Impresionismo y Postimpresionismo Introducción La pintura de finales del siglo XIX expresa una de las críticas que ha recibido la era de la ciencia positivista: el predominio de la razón sobre la imaginación. A la fe ciega en la objetividad, que predicaban los científicos naturales de la época, los artistas respondieron con la defensa de la subjetividad como expresión de la relación entre el ser humano y la naturaleza. El movimiento impresionista nació como una reacción al Realismo. Surgió en Francia, en el último cuarto del siglo XIX. Los artistas impresionistas y post−impresionistas rechazaron la posibilidad de conocer la naturaleza tal cual es. Para los pintores impresionistas, la sensación era la fuente de todos los conocimientos. Lo que conocemos, según ellos, respondía a las imágenes e impresiones que cada persona construye de la realidad. Algunos estudiosos de arte lo consideran como una reacción contra la recién descubierta técnica de la fotografía, explicando así por qué el artista impresionista sale al exterior en busca de la luz y lo fugitivo. Impresionismo Los pintores impresionistas organizaron su primera exposición independiente en 1874. Los treinta participantes compartían su rechazo al academicismo imperante y su admiración por las atrevidas composiciones de Monet. El término impresionista fue usado por primera vez por el crítico Leroy en la revista Charivari para denominar irónicamente un cuadro de Claude Monet titulado Impresión, amanecer (1872, Museo Marmottan, París). El término fue adoptado oficialmente durante la tercera exposición impresionista en 1877. Los impresionistas fueron apoyados por notables miembros de la sociedad francesa, como los literatos Émile Zola y Charles Baudelaire, el pintor−coleccionista Gustave Caillebotte, y el marchante de arte Paul Durand−Ruel. Sin embargo la prensa y el público, acostumbrados al convencional estilo académico, se mostraron hostiles hacia el nuevo arte. La máxima preocupación de los pintores impresionistas fue la representación de la luz y del color. La forma de los objetos es considerada por ellos como transitoria y cambiante, ya que depende de la luz que se proyecta sobre ellos. Los impresionistas pintan de preferencia al aire libre, y la pintura, gracias a este procedimiento, se enriqueció con nuevos temas: calles trepidantes, jardines públicos, el mundo animado de las estaciones ferroviarias, las carreras de caballos, las bailarinas, manifestándose en todos ellos la preocupación por recoger los efectos de la luz. En sus primeros tiempos Gauguin abrazó la técnica impresionista. Fruto de este período son sus obras Le christ jeune, La lutte de jacobet de l'ange y su Autorretrato, todas ella pintadas con gran sencillez. Posteriormente, Gauguin se apartó del impresionismo dando en sus pinturas mayor importancia a la composición y aplicando colores brillantes de gran intensidad. También trabajó la figura humana, sobre todo la de mujeres nativas de Tahití. En busca de un país utópico donde pudiera verse libre de las trabas sociales, Gauguin se dedicó a viajar por el mundo. En 1891 se instaló en Tahití, donde adoptó la vida indígena y realizó algunas de sus mejores obras: D' esprit, veile, Seule, Jours delicieux, LAFUITE, Devant la clase y Dos mujeres maoríes. El último cuadro de Guaguin, titulado: ¿De dónde venimos?, ¿que somos?, ¿donde vamos?, es le más significativo de toda su producción. En esta pintura alegórica intentó representar las preguntas que todos los pueblos se han formulado sin hallar respuesta. 1 Monet es considerada uno de los artistas impresionistas más importantes de la época. Fue un líder entre sus compañeros de arte y los animó con gran entusiasmo a salir de los estudios para pintar la naturaleza. Autor de las telas de grandes dimensiones, la pasión por la luz y la delicadeza de sus trazos lograron convertirlo en un artista de renombre. Sin embargo, como tantos artistas de su época, debió pasar momentos de grandes apreturas económicas. El arte de Monet, según sus estudiosos, expresa el movimiento y el constante cambio que se aprecia en la naturaleza a causa del juego de la luz. Sin ir más lejos, Monet estaba pintando el vertiginoso cambio de su época, plasmando en sus telas la impresión de un artista maravillado por el efímero. Postimpresionismo La luz y los colores fueron los protagonistas de la pintura europea a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Hacia 1880, ya se hablaba en parís de los pintores de las impresiones, aquellos se trasladaron sus talleres a las calles, al aires libre y a la naturaleza para captar los efectos de la luz sobre el paisaje. Se trata de los pintores de la época de la fotografía y las leyes del color. Asombrados por la luminosidad y el movimiento, realizaron sus obras en medio del paisaje natural o en aquellos rincones interiores donde la luz cubría toda la visión. Manet, Monet, Renoir, Degas, Cézanee, Pissarro y Sisley fueron algunos de sus máximos representantes europeos. Con un trazo menos realista que el de los impresionistas, los post− impresionistas surgen