Dictamen de la Procuración General: El Tribunal del Trabajo Nº 1 de Lanús acogió parcialmente la demanda de indemnización por incapacidad promovida -al responsabilidad derivada amparo civil de del enfermedad sistema de extracontractual- profesional, atribución por Ramón de Santos Ríos contra Helio Bianco y Provincia A.R.T. S.A. Previa inconstitucionalidad del art. 39 declaración de la ley de 24.557, la sentencia en crisis condenó al primero de los nombrados -en su carácter de empleador- por las sumas y conceptos que determina, resultando absuelta, en cambio, la A.R.T. coaccionada, por considerar el a quo que en relación a la misma la demanda carecía de causa jurídica que la sustente (v. fs. 258/269). Dicho modo de resolver motivó el alzamiento, tanto de la parte actora –por apoderadomediante recursos extraordinarios de nulidad y de inaplicabilidad de ley, como de la coaccionada vencida, quien –con patrocinio letrado- asimismo, interpuso el último de los remedios procesales nombrados (v. fs. 285/293 y 300/312 vta., respectivamente). I. Con cita de los arts. 168 y 171 de la Constitución provincial, la queja de nulidad, única que convoca mi intervención en autos (v. fs. 330), se halla estructurada sobre la denuncia de omisión de cuestiones esenciales y falta de fundamentación en el texto expreso de la ley que el quejoso endilga a la sentencia en crisis, conforme los agravios que seguidamente se reseñan: 1. grado resulta arbitrario, El toda pronunciamiento vez que el de tribunal interviniente rechazó la demanda en relación a Provincia A.R.T. S.A. sobre la base de considerar que su parte no había aportado argumento alguno para hacer responsable a la aseguradora a través de la vía elegida, esto es, la reparación integral formalizada en el derecho común. Alega en tal sentido que con las pruebas producidas en autos quedó demostrada la responsabilidad de la A.R.T., tal como se había expuesto en la demanda y quedara acreditado con los informes periciales que refiere, los cuales, según afirma, fueron soslayados por el a quo. 2. El sentenciante de mérito omitió la aplicación de intereses al capital de condena fijado en el decisorio impugnado. II. En mi opinión, el recurso logra parcial acogida. En efecto, los argumentos desarrollados por el apelante para impugnar lo decidido en la instancia Provincia de grado con relación A.R.T. S.A., escapan al a la coaccionada acotado ámbito de actuación del remedio procesal bajo análisis, pues –como es sabido- las alegaciones relativas a la prueba, e incluso a la existencia de una eventual preterición de alguna pieza de dicha naturaleza por parte del Tribunal del Trabajo, son ajenas al ámbito del recurso extraordinario de nulidad (conf. S.C.B.A., causas L. 47.485, sent. del 6/X/92; L. 61.469, sent. del 1/VII/97; L. 80.420, sent. del 21/IV/04 y L. 88.959, sent. del 27/III/08, entre muchas más). Ahora bien, distinta es la postura que habré de asumir respecto del agravio vinculado con la omisión en que incurriera el sentenciante de origen al liquidar el capital de condena sin adicionar los intereses moratorios que expresa y que fueran oportunamente solicitados en el escrito de demanda (v. fs. 14 vta.). De la simple lectura del fallo en embate se desprende que el tópico en cuestión no recibió respuesta alguna por parte del a quo, razón por la cual estimo que resulta de aplicación en la especie la doctrina legal que dimana de los precedentes “Sosa”, Ac. 40.231, sent. del 15/XI/88; “Orsi de Suarez”, Ac. 46.937, sent. del 2/VI/92 y “Fontana” Ac. 80.859, sent. del 29/V/02; “Villavicencio”, C. 85.236, sent. del 21/V/08; C. 97.631, sent. del 2/IX/09. En considero que la sentencia merito en de lo censura expuesto, deberá ser parcialmente anulada, pues la autonomía de las acciones deducidas y, en consecuencia, de los agravios que expone el recurrente, permite dicha solución (conf. S.C.B.A., causas L. 80.137, sent. del 6/IX/06; L. 88.911, sent. del 7/III/07 y L. 81.389, sent. del 30/IV/08, entre otras). Esto es, nulificar la decisión de grado únicamente en lo que hace a los intereses omitidos, lo que así dejo propuesto a V.E. Resta agregar que el fallo posee sustento en expresas normas legales, cumpliendo de tal modo con el imperativo que consagra el art. 171 de la Carta bonaerense, independientemente del grado de acierto jurídico de lo dispuesto en la instancia ordinaria. Es mi dictamen. La Plata, 4 de noviembre de 2009 - Juan Angel de Oliveira A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 11 de septiembre de 2013, habiéndose dispuesto siguiente en el establecido, Acuerdo orden de 2078, votación: de que conformidad deberá doctores con observarse Soria, lo el Negri, Hitters, Kogan, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 107.433, "Ríos, Ramón Santos contra Bianco, Helio y otra. Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo nº 1 con asiento en la ciudad de imponiendo Lanús las hizo costas lugar del a modo la que acción promovida, especificó (v. fs. 258/269). Ambas partes interpusieron recursos extraordinarios de inaplicabilidad de ley (fs. 285/293, 300/312), alzándose además la legitimada activa con recurso extraordinario de nulidad (fs. 286 vta./289), los que fueron concedidos por el citado tribunal a fs. 313/314 vta. Oído 311/333), el dictada señor a fs. Subprocurador 334 la General providencia de (fs. autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar las siguientes C U E S T I O N E S 1ª) ¿Es fundado el recurso extraordinario de nulidad? En su caso: 2ª) ¿Lo es el de inaplicabilidad de ley deducido también por la parte actora? 3ª) ¿Lo es el interpuesto por la demandada? V O T A C I Ó N A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. El tribunal de grado hizo lugar a la demanda promovida por "Provincia Ramón A.R.T. reclamado el Santos S.A.", pago de Ríos contra mediante una la Helio cual indemnización Blanco les y había integral -con sustento en las disposiciones del derecho civil- por los daños y perjuicios derivados de la incapacidad provocada por la dolencia que contrajera a consecuencia de las tareas desarrolladas a órdenes de su empleadora. II. La parte actora deduce recurso extraordinario de nulidad (fs. 286 vta./289). Con cita de los arts. 168 y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, denuncia que el sentenciante de origen no se pronunció acerca de dos cuestiones que a su criterio resultaban esenciales para la solución de la litis. Señala que el fallo de grado es arbitrario, toda vez que en él se dispuso el rechazo de la demanda en relación a "Provincia A.R.T. S.A." por considerar que el actor no había aportado argumento alguno para hacer responsable a dicha aseguradora en los términos del derecho común, cuando de las pericias técnica y contable -cuyo soslayo por parte del tribunal de grado también invoca-, y la demás prueba producida, luce acreditado su incumplimiento a las obligaciones de control y prevención que la ley puso a su cargo. Por otro lado, afirma que no obstante haber sido planteada la petición en el escrito de promoción de la demanda, el juzgador omitió aplicar intereses al capital de condena. III. De conformidad con lo manifestado por el señor Subprocurador General, en mi opinión, el recurso admite una procedencia parcial. 1. En lo referente a la primera cuestión que se dice omitida, considero que no se consuma en el caso infracción al art. 168 de la Constitución provincial, pues, hallándose inequívocamente orientado el agravio hacia la consideración y valoración de la prueba rendida, lo que en realidad imputa el recurrente al a quo es la comisión de errores de juzgamiento, materia propia del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley y ajena al aquí examinado (conf. causas L. 92.360, "Galandzij", sent. de 10-III-2010; L. 91.464, "Santillán", sent. de 22-IV-2009; L. 90.498, "Corigliano", sent. de 19-IX-2007; L. 82.468, "Brauton", sent. de 9-XI-2005; entre otras). Concretamente tiene dicho este Tribunal que las alegaciones referidas al material probatorio, tanto lo concerniente a la eventual ausencia de su tratamiento, como al deficiente examen del mismo, resultan extrañas al ámbito del recurso intentado -art. 168 de la Constitución provincial- (conf. causas L. 94.288, "Fernández", sent. de 28-IV-2010; L. 84.144, "Bratelli", sent. de 11-IV-2007; L. 80.781, "Sansberro", sent. de 30-XI-2005; entre otras). 