BREVES CONSIDERACIONES SOBRE LA CONCILIACION EN EL DELITO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. Por: A. ELIANA VILLA ZULUAGA El presente escrito tiene como finalidad sin pretensión alguna, dar a conocer desde mi óptica personal, no así de la institución para la cual laboro, algunas posiciones jurídicas que considero válidas y espero que sean objeto de reflexión por parte de todos los profesionales que estamos convocados a tomar parte por la labor que desempeñamos, en los conflictos familiares, específicamente en el ámbito penal, en el marco del delito de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR; lo anterior toda vez, que observamos con preocupación, que es escasa la literatura sobre este punible, así como los pronunciamientos a nivel jurisprudencial; así mismo las normas que existen son diversas y ampliamente interpretadas por los diferentes actores dentro del proceso penal, por lo que sería muy importante crear espacios de discusión a cerca de puntos álgidos en relación con este punible y que basados en argumentos legales, nos ayuden a cambiar ó de la misma manera logremos que se cambie, la posición que tradicionalmente ha tenido el tema de la Violencia Intrafamiliar en el trámite del proceso penal. Finalmente quiero señalar, que lo pretendido en estas líneas, es abrir un espacio de discusión, por lo que todo argumento a favor o en contra será bien recibido. En este escrito se plantean los siguientes problemas jurídicos, el primero: ¿ Es la conciliación en Violencia intrafamiliar un requisito de procedibilidad para el inicio de la acción penal? Y el segundo ¿ Debe la victima -que no tiene ánimo conciliatorio- comparecer a la diligencia de conciliación para poderse cumplir con el requisito de procedibilidad? Frente al primer problema juridico ¿ Es la conciliación en Violencia intrafamiliar un requisito de procedibilidad para el inicio de la acción penal?. De conformidad con lo establecido en los Artículos 37, 74 y 522 del C.P.P., la conciliación en VIF, No es requisito de procedibilidad, por cuanto, tal y como lo estipuló la Ley 1142 de Junio de 2007 en su Artículo 2º, que modificó el Artículo 37 del C.P.P., al suprimir el punible de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR del listado de los llamados delitos que requieren querella contemplados en el Articulo 74 ibidem, le cambio su carácter a delito de iniciación OFICIOSA, pero por razones de política criminal nuestra Ley y la Jurisprudencia Nacional, han considerado que se puedan seguir aplicando los efectos propios de la querella para beneficio y reparación integral del injusto, tal y como lo establece el ordinal 3º inciso segundo del citado Artículo 37 en el cual se lee: “ La investigación de oficio no impide aplicar, cuando la decisión se considere necesaria, los efectos propios de la querella para beneficio y reparación integral del victima del injusto. ( En los delitos de violencia intrafamiliar, los beneficios quedaran supeditados a la valoración positiva del Instituto Colombiano de bienestar Familiar.)”. Esta ultima parte que se encuentra en paréntesis, fue declarada inexequible mediante Sentencia C- 1198 de Diciembre 04 de 2008 de la Corte constitucional, sentencia en la cual la Corte señala que para este punto se este a lo resuelto en la sentencia C-425 de 2008 y en la cual se lee: “Tal situación ya había sido esclarecida en la sentencia C-425 de 2008, como quiera que el proceso penal es el mismo tratándose de iniciación oficiosa o no: “Sin embargo, cabe advertir que el hecho de que el proceso penal se inicie de oficio cuando el autor del delito es capturado en flagrancia, no significa que éste necesariamente debe finalizar con sentencia condenatoria o deba surtir todas las etapas procesales que la ley prevé para el efecto, pues es perfectamente posible que el proceso termine de manera anticipada con la aplicación de fórmulas como la conciliación, el desistimiento por el pago de la indemnización de perjuicios (artículo 76 del Código de Procedimiento Penal), la aplicación del principio de oportunidad (artículos 321 y siguientes de la Ley 906 de 2004) o los casos de extinción de la acción penal (artículo 77 del estatuto procesal penal). Ello, por cuanto el proceso penal es idéntico respecto de los delitos que deben investigarse de oficio o para los que requieren instancia de parte, pues, como se dijo en precedencia, la querella es un requisito de procedibilidad de la acción penal y no hace parte de la naturaleza del delito.” “Se