algunas breves consideraciones sobre la conciliacion en el delito

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BREVES CONSIDERACIONES SOBRE LA CONCILIACION EN EL
DELITO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
Por:
A. ELIANA VILLA ZULUAGA
El presente escrito tiene como finalidad sin pretensión alguna, dar a
conocer desde mi óptica personal, no así de la institución para la cual
laboro, algunas posiciones jurídicas que considero válidas y espero
que sean objeto de reflexión por parte de todos los profesionales que
estamos convocados a tomar parte por la labor que desempeñamos,
en los conflictos familiares, específicamente en el ámbito penal, en el
marco del delito de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR; lo anterior
toda
vez, que observamos con preocupación, que es escasa la literatura
sobre este
punible, así como los pronunciamientos a nivel
jurisprudencial; así mismo las normas que existen son diversas y
ampliamente interpretadas por los diferentes actores dentro del
proceso penal, por lo que sería muy importante crear espacios de
discusión a cerca de puntos álgidos en relación con este punible y
que basados en argumentos legales, nos ayuden a cambiar ó de la
misma manera logremos que se cambie, la posición
que
tradicionalmente ha tenido el tema de la Violencia Intrafamiliar en el
trámite del proceso penal.
Finalmente quiero señalar, que lo pretendido en estas líneas, es
abrir un espacio de discusión, por lo que todo argumento a favor o
en contra será bien recibido.
En este escrito se plantean los siguientes problemas jurídicos, el
primero: ¿ Es la conciliación en Violencia intrafamiliar un requisito de
procedibilidad para el inicio de la acción penal? Y el segundo ¿ Debe
la victima -que no tiene ánimo conciliatorio- comparecer a la
diligencia de conciliación para poderse cumplir con el requisito de
procedibilidad?
Frente al primer problema juridico ¿ Es la conciliación en
Violencia intrafamiliar un requisito de procedibilidad para el
inicio de la acción penal?.
De conformidad con lo establecido en los Artículos 37, 74 y 522 del
C.P.P., la conciliación en VIF, No es requisito de procedibilidad, por
cuanto, tal y como lo estipuló la Ley 1142 de Junio de 2007 en su
Artículo 2º, que modificó el Artículo 37 del C.P.P., al
suprimir el
punible de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR del listado de los llamados
delitos que requieren querella contemplados en el Articulo 74 ibidem,
le cambio su carácter a delito de iniciación OFICIOSA, pero por
razones de política criminal nuestra Ley y la Jurisprudencia Nacional,
han considerado
que se puedan seguir aplicando los efectos
propios de la querella para beneficio y reparación integral del injusto,
tal y como lo establece el ordinal 3º inciso segundo del citado
Artículo 37 en el cual se lee: “ La investigación de oficio no impide
aplicar, cuando la decisión se considere necesaria, los efectos propios
de la querella para beneficio y reparación integral del victima del
injusto. ( En los delitos de violencia intrafamiliar, los beneficios
quedaran supeditados a la valoración positiva del Instituto
Colombiano de bienestar Familiar.)”. Esta ultima parte que se
encuentra en paréntesis, fue declarada inexequible
mediante
Sentencia C- 1198 de
Diciembre
04 de 2008 de la
Corte
constitucional, sentencia en la cual la Corte
señala que para este
punto se este a lo resuelto en la sentencia C-425 de 2008 y en la cual
se lee:
“Tal situación ya había sido esclarecida en la sentencia C-425 de
2008, como quiera que el proceso penal es el mismo tratándose de
iniciación oficiosa o no:
“Sin embargo, cabe advertir que el hecho de que el proceso
penal se inicie de oficio cuando el autor del delito es
capturado
en
flagrancia,
no
significa
que
éste
necesariamente debe finalizar con sentencia condenatoria o
deba surtir todas las etapas procesales que la ley prevé
para el efecto, pues es perfectamente posible que el
proceso termine de manera anticipada con la aplicación de
fórmulas como la conciliación, el desistimiento por el pago
de la indemnización de perjuicios (artículo 76 del Código de
Procedimiento Penal), la aplicación del principio de
oportunidad (artículos 321 y siguientes de la Ley 906 de
2004) o los casos de extinción de la acción penal (artículo
77 del estatuto procesal penal). Ello, por cuanto el proceso
penal es idéntico respecto de los delitos que deben
investigarse de oficio o para los que requieren instancia de
parte, pues, como se dijo en precedencia, la querella es un
requisito de procedibilidad de la acción penal y no hace
parte de la naturaleza del delito.”
