TAI C H I CHI KUNG 1. INTRODUCCIÓN El Tai Chi-Chi Kung es un arte marcial interno cuyos orígenes se sitúan en torno al siglo XII después de Cristo, cuando, según se cree, el sabio Zhan San Feng fusionó los antiquísimos conocimientos de la Medicina Tradicional China con los métodos de meditación taoista y el boxeo chino del templo Shaolin. Inicialmente, el Tai Chi-Chi Kung podemos entenderlo como una práctica personal, determinada por el esfuerzo y el tiempo, encaminada a comprender los principios del Tao, entendiendo el Tao como la manera que la Naturaleza funciona o también como el modo de desarrollar nuestro potencial y vivir en armonía con los patrones de la misma, permitiendo el uso y desarrollo de nuestra energía interior a partir del trabajo de la respiración y el movimiento. 2. CONTENIDOS En cuanto a los contenidos de las clases abordaremos la práctica de este complejo arte marcial desde 4 enfoques distintos aunque complementarios: 1. Ejercicio físico: El Tai Chi-Chi Kung entendido como ejercicio físico enfatiza la importancia de la movilidad muscular y articular en todas la direcciones. En su forma externa, se manifiesta en una continua sucesión de movimientos lentos, suaves, sin esfuerzo muscular, sin fatiga, regidos por la mente y coordinados por la respiración. Al realizarse sin forzar los músculos y articulaciones, de manera suave y sin tensión, ejercitando el cuerpo dentro de sus propios límites, la consecuencia va a ser la ganancia de un gran nivel de agilidad y elasticidad, tonificando, fortaleciendo y estirando todos los tejidos corporales. La práctica del Tai Chi-Chi Kung proporciona un masaje general del organismo que conduce a un estado óptimo de equilibrio corporal. Como se trata de un ejercicio que combina el movimiento de ambos brazos y piernas, mejora la coordinación motriz, estimulando la comunicación entre las conexiones de los dos hemisferios cerebrales. Fomenta el hábito de mantener la columna recta y relajada, corrigiendo defectos posturales y previniendo los dolores crónicos de ésta y de las otras articulaciones. Activa el sistema nervioso, circulatorio, endocrino, urogenital, digestivo, respiratorio y locomotor. Sus técnicas proporcionan un cuidado por la vida que lleva a la longevidad en las personas que siguen sus principios, facilitando un progreso seguro y natural en este arte. 2. Respiración: En cada inhalación aprendemos a relajar los músculos de la parte inferior del abdomen, lo que permite que éste se expanda y haga que el diafragma tenga más espacio para moverse y que los pulmones entonces reciban más aire. Con la práctica, la respiración va haciéndose abdominal, más larga y profunda y, por otro lado, coordinada con el movimiento, conduciendo a la calma mental. De este modo, se produce una mejor oxigenación general del cuerpo, volviéndose más flexible y de mente más lúcida. 3. Meditación y Relajación: Podemos decir que el Tai Chi-Chi Kung es meditación en movimiento diseñada para logra que el Qi o energía universal circule de manera fluida por los canales energéticos de nuestro cuerpo. Una vez que se van memorizando los movimientos, el practicante se concentra en cómo se ejecutan y en el desarrollo de cada uno de ellos, produciéndose una especie de desconexión con el exterior que conduce a la relajación, al sosiego y calma mental, extendiéndose a la vida cotidiana, a medida que progresamos en la práctica. Este tipo de meditación, potencia la energía interna, sustituyendo la pereza y los estados melancólicos por las ganas de vivir, la voluntad, la alegría y la espontaneidad. Como hemos dicho, se trata de meditación en movimiento que, como movimiento externo e interno que es, transforma las emociones negativas, eliminándolas, produciendo un estado emocional de alivio y levedad. Desde un punto de vista más objetivo, sabemos que esta práctica disminuye significativamente el nivel de ansiedad y estrés. Así mismo, potencia la concentración y evita la dispersión mental. 