Presentación del libro: Carrera Pública Magisterial Luces y sombras de la norma aprobada (Ley Nº 29062). Jueves 21 de febrero del 2008, Auditorio del Consorcio de Colegios Católicos. Intervención de Ricardo Cuenca Foro Educativo Quiero agradecer a TAREA la invitación a comentar esta publicación quienes ya hemos leído es sin duda importante, necesaria e interesante. Debo confesar también que es muy dura de leer porque uno se enfrenta con una realidad que no siempre quiere que esté ahí y a veces probablemente no hacemos mucho por transformarla. Antes de empezar los comentarios quiero saludar al magisterio nacional que luego de varias semanas de innecesario maltrato ha quedado demostrado, con el respaldo de un grupo importante de la prensa, especialistas, instituciones de la sociedad civil, presidentes regionales y de la Defensoría del Pueblo, que más allá del decreto 004 se les reconoce como profesionales y que su título tiene valor y que nadie puede desconocerlo. También quiero decirles a las autoridades que es imposible hablar de calidad educativa si se agravia a los docentes, ahora toca al magisterio nacional demostrar que bien valió la pena esta defensa cerrada y que concursos más, concursos menos y normas complicadas, podemos demostrar que tenemos mucho que decir respecto a nuestra profesión. Al leer Carrera Publica Magisterial. Luces y Sombras de la norma aprobada, he incorporado algunas cosas nuevas a mi trabajo, a mi oficio de investigar el tema docente. Quiero decirles que probablemente en mi formación profesional de psicólogo y en mi oficio de investigar es muy importante reconocer a la persona que está detrás de las ideas y en este caso, tener a Manuel Paiba, es tener a un emisor muy particular, muy especial, porque conjuga tres características: la tarea pedagógica, la reflexión académica y la acción sindical, elementos que creo que son muy importantes para tener una mirada profunda respecto de la docencia y en particular de la carrera magisterial, al margen que sea pública o no. Desde mi punto de vista Manuel Paiba al abordar el tema de carrera publica magisterial, analizar y hacer recomendaciones lo ha hecho de una manera quirúrgica, en el libro ha desnudado la Ley con incisiones, de cirujano muy precisas y nos relata una serie de aspectos que probablemente a muchos de nosotros, sin toda la experiencia y el conocimiento de él, no hubiéramos podido mirar. Al comentar el libro voy a desarrollar tres puntos. El primero está referido a la sección en el que analiza las áreas de la carrera: el área de gestión pedagógica, institucional y la de investigación. Presentación del libro: Carrera Pública Magisterial Luces y sombras de la norma aprobada (Ley Nº 29062). Jueves 21 de febrero del 2008, Auditorio del Consorcio de Colegios Católicos. Concuerdo con Paiba en que el tratamiento que la ley de carrera publica magisterial da al tema investigativo tiene un sentido fundamentalmente retórico, y se pierde entre las responsabilidades pedagógicas e institucionales; es como cuando se ha querido hacer transversal algún tema y en el momento en que entra la transversalidad corre el riesgo de desaparecer: Sin embargo, este análisis que plantea Manuel volvió a registrar en mí una enorme duda sobre si todos los docentes deberían ser investigadores, si es eso lo que se busca. En el año 2005 me encargaron sistematizar la jornada de reflexión por la carrera publica, así se llamaba. En ese momento a muchos de los docentes les parecía que el área de investigación no servía, no sé por qué no les hicieron caso; por lo menos eso decían 14 000 fichas de docentes. Y cuando uno empieza a preguntarles ¿por qué? se dan cuenta que una cosa es ser investigador de profesión, el que trabaja investigando para parar la olla y otra es tener una actitud investigadora. Me preguntaba en cuantas otras profesiones hay esta obsesión de los profesionales por ser investigadores, y creo que en muy pocas porque, con diferencia de los docentes, probablemente la carrera esta muy asociada el tema del conocimiento. Sin embargo, recordaba lo que muchos han postulado, entre ellos Danilo Martuchelli, sociólogo peruano que trabaja en Francia sobre la diferencia de un docente investigador y un docente con actitud investigadora. Es decir, aquél que esta en capacidad de conducirse por lógicas inductivas, que puede acercase a cualquier ámbito de su trabajo, sea institucional o pedagógico, puede rápidamente levantar información diagnóstica y a partir de eso tomar decisiones, reforzar aquello que ha estado haciendo bien y modificar aquello que ha estado haciendo mal, y para eso se