arriba a tales conclusiones, como quiera que durante el trámite legislativo del proyecto de Ley 081 de 2006 del Senado, 023 de la Cámara, que se convertiría en la Ley 1142 de 2007, se precisó que la voluntad del legislador no era la de limitar la aplicación de esas figuras. …. Aunque en la exposición de motivos del proyecto presentado por el Gobierno y la Fiscalía General de la Nación se advertía que las conductas constitutivas de violencia intrafamiliar “no serán conciliables, lo cual se explica por la extrema vulnerabilidad de quienes la padecen, no puede desconocerse el precedente contenido en la sentencia C-425 de 2008, según el cual sí procede la conciliación. … No obstante, debe recalcarse que siempre ha de consultarse el interés superior del menor y las garantías de la familia como núcleo esencial de la sociedad (arts. 5° y 42 a 45 Const.), máxime cuando la práctica de pretender llevar todas estas conductas hasta el juicio oral y la sentencia ulterior, no sólo genera un mayor desgaste para la administración de justicia, sino que puede desconocer los derechos a la dignidad y a la intimidad de la víctima, para la cual resulta más oprobioso que junto con los agravios causados con el comportamiento sujeto a reproche penal, deba someterse a prolongadas investigaciones y diligencias que le recuerden lo indignante del comportamiento de aquel agresor miembro de su familia.” De igual manera, el Artículo 522 del C.P.P., señala sobre la conciliación preprocesal, que la misma se surtirá obligatoriamente y como requisito de procedibilidad, CUANDO SE TRATE DE DELITOS QUERELLABLES. De lo anterior, claramente queda esbozado frente al delito de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, el carácter de investigable de oficio, el cual si bien, no impide aplicar “ CUANDO LA DECISION SE CONSIDERE NECESARIA”, los efectos propios de la querella para beneficio y reparación integral de la victima, tal como lo señala el Artículo 37 del C.P.P., e interpretado de una forma literal, nos esta otorgando una facultad de aplicación de instituciones propias de los delitos querellables y no una obligación forzosa de aplicación de las mismas, ni mucho menos exigirlas como condición de procedibilidad sin un soporte legal y continuar aseverando -que no es lo mismo que argumentar- que es requisito de procedibilidad para iniciar la acción penal, cuando este requisito solo se puede predicar para los delitos establecidos como querellables en el Artículo 74 del C.P.P., el cual trae un listado taxativo y no meramente enunciativo. El hecho que se le haya brindado la posibilidad de aplicar los efectos propios de la querella, para un fin específico – beneficio y reparación integral de la victima- no convierte al tipo penal de la VIOLENCIA INTRAFAMILIAR en delito de iniciación mediante querella y por ende de obligatorio cumplimiento el requisito de procedibilidad – conciliación- para el inicio de la acción penal. En cuanto al segundo problema jurídico planteado, ¿ Debe la victima -que no tiene ánimo conciliatorio- comparecer a la diligencia de conciliación para cumplir con el requisito de procedibilidad? Tendríamos que señalar sin lugar a dudas que la respuesta a este interrogante es NEGATIVA, para ilustrar en detalle esta conclusión diremos:. No cabe duda la figura de la su aplicación, bondades, las la importancia que en la resolución de conflictos tiene conciliación, podríamos referir múltiples beneficios en al igual que muchos doctrinantes señalan sus cuales no se discuten. Al respecto nuestras Cortes en varias sentencias han tratado el tema, por ello traigo a colasión lo señalado por nuestra Honorable Corte Constitucional, en Sentencia 1195 de 2001 en la cual la Corte decidió una demanda de inconstitucionalidad frente a varios Artículos de la Ley 640 de 2001, referida a la conciliación como requisito de procedibilidad en materias civil, contencioso y familia, en un aparte se lee : “Varios son los fines que se pretende alcanzar con la conciliación prejudicial obligatoria, a saber: (i) garantizar el acceso a la justicia; (ii) promover la participación de los individuos en la solución de sus disputas; (iii) estimular la convivencia pacífica; (iv) facilitar la solución de los conflictos sin dilaciones injustificadas; y (v) descongestionar los despachos judiciales.” De igual manera en otras sentencias la Corte ha dicho: “Tal como ya lo expresó esta Corporación en la sentencia C-037 de 1996, los mecanismos alternativos de resolución de conflictos -y dentro de ellos