VISIÓN PANORÁMICA DE LA FILOSOFÍA RENACENTISTA Con el siglo XV toca a su fin la Edad Media y comienza la Edad Moderna que se extenderá hasta finales del s. XVIII o principios del siguiente. (Ya se sabe lo convencionales y discutibles que pueden ser las demarcaciones de las edades o épocas históricas). El Renacimiento puede ser considerado como un período de transición entre la Edad Media y la Modernidad pues muchos fenómenos renacentistas tienen sus antecedentes en la Edad Media1, lo cual significa que el Renacimiento no supone una ruptura total con la Edad Media. Por otro lado, el Renacimiento puede considerarse, a su vez, como el comienzo o primera etapa de la Edad Moderna, pues en él se produjeron ciertos acontecimientos que van a tener una decisiva repercusión muchos años después y que van a cambiar la sociedad europea y su mentalidad2. El Renacimiento fue una época de gran estima por la antigüedad clásica, de aprecio por las bellas letras, por el individualismo, de exaltación de la naturaleza, de elevación del hombre como valor único y libre. Desde el punto de vista de la Historia de la Filosofía el Renacimiento supuso varias cosas: En primer lugar, un “retorno” o resurgir de los principales sistemas filosóficos griegos impulsado por la llegada a Occidente de gran cantidad de sabios bizantinos que llegaron para el Concilio de Ferrara-Florencia y por la caída de Constantinopla (1453). Así, tenemos platonismo (Pletón, Marsilio Ficino, Pico de la Mirandola, …) cuyos intereses fueron fundamentalmente la traducción al latín y comentario de las obras de Platón, la conciliación de todas las religiones Para que tengas idea de a qué me refiero con esos “antecedentes”, te recuerdo algunos, pero quizá no haga falta que los pongas en el examen de la PAEG, pues no tienes casi espacio: La consolidación de los estados nacionales en el terreno político, el crecimiento del individualismo y de la burguesía en el terreno socioeconómico, el desarrollo del Humanismo o el gusto por el estudio y asimilación de autores griegos… Todos estos fenómenos se iniciaron en el final de la Edad Media. 1 Te digo igual que en la anterior: Entre esos acontecimientos cabe destacar: a) la caída de Constantinopla, que va a provocar la llegada masiva de intelectuales orientales conocedores del griego y de una nueva avalancha de textos griegos; éste será un factor decisivo para el desarrollo del Humanismo; b) el descubrimiento de América gracias al desarrollo de la cartografía y al uso de la brújula; c) el uso generalizado de la pólvora; d) la invención de la imprenta; los primeros pasos en la constitución de la Nueva Ciencia gracias a la potenciación de la observación y la experimentación que propugnaron los filósofos nominalistas del s. XIV y también gracias a la recuperación de Arquímedes y del pitagorismo… De este acontecimiento sí que hablaremos directamente. 2 1 y el carácter central del hombre en el universo; aristotelismo en dos versiones, la averroísta (Martín Nifo) y alejandrinista (Pomponazzi) que se interesan por temas como la inmortalidad del alma y la naturaleza del entendimiento. También hubo un renacer del estoicismo, epicureísmo y, en especial, del escepticismo (Montaigne, P. Charron). A pesar de toda esta dispersión de corrientes, la actitud común de los filósofos renacentistas es el antropocentrismo, frente al teocentrismo característico de la Edad Media, y su naturalismo en el sentido de exaltación de la naturaleza, de su fuerza y valor intrínsecos que la hacen digna de consideración y estudio por sí misma. Pero posiblemente los dos filósofos más importantes del Renacimiento son Nicolás de Cusa y Giordano Bruno. El primero defendió, desde fundamentos neoplatónicos, la infinitud del universo, la inexistencia de un centro del mismo, y la coincidencia de los contrarios en dios… Giordano Bruno, apoyándose en la obra de Copérnico, también defendió la finitud del mundo, un mundo sin centro ni regiones jerarquizadas dentro del mismo, un mundo en el que el hombre no ocupa ningún lugar privilegiado, un mundo que se identifica por su infinitud con dios. Por ello, puede considerarse un adelantado a la visión moderna del mundo. (Pero estas ideas le costaron la vida). En estrecha relación con lo anterior está el nacimiento de la Nueva Ciencia. Posiblemente el fenómeno cultural más importante y trascendente de esta época sea la constitución de la Ciencia Moderna, la cual abarca arruinando la visión medieval de la realidad imponiendo una nueva visión (heliocentrismo y mecanicista) del Universo. Copérnico, Kepler, Galileo y después Newton son los principales artífices de esta Nueva Ciencia y de la metodología con la que construirla. Se trata de lo que también se llama “revolución científica”. Esta revolución científica tuvo su campo de batalla más espectacular en la Astronomía, batalla que inició Copérnico, eliminando la concepción geocéntrica del universo y sustituyéndola por el heliocentrismo. Pero, al mismo tiempo, la nueva ciencia fue socavando los cimientos de la física aristotélica (finitud del universo, heterogeneidad de las substancias terrestres y las celestes –inalterables e incorruptibles-, la interpretación finalista del movimiento, uniformidad y circularidad de los cuerpos celestes, la distinción entre movimientos celestes y movimientos violentos, etc). La transformación científica de la que estamos hablando, no se limitó sólo a la visión heliocéntrica del universo, sino que también defendió la estructura matemática de la realidad. La física aristotélica era eminentemente cualitativa. La nueva ciencia se va a caracterizar especialmente por su matematización de la realidad. Pero hay más. El nacimiento de la nueva ciencia va a suponer un nuevo método. El clásico método aristotélico va a ser suplantado por el método experimental o hipotético-deductivo. 