Dictamen de la Procuración General: La Sala Primera de la Cámara Segunda de Departamento Apelación Judicial en de lo La Civil Plata y revocó Comercial la del sentencia apelada que, a su turno, desestimó la demanda que por daños y perjuicios promoviera C. R. H.A. , por sí y en representación de su hija V. L. S. en virtud del accidente de tránsito que le costara la vida al Sr. E. F.S. , cónyuge y padre -respectivamente- de aquéllas, contra Diego Sebastián Celdane, Rosa M. Segovia, Eustaquio Juan Celdane y “Camino del Atlántico SACV”; la que acogió atribuyendo a los primeros el 50% de la responsabilidad en la producción del evento dañoso y en un 30% a la segunda -fs. 715/731 y su aclaratoria de fs. 737/738-. Contra resolver, recurso la concesionaria extraordinario de vial dicha -por forma apoderado- inaplicabilidad de de dedujo ley -fs. 830/853 vta.- por cuyo intermedio denuncia la violación y errónea aplicación de los arts. 512, 901, 906, 1111, 1113 y ccs del Código Civil; 102 de la Ley 11430 y su reglamentación; 163 incs. 5º y 6º, 164, 260, 272, 375, 384, 474 y ccs del Código de rito local; Ley 24240; 27 y 31 de la Constitución provincial y 14 y 17 de su par nacional; y de la doctrina legal que cita. Básicamente cuestiona: 1 - Que no quedó acreditado, por quien tenía la carga, que existió el respectivo nexo causal, en cuyo devenir resulta descalificable el dispositivo sentencial que impone a su parte el deber de probar algo que no le correspondía (arts. 1109, 1111 y 1113 del CC y 375 del CPCC). Debió, prosigue, hacerle cargar a la actora con las consecuencias de su omisión, es decir, de la falta de demostración de la efectiva existencia del nexo causal. Sobre considera dogmática y reñida con el las particular, constancias de la causa (conforme surge de las respuestas 5, 6 y 7 de la pericia mecánica a fs. 537), la conclusión de la Cámara referida al inadecuado balizamiento y a que el camión no fue removido en tiempo razonable, en decisión que extiende incorrectamente, a criterio del apelante, el reproche de responsabilidad endilgada a su parte más allá del juicio de probabilidad o previsibilidad adecuado por el que pueda establecerse que efectivamente el daño es la consecuencia normal y ordinaria del hecho que se imputa. Y, en ese sentido, asevera que en el caso el nexo causal se ha visto enteramente interrumpido por el actuar imperito de la víctima quien, con su conducta, según da cuenta el acta policial obrante en la causa penal a fs. 454/56 (de la que indebidamente se apartó la Alzada), como así también lo dicho por el ingeniero mecánico en su informe a fs. 536/538; provocó su propio daño en atención a la velocidad impresa a su rodado. Examen sentencial que, asimismo, tilda de parcial con escarnio del principio procesal de igualdad de partes (art. 34, inc. 5º ap. “c” del CPCC). Aduna que el accionante imputó, originariamente, a su parte en el libelo de inicio, que el siniestro de autos acaeció por falta de señalamiento, extremo no acreditado con elementos de juicio en el proceso. 2 - Arguye, además, que la sentencia dictada atenta contra las garantías de defensa en juicio y debido proceso adjetivo que consagra el art. 18 de la Constitución nacional atento que a la fecha de ocurrencia del suceso que diera motivo a la promoción de las presentes actuaciones no se encontraba vigente ni el art. 40 de la Ley 24420 (t.o. Ley 24999, por el que se establece una obligación objetiva y solidaria al prestador del 11430 servicio), ni el art. 102 de la ley y su reglamentación (por los que se extiende la responsabilidad a los concesionarios viales de la adpoción de mediadas de seguridad allí previstas), disposiciones inoponibles a su parte en los términos del art. 3 del Código Civil. Del mismo modo, y respecto de la decisión de la Cámara de encuadrar a la relación de las partes como de consumo, atribuye demasía decisoria al subrayar que se introduce una solución a la causa que nunca fue alegada o controvertida por las partes sometidas al proceso; como así adoptado por el también a quo contradicción en orden a en los el criterio regímenes de responsabilidad: contractual y extracontractual a la fecha del siniestro. Culmina el punto sosteniendo, nuevamente, la tardía invocación e impropia aplicación del régimen de la ley 24240. 