necesitan herramientas de investigación. Entonces, pelear por un espacio formal de investigador no es real, puede ser poco eficiente, en tanto pelear por una actitud investigativa de los docentes es una cuestión esencial a la profesión y creo que no se debería abandonar. El segundo punto al que quiero hacer referencia, es el tema de la promoción vertical, que evidentemente, como dice Paiba, es innecesariamente jerárquica y muy militarizada, y a cuya pirámide van a llegar muy pocos y esto es sumamente grave. Entre los estudios sobre carreras públicas hay uno importante, auspiciado por la UNESCO y dirigido por Javier Murillo, en este se analiza carreras magisteriales de 50 países. Una de las primeras conclusiones que saca es que si una ley de carrera esta fundamentalmente dirigida hacia el tema de promoción vertical, inevitablemente van haber conflictos porque finalmente pocos llegan a la meta y se esta dejando de lado la promoción horizontal, que es para muchos, la promoción que realmente tiene que ver con el desarrollo profesional, la renovación constante y con la búsqueda de nuevas acciones dentro de la carrera. Presentación del libro: Carrera Pública Magisterial Luces y sombras de la norma aprobada (Ley Nº 29062). Jueves 21 de febrero del 2008, Auditorio del Consorcio de Colegios Católicos. En la concepción de la promoción vertical, no necesariamente se tiene que ser mejor cuando se asciende, se puede ser mejor estando en el mismo nivel al margen que en el nivel superior podamos tener un poco mas de dinero; es decir, el reto del desarrollo profesional también debe considerar aquellos factores que hacen que dentro del nivel mi desempeño sea el mejor y eso en esta ley no tiene mucho espacio. Más bien diría que no tiene ninguno espacio, porque la promoción vertical necesariamente está relacionada con la evaluación, y este tema lo quiero tratar en el tercer punto. Entonces, a pesar que en el discurso se dice que la evaluación no tiene que ver con lo punitivo, al leer con detenimiento o con el profundo detenimiento con el que Manuel ha leído y analizado la ley, es evidente que el tema de evaluación en nuestra ley de carrera publica magisterial, así el discurso diga lo contrario, tiene que ver con una evaluación asociada al premio y al castigo. La ley propone una evaluación, vuelvo a concordar con Manuel, altamente centralizada en el fondo, con un grado de sofisticación que puede ser muy peligroso dada la realidad de nuestro país, sobre todo en el caso de la evaluación del desempeño, que termina siendo esa gran caja negra que no terminamos de definir exactamente qué es desempeño, a pesar de los muchos marcos teóricos que hay. Hace poco conversaba con mis compañeras de trabajo en el IEP sobre las reflexiones teóricas de Donal A. Schön respecto al docente reflexivo. Nancy Montello y Franchesco Ucheli estaban preparando el marco teórico para un proyecto de investigación y solo para complicarles la vida les saque un librito muy potente del doctor Terry Atkinson de la universidad de Bristoll en Londres titulado “El profesor intuitivo”, editado por Ediciones Octaedro en España, en el que se dice que lo único que hace que un docente se desempeñe bien, es la intuición, nada de la reflexión. Eso es un cuento racional y que ellos lo pueden demostrar con un grupo de maestros con el que han trabajado durante 14 y 17 años y que lo fundamental, lo que equilibra el buen y el mal desempeño de los docentes es la intuición, y que aquellos que son malos es por que tienen menos intuición. Lo que quiero decirles es que este tema del desempeño docente sigue siendo un tema altamente complejo y ser determinantes en ello es muy peligroso, por lo tanto, a pesar que el reto de evaluar el trabajo del docente pasa por buscar las mejores maneras de evaluar su desempeño, esto es una trampa, como pensar que la evaluación de los docentes pasa por una prueba de conocimientos objetiva. Cuando se habla de la evaluación, hay una inevitable asociación con el tema del castigo, desde mi punto de vista es tan importante lo que se dice, lo que no se dice o lo que se deja de decir y al respecto se ha vendido la idea de que la evaluación es una cuestión que va a fortalecer al desarrollo. No se ha dicho que quien sale mal tendrá una serie de castigos que vienen desde las sanciones morales de sus compañeros hasta las sanciones normativas. Presentación del libro: Carrera Pública Magisterial Luces y sombras de la norma aprobada (Ley Nº 29062). Jueves 21 de febrero del 2008, Auditorio del Consorcio de Colegios Católicos. Cuando Manuel escribió el libro, todavía no aparecía el