2 Por último, habría que añadir que la nueva ciencia nace con un espíritu utilitarista. La ciencia, tal y como se entendía desde Aristóteles era eminentemente teorética, contemplativa, (saber por saber). A partir de ahora, la ciencia va a ser esencialmente práctica. El fin de la ciencia no es la contemplación de la naturaleza sino el dominio de ésta. Francis Bacon va a ser el más claro defensor de esta mentalidad aunque no el único. En el terreno de la Filosofía Política y el Derecho se dieron dos posturas bien contrapuestas: la de los partidarios del humanismo cristiano (Erasmo de Rótterdam y, sobre todo, Tomás Moro) empeñados en promover una sociedad ideal (utópica) presidida por la paz y la justicia. La actividad política nunca debe separarse del ámbito de la ética. En su “Utopía”, Tomás Moro describe y ofrece ese modelo de sociedad perfecta, aunque inexistente. La otra postura es la de los analistas de la política real, tal y como se desarrolla y practica. Nicolás Maquiavelo es el mejor representante. Maquiavelo sostiene que la política debe operar como lo hacen las demás ciencias, recopilando datos y explicándolos mediante hipótesis que los hechos confirmarán o no. A Maquiavelo le interesó cómo son las cosas en la política, no cómo deberían ser (separación de política y ética). Maquiavelo funda así la politología moderna que pretende la comprensión efectiva de la política, más allá de exigencias morales y teológicas, tal y como se revela en la experiencia y en la historia. 3 FILOSOFÍA POLÍTICA MAQUIAVELO 1. Biografía 1459: Nace en Florencia, en una casa solariega, junto al Ponte Vechio. Su padre, notario, de familia noble rural pero venido a menos, le educa esmeradamente. 1494: Tiene 25 años y ve roto el equilibrio de los estados italianos según la paz de Loti, al ser invadidos por Carlos III, rey de Francia. Italia es el campo de batalla entre franceses y españoles (“bárbaros” los llamará siempre Maquiavelo). Carlos III expulsa a los Médicis; impone la república en Florencia, siendo uno de sus más famosos presidentes el dominico Savonarola, iluminado, asceta y que acabará siendo quemado por sus enemigos. Acto presenciado por Maquiavelo. Caído Savonarola, entra en el juego político Maquiavelo: Es nombrado Secretario “de la Segunda Cancillería de la República” y, más tarde, Secretario “de los nueve” encargado de reclutar la milicia. Son años de gran actividad política llegando a presidir embajadas ante gran parte de las cortes absolutistas europeas. 1512: Los españoles ayudan a derrotar la República y restablecer a los Médicis. Maquiavelo es multado, desterrado y condenado a la total inactividad política. Muere el político y nace el escritor: tiene 44 años. En la campiña, a 15 km. de Florencia, a la que se le ha prohibido visitar, participa en la vida rural de trabajo y de ocio, incluso en las partidas de naipes del mesón: su intención es estudiar a los campesinos en sus reacciones primarias. Sus análisis son descritos en la correspondencia que mantiene con su amigo Francesco Vettori y serán el esquema de sus tres obras posteriores. 1530: Muere en Florencia, a la que puede retornar por haber sido derrotados los Médicis y restablecida la Segunda República. Deja a sus hijos en extrema pobreza. Nacionalista. Escritor comprometido. Entusiasmado con los nacientes estados europeos, pretende hacer de Florencia el estado fuerte, la república del norte de Italia. 2. Obras. Carta de Maquiavelo desde su exilio: “Llegada la tarde, vuelvo a casa, me despojo de la ropa de cada día, llena de fango porquería y me pongo paños reales y curiales. 4 Vestido decentemente entro en las antiguas cortes de los antiguos hombres, donde –recibido por ellos ansiosamente- me alimento con aquella comida que es la única verdaderamente mía y para la cual nací. No me avergüenzo de hablar y de preguntarles la razón de sus acciones y ellos por su amistad me responden: durante cuatro horas no siento pesar alguno; me olvido de todo afán, no temo la pobreza, no me acobarda la muerte: todo lo transfiero a ellos”. Es evidente el paralelo con De Consolatione Philosophiae. - - Il Principe, escrito en 1513 pero publicado en 1533: en italiano, pero con los títulos de los capítulos en latín. Dedicado a Lorenzo de Médicis para recuperar la confianza perdida. Su respuesta fueron unas botellas de vino… Discorsi sopra la prima deca de Tito Livio (1513-1521). Historia Fiorentine (1521-1525) sobre encargo de los Médicis para que escribiera los Annales de Florencia. 3. Esquema de su pensamiento político-filosófico. 3.1. Realismo político: Testigo directo de la caída del feudalismo, de la llegada del renacimiento, partícipe en la política italiana y en varias cortes absolutistas europeas, se convierte en el mejor ensayista de política que dice basarse en “lunga esperienza delle cose moderne… et continua lezione della antique”. Considerado el padre de la Ciencia Política porque pretende basarla en regularidades, convertirla en un arte racional: calcular las empresas y dosificar la fuerza y la astucia. Su política será sin connotaciones morales, trascendentales o fantásticas buscando el acto político puro: autónomo y simple, que sólo es válido si resulta eficaz: “no vale la pena empezar con métodos condenados al fracaso”. Su método es calificado de precientífico y su pretensión es hallar las leyes inmutables y necesarias que rigen el universo del hombre histórico basado en una repetición constante de los hechos del hombre: que es, ha sido y será siempre igual. Por lo tanto, tal cual ha sido, podemos deducir que será la historia que resta por hacer. La política es amoral en Maquiavelo, porque sólo debe regirse por un puro pragmatismo: se hace lo que funcione, da igual que sea bueno o malo moralmente. Se atribuye por tanto a Maquiavelo la independencia de la ciencia política respecto a cualquier otra instancia (moral o religión). Para Maquiavelo la política debe simplemente partir de los hechos para describir cómo funcionan los Estados y de qué manera se adquiere, se mantiene y se pierde el poder político. Como cualquier otra ciencia que aspire a obtener resultados. Maquiavelo inicia un proceso secularizador, separa la política de la ética y la religión, ideas que el estado tiene que dejar a un lado para ser fuerte. Lo importante para un político es que se consigan las cosas, cómo no importa, la gente quiere que se consigan. El gobernante es 5 quien más hábilmente tiene que comportarse sin referencia a la ética, pues vivimos entre hombre reales y quien se fije en lo bueno se labrará su ruina, porque la mayoría no lo hace. Si