“Se arriba a tales conclusiones, como quiera que durante el trámite
legislativo del proyecto de Ley 081 de 2006 del Senado, 023 de la
Cámara, que se convertiría en la Ley 1142 de 2007, se precisó que la
voluntad del legislador no era la de limitar la aplicación de esas
figuras.
…. Aunque en la exposición de motivos del proyecto presentado por
el Gobierno y la Fiscalía General de la Nación se advertía que las
conductas constitutivas de violencia intrafamiliar “no serán
conciliables, lo cual se explica por la extrema vulnerabilidad de
quienes la padecen, no puede desconocerse el precedente contenido
en la sentencia C-425 de 2008, según el cual sí procede la
conciliación.
… No obstante, debe recalcarse que siempre ha de consultarse el
interés superior del menor y las garantías de la familia como núcleo
esencial de la sociedad (arts. 5° y 42 a 45 Const.), máxime cuando la
práctica de pretender llevar todas estas conductas hasta el juicio oral
y la sentencia ulterior, no sólo genera un mayor desgaste para la
administración de justicia, sino que puede desconocer los derechos a
la dignidad y a la intimidad de la víctima, para la cual resulta más
oprobioso que junto con los agravios causados con el comportamiento
sujeto a reproche penal, deba someterse a prolongadas
investigaciones y diligencias que le recuerden lo indignante del
comportamiento de aquel agresor miembro de su familia.”
De igual manera, el Artículo 522 del C.P.P., señala sobre la
conciliación preprocesal, que la misma se surtirá obligatoriamente y
como requisito de procedibilidad, CUANDO SE TRATE DE DELITOS
QUERELLABLES.
De lo anterior, claramente queda esbozado frente al delito de
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, el carácter de investigable de oficio, el
cual si bien,
no impide aplicar “ CUANDO LA DECISION SE
CONSIDERE NECESARIA”, los efectos propios de la querella para
beneficio y reparación integral de la victima, tal como lo señala el
Artículo 37 del C.P.P.,
e interpretado de una forma literal, nos
esta otorgando una facultad de aplicación de instituciones propias
de los delitos querellables y no una obligación forzosa de aplicación
de las mismas, ni mucho menos
exigirlas como condición de
procedibilidad sin un soporte legal y continuar aseverando -que no
es lo mismo que argumentar- que es requisito de procedibilidad para
iniciar la acción penal, cuando este requisito solo se puede predicar
para los delitos establecidos como querellables en el Artículo 74 del
C.P.P., el cual trae un listado taxativo y no meramente enunciativo.
El hecho que se le haya brindado la posibilidad de aplicar los efectos
propios de la querella, para un fin específico – beneficio y reparación
integral de la victima- no convierte al tipo penal de la VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR en delito de iniciación mediante querella y por
ende de obligatorio cumplimiento el requisito de procedibilidad –
conciliación- para el inicio de la acción penal.
En cuanto al segundo problema jurídico planteado, ¿ Debe la
victima -que no tiene ánimo conciliatorio- comparecer a la
diligencia de conciliación para cumplir con el requisito de
procedibilidad?
Tendríamos que señalar sin lugar a dudas que la respuesta a este
interrogante es NEGATIVA, para ilustrar en detalle esta conclusión
diremos:.
No cabe duda
la figura de la
su aplicación,
bondades, las
la importancia que en la resolución de conflictos tiene
conciliación, podríamos referir múltiples beneficios en
al igual que
muchos doctrinantes
señalan sus
cuales no se discuten.
Al respecto nuestras Cortes
en varias sentencias han tratado el
tema, por ello traigo a colasión lo señalado por nuestra Honorable
Corte Constitucional,
en Sentencia 1195 de 2001 en la cual la
Corte decidió una demanda de inconstitucionalidad frente a varios
Artículos de la Ley 640 de 2001, referida a la conciliación como
requisito de procedibilidad en materias civil, contencioso y familia, en
un aparte se lee : “Varios son los fines que se pretende alcanzar con
la conciliación prejudicial obligatoria, a saber: (i) garantizar el acceso
a la justicia; (ii) promover la participación de los individuos en la
solución de sus disputas; (iii) estimular la convivencia pacífica; (iv)
facilitar la solución de los conflictos sin dilaciones injustificadas; y (v)
descongestionar los despachos judiciales.”