3 - Con cita de los arts. 27 y 31 de la carta provincial y 14 y 17 de su par nacional, señala el impugnante que la decisión objetada trae aparejada una valla insalvable a su actividad por cuanto al extender los límites legales de aquello mas alla de los términos en los que había sido acordada la concesión, la tornan sumamente gravosa haciéndole asumir costos que no estaban previstos contractualmente. Implica, a su vez, una intromisión no tolerada por el régimen republicado de gobierno que la Justicia le exija, por sobre el contrato celebrado con económicamente aquél no pone el por en Poder Administrador, accidentes como su carga cabeza el de alguna responder autos, cuando tendiente a realizar auxilios mecánicos con grúas u otros equipos y menos aún para remover grandes y pesados camiones. Concluye, finalmente, que el contrato de concesión de obra pública por peaje integrado a estas actuaciones impone a su parte el cumplimiento de las obligaciones referentes al mantenimiento, reconstrucción y conservación de las obras existentes así como el cumplimiento genérico del deber de seguridad para los que transitan por la ruta, pero sólo puede estar referido a las mediadas necesarias y razonables en relación obligaciones y medios apropiados, tendientes a evitar que se produzcan accidentes cuya causa radique en algo inherente e intrínseco a la ruta en sí misma y que forma parte de las tareas de ejecución de obras en la ruta. A pesar del esfuerzo desplegado por la parte en recurso, estimo que el mismo no debe prosperar. Sin perjuicio de la denuncia de violación normativa efectuada, obvio resulta concluir que lo que verdaderamente nutre la queja extraordinaria es la disconformidad del recurrente con el criterio sustentado por los camaristas responsabilidad dirigiendo en para el endilgarle hecho -principalmente- su generador ataque una de contra cuota de la litis, las reglas sobre la carga de la prueba respecto de las causales de exoneración que, a su ver, no fueron ponderadas por la Alzada. Al respecto forzoso resulta invocar inveterada doctrina de ese Alto Cuerpo, que estimo de estricta aplicación al caso, por la que se establece que "Tanto dañoso, la atribución como la cuota de que responsabilidad le cupo a en cada un uno evento de los protagonistas del mismo, constituye -como quiera que se trate del análisis de circunstancias- una típica cuestión de hecho ajena a la instancia extraordinaria, en tanto no se demuestre quebrantamiento de las reglas de la apreciación de la prueba en grado de absurdo" (conf. causas Ac.81.032, sent. del 4-XII-2002; Ac.79.936, sent. del 23IV-2003; Ac.84.317, sent. del 18-II-2004; e.o.). Déficit que, si bien viene denunciado en el escrito de protesta, no se consuma con la crítica ensayada, la que -como ya lo anticipara- no pasa de ser una exposición deshilvanada y discordante de los argumentos del sentenciante que lejos está de sortear el valladar que impone el art. 279 del Código de rito local (conf. Ac. 38.765, sent. del 16-V1989; Ac. 44.854, sent. del 16-XI-1993; e.o.). Es que de conformidad con la profusa doctrina sentada por V.E. al respecto, el absurdo no queda configurado aún cuando el criterio de los sentenciantes pudiera ser calificado de objetable, discutible o poco convincente porque se requiere algo mas; esto es, precisamente el error grave, grosero y manifiesto que conduzca a conclusiones inconciliables con las constancias objetivas de la causa (conf. causas Ac. 64.420, sent. del 1-XII-1999; Ac. 77.310, sent. del 2-X2002; Ac. 91.558, circunstancias que sent. no se del advierten 24-V-2006; e.o.), configuradas en la especie. En efecto. El Tribunal de segundo grado, a los fines de achacar responsabilidad a la empresa codemandada, concluyó que la concesionaria del mantenimiento de la ruta contribuyó en la producción del evento dañoso “...por carecer del sistema adecuado de iluminación de las cosas que obstaban la seguridad del tránsito (pericia fs. 337 vta., punto engendrado 3º); en y por tiempo no haber razonable removido (arts. el obstáculo 384, 474, C. Procesal)...” -v. fs. 720 vta.-, resaltando seguidamente, que el contrato que la une con el Estado “...no obsta a que se juzgue ajeno al examen de la responsabilidad objetiva que tiene la empresa demandada con los usuarios (arts. 1113, 2º apart., in fine, C. Civil, 102 ley 11430, 164 y 384 C. Procesal)...”. Pues bien, todas las argumentaciones vertidas por la firma codemandada no pasan de ser su debatida que juzgador de personal no interpretación rebate origen, idóneamente limitándose a sobre los la cuestión fundamentos paralelar su del opinión discrepante con el fallo en crisis, sin hacerse cargo de las concretas razones que sustentan al mismo y de la prueba que la avala, reiterando los reparos esgrimidos en la contestación de agravios como los referidos por ejemplo al balizamiento, a la velocidad del rodado conducido por la víctima, a la falta de prueba del nexo causal; y contradiciéndose en otras parcelas de ésta, tal, el caso del argüído cumplimiento de su parte del deber de seguridad que edicta el art. 102 de la Ley 11430 y su reglamento; agravios éstos cuyo tratamiento, por lo ya dicho, se torna innecesario (conf. S.C.B.A., causas Ac. 58.556, sent. del 17-II-1998 y Ac. 87.454, sent. del 20-IV-2005; e.o.), como así también lo es la cuestionada aplicación de la ley 24.240 (conf. S.C.B.A., causa Ac. 81.941, sent. del 3-III2004; e.o.) y constitucionales el y alegado legales quebranto (conf. de S.C.B.A., garantías causa Ac. 86.835, sent. del 9-VIII-2006; e.o.). Sentado ello diré, para satisfacción del presentante que si bien la Corte Federal, en coincidencia con la tesis recursiva -al menos en este aspecto-, ha dejado establecido que la obligación del ente concesionario de facilitar la circulación por el camino en condiciones de absoluta normalidad, suprimiendo las causas que originen las molestias, inconvenientes o peligrosidad para los usuarios de la ruta concesionada debe ser interpretada en el contexto de las obligaciones propias del concesionario, esto es, las vinculadas a la remodelación, conservación, mantenimiento y explotación del camino (conf. CS en causas “Colavita, Salvador y otro c/Pcia. de Buenos Aires y otros s/Daños y Perjuicios”, sent. del 7-III-2000 y “Bertinat, Pablo J. y otros c/Pcia. de Buenos Aires y otros s/ Daños criterio y no Perjuicios”, puede ser sent. llevado del al 7-III-2000), extremo de dicho dejar sin reproche de responsabilidad al concesionario vial si -como ocurre en el caso- los elementos arrimados a la causa demuestran que aquél, con su conducta -omisión- contribuyó a la producción del siniestro. Y, si el camión quedó parado en la ruta a las 19 hs., siendo que el accidente ocurrió a la medianoche, el juicio de probabilidad determinante de la conexión causal que denuncia preterido por los magistrados sentenciantes se da de bruces con la afirmación efectuada por aquellos respecto del tiempo transcurrido sin haber removido el grave obstáculo que para la normal circulación por el camino representaba la detención de aquél sobre la cinta asfáltica (conf. doct. art. 514 del C. Civil y contrato de concesión de fs. 25/35 invocado por la Cámara a fs. 721 in fine). Estimo que lo expuesto es suficiente para propiciar ante V.E. el rechazo del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley que dejo así examinado. Tal es mi dictamen. La Plata, 12 de julio de 2007 - Juan Angel De Oliveira A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 30 de marzo de 2010, habiéndose dispuesto siguiente Lázzari, en el orden Negri, establecido, Acuerdo de 2078, de que votación: Kogan, conformidad deberá doctores Hitters, Genoud, con observarse Pettigiani, se reúnen lo el de los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 97.543, "A. d.S. , C. R. H. contra Celdane, Diego S. y otros. Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S La Sala I de la Cámara Segunda de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de La Plata revocó la sentencia de primera instancia que había rechazado la demanda de daños y perjuicios deducida por C. R. H. A. por sí y en representación de su hija V. L. S. contra Diego Sebastián Celdane, Rosa Mari Segovia, Eustorgio Juan Celdane y "Camino del Atlántico S.A.C.V." (fs. 715/731 y 737/738). Se interpuso, por la codemandada "Camino del Atlántico S.A.C.V.", recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 830/853 vta.). Oído el señor Subprocurador General, dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I O N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I O N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: I. sentencia de La Cámara primera de instancia Apelación que había revocó la rechazado la demanda de daños y perjuicios deducida por C. R. H. A. por sí y en representación de su hija V. L. S. contra Diego Sebastián Celdane, Rosa Mari Segovia, Eustorgio Juan Celdane y "Camino del Atlántico S.A.C.V." (fs. 715/731 y 737/738). Para fundamentalmente, así que la decidir concesionaria consideró, demandada resulta responsable -en un 30%- de las consecuencias derivadas del accidente de tránsito ocurrido en la ruta por el "inadecuado balizamiento" realizado por el personal de la empresa vial en el lugar donde el camión de los codemandados Celdane y Segovia quedara "enclavado" (se le habían desprendido las dos ruedas traseras derechas y había quedado ocupando parte de la ruta y de la banquina). Correlacionado ello con el largo lapso transcurrido desde el momento ocurrió en que (alrededor removido el el de rodado cinco obstáculo que se rompió horas), sin existía en y el que el siniestro se hubiera camino (fs. 719/vta.; art. 1113, segundo párrafo, segunda parte, Cód. Civil). En este sentido apuntó que el hecho que un mecánico de la concesionaria hubiese colocado tres latas, que contenían pasto seco y trapos viejos encendidos con gas oil, no superan el riesgo creado subsistente, a fin de exonerase adecuado de de responsabilidad, iluminación de por las carecer cosas del que sistema obstaban la seguridad del tránsito (fs. 719 vta. y 720 vta.; art. 1113, cit.). II. "Camino del extraordinario Contra Atlántico de esta decisión, S.A.C.V." inaplicabilidad de la codemandada interpuso ley (fs. recurso 830/853 vta.), por el que denuncia la infracción de los arts. 512, 901, 906, 1111 y 1113 del Código