No puede haber sociedad laica sin una escuela laica

No puede haber sociedad laica sin una escuela laica
CJC de Valladolid :: 06/01/2005
Nuestra apuesta por una educación laica supone la desaparición de los centros educativos de
cualquier asignatura que inicie a los alumnos al culto a una religión, la que sea. Esto nos parece
esencial para que realmente se cumpla aquello de que vivimos en un Estado laico. No podemos
aceptar que las escuelas se conviertan en lugares donde un credo religioso extiende sus ideas entre
el alumnado, y más cuando éstas van en contra de los valores humanos que, supuestamente, intenta
inculcar nuestro sistema educativo. Es incompatible que en las escuelas se enseñe a tolerar a los
demás y, al mismo tiempo, que se predique que la homosexualidad es un crimen y el sexo un pecado.
Es una contradicción hablar de Estado laico mientras que en los centros públicos se permite que la
Iglesia Católica inculque sus doctrinas y además lo haga eligiendo ella a unos "profesores" que luego
paga el Estado con nuestros impuestos. La educación religiosa, entendida como la iniciación a un
culto (sea el católico, el judío, el musulmán, el budista, etc.), debe hacerse en el ámbito
estrictamente privado. Se puede admitir que en los centros educativos se hable de la religión desde
un punto de vista histórico pero nada más. Para ello existen ya asignaturas como la de Historia en la
que se puede enseñar historia de las religiones sin ningún problema. La Iglesia Católica lleva
haciendo proselitismo en los centros educativos durante décadas aprovechándose de los privilegios
que aún conservan de épocas pasadas. Están empeñados en seguir utilizando las escuelas públicas
como centros de adoctrinamiento y pretenden, además, que sólo sean ellos los que puedan hacer
esto, y no otros credos como el musulmán, el judío, el budista, etc. No se trata de que se enseñe
religión, sino de que se enseñe religión católica exclusivamente. Bien, pues de lo que se trata,
esencialmente, es de que en el futuro no se enseñe ninguna religión en los centros educativos. La
apuesta por una educación laica y de calidad pasa por una profunda reforma del sistema educativo y
que acabe de una vez con los gravísimos problemas que existen hoy en día. El incremento del
fracaso escolar ha sido espectacular en estos últimos años y de lo único que se preocupa la Iglesia es
de hacer que la religión (o mejor dicho, la "iniciación a la religión católica" que es como debería
llamarse esta asignatura) sea una asignatura evaluable. ¿Por qué no se preocupa la Iglesia de los
verdaderos problemas que afectan a los alumnos y del grave deterioro del sistema educativo? Se
trata únicamente de defender sus intereses por encima de todo. Nuestro sistema educativo tiene
unas enormes carencias, tanto en el sentido cualitativo como en el cuantitativo. Cada vez hay menos
dinero para la educación (y más para el ejército), con lo que los medios escasean. Al mismo tiempo el
fracaso de las últimas reformas educativas nos muestra muy a las claras que el problema va a más
allá del gobierno al que le toque estar en el poder. La raíz del asunto esta en la crisis de identidad de
un sistema educativo que se preocupa de formar consumidores y no personas. La búsqueda de una
educación de calidad, laica y verdaderamente gratuita pasa, entre otras muchas cosas, porque los
centros educativos dejen de ser el púlpito para sacerdotes. Para ello están las iglesias y demás
templos abiertos a cualquiera. Las escuelas, los institutos y las universidades deben ser lugares de
aprendizaje y no de subordinación a ninguna doctrina religiosa. Por todo esto, los CJC expresamos
nuestra más firme oposición a la existencia en los centros públicos de la asignatura de religión
(como se ha ofrecido hasta ahora) puesto que choca de frente con la supuesta laicidad del estado en
el que vivimos. Además nos negamos a que cualquier institución religiosa (sea la Iglesia católica o
cualquier otra) tenga la posibilidad de difundir sus ideas en los centros educativos públicos, que nos
pertenecen a todas y todos y no sólo a los seguidores de esos credos. POR UNA EDUCACIóN
LAICA, GRATUITA, Y DE CALIDAD
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