EJE CRONOLÓGICO

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PROCEDIMIENTO PARA HACER UN EJE O UN FRISO
CRONOLÓGICO
La elaboración de un eje o un friso cronológico es un procedimiento para ordenar los acontecimientos
y los hechos históricos en una secuencia temporal. Consiste en situar los hechos históricos sobre una línea
en la que se representa el tiempo absoluto o cronológico (sucesión regular de meses, años, siglos...).
Cuando esta línea se presenta verticalmente se denomina eje cronológico, mientras que si es presentada
de modo horizontal hablaremos entonces de friso cronológico.
La ordenación de acuerdo con un criterio cronológico mediante la elaboración del eje o friso
cronológico no implica una explicación histórica. Suele ser una confusión frecuente el asimilar este
procedimiento con la conceptualización del tiempo histórico, así como derivar de la sucesión de los hechos
en el tiempo una explicación histórica. Dicha confusión deriva de una concepción lineal del tiempo y que en
el plano de la explicación se traduce por unas relaciones de causa-efecto o de antecedente-consecuente,
de modo que lo que va antes es la causa de lo que va después que es su consecuencia. Esta concepción
del tiempo dificulta la comprensión de los procesos históricos dado que las factores o elementos que los
dinamizan siguen ritmos diversos. Por otro lado, la continuidad temporal impide apreciar los cambios y
rupturas que caracterizan a los procesos históricos. En consecuencia la utilización de los ejes o frisos
cronológicos debe estar en función de la ordenación de información para la elaboración de conclusiones o
explicaciones sobre un proceso histórico.
La elaboración de un eje o friso cronológico debe seguir diversas fases:
1º. Definir el contenido del eje mediante un título significativo en el que se aluda al proceso
histórico que engloba los hechos que van a ser representados. Dicho título se situará en la parte
superior del eje de modo que se asegure su legibilidad. En el ejemplo que proponemos en el primer
eje representa la duración de los regímenes políticos en España durante el siglo XX. En el segundo
eje se representa el proceso de la transición política.
2º. Determinar la primera y la última fecha del proceso o período que se va a representar. Esto
implica acotar el proceso histórico, es decir, establecer su periodización. La delimitación temporal
de un proceso supone también su conceptualización. Por ejemplo, la transición política española
tiene límites variables según cómo cada historiador defina la transición. Así algunos sitúan su inicio
en 1973 teniendo como acontecimiento simbólico el asesinato de Carrero Blanco, ya que éste era
quien hubiera podido garantizar la continuidad del régimen. En cambio, otros proponen la fecha de
1975 con la muerte de Franco y la proclamación como rey de Juan Carlos I como punto de
arranque. El final de la transición también suscita discrepancias. Unos consideran la aprobación de
la constitución mediante referéndum como conclusión del proceso, mientras que otros lo retrasan
hasta la victoria electoral del PSOE en 1982.
3º. Decidir, una vez vista la duración total de lo representable, la unidad de medida (siglos, decenios,
años, etc). Por tanto, se puede plantear a los alumnos qué decisión es la más adecuada para
poder situar los hechos en una dimensión histórica, de modo que nos ayude a explicarlos mejor.
4º. Dibujar dos líneas rectas paralelas verticales (si fueran horizontales se denominaría friso
cronológico) por cada uno de los ejes. Su longitud debe tener como divisor común el número de
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tramos previstos. Por ejemplo, si vamos a representar 100 años en tramos de diez años, la longitud
del eje deberá ser de 10 centímetros, 20, 30, 40, etc. Conviene elegir como divisores números
enteros en centímetros. En el ejemplo pueden observarse dos ejes que representan diversas
duraciones y que, en consecuencia, han sido segmentados con valores cronológicos diferentes.
5º. Dividir las líneas paralelas en tramos iguales con segmentos perpendiculares. Las distancias
tienen que ser equivalentes al tiempo representado. Esta operación es casi simultánea a la
anterior.
6º. Colocar junto al segmento superior la fecha más antigua. Y en el extremo inferior la última
fecha seleccionada y distribuir el resto de la numeración de la unidad de tiempo elegida junto a
cada segmento.
7º. Escribir, haciéndolo coincidir con la fecha en que sucedió, los hechos que se quieren
representar. Para ello es fundamental elegir los hechos significativos. No vale representar
cualquier hecho, sino que éstos deben responder al título del eje que indica el proceso histórico que
se representa. Ello puede servir para ilustrar uno de las características del conocimiento histórico:
el historiador selecciona los hechos del pasado y, por lo tanto, la historia como disciplina no es la
recopilación de todos los hechos del pasado, sino que persigue la relación causal de algunos de
ellos en función de un problema planteado previamente. El alumno debe de conocer los hechos
que configuran el proceso y las relaciones que existen entre ellos.
8º. Revisar el eje y completarlo a medida que se quieran representar nuevos hechos. Es posible
que en un determinado momento haya que realizar un eje nuevo con una escala más pequeña
para que quepan todos los hechos que van apareciendo en la unidad. El único modo de evitarlo es
hacer el eje al final, pero entonces habría que repasar todos los documentos para elegir los hechos
representables.
La elaboración de ejes cronológicos está en relación con procesos homogéneos. Sin embargo, en
historia es frecuente que procesos de distinta duración coincidan en una fecha concreta o que los tiempos
de las personas se superpongan. Un ejemplo de ello es la representación de la duración de la vida de
varias generaciones (abuelos, padres e hijos). También cuando se enmarca el proceso de transición
política, de corta duración, en un tiempo más largo que abarca el proceso de modernización política. En ese
caso es conveniente, construir diversos ejes con diferente escala cronológica.
Otra situación frecuente es cuando se trata de comparar la evolución de diferentes sociedades alejadas
en el espacio o en el tiempo. En ambos casos también será conveniente construir diversos ejes, uno por
cada sociedad. Aquí el eje cronológico puede ayudar al alumno a conceptualizar la simultaneidad y la
contemporaneidad de procesos históricos.
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EJE CRONOLÓGICO
REGÍMENES POLITICOS
RÉGIMEN DE LA
RESTAURACIÓN
1900
LA TRANSICIÓN POLÍTICA
1910
1975
Muerte de Franco
Reinado de Alfonso XIII
1920
1976
Dictadura del general Primo de Rivera
Primer gobierno de Suárez
1930
1977
II REPÚBLICA
Guerra Civil
DICTADURA DEL
GENERAL FRANCO
Aprobación de la Ley para
la Reforma Política
1940
1978
Aprobación de la Constitución
1950
1979
Transformaciones
socio-económicas
1960
1980
1970
1981
Crisis del
franquismo
Transición
política
RÉGIMEN
DEMOCRÁTICO
1980
1982
Consolidación de
la democracia
1990
© José Ignacio Madalena
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