2. Distinta es la suerte que ha de correr la segunda de las cuestiones que el recurrente señala preterida. a. El tribunal de grado ha incurrido en la infracción denunciada, toda vez que nada dijo -y no surge del trazo lógico plasmado en la decisión, razón que justifique tal descuido- respecto del reclamo oportunamente incorporado intereses en al la demanda capital de referido a condena (v. la aplicación fs. 14 de vta.), configurándose en consecuencia un supuesto de incongruencia por omisión (conf. doct. causa L. 92.985, "Díaz", sent. de 7-IV-2010). Huelga mencionar que el proveído de fs. 284, motivado por la aclaratoria interpuesta por la parte actora a fs. 280, además de estar suscripta sólo por uno de los magistrados integrantes del tribunal, tampoco se hace cargo -al cabo- de brindar respuesta a la concreta petición que allí formulara el actor para que se subsane la omisión en que incurriera pronunciamiento, el órgano vinculada jurisdiccional con la al emitir aplicación de su los mentados accesorios. b. La nulidad propuesta no ha de alcanzar a la totalidad del fallo de grado sino solamente a la parcela afectada por el vicio nulificante señalado, pues la omisión en que ha pretensión incurrido no pesa el en a quo las respecto restantes de la (conf. referida causas L. 81.389, "Vanetti", sent. de 30-IV-2008; L. 80.137, "Garín", sent. de 6-IX-2006; entre otras). IV. En virtud de lo expuesto, corresponde hacer lugar parcialmente al recurso extraordinario traído, disponiéndose la nulidad parcial del pronunciamiento. La causa debe ser devuelta al tribunal de origen para que -con otra integración- dicte un nuevo pronunciamiento resolviendo la cuestión que se señala omitida en la presente (art. 298, C.P.C.C.). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. Los señores jueces doctores Negri, Hitters y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votaron la primera cuestión también por la afirmativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. Contra la sentencia de grado que rechazó la pretensión aseguradora de extender de riesgos solidariamente del trabajo, la condena la parte a la actora interpone recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (v. fs. 289/293). Señala que dicha conclusión es arbitraria, por cuanto en el escrito de promoción de la demanda se formuló una imputación clara y concreta a "Provincia A.R.T. S.A." respecto del incumplimiento de las obligaciones que la ley puso a su cargo. De allí que -continúa- al haber quedado demostrada tal inobservancia con las pruebas obrantes en la causa, resultaba de aplicación lo dispuesto por el art. 1074 del Código Civil, debiéndose -en consecuencia- declarar procedente la acción (v. fs. 289 vta./290). En otro orden, y en la inteligencia que la suerte del recurso implicará la modificación de la condena en costas, peticiona se deje sin efecto la dispuesta contra el actor con relación a los honorarios de la representación letrada de la aseguradora (v. fs. 292). II. El recurso no prospera. 1. a. Tiene reiteradamente dicho esta Corte que la interpretación de los escritos constitutivos de la litis constituye una facultad privativa de los jueces de grado, y las conclusiones que al respecto formulen sólo son revisables en esta Sede extraordinaria mediante la idónea alegación y eficaz demostración del absurdo (conf. causas L. 99.082, "Ferreyra", "Solís", sent. sent. 2-VII-2010; de de 24-IV-2011; L. 97.912, L. 98.775, "Cabrera", sent. de 14-X-2009; entre muchas otras). b. En la especie, además de prescindirse de toda denuncia relativa a la supuesta configuración del aludido vicio, los cuestionamientos que se esbozan en torno a las conclusiones a las que arribó el a quo para desestimar la pretensión de extender solidariamente la condena a la aseguradora de riesgos del trabajo no resultan suficientes, en modo alguno evidencian que la decisión provenga del error grave, grosero y manifiesto que autoriza la apertura de la instancia extraordinaria en lo que concierne a la revisión de cuestiones de hecho y prueba. La crítica no cumple con la carga de la adecuada fundamentación que requiere el art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial, ya que no se ocupa de rebatir eficazmente las argumentaciones del fallo que se constituyeron en factores esenciales de la decisión adoptada. Si bien puede resultar opinable lo expuesto por el tribunal al expresar que la parte actora en orden a la pretensión fundada en el