Universidad de los Andes, Facultad de Economía HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO Elementos de Respuesta PRIMER QUIZ 2007-I Sección 1 1. Tanto para Adam Smith como para los fisiócratas el proceso de generación de riqueza requiere el paso de los bienes por el mercado. A través de un paralelo entre las dos posiciones explique por qué es el mercado necesario para que los bienes realicen su valor. El valor de un bien, según Smith, reside en la cantidad de trabajo que éste pueda comandar, esto es, en la cantidad de bienes que puede mandar a producir a cambio de sí. Este valor, sin embargo, es simplemente especulativo si no se ha realizado en el mercado; sólo en el enfrentamiento de la oferta y la demanda se puede conocer cuál es la cantidad que de hecho ese bien puede comandar. De la misma manera, para los Fisiócratas, los bienes tienen que pasar por el mercado para determinar cuál es su producto neto, esto es, la diferencia entre el precio de mercado y el costo de producción. Antes de eso lo único que hay son excedentes físicos de bienes. El producto neto es, para esta escuela, exclusivo de la agricultura pues es el único sector que cuenta con excesos de demanda siempre positivos. En esa medida el proceso de generación de riqueza es exclusivo de este sector. Los excedentes agrícolas, como todos los demás bienes, sólo consiguen ser producto neto a través de su paso por el mercado. En consecuencia, tanto para Smith como para los Fisiócratas, el proceso de generación de riqueza requiere que los bienes físicos se sometan al enfrentamiento de la oferta y la demanda para poder así expresar su valor. 2. ¿Puede el “progreso natural de la opulencia” descrito de Adam Smith verse obstaculizado por el despotismo ilustrado propuesto por los fisiócratas? Sí – No ¿por qué? En todas las sociedades, sugiere Smith, se cultiva primero la tierra. Ésta produce los bienes primarios que sostienen de forma directa al campo y de forma indirecta a las ciudades a través del intercambio de excedentes. Los bienes manufacturados son producidos por la industria e intercambiados por productos agrícolas. De esta forma dicha división del trabajo sólo pueda tomar lugar si el campo cuenta con el desarrollo necesario para proveer de bienes básicos a las ciudades y viceversa. El comercio internacional aparece precisamente cuando la industria ha alcanzado el desarrollo necesario para producir aun más excedentes, los cuales, son intercambiados por los excedentes de otros países. Así, el “progreso natural de la opulencia” 1 consiste en la inversión de la mayor parte del capital primero en la agricultura, luego en las manufacturas y, por último, en el comercio internacional. Los fisiócratas, a diferencia de Smith, sostienen que la producción de riqueza es exclusiva del sector agrícola. Lo anterior puesto que consideran que los bienes básicos son los únicos que cuentan con un exceso de demanda siempre positivo. El déspota debe, entonces, entender esta condición natural y establecer un sistema de incentivos que ayude al fortalecimiento del sector productivo. La moda es la forma de aprovechar las tendencias de la naturaleza humana para destinar los recursos de inversión a la agricultura. En consecuencia, de lograr dirigir dichos recursos, el despotismo ilustrado sí podría obstaculizar el “progreso natural de la opulencia” descrito por Smith pues impediría el desarrollo de las manufacturas y, en esa medida, limitaría la división del trabajo entre campo y ciudad. El nivel de productividad entonces se reduciría y con éste los excedentes. El comercio internacional, como resultado, se debilitaría limitando aun más la extensión de los mercados. Así se entorpecería el curso natural de las cosas y la sociedad no podría disfrutar de las ganancias propias de la división del trabajo. 3. Según Jean Bodin el aumento en el flujo de moneda hacia un país puede cambiar la estructura productiva del mismo. A partir de la explicación de este fenómeno explique porqué el cambio en la estructura productiva puede ser compatible con la teoría cuantitativa de la moneda (MV=PY). La teoría cuantitativa de la moneda es una identidad contable que establece como relativamente constantes en el tiempo la velocidad de circulación de la moneda y el nivel de producción de la economía. En esa medida, un aumento en el nivel de moneda en circulación, sólo se traduciría en un aumento en el nivel de precios. La moneda es entonces neutral bajo esta aproximación. Sin embargo, en el caso presentado por Jean Bodin, la moneda puede no ser neutral