El cuerpo humano reacciona ante los estímulos externos, tanto físicos como químicos, mecánicos o electromagnéticos, que desencadenan reacciones funcionales en el organismo. Para recibir esos estímulos el cuerpo se vale de los sentidos: los oidos, la nariz, la boca, los ojos y la piel. Cuando los estímulos llegan a los sentidos, los receptores sensoriales (células especializadas) cambian la información en impulsos nerviosos y los transmiten al cerebro. Los receptores sensoriales se pueden clasificar en: 1)Quimiorreceptores: cuando la fuente de información son las sustancias químicas: el gusto y el olfato. 2)Mecanorreceptores: cuando la fuente de información proviene de tipo mecánico: contacto, no contacto, vibraciones, texturas, equilibrio, ondas sonoras 3)Termorreceptores: son los que perciben el frío o el calor. 4)Fotorreceptores: se especializan en recibir la energía electromagnética, la luz. La visión es una función que nos permite, al ser humano y a los animales, interpretar el mundo que nos rodea. El ojo humano es un órgano sensitivo muy complejo que recibe la luz procedente de los objetos, la enfoca sobre la retina formando una imagen y la transforma en información comprensible para el cerebro. La existencia de dos ojos nos permite una visión panorámica y binocular del mundo circundante y la capacidad del cerebro para combinar ambas imágenes produce una visión tridimensional o estereoscópica. Los lóbulos occipitales (situados en la zona posterior del cerebro) son el centro de nuestro sistema visual de la percepción donde llegan los impulsos nerviosos y recrea la imagen. Los factores externos que influyen sobre la formación de una buena imagen en la retina dependen: 1) del propio individuo, como su salud visual y el nivel de atención en lo que mira, 2) del objeto visual, de lo que esté mirando. Los factores son: Tamaño, agudeza visual, contraste y tiempo que determinan la nitidez y el tiempo de respuesta del ojo ante un entorno cambiante. Tamaño El tamaño aparente de un cuerpo en relación con el resto de los elementos que forman el campo visual es un factor importante para distinguirlo con rapidez. Agudeza visual Es la capacidad de distinguir entre objetos muy próximos entre sí. Es una medida del detalle más pequeño que podemos diferenciar y está muy influenciada por el nivel de iluminación. Contraste El contraste se produce por diferencias entre los colores y la luz reflejada por un cuerpo que llega al ojo, entre un elemento del campo visual y el resto. Mientras mayor sea mejor lo veremos, más detalles distinguiremos y menos fatigaremos la vista. Las características del proceso visual son: Sensibilidad, acomodación, adaptación y campo visual y determinan cómo es la percepción del mundo que nos rodea. Sensibilidad En condiciones de buena iluminación, como ocurre de día, la visión es nítida, detallada y se distinguen muy bien los colores, la capacidad para distinguir los colores disminuye a medida que baja la cantidad de luz. Acomodación La capacidad del ojo para enfocar automáticamente objetos situados a diferentes distancias. Esta función se lleva a cabo en el cristalino que varía su forma al efecto. Adaptación Es la facultad del ojo para ajustarse automáticamente a los cambios en los niveles de iluminación. Se debe a la capacidad del iris para regular la abertura de la pupila y a cambios fotoquímicos en la retina. El campo visual Cada ojo ve aproximadamente 150º sobre el plano horizontal y con la superposición de ambos se abarcan los 180º. La fotofobia se define como una molestia ocular en presencia de luz brillante . Es un síntoma muy común que, en muchas personas, no es ocasionado por ninguna enfermedad subyacente. La fotofobia grave puede estar asociada con problemas en los ojos y ocasiona dolor ocular intenso incluso con luz relativamente baja. Es frecuente en personas con albinismo o debido a enfermedades relacionadas con el ojo o el sistema nervioso. No suele revestir importancia y puede aliviarse usando gafas oscuras o apagando la luz. Mª Lourdes García Jiménez