la conciliación- cumplen fines inclusive imperiosos desde el punto de vista constitucional, algunos de los cuales son fines esenciales del Estado expresamente consagrados en la Carta: "(...)el propósito fundamental de la administración de justicia es hacer realidad los principios y valores que inspiran al Estado social de derecho, entre los cuales se encuentran la paz, la tranquilidad, el orden justo y la armonía de las relaciones sociales, es decir, la convivencia (Cfr. Preámbulo, Arts. 1o y 2o C.P.). Con todo, para la Corte es claro que esas metas se hacen realidad no sólo mediante el pronunciamiento formal y definitivo de un juez de la República, sino que asimismo es posible lograrlo acudiendo a la amigable composición o a la intervención de un tercero que no hace parte de la rama judicial. Se trata, pues, de la implementación de las denominadas "alternativas para la resolución de los conflictos", con las cuales se evita a las partes poner en movimiento el aparato judicial del país y se busca, asimismo, que a través de instituciones como la transacción, el desistimiento, la conciliación, el arbitraje, entre otras, los interesados puedan llegar en forma pacífica y amistosa a solucionar determinadas diferencias, que igualmente plantean la presencia de complejidades de orden jurídico. (...). "Para esta Corporación, las formas alternativas de solución de conflictos no sólo responden a los postulados constitucionales anteriormente descritos, sino que adicionalmente se constituyen en instrumentos de trascendental significado para la descongestión de los despachos judiciales, problema éste que desafortunadamente aqueja en forma grave y preocupante a la administración de justicia en el país. Adicionalmente, debe insistirse en que con los mecanismos descritos se logra cumplir con los deberes fundamentales de que trata el artículo 95 superior, como es el caso de colaborar con el funcionamiento de la justicia (Num 5o.) y propender al logro y el mantenimiento de la paz (Num. 6o). " Si bien compartimos lo señalado por la Corte en la cita anterior, por cuanto es claro que en una sociedad organizada debe privilegiarse la solución concertada por las mismas partes de sus diferencias, ya que el Estado no esta en capacidad de resolver a través de la rama judicial todos los conflictos que a diario se susciten entre los coasociados, es por ello que uno de los principios del derecho penal es de la ultima ratio, más aún en el sistema penal con tendencia acusatoria cuyo fin es lograr que la mayoría de los procesos penales terminen por una de las formas anticipadas de terminacion del proceso establecidas en la Ley y que a la etapa del juicio llegue el menor porcentaje posible de casos. En temas que vinculan el núcleo familiar, igualmente debe seguirse brindando la oportunidad a las partes –miembros de la familia- para que los conflictos que se les presenten, puedan solucionarse a través de los diálogos y acuerdos conciliatorios, PERO sin sacrificar los derechos de las victimas, que en los eventos de VIOLENCIA INTRAFAMILIAR , casi en su totalidad son mujeres, niños, niñas y adolescentes, es decir la población que historica y socialmente se encuentra en situación de vulnerabilidad, que impide muchas veces que estas victimas se encuentren en pie de igualdad frente al agresor para poder entrar a buscar soluciones de arreglo a sus diferencias, es por ello que se requiere cumplir con nuestro deber constitucional y legal de protección de las victimas y garantizarle una posición de igualdad para la toma de una decisión adecuada y conforme con sus intereses, logrando de ésta forma una decision, libre , consciente y voluntaria en la cesión de parte de sus derechos en el marco de una conciliación, por ello pretender obligar o forzar a la victima a confrontarse con el presunto agresor en relacion con VIF, para cumplir un requisito de procedibilidad viola normas constitucionales, legales e instrumentos internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad, en tanto violentamos con una decisión en este sentido, entre otros, derechos fundamentales de las mujeres victimas como el de la igualdad, la dignidad humana y el derecho a una vida libre de violencia. ( Constitución Politica de Colombia, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer ( CEDAW), Convención interamericana para prevenir sancionar y erradicar la violencia contra la mujer "convención de belém do pará" y ley 1257 de 2008 y Artículo 519 del C.P.P. Es que si bien uno de los derechos que le violamos a la mujer victima de violencia intrafamiliar cuando no se toma en cuenta su decisión libre y voluntaria de acceder a un mecanismo de justicia restaurativa, sino que la compelimos a encontrarse con el agresor, es el de igualdad real y efectiva, violentando a su vez sus derechos humanos, ya que los derechos de las mujeres hacen parte de los derechos humanos, tal y como lo señalan las convenciones internacionales y la Ley 1257 de 2008 en el Artículo 6º numeral 2. “ Derechos humanos. Los derechos de las mujeres son Derechos Humanos.”