La nulidad que tenga su origen en la ilicitud del objeto o la causa no

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Héctor Julio Prieto Cely
La nulidad que tenga su origen en la ilicitud del objeto o la causa no se
podrá sanear, a voces del artículo 106 del Estatuto mercantil, sin embargo,
la ley consagra que si la ilicitud tiene su fuente en una prohibición
legal o en la existencia de un monopolio oficial, el levantamiento de la
prohibición o la terminación del monopolio purgan el contrato del vicio
de nulidad.
En cuanto a los efectos de la ilicitud del objeto o de la causa es preciso
indicar que cualquier tercero, incluido el Estado71, podrá alegarla ya como
acción o como excepción, de igual forma lo podrá hacer cualquiera de
los asociados, en cualquier caso, los terceros de buena fe podrán hacer
efectivos la totalidad de sus derechos, en principio, contra la sociedad
sin que a los socios se les admita oponerse a tal responsabilidad con
fundamento en la existencia de la nulidad; decimos, en principio, porque
tanto los socios como los administradores también responderán de forma
solidaria e ilimitada por el pasivo externo así como por la totalidad de los
perjuicios causados.
Además de la responsabilidad patrimonial anterior y de las demás
responsabilidades que puedan sobrevenir, la ley comercial consagra
otras dos terribles consecuencias para los socios en el caso que se declare
la nulidad proveniente de objeto o causa ilícitos, la primera de ellas se
concreta en la perdida de los aportes de los socios, es decir, los socios no
podrán solicitar su restitución, de tal manera que tanto los aportes como
los demás beneficios que puedan corresponderles, serán dispuestos a
ordenes de la junta departamental de beneficencia del lugar del domicilio
social y en el caso de no existir ésta, a la junta que funcione en el lugar
más próximo; la segunda, que comparten con los administradores, se
materializa en la inhabilidad para ejercer el comercio por el término de diez
años, tiempo que se contará desde el momento en que la correspondiente
providencia sea debidamente notificada y quede legalmente ejecutoriada,
todo de conformidad con lo prescrito por el artículo 105 del Código de
Comercio.
71
Al respecto consideramos que dadas las circunstancias políticas, económicas y sociales
por las que se encuentra atravesando nuestro país, en donde al parecer existe una ola
de moralidad y en donde los hechos están demostrando un abuso total y absoluto de
la personalidad jurídica societaria con el fin de apoderarse de recursos públicos y
privados, se hace necesaria la intervención fuerte del Estado a través de los órganos
de control, inspección y vigilancia para evitar o contrarrestar semejante abuso que
algunos hacen de las sociedades comerciales.
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