Dictamen de la Procuración General:

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Dictamen de la Procuración General:
La Sala Primera de la Cámara
Segunda
de
Departamento
Apelación
Judicial
en
de
lo
La
Civil
Plata
y
revocó
Comercial
la
del
sentencia
apelada que, a su turno, desestimó la demanda que por daños
y
perjuicios
promoviera
C.
R.
H.A.
,
por
sí
y
en
representación de su hija V. L. S. en virtud del accidente
de tránsito que le costara la vida al Sr. E. F.S. , cónyuge
y
padre
-respectivamente-
de
aquéllas,
contra
Diego
Sebastián Celdane, Rosa M. Segovia, Eustaquio Juan Celdane
y “Camino del Atlántico SACV”; la que acogió atribuyendo a
los primeros el 50% de la responsabilidad en la producción
del evento dañoso y en un 30% a la segunda -fs. 715/731 y
su aclaratoria de fs. 737/738-.
Contra
resolver,
recurso
la
concesionaria
extraordinario
de
vial
dicha
-por
forma
apoderado-
inaplicabilidad
de
de
dedujo
ley
-fs.
830/853 vta.- por cuyo intermedio denuncia la violación y
errónea aplicación de los arts. 512, 901, 906, 1111, 1113 y
ccs
del
Código
Civil;
102
de
la
Ley
11430
y
su
reglamentación; 163 incs. 5º y 6º, 164, 260, 272, 375, 384,
474 y ccs del Código de rito local; Ley 24240; 27 y 31 de
la Constitución provincial y 14 y 17 de su par nacional; y
de la doctrina legal que cita.
Básicamente cuestiona:
1 - Que no quedó acreditado,
por quien tenía la carga, que existió el respectivo nexo
causal,
en
cuyo
devenir
resulta
descalificable
el
dispositivo sentencial que impone a su parte el deber de
probar algo que no le correspondía (arts. 1109, 1111 y 1113
del CC y 375 del CPCC). Debió, prosigue, hacerle cargar a
la actora con las consecuencias de su omisión, es decir, de
la falta de demostración de la efectiva existencia del nexo
causal.
Sobre
considera
dogmática
y
reñida
con
el
las
particular,
constancias
de
la
causa (conforme surge de las respuestas 5, 6 y 7 de la
pericia mecánica a fs. 537), la conclusión de la Cámara
referida al inadecuado balizamiento y a que el camión no
fue removido en tiempo razonable, en decisión que extiende
incorrectamente, a criterio del apelante, el reproche de
responsabilidad endilgada a su parte más allá del juicio de
probabilidad o previsibilidad adecuado por el que pueda
establecerse que efectivamente el daño es la consecuencia
normal y ordinaria del hecho que se imputa. Y, en ese
sentido, asevera que en el caso el nexo causal se ha visto
enteramente
interrumpido
por
el
actuar
imperito
de
la
víctima quien, con su conducta, según da cuenta el acta
policial obrante en la causa penal a fs. 454/56 (de la que
indebidamente se apartó la Alzada), como así también lo
dicho
por
el
ingeniero
mecánico
en
su
informe
a
fs.
536/538; provocó su propio daño en atención a la velocidad
impresa a su rodado. Examen sentencial que, asimismo, tilda
de parcial con escarnio del principio procesal de igualdad
de partes (art. 34, inc. 5º ap. “c” del CPCC).
Aduna
que
el
accionante
imputó, originariamente, a su parte en el libelo de inicio,
que
el
siniestro
de
autos
acaeció
por
falta
de
señalamiento, extremo no acreditado con elementos de juicio
en el proceso.
2
-
Arguye,
además,
que
la
sentencia dictada atenta contra las garantías de defensa en
juicio y debido proceso adjetivo que consagra el art. 18 de
la
Constitución
nacional
atento
que
a
la
fecha
de
ocurrencia del suceso que diera motivo a la promoción de
las presentes actuaciones no se encontraba vigente ni el
art. 40 de la Ley 24420 (t.o. Ley 24999, por el que se
establece una obligación objetiva y solidaria
al prestador
del
11430
servicio),
ni
el
art.
102
de
la
ley
y
su
reglamentación (por los que se extiende la responsabilidad
a los concesionarios viales de la adpoción de mediadas de
seguridad allí previstas), disposiciones inoponibles a su
parte en los términos del art. 3 del Código Civil.
Del mismo modo, y respecto de
la decisión de la Cámara de encuadrar a la relación de las
partes
como
de
consumo,
atribuye
demasía
decisoria
al
subrayar que se introduce una solución a la causa que nunca
fue alegada o controvertida por las partes sometidas al
proceso;
como
así
adoptado
por
el
también
a
quo
contradicción
en
orden
a
en
los
el
criterio
regímenes
de
responsabilidad: contractual y extracontractual a la fecha
del siniestro.
Culmina el punto sosteniendo,
nuevamente, la tardía invocación e impropia aplicación del
régimen de la ley 24240.
3 - Con cita de los arts. 27
y 31 de la carta provincial y 14 y 17 de su par nacional,
señala
el
impugnante
que
la
decisión
objetada
trae
aparejada una valla insalvable a su actividad por cuanto al
extender los límites legales de aquello mas alla de los
términos en los que había sido acordada la concesión, la
tornan sumamente gravosa haciéndole asumir costos que no
estaban previstos contractualmente. Implica, a su vez, una
intromisión
no
tolerada
por
el
régimen
republicado
de
gobierno que la Justicia le exija, por sobre el contrato
celebrado
con
económicamente
aquél
no
pone
el
por
en
Poder
Administrador,
accidentes
como
su
carga
cabeza
el
de
alguna
responder
autos,
cuando
tendiente
a
realizar auxilios mecánicos con grúas u otros equipos y
menos aún para remover grandes y pesados camiones.