4. Aplicación marcial: El entrenamiento marcial representa uno de los ejes sobre el que se asienta la práctica del Tai Chi-Chi Kung. el cual va a proporcionar el cultivo de la fuerza de voluntad, la rectitud, el esfuerzo, la constancia, la templanza del espíritu y la formación del carácter. La estrategia defensiva del Tai Chi-Chi Kung se basa en adherirse al adversario, aunándose con la dirección y trayectoria de su ataque, para después desviarlo y provocar la pérdida de su centro y equilibrio, derribándolo o contraatacando. Nos proporciona, por otro lado, rapidez de reflejos, confianza y destreza, cualidades que, sin duda, nos ayudan a manejarnos en el mundo que nos ha tocado vivir. Todo ello va permitir que el practicante, manteniendo la calma, encuentre los medios personales necesarios para canalizar las fuerzas que puedan ser hostiles en un determinado momento. El Tai Chi-Chi Kung se asienta por tanto sobre tres pilares: terapéutico, marcial y meditativo, los cuales se unifican en un todo armónico perfectamente interrelacionado, que representa una vía de conocimiento del Ser que al principio de la práctica pueda llegar a no vislumbrarse si no es desde la paciencia, el respeto a todos los seres vivientes, la humildad y la perseverancia. 3. OBJETIVOS GENERALES. 1. Utilizar el Tai Chi como una herramienta de apoyo para potenciar y fomentar la vida saludable. Conseguir que los participantes reconozcan la relación directa entre la práctica del Tai Chi y la mejora de su estado físico, mental y espiritual. 2. Crear contactos y relaciones con otros grupos de características afines a través cursos, demostraciones, entrenamientos, etc. 3. Ir ampliando la activad de Tai Chi, fomentando la demanda a través del trabajo bien hecho, con el consiguiente incremento en el nº de turnos y grupos. 4. Diseñar estrategias para conseguir un grupo estable y motivado en la actividad de Tai Chi. 5. Conseguir que los participantes acepten y respeten la capacidad y el ritmo de los compañeros en relación al suyo propio en la práctica del Tai Chi, potenciando la tolerancia entre ellos, lo que va a repercutir en la mejoría de las relaciones sociales, concienciándose de sus beneficios y su consiguiente efecto a nivel de integración social, compañerismo y solidaridad. 6. Conseguir que los participantes en la actividad de Tai Chi tomen conciencia de los hábitos que tienen repercusiones saludables. 7. Conseguir que el alumno comprenda que practicar Tai Chi no se demuestra solo en la sala o lugar de trabajo, sino también fuera de él, siendo un ejemplo de cortesía, responsabilidad, esfuerzo, constancia, autocontrol, empatía y de vida sana, alejado de malos hábitos (alcohol, drogas, etc. ) 8. Conseguir que los participantes sean capaces de diferenciar lo positivo y negativo de cara a la salud en la práctica del Tai Chi. 4. OBJETIVOS ESPECÍFICOS - A Nivel psico-motor - Desarrollo de la flexibilidad Desarrollo del equilibrio y la coordinación Control postural Secuenciación motora Simultaneidad Esquema corporal Estimulación táctil Control de la respiración Lateralidad Independencia muscular segmentaria Velocidad de reacción Atención Memoria Espacial Regulación de la actividad - A nivel cognoscitivo - Estimulación de la memoria a todos los niveles Estimulación perceptiva Estimulación propioceptiva A. Nivel psicológico - Desarrollo del autocontrol Desarrollo de la motivación interna Desarrollo de la concentración Desarrollo de la constancia Desarrollo de la capacidad de superación Autoestima B. Nivel afectivo-social - Práctica de la cortesía Desarrollo de la consideración hacia los demás Respeto Diversión constructiva Colaboración 5. METODOLOGÍA La práctica del Tai Chi es un modo excelente de alcanzar la salud, mejorar la vitalidad, superar algunas enfermedades, para la autodefensa, para el control del estress y para el cultivo espiritual independientemente de la religión o las creencias. Incluye también trabajo con armas como son la espada, el palo largo, el sable o el abanico. Practicar Tai Chi es simpre practicar Chi Kung (Trabajo sobre la Energía) y siempre cultivo espiritual. Las formas de Tai Chi se consideran como un medio no como un fin. Los patrones de Tai Chi no solo se utilizan en la práctica individual sino también en el trabajo con otros compañeros. Aunque desde el principio se insiste en que estas prácticas prevalece el trabajo sin objetivos, dada sus bases budista y taoísta, dejando que el alumno progrese lentamente, casi sin darse cuenta, sin obsesionarse con objetivos técnicos, simplemente manteniendo la intención en los distintos ejercicios, nos encontramos con que se produce un cambio tanto interno como externo. Dicho cambio se traduce es una vida sana, gratificante, llena de alegría y vitalidad. El entrenamiento también permite al practicante ser honesto, justo, pacífico y amoroso con su familia y amigos. En la práctica de este arte arte se dan varias etapas: 1ª Desarrollo y entendimiento del JIN (Se diferencia del JING que significa la energía esencial y el está relacionada con el QI o energía interna, energía que nos permite mantenernos vivos). Según Fu Zhong Wen, “hun jin es como un junco de un lago cuando es soplado por el viento de otoño. Siendo flexible, elástico y fuerte, el junco se dobla con el viento sin romperse”. Hun jin es también como las olas del océano, una sigue a otra. Aunque el agua es muy suave, sin embargo, su fuerza es muy poderosa. El desarrollo del hun jin supone la base fundamental que te permite traspasar la puerta que da a los más altos niveles del Taijiquan. Una vez que has experimentado el jin, tu práctica se volverá más refinada y llena de espíritu. 