C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn II. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Durante muchos siglos el hombre transmitió su conocimiento en forma oral. Entre los primeros libros que se transmitieron oralmente se encuentran la Biblia y el Corán. La Biblia (del griego «τα βιβλία», "los libros"), es el conjunto de libros canónicos del judaísmo y el cristianismo. La canonicidad de cada libro varía dependiendo de la tradición adoptada. Según las religiones judía y cristiana, «Transmite la palabra de Dios». La Biblia, o al menos parte de ella, se encuentra traducida a 2.303 idiomas El Antiguo Testamento es la colección de libros escritos antes de la vida de Jesús, pero aceptada por los cristianos como parte de la Sagrada Escritura. En términos generales, es la misma que la Biblia hebrea, sin embargo, se divide y ordena de manera diferente, y varía desde el judaísmo en la interpretación y énfasis El Eclesiastés es el libro más citado de la Biblia, incluso en la vida diaria, aunque el que utiliza sus dichos no sepa de dónde provienen: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", "Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol", "Todo tiene su momento, y todo cuanto se hace debajo del sol tiene su tiempo. Hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de destruir y tiempo de edificar; tiempo de llorar y tiempo e reír; tiempo de lamentarse y tiempo de danzar; tiempo de esparcir las piedras y tiempo de amontonarlas; tiempo de abrazarse y tiempo de separarse; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de tirar; tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz", "Los hombres vienen y van, pero la tierra permanece", "Todos van al mismo lugar; todos han salido del mismo polvo, y al polvo vuelven todos", "Las palabras del sabio son como aguijones", "Escribir libros es una tarea sin fin" El Corán es el libro sagrado del islam, que para los |musulmanes]] contiene la palabra del dios único (Allāh, )هللا, revelada a Mahoma (Muhammad o Muhammed, )دمحم, quien se considera recibió estas revelaciones por medio del ángel Gabriel (Yibril )ليربج. En una denominación más arcaica, se le conoce con el nombre de Alcorán, también escrito Quran o Korán (árabe la[ اﻟﻘرﺃﻦ-qurʼān[, literalmente "la recitación"; el nombre completo es Al Qur'ān Al Karīm o El noble Corán). Durante la vida del profeta Mahoma, las "revelaciones" eran transmitidas oralmente o escritas en hojas de palmeras, trozos de cuero o huesos, etc. A la muerte del profeta, en 632, sus seguidores comenzaron a reunir estas "revelaciones", que durante el Califato de Utman ibn Affan ( )نافع نب نامثعtomaron la forma que hoy conocemos, 114 capítulos (azoras, ) solucísrev ne odidivid onu adac ,( سورةaleyas, )تايآ. El Corán toma muchos personajes que aparecen en los libros sagrados del judaísmo y el cristianismo (Torá y Biblia) y en la literatura devota (por ejemplo, los libros apócrifos), con muchas diferencias en detalle. Personajes del mundo hebreo y cristiano muy conocidos 1 C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn como Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús de Nazaret y Juan Bautista aparecen mencionados como profetas islámicos. Los musulmanes dicen del Corán que es la palabra "eterna e increada" de Alá; por ello su transmisión debería realizarse sin el menor cambio en la lengua originaria, el árabe clásico, lengua en consecuencia considerada sagrada a todos los efectos. El Corán ha sido traducido a muchos idiomas, principalmente pensando en aquellos creyentes cuyas lenguas no son árabes. Aun así en la liturgia se utiliza exclusivamente el árabe, ya que la traducción únicamente tiene valor didáctico, como glosa o instrumento para ayudar a entender el texto original. De hecho, una traducción del Corán ni siquiera se considera que sea un Corán Cuando comenzó la escritura se ordenaba el conocimiento que se iba generando y comunicando, con la finalidad de localizar la información que se necesitara consultar. La biblioteca de Ebla se ubica hace más de 4500 años, es decir, su antigüedad es de las mayores y en su interior se