Los problemas del movimiento por la paz europeo Resumen latinoamerciano :: 20/01/2004 Harald Neuber* - A pesar del rechazo del régimen ocupante en Iraq, el movimiento de paz no tiene posición común ante la resistencia iraquí contra EEUU. Fuerte discusió En el fondo, el artículo 51 de la carta de las Naciones Unidas no dejaespacio para intapretaciones: »En caso de ataque armado contra un miembro delas Naciones Unidas« la organización concede a la nacion atacada »el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva«. En el caso de Iraq parece que nadie recuerda éste principio. Independientemente de las posiciones oficiales a nivel de gobiernos occidentales, el movimiento internacional de paz tiene problemas óbvios para encontrar una opinión ante la resistencia contra los ocupantes norteamericanos que sea aceptada por la mayoría de los grupos. Una acción para donativos de un grupo austriáco »Diez euros para la resistencia iraquí« ha provocado una fuerte discusión entre grupos de paz en la región germanohablante. La campaña del grupo de Viena »Coordinadora Antiimperialista« recibe apoyo del autor y activista alemán Joachim Guilliard, quién designa la resistencia contra las tropas ocupantes estadounidenses como »legítimas«. Para el especialista en Iraq, la acción de los austríacos »no tiene nada que ver con asuntos de terrorismo«. Por ello, el mismo autor del periódico socialista alemán »Junge Welt« exhorta públicamente al apoyo de la resistencia iraquí. Una denuncia en su contra tampoco le pudo impedir seguir apoyando a los simpatizantes de la guerrilla antinorteamericana. El nombrado escrito, no trata para nada de resistencia armada - como le reprocharon algunos críticos sino de resistencia política. La persona a contactar era un representante de la »Alianza Patriótica Iraquí« (IPA por sus letras en inglés). »La IPA aspira a la construcción de una sociedad pluralista y democrática, en cuyo sistema participan todos los pueblos iraquís y que les da la posibilidad de una participación política y social«, dice la llamada austríaca. Que los opositores a la ocupación estadounidense de Iraq no se puedan decidir finalmente sobre una posición común ante el movimiento de resistencia, es resultado de la dominación linguística de los ocupantes. Así los oponentes a la guerra, alemanes y austriacos todavía debaten sobre el »problema del terrorismo« y lamentan los »ataques terroristas« en Iraq. "Quién se expresa a favor de asesinatos de soldados norteamericanos, dice Jürgen Grässlin, portavoz de la »Sociedad Alemana de Paz« (DFG), no es pacifista ni humanista y se pone afuera del movimiento de paz". Más importante, dice Grässlin, es »presionar al régimen ocupante a retirarse de Iraq con medidas políticas y diplomaticas y apoyar en la construcción de estructuras democráticas para el Estado y la sociedad iraquí«. Pero, ¿éso no significaría aceptar la violencia del derecho internacional por la segunda invasión de tropas estadounidenses en Iraq? La Asociación Alemana de Librepensadores se expresa así: »Es un método ya conocido de agresores, difamar la resistencia como terrorismo y los partisanos como terroristas«, dice un comunicado de la organización, cuyos miembros ya lucharon en contra del régimen nazi. El presidente actuál, Klaus Hartmann, rechaza llamar terrorista a la resistencia iraquí. "Nunca, dice, sectores progresistas deben adoptar los términos de los agresores". "Eso ya era conocido de la dictadura nazi", dice Hartmann. Los militares nazis difamaban la resistencia en los territorios ocupados como »bandolerismo«. La »Instrucción para la lucha reforzada contra el bandolerismo en el Este« del 18 de Agosto de 1942 y la »Norma para la lucha contra bandidos« del 11 de Noviembre de 1942 son sólo dos ejemplos de leyes nazis que establecieronm instrucciones oficiales acerca del tratamiento deseado que se ha de conceder tal dentro del ejército como ante la opinión pública. »Hoy todavía nos amonestan los nombres de aquella "lucha contra el terrorismo"«, dijo Hartmann: lahaine.org :: 1 »Oradour-sur-Glane en Francia, Lidice en Checoslovaquia, Kragujevaj en Serbia, Distomo en Grecia, Mogiljow en Bielorusia«. La argumentación de los Librepensadores es fácil: Por que la guerra de los EEUU a Iraq »era un ataque en contra del derecho internacional«, su ilegalidad no era enmendable. Por eso »cada acto de resistencia se puede remitir al derecho internacional. La comparación con la resistencia contra los nazis alemanes, dice Hartmann, se impone. La discusión en Alemania y Austria es sintomática, por qué la mayoria de los grupos que pertenecen al movimiento internacional de paz se niegen a dar el paso que exije Hatmann. Parecen víctimas de la misma propaganda política, contra la cuál quieren luchar. El linguista norteamericano Noam Chomsky es sólo un ejemplo de muchos intelectuales que advierten los peligros de la propaganda de guerra. El primer Ministerio de Propaganda, explica Chomsky, fue creada en Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial. »Esa gente logró convertir a una población relativamente pacífica en una gentuza anti-germana en sólo unos meses«, dijo Chomsky en una entrevista. El resultado de la campaña fue tan »perfecto« que al final ni era posible para la Orquesta Sinfónica de Boston tocar obras del compositor alemán Bach en Londrés. No sería el papel de los movimientos de paz, y de aquellos que aspiren a participar en el debate con una intelectualidad independiente, tratar de desatarse y deshacerse de estas formas sutiles de control politico? Claro que no seria cómodo, como Chomsky comprueba con el ejemplo del renombrado reportero de la guerra, Peter Arnett. En los Estados Unidos, Arnett fue despreciado. Se le reprocha sobre todo, el haber dado una entrevista para la television iraquí. "¿Acaso se ha condenado alguna vez a alguno que haya dado una entrevista con la television Nortemericana?" pregunta Chomsky. * Harald Neuber escribe para el periódico de los socialistas alemanes »Junge Welt« Resumen Latinoamericano Ilustraciones Alvaro CSCA _______________ http://www.lahaine.org/mundo.php/los-problemas-del-movimiento-por lahaine.org :: 2