Me ha resultado agradable leer este libro de Michael

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"Tratado sobre la tolerancia" de Michael Walzer
Me ha resultado agradable leer este libro de Michael Walzer "Tratado sobre la
tolerancia", al tratarse en él un tema todavía ausente en la sociedad vasca, en un País
Vasco que ha entrado de lleno en el siglo XXI.
El autor a lo largo de escasamente 100 páginas nos demuestra que la tolerancia no es un
principio filosófico con una sola justificación, sino una práctica política que tiene
diversas vertientes. Es una pequeña obra, en cuanto al ajustado tamaño, pero está escrita
con una gran originalidad, intuición y sentido común. Es un trabajo lúcido, muy bien
escrito y traducido, que ostenta una rara mezcla de originalidad conceptual y precisión
histórica. Michael Walzer es profesor de Ciencias Sociales en el Institute for Advanced
Study de Princenton asesor y coeditor de varias revistas como The New York Republic
y autor de más de una docena de libros como Interpretation and Social Criticism, Just
and Unjust Wars, The Company of Critics y Spheres of Justice.
El libro se divide en cinco capítulos y corresponde a una recopilación de las
conferencias que el profesor impartió en La Universidad de Yale en 1996, en el
programa sobre ética, política y economía.
En un capítulo Introductorio se define el concepto de tolerancia y que es lo que
sustenta ésta. Se analiza la actitud tolerante y la práctica de la misma, es decir el tolerar,
y que es la vida la misma la que es sostenida por la tolerancia ya que la persecución con
frecuencia conduce a la muerte, algo que los vascos hemos podido corroborar sin
muchos titubeos a lo largo de estos últimos 5 lustros.
Walzer explica que no pretende desarrollar una argumentación filosófica sistemática
sino más bien razones e indicaciones metodológicas de tipo general, una amplia muestra
de ejemplos históricos, algunos análisis de problemas prácticos y una conclusión
incompleta y tentativa sobre el concepto que estudia. Toda la tesis del libro trata de
explicar que es lo que hace posible la práctica de la tolerancia que conlleva la
coexistencia pacífica de grupos humanos con diferentes historias, culturas e identidades.
En el capítulo I (Actitudes personales y sistemas políticos), el autor insiste en que los
derechos individuales pueden estar en la raíz misma de todo tipo de práctica tolerante,
aunque Walzer se preocupa más por los derechos ejercidos en común en el proceso de
asociación voluntaria (ritos religiosos, expresión cultural, o en el autogobierno
comunitario). ¿Qué es lo que se puede tolerar y lo que no? y por lo tanto ¿cuáles son los
temas que se van a tratar en su estudio? ¿qué conlleva la aplicación de la tolerancia?
Walzer distingue entre una aceptación resignada de la diferencia para mantener la paz
como un primer grado de tolerancia. Una segunda actitud sería aquella indiferentemente
positiva ante la diferencia, pues seguiría siendo pasiva, relajada frente a ésta. Una
tercera actitud sería el resultado de cierto tipo de estoicismo moral al reconocer que los
"otros" tienen derechos, incluso aunque ejerciten esos derechos en formas que resulten
poco atractivas. La cuarta actitud expresaría la apertura hacia los otros, con curiosidad,
quizás incluso respeto, con voluntad de escuchar y aprender. Por último, la quinta
actitud conlleva una entusiasta interpretación de la diferencia, por su aprobación
estética, por aprobación funcional como sucede con la defensa liberal del
multiculturalismo, por considerar la diferencia necesaria para el pleno desarrollo
humano, un desarrollo que ofrece individualmente a hombres y mujeres las diversas
opciones que hacen significativa su autonomía.
¿Qué tipo de compromiso político podría lograr que la gente de distintas nacionalidades,
razas, religiones o etnias consiguieran vivir en paz? Es precisamente en el capítulo II
(Cinco regímenes de tolerancia) en donde se debate sobre la denominada política de
tolerancia, examinando cinco regímenes que abarcan desde los imperios multinacionales
de la antigüedad hasta las actuales sociedades de inmigración. Walzer describe sus
ventajas e inconvenientes, así como las distintas formas de tolerancia y exclusión que
suponen. Tanto el imperio multinacional como en la comunidad internacional lo que se
tolera es el grupo, sea su condición la de comunidad autónoma o la de Estado soberano.