e igual ser compatible con la teoría cuantitativa. Lo anterior, puesto que ante un flujo de metales preciosos del circuito internacional al nacional, éste se dirigiría, por preferencias de los comerciantes, hacia el consumo de bienes de lujo. La demanda de éstos aumentaría y con ella la demanda por capital en ese sector. En esa medida se generaría un desplazamiento de capitales de los bienes básicos hacia los bienes de lujo que reduciría la oferta de los primeros. Sus precios entonces aumentarían y esto podría conducir, o bien a un aumento en el nivel general de precios, o bien a una alteración de la estructura de los precios relativos. Si el caso es el último habría una incompatibilidad de la explicación de Bodin con la teoría cuantitativa. Sin embargo, en el primer caso, la relación de precios se mantendría haciendo que sólo fuese afectado el nivel. En consecuencia, su explicación sería compatible con la teoría de la moneda y, además, explicaría un cambio en la estructura productiva, a saber, el desplazamiento de capitales del sector de bienes básicos al sector de bienes de lujo. 2 PRIMER QUIZ 2007-I Sección 2 1. ¿Cuáles son los contextos de acción de la mano invisible y de la simpatía? ¿Cuáles son sus semejanzas y diferencias? A partir de esta comparación, establezca la relación y los límites en los campos de acción de estos dos mecanismos. La educación de las pasiones es, en la Teoría de los Sentimientos Morales, el resultado de un proceso espontáneo de identificación que consiste en la participación de las experiencias reales de los demás a través de una proyección afectiva. Así, a partir de la reproducción de las vivencias ajenas, juzgamos desde las propias la conveniencia de la acción. Este juicio obliga, según Smith, a una adecuación de las pasiones que permita compartir sentimientos con los otros a través de su aprobación. De esta forma, en la medida en que se busca simpatía sobre los sentimientos propios, toma lugar, a través de la corrección de la acción, una armonización de intereses que hace posible la cohesión social. En consecuencia, la coordinación entre individuos se obtiene, no como resultado de una planificación racional, sino como el desenlace inesperado de las espontáneas relaciones simpáticas. Los efectos no calculados también toman lugar para Smith en la esfera económica, donde a través de una mano invisible, la sociedad se beneficia de la búsqueda del interés individual. Así, tanto en la alusión al “progreso natural de la opulencia” en la Riqueza de las Naciones, como en la “revolución de la mayor importancia” en la Teoría de los Sentimientos Morales, los agentes particulares, sin buscarlo, logran positivos efectos imprevistos. En el primer caso, la inclinación natural de los seres humanos de preferir su fortuna lejos de elementos azarosos, hace que la inviertan en el campo donde, además de permanecer bajo control, consiguen que su ánimo goce con la tranquilidad que le ofrece la campiña. De esta forma, sin quererlo, promueven en cada país aquel orden de cosas que la naturaleza impone al mundo, a saber, que primero ha de invertirse en el campo, luego en las manufacturas y, por último, en el comercio exterior. En el segundo caso, la incapacidad de los señores feudales de consumir todo su ingreso, termina generando una desviación de éstos hacia el consumo de bienes de lujo. Esta desviación causa una reducción de los recursos destinados al sostenimiento de los siervos quienes tienen que buscar algún otro medio de subsistencia. El trabajo asalariado remplaza así la servidumbre iniciándose con este cambio lo que será una alteración profunda tanto en la estructura económica como social. Alteración que se considera positiva en la medida en que permite, por un lado, el desarrollo de la división de trabajo. Y, por el otro, la consolidación del individuo como un agente libre. De este modo se obtiene nuevamente resultados congruentes con el interés general sin una búsqueda conciente de los mismos por parte de los individuos. 3 La mano invisible y la simpatía pueden ser entonces consideradas ambas como una expresión de efectos emergentes. Sin embargo los campos de acción de estos mecanismos no son los mismos. La simpatía, como se mostró, es un proceso que regula las relaciones entre personas y les permite consolidar, además de las normas aceptadas de comportamiento, su identidad como individuos. La mano invisible, por su parte, se restringe a la esfera material, que al garantizar la satisfacción de las necesidades, permite la reproducción del orden social sobre el que actúa la simpatía. No obstante, a pesar que los mecanismos limitan su acción a la esfera que les corresponde, las consecuencias de éstos pueden transgredir las fronteras. El deterioro del sistema feudal, por ejemplo, no sólo se tradujo en un nuevo sistema económico sino que además trajo consigo cambios sobre la esfera social, a saber, alteraciones sobre la identidad de los individuos. 