EL PECADO ORIGINAL

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doctop gdeladehesa 13 Sep 2016 17:59 1/2
EL PECADO ORIGINAL
Este interesante libro, editado por Barry Eichengreen y Ricardo Hausmann, dos
reputados expertos en economía internacional, plantea una pregunta fundamental para los
países en desarrollo: ¿Porqué los países en desarrollo y la gran mayoría de los emergentes no
pueden emitir deuda en los mercados internacionales en su propia moneda y tienen que
hacerlo siempre en dólares o en euros, yenes y libras? A esta evidencia empírica contrastada,
de la que sólo un grupo reducido de países ha podido escapar (entre ellos España en su día)
los autores la denominan “el pecado original”.
Esta imposibilidad o pecado original crea numerosos problemas a estos países ya que
acumulan un exceso de deuda o de pasivos en dólares (por poner el ejemplo mayoritario)
mientras que la mayor parte de sus activos están denominados en su moneda local, lo que crea
un enorme descuadre en su balance financiero. Una depreciación de su moneda frente al dólar,
hace que su PIB y sus activos, medidos en dólares, caigan y sus pasivos en dólares, medidos
en moneda nacional, aumenten haciendo más difícil el pago de su deuda. Ante esta situación
los inversores extranjeros dejan de invertir en él, los prestamistas dejan de prestarle y el país
desemboca en una crisis financiera anunciada.
Entre la mayoría de los economistas existe un elevado consenso en que el pecado
original existe, pero no en cuanto a cuales son los mecanismos que lo producen. Para unos, la
razón es clara: los inversores extranjeros, ni tampoco los nacionales, quieren tener o mantener
activos financieros en la moneda nacional de países cuyas instituciones son débiles y
políticamente volátiles y sus políticas económicas dudosas o heterodoxas. Para otros, entre los
que se encuentras los autores de este libro, esta razón es necesaria pero no suficiente, ya que,
de ser así, no deberían poder endeudarse ni en moneda nacional ni en dólares y además da la
casualidad que unos países como Chile o Corea que tienen buenas instituciones y políticas
económicas también sufren dicho pecado, mientras que otros como África del Sur o Polonia no
lo sufren. Para estos economistas existe también un problema estructural en los mismos
mercados financieros internacionales que hace que la mayoría sufra este pecado. Los pocos
países que lo han superado ha sido por su tamaño, por el mayor desarrollo de su sistema
financiero y de su comercio exterior y porque han sido ayudados por alguna Institución
Financiera Internacional o por alguna multinacional que ha emitido deuda en su moneda local
creando un mercado suficiente para ella.
Para resolver este problema, los autores proponen que se cree una unidad de cuenta
compuesta por una cesta de monedas de los 22 países en desarrollo y emergentes más
importantes, ponderada por su PIB en términos de paridades de poder de compra e indiciada a
sus tasas respectivas de inflación (para que no puedan licuarla produciendo una mayor
inflación en su país) y que el Banco Mundial, el FMI y los Bancos de desarrollo regionales
empiecen a emitir deuda denominada en dicha unidad de cuenta y a prestarles a ellos en la
misma para crear un mercado amplio y líquido que les permita superar su pecado original. La
idea es original y merece un amplio debate sobre ella entre los economistas, los mercados y las
Instituciones Financieras Internacionales, para el que no faltan posiciones antagónicas de
partida.
Guillermo de la Dehesa, Presidente del CEPR, Centre for Economic Policy Research de
Londres
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