derecho civil "nada argumenta, siquiera someramente, para hacer responsable a través de esa vía a la A.R.T." (v. sent., fs. 267), por cuanto el escrito de inicio permite advertir que le fue adjudicada a Provincia A.R.T. S.A. responsabilidad civil extracontractual por inobservar las obligaciones de control que la ley puso a su cargo (v. demanda, fs. 13 y vta.); lo cierto es que en el recurso se ha marginado de todo agravio la definición que -sustentada en la doctrina del precedente de este Tribunal L. 82.874, "M., A.", sent. de 11-IV-2007- plasmó el a quo en su pronunciamiento al juzgar que no se había concretado en la demanda que el incumplimiento atribuido a la aseguradora hubiera devenido en condición necesaria para generar el daño (v. sent., fs. 267, 3er. párrafo). En este orden, se ha sostenido que es requisito ineludible del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley la impugnación motivaciones concreta, esenciales del directa y eficaz pronunciamiento de las objetado, siendo insuficiente el que deja incólume la decisión por falta de cuestionamiento de los conceptos sobre los que la misma se asienta (conf. causas L. 104.784, "Riedel", sent. de 24-VIII-2011; L. 103.003, "Tristani Cárdenas", sent. de 3-XI-2010; L. 93.135, "Mosquera", sent. de 24-VI-2009; L. 92.043, "Isoardi", sent. de 5-XI-2008; L. 87.862, "Cardozo", sent. de 16-V-2007; entre muchas otras). c. Resta indicar, para conocimiento del recurrente, que la cita de la jurisprudencia emanada de los fallos emitidos por distintos organismos jurisdiccionales (v. rec., fs. 290/292) no constituye la doctrina legal a que alude el art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial (conf. causas L. 101.038, "R., M.", sent. de 10-XI-2010; L. 93.147, "Facorro", sent. de 14-IV-2010; L. 93.721, "Martín", sent. de 29-IV-2009). d. Tampoco resulta útil la denuncia de violación de la doctrina proveniente de la causa L. 83.118, "S. V.", sent. de 9-V-2007, cuyos lineamientos, para más, no han sido debidamente individualizados por el quejoso (v. rec., fs. 291 vta.), quien únicamente extrae una parcela de lo fallado por este Tribunal en el mentado precedente, que agrego, fue resuelto en un contexto fáctico disímil al que rodea al sub insuficiencia lite, del en recurso una decisión extraordinario fundada en la interpuesto en aquella oportunidad. 2. Finalmente, y sin dejar de resaltar la pobreza argumental que acompaña al agravio, cabe señalar que en razón de la solución que se propicia en el apartado anterior, no cabe tratar la petición por la que pretende se deje sin efecto la imposición de costas a cargo de la parte actora en concepto de honorarios regulados en la instancia a la representación letrada de "Provincia A.R.T. S.A.". III. Por lo expuesto, corresponde rechazar el recurso deducido, con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Negri, Hitters y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votaron la segunda cuestión también por la negativa. A la tercera cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. En su recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, la parte demandada invoca la transgresión de los arts. 29 y 32 de la ley 11.653; 163 inc. 6 del Código Procesal Civil y Comercial; 23 de la Ley de Contrato de Trabajo; 14 de la ley 24.557; 512, 902, 907, 1072, 1075, 1109, 1113 y 2311 del Código Civil; 110, 111 y 118 de la ley 17.418; 15, 20, 31, 161, 166, 168 y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; 17 y 18 de la Constitución nacional y doctrina legal que identifica. 1. Sostiene que la sentencia de grado parte de una premisa errónea, ya que para juzgar acreditada la existencia del vínculo laboral, el tribunal remitió a los fundamentos que expusiera al resolver la causa "Ríos, Ramón Santos c/ Bianco Helio y otra s/ Despido" (expte. 9539), de trámite por ante ese mismo órgano jurisdiccional, cuando en esas actuaciones, como fuera manifestado en el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley que se dedujera contra el pronunciamiento allí dictado, dicha cuestión no había sido debidamente analizada, pues se había soslayado el tratamiento de la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por la parte demandada. En tales condiciones, afirma, el juzgador ha incurrido en la arbitrariedad de emitir ambas sentencias omitiendo expedirse sobre aspectos decisivos de la litis, lo cual condujo además a condenar a su parte a pagar una indemnización por daños y perjuicios sin ser empleador, propietario o administrador del establecimiento donde el actor prestaba tareas, ni tampoco dueño o guardián de la cosa presuntamente riesgosa que provocó las afecciones que este último alegó padecer. 