DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN NOTA DE PRENSA La Fundación BBVA realiza un estudio sobre la medición de eficiencia en las instituciones de educación superior La evaluación del rendimiento científico y académico fomenta la competencia e incrementa la calidad y la eficiencia 11.11.2003.- La Fundación BBVA ha promovido un estudio sobre la medición de la eficiencia en las instituciones de educación superior, realizado por Marcelino Martínez Cabrera, doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. La educación, y en especial la enseñanza superior, está considerada como una de las principales fuentes de crecimiento económico. En los últimos años, España ha asistido a distintos procesos de reforma de su educación superior, en los que se ha puesto en evidencia la presión creciente que ejercen los usuarios para obtener unos mayores niveles de eficiencia, calidad y efectividad en los servicios educativos. La calidad con la que se prestan los servicios se está convirtiendo en una variable fundamental cada vez más exigida por los usuarios del servicio público universitario. Esta investigación persigue el objetivo fundamental de profundizar en el conocimiento de la tecnología de producción de las universidades públicas españolas y de la eficiencia con la que desarrollan sus actividades, a través de la evidencia empírica que ofrece el análisis de un conjunto de departamentos de Economía de diferentes universidades. INDICADORES DE EFICIENCIA En la Administración Pública no es factible la optimización de la eficiencia en términos de la maximización del beneficio, ya que, en general, se actúa en un marco muy regulado que no está sujeto a la disciplina externa que impone el mercado. En este sentido, la búsqueda de indicadores que puedan sustituir la medida del beneficio en la evaluación de la eficiencia constituye un reto para las agencias públicas si pretenden aplicar técnicas de gestión. En esta obra se describen los distintos conceptos de eficiencia y las propiedades de una técnica basada en la optimización matemática denominada Análisis Envolvente de Datos (DEA), que se utiliza para la medición de la eficiencia y que ofrece claras ventajas, como la incorporación de criterios de calidad, cuando se aplica a las agencias públicas. La eficiencia productiva de las universidades se ve condicionada por un conjunto de factores relativos tanto a la propia tecnología productiva como al marco institucional. Con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la tecnología de producción de las universidades, la investigación realiza algunas aplicaciones del análisis de eficiencia, consistentes en medir la relación técnica de sustitución entre distintos tipos de personal, así como las potenciales economías de alcance o sinergias como resultado de la producción conjunta de servicios docentes e investigadores. En lo que se refiere al marco institucional, el trabajo de Martínez Cabrera ofrece un análisis de la eficiencia alcanzada por algunas de las políticas públicas acometidas en nuestro sistema universitario. INCENTIVOS ECONÓMICOS Y “MERCADOS INTERNOS” Entre las abundantes propuestas de reforma de los mecanismos de gestión pública, dos son especialmente relevantes en el sector educativo: la introducción de incentivos económicos y la creación de "mercados internos" en los que los centros públicos compitan por los fondos en función de resultados. Los incentivos y la competencia pueden alinear los objetivos de la política de las Administraciones en cada ámbito de su intervención con los intereses de los centros y los de los empleados o profesionales. Una condición necesaria para que la introducción de competencia e incentivos asegure una mejora del rendimiento y la calidad del servicio es disponer de buena información sobre los procesos de producción de servicios públicos. En el caso de la Universidad, sus objetivos fundamentales son la producción de investigación y la docencia de calidad. Resulta relativamente fácil evaluar la producción de investigación a través de las publicaciones científicas medidas por su factor de impacto. Sin embargo, la evaluación de la calidad de la docencia conlleva mayor imprecisión, ya que no puede basarse únicamente en indicadores de rendimiento cuantitativo (tasas de graduación, número de alumnos graduados, tasas de fracaso escolar, tasas de empleo…), sino que ha de tener en cuenta indicadores de naturaleza más cualitativa. Por otra parte, la metodología diseñada permite la medición del rendimiento productivo de cualquier muestra de departamentos universitarios homogéneos, incluso si éstos pertenecen a un área de conocimiento como las Ciencias Sociales, que puede conllevar una mayor complejidad de evaluación que otras áreas del conocimiento. CONCLUSIONES Los resultados de los análisis y las estimaciones de eficiencia contenidos en el estudio permiten afirmar que una evaluación del rendimiento científico y académico de las universidades fomentaría la competencia entre los centros, redundaría en un incremento de la eficiencia y de la calidad de los servicios ofrecidos y contribuiría a optimizar el rendimiento económico y social del sistema universitario. Además, la investigación pone de manifiesto cómo podría condicionarse la financiación pública al logro de objetivos de eficiencia, y, en consecuencia, la forma de instrumentar los incentivos organizativos e individuales para conseguir una mejor relación coste-eficiencia en la producción del servicio. Entre las conclusiones a las que se llega en este estudio, se pueden destacar las siguientes: En esta investigación se ofrece evidencia empírica que demuestra la posibilidad de medir la eficiencia técnica en la actividad de investigación de los departamentos universitarios. Desde el punto de vista metodológico, la introducción de restricciones técnico–productivas en el Análisis Envolvente de Datos mejora sustancialmente los resultados obtenidos. Además, este mecanismo permite incorporar criterios de calidad en el análisis de eficiencia. La producción de investigación es relativamente fácil de evaluar a través de las publicaciones científicas medidas por su factor de impacto. Sin embargo, la evaluación de la calidad de la docencia conlleva mayor imprecisión y un coste normalmente superior. En esta investigación se propone un sistema de evaluación que utilice conjuntamente los indicadores de rendimiento cuantitativos y cualitativos. El proceso productivo de las instituciones de educación superior es un proceso de producción conjunto, en el que la docencia y la investigación constituyen los dos outputs fundamentales. Los resultados obtenidos evidencian la existencia de unas potenciales economías de alcance en la producción conjunta de investigación y de docencia en los estudios de doctorado. Estas estimaciones revelan la existencia de sinergias como resultado de la producción conjunta de estos dos outputs. Las medidas orientadas a mejorar el rendimiento de la investigación pueden afectar a la docencia y viceversa. Estas conexiones, que se derivan del proceso de producción conjunto, no deberían ser ignoradas en el diseño de las políticas educativas, en los sistemas de evaluación del rendimiento y en los esquemas de incentivos que se instrumenten. En el caso español, las características de nuestro sistema de evaluación y los complementos de productividad existentes, junto a la propia naturaleza de cada output, explican la existencia de un proceso de producción conjunto en el que el rendimiento marginal de la actividad de investigación es superior al de la actividad docente. La estimación de los índices de eficiencia técnica resultará de validez tanto en términos positivos, al mostrar la eficiencia, como en términos normativos, al permitir la definición de políticas públicas en el campo de la educación superior. Esto conlleva la traducción de las soluciones obtenidas en el análisis positivo, en prescripciones de política pública que sirvan de orientación en el proceso de toma de decisiones acometido por los departamentos universitarios Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de Comunicación de la Fundación BBVA (91 537 6615 y 94 487 4479)