Concluye, finalmente, que el
contrato de concesión de obra pública por peaje integrado a
estas actuaciones impone a su parte el cumplimiento de las
obligaciones referentes al mantenimiento, reconstrucción y
conservación
de
las
obras
existentes
así
como
el
cumplimiento genérico del deber de seguridad para los que
transitan por la ruta, pero sólo puede estar referido a las
mediadas necesarias y razonables en relación obligaciones y
medios apropiados, tendientes a evitar que se produzcan
accidentes
cuya
causa
radique
en
algo
inherente
e
intrínseco a la ruta en sí misma y que forma parte de las
tareas de ejecución de obras en la ruta.
A
pesar
del
esfuerzo
desplegado por la parte en recurso, estimo que el mismo no
debe prosperar.
Sin perjuicio de la denuncia
de violación normativa efectuada, obvio resulta concluir
que lo que verdaderamente nutre la queja extraordinaria es
la disconformidad del recurrente con el criterio sustentado
por
los
camaristas
responsabilidad
dirigiendo
en
para
el
endilgarle
hecho
-principalmente-
su
generador
ataque
una
de
contra
cuota
de
la
litis,
las
reglas
sobre la carga de la prueba respecto de las causales de
exoneración que, a su ver, no fueron ponderadas por la
Alzada.
Al
respecto
forzoso
resulta
invocar inveterada doctrina de ese Alto Cuerpo, que estimo
de estricta aplicación al caso, por la que se establece que
"Tanto
dañoso,
la
atribución
como
la
cuota
de
que
responsabilidad
le
cupo
a
en
cada
un
uno
evento
de
los
protagonistas del mismo, constituye -como quiera que se
trate del análisis de circunstancias- una típica cuestión
de hecho ajena a la instancia extraordinaria, en tanto no
se
demuestre
quebrantamiento
de
las
reglas
de
la
apreciación de la prueba en grado de absurdo" (conf. causas
Ac.81.032, sent. del 4-XII-2002; Ac.79.936, sent. del 23IV-2003; Ac.84.317, sent. del 18-II-2004; e.o.). Déficit
que, si bien viene denunciado en el escrito de protesta, no
se consuma con la crítica ensayada, la que -como ya lo
anticipara- no pasa de ser una exposición deshilvanada y
discordante de los argumentos del sentenciante que lejos
está de sortear el valladar que impone el art. 279 del
Código de rito local (conf. Ac. 38.765, sent. del 16-V1989; Ac. 44.854, sent. del 16-XI-1993; e.o.). Es que de
conformidad con la profusa doctrina sentada por V.E. al
respecto, el absurdo no queda configurado aún cuando el
criterio de los sentenciantes pudiera ser calificado de
objetable, discutible o poco convincente porque se requiere
algo mas; esto es, precisamente el error grave, grosero y
manifiesto que conduzca a conclusiones inconciliables con
las constancias objetivas de la causa (conf. causas Ac.
64.420, sent. del 1-XII-1999; Ac. 77.310, sent. del 2-X2002;
Ac.
91.558,
circunstancias
que
sent.
no
se
del
advierten
24-V-2006;
e.o.),
configuradas
en
la
especie.
En efecto. El Tribunal de segundo grado, a los
fines de achacar responsabilidad a la empresa codemandada,
concluyó que la concesionaria del mantenimiento de la ruta
contribuyó
en
la
producción
del
evento
dañoso
“...por
carecer del sistema adecuado de iluminación de las cosas
que obstaban la seguridad del tránsito (pericia fs. 337
vta.,
punto
engendrado
3º);
en
y
por
tiempo
no
haber
razonable
removido
(arts.
el
obstáculo
384,
474,
C.
Procesal)...” -v. fs. 720 vta.-, resaltando seguidamente,
que el contrato que la une con el Estado “...no obsta a que
se juzgue ajeno al examen de la responsabilidad objetiva
que
tiene
la
empresa
demandada
con
los
usuarios
(arts.
1113, 2º apart., in fine, C. Civil, 102 ley 11430, 164 y
384 C. Procesal)...”.
Pues
bien,
todas
las
argumentaciones vertidas por la firma codemandada no pasan
de
ser
su
debatida
que
juzgador
de
personal
no
interpretación
rebate
origen,
idóneamente
limitándose
a
sobre
los
la
cuestión
fundamentos
paralelar
su
del
opinión
discrepante con el fallo en crisis, sin hacerse cargo de
las concretas razones que sustentan al mismo y de la prueba
que
la
avala,
reiterando
los
reparos
esgrimidos
en
la
contestación de agravios como los referidos por ejemplo al
balizamiento, a la velocidad del rodado conducido por la
víctima,
a
la
falta
de
prueba
del
nexo
causal;
y
contradiciéndose en otras parcelas de ésta, tal, el caso
del argüído cumplimiento de su parte del deber de seguridad
que edicta el art. 102 de la Ley 11430 y su reglamento;
agravios éstos cuyo tratamiento, por lo ya dicho, se torna
innecesario (conf. S.C.B.A., causas Ac. 58.556, sent. del
17-II-1998 y Ac. 87.454, sent. del 20-IV-2005; e.o.), como
así
también
lo
es
la
cuestionada
aplicación
de
la
ley
24.240 (conf. S.C.B.A., causa Ac. 81.941, sent. del 3-III2004;
e.o.)
y
constitucionales
el
y
alegado
legales
quebranto
(conf.
de
S.C.B.A.,
garantías
causa
Ac.