Civil; 102 de la ley 11.430; 163 incs. 5 y 6, 164, 260, 272, 375, 384 y 474 del Código Procesal Civil y Comercial; la ley 24.240; 27 y 31 de la Constitución nacional y de la doctrina legal emanada de este Tribunal (fs. 841). En síntesis, alega que la sentencia impugnada deviene descalificable como acto jurisdiccional puesto que impone el deber de probar algo cuya carga no pesaba sobre su parte, sino sobre la actora. No obstante ello, asevera que no se ha cumplido con la exigencia de demostrar el nexo causal para imputarle la responsabilidad que le ha sido atribuida. Aduce que la Cámara ha torcido el rumbo de las cosas. El conductor del rodado embistente sufrió el daño a causa de su obrar imperito y por haber violado las normas específicas aplicables al caso, las que interrumpen la relación de causalidad respecto de la responsabilidad imputada a su mandante. Desde valoración de la otro prueba lado, pericial arguye la absurda y química- -mecánica instrumental -causa penal- y documental. Así, policial respecto velocidad documental, del hace alusión al la ubicación de a automóvil trae a luz mérito embistente. las del las balizas En cuanto obligaciones asumidas acta y la a la en el contrato de concesión. Expone irretroactividad de luego la ley la (art. doctrina 3, Cód. de Civil) la con relación a la aplicación de los arts. 102 del Código de Tránsito y 40 de la Ley de Defensa del Consumidor, dado que tales normas no se encontraban vigentes al momento de acaecer el accidente. Sin perjuicio de ello, suponiendo que el factor de atribución fuera de índole objetiva fundada en la relación existente entre la empresa con los usuarios, entiende que la conclusión arribada en este aspecto resulta desacertada y contraria a derecho. Sostiene que el enfoque de la cuestión debe ser efectuado a partir del contrato atípico celebrado entre el usuario y el concesionario, que se configuraría con el pago de la tarifa de peaje, estando la responsabilidad de aquél sujeta a las disposiciones de los arts. 512, 519, 520 y concordantes del Código Civil. En este punto también aduce la violación del principio de congruencia, pues, a su juicio, ninguna de las partes ha planteado la aplicación de la ley 24.240. Por garantías último, invoca constitucionales: la propiedad y afectación de ejercicio de industria lícita. III. El recurso no puede prosperar. 1. La cuestión relativa a la responsabilidad civil que padecidos cabe por concesionadas al concesionario vehículos -en este vial ingresados caso a producto por accidentes las carreteras de deficiente balizamiento- ha sido ya analizada por el suscripto. Luego, más allá de la opinión expresada anteriormente (C. 79.549, sent. del 22-XII-2008), que dejo a salvo, teniendo en cuenta lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en autos "Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra c/Provincia de Buenos Aires y otros s/ Daños y Perjuicios" (sent. del 7-XI-2006), y la innegable gravitación que -más allá de lo que pueda sostenerse sobre la eventual aptitud vinculatoria- cabe reconocerle en todo caso atento su ubicación en la cúspide del ordenamiento judicial (arts. 5, 108, 123, 127, Const. nacional), razones de celeridad y economía procesal me llevan a adoptar el criterio allí abrazado y en consecuencia, a procurar llevar adelante el encuadre jurídico del caso en la forma propuesta por el alto Tribunal. De este modo, ha dicho el Tribunal cimero que el vínculo que se establece entre el concesionario de las rutas y los usuarios de las mismas debe ser calificado como una relación de consumo en el derecho vigente, a la luz de lo prescripto por la ley 24.240 y modificatorias (C.S.J.N., in re "Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra c/Provincia de Buenos Aires y otros s/Daños y perjuicios", sent. del 7-XI-2006, Consid. 3°). En autos, habiendo ocurrido el siniestro, conforme las constancias obrantes en la causa, el 11 de diciembre de 1993, se impone reconocer al vínculo jurídico habido entre el automovilista y el concesionario vial como una relación de consumo. Ubicados desde ese mirador, cabe concluir que "el servicio debe ser suministrado en forma que, utilizado en condiciones normales y previsibles, no presente peligro para la salud e integridad de consumidores y usuarios, lo que comprende supuestos de responsabilidad objetiva por riesgo o vicio del servicio (arts. 5, 6, 40 Y concs., ley 24.240) pero no descarta, incluso, supuestos de responsabilidad fundados en la culpa subjetiva (arts. 512, 1109, 1074 y concs., Cód. Civil). Calificados doctrinarios han adherido, LORENZETTI, con Ricardo matices, L., a esta interpretación 'Concesionarios viales. (Cf. ¿En qué casos hay responsabilidad'?, Revista de Derecho de Daños N°. 