De igual manera en otras sentencias la Corte ha dicho:
“Tal como ya lo expresó esta Corporación en la sentencia C-037 de
1996, los mecanismos alternativos de resolución de conflictos -y
dentro de ellos la conciliación- cumplen fines inclusive imperiosos
desde el punto de vista constitucional, algunos de los cuales son fines
esenciales del Estado expresamente consagrados en la Carta:
"(...)el propósito fundamental de la administración de justicia
es hacer realidad los principios y valores que inspiran al Estado
social de derecho, entre los cuales se encuentran la paz, la
tranquilidad, el orden justo y la armonía de las relaciones
sociales, es decir, la convivencia (Cfr. Preámbulo, Arts. 1o y 2o
C.P.). Con todo, para la Corte es claro que esas metas se hacen
realidad no sólo mediante el pronunciamiento formal y
definitivo de un juez de la República, sino que asimismo es
posible lograrlo acudiendo a la amigable composición o a la
intervención de un tercero que no hace parte de la rama
judicial. Se trata, pues, de la implementación de las
denominadas "alternativas para la resolución de los conflictos",
con las cuales se evita a las partes poner en movimiento el
aparato judicial del país y se busca, asimismo, que a través de
instituciones como la transacción, el desistimiento, la
conciliación, el arbitraje, entre otras, los interesados puedan
llegar en forma pacífica y amistosa a solucionar determinadas
diferencias, que igualmente plantean la presencia de
complejidades de orden jurídico. (...).
"Para esta Corporación, las formas alternativas de solución de
conflictos no sólo responden a los postulados constitucionales
anteriormente
descritos,
sino
que
adicionalmente
se
constituyen en instrumentos de trascendental significado para
la descongestión de los despachos judiciales, problema éste que
desafortunadamente aqueja en forma grave y preocupante a la
administración de justicia en el país. Adicionalmente, debe
insistirse en que con los mecanismos descritos se logra cumplir
con los deberes fundamentales de que trata el artículo 95
superior, como es el caso de colaborar con el funcionamiento de
la justicia (Num 5o.) y propender al logro y el mantenimiento
de la paz (Num. 6o). "
Si bien compartimos lo señalado por la Corte en la cita anterior,
por cuanto
es claro que en una sociedad organizada
debe
privilegiarse la solución concertada por las mismas partes de sus
diferencias, ya que el Estado no esta en capacidad de resolver a
través de la rama judicial todos los conflictos que a diario se
susciten entre los coasociados, es por ello que uno de los principios
del derecho penal es de la ultima ratio,
más aún en el sistema
penal con tendencia acusatoria cuyo fin es lograr que la mayoría de
los procesos penales terminen por una de las formas anticipadas de
terminacion del proceso establecidas en la Ley y que a la etapa del
juicio llegue el menor porcentaje posible de casos.
En temas que vinculan el núcleo familiar, igualmente debe seguirse
brindando la oportunidad a las partes –miembros de la familia- para
que los conflictos que se les presenten, puedan solucionarse a través
de los diálogos y acuerdos conciliatorios, PERO sin sacrificar los
derechos de las victimas, que en los eventos de VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR , casi en su totalidad son mujeres, niños, niñas y
adolescentes, es decir la población que historica y socialmente se
encuentra en situación de vulnerabilidad, que impide muchas veces
que estas victimas se encuentren en pie de igualdad frente al
agresor para poder entrar a buscar soluciones de arreglo a sus
diferencias, es por ello que se requiere cumplir con nuestro deber
constitucional y legal de protección de las victimas y garantizarle
una posición de igualdad para la toma de una decisión adecuada y
conforme con sus intereses, logrando de ésta forma una decision,
libre , consciente y voluntaria en la cesión de parte de sus derechos
en el marco de una conciliación, por ello pretender obligar o forzar
a la victima a confrontarse con el presunto agresor en relacion con
VIF, para cumplir un requisito de procedibilidad viola normas
constitucionales, legales e instrumentos internacionales que hacen
parte del bloque de constitucionalidad, en tanto violentamos
con
una decisión en este sentido, entre otros, derechos fundamentales
de las mujeres victimas como el de la igualdad, la dignidad humana
y el derecho a una vida libre de violencia. ( Constitución Politica de
Colombia, Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer ( CEDAW), Convención interamericana
para prevenir sancionar y erradicar la violencia contra la mujer
"convención de belém do pará" y ley 1257 de 2008 y Artículo 519
del C.P.P.