86.835, sent. del 9-VIII-2006; e.o.).
Sentado
ello
diré,
para
satisfacción del presentante que si bien la Corte Federal,
en coincidencia con la tesis recursiva -al menos en este
aspecto-, ha dejado establecido que la obligación del ente
concesionario de facilitar la circulación por el camino en
condiciones de absoluta normalidad, suprimiendo las causas
que originen las molestias, inconvenientes o peligrosidad
para
los
usuarios
de
la
ruta
concesionada
debe
ser
interpretada en el contexto de las obligaciones propias del
concesionario, esto es, las vinculadas a la remodelación,
conservación, mantenimiento y explotación del camino (conf.
CS en causas “Colavita, Salvador y otro c/Pcia. de Buenos
Aires y otros s/Daños y Perjuicios”, sent. del 7-III-2000 y
“Bertinat, Pablo J. y otros c/Pcia. de Buenos Aires y otros
s/
Daños
criterio
y
no
Perjuicios”,
puede
ser
sent.
llevado
del
al
7-III-2000),
extremo
de
dicho
dejar
sin
reproche de responsabilidad al concesionario vial si -como
ocurre
en
el
caso-
los
elementos
arrimados
a
la
causa
demuestran que aquél, con su conducta -omisión- contribuyó
a la producción del siniestro.
Y, si el camión quedó parado
en la ruta a las 19 hs., siendo que el accidente ocurrió a
la medianoche, el juicio de probabilidad determinante de la
conexión causal que denuncia preterido por los magistrados
sentenciantes se da de bruces con la afirmación efectuada
por aquellos respecto del tiempo transcurrido
sin haber
removido el grave obstáculo que para la normal circulación
por el camino representaba la detención de aquél sobre la
cinta
asfáltica
(conf.
doct.
art.
514
del
C.
Civil
y
contrato de concesión de fs. 25/35 invocado por la Cámara a
fs. 721 in fine).
Estimo
que
lo
expuesto
es
suficiente para propiciar ante V.E. el rechazo del recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad
de
ley
que
dejo
así
examinado.
Tal es mi dictamen.
La Plata, 12 de julio de 2007
- Juan Angel De Oliveira
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 30 de marzo de
2010,
habiéndose
dispuesto
siguiente
Lázzari,
en
el
orden
Negri,
establecido,
Acuerdo
de
2078,
de
que
votación:
Kogan,
conformidad
deberá
doctores
Hitters,
Genoud,
con
observarse
Pettigiani,
se
reúnen
lo
el
de
los
señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo
ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa
C. 97.543, "A.
d.S. , C. R. H. contra Celdane, Diego S. y
otros. Daños y perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
La Sala I de la Cámara Segunda de Apelación
en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La
Plata revocó la sentencia de primera instancia que había
rechazado la demanda de daños y perjuicios deducida por C.
R. H. A. por sí y en representación de su hija V. L. S.
contra
Diego
Sebastián
Celdane,
Rosa
Mari
Segovia,
Eustorgio Juan Celdane y "Camino del Atlántico S.A.C.V."
(fs. 715/731 y 737/738).
Se interpuso, por la codemandada "Camino del
Atlántico
S.A.C.V.",
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley (fs. 830/853 vta.).
Oído el señor Subprocurador General, dictada
la providencia de autos y encontrándose la causa en estado
de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear
y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor Pettigiani dijo:
I.
sentencia
de
La
Cámara
primera
de
instancia
Apelación
que
había
revocó
la
rechazado
la
demanda de daños y perjuicios deducida por C. R. H. A. por
sí y en representación de su hija V. L. S. contra Diego
Sebastián
Celdane,
Rosa
Mari
Segovia,
Eustorgio
Juan
Celdane y "Camino del Atlántico S.A.C.V." (fs. 715/731 y
737/738).
Para
fundamentalmente,
así
que
la
decidir
concesionaria
consideró,
demandada
resulta
responsable -en un 30%- de las consecuencias derivadas del
accidente
de
tránsito
ocurrido
en
la
ruta
por
el
"inadecuado balizamiento" realizado por el personal de la
empresa
vial
en
el
lugar
donde
el
camión
de
los
codemandados Celdane y Segovia quedara "enclavado" (se le
habían desprendido las dos ruedas traseras derechas y había
quedado
ocupando
parte
de
la
ruta
y
de
la
banquina).
Correlacionado ello con el largo lapso transcurrido desde
el
momento
ocurrió
en
que
(alrededor
removido
el
el
de
rodado
cinco
obstáculo
que
se
rompió
horas),
sin
existía
en
y
el
que
el
siniestro
se
hubiera
camino
(fs.
719/vta.; art. 1113, segundo párrafo, segunda parte, Cód.
Civil).
En este sentido apuntó que el hecho que un
mecánico de la concesionaria hubiese colocado tres latas,
que contenían pasto seco y trapos viejos encendidos con gas
oil, no superan el riesgo creado subsistente, a fin de
exonerase
adecuado
de
de
responsabilidad,
iluminación
de
por
las
carecer
cosas
del
que
sistema
obstaban
la
seguridad del tránsito (fs. 719 vta. y 720 vta.; art. 1113,
cit.).
II.
