deber de imparcialidad respecto de sus productos, debido al rol persuasivo que también debe cumplir la publicidad. 5. Estableció la posibilidad de que la información complementaria al mensaje publicitario sobre restricciones, condiciones, etc. no sea colocada en el mismo anuncio y que sea difundida en un SIG (Servicio de Información Gratuita), tal como una línea 0-800 o una página web, siempre y cuando se advierta de la existencia de información adicional y de su localización y siempre que esta información no sea contradictoria con el mensaje publicitario. 6. A partir de este precedente se configurarán como infracciones al principio de veracidad: (a) anuncios que presenten expresamente información falsa; (b) anuncios que omiten información complementaria y no la consignan en un SIG; (c) anuncios que omitiendo información complementaria remiten a un SIG, pero dicha remisión al SIG no es percibible por el receptor (Ej. letras muy pequeñas); (d) anuncios que remiten a un SIG no idóneo atendiendo a las características del bien o servicio publicitado y a su público objetivo; (e) el hecho que el SIG no cuente con la información complementaria o que se trate de un SIG inexistente o inoperativo; (f) el hecho que el SIG cuente con la información complementaria y se verifique que ésta es contradictoria con el mensaje publicitario. 7. La metodología para enjuiciar si la omisión de información en un anuncio publicitario constituye una infracción al principio RPDE - 289 Milagros Vanessa Alcalde Salazar de veracidad consiste en determinar en principio, sobre la base de una apreciación superficial e integral, en qué consiste el contenido del mensaje publicitario. El enjuiciamiento se debe realizar en la verificación de la existencia de coincidencia entre el mensaje y la realidad. IV.- CONCLUSIÓN. El Precedente Metro ha desempolvado criterios del periodo anterior a Telmex y los ha conciliado con una postura pro consumidor al posibilitar que se brinde a este último la información complementaria al anuncio por medio de un SIG, sin llegar a saturarlo de información, como ocurría cuando se aplicaba el Precedente Telmex. Esta decisión beneficia al mercado al devolverle dinamismo, favorece a las empresas que podrán diseñar estrategias de medios más efectivas y a la vez garantiza que los consumidores tengamos a nuestra disposición la información necesaria para adoptar decisiones de consumo eficientes. Finalmente es importante resaltar que la Secretaría Técnica de la Comisión de Fiscalización de la Competencia Desleal debe desempeñar un rol activo en la implementación de estas reglas de juego, vigilando el buen funcionamiento de los SIGs e iniciando acciones de oficio en los casos en que los anunciantes se valgan de ellos para realizar actos de engaño encubiertos. 290 - RPDE