. Es por ello, que desde el punto de vista jurídico la igualdad de géneros hace parte de los derechos humanos y es eje fundamental de un ordenamiento democrático, nuestra Constitución Politica enmarca como derecho fundamental en el Artículo 13 el de la IGUALDAD: “ Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familia, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan" A este respecto, encontramos varios pronunciamientos de la Corte Constitucional en la Sentencia C-588/92 en la cual se lee: “ En desarrollo del concepto de igualdad real y efectiva, las autoridades públicas están obligadas a introducir en sus actos y decisiones, elementos que desde el punto de vista formal podrían parecer discriminatorios, pero que sustancialmente tienden a lograr un equilibrio necesario en la sociedad, por cuya virtud se superen en la medida de lo posible, las deficiencias que colocan a algunos de sus miembros en notoria posición de desventaja” y la Sentencia C410/94 : “La igualdad de derechos que se reconoce al hombre y a la mujer no es simplemente de carácter formal, pues en algunos eventos se justifican diferenciaciones en aras de terminar con la histórica discriminación que ha sufrido la población femenina. En este sentido se "autoriza, dentro de un principio de protección, la toma de medidas positivas, dirigidas a corregir desigualdades de facto, a compensar la relegación sufrida y a promover la igualdad real y efectiva de la mujer en los órdenes económicos y sociales." Si analizamos la conciliación en VIF, desde una perspectiva de género y acorde con los instrumentos internacionales de protección integral a las victimas mujeres, debemos sin lugar a dudas garantizar el derecho que les asiste a decidir voluntariamente si puede ser confrontada con el agresor ( Ley 1257 de 2008, Art. 8, literal k) y según lo establecido en el ARt. 519 del C.P.P., una de las Reglas generales para la aplicación de la justicia restaurativa es la consagrada en el numeral 1 que dice: “ Consentimiento libre y voluntario de la victima y el imputado, acusado o sentenciado de someter el conflicto a un proceso restaurativo. Tanto la victima como el imputado, acusado o sentenciado podrán retirar este consentimiento en cualquier momento de la actuación”; y en el mismo sentido existe el precedente trazado por la Corte Constitucional en la Sentencia C- 1195 DE NOVIEMBRE 15 DE 2001, al analizar la constitucionalidad de varios artículos de la Ley 640 de 2001, Magistrados Ponentes: Dr. MANUEL JOSÉ CEPEDA y Dr. MARCO GERARDO MONROY CABRA, la cual me permito transcribir en su integridad todo el numeral 5.5. de la citada decision para no descontextualizar debido a su importancia sobre el tema, lo siguiente : “ 5.5 La relación entre el medio y los fines. La conciliación prejudicial obligatoria resulta efectivamente conducente para el logro de los fines previstos por el legislador. Este tercer paso del test de razonabilidad se dirige a examinar la relación entre los fines y el medio escogido por el legislador. En el presente caso, la Corte debe constatar si el medio escogido es no sólo adecuado, sino además, efectivamente conducente para alcanzar algunos de los fines que persigue. El análisis se hará separando las materias civil, comercial y contencioso administrativa de la materia relativa a la familia. En primer lugar, la conciliación prejudicial obligatoria en materia civil y contencioso administrativa resulta ser un medio adecuado y efectivamente conducente para garantizar el acceso a la justicia, como quiera ofrece un espacio para dar una solución a los conflictos por la vía de la autocomposición y permite que asuntos que normalmente no llegan a la justicia estatal formal porque las partes los consideran dispendiosos, difíciles o demasiado onerosos en términos de tiempo y esfuerzos, puedan ser ventilados y resueltos rápidamente y a un bajo costo. En segundo lugar, la conciliación prejudicial obligatoria resulta ser un medio adecuado y