2ª. Desarrollo del JIN, una fuerza que es luminosa ágil y espirituosa. Hun jin es una energía fuerte contenida dentro de la suavidad, por esto el Taijiquan es denominado “puño de algodón”. Chin ling jin tiene el sentido de luminosidad, agilidad y espíritu. En la forma de Taiji, chin ling jin da a cada movimiento el sentimiento de facilidad y viveza (energía). Hun jin y chin ling jin se complementan una a la otra, y el entrelazado de ambas permite ser suave y fuerte simultáneamente, como la aguja pasando por el algodón. Cuando se está capacitado para manifestar la combinación de hun jin y chin ling jin en peng (ascender), lu (envolver), ji (avanzar), an (descender), y se usan apropiadamente bajo cualquier condición, entonces es que se ha alcanzado en algo nivel en la práctica. Para desarrollar jin en Taiji hay que seguir el método correcto de práctica. Además de seguir los principios y realizar una práctica diligente, se necesita poner atención en las siguientes cuatro áreas: 1. Ojos: la mirada debe estar al nivel de los ojos. La mirada sigue los movimientos del cuerpo. La concentración debe ser viva, no lánguida o muerta. Hay que evitar que la mirada sea de enfado, inexpresiva, o dispersa. 2. Cintura: es como el general en el ejército. Expresar su enorme importancia nunca es suficiente. Durante la práctica no se puede inclinar, se debe estar vertical (derecha). Hay que poner especial atención durante la práctica de estos movimientos: mover las manos como nubes, cepillar rodilla, vuelo oblicuo, aguja en el fondo del mar, y palmada en lo alto del caballo. En todos los movimientos hay que mantener el equilibrio. Esto es parecido a la aguja de un compás que puede apuntar a cualquier dirección sin perder su centro. En artes marciales, a esto se le conoce como controlar el centro del terreno. En términos de física, hablaríamos sobre el centro de gravedad. Para mantener tu centro de gravedad durante la forma de Taiji, se necesita poner atención sobre el cóxis. Hay que asegurarse de que está derecho, no doblado. Una vez que el espíritu alcanza la corona de la cabeza y el cóxis está vertical, entonces puedes mantener tu centro de gravedad mientras te mueves. Si tus posturas son inclinadas hacia delante o hacia atrás, el cuello está doblado, el trasero está sacado hacia fuera, y la cintura no está derecha, entonces perderás tu centro y la respiración se verá afectada. Si se continúa la práctica incorrectamente, tu respiración no será suave; tu chi no se podrá hundir; tu cuello estará rígido, no natural y vivo; el sólido y el vacío no se distinguirá; y la parte superior e inferior del cuerpo no estarán conectadas, impidiendo el fluir del chi y la sangre por todo el cuerpo. Si la prática no es correcta, nunca se alcanzarán unos niveles altos, aunque se esté toda la vida practicando. 3. Las extremidades. El entrenamiento de Taiji implica a las cuatro extremidades. Según un viejo dicho: “Los brazos y las piernas deben tomar la forma de una cesta circular de mimbre”. Esto significa que los brazos y las piernas no están bloqueadas, no extendidas. La forma curva es similar a la de un arco a punto de disparar una flecha. En an , los brazos no están bloqueados, de manera que en la aplicación se puedan extender más si fuera necesario. Si los brazos estuvieran completamente extendidos al principio, no habría posibilidad de continuar el ataque, pues habrías consumido toda la energía potencial. Por ejemplo, en los movimientos “látigo simple” y “acarciando la crin del caballo”, la pierna de atrás parece estirada, pero está ligeramente doblada; ambas rodillas apuntan hacia los dedos de los pies dando a la postura la apariencia de un arco; por esto el nombre de la postura. Una vez situados en la postura del arco, la fuerza viene de los talones; se deben sentir como si estuvieran enraizados en la tierra. En resumen, las cuatro extremidades deben redondearse para estar vivas, ágiles y estables. En particular, hay que evitar la extensión de brazos y piernas con fuerza. Análisis de las extremidades por partes 3.1.