Nuevo Romance Huida Egipto

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LA HUIDA A EGIPTO
(romance de Constancio)
NARRADOR
Cuando emprendieron su viaje
La Virgen y San José
según costumbre tenían
de empadronarse en Belén,
iban al camino “alante”,
y al labrador que allí vieron,
María le preguntó:
MARIA
“Labrador, ¿qué estás haciendo?
NARRADOR
Y el labrador dijo:
LABRADOR
“Sembrando estoy piedras”
MARIA
¡Pues, si piedras siembras,
piedras se te vuelvan”!
NARRADOR
Tanta fue la multitud
que el señor echó de piedra
que parecía el bancal
como si fuera una sierra.
CORO
Y ese fue el castigo
que a aquél labrador
por su mala lengua
le dio el Redentor.
NARRADOR
Un poco más adelante
a otro labrador que vieron
María le preguntó:
MARIA
“Labrador, ¿qué estás haciendo?
NARRADOR
Y el labrador dijo:
LABRADOR
“Señora, sembrando
este poco trigo
para el otro año”
MARIA
Mañana ven a segarlo
sin ninguna detención
y así el Señor os lo premia
y el Divino Redentor.
NARRADOR
A otro día de mañana
buscaron los segadores
fueron a segar el trigo
que de seco se pasaba.
CORO
¡Ay que tomillito!
¡Ay que tomillar!
¡Ay que ciernecito
está de arrancar!
NARRADOR
Estando segando el trigo
cuatro hombres de a caballo
por una mujer y un niño
y un hombre van preguntando.
Y el labrador dijo:
LABRADOR
“Cierto que los ví
estando sembrando
pasar por aquí”
NARRADOR
Se miran unos a otros.
Cien mil reniegos echaban
porque no podían lograr
el invento que llevaban.
CORO
Y el invento era
de meterlos presos
y de presentarlos
a Herodes lo menos.
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