observó que existía un ordenamiento de las obras que contenía: Clasificación de las obras, signatura topográfica en el borde de las tabletas, estanterías donde se ordenaban tanto por la forma, como por el contenido, para localizarlos con mayor rapidez. Ebla (árabe: ليبع، )البيإfue una antigua ciudad localizada en el norte de Siria, a unos 55 km al sureste de Alepo. Fue una importante ciudad-estado en dos periodos, primero en el 3000 a. C. y luego entre el 1800 a. C. y el 1650 a. C. El sitio es conocido hoy como Tell Mardikh, y es sobre todo famoso por los archivos con más de 20.000 tablillas cuneiformes, datadas alrededor de 2250 a. C., en sumerio y en eblaíta; un desconocido idioma anterior al idioma semita La escritura cuneiforme está aceptada comúnmente como la forma más temprana conocida de expresión escrita de la que se han encontrado restos arqueológicos (aunque el equipo de Günther Dreyer, del Instituto de Arqueología Alemán halló en 1997, en Umm el-Qaab, Abidos, un conjunto de 300 vasijas y tablillas de arcilla datadas mediante carbono-14 de 3300 a 3200 a. C. Posiblemente, los más antiguos documentos de escritura conocidos). Creada por los sumerios a finales del cuarto milenio a. C. Esta escritura surgió como un sistema de pictogramas. Con el tiempo, las representaciones pictóricas se simplificaron y se hicieron más abstractas, dando lugar a lo que se conoce como escritura cuneiforme. Los signos cuneiformes eran escritos por escribas mediante cuñas, sobre tablillas casi siempre de arcilla (muy escasamente grabados en metal), que luego se guardaban en una suerte de primitivas bibliotecas, escrupulosamente organizadas, que servían para el aprendizaje de futuros escribas. Estas bibliotecas pertenecían a la escuela de cada ciudad o, 2 C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn a veces, a colecciones particulares. Las tabillas estaban escritas en columnas (variantes en número), que indicaban: La serie y el número de la tablilla en esa serie, para su correcta catalogación. Texto. Colofón, que contiene a su vez la primera línea de la siguiente tablilla, el propietario de la tablilla, el año de reinado del soberano correspondiente, en ocasiones los títulos del mismo, la ciudad de la escuela y el nombre del escriba y raramente, el autor. Evidentemente el uso no quedaba restringido a las tablillas; por ejemplo encontramos escritos en los ladrillos de la Babilonia del primer milenio el nombre de Nabucodonosor II. El lenguaje documental existe desde la creación de la primera biblioteca, porque surge cuando el número de volúmenes depositados en un lugar es tan alto que se hace imprescindible su organización de algún modo, para permitir la localización de ellos en el momento oportuno. La organización de libros, desde los orígenes de la biblioteca, se realizó por medio de sistemas rudimentarios de clasificación. La escritura se registra de acuerdo a los estudios antropológicos e históricos en las primeras ciudades de Mesopotamia. El registro de las operaciones comerciales se hacía en tablillas de barro que dan lugar a los primeros documentos. Tuvo pocas diferencias con el resto de las civilizaciones contemporáneas. Luego apareció el desarrollo del alfabeto que permite que la expresión escrita sea el vehículo transmisor de todos los documentos. Se va a superar la civilización antigua. Los griegos tomaron el silabario de los fenicios, separaron las consonantes y las vocales, asimilando lo más provechoso de todas las civilizaciones anteriores. Se sitúa esta etapa en el 800 A. C. Los conocimientos de los griegos se almacenaron en bibliotecas donde ya se establecía un cierto control bibliográfico como los “pinakes”, dividiendo la biblioteca en 20 materias. Calímaco de Cirene fue quizá el director de la Biblioteca de Alejandría más famoso y quien creó por primera vez un catálogo de su patrimonio al que llamó "Pinakes" o "Tablas". Este catálogo no era de ninguna manera exhaustivo, más bien era un buen índice temático. Los “syllabis” era el espacio del rollo de papiro donde se anotaba el nombre del autor y del título. El syllabus era una lámina o membrana