2. Se opone a la conclusión que juzgó acreditado el carácter riesgoso de la actividad desempeñada por el actor Ríos en su lugar de trabajo, ya que las tareas que allí se prestan no pueden enmarcarse -tal como erróneamente hubo de considerarlo el tribunal a quo- dentro de la definición de cosa productora de riesgos a que se refiere la norma del art. 1113 del Código Civil. Alega también que el tribunal, "en exceso de interpretación" de la prueba testimonial, entendió que el trabajo efectuado por el accionante era riesgoso. Expresó, además, que estar parado frente a una máquina no es una tarea que pueda así ser calificada, de hecho -afirma- miles de personas trabajan en estado de bipedestación y nunca en su vida tienen várices (sic. fs. 309). 3. Finalmente controvierte el rechazo de la condena a "Provincia A.R.T. S.A.", y ello por considerar que si bien la pretensión actoral se sustentó en las disposiciones del derecho común, ésta debe responder por las obligaciones que ha contraído en el marco de la ley 24.557. Ello es así, expresa, por cuanto eximirla de toda responsabilidad implicaría un daño al empleador, quien se vería privado del beneficio del seguro que ha contratado. II. El recurso prospera parcialmente. 1. a. En lo que concierne al primer agravio, cabe señalar que el tribunal de grado tuvo por acreditada la existencia de una relación laboral entre las partes, así como sus modalidades, remuneración y tareas cumplidas por el actor, por conducto de la remisión que efectuó a las consideraciones vertidas en la sentencia que emitiera en los autos caratulados "Ríos, Ramón Santos c/ Bianco, Helio s/ Despido" (expte. 9539), que tramitaran también por ante ese mismo órgano jurisdiccional, pues -indicó- las argumentaciones que las partes esgrimieron en las presentes actuaciones resultaron idénticas a las que formularon en el expediente antes citado, siendo además los mismos testigos los que declararon en oportunidad de celebrarse la audiencia de vista de la causa, habiendo éstos -inclusivereiterado sus dichos. No obstante lo cual, y a los efectos de salvaguardar la autosuficiencia del fallo, procedió a transcribir los párrafos fundamentales que definieron la solución brindada en aquel pronunciamiento (v. fs. 258 vta./259 vta.). En tales condiciones, determinó que el actor Ramón Santos Ríos trabajó para el demandado Helio Blanco desde el mes de febrero de 1990, cumpliendo tareas de "trinchador - desflorador", siendo su mejor remuneración mensual, normal y habitual percibida durante el último año de $ 1.120; juzgó acreditado también, que la relación laboral "siempre fue mantenida sin registrar" (v. vered., fs. 259 vta.). b. Frente a tales definiciones, la crítica que porta el recurso -sustentada principalmente en la supuesta ausencia de tratamiento por parte del tribunal a quo de la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por la parte demandada en las actuaciones por las que tramitó el despido del actor (expte. 9539)- deviene improcedente para obtener la modificación de lo aquí decidido. En oportunidad de resolver el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido contra la sentencia dictada en el expediente "Ríos, Ramón Santos c/ Bianco, Helio s/ Despido" (expte. 9539), de cuya existencia da cuenta el agraviado en su queja, esta Suprema Corte hubo de confirmar tal pronunciamiento por considerar que la decisión -precisamente- tuvo como punto de partida a la defensa, de falta de legitimación pasiva, excepción basada en el argumento que indicaba que Helio Blanco también resultaría dependiente de quien sería el empleador de Ríos "Vicente Bianco Sucesión". Al respecto, esta Corte remarcó que expresamente el a quo había declarado, tras ponderar las diferentes constancias de la causa, que "toda la construcción defensista del accionado podría haber tenido algún tipo de andamiaje en el caso de que la relación laboral estuviera registrada"; esto último también hubo de reiterarlo el tribunal de grado en estas actuaciones (v. vered., fs. 259 y sent., fs. 264). La impugnación exhibe, en el punto, un notorio apartamiento de los argumentos en los que se sustentó el fallo que se impugna, déficit que autoriza a desestimar sin más el agravio. 