la conducta real de los hombres está alejada de una ética ideal, quien quiera sobrevivir entre ellos deberá prescindir de la bondad ética. La conducta de un gobernante, aunque a veces deba parecerlo, no debe estar pendiente de la ética nunca, sino de la realidad humana en la que se desenvuelve. El príncipe debe aprender a ser bueno o malo en función de sus intereses, que son para él su única guía. 3.2. Naturaleza humana: la valorización del hombre es radicalmente pesimista: “Porque en general se puede decir de los hombres lo siguiente: sin ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que son, huyen del peligro, están ávidos de ganancia; y mientras les haces favores son todo tuyos, te ofrecen la sangre, los bienes, los hijos cuando la necesidad de todo ello está lejos…” (Príncipe XVII). … “Aspirando a compartir con los nobles los honores y las riquezas, las dos cosas que los hombres más estiman”. (Discorsi 1.5) … “Siendo además los deseos del hombre insaciables porque su propia naturaleza la impulsa a quererlo todo”. (Discorsi 11.89) 3.3. La personalidad del político: aunque el Príncipe estuviera dedicado a Lorenzo de Médicis, con la esperanza de recuperar la confianza perdida, Maquiavelo quiere presentar el arquetipo de cualquier político. Su personalidad debe poseer cualidades especiales para llegar al poder y mantenerse en él: - Capacidad de manipular situaciones ayudándose de cuantos medios precise mientras consiga sus fines: lo que vale es el resultado: “El que consigue el poder es el Príncipe, el que consigue el orden y la paz son los súbditos”. - Adornado de la Virtú –término intraducible- que sería destreza, combinación de intuición y tesón, habilidad para sortear obstáculos. - Protegido por la Fortuna, elemento irracional, mal traducido por “azar”. - Sorteando la Necessitá, o fuerza de los acontecimientos, “moverse según los vientos”. - Diestro en el engaño: no debe sólo tener virtudes sino aparentarlas. - Amoral: indiferencia ante el bien y el mal (está por encima). El gobernante debe buscar siempre el interés de su Estado, si es necesario cometiendo actos éticamente reprobables, pero sabiendo ocultarlos hábilmente, esta idea es la llamada RAZÓN DE ESTADO: por interés del Estado hay que hacer lo que sea, la política tiene que estar al margen de consideraciones idealistas. Al gobernante le interesa el bien del Estado porque será su propio bien. El gobernante podrá incluso utilizar alguna religión para 6 mantener la cohesión social, independientemente de su valor de verdad o de su carga ética, cualquiera de ellas podría ser válida si se convierte en un instrumento al servicio del poder, en lugar de condicionarlo, porque él se mueve en un nihilismo ético (aquella opinión que niega la existencia de cualquier valor ético, o su realidad: para los nihilistas no hay cosas que estén bien o mal, eso son sólo ilusiones. “Nihil” quiere decir “nada” en latín). Para Maquiavelo el beneficio del gobernante pasa necesariamente por el fortalecimiento del Estado, cosa que según él beneficiaría a todos. El gobernante debe ser una persona a la que todo el mundo censure éticamente, pero en el fondo se alegre de que lleve los asuntos públicos con esa sagacidad, porque en asuntos de política todo aquel que quiera comportarse como una buena persona labrará su propia ruina y con ella la de su Estado. 3.4. Formas de gobierno: La mejor es la República: el gobierno de muchos es siempre mejor que el de pocos (la despreciada nobleza). Justifica la romana como la más perfecta. Incluso hay una velada defensa de confianza en el hombre como ser social capaz de gobernarse: “Es más justo luchar por alcanzar un Estado más alto, que permanecer en el que se tiene; la libertad está mejor en manos del pueblo, que en el de los grandes”. Ésta es la temática de sus Discorsi, obra poco conocida pero muy importante. Aunque Maquiavelo, personalmente, era republicano y aspiraba a convertir Florencia en un estado fuerte, en el Príncipe, como mal menor, acepta que en ciertos momentos de corrupción y desorden es más útil y eficaz la acción de un solo personaje, adornado de cualidades excepcionales. 3.5. El maquiavelismo: Seguramente que es un plagio, pero varios han afirmado que Maquiavelo no es maquiavélico. Desde la aparición póstuma de sus obras se ha urdido una leyenda simplificando sus teorías, que se conocen en forma axiomática, sin rigor: “El fin justifica los medios”, “ley es lo que dice el rey”,… Incluso existen réplicas curiosas “El anti-maquiavelo de Federico II”. Otros le han seguido enfervorizados. Recordemos a Napoleón, que le dedica 772 frases comentadas. Sin embargo, es Bacon quien le brinda el mejor análisis: “Hay que agradecer a Maquiavelo y a los escritores de este género, el que digan abiertamente y sin disimulo lo que los hombres acostumbran a hacer, no lo que deben hacer”. Maquiavelo plantea unas hipótesis de gobierno: El gobernante es bueno, no por sus connotaciones ético-religiosas sino por su eficacia”. Y se ha de tener en cuenta que un príncipe – especialmente un príncipe nuevo- 7 no puede observar todas aquellas cosas por las cuales los hombres son tenidos por buenos, pues a menudo se ve obligado para conservar su Estado a actuar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad, contra la religión. Por eso, necesita moverse según le exigen los vientos y las variaciones de la fortuna y, como ya dije anteriormente, a no alejarse del bien, si se puede, pero a saber entrar en el mal, si se ve obligado”. Pues a un pueblo le resulta más eficaz un gobernante deshonrado pero útil, que un honrado, inútil. Había sido testigo de demasiadas acciones de los cristianísimos reyes de Europa y del Papado para seguir ofreciendo modelos éticos. No hay que olvidar las aspiraciones nacionalistas de Maquiavelo. Por eso su obra no es un panfleto cordial sino el estudio científico de las estrategias eficaces para conseguir que un Príncipe de los Médicis consiga hacer de su Florencia el mejor Estado de Italia con niveles europeos. Léase el último capítulo de El Príncipe y se descubrirá a un Maquiavelo, que incluso, contagia su pasión por una patria, que quiere fuerte, autónoma y libre. 