identificador del papiro, que colgaba de la varilla sobre la cual se enrollaba. Existe en un principio una simbiosis entre el uso de la palabra índice con catálogo, lista, inscripción o aún el título de una obra. Séneca habla de un índice de filósofos cuando en realidad se refiere a una lista de filósofos Cicero escribe a 3 C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn Atticus pidiéndole ayuda para reparar los índices, refiriéndose a la membrana con el syllabus. En el Renacimiento existe cierto interés por los libros. Aparece la imprenta que supone la multiplicación y difusión de todo el material escrito. Se necesita una especie de instrumento que empiece a controlar toda esa información que se produce y ese es la bibliografía. Durante los siglos XVI-XVII la ciencia vive una revolución. Es la época de Copérnico, Galileo… se desarrollan los estudios sobre fisiología, biología. Se crean las primeros sociedades científicas como la Royal Society que posteriormente se extenderá al resto de Europa. Los resultados de estas investigaciones se reflejaban en obras con un desarrollo menor hasta que empiezan a proliferar las revistas científicas. En enero de 1665 Denis de Sallo publica el primer número de la revista “Journal des scavans” para mostrar los resultados de los experimentos que permitirían explicar los fenómenos naturales y dos meses después Oldenburg decide publicar el “Philosophical Translation” para hacer conocer tanto los artículos presentados o los experimentos realizados en la Royal Society of London, como la correspondencia entre científicos donde se explican los hallazgos y nuevas técnicas que se van produciendo en Inglaterra y Europa. También aparecen otras publicaciones periódicas y las primeras bibliografías específicas como instrumentos de información. La palabra índice con el sentido de indicador del lugar donde se encuentra una información se comienza a usar en el lugar de la tabla de contenido y se localiza en obras literarias del siglo XVII. El uso tanto de tabla de contenido como de índice era indistinto. En la actualidad, en general tabla de contenido se usa para designar la ubicación de las partes de la obra e índice para las entradas alfabéticas o clasificadas de los contenidos de una obra. En alrededor de cuatrocientos años los índices han evolucionado para representar temáticamente las obras, al interior de las propias obras o en las relaciones de obras sobre asuntos específicos. Desde el índice de materias agregado a su libro “De scriptis medicis libri duo” en 1662 por Juan Antonio van der Linden (Malclés, 1960, p. 28) se han seguido refinando las técnicas de indización y sobre todo reflejando en los documentos indizados, los nuevos conocimientos que surgen. Un índice no tiene valor separado de las obras que clasifica y en los registros de recursos bibliográficos, catálogos o bibliografías es un punto de acceso más a las obras. La importancia del conjunto de elementos de acceso al documento lo explica Napoleón I en una carta fechada el 19 de abril de 1807, cuando anunciaba la creación de la École des Chartes “Si en una gran capital como París hubiese una escuela especial de historia donde se siguiera primero un curso de bibliografía, un joven, en vez de extraviarse durante meses en lecturas insuficientes o poco dignas de confianza, podría ir hacia las mejores obras y conseguiría más fácil y más rápidamente, mejor instrucción” (Malclés, 1960, p. 44). Después de doscientos años sigue siendo una frase con significado actual. 