2. El agravio que atañe a la calificación de la actividad desempeñada por el actor como riesgosa también deviene insuficiente. a. El tribunal juzgó acreditado en el veredicto que el accionante presenta "várices en safenas internas y externas de los dos miembros inferiores, con complicaciones por úlcera varicosa y dermatitis ocre", que le provoca una minusvalía del 25% de la total obrera. También halló probada la calidad de cosa viciosa o riesgosa de las tareas que originaron el daño en la salud del trabajador y su consecuente incapacidad (v. vered., fs. 260/261 y sent., fs. 265). En este último aspecto, y con sustento en la doctrina de este Tribunal emanada del precedente L. 79.690, "R., L." (sent. de 28-VI-2006), sostuvo que la expresión "cosa" utilizada por el art. 1113 del Código Civil excede el marco restringido de la definición del art. 2311 del ordenamiento citado y, en este sentido, puede ser utilizada para designar conceptualmente una tarea (v. sent., fs. cit.). Asimismo, dicho órgano jurisdiccional entendió que en la especie resultaba de aplicación lo decidido por esta Corte al fallar en la causa L. 76.864, "Obredor", sent. de 13-IV-2005, donde manifestó que en el análisis del art. 1113 del Código Civil lo importante era examinar si la tarea reviste el carácter de riesgosa, así como la incidencia de las circunstancias de tiempo, modo y lugar en su realización, ya que existe una gran cantidad de daños que se producen sin la intervención de cosas y no por ello cabe desestimar la responsabilidad (v. sent., fs. 265 vta.). b. El planteo referido a la interpretación que efectuó el tribunal de grado del art. 1113 la parte del Código Civil, no es de recibo. En fundar su su escrito pretensión, de inicio, sostuvo que las actora, al condiciones de trabajo o bien las labores que cumplía el coaccionado para Blanco eran riesgosas (v. fs. 12 vta./13); sustentó su reclamo -entre otras normas- en el art. 1113 del Código Civil (v. fs. 19 vta.). Frente a ello al contestar la demanda, ni aun en subsidio de sus principales defensas el mentado codemandado esgrimió argumento alguno vinculado con el concepto de cosa riesgosa al que alude el citado precepto legal; más aún, cuando expresamente se refirió a las tareas realizadas por el actor, causal sólo afirmó el supuesto con que éstas no guardaban relación padecimiento de (v. fs. independientemente de opinión que aquél 64/71). Luego, e la pueda merecer lo juzgado en el punto por el a quo, la crítica traída en el recurso deducido luce extemporánea, fruto de una reflexión tardía, lo que obsta a su análisis en esta Sede extraordinaria (conf. doct. causas L. 98.450, "Cabello", sent. de 14-III-2012; L. 98.492, "Molina", sent. de 23-XI-2011; L. 98.733, "Martínez", sent. de 3-XI-2010). c. Sin perjuicio de lo expuesto, cabe destacar que las argumentaciones dirigidas a objetar la labor axiológica desplegada por el tribunal en torno a los hechos y las pruebas tampoco se presentan como eficaz propuesta de impugnación. Tiene reiteradamente dicho esta Corte que tanto el análisis del material probatorio aportado por las partes al proceso, como la determinación relativa a si se configuran -o no- los presupuestos que tornan viable la procedencia de la acción de daños y perjuicios deducida en los términos de los arts. 1109 y 1113 del Código Civil, es facultad privativa de los jueces de mérito, salvo absurdo, que debe ser demostrado por quien lo invoca (conf. causas L. 88.380, "M., M.", sent. de 24-V-2011; L. 99.420, "A., G.", sent. de 29-IX-2010; L. 90.803, "Solís", sent. de 7-X2009; L. 95.476, "Mendoza", sent. de 26-XI-2008; entre otras). En la especie, no sólo ha incumplido el recurrente con denunciar la supuesta configuración de este excepcional vicio invalidante, sino que además no despliega argumentos válidos tendientes a neutralizar las concretas razones con las cuales el juzgador de grado -partiendo de una definición fáctica