8 LAS UTOPÍAS COMO EVASIÓN RENACENTISTA a) Nota marginal y simpática del Renacimiento es la dosis de imaginación que vierten en sus obras, anticipándose a inventos (Leornardo, Bacon,…) ideas y sistemas que después la historia confirmará. b) La utopía es esa dosis de imaginación. c) Parten de la utopía ejemplar que Platón describe en el más largo de sus Diálogos que él llama “La República”, consecuencia, quizás, de la frustración tras la muerte de su maestro Sócrates, de la complicada situación de la democracia ateniense, y, quizás también, de su azarosa biografía: “La República”, como un estado ideal, basado en la justicia”. d) Fruto de la época, hay que reseñar la utopía popular: tras los años del Medievo, oscuros, para las clases populares, sin perspectivas materiales cercanas, se creerán los grandes mitos: lugares imaginarios de placer, sin dolor:L “La cocagne, cucaña”, “Jauja”, “País de gandulas”… El mismo Brueghel, el viejo, a inicios del s. XVI pintará “casas de manteca con tejados de pastel”, y no es menos sugestivo todo el mundo sugerido en el Jardín de las delicias, de El Bosco. El nuevo mundo, descubierto en 1492 llena Europa de descripciones paradisíacas: oro, frutas exóticas, paraísos, leyendas,…frente a la sociedad europea atormentada, en guerra real, y nunca la palabra tiene sentido más concreto: reyes, que no naciones, luchando entre sí. “El Dorado” es la ilusión a buscar en el nuevo continente. ESCRITORES UTÓPICOS a) Tomás Moro, inventor de la palabra “utopía” (lugar no existente, sin localización topográfica), asista al cambio de la economía inglesa: Los feudales que arrancan las pequeñas propiedades de sus súbditos para crear latifundios, mal rentabilizados, para cercarlos y dejarlos para sus ganados. Inglaterra se convierte en un país de mercaderes y empresas privadas: Como personaje político y rico debía favorecerlo; como cristiano, añora la fraternidad de las catacumbas; como humanista conoce el mundo platónico. Argumento de “Utopía”: Rafael Hyttloday, compañero de Américo Vespuccio, describe la isla que descubre casualmente; el relato ficticio se inicia con la denuncia de la avaricia y crueldad social inglesa. La isla tiene 30 km. de largo por 3 de ancho, 53 pequeñas poblaciones, más la capital. Todos los ciudadanos poseen su casa propia con jardin, no existe la propiedad privada, practican una economía autóctona floreciente, despreciando el lujo, oro y dinero. 9 Sus habitantes practican un epicureísmo moderado, trabajan seis horas, dedican diez al ocio y formación cultural – realización del “homo ludens”- practican un comunismo tímido: comida, vestidos, granjas comunes. Su religión es pluralista,; sexualidad libre, pero con cierto control en sus relaciones prematrimoniales; aconsejan la eutanasia. Son liberales. Utopía es una república donde “reina la justicia y el bienestar”, pero, Moro acabará confesando: “Ante esta república deberemos conformarnos con soñar porque es inútil toda esperanza”. b) Francis Bacon: o la utopía científica, “Nueva Atlántida”. Si Moro copia el mundo comunista platónico, Bacon ampliará la República por intelectuales (filósofos). La nueva Atlántida es una obra inconclusa, de unas 100 páginas. Su albacea anotó: “Su Señoría pensaba, con la presente fábula, componer un cuerpo le leyes o el modelo de una república bien gobernada; más, previniendo que el trabajo sería extenso, renunció a él, llevado de su deseo de dedicarse a la Historia Natural, que le atraía mucho más”… Preocupado más por el poder que por la justicia social, montará una sociedad basada en textos fríos, precisos, jurídicos: En una isla, Bonsalem, isla más allá de América, con clases sociales y monarquía, ayudada por una clase todopoderosa de intelectuales, habitantes de la “Casa de Absalón”, donde la élite del país, -los mandarines de antaño- gobierna sin contar con el pueblo. Su preocupación es la ciencia: “Imitamos los vuelos de los pájaros, puesto que hemos logrado volar; tenemos barcos y navíos que navegan bajo el agua; poseemos extraños relojes y conocemos algunos de los misteriosos secretos del movimiento continuo y somos capaces de imitar los movimientos de los seres vivos gracias a las reproducciones de hombres, fieras, pájaros, peces y serpientes”. c) Tomás Campanella, o el comunismo total: La Ciudad del Sol. Dominico italiano, preso 27 años por la Inquisición. En una de sus estancias en las prisiones inquisitoriales escribe Civitas solis, en dos partes. En la primera, un almirante genovés explica su visita a la Ciudad del Sol o Taprobana; en la segunda discute, punto por punto, la organización ciudadana. Taprobana, la sitúa en Ceilán, rodeada de anillos de murallas, con los templos del Gobierno. Su jerarquía mayor es el metafísico Hoh, rodeado de sus ministros Pon, Sin y Mor (poder, sabiduría y amor). Sus ciudadanos practican un comunismo total: “Son comunes las casas, los dormitorios, los lechos y todas las demás cosas son necesarias”. Los cargos y servicios son obligaciones comunes y 10 rotativas. Se da mucha importancia a la formación cultural: discusión, lectura y ejercicios físicos y mentales. “La propiedad, en cualquiera de sus formas, nace y se fomenta porque cada una posee, a título exclusivo casa, hijos y mujer; de aquí surge el amor propio, pues cada uno aspira a enriquecer a sus hijos, encumbrándolos a los más altos puestos y convertirlos en herederos de numerosos bienes”. 