4 C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn Lexicon Technicum fue la primera enciclopedia alfabética escrita en inglés que conocemos. Hoy en día es considerada como la primera enciclopedia moderna de artes, ciencia y tecnología. En 1704, John Harris publica un libro titulado "Lexicon Technicum": or an universal english dictionary of arts and sciences (Lexicon Technicum: o, un diccionario inglés universal de artes y ciencias). Como su nombre indica, John Harris lo consideraba un "diccionario de artes y ciencias", pero era más que eso. Por la manera en que trató los temas, y por el formato que tenía, es considerado hoy en día, como la primera de una serie de enciclopedias modernas, antecedida por Etimologías de San Isidoro (1470), y antecesor de las enciclopedias modernas, como Cyclopaedia de Ephraim Chambers (1728), L'Encyclopédie de Denis Diderot (1750), y Enciclopedia Británica (1768). La primera edición tenía 4 placas, 1220 páginas y muchos diagramas y figuras. Profesa no simplemente explicar los términos usados en las artes y las ciencias sino las artes y las ciencias en sí mismas. En la segunda edición aparece: "La primera enciclopedia inglesa dispuesta en orden alfabético" "Parece ser el primer diccionario técnico en cualquier lenguaje". Incluye artículos sobre la ley, la iglesia, matemáticas, ciencia, y tecnología, incluyendo tablas logarítmicas, trigonométricas, y astronómicas. Un segundo volumen de 1419 páginas y cuatro placas se edita en 1710. John Harris intenta que este segundo volumen sirva como una pequeña biblioteca matemática. Gran parte de éste consiste en tablas matemáticas y astronómicas. Sir Isaac Newton le permitió imprimir su tratado sobre los ácidos. En este segundo volumen aparece una tabla de logaritmos con 7 decimales (44 páginas), y una de senos, tangentes y secantes (120 páginas), una lista de libros de 2 páginas, y un índice de artículos en los dos volúmenes con 26 encabezados ocupando 50 páginas. La lista más larga era de leyes (1700 artículos), cirugía, anatomía, geometría, fortificación, botánica y música. La parte matemática y física es considerada muy buena. Harris frecuentemente menciona sus fuentes y muestra lista de libros en un particular sujeto, como botánica y cronología. Lexicon Technicum fue muy popular. La 5ta edición fue publicada en 1736 con 2 volúmenes. Un suplemento, que no incluía nuevos temas aparece en 1744, conteniendo 996 páginas y 6 placas. Intentó rivalizar con el trabajo de Ephraim Chambers, pero no fue bien recibido por el público lector. 5 C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn L'Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers es una enciclopedia francesa editada entre los años 1751 y 1772 en Francia bajo la dirección de Denis Diderot y Jean d’Alembert. Es considerada una de las más grandes obras del siglo XVIII, no sólo por ser la primera enciclopedia francesa, sino que también por contener la síntesis de los principales conocimientos de la época, en un esfuerzo editorial considerable para su tiempo. Por el saber que contiene, el esfuerzo que representa, y por las intenciones que sus autores le asignaron, se convirtió en un símbolo del proyecto de la Ilustración, un arma política y en el objeto de numerosos enfrentamientos entre los editores, los redactores, y los representantes de los poderes secular y eclesiástico. La idea de publicar una enciclopedia en francés nace de la influencia y del éxito editorial en Inglaterra de la Cyclopaedia (Diccionario Universal de las Ciencias y las Artes) (1728) de Ephraim Chambers, así como de la publicación del Trevoux compuesto por los jesuitas. Aunque también es de destacar la existencia de una amplia demanda de los lectores de este tipo de obras. El editor francés André Le Breton, librero de éxito y especialista en la traducción de obras inglesas, obtiene en 1745 una licencia para efectuar una traducción al francés de la enciclopedia de Chambers. Breton elige en principio para dirigir el proyecto a John Mills, un inglés residente en Francia y al abate Jean Paul de Gua de Malves pero por diferentes razones abandonan el proyecto. En 1747 Le Breton le encarga a Diderot y D’Alembert la elaboración editorial de la Encyclopédie. Una enciclopedia (griego: ἐνκύκλιos παιδεία [enkyklios paideia], 'instrucción en un círculo' )? es un texto que busca compendiar el conocimiento humano. La enciclopedia reúne y divulga datos especializados o dispersos que no podrían ser hallados con facilidad y que presentan un importante servicio a la cultura moderna.1 La noción más moderna de enciclopedia de propósito general y de amplia distribución data de la época de Denis Diderot y los enciclopedistas del siglo XVIII. El mayor hito del periodo de