"Camino
del
extraordinario
Contra
Atlántico
de
esta
decisión,
S.A.C.V."
inaplicabilidad
de
la
codemandada
interpuso
ley
(fs.
recurso
830/853
vta.), por el que denuncia la infracción de los arts. 512,
901, 906, 1111 y 1113 del Código Civil; 102 de la ley
11.430; 163 incs. 5 y 6, 164, 260, 272, 375, 384 y 474 del
Código Procesal Civil y Comercial; la ley 24.240; 27 y 31
de la Constitución nacional y de la doctrina legal emanada
de este Tribunal (fs. 841).
En
síntesis,
alega
que
la
sentencia
impugnada deviene descalificable como acto jurisdiccional
puesto que impone el deber de probar algo cuya carga no
pesaba sobre su parte, sino sobre la actora. No obstante
ello, asevera que no se ha cumplido con la exigencia de
demostrar el nexo causal para imputarle la responsabilidad
que le ha sido atribuida.
Aduce que la Cámara ha torcido el rumbo de
las cosas. El conductor del rodado embistente sufrió el
daño a causa de su obrar imperito y por haber violado las
normas específicas aplicables al caso, las que interrumpen
la relación de causalidad respecto de la responsabilidad
imputada a su mandante.
Desde
valoración
de
la
otro
prueba
lado,
pericial
arguye
la
absurda
y
química-
-mecánica
instrumental -causa penal- y documental.
Así,
policial
respecto
velocidad
documental,
del
hace
alusión
al
la
ubicación
de
a
automóvil
trae
a
luz
mérito
embistente.
las
del
las
balizas
En
cuanto
obligaciones
asumidas
acta
y
la
a
la
en
el
contrato de concesión.
Expone
irretroactividad
de
luego
la
ley
la
(art.
doctrina
3,
Cód.
de
Civil)
la
con
relación a la aplicación de los arts. 102 del Código de
Tránsito y 40 de la Ley de Defensa del Consumidor, dado que
tales
normas
no
se
encontraban
vigentes
al
momento
de
acaecer el accidente. Sin perjuicio de ello, suponiendo que
el factor de atribución fuera de índole objetiva fundada en
la relación existente entre la empresa con los usuarios,
entiende que la conclusión arribada en este aspecto resulta
desacertada y contraria a derecho. Sostiene que el enfoque
de la cuestión debe ser efectuado a partir del contrato
atípico celebrado entre el usuario y el concesionario, que
se configuraría con el pago de la tarifa de peaje, estando
la responsabilidad de aquél sujeta a las disposiciones de
los arts. 512, 519, 520 y concordantes del Código Civil.
En este punto también aduce la violación del
principio de congruencia, pues, a su juicio, ninguna de las
partes ha planteado la aplicación de la ley 24.240.
Por
garantías
último,
invoca
constitucionales:
la
propiedad
y
afectación
de
ejercicio
de
industria lícita.
III. El recurso no puede prosperar.
1. La cuestión relativa a la responsabilidad
civil
que
padecidos
cabe
por
concesionadas
al
concesionario
vehículos
-en
este
vial
ingresados
caso
a
producto
por
accidentes
las
carreteras
de
deficiente
balizamiento- ha sido ya analizada por el suscripto.
Luego,
más
allá
de
la
opinión
expresada
anteriormente (C. 79.549, sent. del 22-XII-2008), que dejo
a
salvo,
teniendo
en
cuenta
lo
resuelto
por
la
Corte
Suprema de Justicia de la Nación en autos "Bianchi, Isabel
del Carmen Pereyra c/Provincia de Buenos Aires y otros s/
Daños y Perjuicios" (sent. del 7-XI-2006), y la innegable
gravitación que -más allá de lo que pueda sostenerse sobre
la eventual aptitud vinculatoria- cabe reconocerle en todo
caso atento su ubicación en la cúspide del ordenamiento
judicial (arts. 5, 108, 123, 127, Const. nacional), razones
de celeridad y economía procesal me llevan a adoptar el
criterio allí abrazado y en consecuencia, a procurar llevar
adelante
el
encuadre
jurídico
del
caso
en
la
forma
propuesta por el alto Tribunal.
De este modo, ha dicho el Tribunal cimero
que el vínculo que se establece entre el concesionario de
las rutas y los usuarios de las mismas debe ser calificado
como una relación de consumo en el derecho vigente, a la
luz de lo prescripto por la ley 24.240 y modificatorias
(C.S.J.N.,
in
re
"Bianchi,
Isabel
del
Carmen
Pereyra
c/Provincia de Buenos Aires y otros s/Daños y perjuicios",
sent. del 7-XI-2006, Consid. 3°).
En
autos,
habiendo
ocurrido
el
siniestro,
conforme las constancias obrantes en la causa, el 11 de
diciembre de 1993, se impone reconocer al vínculo jurídico
habido entre el automovilista y el concesionario vial como
una relación de consumo. Ubicados desde ese mirador, cabe
concluir que "el servicio debe ser suministrado en forma
que, utilizado en condiciones normales y previsibles, no
presente peligro para la salud e integridad de consumidores
y usuarios, lo que comprende supuestos de responsabilidad
objetiva por riesgo o vicio del servicio (arts. 5, 6, 40 Y
concs., ley 24.240) pero no descarta, incluso, supuestos de
responsabilidad fundados en la culpa subjetiva (arts. 512,
1109, 1074 y concs., Cód. Civil). Calificados doctrinarios
han
adherido,
LORENZETTI,
con
Ricardo
matices,
L.,
a
esta
interpretación
'Concesionarios
viales.
(Cf.
¿En
qué
casos hay responsabilidad'?, Revista de Derecho de Daños
N°. 3, p. 157, cit. y 'La Corte Federal fija su posición en
la responsabilidad por accidentes de tránsito ocurridos por
la
colisión
en
rutas
con
animales',
RCyS,
2000-39
y
LORENZETTI, Ricardo L., 'Consumidores', p. 114, N° 6 Y 487
N°
XIII,
Ed.