efectivamente conducente para promover la participación de los particulares en la administración de justicia, no sólo a través de la intervención del conciliador, sino también cuando las partes autocomponen su controversia. En ambos eventos, se fortalece la capacidad de los individuos para resolver de manera autónoma sus conflictos y para participar en la administración de justicia, salvo cuando se está ante conflictos originados por la violencia intrafamiliar, donde las posibilidades de autocomposición se reducen por el temor de la víctima a enfrentarse con su agresor para exponer sus razones y visión del conflicto, lo cual reduce sus posibilidades de participación deshinibida y efectiva. En tercer lugar, la conciliación prejudicial obligatoria resulta ser un medio adecuado y efectivamente conducente para promover la convivencia pacífica. La audiencia de conciliación constituye un espacio para el diálogo, que permite limar asperezas, ampliar la concepción que las partes tienen respecto del conflicto, entender el origen del conflicto, reconocer al otro como interlocutor válido e identificar posibles alternativas de solución. Este espacio posibilita la superación gradual de la cultura del litigio y crea oportunidades para establecer relaciones duraderas entre las partes después de acordada una solución al conflicto, ya que dada la naturaleza de la conciliación como proceso de negociación asistida y el carácter voluntario de la solución a que puedan llegar las partes, se reduce la condición de "ganador" y "perdedor" que surge durante un proceso de adjudicación. Así vista, la conciliación prejudicial obligatoria en materia civil y contencioso administrativa es una medida adecuada y efectivamente conducente para alcanzar este fin. No obstante, en materia de familia, pueden existir circunstancias de violencia intrafamiliar que impidan crear las bases para un diálogo constructivo y de respeto mutuo entre las partes, donde sea posible escuchar y reconocer al otro como interlocutor y que posibiliten la solución del conflicto. En estas condiciones, no resulta efectivamente conducente a la luz del fin de garantizar la convivencia pacífica, forzar un espacio de encuentro que dada la naturaleza de los conflictos que surgen en un ambiente de violencia intrafamiliar, puede resultar contraproducente para alcanzar la solución pacífica del conflicto, al someter a la víctima a la obligación de encontrarse con su agresor. En cuarto lugar, la conciliación prejudicial obligatoria promueve que los conflictos sean resueltos sin dilaciones injustificadas. En efecto, como en la conciliación las partes mantienen el control de la audiencia, del procedimiento y de los resultados de la misma, la resolución del conflicto depende de su voluntad y tomará tanto tiempo como ellas determinen. En quinto lugar, la conciliación prejudicial obligatoria tiene un impacto positivo en la reducción del número de procesos que ingresan al sistema de justicia, pues ofrece un espacio en el cual las partes pueden llegar a una solución consensual que desestimula el uso de los sistemas adversariales de la justicia estatal formal, con lo cual este medio resulta adecuado y efectivamente conducente para descongestionar los despachos judiciales. Por lo anterior, para la Corte la obligatoriedad de la conciliación prejudicial como requisito de procedibilidad, resulta no sólo adecuada para alcanzar los fines señalados, sino efectivamente conducente para el logro de éstos, salvo en el caso de la conciliación en asuntos de familia cuando existen condiciones de violencia intrafamiliar. Por esta razón, en materia de familia, la constitucionalidad de este medio depende de que no se hayan presentado situaciones de violencia intrafamiliar, pues en esos eventos no resulta adecuado ni efectivamente conducente que se obligue a la víctima a encontrarse con su agresor. Por ello, la exequibilidad de la norma será condicionada a que cuando hubiere violencia intrafamiliar, la víctima no esté obligada a asistir a la audiencia de conciliación y que pueda manifestar tal circunstancia ante el juez competente, si opta por acudir directamente a la jurisdicción del Estado “ ( Subrayas y cursivas fuera de texto). Finalmente considero de vital importancia señalar las normas que podemos citar para arribar a la conclusión que inicialmente señale: El precedente citado anteriormente, lo establecido en el C.P.P. Artículo 519 sobre las Reglas generales para dar aplicación a la Justicia restaurativa, la Ley 1257 de 2008 en