Es que si bien uno de los derechos que le violamos a la mujer
victima de violencia intrafamiliar cuando no se toma en cuenta su
decisión libre y voluntaria de acceder a un mecanismo de justicia
restaurativa, sino que la compelimos a encontrarse con el agresor,
es el de igualdad real y efectiva, violentando a su vez sus derechos
humanos, ya que los derechos de las mujeres hacen parte de los
derechos humanos, tal y como lo señalan las convenciones
internacionales y la Ley 1257 de 2008 en el Artículo 6º numeral 2.
“ Derechos humanos. Los derechos de las mujeres son Derechos
Humanos.”.
Es por ello, que desde el punto de vista jurídico la igualdad de
géneros hace parte de los derechos humanos y es eje fundamental de
un ordenamiento democrático,
nuestra Constitución Politica
enmarca como derecho fundamental en el Artículo 13 el de la
IGUALDAD:
“ Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la
misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos
derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por
razones de sexo, raza, origen nacional o familia, lengua, religión,
opinión política o filosófica.
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y
efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o
marginados.
El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su
condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancias
de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que
contra ellas se cometan"
A
este respecto, encontramos varios pronunciamientos de la Corte
Constitucional en la Sentencia C-588/92 en la cual se lee: “ En
desarrollo del concepto de igualdad real y efectiva, las autoridades
públicas están obligadas a introducir en sus actos y decisiones,
elementos que desde el punto de vista formal podrían parecer
discriminatorios, pero que sustancialmente tienden a lograr un
equilibrio necesario en la sociedad, por cuya virtud se superen en la
medida de lo posible, las deficiencias que colocan a algunos de sus
miembros en notoria posición de desventaja” y la Sentencia C410/94 : “La igualdad de derechos que se reconoce al hombre y a la
mujer no es simplemente de carácter formal, pues en algunos
eventos se justifican diferenciaciones en aras de terminar con la
histórica discriminación que ha sufrido la población femenina. En este
sentido se "autoriza, dentro de un principio de protección, la toma de
medidas positivas, dirigidas a corregir desigualdades de facto, a
compensar la relegación sufrida y a promover la igualdad real y
efectiva de la mujer en los órdenes económicos y sociales."
Si
analizamos la conciliación en VIF, desde una perspectiva de
género y acorde con los instrumentos internacionales de protección
integral a las
victimas mujeres, debemos sin lugar a dudas
garantizar el derecho que les asiste a decidir voluntariamente si
puede ser confrontada con el agresor ( Ley 1257 de 2008, Art. 8,
literal k) y según lo establecido en el ARt. 519 del C.P.P., una de las
Reglas generales para la aplicación de la justicia restaurativa es la
consagrada en el numeral 1 que dice: “ Consentimiento libre y
voluntario de la victima y el imputado, acusado o sentenciado de
someter el conflicto a un proceso restaurativo. Tanto la victima como
el imputado, acusado o sentenciado podrán retirar este
consentimiento en cualquier momento de la actuación”; y en el
mismo sentido
existe el precedente
trazado por la Corte
Constitucional en la Sentencia C- 1195 DE NOVIEMBRE 15 DE
2001, al analizar la constitucionalidad de varios artículos de la Ley
640 de 2001, Magistrados Ponentes: Dr. MANUEL JOSÉ CEPEDA
y
Dr. MARCO GERARDO MONROY CABRA, la cual me permito transcribir
en su integridad todo el numeral 5.5. de la citada decision para no
descontextualizar
debido a su importancia sobre el tema, lo
siguiente :
“ 5.5 La relación entre el medio y los fines. La conciliación prejudicial
obligatoria resulta efectivamente conducente para el logro de los
fines previstos por el legislador.
Este tercer paso del test de razonabilidad se dirige a examinar la
relación entre los fines y el medio escogido por el legislador. En el
presente caso, la Corte debe constatar si el medio escogido es no sólo
adecuado, sino además, efectivamente conducente para alcanzar
algunos de los fines que persigue.
El análisis se hará separando las materias
civil, comercial y
contencioso administrativa de la materia relativa a la familia.
En primer lugar, la conciliación prejudicial obligatoria en materia civil
y contencioso administrativa resulta ser un medio adecuado y
efectivamente conducente para garantizar el acceso a la justicia,
como quiera ofrece un espacio para dar una solución a los conflictos
por la vía de la autocomposición y permite que asuntos que
normalmente no llegan a la justicia estatal formal porque las partes
los consideran dispendiosos, difíciles o demasiado onerosos en
términos de tiempo y esfuerzos, puedan ser ventilados y resueltos
rápidamente y a un bajo costo.