11 LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA. GALILEO. El concepto de Revolución científica se asocia a la transformación de la sociedad occidental de medieval en moderna, iniciada en el siglo XVI por Nicolás Copérnico. Esta transformación ha sido el resultado de un cambio de mentalidad hacia la naturaleza, de un nuevo pensamiento científico. En tiempos de Galileo, la física adquirió el estatus de modelo de ciencia, modelo que debería seguir todo saber que quisiera alcanzar la categoría de conocimiento científico. La tarea de la ciencia del siglo XVII fue encontrar técnicas precisas para tener el control racional de la experiencia (para saber hacer experimentos) y mostrar cómo conceptos matemáticos se pueden utilizar para explicar los fenómenos naturales. Esencialmente, el éxito de Galileo se debió a la capacidad para combinar las funciones de erudito y artesano. Para ello aceptó las técnicas de los artesanos - las lentes (utilizó telescopios), el astrolabio (un instrumento de navegación), las bombas (instrumentos para hacer el vacío en un lugar) - y el razonamiento lógico-matemático desarrollado por los griegos y la escolástica medieval. A partir de datos repetibles, ordenados bajo principios matemáticos Galileo formuló la ley de la caída de los cuerpos, las leyes de movimiento de los proyectiles y la ley del péndulo. Es decir que redujo a leyes los diversos hechos observados utilizando un razonamiento inductivo. Los planteamientos de Galileo fueron decisivos en la revolución intelectual y científica del siglo XVII. Sus trabajos sobre la mecánica y la dinámica sumados a los esfuerzos de los astrónomos Nicolás Copérnico y Kepler fueron integrados y sistematizados por Isaac Newton. Galileo vislumbró que en gran parte las dificultades para comprender el movimiento planetario estaban causadas por el modelo geocéntrico y que tales dificultades desaparecían aceptando el modelo heliocéntrico propuesto por Copérnico. En relación con el estudio de las trayectorias planetarias, en particular la de Marte, se sabía que en el siglo XVI no existía concordancia entre lo que se podía predecir con los instrumentos de Ptolomeo y las verdaderas trayectorias observadas en el cielo. Los Ptolemaicos suponían que cada planeta giraba alrededor de una circunferencia (epiciclo), cuyo centro, a su vez, describía otra circunferencia (deferente) centrada en la Tierra. El astrónomo danés Tycho Brahe a mediados del siglo XVI, demostró que la teoría fallaba y realizó nuevas y precisas observaciones planetarias. Se presentaron entonces dos opciones: admitir, como lo habían hecho antes Nicolás Copérnico y luego Galileo y Kepler, que estaba fallando la teoría geocéntrica, o bien que las hipótesis auxiliares acerca del número y tamaño de epiciclos y otros recursos para la explicación eran insuficientes. Los Ptolemaicos habían adoptado esta última postura durante muchos siglos hasta que Kepler pudo explicar lo que sucedía asignando a cada planeta una única trayectoria elíptica alrededor del Sol. De esta manera Kepler formuló sus leyes del movimiento planetario. 12 La mecánica de Newton mostró que las leyes galileanas y keplerianas se podían deducir a partir de los principios de la teoría que lleva su nombre. De esta manera logró unificar por vía deductiva lo que de otro modo hubiera quedado como un conjunto disperso de leyes empíricas. A menudo se concluye que el proyecto de la ciencia moderna encuentra su culminación en la física de Newton. La teoría de Newton, tal como fue presentada por el autor en los Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, de 1687, es frecuentemente considerada uno de los logros más espectaculares de la historia de la ciencia. 13 LOS GRANDES ARTÍFICES DE LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA. Copérnico.Nicolás Copérnico(1473-1543) fue un astrónomo que desarrolló el primer modelo matemático heliocéntrico del sistema solar (el primero en decir que el centro del sistema solar es el sol y no la tierra como se pensaba hasta entonces). Su obra maestra, The Revolutionibus Orbium Coelestium (Sobre las Revoluciones de las Esferas Celestes), fue escrita a lo largo de unos veinticinco años de trabajo (1507-32) y fue publicada póstumamente el 1543 por Andreas Osiander, pero muchas de las ideas básicas y de las observaciones que contiene circularon a través de un opúsculo titulado The hypothesibus motuum coelestium a se constitutis commentariolus (no editado hasta 1878), que, pese a su brevedad, es de una gran precisión y claridad. Copérnico estudio los escritos de los filósofos griegos buscando referencias al problema del movimiento terrestre, especialmente los pitagóricos y Heráclides Póntico quienes creían en dicha teoría. En cuanto a la teoría heliocéntrica en sí, hasta donde se sabe hoy, fue concebida por primera vez por Aristarco de Samos, (320-250 a.C.) a quien curiosamente no nombra en su obra. Es preciso centrar el valor real de sus estudios en el hecho de reimponer teorías ya rechazadas por el sentido común y de darles una estructuración coherente y científica. La ruptura básica que representaba para la ideología religiosa medieval, la sustitución de un cosmos cerrado y jerarquizado, con el hombre como centro, por un Universo homogéneo e infinito, situado alrededor del Sol, no hizo dudar a Copérnico de publicar su obra, aunque era consciente de que aquello le acarrearía problemas con la Iglesia; desafortunadamente, a causa de una enfermedad que le produjo la muerte, no alcanzó a verla publicada: la primera edición del The Revolutionibus, hecha en Nuremberg con la supervisión de su discípulo G.J. Rheticus, aparece en 1543 (el mismo año de la muerte del autor), con una larga introducción en la que dedica la obra al Papa Pablo III, atribuyendo su motivo ostensible para escribirla a la incapacidad de los astrónomos previos para alcanzar un acuerdo en una teoría adecuada de los planetas y haciendo notar que si su sistema incrementaba la exactitud de las predicciones astronómicas, esto permitiría que la Iglesia desarrollara un calendario más exacto (un tema por entonces de gran interés y una de las razones para financiar la astronomía por parte de la Iglesia). Galileo.Galileo (1564-1642), fue un físico y astrónomo italiano que, junto con el astrónomo alemán Johannes Kepler, comenzó la revolución científica que culminó con la obra del físico inglés Isaac Newton. Su nombre completo era 14 Galileo Galilei, y su principal contribución a la astronomía fue el uso del telescopio para la observación y descubrimiento de las manchas solares, valles y montañas lunares, los cuatro satélites mayores de Júpiter y las fases de Venus. En el campo de la física descubrió las leyes que rigen la caída de los cuerpos y el movimiento de los proyectiles. En la historia de la cultura, Galileo se ha convertido en el símbolo de la lucha contra la autoridad y de la libertad en la investigación. Nació cerca de Pisa el 15 de febrero de 1564. Su padre, Vincenzo Galilei, ocupó un lugar destacado en la revolución musical que supuso el paso de la