3, p. 157, cit. y 'La Corte Federal fija su posición en la responsabilidad por accidentes de tránsito ocurridos por la colisión en rutas con animales', RCyS, 2000-39 y LORENZETTI, Ricardo L., 'Consumidores', p. 114, N° 6 Y 487 N° XIII, Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2003; MOSSET ITURRASPE, Jorge, 'Defensa del Consumidor, p. 20, RubinzalCulzoni, Santa Fe, 2003; GORDILLO, Agustín, 'Tratado de Derecho Administrativo. La defensa del usuario y del administrado' cit. t. 2, 4 ed., p. XX-14; IRMAHORN, Analía, 'Responsabilidad de los concesionarios de un corredor vial ante los accidentes sufridos por los usuarios ... .', LLC, 1999-1105; HISE, Mónica y ROSSELLO, Gabriela, 'Peaje', JA, 2000-IV-1110; RINESSI, Antonio J., 'La desprotección de los usuarios viales' en Revista de Derecho de Daños N°. 3, p. 111; auto usuario', peaje', cit. LA DJ, 'El LEY, servicio público 1995-E-1148; 1998-3-437)" y auto (Galdós, la cit. Jorge defensa del 'Contrato de Mario "Peaje, relación de consumo y animales sueltos. Otro trascendente fallo", La Ley, 2004-C-919). Si bien no es posible la aplicación al caso de autos del art. 40 de la ley 24.240 -disposición legal que recepta la responsabilidad objetiva y solidaria de todo aquél que haya participado en la producción del producto o dación del servicio- ya que el precepto de marras entró en vigor a los 8 días de la publicación de la ley 24.999, que se efectivizó en el Boletín Oficial del 30-VII-1997, pues dicha norma había sido vetada por el Poder Ejecutivo nacional mediante el dictado del decreto 2089/1993 (el 13X-1993) luego de sancionada la Ley de Defensa del Consumidor 24.240 (22-IX-1993), por lo que su aplicación en la especie implicaría lisa y llanamente la trasgresión del art. 3 del Código Civil, afectando de ese modo derechos adquiridos; sin embargo, cabe sostener que el concesionario no asume una obligación de dar el uso y goce de una cosa, sino de prestar un servicio (C.S.J.N., in re "Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra c/Provincia de Buenos Aires y otros s/Daños y perjuicios", sent. del 7-XI-2006, Consid. 4°), en forma condiciones tal que previsibles utilizado o normales por no el consumidor presente en peligro alguno para 24.240), su en salud tanto o que integridad cuando la física (art. utilización 5, de ley dicho servicio pueda suponer un riesgo para la salud o integridad física del mismo, debe prestarse observando los mecanismos, instrucciones y normas establecidas o razonables para garantizar su seguridad (art. 6, ley 24.240). Véase aquí la concretización de un deber de seguridad, de origen legal e integrado a la relación de consumo, que obliga al concesionario a la adopción de medidas de prevención adecuadas a los concretos riesgos existentes en la ruta concesionada, en tanto resulten previsibles. 2. Lo expuesto no obsta, sin embargo, para efectuar el adecuado encuadre del factor de imputación o atribución de responsabilidad a la luz analizarse la antijuridicidad endilgada del al cual ha de concesionario vial en autos, que fuera materia adicional de agravio por el recurrente. En efecto, el tribunal a quo atribuyó responsabilidad al concesionario vial con fundamento en el incumplimiento de la obligación de seguridad, derivada del contrato de concesión usuario, consistente contralor del como en el funcionamiento estipulación adecuado de la a favor mantenimiento ruta, adoptando del y los recaudos necesarios para asegurar el tránsito en ella y removiendo las causas que pudieran producir daño para la circulación de los usuarios; obligación que fue calificada como de indemnidad, de resultado, con relación a la circulación en la red vial a su cargo; si bien aceptándose que la concesionaria sólo podía exonerarse acreditando que fueron adoptadas las diligencias necesarias y útiles para evitar tales perjuicios, de modo que mayores resguardos que los tomados habrían tornado antieconómica la explotación; extremos -estos últimos- que merced al análisis de las probanzas recabadas en autos, no encontró demostrados. Si bien liminarmente cabe apartarse de las conclusiones que la Cámara extrae del análisis de las normas legales y estipulaciones obrantes en el Pliego de Especificaciones Reglamento de Legales, Explotación, Contrato pues no de surge Concesión de ninguna y de ellas que la demandada (concesionaria de peaje) hubiese asumido expresas obligaciones vinculadas con el hecho que motiva la presente acción, circunstancia que se confirma cuando se repara que el juzgador no hizo referencia a norma o cláusula específica que estableciera el alcance otorgado a la mentada obligación de seguridad; corresponde reconocer -no obstante- el genérico deber de seguridad que obligaba al concesionario a la adopción de medidas de seguridad y prevención adecuadas frente a los riesgos previsibles de la ruta (conf. C.S.J.N., in re "Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra c/Provincia perjuicios", de sent. Buenos del Aires y 7-XI-2006, otros s/Danos Consid. 