En segundo lugar, la conciliación prejudicial obligatoria resulta ser un
medio adecuado y efectivamente conducente para promover la
participación de los particulares en la administración de justicia, no
sólo a través de la intervención del conciliador, sino también cuando
las partes autocomponen su controversia. En ambos eventos, se
fortalece la capacidad de los individuos para resolver de manera
autónoma sus conflictos y para participar en la administración de
justicia, salvo cuando se está ante conflictos originados por la
violencia intrafamiliar, donde las posibilidades de autocomposición se
reducen por el temor de la víctima a enfrentarse con su agresor para
exponer sus razones y visión del conflicto, lo cual reduce sus
posibilidades de participación deshinibida y efectiva.
En tercer lugar, la conciliación prejudicial obligatoria resulta ser un
medio adecuado y efectivamente conducente para promover la
convivencia pacífica. La audiencia de conciliación constituye un
espacio para el diálogo, que permite limar asperezas, ampliar la
concepción que las partes tienen respecto del conflicto, entender el
origen del conflicto, reconocer al otro como interlocutor válido e
identificar posibles alternativas de solución. Este espacio posibilita la
superación gradual de la cultura del litigio y crea oportunidades para
establecer relaciones duraderas entre las partes después de acordada
una solución al conflicto, ya que dada la naturaleza de la conciliación
como proceso de negociación asistida y el carácter voluntario de la
solución a que puedan llegar las partes, se reduce la condición de
"ganador" y "perdedor" que surge durante un proceso de
adjudicación. Así vista, la conciliación prejudicial obligatoria en
materia civil y contencioso administrativa es una medida adecuada y
efectivamente conducente para alcanzar este fin.
No obstante, en materia de familia, pueden existir circunstancias de
violencia intrafamiliar que impidan crear las bases para un diálogo
constructivo y de respeto mutuo entre las partes, donde sea posible
escuchar y reconocer al otro como interlocutor y que posibiliten la
solución del conflicto. En estas condiciones, no resulta efectivamente
conducente a la luz del fin de garantizar la convivencia pacífica, forzar
un espacio de encuentro que dada la naturaleza de los conflictos que
surgen en un ambiente de violencia intrafamiliar, puede resultar
contraproducente para alcanzar la solución pacífica del conflicto, al
someter a la víctima a la obligación de encontrarse con su agresor.
En cuarto lugar, la conciliación prejudicial obligatoria promueve que
los conflictos sean resueltos sin dilaciones injustificadas. En efecto,
como en la conciliación las partes mantienen el control de la
audiencia, del procedimiento y de los resultados de la misma, la
resolución del conflicto depende de su voluntad y tomará tanto
tiempo como ellas determinen.
En quinto lugar, la conciliación prejudicial obligatoria tiene un impacto
positivo en la reducción del número de procesos que ingresan al
sistema de justicia, pues ofrece un espacio en el cual las partes
pueden llegar a una solución consensual que desestimula el uso de
los sistemas adversariales de la justicia estatal formal, con lo cual
este medio resulta adecuado y efectivamente conducente para
descongestionar los despachos judiciales.
Por lo anterior, para la Corte la obligatoriedad de la conciliación
prejudicial como requisito de procedibilidad, resulta no sólo adecuada
para alcanzar los fines señalados, sino efectivamente conducente
para el logro de éstos, salvo en el caso de la conciliación en asuntos
de familia cuando existen condiciones de violencia intrafamiliar.
Por esta razón, en materia de familia, la constitucionalidad de este
medio depende de que no se hayan presentado situaciones de
violencia intrafamiliar, pues en esos eventos no resulta adecuado ni
efectivamente conducente que se obligue a la víctima a encontrarse
con su agresor. Por ello, la exequibilidad de la norma será
condicionada a que cuando hubiere violencia intrafamiliar, la víctima
no esté obligada a asistir a la audiencia de conciliación y que pueda
manifestar tal circunstancia ante el juez competente, si opta por
acudir directamente a la jurisdicción del Estado “ ( Subrayas y
cursivas fuera de texto).
Finalmente considero de vital importancia señalar las normas que
podemos citar para arribar a la conclusión que inicialmente señale:
El precedente citado anteriormente, lo establecido en el C.P.P.