hacia mediados de la década de 1880 en Europa. El color y luz también fueron fuentes de su inspiración, pero con una mirada más crítica a la sociedad burguesa, más imaginativa y más lúdica respecto al tratamiento de las formas. De aquí que también sean conocidos como expresionistas. Esta corriente, los pintores más importantes fueron Redon, Van Gogh, Toulouse−Lautrec, Denis, Rousseau y Gauguin. Uno de los pintores más cautivantes del post−impresionismo fue Vicente Van Gogh. De origen holandés, Van Gogh vivió en la pobreza y solo logró vender un cuadro en toda su vida. S u mundo fue trágico. Su locura, intermitente, según algunos autores, se hizo más evidente con el suicidio de su hermano. A pesar de las adversidades que debió enfrentar, en sus obras es posible interpretar la aguda mirada de un hombre sensible y lleno de ternura de finales del siglo XIX. Entre los temas que pintó destacan la alineación en la que había caído el hombre de la era industrial, la deformación y la fatiga de sus cuerpos producto de la explotación laboral, los sueños del ser humano, la luminosidad del paisaje y el imperio del sol. Su visión crítica de la sociedad burguesa, así como su talento para crear un arte luminoso y creativo, han hecho de las obras de Van Gogh, uno de los objetos de nuestros días. Su punto de partida fue la naturaleza, especialmente el paisajismo del mediodía de Francia, en Arlés que era su patria espiritual. La naturaleza le conmovía profundamente, y esta emoción prestaba fuerza a su fantasía para elaborar la impresión obtenida. Se empieza por la infructuosa tentativa de querer seguir a la naturaleza, pero se termina limitándose a crear con la paleta, y la naturaleza viene después, decía. Van Gogh pinta con pinceladas irregulares, líneas románticas entrecortadas, que manifiestan la impaciencia que le producía su exaltación interna. Los colores puros iban depositando su huella sobre el lienzo, trabajados con la mano, con la espátula, con el mango del pincel, o en muchos casos, exprimidos directamente de los 2 tubos. En su deseo de mantener la visión provocada por la primera impresión, partió de la impresión cromática. Pinto con colores puros, con el rojo, azul y amarillo, especialmente con amarillo real; colores que él sabia dotar de mayor profundidad, de mayor fuego que en la realidad, colores que es su fantasía ardían de un modo excesivamente pasional. Derivación desde el Impresionismo y Postimpresionismo El impresionismo ejerció una fuerte influencia durante décadas. Artistas que partieron del impresionismo idearon otras técnicas e iniciaron nuevos movimientos artísticos. Los pintores franceses Georges Seurat y Paul Signac ejecutaron lienzos a base de pequeños puntos de color, aplicando una derivación científica de la teoría impresionista conocida como puntillismo o divisionismo. Los postimpresionistas Paul Cézanne, Henri de Toulouse−Lautrec, Paul Gauguin y Vincent van Gogh estuvieron muy influidos por la vivacidad del colorido impresionista. La obra de Cézanne anticipó el cubismo, mientras que la de Gauguin y Van Gogh representaron el comienzo del expresionismo. Conclusión La corriente impresionista y postimpresionista fue producto de la habitual rebelión en contra de las normas que contradicen los valores naturales por los que algunas personas se rigen. En este caso particular, el molesto formato en que se encasillaba al arte del siglo XIX, terminó por enfurecer a ciertos pintores y variados artistas del período. Como nos destacamos, al ser humanos, por rebelarnos ante la opresión y así buscar nuestra meta de vida y sentir que hemos triunfado y logrado el cometido que nos propusimos, que llevamos nuestra vida a algo importante y que conseguimos dignificar nuestro pasar por la Vida. Gracias a las personas que tienen el coraje de imponerse ante las reglas que los hacen sentirse oprimidos, estos artistas lograron cambiar la estricta forma de catalogar a las obras de su tiempo y crearon otra manera de ver la realidad. Dieron rienda suelta a la imaginación combinada con la realidad de su tiempo. Fue útil en el aspecto social, pues expresaban su malestar con algunos temas de la época y hacían sentir a la gente representada en la obra por ellos creada. Estos particulares movimientos artísticos dieron pie a otros movimientos, revolucionarios a su vez es su período. Se generó el puntillismo, por dar un ejemplo. Hasta nuestros días llegan las obras de los artistas catalogados como impresionistas o postimpresionistas y tenemos la oportunidad de analizar lo que fue vivir en su tiempo, a través de su arte. Este trabajo fue grato. Obtuvimos un tema agradable a nuestra imaginación y no nos ofuscamos con una prueba, sino que ambientamos nuestras mentes a esta realidad vivida en el arte. Bibliografía • Texto Editorial Santillana, Ciencias Sociales III Medio • http://www.geocities.com/impresionismo2000/ • http://www.arteuniversal.com/0_es/post_imp.html Índice • Introducción • Impresionismo 3 • Postimpresionismo • Derivación desde el Impresionismo y Postimpresionismo • Conclusión • Bibliografía 4