Rubinzal-Culzoni,
Santa
Fe,
2003;
MOSSET
ITURRASPE, Jorge, 'Defensa del Consumidor, p. 20, RubinzalCulzoni, Santa Fe, 2003; GORDILLO, Agustín, 'Tratado de
Derecho
Administrativo.
La
defensa
del
usuario
y
del
administrado' cit. t. 2, 4 ed., p. XX-14; IRMAHORN, Analía,
'Responsabilidad de los concesionarios de un corredor vial
ante los accidentes sufridos por los usuarios ... .', LLC,
1999-1105; HISE, Mónica y ROSSELLO, Gabriela, 'Peaje', JA,
2000-IV-1110; RINESSI, Antonio J., 'La desprotección de los
usuarios viales' en Revista de Derecho de Daños N°. 3, p.
111;
auto
usuario',
peaje',
cit.
LA
DJ,
'El
LEY,
servicio
público
1995-E-1148;
1998-3-437)"
y
auto
(Galdós,
la
cit.
Jorge
defensa
del
'Contrato
de
Mario
"Peaje,
relación de consumo y animales sueltos. Otro trascendente
fallo", La Ley, 2004-C-919).
Si bien no es posible la aplicación al caso
de autos del art. 40 de la ley 24.240 -disposición legal
que recepta la responsabilidad objetiva y solidaria de todo
aquél que haya participado en la producción del producto o
dación del servicio- ya que el precepto de marras entró en
vigor a los 8 días de la publicación de la ley 24.999, que
se efectivizó en el Boletín Oficial del 30-VII-1997, pues
dicha
norma
había
sido
vetada
por
el
Poder
Ejecutivo
nacional mediante el dictado del decreto 2089/1993 (el 13X-1993)
luego
de
sancionada
la
Ley
de
Defensa
del
Consumidor 24.240 (22-IX-1993), por lo que su aplicación en
la especie implicaría lisa y llanamente la trasgresión del
art. 3 del Código Civil, afectando de ese modo derechos
adquiridos; sin embargo, cabe sostener que el concesionario
no asume una obligación de dar el uso y goce de una cosa,
sino
de
prestar
un
servicio
(C.S.J.N.,
in
re
"Bianchi,
Isabel del Carmen Pereyra c/Provincia de Buenos Aires y
otros s/Daños y perjuicios", sent. del 7-XI-2006, Consid.
4°),
en
forma
condiciones
tal
que
previsibles
utilizado
o
normales
por
no
el
consumidor
presente
en
peligro
alguno
para
24.240),
su
en
salud
tanto
o
que
integridad
cuando
la
física
(art.
utilización
5,
de
ley
dicho
servicio pueda suponer un riesgo para la salud o integridad
física del mismo, debe prestarse observando los mecanismos,
instrucciones
y
normas
establecidas
o
razonables
para
garantizar su seguridad (art. 6, ley 24.240).
Véase aquí la concretización de un deber de
seguridad, de origen legal e integrado a la relación de
consumo,
que
obliga
al
concesionario
a
la
adopción
de
medidas de prevención adecuadas a los concretos riesgos
existentes
en
la
ruta
concesionada,
en
tanto
resulten
previsibles.
2. Lo expuesto no obsta, sin embargo, para
efectuar el adecuado encuadre del factor de imputación o
atribución
de
responsabilidad
a
la
luz
analizarse
la
antijuridicidad
endilgada
del
al
cual
ha
de
concesionario
vial en autos, que fuera materia adicional de agravio por
el recurrente.
En
efecto,
el
tribunal
a
quo
atribuyó
responsabilidad al concesionario vial con fundamento en el
incumplimiento de la obligación de seguridad, derivada del
contrato
de
concesión
usuario,
consistente
contralor
del
como
en
el
funcionamiento
estipulación
adecuado
de
la
a
favor
mantenimiento
ruta,
adoptando
del
y
los
recaudos necesarios para asegurar el tránsito en ella y
removiendo las causas que pudieran producir daño para la
circulación de los usuarios; obligación que fue calificada
como
de
indemnidad,
de
resultado,
con
relación
a
la
circulación en la red vial a su cargo; si bien aceptándose
que la concesionaria sólo podía exonerarse acreditando que
fueron adoptadas las diligencias necesarias y útiles para
evitar tales perjuicios, de modo que mayores resguardos que
los tomados habrían tornado antieconómica la explotación;
extremos
-estos
últimos-
que
merced
al
análisis
de
las
probanzas recabadas en autos, no encontró demostrados.
Si bien liminarmente cabe apartarse de las
conclusiones
que
la
Cámara
extrae
del
análisis
de
las
normas legales y estipulaciones obrantes en el Pliego de
Especificaciones
Reglamento
de
Legales,
Explotación,
Contrato
pues
no
de
surge
Concesión
de
ninguna
y
de
ellas que la demandada (concesionaria de peaje) hubiese
asumido expresas obligaciones vinculadas con el hecho que
motiva la presente acción, circunstancia que se confirma
cuando se repara que el juzgador no hizo referencia a norma
o cláusula específica que estableciera el alcance otorgado
a la mentada obligación de seguridad; corresponde reconocer
-no obstante- el genérico deber de seguridad que obligaba
al concesionario a la adopción de medidas de seguridad y
prevención adecuadas frente a los riesgos previsibles de la
ruta (conf. C.S.J.N., in re "Bianchi, Isabel del Carmen
Pereyra
c/Provincia
perjuicios",
de
sent.
