RECENSIÓN DEL LIBRO “ILÍCITO” DE MOISÉS NAÍM

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RECENSIÓN DEL LIBRO “ILÍCITO” DE MOISÉS NAÍM
Editorial Ramdom House Mondadori, Serie Debate, Octubre 2006
Moisés Naím, director de la influyente revista “Foreign Policy” acaba de
publicar un excelente libro con el título de “Ilícito”, sobre lo que podría llamarse
“el lado oscuro de la globalización”. Esta otra cara mucho más trágica y cruenta
y menos conocida de la globalización aunque por desgracia crecientemente
importante necesitaba de alguien como Naím que la mostrase desde todos sus
ángulos y con el máximo rigor. El resultado no puede ser más certero ya que
une su conocimiento e información exhaustivos sobre este oscuro asunto a su
capacidad para ser didáctico, ameno y siempre impactante.
El desarrollo tecnológico ha permitido que los costes de transportar los
productos, los servicios, los capitales, las personas y las ideas se hayan ido
reduciendo progresivamente, lo que, junto con una política de apertura de los
países, ha ya impulsado la globalización e integración creciente de sus
respectivos mercados.
Por un lado, la aceleración de la globalización económica está
integrando rápidamente los mercados internacionales y, como una bola de
nieve, está atrayendo a nuevos países en desarrollo a abrirse a los flujos
comerciales, financieros y tecnológicos globales, así como permitiendo que los
países desarrollados, en un rápido proceso de envejecimiento, puedan recibir
mayores flujos de inmigrantes para sustituir a su menguante fuerza laboral.
Esto permite que la competencia internacional sea mayor, los precios de
muchos productos más bajos, la inflación menor, el poder de compra de los
consumidores mayor y los ciclos más largos y, además, permite que la
producción esté mejor repartida en el mundo, de acuerdo con las ventajas
comparativas de cada país y que empiece a iniciarse un proceso de
convergencia de la renta en la mayor parte de la población mundial.
Pero, por otro lado, el creciente desarrollo tecnológico y la caída de los
costes de transporte también permiten que todas las actividades ilícitas y sus
agentes sean delincuentes y contrabandistas profesionales o personas que
intentar salir de la pobreza y ganarse un sustento, se globalicen. Es decir, que
los mercados, tanto de dinero negro, de armas (desde cortas hasta nucleares),
de drogas y de arte, cultura, productos e ideas robadas o falsificadas, como
incluso, lo que es todavía peor, de hombres, mujeres y niños o de órganos
humanos, logren integrarse e internacionalizarse a la misma o mayor velocidad
que las actividades legales.
Los ciudadanos y los gobiernos del mundo tienen que enfrentarse a
estos delincuentes globales, crecientemente poderosos, ya que sus negocios
son mucho más rentables antes y después de impuestos que los lícitos, lo que
les permite disponer de ingentes recursos para corromper a políticos,
funcionarios, policías, militares e incluso jueces. Además, al igual que las
empresas multinacionales, sus bandas, bien organizadas, han devenido
globales, con lo que es necesario enfrentarse a ellas de forma coordinada y
global lo que requiere poner de acuerdo a muchas administraciones públicas a
jueces y policías. Esta dificultad de coordinación ha dado pie a que estas
bandas lleguen a organizarse, expandirse y fortalecerse con mayor facilidad y
eficiencia que si actuasen en un solo país.
Lamentablemente, con la excepción de las drogas y las armas
nucleares, este comercio ilícito y clandestino no ha sido objeto de un
tratamiento coordinado internacionalmente con tratados y acuerdos entre
países hasta muy recientemente, lo que ha permitido que el poder de sus
organizadores haya llegado a ser inmenso, controlando partidos políticos, ONG
e incluso gobiernos ya que en algunos países controlan recursos superiores a
los de sus administraciones públicas. El autor cree que si no se hace frente a
este nuevo fenómeno global su poder va a llegar a ser de tal envergadura que
puede afectar seriamente a la seguridad nacional y mundial y convertirse en
otra amenaza tan grave o mayor que el terrorismo.
En definitiva, Moisés Naím ha hecho una aportación fundamental al
conocimiento de este mundo clandestino, de este “agujero negro” en el planeta
tierra, tan opaco pero al mismo tiempo tan poderoso, con una aportación de
información notable y una capacidad analítica e intuitiva fuera de lo común. De
obligada lectura.
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