SEGURIDADE NA AULA DE EDUCACIÓN FÍSICA E EN INSTALACIÓNS DEPORTIVAS SEGURIDAD DE LOS TRABAJADORES FRENTE A RIESGOS LABORALES A) FUENTES REGULADORAS 1.- Ley 31/1995, de 8 noviembre, de prevención de riesgos laborales, y normativa reglamentaria de desarrollo (entre la que cabe citar, fundamentalmente, el Real Decreto 39/1997, de 17 enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención; el Real Decreto 485/1997, de 14 abril, sobre disposiciones mínimas en materia de señalización de seguridad y salud en el trabajo; el Real Decreto 486/1997, de 14 abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo; el Real Decreto 488/1997, de 14 abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo con equipos que incluyen pantallas de visualización; o el Real Decreto 773/1997, de 30 mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual). 2.- Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 agosto, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (LISOS), y más en concreto, sus artículos 11 a 13 (sobre infracciones —leves, graves y muy graves— «en materia de prevención de riesgos laborales») y 40, apartado 2 (sobre sanciones «en materia de prevención de riesgos laborales»). 3.- Decreto autonómico 204/1997, de 24 julio, de la Consellería de Presidencia y Administración Pública de la Xunta de Galicia, por el que se crea el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales para el personal al servicio de la Administración de la Xunta, a cuyo tenor «la Consellería de Educación y Ordenación Universitaria, respecto del personal y centros docentes, y la Consellería de Sanidad y Servicios Sociales, respecto del personal y centros dependientes del Servicio Gallego de Salud, crearán y regularán sus propios servicios de riesgos laborales» (disposición adicional primera). B) RESPONSABILIDADES (DEL EMPRESARIO) EN MATERIA DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES Lógicamente, la prevención de riesgos laborales falla cuando ocurre un accidente de trabajo o enfermedad profesional. Este fallo es, por encima de todo, una desgracia material para el trabajador (que puede morir o quedar incapacitado para el trabajo), pero es también una verdadera desgracia jurídica para el empresario —de ahí la radical importancia de prevenir bien—, visto el imponente e l e n c o d e r e s p o n s a b i l i d a d e s j u r í d i c a s que pueden llegar a exigírsele, por causa de dicho fallo en la prevención 1 de los riesgos laborales de su empresa. Entre estas responsabilidades exigibles al empresario, las más primarias y elementales son las responsabilidades de S e g u r i d a d S o c i a l frente al trabajador accidentado o enfermo, reconducibles a las dos siguientes: 1) en todo caso, la responsabilidad objetiva —esto es, aunque no medie culpa o negligencia del empresario— por los accidentes de trabajo o enfermedades profesionales ocurridos a sus trabajadores, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 115 y 116 de la Ley General de la Seguridad Social, y de las que de hecho suele responder la entidad (normalmente una Mutua) en la que el empresario hubiese asegurado (y aquí el aseguramiento es obligatorio) sus riesgos profesionales; y 2) en su caso, la responsabilidad por recargo —entre un 30 y un 50 por 100— de las prestaciones de seguridad social derivadas del accidente del trabajo o de la enfermedad profesional que hubiesen ocurrido, que es necesariamente una responsabilidad por culpa o negligencia del empresario y, además, en principio, rigurosamente inasegurable aquí e intransmisible a ningún tercero, de conformidad con lo previsto en el artículo 123 de la Ley General de la Seguridad Social. No son éstas, sin embargo, las únicas responsabilidades exigibles al empresario, en caso de que los riesgos profesionales que debía prevenir se hubiesen convertido en siniestros, pues la Ley 31/1995 —en un precepto específico sobre «responsabilidades y su compatibilidad»— afirma que «el incumplimiento por los empresarios de sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales dará lugar a responsabilidades administrativas, así como, en su caso, a responsabilidades penales y a las civiles por los daños y perjuicios que puedan derivarse de dicho incumplimiento» (artículo 42, apartado 1). Las r e s p o n s a b i l i d a d e s a d m i n i s t r a t i v a s se le pueden imputar al empresario por la comisión del aproximadamente