5°), y con fundamento en las previsiones contenidas en los arts. 5 y 6 de la ley 24.240, por lo que más allá del correcto encuadre jurídico de la cuestión, la falta de demostración de las diligencias adoptadas por la concesionaria vial para evitar hechos como el de autos (fs. 455) se mantiene como fundamento determinante de la imputación de responsabilidad efectuada por la alzada, sin que tampoco -por lo expuestopuedan ser de recibo los agravios del recurrente dirigidos a cuestionar las conclusiones del decisorio, sobre la carga probatoria que a su respecto pesaba (doctr. arts. 5 y 6, ley 24.240). Ya sobre ese tópico, el tribunal a quo concluyó que ninguna acción probatoria había encarado la concesionaria, tendiente a acreditar las medidas preventivas de seguridad adoptadas frente a tales concretos riesgos de la circulación. 3. En cuanto al mérito de la prueba, coincido con el resto de las apreciaciones que la alzada extrae del exámen de las actuaciones sumariales y del informe pericial del ingeniero químico (fs. 719 vta./720; arts. 384, 385, 457 y 474, C.P.C.C.), las que encuadran en lo establecido en el art. IV.3 del Reglamento del contrato de concesión vial (fs. 36 vta. dentro del cuerpo 1ro.; arts. 1197 y 1198, Cód. Civil) y en el genérico deber de seguridad antes aludido, que obliga al concesionario a la adopción de medidas de seguridad y prevención adecuadas frente a los riesgos previsibles de la ruta (doct. art. 1198, Cód. Civil; conf. C.S.J.N., in re "Bianchi, Isabel del Carmen Pereyra c/Provincia de Buenos Aires y otros. Daños y perjuicios", cit., consid. 5). Así, en autos la Cámara señaló que hubo un "... inadecuado quedara balizamiento 'enclavado' del parcialmente lugar en donde el ruta y la camión en la banquina, realizado por el personal de la 'Empresa Camino del Atlántico S.A.V.C.', y que debe correlacionarse con el largo lapso transcurrido desde el momento en que el accidente ocurrió -alrededor de las 19 horas- y con la circunstancia, que hasta la medianoche de ese día del accidente, no se había removido el obstáculo que existía en la ruta ... también pone en evidencia la responsabilidad de la aludida empresa concesionaria" (fs. 719/vta.; art. 1113, segundo párrafo, segunda parte, Cód. Civil). Si bien, frente a tal evaluación, ha sido alegada la existencia de una causal caracterizante de la doctrina del absurdo en la valoración de la prueba (fs. 844 vta./ 847), extremo, la recurrente resultando inaplicabilidad de ley no ha logrado insuficiente que se el limita a acreditar tal recurso de denunciar su existencia, sin demos-trarlo acabadamente (conf. Ac. 78.602, sent. del 3-III-2004; C. 91.609, sent. del 13-XII2006; entre muchas otras). En efecto, el recurrente -más allá de achacar la culpa del mismo conductor del Peugeot modelo 504, por tránsito su propia (que impericia denuncia cuáles, y violación fs. 843 de normas vta.)- no de logra conmover la principal conclusión del sentenciante sobre la cual basó su reproche (vgr. la debida señalización y la omisión de remover el obstáculo del tránsito entre el momento en que se produjo el desperfecto del camión y el accidente; arts. 279, C.P.C.C.; 512, 901, 902 y concs., Cód. Civil; fs. 723 vta.). Así, extraordinario palmario de desvío deviene insuficiente inaplicabilidad de los de fundamentos ley el que recurso denota brindados por un el sentenciante y deja subsistente la motivación principal del fallo (art. 279 C.P.C.C. y su doctrina). Por demás, no se logra demostrar el vicio de absurdo personal si y el interesado particular se ha limitado punto de vista a en exponer orden a un la apreciación de los hechos y constancias de la causa, en especial respecto de la prueba testimonial y documental, evidenciando su intención de disputarle al juzgador de mérito la facultad privativa de hacerlo otorgada por la ley de rito, de lo cual resulta ineficaz por sí solo para acreditar el error grave, grosero y manifiesto que constituye el absurdo. En efecto, la minuciosa ponderación de los elementos de juicio efectuada por el tribunal a quo, conjugando las normas aplicables al caso y su doctrina con las circunstancias particulares del caso, ya descriptas en la breve reseña de los antecedentes, no permiten calificar de ese modo a las razones expuestas por los sentenciantes (fs. 719/723; arts. 34 inc. 4, 163 incs. 3 y 5, 266 y 384, C.P.C.C.; 1113, 2do. párr. 2da. parte, Cód. Civil). Al respecto esta Corte tiene dicho que es facultad de los jueces de las instancias de mérito seleccionar el material probatorio, dando preeminencia a unas pruebas respecto de otras, y dicho ejercicio, por sí solo, no constituye un supuesto de absurdo. Es necesario demostrar que en dicha elección medió "un error grave y manifiesto", el que no se evidencia por la mera exposición de un criterio discordante (arts. 384 y 456, C.P.C.C.; conf. Ac. 87.878, sent. del 2-III-2005; Ac. 