lograda en ejercicio de facultades que por regla le son privativas- fundó el acogimiento de la demanda por la que se pretendía la reparación integral del daño. Sólo se limita a contraponer su mera y discrepante opinión, así, aquella por la cual le endilga al trabajador no haber comunicado al accionado -se entiende, vigente al supuesto vínculo- que las tareas prestadas perjudicaban su salud, para que de este modo se dispusiera el cese de dicha actividad o bien se modificaran las condiciones de trabajo (v. rec., fs. 308 in fine y vta.). Luego, resulta de aplicación la doctrina de esta Corte que tacha de insuficiente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley que agota su pretensión en el mero intento de sustituir el criterio de los jueces de origen -en lo concerniente a las cuestiones fácticas y probatorias- por el propio, porque el absurdo se configura ante el error grave y manifiesto, siendo ineficaz a los fines de su demostración la mera exhibición de una opinión discrepante en orden a la apreciación de los hechos (conf. causas L. 100.928, "González", sent. de 21-IV-2010; L. 99.061, "Sacchi", sent. de 20-V-2009; L. 93.006, "Hermann", sent. de 28-V-2008; entre muchas más). A la par, tampoco puede tener favorable recepción la argumentación por la que se le reprocha al sentenciante haber tenido por acreditado el carácter riesgoso de las tareas prestadas por el actor con las declaraciones brindadas por dos testigos (v. rec., fs. 308 vta./309), pues, el agravio compareciente privativa que de así planteado disputarle tiene de revela al apreciar la juzgador la intención la prueba, del facultad esquema impugnatorio inapropiado para revertir el fallo en casación (conf. causa L. 83.812, "Glorioso", sent. de 30-VIII-2006). Siendo dable resaltar, además, que las prerrogativas que en materia de selección, jerarquización, habilidad, mérito y eficacia de la prueba testimonial ejercen los jueces del trabajo, sólo ceden si se demuestra la concurrencia de un razonamiento absurdo o incompatible con las constancias que derivan de la causa (conf. L. 103.502, "Peñalva", sent. de 10-VIII-2011), acontecido. lo que en la especie -reitero- no ha 3. Asiste razón en cambio al recurrente en cuanto pretende le sea extendida la condena a la aseguradora de riesgos del trabajo hasta el límite de las prestaciones previstas en la ley 24.557 (v. rec., fs. 310/311 vta.). En efecto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación al fallar en la causa A. 2652. XXXVIII, "Recurso de hecho. Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios Industriales S.A.", sent. de 21-IX-2004 ("La Ley", suplemento especial de 27-IX-2004), puntualmente expresó que -aun derribado en un caso concreto, por inconstitucional, el valladar a la reparación integral contenido en el art. 39 de la ley 24.557- las aseguradoras de riesgos del trabajo no han de quedar relevadas de satisfacer las obligaciones que han contraído en el marco de la Ley de Riesgos del Trabajo, posibilitando que el empleador pueda encontrar protección en la medida de su aseguramiento (conf. consid. 14º del voto de los dres. Petracchi y Zaffaroni; consid. 11º del voto del doctor Maqueda). Siguiendo las directrices emanadas del citado precedente, esta Corte ha tenido oportunidad de expresar -por mayoría- que el daño sufrido por el trabajador o sus derechohabientes debe ser atendido por quien resulte obligado a su pago, sea la compañía aseguradora de riesgos del trabajo, el empleador o ambos según el modo en que hayan quedado acreditadas las bases de sus respectivas responsabilidades (conf. causa L. 87.394, "V. d. C., M. C.", sent. de 11-V-2005), ya que -en su caso- la patronal deberá obtener protección en la medida del aseguramiento (conf. causas L. 86.587 "Zaccardi", sent. de 21-VI-2006; L. 84.402, "Barrientos", sent. de 13-IX-2006; L. 84.640 "Calderón de Loiza", sent. de 18-VII-2007; entre muchas). Adviértase que al presentarse al litigio, el codemandado Blanco sostuvo la aplicación al caso de la ley 24.557 (v. fs. 68 vta.), peticionando a todo evento -por conducto de la cita del precedente L. 81.216, "Castro"- la condena de la restante coaccionada en los límites de la Ley de Riesgos del Trabajo (fs. 69/70) y la Aseguradora de Riesgos del Trabajo manifestó que sólo