polifonía medieval a la modulación armónica. Del mismo modo que Vincenzo consideraba que las teorías rígidas impedían la evolución hacia nuevas formas musicales, su hijo mayor veía la teología física de Aristóteles como un freno a la investigación científica. Galileo estudió con los monjes en Vallombroso y en 1581 ingresó en la Universidad de Pisa para estudiar medicina. Al poco tiempo cambió sus estudios de medicina por la filosofía y las matemáticas, abandonando la universidad en 1585 sin haber llegado a obtener el título. Durante un tiempo dio clases particulares y escribió sobre hidrostática y el movimiento natural, pero no llegó a publicar nada. En 1589 trabajó como profesor de matemáticas en Pisa, donde se dice que demostró ante sus alumnos el error de Aristóteles, que afirmaba que la velocidad de caída de los cuerpos era proporcional a su peso, dejando caer desde la torre inclinada de esta ciudad dos objetos de pesos diferentes. En 1592 no le renovaron su contrato, posiblemente por oponerse a la filosofía aristotélica. Ese mismo año fue admitido en la cátedra de matemáticas de la Universidad de Padua, donde permaneció hasta 1610. En Padua, Galileo inventó un ‘compás’ de cálculo que resolvía problemas prácticos de matemáticas. De la física especulativa pasó a dedicarse a las mediciones precisas, descubrió las leyes de la caída de los cuerpos y de la trayectoria parabólica de los proyectiles, estudió el movimiento del péndulo e investigó la mecánica y la resistencia de los materiales. Apenas mostraba interés por la astronomía, aunque a partir de 1595 se inclinó por la teoría de Copérnico, que sostenía que la Tierra giraba alrededor del Sol desechando el modelo de Aristóteles y Tolomeo en el que los planetas giraban alrededor de una Tierra estacionaria. Solamente la concepción de Copérnico apoyaba la teoría de las mareas de Galileo, que se basaba en el movimiento de la Tierra. En 1609 oyó decir que en los Países Bajos habían inventado un telescopio. En agosto de ese año presentó al duque de Venecia un telescopio de una potencia similar a los modernos gemelos o binoculares. Su contribución en las operaciones navales y marítimas le supuso duplicar sus ingresos y la concesión del cargo vitalicio de profesor. En diciembre de 1609 Galileo había construido un telescopio de veinte aumentos, con el que descubrió montañas y cráteres en la Luna. También observó que la Vía Láctea estaba compuesta por estrellas y descubrió los cuatro satélites mayores de Júpiter. En marzo de 1610 publicó estos descubrimientos en El mensajero de los astros. Su fama le valió el ser nombrado 15 matemático de la corte de Florencia, donde quedó libre de sus responsabilidades académicas y pudo dedicarse a investigar y escribir. En diciembre de 1610 pudo observar las fases de Venus, que contradecían la astronomía de Tolomeo y confirmaban su aceptación de las teorías de Copérnico. Los profesores de filosofía se burlaron de los descubrimientos de Galileo, dado que Aristóteles había afirmado que en el cielo sólo podía haber cuerpos perfectamente esféricos y que no era posible que apareciera nada nuevo. También discrepaba Galileo de los profesores de Florencia y Pisa sobre la hidrostática, y en 1612 publicó un libro sobre cuerpos en flotación. Como respuesta, aparecieron inmediatamente cuatro publicaciones que atacaban a Galileo y rechazaban su física. En 1613 escribió un tratado sobre las manchas solares y anticipó la supremacía de la teoría de Copérnico. En su ausencia, un profesor de Pisa le dijo a la familia de los Medici (que gobernaban Florencia y mantenían a Galileo) que la creencia de que la Tierra se movía constituía una herejía. En 1614, un sacerdote florentino denunció desde el púlpito a Galileo y a sus seguidores. Éste escribió entonces una extensa carta abierta sobre la irrelevancia de los pasajes bíblicos en los razonamientos científicos, sosteniendo que la interpretación de la Biblia debería ir adaptándose a los nuevos conocimientos y que ninguna posición científica debería convertirse en artículo de fe de la Iglesia católica. A principios de 1616, los libros de Copérnico fueron censurados por un edicto, y el cardenal jesuita Roberto Belarmino dio instrucciones a Galileo para que no defendiera la teoría de que la Tierra se movía. El cardenal Belarmino le había avisado previamente de que sólo tuviera en cuenta sus ideas como hipótesis de trabajo e investigación, sin tomar literalmente los conceptos de Copérnico como verdades y sin tratar de aproximarlos a lo escrito en la Biblia. Galileo guardó silencio sobre el tema durante algunos años y se dedicó a investigar un método para determinar la latitud y longitud en el mar basándose en sus predicciones sobre las posiciones de los satélites de Júpiter, así como a resumir sus primeros trabajos sobre la caída de los cuerpos y a exponer sus puntos de vista sobre el razonamiento científico en una obra sobre los cometas, El ensayador (1623). En 1624 Galileo empezó a escribir un libro que quiso titular Diálogo sobre las mareas, en el que abordaba las hipótesis de Tolomeo y Copérnico respecto a este fenómeno. En 1630 el libro obtuvo la licencia de los censores de la Iglesia católica de Roma, pero le cambiaron el título por Diálogo sobre los sistemas máximos, publicado en Florencia en 1632. A pesar de haber obtenido dos licencias oficiales, Galileo fue llamado a Roma por la Inquisición a fin de procesarle bajo la acusación de “sospecha grave de herejía”. Este cargo se basaba en un informe según el cual se le había prohibido en 1616 hablar o escribir sobre el sistema de Copérnico. El cardenal Belarmino había muerto, pero Galileo facilitó un certificado con la firma del cardenal, según el cual no sufriría en el futuro ninguna otra restricción que no fueran las que para todo católico romano contenía un edicto de 1616. Este escrito no pudo ser rebatido 16 por ningún documento, pero Galileo fue obligado a abjurar en 1633 y se le condenó a prisión perpetua (condena que le fue conmutada por arresto domiciliario). Los ejemplares del Diálogo fueron quemados y la sentencia fue leída públicamente en todas las universidades. La última obra de Galileo, Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos