El Homo-Matemáticus Es universalmente reconocido que los matemáticos se ocupan de imágenes, ideas y conceptos sobre los cuales demuestran teoremas, utilizando razonamientos lógico-deductivos, normalmente irrefutables. Esta última particularidad ha siempre impresionado a la mayoría de las personas, acostumbradas a generar y escuchar diariamente decenas de razocinios, cada cual más discutible y refutable que los otros. La vida en Sociedad sería imposible si cada uno de nosotros tuviera que proveer pruebas incontestables de todo lo que afirma, y tuviera que expresarse sin ambigüedades. ¿Qué explica entonces esta lealtad, casi obsesiva, que muestran los matemáticos hacia el rigor de pensamiento, esta perseverancia por no ser ambigüos? Yo diría que esta actitud proviene de una motivación profunda, a saber, que el matemático quiere entender el mundo que lo rodea. Responde a creer que la perfección que se observa alrededor, por ejemplo, la que observamos en la Naturaleza, e incluso, en las obras de los seres humanos, en la Ingeniería, sólo es comprensible a través de un formalismo, y un lenguaje comunicacional, igualmente perfecto y riguroso, como son los planteamientos de la Matemática. Así, parece ser que disponemos de bases sólidas para otorgar título de axioma a la afirmación: "La Matemática es la herramienta que utiliza la Mente para comprender los fenómenos de la Naturaleza". Santiago, Noviembre de 2003 Carlos Conca Rosende