DISCURSO DE DESPEDIDA A LOS ALUMNOS DE 2º DE BACHILLER Buenas tardes: Es el momento de una triple despedida: a nuestros alumnos, que han cursado en el Instituto 2 años unos, 4 otros y 6 la mayoría. Pero también despedimos a los padres y madres, que han acompañado de cerca el proceso de crecimiento y maduración intelectual, sufriendo los agobios y angustias de los exámenes finales y también disfrutando de los éxitos de los hijos, que también los ha habido. Finalmente, también me despido yo, después de 39 años en estas aulas, despachos y pasillos, donde he conocido a miles de jóvenes de nuestros pueblos y cientos de profesores de variada procedencia. Algunos de esos jóvenes estáis aquí como padres o madres de estos alumnos. Me dirijo, en primer lugar, a nuestros queridos alumnos de 2º de bachiller: Finalizado ya este curso, es el momento de pararse un poco a reflexionar sobre el pasado y también sobre lo que os espera. De estos años en el Instituto ¿qué esperamos que os llevéis en vuestra mochila?: Algo muy importante: nuevos y buenos amigos, que os acompañarán o no en los estudios que vais a iniciar, pero que siempre los vais a tener ahí y que es preciso no olvidar y seguir cultivando su amistad; quien tiene un amigo tiene un tesoro. Nuestra labor principal ha estado encaminada a amueblar bien vuestras cabezas, a dotaros de los conocimientos, estrategias y hábitos (lo que ahora llaman competencias) que os permitan afrontar con éxito los retos intelectuales que se os van a presentar en la Universidad o en los Ciclos Formativos. Esperamos haberlo logrado. La experiencia de muchas generaciones que han pasado por el Centro nos dice que sí, que han conseguido sus metas y hoy son unos buenos profesionales, como también lo seréis vosotros. También habéis tenido oportunidad de aprender a convivir, a respetar y apreciar a personas de otros pueblos, de otros países y de costumbres distintas. El Instituto es un reflejo de la realidad social que nos rodea, por lo que es fundamental tener una mente abierta y tolerante, lo que no está reñido con que cada uno tenga sus ideas y creencias y trate de ser coherente con ellas. Es muy importante descubrir aquellos estudios o profesiones que son más adecuadas para cada uno, encontrar lo que antes llamábamos vocación, para lo cual os hemos ofrecido orientación académica y profesional que os ha ido guiando para elegir optativas, itinerarios, os ha mostrado la oferta de estudios superiores y herramientas para facilitar vuestro conocimiento personal y así poder tomar la decisión más acertada. No obstante, de lo que estoy convencido es de que los mejores recuerdos que os vais a llevar de vuestro paso por el instituto tienen que ver con las fiestas de Santo Tomás, de las excursiones y viajes, los partidos entre clases, las anécdotas con profesores y compañeros, los encuentros por los pasillos y en el recreo, y tantas vivencias que se han grabado para siempre en vuestras mentes. Para muchos los años en el Instituto han sido de los mejores de la vida. ¿Y el futuro? ¿Podemos afrontarlo con alguna esperanza? Ya sabemos que estamos viviendo tiempos de crisis, especialmente los que tenemos hijos en edad de trabajar y no terminan de encontrar su lugar en esta sociedad. Quedan todavía unos años para que os enfrentéis al reto de encontrar un trabajo, puede que hayan cambiado las cosas para entonces, por aquello de que no hay mal que cien años dure, pero ahora a vosotros os toca valorar la suerte de tener unos padres que están dispuestos a daros la oportunidad de estudiar lo que os gusta, y responder a esa generosidad aprovechando bien el tiempo. De momento lo que nadie os tiene que quitar es la ilusión de tener metas en la vida, pero poned toda vuestra persona en el empeño: la inteligencia, la fortaleza, la voluntad, y hacerlo con optimismo y alegría, como corresponde a una persona joven que se tiene que comer el mundo. Dicen que, en el fondo, todos buscamos la felicidad; con días buenos y no tan buenos, pero os digo por experiencia que uno puede ser feliz en su trabajo. Yo lo he sido desde los 21 años en que comencé como profesor en este Instituto. Si volviera a esos años sabiendo en qué consiste este trabajo, volvería a elegirlo. Quien es feliz en su trabajo se lleva esa satisfacción a su casa y a los suyos. A los padres y madres os digo, como padre que ha tenido aquí tres hijos no hace mucho tiempo, que, aunque parezca que no os hacen caso, hay que seguir ahí, cerca de ellos, aunque no encima, apoyando, marcando pautas, dando todo por ellos, con paciencia, como la que habéis tenido estos días de modo especial. No esperemos ahora muchos agradecimientos por su parte; en su día ya reconocerán todo lo que habéis hecho por ellos (sobretodo cuando tengan hijos). Inculcarles la importancia de la honradez y de la dignidad allá donde estén, para que puedan ir siempre con la cabeza bien alta. En nombre del Instituto os damos las gracias por habernos confiado a vuestros hijos todos estos años. Esperamos haber respondido a vuestra confianza. Unas palabras para mis compañeros y compañeras: Se nos va otra hornada de alumnos y con ellos muchas de nuestras vivencias, esfuerzos y anécdotas. La primera vez que me pasó había acompañado los 4 años de BUP y COU a mis primeros alumnos. Cuando se fueron supuso para mí un auténtico desgarro, que me costó superar. Después te das cuenta de que hay que seguir con renovada ilusión con las nuevas hornadas, recibirlas y tratarlas como si fueran las primeras. No podemos permitirnos el lujo de acomodarnos. Nuevos alumnos y sus familias esperan de nosotros lo mejor, y si se lo damos tendremos esa satisfacción del trabajo bien hecho. Nuestra recompensa mejor es el saludo cariñoso de exalumnos que te encuentras en cualquier parte y que te expresan el reconocimiento y aprecio personal y hacia el Instituto. Por último algunas reflexiones personales: Con la intensidad del fin de curso todavía no me he puesto a buscar respuestas a algunas preguntas: ¿Qué voy a hacer el próximo curso a la hora en que tenía que explicar los enlaces químicos o los campos eléctrico y gravitatorio?. ¿Ya no tendré que preparar más las reuniones de la CCP, ni los Claustros o las reuniones con la APYMA?. ¿Con qué sustituiré las reuniones con el Equipo Directivo? ¿Ya no me tomaré el café en la Sala de profesores o en el Malike? ¿ Ni iré a Secretaría a contarles mis últimas anécdotas del fin de semana? Todavía no lo sé. Este verano iré pensando cómo llenar todo el hueco que me van a dejar mis responsabilidades como profesor y director. Algo habrá que hacer, ya pediré consejo a otros compañeros que se han jubilado recientemente. Aquí hemos trabajado mucho todos estos años para ir mejorando poco a poco, pero queda mucho todavía por hacer. Quiero transmitir todo mi apoyo y animar a todos los que os quedáis, y, de modo especial a quienes vais a coger el testigo de la Dirección, Marisa y todo el equipo directivo, para que no os desaniméis en ningún momento y afrontéis con fortaleza, prudencia y sabiduría los retos y tareas que tendréis encomendadas. Sabéis que me tendréis cerca para cualquier cosa. Gracias a todos por vuestra atención y vuestro apoyo. Os llevaré en el recuerdo y en el corazón. Hasta siempre.