el artículo 8 , literal k ( “ Derechos de las victimas de Violencia. K) A decidir voluntariamente si puede ser confrontada con el agresor en cualquiera de los espacios de atención y en los procedimientos administrativos, judiciales o de otro tipo.”), recordemos que esta ley es un desarrollo a la Convención de Belén do para. En relación con las mujeres, la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, suscrita en la ciudad de Belén Do Para, Brasil, el 9 de junio de 1994, aprobada por la Ley 248 del 29 de 1995, conocida como Convención de Belén Do Para, dispuso, entre otros, como deber de los Estados “ incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso” (art. 7 lit. c). Tal compromiso fue confirmado en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer adoptada por la Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2000/45. Igualmente esta Ley 248 de 1995 y la misma Convención, detallan cuales son los deberes del Estado Colombiano: ( “ Artículo 7. Los Estados partes condenan todas las formas de violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente: a) Abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer y velar por que las autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se comporten de conformidad con esta obligación; b) Actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer; c) Incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso; d) Adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso; d) Adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad; e)Tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia contra la mujer; f) Establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos; g) Establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios para asegurar que la mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u otros medios de compensación justos y eficaces, y h) Adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole…. “ (subrayas y cursiva fuera de texto) Así mismo, la Ley 51 de 1981 " Por medio de la cual se aprueba la "Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer" – CEDAW- , adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979 y firmada en Copenhague el 17 de julio de 1980, señala entre otros el siguiente deber para el Estado colombiano, Artículo 3º. “ Los Estados Partes tomarán en todas las esferas, y en particular en las esferas política, social, económica y cultural, todas las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la mujer, con el objeto de garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre”. A su vez, la Recomendación general 19, adoptada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, 11° período de sesiones, 1992, U.N. Doc. HRI\GEN\1\Rev.1 at 84 (1994). Sobre la violencia contra la mujer, señaló: “Antecedentes 1. La violencia contra la mujer es una forma de discriminación que impide gravemente que goce de derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre” y realizó unas: “Recomendaciones concretas: 24. A la luz de las observaciones anteriores, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer recomienda que: a) Los Estados Partes adopten medidas apropiadas y eficaces para combatir los actos públicos o privados de violencia por razones de sexo. b) Los Estados Partes velen por que las leyes contra la violencia y los malos tratos en la familia, la violación, los ataques sexuales y otro tipo de violencia contra la mujer protejan de manera adecuada a todas las mujeres y respeten su integridad y su dignidad. Debe proporcionarse a las víctimas protección y apoyo apropiados. Es indispensable que se capacite a los funcionarios judiciales, los agentes del orden público y otros funcionarios públicos para que apliquen la Convención. r) Entre las medidas necesarias para resolver el problema de la violencia en la familia figuren las siguientes: i) sanciones penales en los casos necesarios y recursos civiles en caso de violencia en el hogar;…” (subrayas mias). Es por lo anterior y con base en la legislación interna y de derecho internacional la cual forma parte bloque de constitucionalidad, antes transcrita ( de la cual sólo realice un pequeño esbozo), cuyo fin último es la sensibilización, prevención, sanción y erradicación de toda forma de violencia que afecte a la mujer y el papel que debe cumplir el Estado Colombiano a través de sus diferentes estamentos, se considera salvo mejor opinión, que se ha brindado un argumento jurídico, que apoyan las respuestas dadas a los problemas jurídicos planteados.