medio centenar de infracciones administrativas tipificadas en los artículos 11 (infracciones administrativas leves), 12 (infracciones administrativas graves) y 13 (infracciones administrativas muy graves) de la LISOS, y sancionadas —como regla general— con multas administrativas de hasta 819.780,10 euros, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 40, apartado 2, de la propia LISOS. Al hilo de la exigencia de estas responsabilidades administrativas al empresario, la propia LISOS impone a la Administración pública el deber de pasar el tanto de culpa al Ministerio Fiscal «en los supuestos en que las infracciones pudieran ser constitutivas de ilícito penal» (artículo 3.2), esto es, en caso de posible existencia de r e s p o n s a b i l i d a d e s p e n a l e s . Los ilícitos penales en cuestión aparecen tipificados en los artículos 316 y 317 del Código Penal, teniendo en cuenta que el tipo básico — castigado con penas de «prisión» y «multa»— se refiere a «los que con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales y estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o integridad física». Al igual que las recién citadas responsabilidades penales —que son siempre responsabilidades por culpa, a título de dolo o negligencia—, también cabe la exigencia al empresario de r e s p o n s a b i l i d a d e s c i v i l e s por culpa (contractual o extracontractual), reparadoras de los daños civiles (incluidos los daños morales) que haya podido padecer el trabajador siniestrado. A pesar de tratarse de verdaderas responsabilidades civiles por daños —exigibles al amparo de los artículos 1101 y siguientes (responsabilidad contractual) o 1902 y siguientes (responsabilidad 2 extracontractual) del Código Civil—, los tribunales competentes para declararlas, además de los tribunales civiles, son también los tribunales laborales. En fin, en caso de «riesgo grave e inminente» de que se produzca un accidente de trabajo, cabe también la exigencia al empresario de r e s p o n s a b i l i d a d e s l a b o r a l e s en sentido estricto. Estas nuevas responsabilidades consisten en el deber del empresario de pagar los salarios a sus trabajadores, a pesar de que estos últimos se hayan negado a trabajar, precisamente como consecuencia del citado riesgo grave e inminente de accidente de trabajo. En el caso de que esta negativa a trabajar tuviese carácter colectivo, la jurisprudencia laboral viene sosteniendo desde siempre que dicha negativa nada tiene que ver con una situación de huelga —en la que no se trabaja, pero tampoco se cobra el salario—, afirmando que se trata de una concreta manifestación del llamado «ius resistentiae» del trabajador frente al ejercicio ilegítimo del poder directivo del empresario, actualmente reconocido a los trabajadores o a sus representantes legales —siempre en materia de prevención de riesgos laborales— por el artículo 19, apartado 5, del Estatuto de los Trabajadores y por el artículo 21, apartado 3, de la Ley 31/1995. C) RECURSOS INTERESANTES A TRAVÉS DE INTERNET 1.- Sitio del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, ubicado en www.insht.es. Sobre todo, el enlace «Documentación», y aquí —dentro de «Publicaciones periódicas»—, la revista «Erga Primaria Transversal». Contiene información muy útil para el sector específico de la enseñanza, tanto desde el punto de vista de los riesgos laborales, como desde el punto de vista de los «riesgos comunes». 2.- Sitio del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Consellería de Educación y Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia, ubicado en www.edu.xunta.es/web/node/2082. Conviene diferenciar lo relativo a la prevención de riesgos laborales de lo referente a los «riesgos comunes». Especialmente útil la entrada sobre «Curso de prevención de riscos laborais para persoal docente» (bajo el apartado «Documentación»). 3.- Este último sitio ofrece el enlace a la página www.prevenciondocente.com. Información muy útil sobre la prevención de riesgos laborales (también sobre los «riesgos comunes») en el sector de la enseñanza. Especialmente interesante la información relativa a un concreto libro, titulado Manual de prevención docente. Riesgos laborales en el sector de la enseñanza. Puede descargarse gratuitamente su índice (en él, puede verse que dedica las páginas 214 a 223 al análisis de los «Riesgos en la clase de educación física»). 3