Artículo 519 sobre las Reglas generales para dar aplicación a la
Justicia restaurativa, la Ley 1257 de 2008 en el artículo 8 , literal k (
“ Derechos de las victimas de Violencia. K) A decidir voluntariamente
si puede ser confrontada con el agresor en cualquiera de los espacios
de atención y en los procedimientos administrativos, judiciales o de
otro tipo.”), recordemos que esta
ley es un desarrollo a la
Convención de Belén do para.
En relación con las mujeres, la Convención Interamericana para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, suscrita
en la ciudad de Belén Do Para, Brasil, el 9 de junio de 1994,
aprobada por la Ley 248 del 29 de 1995, conocida como Convención
de Belén Do Para, dispuso, entre otros, como deber de los Estados “
incluir en su legislación interna normas penales, civiles y
administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y
adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso”
(art. 7 lit. c). Tal compromiso fue confirmado en la Declaración sobre
la eliminación de la violencia contra la mujer adoptada por la
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2000/45.
Igualmente esta Ley 248 de 1995 y la misma Convención, detallan
cuales son los deberes del Estado Colombiano: ( “ Artículo 7. Los
Estados partes condenan todas las formas de violencia contra la
mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin
dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha
violencia y en llevar a cabo lo siguiente: a) Abstenerse de cualquier
acción o práctica de violencia contra la mujer y velar por que las
autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se
comporten de conformidad con esta obligación; b) Actuar con la
debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia
contra la mujer; c) Incluir en su legislación interna normas penales,
civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean
necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del
caso; d) Adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del
caso; d) Adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a
abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en
peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su
integridad o perjudique su propiedad; e)Tomar todas las medidas
apropiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo, para modificar o
abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas
jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o la
tolerancia de la violencia contra la mujer; f) Establecer
procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido
sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de
protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales
procedimientos; g) Establecer los mecanismos judiciales y
administrativos necesarios para asegurar que la mujer objeto de
violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u
otros medios de compensación justos y eficaces, y h) Adoptar las
disposiciones legislativas o de otra índole…. “ (subrayas y cursiva
fuera de texto)
Así mismo, la Ley 51 de 1981 " Por medio de la cual se aprueba la
"Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer" – CEDAW- , adoptada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979
y firmada en Copenhague el 17 de julio de 1980, señala entre otros
el siguiente deber para el Estado colombiano, Artículo 3º. “ Los
Estados Partes tomarán en todas las esferas, y en particular en las
esferas política, social, económica y cultural, todas las medidas
apropiadas, incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno
desarrollo y adelanto de la mujer, con el objeto de garantizarle el
ejercicio y el goce de los derechos humanos y las libertades
fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre”.
A su vez, la Recomendación general 19, adoptada por el Comité para
la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, 11° período de
sesiones, 1992, U.N. Doc. HRI\GEN\1\Rev.1 at 84 (1994). Sobre la
violencia contra la mujer, señaló:
“Antecedentes
1. La violencia contra la mujer es una forma de discriminación que
impide gravemente que goce de derechos y libertades en pie de
igualdad con el hombre” y realizó unas:
“Recomendaciones concretas: 24. A la luz de las observaciones
anteriores, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra
la Mujer recomienda que:
a) Los Estados Partes adopten medidas apropiadas y
eficaces para combatir los actos públicos o privados de
violencia por razones de sexo.
b) Los Estados Partes velen por que las leyes contra la
violencia y los malos tratos en la familia, la violación, los
ataques sexuales y otro tipo de violencia contra la mujer
protejan de manera adecuada a todas las mujeres y
respeten
su
integridad
y
su
dignidad.
Debe
proporcionarse a las víctimas protección y apoyo
apropiados. Es indispensable que se capacite a los
funcionarios judiciales, los agentes del orden público y
otros funcionarios públicos para que apliquen la
Convención.
r) Entre las medidas necesarias para resolver el problema
de la violencia en la familia figuren las siguientes:
i) sanciones penales en los casos necesarios y
recursos civiles en caso de violencia en el
hogar;…” (subrayas mias).
Es por lo anterior y con base en la legislación interna y de derecho
internacional la cual forma parte bloque de constitucionalidad, antes
transcrita ( de la cual sólo realice un pequeño esbozo), cuyo fin
último es la sensibilización, prevención, sanción y erradicación de
toda forma de violencia que afecte a la mujer y el papel que debe
cumplir el Estado Colombiano a través de sus diferentes estamentos,
se considera salvo mejor opinión, que se ha brindado
un
argumento jurídico,
que apoyan
las
respuestas dadas a los
problemas jurídicos planteados.
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