Se consideran legítimas o permisibles sus leyes, sus prácticas religiosas, sus
procedimientos judiciales, sus políticas fiscales y redistributivas, sus programas
educativos y sus formas de familia. La situación es similar en la confederación, aunque
aquí se añade un rasgo nuevo: una ciudadanía compartida más efectiva que la de la
mayoría de los imperios, y que abre al menos la posibilidad de que se dé una
interferencia estatal en las prácticas de los grupos con el objeto de defender los derechos
individuales.
Un dato interesante que destaca Walzer es la importancia que debe tener la confianza
entre las distintas comunidades para que las confederaciones tengan éxito. Este dato es
importante si lo trasladamos al caso de Euskadi, pues sólo desde la confianza entre los
grupos con identidades nacionales vasca y española o vasco-española podremos
construir una nación vertebradora, más allá de las adscripciones nacionales de uno u
otro signo.
La ciudadanía tiene mayor contenido en el Estado Nacional. En este caso son los
individuos, considerados como ciudadanos y como miembros de una minoría particular,
quienes son el objeto de la tolerancia. Walzer recalca que se les tolera bajo sus nombres
genéricos, pero los individuos no están obligados por su pertenencia a un grupo (en
contraste con la ciudadanía en el Estado). Por tanto pueden abandonar la adscripción a
un grupo determinado, aceptando la asimilación por la mayoría. Por último el autor
concluye que las anteriores opciones se acentúan en las Sociedades de Inmigrantes.
Aparecen aquí formas particularizadas de vida en grupo, formas muy diferentes de ser
de esta o aquella manera y que otros miembros del grupo deben tolerar, aunque
solamente sea porque la sociedad en su conjunto les tolera a ellos.
El capítulo III (Casos complicados) abunda en cuatro países (Francia, Israel, Canadá y
La Comunidad Europea) en los cuales resulta particularmente obvia la falta de ajuste
con los casos desarrollados en el capítulo anterior. Son países con regímenes sociales o
constitucionalmente mixtos que están doble o triplemente divididos y que exigen la
práctica simultánea de diversos tipos de tolerancia. Reflejan la complejidad ordinaria de
la "vida real" de la que Michael Walzer extrae sus categorías por abstracción.
En el capítulo IV (Cuestiones Prácticas) el autor desmenuza cuales son las factores que
condicionan la actitud tolerante de las sociedades multiculturales. Así Walzer demuestra
que el poder, la clase y el género interactúan con la religión, la raza y la etnicidad en
diferentes registros, lo cual le lleva a analizar cómo funciona y como debería funcionar,
la tolerancia en las sociedades multiculturales como Estados Unidos (Epílogo).
El capítulo V (La tolerancia moderna y posmoderna) critica duramente el modelo de
tolerancia posmoderno, que últimamente se ha puesto tan de moda entre algunos
intelectuales europeos y americanos. Walzer subraya como el proyecto posmoderno
mina cualquier tipo de identidad común y de conducta estándar, produciendo una
sociedad en la cual los pronombres del plural "nosotros" y "ellos" no tienen referencia
fija apuntando a una supuesta plena libertad individual. La individualidad entendida
como desarraigo a cualquier concepción grupal o identitaria es uno de los grandes
problemas que afectan a la sociedad norteamericana y Walzer es muy claro en subrayar
este peligro posmoderno.
En definitiva Walzer realiza una elocuente defensa de la tolerancia, de las diferencias de
grupo y del pluralismo, desplazándose con fluidez desde la teoría a la práctica, de las
cuestiones más complejas a los casos más concretos y acaba proponiendo un
apasionante debate sobre la "cultura de la guerra", la "política de la diferencia" y la
"desunión de América". Y, aunque su visión de la política contemporánea es
desoladora, se muestra finalmente optimista respecto a la posibilidad de una
coexistencia: el pluralismo cultural y la ciudadanía común, caminando de la mano de
una democracia fuerte e igualitaria.
Tratado de la Tolerancia, Michael Walzer Editorial Piados (Colección Estado y
Sociedad) 1998, 128 pp.
Arturo Goldarazena Lafuente
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