Buenos
del
Aires
y
7-XI-2006,
otros
s/Danos
Consid.
5°),
y
con
fundamento en las previsiones contenidas en los arts. 5 y 6
de la ley 24.240, por lo que más allá del correcto encuadre
jurídico de la cuestión, la falta de demostración de las
diligencias adoptadas por la concesionaria vial para evitar
hechos
como
el
de
autos
(fs.
455)
se
mantiene
como
fundamento determinante de la imputación de responsabilidad
efectuada por la alzada, sin que tampoco -por lo expuestopuedan ser de recibo los agravios del recurrente dirigidos
a cuestionar las conclusiones del decisorio, sobre la carga
probatoria que a su respecto pesaba (doctr. arts. 5 y 6,
ley 24.240).
Ya
sobre
ese
tópico,
el
tribunal
a
quo
concluyó que ninguna acción probatoria había encarado la
concesionaria,
tendiente
a
acreditar
las
medidas
preventivas de seguridad adoptadas frente a tales concretos
riesgos de la circulación.
3.
En
cuanto
al
mérito
de
la
prueba,
coincido con el resto de las apreciaciones que la alzada
extrae
del
exámen
de
las
actuaciones
sumariales
y
del
informe pericial del ingeniero químico (fs. 719 vta./720;
arts. 384, 385, 457 y 474, C.P.C.C.), las que encuadran en
lo establecido en el art. IV.3 del Reglamento del contrato
de concesión vial (fs. 36 vta. dentro del cuerpo 1ro.;
arts. 1197 y 1198, Cód. Civil) y en el genérico deber de
seguridad antes aludido, que obliga al concesionario a la
adopción de medidas de seguridad y prevención adecuadas
frente a los riesgos previsibles de la ruta (doct. art.
1198, Cód. Civil; conf. C.S.J.N., in re "Bianchi, Isabel
del Carmen Pereyra c/Provincia de Buenos Aires y otros.
Daños y perjuicios", cit., consid. 5).
Así, en autos la Cámara señaló que hubo un
"...
inadecuado
quedara
balizamiento
'enclavado'
del
parcialmente
lugar
en
donde
el
ruta
y
la
camión
en
la
banquina, realizado por el personal de la 'Empresa Camino
del Atlántico S.A.V.C.', y que debe correlacionarse con el
largo
lapso
transcurrido
desde
el
momento
en
que
el
accidente ocurrió -alrededor de las 19 horas- y con la
circunstancia,
que
hasta
la
medianoche
de
ese
día
del
accidente, no se había removido el obstáculo que existía en
la ruta ... también pone en evidencia la responsabilidad de
la aludida empresa concesionaria" (fs. 719/vta.; art. 1113,
segundo párrafo, segunda parte, Cód. Civil).
Si bien, frente a tal evaluación, ha sido
alegada la existencia de una causal caracterizante de la
doctrina del absurdo en la valoración de la prueba (fs. 844
vta./
847),
extremo,
la
recurrente
resultando
inaplicabilidad
de
ley
no
ha
logrado
insuficiente
que
se
el
limita
a
acreditar
tal
recurso
de
denunciar
su
existencia,
sin
demos-trarlo
acabadamente
(conf.
Ac.
78.602, sent. del 3-III-2004; C. 91.609, sent. del 13-XII2006; entre muchas otras).
En
efecto,
el
recurrente
-más
allá
de
achacar la culpa del mismo conductor del Peugeot modelo
504,
por
tránsito
su
propia
(que
impericia
denuncia
cuáles,
y
violación
fs.
843
de
normas
vta.)-
no
de
logra
conmover la principal conclusión del sentenciante sobre la
cual basó su reproche (vgr. la debida señalización y la
omisión
de
remover
el
obstáculo
del
tránsito
entre
el
momento en que se produjo el desperfecto del camión y el
accidente; arts. 279, C.P.C.C.; 512, 901, 902 y concs.,
Cód. Civil; fs. 723 vta.).
Así,
extraordinario
palmario
de
desvío
deviene
insuficiente
inaplicabilidad
de
los
de
fundamentos
ley
el
que
recurso
denota
brindados
por
un
el
sentenciante y deja subsistente la motivación principal del
fallo (art. 279 C.P.C.C. y su doctrina).
Por demás, no se logra demostrar el vicio de
absurdo
personal
si
y
el
interesado
particular
se
ha
limitado
punto
de
vista
a
en
exponer
orden
a
un
la
apreciación de los hechos y constancias de la causa, en
especial respecto de la prueba testimonial y documental,
evidenciando
su
intención
de
disputarle
al
juzgador
de
mérito la facultad privativa de hacerlo otorgada por la ley
de rito, de lo cual resulta ineficaz por sí solo para
acreditar
el
error
grave,
grosero
y
manifiesto
que
constituye el absurdo.
En efecto, la minuciosa ponderación de los
elementos
de
juicio
efectuada
por
el
tribunal
a
quo,
conjugando las normas aplicables al caso y su doctrina con
las circunstancias particulares del caso, ya descriptas en
la breve reseña de los antecedentes, no permiten calificar
de ese modo a las razones expuestas por los sentenciantes
(fs. 719/723; arts. 34 inc. 4, 163 incs. 3 y 5, 266 y 384,
C.P.C.C.; 1113, 2do. párr. 2da. parte, Cód. Civil).
Al respecto esta Corte tiene dicho que es
facultad
de
los
jueces
de
las
instancias
de
mérito
seleccionar el material probatorio, dando preeminencia a
unas pruebas respecto de otras, y dicho ejercicio, por sí
solo, no constituye un supuesto de absurdo. Es necesario
demostrar que en dicha elección medió "un error grave y
manifiesto", el que no se evidencia por la mera exposición
de
un
criterio
discordante
(arts.