90.783, sent. del 15-III-2006; C. 93.244, sent. del 14-II-2007). VI. Por todo lo expuesto, oído el señor Subprocurador General, voto por la negativa. Costas C.P.C.C.). al recurrente (art. 289 del A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: En atención al contenido del voto del doctor Pettigiani que me precede, doy por reproducidos los antecedentes de hecho así como también las apreciaciones sobre el estado doctrinario y jurisprudencial, en particular de la Corte Suprema de la Nación, de la materia sometida aquí a juzgamiento. El exhaustivo tratamiento que al respecto ha efectuado el referido colega me exime de ulteriores desarrollos. También sobre la aplicación del retroactividad, ya ocurrencia hecho del comparto que art. no la 40 estaba dañoso. No objeción de la ley vigente al obstante mencionada 24.240 momento ello, ante con de la situación fáctica que se presenta -obstrucción, a través de la detención de un camión que permanece inerte durante un prolongado tiempo en el carril de paso de una vía concesionada- el plexo normativo previsto en la ya citada ley, permite interpretar que los deberes exigibles a la concesionaria, en lo que respecta a la observación permanente sobre la ruta para evitar accidentes, era una función ínsita a la prestación del servicio en condiciones previsibles o normales para que no presente peligro alguno para la salud o integridad de los usuarios. Solamente me cabe agregar, por el impacto de la definición de este tema sobre pleitos posteriores, que suscribo la posición que en definitiva fue receptada por el alto Tribunal (conf. causa C. 79.549, sent. del 22-XII2008), conforme a la cual el vínculo que se establece entre el concesionario de las rutas y los usuarios de la misma constituye una típica relación de consumo (arts. 33 y 42, Constitución nacional; ley 24.240; C.S.J.N., sent. del 7XI-2006, "Pereyra de Bianchi, Isabel c/Provincia de Buenos Aires y otra", Jurisprudencia Argentina, 2007-I, fascículo 11, p. 14 y sigtes.). Finalmente, considero que el embate dirigido contra la sentencia en lo que respecta a la base fáctica de la pretensión, no puede prosperar por ser materia -por regla- ajena a la casación, al no haber quedado demostrada la presencia de absurdo, tal como se expusiera en el voto precedente (art. 279, C.P.C.C.). Por lo expuesto, con el alcance indicado, adhiero al voto del doctor Pettigiani, proponiendo imponer también las costas al recurrente por su condición de vencido (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: Adhiero a la solución propuesta por los colegas que me preceden en la votación sobre los siguientes argumentos que seguidamente expongo. I. La Cámara revocó la sentencia de primera instancia que había rechazado la demanda deducida de daños y perjuicios. Contra tal decisión la codemandada "Camino del Atlántico S.A.C.V." interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley por el que denuncia la infracción de los arts. 512, 901, 1111 y 1113 del Código Civil; 102 de la ley 11.430; 163 incs. 5 y 6, 164, 260, 272, 375, 384, 474 del Código Procesal Civil y Comercial; la ley 24.240; 27 y 31 de la Constitución nacional y de la doctrina legal emanada de este Tribunal, siendo que no se ha cumplido con la exigencia de demostrar el nexo causal para imputarle la responsabilidad que le ha sido atribuida. II. 1) El tribunal a quo para arribar a su decisión sostuvo que el deficiente sistema de balizamiento efectuado por la empresa concesionaria y el tiempo excesivo que demoró en asistir el camión averiado a fin de que aquél dejara de resultaron "obstruir" la libre elementos suficientes y normal a los circulación, efectos de atribuirle un 30% de responsabilidad en las consecuencias derivadas del accidente. 2) No advierto acreditadas en la sentencia impugnada las denuncias efectuadas por el recurrente, siendo que no constituye absurdo la apreciación opinable, discutible u objetable, porque se requiere algo más, el vicio lógico del razonamiento o la grosera desinterpretación material de alguna prueba. Situación que lejos esta de evidenciarse en la especie. 3) Esta Corte ha afirmado, que la teoría de la concesión de servicio público se asienta sobre el presupuesto de la existencia de tres sujetos diferenciados: a) el Estado, al que supone titular del mismo y tutor del bien común; b) el usuario, a quien por su carácter general y con frecuencia débil, el Estado debe proteger y c) el concesionario a quien el Estado autoriza a prestar el servicio con arreglo a determinadas condiciones que eviten el abuso en detrimento del usuario (conf. causa C. 79.549, sent. del 22-XII-2008). De ello se infiere que el vínculo que une al Estado concedente y a la empresa concesionaria es de carácter contractual y propio del derecho público, y que el contrato que los liga prevé estipulaciones a favor de terceras personas, los usuarios. En