ciencias nuevas relacionadas con la mecánica, publicada en Leiden en 1638, revisa y afina sus primeros estudios sobre el movimiento y los principios de la mecánica en general. Este libro abrió el camino que llevó a Newton a formular la ley de la gravitación universal, que armonizó las leyes de Kepler sobre los planetas con las matemáticas y la física de Galileo. La contribución más importante de Galileo a la ciencia fue su descubrimiento de la física de las mediciones precisas, más que los principios metafísicos y la lógica formal. Sin embargo, tuvieron más influencia sus libros El mensajero de los astros y el Diálogo, que abrieron nuevos campos en la astronomía. Más allá de su labor científica, Galileo destaca como defensor de una investigación libre de interferencias filosóficas y teológicas. Desde la publicación de la documentación completa del juicio contra Galileo en 1870, toda la responsabilidad de la condena a Galileo ha recaído tradicionalmente sobre la Iglesia católica de Roma, encubriendo la responsabilidad de los profesores de filosofía que persuadieron a los teólogos de que los descubrimientos de Galileo eran heréticos. Juan Pablo II abrió en 1979 una investigación sobre la condena eclesiástica del astrónomo para su posible revisión. En octubre de 1992, una comisión papal reconoció el error del Vaticano. Podemos resumir su contribución a la filosofía de la ciencia en los siguientes aspectos: 1.- Su contundente rechazo de la autoridad como criterio de verdad científica. 2.- La aceptación de la distinción entre cualidades objetivas (las cuantificables) y subjetivas. Él tiene en cuenta: tamaño, forma, número y cantidad de movimiento. 3.- Su opción por una concepción mecanicista de la realidad, frente a la teleológica aristotélica. 4.- Su posición ante las matemáticas, que son para él un instrumento práctico indispensable para probar la certeza de las afirmaciones sobre el mundo físico. La realidad natural puede ser expresada en términos matemáticos. 5.- Su preocupación por el tema del método científico y la defensa del método hipotético-deductivo como método científico, un método fundado en la experimentación. Isaac Newton.- 17 Es el más grande de los astrónomos ingleses; se destacó también como gran físico y matemático. Fue en realidad un genio al cual debemos el descubrimiento de la ley de gravitación universal, que es una de las piedras angulares de la ciencia moderna. Fue uno de los inventores del cálculo diferencial e integral. Estableció las leyes de la mecánica clásica, y partiendo de la ley de gravitación universal dedujo las leyes de Kepler en forma más general. Logró construir el primer telescopio de reflexión. También son importantes sus contribuciones al estudio de la luz. Sus obras más importantes publicadas son la Optica, en la que explica sus teorías sobre la luz, y la obra monumental Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, comúnmente conocida como Principia, en la cual expone los fundamentos matemáticos del universo. Desde el momento de su nacimiento prematuro (con sólo un kilogramo de peso, se dijo que era lo bastante pequeño como para caber en una jarra de un litro), la vida de Newton estuvo presidida por la agitación. Su padre, que era granjero, había muerto de neumonía unos meses antes, y su madre luchó por sacar adelante la granja de la familia en Woolsthorpe, una aldea a unos 150 kilómetros al norte de Londres. Eran tiempos difíciles en el país. Una sangrienta guerra civil que trastornaría Inglaterra durante seis años había empezado en 1642 en Nottingham, no lejos de Woolsthorpe. Los ejércitos contendientes del rebelde parlamentario Oliver Cromwell y los realistas de Carlos I avanzaban y se retiraban regularmente por entre los pequeños pueblos. Cuando Isaac tenía tres años su madre volvió a casarse, dejando a su hijo al cuidado de sus abuelos. Su primera educación la recibió en las escuelas de los pueblos cercanos. A los doce años fue inscrito en la escuela primaria de Grantham, una ciudad a diez kilómetros de su hogar. Allá estudió latín -el idioma de la gente instruida en Europa- y la Biblia, pero tuvo poco contacto con las matemáticas o las ciencias. El joven Newton vivía en la casa de un tal William Clarke, el farmacéutico de la ciudad, que tenía una de las mejores bibliotecas del lugar y una hermosa hijastra, con la que más tarde Newton tuvo un romance adolescente, el primero y último de su vida. Se llevaba mal con los demás muchachos de la escuela, que al parecer lo encontraban extraño y demasiado listo. La rápida mente que alienaba a los compañeros de clase de Newton halló muchas salidas durante sus años en Grantham. Años más tarde, los residentes de la ciudad recordarían los inventos mecánicos que realizaba mientras los demás muchachos se dedicaban a jugar. Newton construyó un pequeño molino de viento de madera. Hizo un carrito que podía propulsar haciendo girar un torno mientras se sentaba en él. Incluso diseñó una linterna plegable de papel que utilizaba para iluminar su camino a la escuela las mañanas oscuras. Cautivado por el principio de los relojes de sol, aprendió a calcular no sólo la hora sino también el día del mes, y a predecir acontecimientos como los solsticios y los equinoccios. Incluso el viento lo fascinaba. Un día, cuando Newton tenía dieciséis años, se alzó una gran 18 tormenta. Mientras la gente prudente buscaba refugio del viento, el joven realizó lo que más tarde recordaría como su primer experimento científico. Primero saltó con el viento, luego contra él. Comparando las distancias de los dos saltos, fue capaz de estimar la fuerza del ventarrón. Poco después, Newton fue llamado de la escuela para ocuparse de la granja de la familia. Un viejo sirviente de confianza recibió la tarea de enseñarle todas las habilidades necesarias, pero Newton nunca puso su corazón en el trabajo. Construía un molino de agua en el arroyo -completo con presas y compuertas- mientras sus ovejas sin vigilar invadían los campos de maíz del vecino. Los días de mercado sobornaba a un sirviente para que se ocupara de las compras y las ventas a fin de poder pasar el tiempo trasteando con nuevos artilugios o leyendo. Su curiosidad, virtualmente ilimitada