2. Mientras Adam Smith defiende el pleno empleo como una condición para el enriquecimiento de la nación y de cada uno de sus miembros, los mercantilistas lo hacen porque el pleno empleo permite producir más y mejores bienes para la exportación. ¿Por qué los mercantilistas, contrariamente a Smith, no consideran importante y, en algunos casos, ni siquiera deseable el enriquecimiento de toda la población? ¿Por qué, según el sistema mercantil, este enriquecimiento podía ser contrario a la asignación eficiente de recursos y al pleno empleo? Los mercantilistas, al equiparar metales preciosos con riqueza, buscan la opulencia de la nación en el comercio internacional. De esta manera consideran mayores las ganancias del mercado entre mayor sea el intercambio de bienes por moneda. Una balanza comercial excedentaria se constituye entonces como el objetivo de política económica para el mercantilismo. Esta forma de enriquecimiento de la nación entra sin embargo en contradicción con el enriquecimiento de cada uno de los miembros de la sociedad. Esto último por dos razones: por un lado, un aumento de la riqueza de la población se traduce en un aumento de los salarios, el cual, genera un aumento en los costos, reduciendo la competitividad de los productos domésticos en el extranjero. La nación sufre entonces una pérdida de riqueza a causa del encarecimiento de la mano de obra. Por el otro lado, como los trabajadores no cuentan dentro de esta tradición con una racionalidad económica, ante un ingreso mayor al que corresponde al ingreso de subsistencia, su decisión es la de dedicar su tiempo al ocio hasta agotar su salario. La pérdida de riqueza de la nación se explica aquí por una reducción en la producción total de los bienes de exportación. Así, por estas dos razones, la pobreza puede ser considerada como útil en la medida en que reduce los costos haciendo más competitivos los bienes domésticos en los mercados internacionales. Y, a su vez, aumenta la oferta de éstos, a través de salarios de subsistencia que obligan al trabajo. De este modo el enriquecimiento de la población es, para los mercantilistas, contrario tanto al pleno empleo pues reduce el nivel de producción, como a la asignación eficiente de recursos, ya que la ausencia de racionalidad económica de los trabajadores hace que éstos se 4 destinen a usos ociosos. 3. ¿Qué elementos podrían tener en común las defensas de la intervención del Estado en la educación pública de Adam Smith y de los fisiócratas? El proceso de la simpatía es el mecanismo natural a través del cual se garantiza la cohesión social. Éste, sin embargo, requiere de cierta cercanía entre los individuos para que se haga posible una identificación afectiva. El distanciamiento propio de las grandes naciones y, más aun, de aquellas caracterizadas por la división del trabajo hace que las proyecciones afectivas difícilmente tomen lugar. De esta manera, la especialización y la lejanía física son obstáculos que impiden, por un lado, que los individuos se entiendan como parte de un todo social y, por el otro, que reconozcan en sus semejantes a un igual. En consecuencia dejan de percibir las interrelaciones e interdependencias sociales que los hacen cívicamente responsables debilitando con ello la estabilidad social. La educación entonces se justifica en la medida que ayuda fortalecer la comprensión de la compatibilidad que existe entre el interés general y el particular. Para los fisiócratas, de igual manera, la educación pública es necesaria en tanto que ayuda al mantenimiento del orden natural, el cual, puede llegar a frenarse si las acciones individuales impiden su funcionamiento. Los seres humanos, desde su libertad natural, son incapaces de entender que se encuentran sujetos a un orden superior y, además, que está en su interés respetar este orden. De este modo la educación capacita a los individuos para comprender lo que sería el buen mantenimiento del sistema convirtiendo así su libertad natural en una de inteligencia. En ambos casos, entonces, la educación pública se defiende en la medida en que ayuda a solventar las fragilidades propias de los mecanismos sociales de coordinación. 5