eventualmente podría resultar responsable dinerarias por previstas en las la prestaciones ley 24.557, en en especie virtud y del contrato de afiliación suscripto con aquélla (v. fs. 107 vta.). Luego, si bien es cierto que si -declarada la invalidez constitucional del art. 39 de la ley 24.557, como ha ocurrido en la especie (v. sent., fs. 263/264), en conclusión que no ha sido motivo de agravio- la reparación integral deberá obtenerse de quien resultó ser el empleador que se benefició con el trabajo del dependiente dañado, no lo es menos que del monto presupuestado en tal concepto deberá ser descontada -en su caso- la incidencia reparatoria de la porción prestacional garantizada por el sistema de la ley especial, que debe quedar a cargo de la Aseguradora de Riesgos del Trabajo (conf. causa L. 87.394, "V. d. C., M. C.", cit.). De ahí que resulte necesario precisar el límite de las prestaciones que eventualmente se encuentra obligada a otorgar la firma aseguradora de conformidad a las pautas de la ley 24.557, para así poder estar en condiciones de determinar el alcance con que deberá responder el empleador (como quedó dicho: por la porción del daño padecido por el trabajador que no alcanza a ser resarcido por las prestaciones de la ley especial). III. Por lo expuesto, corresponde hacer lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido y revocar la sentencia de grado en cuanto excluyó de toda condena a "Provincia A.R.T. S.A.". La causa deberá ser devuelta al tribunal de origen para que se expida respecto de la obligación que en su caso le cabe a ésta en orden contempladas en al la otorgamiento ley especial de de las prestaciones conformidad con lo en el precedentemente manifestado. Costas de esta instancia extraordinaria orden causado (art. 289, C.P.C.C.). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. A la tercera cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: Adhiero al voto del doctor Soria y a la propuesta de remitir la causa a la instancia de origen a los fines de que el tribunal de trabajo precise el límite de las prestaciones a las que eventualmente se encuentra obligada a otorgar "Provincia A.R.T. S.A." en los términos de la ley 24.557 y el contrato de afiliación suscripto con el demandado. Ello así, toda vez que, como lo he expresado en la causa L. 93.024, "Ojeda", sent. del 2-VII-2010, una nueva reflexión me lleva a suscribir la doctrina sentada en el precedente L. 87.394, "V. d. C., M. C. y otros", en cuanto allí reparación se dispuso integral a que cargo corresponde del descontar empleador, el de la importe equivalente a las prestaciones garantizadas por el sistema de la ley especial, por los que responden las aseguradoras de riesgos del trabajo. Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la tercera cuestión también por la afirmativa. La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Negri, votó la tercera cuestión también por la afirmativa. Con siguiente lo que terminó el acuerdo, dictándose la S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de conformidad con lo dictaminado por el señor Subprocurador General, se hace lugar parcialmente al recurso extraordinario de nulidad traído y, en consecuencia, se anula la sentencia del tribunal del trabajo exclusivamente en cuanto omitió expedirse sobre el reclamo vinculado a la aplicación de intereses al capital de condena (art. 298, C.P.C.C.). Con relación al de inaplicabilidad de ley también deducido por la parte actora, se lo rechaza, con costas (art. 289, Cód. cit.). Respecto del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto por la demandada, se hace lugar parcialmente al mismo y se revoca la sentencia impugnada con el alcance establecido en el apartado III, del voto emitido en primer término respecto de la tercera cuestión aquí resuelta. Costas por su orden, en atención al progreso parcial del recurso (art. 289, C.P.C.C.). Vuelvan los autos al tribunal de origen para que -con otra integración- renueve los actos procesales que estime pertinentes y oportunamente dicte el pronunciamiento que corresponda con arreglo a lo que aquí se ha resuelto. Regístrese y notifíquese. HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS HILDA KOGAN GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario sm