INTRODUCCION SOBRE MIFID (a efecto de lo dispuesto en la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros "MiFID") A partir del día 1 de noviembre de 2007, es de aplicación la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID – Market in Financial Instruments Directive). Esta Directiva modifica anteriores normativas europeas, estableciendo un nuevo marco regulatorio para los mercados financieros en los países de la Unión Europea, relativo a la prestación de los servicios de inversión y servicios auxiliares. Dicha norma tiene por objetivo el contribuir a la construcción de un mercado único para la prestación de forma homogénea de estos servicios e incrementar la protección de los clientes a los que se les presta servicios de inversión. También persigue fomentar la competencia en los mercados, estableciendo nuevos requisitos organizativos en las empresas de inversión e incorporando nuevos sistemas de negociación (sistemas multilaterales de negociación e internalizadores sistemáticos). El conjunto de esta normativa (Directiva 2004/39/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de abril de 2004; Directiva 2006/73/CE de la Comisión, de 10 de agosto de 2006 y el Reglamento (CE) nº 1287/2006 de la Comisión, de 10 de agosto de 2006) ha de quedar transpuesta a nuestro ordenamiento interno, y supone una profunda modificación de la Ley del Mercado de Valores. MiFID obliga a que las empresas de inversión adopten una serie de medidas encaminadas a fortalecer la protección al inversor, como son: La clasificación de clientes, en función de sus conocimientos, experiencia y cualificación como inversores, que quedarán divididos en Minoristas (agrupará a la gran mayoría de clientes, que obtendrán el máximo nivel de protección); Profesionales (aquellos con conocimientos y experiencia suficiente para tomar sus propias decisiones de inversión y valorar los riesgos inherentes, como inversores institucionales o grandes empresas); y Contrapartes Elegibles (serán los profesionales con mayor grado de conocimiento de los mercados). Cualquier cliente podrá solicitar el cambio entre las distintas categorías, siempre que se cumplan los requisitos y procedimientos establecidos en la norma. La clasificación de productos, los principales productos de inversión regulados por la normativa MiFID son los fondos de inversión, las acciones (renta variable), los títulos de renta fija y los derivados, que según su grado de complejidad y los riesgos asociados, se clasifican en complejos y no complejos. La evaluación de la idoneidad, para que las entidades financieras y de inversión puedan conocer las expectativas y preferencias de sus clientes a la hora de realizar sus inversiones de acuerdo con su perfil (conocimientos y experiencia personal, situación financiera y objetivo de inversión); y de la adecuación para comprobar que los productos y servicios de inversión son adecuados para cada cliente (conforme a su conocimiento y experiencia). La información a clientes, ésta deberá ser imparcial, clara y no engañosa, para que el cliente comprenda la naturaleza y riesgos del servicio o producto, así como los gastos que conlleva. En este aspecto se regulan las comunicaciones publicitarias, la información pre-contractual (descripción de productos y políticas de protección de activo, conflictos de interés y ejecución de órdenes, que deben entregarse a los clientes para que puedan adoptar sus decisiones de inversión); los documentos contractuales y la información post-contractual (contenidos y periodicidad de extractos, liquidaciones y confirmaciones de órdenes).