la Ilustración del siglo XVIII es la Encyclopédie compilada por un grupo de escritores y hombres de ciencia franceses. De manera plenamente consciente, estos hombres estaban dando la espalda tanto a la religión como a la metafísica como fuentes de conocimiento, viendo en la ciencia pura una nueva fuerza motriz intelectual. Reunieron en una vasta obra todos los conocimientos científicos de la época, no como un mero registro alfabético, sino como un relato del modo científico de enfrentarse al mundo. Estos escritores esperaban forjar un poderoso instrumento para luchar contra el oscurantismo de las autoridades políticas y religiosas. La mayoría de las figuras culturales y científicas de la época colaboraron en esa empresa, destacando D'Alembert, Diderot y Voltaire. 6 C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn William Frederick Poole es a quien se adjudica la invención de los índices modernos a los artículos en revistas y se sitúa en el año 1882. Poole usó entradas por palabra clave extraídas de los títulos de los artículos de las revistas, anticipando el KWIC o sea el Key Word in Context. En 1880, John Shaw Billings, de la U. S. Army Medical Library preparó el primer índice de literatura médica. Durante y después de la 2ª. guerra mundial en los años cuarenta del siglo XX surgió una gran abundancia de información que debía ser procesada por especialistas en diferentes campos, porque se demandaba un análisis de conocedores en los temas tratados en los documentos y rapidez en las respuestas al medio social que solicitaba la información. Una de las áreas que generó mucha información fue la médica como resultado de los experimentos científicos usando prisioneros realizados por médicos nazis y japoneses. La investigación científica y la técnica, en su conjunto, se beneficiaron de un fuerte impulso en particular: el dominio del átomo tras el Proyecto Manhattan porque se agruparon físicos, químicos, informáticos para fabricar la bomba atómica y ganarle a los nazis que estaban trabajando en lo mismo. Muchos de los científicos eran judíos que lo tomaron como una forma de lucha contra el nazismo. La guerra contribuyó a la creación del helicóptero, los aviones a reacción y la creación del Inter-Continental Ballistic Missile, tecnología de punta en cadenas de industrias, fabricación de componentes para cohetes, misiles y diversos tipos de armas. También los sistemas de comunicación y transferencia de información eran una preocupación de la época. A partir de esa etapa de gran ebullición en la investigación y la tecnología surgen las computadoras, para procesar con rapidez. Los bibliotecarios de la época tenían grandes expectativas acerca de la ayuda que recibirían de las computadoras, sin embargo, los errores del registro de la información continuaron, nada más que con mayor rapidez. Entre los años 1958 y 1982 se desarrollaron los grandes sistemas de indización y resúmenes, para responder a la gran cantidad de información que se generaba, ahora propiciada por el fuerte crecimiento de la física y la investigación en ciencias sociales. En el procesamiento electrónico de la información participaban bibliotecas, editores, gobierno, industria y en particular asociaciones y grupos científicos especializados. Muchos de estos servicios indizaron por palabras claves extraídas de los títulos y de los resúmenes, en general por sistemas automatizados de procesamiento del lenguaje natural. Los resultados producían gran confusión en la recuperación, sobre todo en los sistemas de información del área de las ciencias sociales, cuyos términos son menos estrictos que en el ámbito de las ciencias duras. Se continuó con la investigación de la lingüística computacional y la inteligencia artificial atribuyendo a estos sistemas una mayor capacidad semántica 7 C Caattaalliinnaa N Naauum miiss PPeeññaa C Cuurrssoo ddee IInnddiizzaacciióónn para captar el significado de los contenidos. Sin embargo, la recuperación por conceptos es sólo posible con la indización por asignación realizada por el ser humano, a pesar de los errores que también puede presentar este tipo de indización. 8