reglamento. Al margen de que si al final de la evaluación se despide o no a los docentes que desaprueban por tercera vez, creo que la discusión no es por la evaluación, que finalmente es sólo una de las maneras de desarrollarse profesionalmente; el tema de que si salgo a la tercera, es un tema que tiene que ver, desde un punto de vista, con la formación porque de nada vale botar gente si a los 6 años sigo formando mal y sigo botando y así voy a seguir botando por seculum seculorum. La discusión es si se va a considerar la evaluación como un tema asociado al premio por lo que has hecho o el castigo por lo que has dejado de hacer y no en el espíritu, que probablemente muchos maestros de aula la reconocen, como una poderosa herramienta de aprendizaje. La pregunta es ¿Por qué no seguimos discutiendo el tema de la evaluación? La seguimos asociando al tema del despido o vamos a entrar a un círculo hermenéutico, a un círculo vicioso, porque finalmente vamos a pensar en el tema de derechos laborales escondiendo de alguna u otra manera el tema de fondo. Y es que se tiene que limpiar la evaluación de esta carga punitiva, para ir al fondo del tema. El año pasado luego de estar tres meses en la Oficina Regional de la UNESCO, en Santiago, ahí están trabajando en un sofisticado sistema de evaluación del desempeño de los docentes. Al subir al metro me dieron un volante. Era de una empresa que hacía servicio de cámara, lo miro y estaba dirigido a profesores. La empresa enseñaba a los docentes cómo comportarse frente a una cámara de televisión, y esto porque parte de la sofisticada evaluación del desempeño chileno hace que los profesores filmen una clase, para que a partir de eso evalúen su desempeño. Lo interesante para mí es que en el fondo, incluso los sistemas tan sofisticados pueden ser perversos, porque sale alguien que te prepara para la evaluación. También me llegó información que en Cuba tienen un sistema de evaluación altamente sofisticado. Entonces la pregunta es: si esos dos países que tienen sistemas bastantes sólidos, con estos niveles de sofisticación ¿también tienen vueltas perversas en la evaluación? Qué nos está faltando discutir respecto de la evaluación y cómo la descontaminamos de estas cosas terribles, para poder reorientarlas a aquello para lo que creo existen: estar asociada al crecimiento y al desarrollo, en el caso profesional, de aprendizajes o de cualquier otro tipo. Finalmente, el libro de Manuel me ha permitido estudiar, reflexionar sobre mi gran tema de estudio, mi preocupación y mi tortura: la profesión y trabajo docente. ¿Para quién trabajan los docentes? ¿Por qué trabajan los docentes? ¿Quién los hace volverse docentes? Más allá de la vocación y del discurso ¿cambio el paradigma del trabajo docente?, ¿de ser una profesión liberal es hoy una profesión burocrática? Presentación del libro: Carrera Pública Magisterial Luces y sombras de la norma aprobada (Ley Nº 29062). Jueves 21 de febrero del 2008, Auditorio del Consorcio de Colegios Católicos. La publicación me ha dado mucho que pensar sobre cómo se construye y reconstruye la identidad profesional de los docentes. Porque en el libro escrito por Manuel, todavía persisten unas ideas importantes para imaginarse la identidad profesional en los docentes y para darnos cuenta cuánto estamos reanimando nuestra propia profesión y cómo estamos abordando, por ejemplo, el tema del trabajo de enseñar. La tarea de enseñar empezó a perder valor porque había que facilitarles aprendizajes y porque estaba asociada a una manera de enseñar que no queríamos; sin embargo, se puede enseñar sin ser directivo, sin ser vertical y sin creer que se tiene todo el conocimiento. En el libro de Manuel hay mas sombras que luces y probablemente por una necesidad de conservación necesito pensar que algunas luces hay y seguramente con la habilidad cirujana que tiene Manuel podrá levantarlas, le invito a darle una posterior mirada a la ley de Carrera Pública Magisterial porque me resisto a creer que no haya ninguna, debo confesar también que tampoco he encontrado muchas luces, pero creo que hay que hacer el esfuerzo porque incluso a partir de aquellas sombras podrían nacer algunas luces. Las personas interesadas en comprender la compleja cuestión docente no deben dejar de leer el libro, porque desde mi punto de vista es muy valioso por la información que contiene, pero sobre todo, porque el autor tiene la habilidad y la suerte de haber trabajado en los dos campos en los que a la hora de concatenarse se pueden dar muchas de las ideas inteligentes que Manuel Paiba a puesto en el libro. Muchas gracias.