- Manos: la palma debe colocarse de manera que la muñeca esté sentada, pero el corazón de la mano tiene que estar ligeramente cóncava. 3.2.- Dedos: no deben estar curvados o recogidos, ni tampoco demasiado estirados, ni juntos o apretados. En otras palabras, relajados. Deben tener la apariencia de estar abiertos, pero, no realmente abiertos. 3.3.- Hombros: deben permanecer relajados y hundidos. Esto significa que no debe utilizarse fuerza desde los hombros, ni se deben elevar. 3.4.- Codos: los codos deben colgar (como sentados). Por ejemplo, en el movimiento de “la grulla blanca extiende sus alas”, aunque el brazo derecho sube para bloquear, el codo sigue apuntando hacia abajo. 3.5.- Orden en el movimiento: El hombro guía al codo, el codo a la muñeca, los dedos a la palma. Mientras la palma conduce al brazo, el codo y el hombro deben colgar y estar relajados. Hay que coordinar la cintura y las piernas con las manos, codos y hombros, de manera que la parte superior e inferior del cuerpo estén conectadas y fluyan como una unidad. El cuerpo debería moverse con armonía y fluir de un movimiento a otro sin usar fuerza. Si se usa la fuerza, los movimientos parecerán rígidos y no naturales. 3.6.- Moverse como un gato: Siempre que se da un paso hacia delante, hay que posar el pie en el suelo despacio, primero el talón, y después gradualmente transferir el peso a la pierna hasta sentirla sólida. Evitar girar la rodilla hacia dentro. La rodilla de la pierna delantera no debe sobrepasar la línea de los dedos del pie. Como para un gato, cada paso debe ser ligero y estable, y el cuerpo tiene que estar muy relajado y vivo. La pierna de atrás debe estar abierta y estable, con jin; no insegura. 3.7.- Elevar el pie: En el movimiento “mover las manos como nubes”, cuando se eleva el pie, primero se levanta el talón y después los dedos. Cuando se pone el pie en el suelo, se posan primero los dedos y después se transfiere el peso de forma gradual. Siempre hay que distinguir sólido de vacío en cada paso. 3.8.- Hundir el pecho: Según te relajas más, el pecho se hunde. Hay que tener cuidado en no utilizar fuerza, y hay que evitar también, doblarse por la cintura, porque esto interferirá con el hundimiento del pecho. Las articulaciones de los brazos deben relajarse y la respiración tiene que ser natural. 3.9.- Los muslos: se deben matener abiertos y manteniendo una forma circular. Mantener la circularidad no es resultado de hacer un paso ancho o largo. Los muslos deben estar relajados, no duros o apretados. Si están relajados se abrirán de forma natural. 3.10.- Postura: Hay que mantener las rodillas dobladas y moverse en el mismo plano horizontal todo el rato. Se ajusta la altura solamente en ciertos movimientos que lo requieren. La mitad inferior del cuerpo está sólida. Cuando se eleva la pierna hay que sentirse estable y natural. El cuerpo permanece recto y erguido, y la respiración natural. Con la coordinación de la parte superior e inferior del cuerpo y el mantenimiento de un movimiento continuo y uniforme se sentirá el espíritu de la agilidad y la viveza (energía). 3.11.- El papel de la mente: La mente debe estar tranquila, en calma y llena de espíritu. Cuando se practica la forma, los ojos no deben mirar hacia abajo al suelo, porque dan la impresión de pereza en lugar de vitalidad. Se debe evitar, también, una mirada salvaje con el pecho hacia fuera y enseñando los dientes. En ningún momento puede el cuerpo parar de moverse, ni siquiera un segundo. Esto significa que la mente está constantemente dirigiendo hasta el más mínimo movimiento. Hay que seguir el standard establecido por los grandes maestros, que dice que hay que observar los requerimientos de cada movimiento durante la práctica, manteniendo todo el cuerpo natural y relajado. Como dice un viejo dicho : “Acepta y sigue las reglas y atente siempre a ellas”. Este es el espíritu de la práctica diligente, la cual es imprescindible para lograr un alto nivel de Tai Chi. Texto entresacado y traducido del extracto de un artículo publicado en la revista americana Tai Chi en Junio de 1994. 6. ESTRUCTURA DE UNA CLASE TIPO 1. CALENTAMIENTO: Trabajos de coordinación, movilidad articular estiramientos... 2. EJERCICIOS DE CHI KUNG: Trabajo individual o con compañero de posiciones básicas y técnicas de meditación estática y dinámica, enraizamiento, centramiento, limpieza de tensión física, emocioanal y mental,… 3. APRENDIZAJE DE LAS FORMAS DE TAI CHI Y SUS APLICACIONES MARCIALES 4. MASAJE, AUTOMASAJE, EMPUJE DE MANOS 5. RECOGIDA DE CHI EN EL DANTIEN 6. SALUDO FINAL Luis Pérez Segura Profesor Artes Marciales Psicólogo