384
y
456,
C.P.C.C.;
conf. Ac. 87.878, sent. del 2-III-2005; Ac. 90.783, sent.
del 15-III-2006; C. 93.244, sent. del 14-II-2007).
VI.
Por
todo
lo
expuesto,
oído
el
señor
Subprocurador General, voto por la negativa.
Costas
C.P.C.C.).
al
recurrente
(art.
289
del
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor de Lázzari dijo:
En atención al contenido del voto del doctor
Pettigiani
que
me
precede,
doy
por
reproducidos
los
antecedentes de hecho así como también las apreciaciones
sobre
el
estado
doctrinario
y
jurisprudencial,
en
particular de la Corte Suprema de la Nación, de la materia
sometida aquí a juzgamiento. El exhaustivo tratamiento que
al respecto ha efectuado el referido colega me exime de
ulteriores desarrollos.
También
sobre
la
aplicación
del
retroactividad,
ya
ocurrencia
hecho
del
comparto
que
art.
no
la
40
estaba
dañoso.
No
objeción
de
la
ley
vigente
al
obstante
mencionada
24.240
momento
ello,
ante
con
de
la
situación fáctica que se presenta -obstrucción, a través de
la detención de un camión que permanece inerte durante un
prolongado
tiempo
en
el
carril
de
paso
de
una
vía
concesionada- el plexo normativo previsto en la ya citada
ley, permite interpretar que los deberes exigibles a la
concesionaria,
en
lo
que
respecta
a
la
observación
permanente sobre la ruta para evitar accidentes, era una
función ínsita a la prestación del servicio en condiciones
previsibles o normales para que no presente peligro alguno
para la salud o integridad de los usuarios.
Solamente me cabe agregar, por el impacto de
la definición de este tema sobre pleitos posteriores, que
suscribo la posición que en definitiva fue receptada por el
alto Tribunal (conf. causa C. 79.549, sent. del 22-XII2008), conforme a la cual el vínculo que se establece entre
el concesionario de las rutas y los usuarios de la misma
constituye una típica relación de consumo (arts. 33 y 42,
Constitución nacional; ley 24.240; C.S.J.N., sent. del 7XI-2006, "Pereyra de Bianchi, Isabel c/Provincia de Buenos
Aires y otra", Jurisprudencia Argentina, 2007-I, fascículo
11, p. 14 y sigtes.).
Finalmente, considero que el embate dirigido
contra la sentencia en lo que respecta a la base fáctica de
la
pretensión,
no
puede
prosperar
por
ser
materia
-por
regla- ajena a la casación, al no haber quedado demostrada
la presencia de absurdo, tal como se expusiera en el voto
precedente (art. 279, C.P.C.C.).
Por lo expuesto, con el alcance indicado,
adhiero al voto del doctor Pettigiani, proponiendo imponer
también
las
costas
al
recurrente
por
su
condición
de
vencido (arts. 68 y 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor Negri dijo:
Adhiero
a
la
solución
propuesta
por
los
colegas que me preceden en la votación sobre los siguientes
argumentos que seguidamente expongo.
I. La Cámara revocó la sentencia de primera
instancia que había rechazado la demanda deducida de daños
y perjuicios.
Contra tal decisión la codemandada "Camino
del Atlántico S.A.C.V." interpuso recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley por el que denuncia la infracción de
los arts. 512, 901, 1111 y 1113 del Código Civil; 102 de la
ley 11.430; 163 incs. 5 y 6, 164, 260, 272, 375, 384, 474
del Código Procesal Civil y Comercial; la ley 24.240; 27 y
31
de
la
Constitución
nacional
y
de
la
doctrina
legal
emanada de este Tribunal, siendo que no se ha cumplido con
la exigencia de demostrar el nexo causal para imputarle la
responsabilidad que le ha sido atribuida.
II. 1) El tribunal a quo para arribar a su
decisión sostuvo que el deficiente sistema de balizamiento
efectuado por la empresa concesionaria y el tiempo excesivo
que demoró en asistir el camión averiado a fin de que aquél
dejara
de
resultaron
"obstruir"
la
libre
elementos
suficientes
y
normal
a
los
circulación,
efectos
de
atribuirle un 30% de responsabilidad en las consecuencias
derivadas del accidente.
2) No advierto acreditadas en la sentencia
impugnada
las
denuncias
efectuadas
por
el
recurrente,
siendo que no constituye absurdo la apreciación opinable,
discutible u objetable, porque se requiere algo más, el
vicio
lógico
del
razonamiento
o
la
grosera
desinterpretación material de alguna prueba. Situación que
lejos esta de evidenciarse en la especie.
3) Esta Corte ha afirmado, que la teoría de
la
concesión
de
servicio
público
se
asienta
sobre
el
presupuesto de la existencia de tres sujetos diferenciados:
a) el Estado, al que supone titular del mismo y tutor del
bien común; b) el usuario, a quien por su carácter general
y con frecuencia débil, el Estado debe proteger y c) el
concesionario
a
quien
el
Estado
autoriza
a
prestar
el
servicio con arreglo a determinadas condiciones que eviten
el abuso en detrimento del usuario (conf. causa C. 79.549,
sent. del 22-XII-2008).
De ello se infiere que el vínculo que une al
Estado
concedente
y
a
la
empresa
concesionaria
es
de
carácter contractual y propio del derecho público, y que el
contrato
que
los
liga
prevé
estipulaciones
a
favor
de
terceras personas, los usuarios.