viales, estos el caso terceros particular usuarios de aceptan las concesiones facultativamente los beneficios de la concesión, eligen la utilización del servicio y asumen la obligación de abonar que la el peaje establecido por contrato. Así entonces, surge participación activa de relación los usuarios contractual, considerarse de terceros permite partes resarcimiento como decidir legitimadas los daños favorecidos que que para hubieren de éstos deben reclamar sufrido la en el los caminos concesionados y que guarden relación adecuada de causalidad con el incumplimiento del contrato a cargo de la concesionaria, ello conforme lo normado en el art. 504 del Código Civil, que reconoce a los terceros beneficiarios como titulares de un derecho de crédito propio para exigir las prestaciones convenidas a su favor. En mi opinión y como dijera en causas L. 35.562, (sent. del 22-III-1998) y L. 42.689 (sent. del 22VIII-1989), el carácter público de la concesión no impide que en ella se inserten cláusulas que remitan al derecho común a los afectados fines y que de no reglar definen la a situación una relación de terceros de índole administrativa. Por entre los usuarios ello de corresponde subsumir los concesionados caminos la relación por el sistema de peaje y las empresas concesionarias prestadoras del servicio, en los términos de la Ley de Defensa del Consumidor (ley 24.240) y juzgar que la responsabilidad de las empresas atribución concesionarias objetivo, cuyo surge de fundamento un factor radica en de la obligación contractual de garantizar la seguridad de la circulación por parte de los usuarios en condiciones normales, suprimiendo cualquier causa que origine molestias o inconvenientes al tránsito o que represente peligrosidad para los usuarios (conf. mi voto en Ac. 82.395, sent. del 14-XII-2005). Así, la conducta deficiente por parte de la empresa concesionaria en tal sentido, es la que ha sido evaluada empresa por el procedió tribunal a un a quo quien inadecuado ponderó, balizamiento, que que la fue excesivo el tiempo en asistir al camión que obstruía la libre circulación y la falta de equipo necesario para tal finalidad, concluyendo que tales circunstancias contribuyeron a la producción y consecuencias del evento dañoso. Así la falta de diligencias apropiadas que hacen al objeto de la concesión y que actualmente se encuentran reconocidas por la doctrina como factibles de ser realizadas seguridad del para ejercer tránsito, ha un adecuado generado la control en la responsabilidad atribuida. Voto por la negativa. A la cuestión planteada, la señora Jueza doctora Kogan dijo: He de adherir colega doctor de Lázzari. al voto de mi distinguido Sólo cabe agregar respecto a la responsabilidad de las concesionarias viales, que tal como sostuve al votar en las causas C. 79.549 ("Castro", sent. del 22-XII-2008) y C. 99.668 ("Bissio de Vigil", sent. del 22-IV-2009), suscribo la posición receptada por el alto Tribunal -en su actual composición- conforme a la cual el vínculo que se establece entre el concesionario de las rutas y los usuarios de las mismas constituye una típica relación de consumo (causa B.606.XXVI, "Pereyra de Bianchi, Isabel c/Provincia de Buenos Aires y otra", sent. del 7-IX-2006). En consecuencia voto por la negativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: Adhiero al voto de mi distinguido colega, el doctor de Lázzari, remitiendo, en cuanto al encuadre de la responsabilidad de las concesionarias viales por los daños producidos por animales sueltos en las rutas concesionadas, a lo expresado en la causa C. 79.549 ("Castro", sent. del 22-XII-2008). En cuanto a las costas procesales, discrepo con la solución propiciada por el Ministro a quien sigo en el fondo, ya que entiendo que corresponde distribuirlas en el orden causado, en atención a los notables vaivenes jurisprudenciales que sobre la materia se han presentado (incluso en el seno de la Corte Suprema de la Nación), que demuestran que nos hallamos ante especiales dificultades interpretativas que han dado razón suficiente a la quejosa para litigar (art. 68, 2° parte, C.P.C.C.). Voto por la negativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votó también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de conformidad General, se con lo rechaza dictaminado el por recurso el Subprocurador extraordinario de inaplicabilidad de ley; con costas al vencido (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). El depósito previo de $ 7.877,40, efectuado a fs. 854, queda perdido para el recurrente (art. 294, Cód. cit.), debiendo el tribunal dar cumplimiento a lo dispuesto por los arts. 6 y 7 de la Resolución 425/2002 (texto Resol. 870/2002). Notifíquese y devuélvase. LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN HECTOR NEGRI EDUARDO JULIO PETTIGIANIEDUARDO NESTOR DE LAZZARI JUAN CARLOS HITTERS CARLOS E. CAMPS Secretario