en asuntos de ciencias e invenciones, tenía evidentemente un límite: no se extendía hasta la agricultura. Después de sólo nueve meses, la familia decidió que tal vez aquel curioso manipulador estuviera mejor en la escuela. El maestro de Grantham, que insistía en que los talentos de Newton se estaban desperdiciando en la granja, se ofreció a alejarlo en su propia casa. Así, en otoño de 1660, Newton regresó a Grantham a fin de prepararse para la universidad. En junio del año siguiente estaba listo para ir a Cambridge. Deseaba ya convertirse en profesor. Newton se pagó su estancia en Cambridge realizando trabajos serviles para los estudiantes más ricos. También puede que sacara algunos beneficios prestando la pequeña cantidad que recibía de su madre. Ninguna de estas actividades le reportó muchos amigos. Como en Grantham, era incapaz de ocultar su inteligencia; más aún, había adoptado una actitud puritana muy poco común en aquellos tiempos, en los que la mayoría de los académicos habían descubierto las delicias de los cafés y las cervecerías. No satisfecho con abstenerse de estos placeres, Newton inició incluso una lista codificada de sus propios pecados, que incluían ofensas tales como «tener pensamientos y palabras y acciones y sueños sucios». En Cambridge, Newton llenó su soledad con el estudio de una amplia variedad de temas, que iban desde la astrología hasta la historia. Al final de su etapa de no graduado en 1664, había descubierto también las matemáticas y la filosofía natural, un campo que abarcaba los temas hoy conocidos como ciencias físicas. Newton se estaba preparando para empezar el trabajo de posgraduado cuando su vida dio otro brusco giro. Inglaterra fue golpeada por la peste bubónica, que se llevó consigo miles de vidas, sobre todo en ciudades como Londres y Cambridge, cuyos sucios y atestados arrabales proporcionaban un caldo de cultivo ideal para la enfermedad transmitida por las ratas. La universidad cerró temporalmente mientras sus estudiantes huían a regiones rurales menos afectadas. Newton regresó a Woolsthorpe, visitando Cambridge de tanto en tanto para usar su biblioteca. Tranquilo al calor de Lincolnshire, puso a trabajar su poderoso intelecto en una amplia gama de 19 problemas científicos y matemáticos, sentando las bases a toda una vida de logros. Construyó la primera versión funcional de un nuevo instrumento astronómico, el telescopio de reflexión, que usaba un espejo curvo en vez de lentes para enfocar la luz. Desarrolló una nueva y poderosa rama de las matemáticas llamada cálculo. Y efectuó el trabajo fundamental de su teoría de la gravitación. El relato popular del origen de esa teoría -que Newton la concibió en el verano de 1666 tras ver caer una manzana de un árbol- es imposible de confirmar, pero la tradición ha señalado un árbol de la granja familiar como aquel del que cayó la manzana. Cuando el árbol murió en 1820, fue cortado a trozos, que fueron cuidadosamente conservados. En cualquier caso, algo durante este período dirigió los pensamientos de Newton hacia la idea de la ley universal de la gravitación. Su gran tratado Principios Matemáticos de Filosofía Natural, publicado en 1687 presenta los estudios de Newton durante más de veinte años en relación a la mecánica terrestre y celeste. Allí enuncia la ley de gravitación: dos cuerpos se atraen con una fuerza proporcional a sus masas e inversamente proporciona] al cuadrado de la distancia que las separa. Además presenta en su gran libro los tres principios de la mecánica: 1. Todo cuerpo permanece en reposo o continúa su movimiento en línea recta con velocidad constante si no está sometido a una fuerza exterior. 2. El cambio de movimiento de un cuerpo es proporcional a la fuerza exterior, inversamente proporcional a la masa del cuerpo, y tiene lugar en la dirección de la fuerza. 3. A toda acción se opone una reacción, igual y de sentido contrario. Las leyes de Kepler del movimiento planetario se refieren al conjunto, son integrales. La ley de Newton de la gravitación universal, por el contrario es diferencial, permite deducir el estado que tendrá un sistema a partir del que tenía un instante anterior; por definición satisface la causalidad. Antes de Newton no había ningún sistema de causalidad física. Con Newton el peso de un cuerpo sobre la superficie terrestre se identifica con la fuerza de atracción entre los dos astros, el movimiento de los proyectiles con el curso de los satélites; las mareas se explican por la atracción luni-solar; se calculan las perturbaciones entre los planetas; se calculan las órbitas de los cometas; se predice el achatamiento del globo terrestre; se explica la precesión de los equinoccios por la atracción del Sol sobre el abultamiento ecuatorial terrestre. Después de Newton los grandes matemáticos pudieron extender los dominios de la razón a todos los rincones del sistema solar. La importancia filosófica de la obra de Newton es extraordinaria; la forma en que el ser humano enfrentó la naturaleza el siglo XVIII y XIX es una consecuencia de los descubrimientos del gran sabio inglés. Newton en su camino a la cima intelectual que representa los Principia inventó el cálculo de fluxiones (nuestro moderno cálculo diferencial e integral) 20 que hubiese sido por sí solo mérito suficiente para situarlo entre los grandes intelectuales de la humanidad. Gracias a su rigor analítico extraordinario y a su nueva y poderosa arma matemática, Newton logró resultados donde muchos intelectuales de su época caminaban en las tinieblas. Los méritos de Newton no se reducen al campo de la mecánica y las matemáticas; también la óptica supo de su talento. Descubrió que la luz blanca puede ser descompuesta en todos los colores del arco iris al hacerla pasar por un prisma, iniciando con ello el análisis espectral, base de la astrofísica contemporánea. Además Newton construyó un telescopio reflector. Sus estudios sobre la luz lo llevaron a publicar en 1704 su Tratado sobre óptica, donde además detalla su teoría corpuscular para la naturaleza de la luz. Los últimos años de su vida los destinó a profundas meditaciones teológicas, alejado casi totalmente de aquellos quehaceres intelectuales para los cuales no tuvo rival. 21