En
viales,
estos
el
caso
terceros
particular
usuarios
de
aceptan
las
concesiones
facultativamente
los beneficios de la concesión, eligen la utilización del
servicio
y
asumen
la
obligación
de
abonar
que
la
el
peaje
establecido por contrato.
Así
entonces,
surge
participación
activa
de
relación
los
usuarios
contractual,
considerarse
de
terceros
permite
partes
resarcimiento
como
decidir
legitimadas
los
daños
favorecidos
que
que
para
hubieren
de
éstos
deben
reclamar
sufrido
la
en
el
los
caminos concesionados y que guarden relación adecuada de
causalidad con el incumplimiento del contrato a cargo de la
concesionaria, ello conforme lo normado en el art. 504 del
Código Civil, que reconoce a los terceros beneficiarios
como titulares de un derecho de crédito propio para exigir
las prestaciones convenidas a su favor.
En mi opinión y como dijera en causas L.
35.562, (sent. del 22-III-1998) y L. 42.689 (sent. del 22VIII-1989), el carácter público de la concesión no impide
que en ella se inserten cláusulas que remitan al derecho
común
a
los
afectados
fines
y
que
de
no
reglar
definen
la
a
situación
una
relación
de
terceros
de
índole
administrativa.
Por
entre
los
usuarios
ello
de
corresponde
subsumir
los
concesionados
caminos
la
relación
por
el
sistema de peaje y las empresas concesionarias prestadoras
del servicio, en los términos de la Ley de Defensa del
Consumidor (ley 24.240) y juzgar que la responsabilidad de
las
empresas
atribución
concesionarias
objetivo,
cuyo
surge
de
fundamento
un
factor
radica
en
de
la
obligación contractual de garantizar la seguridad de la
circulación
por
parte
de
los
usuarios
en
condiciones
normales, suprimiendo cualquier causa que origine molestias
o inconvenientes al tránsito o que represente peligrosidad
para los usuarios (conf. mi voto en Ac. 82.395, sent. del
14-XII-2005).
Así, la conducta deficiente por parte de la
empresa concesionaria en tal sentido, es la que ha sido
evaluada
empresa
por
el
procedió
tribunal
a
un
a
quo
quien
inadecuado
ponderó,
balizamiento,
que
que
la
fue
excesivo el tiempo en asistir al camión que obstruía la
libre circulación y la falta de equipo necesario para tal
finalidad,
concluyendo
que
tales
circunstancias
contribuyeron a la producción y consecuencias del evento
dañoso.
Así la falta de diligencias apropiadas que
hacen
al
objeto
de
la
concesión
y
que
actualmente
se
encuentran reconocidas por la doctrina como factibles de
ser
realizadas
seguridad
del
para
ejercer
tránsito,
ha
un
adecuado
generado
la
control
en
la
responsabilidad
atribuida.
Voto por la negativa.
A
la
cuestión
planteada,
la
señora
Jueza
doctora Kogan dijo:
He
de
adherir
colega doctor de Lázzari.
al
voto
de
mi
distinguido
Sólo
cabe
agregar
respecto
a
la
responsabilidad de las concesionarias viales, que tal como
sostuve al votar en las causas C. 79.549 ("Castro", sent.
del 22-XII-2008) y C. 99.668 ("Bissio de Vigil", sent. del
22-IV-2009), suscribo la posición receptada por el alto
Tribunal -en su actual composición- conforme a la cual el
vínculo
que
se
establece
entre
el
concesionario
de
las
rutas y los usuarios de las mismas constituye una típica
relación de consumo (causa B.606.XXVI, "Pereyra de Bianchi,
Isabel
c/Provincia
de
Buenos
Aires
y
otra",
sent.
del
7-IX-2006).
En consecuencia voto por la negativa.
A
la
cuestión
planteada,
el
señor
Juez
doctor Hitters dijo:
Adhiero al voto de mi distinguido colega, el
doctor de Lázzari, remitiendo, en cuanto al encuadre de la
responsabilidad de las concesionarias viales por los daños
producidos por animales sueltos en las rutas concesionadas,
a lo expresado en la causa C. 79.549 ("Castro", sent. del
22-XII-2008).
En cuanto a las costas procesales, discrepo
con la solución propiciada por el Ministro a quien sigo en
el fondo, ya que entiendo que corresponde distribuirlas en
el
orden
causado,
en
atención
a
los
notables
vaivenes
jurisprudenciales que sobre la materia se han presentado
(incluso en el seno de la Corte Suprema de la Nación), que
demuestran que nos hallamos ante especiales dificultades
interpretativas que han dado razón suficiente a la quejosa
para litigar (art. 68, 2° parte, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
El señor Juez doctor Genoud, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votó también
por la negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
de
conformidad
General,
se
con
lo
rechaza
dictaminado
el
por
recurso
el
Subprocurador
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley; con costas al vencido (arts. 68 y
289, C.P.C.C.).
El depósito previo de $ 7.877,40, efectuado
a fs. 854, queda perdido para el recurrente (art. 294, Cód.
cit.), debiendo el tribunal dar cumplimiento a lo dispuesto
por los arts. 6 y 7 de la Resolución 425/2002 (texto Resol.
870/2002).
Notifíquese y devuélvase.
LUIS ESTEBAN GENOUD
HILDA KOGAN
HECTOR NEGRI
EDUARDO JULIO PETTIGIANIEDUARDO NESTOR DE LAZZARI
JUAN CARLOS HITTERS
CARLOS E. CAMPS
Secretario
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