EMPLEADO Y GERENCIA COMO FACILITADORES DEL CAMBIO Por: Eneida Sierra Presidenta de People’s Advantage, Inc. Conversaba recientemente con un Gerente General de una conocida empresa multinacional sobre diferentes temas de desarrollo organizacional, cuando de pronto hizo una larga pausa....como si buscara las palabras precisas que describieran el pensamiento que deseaba comunicar. Finalmente dijo: " ¿sabe?, los cambios en nuestra industria son violentos. El entorno que rodea nuestra empresa está revolucionado, las presiones son extraordinarias y la ansiedad y tensión ya no pueden ser mayores". Se detuvo nuevamente y continuó, "mantener cualquier empresa competitiva en estos días, sobrevivir a las amenazas del mercado, aprovechar las oportunidades y superar los retos del entorno, es labor de titanes. Siento que nos jugamos la vida de nuestra empresa cada día". Reflexionó un momento y continuó: "pero....¿ no creerá?; mi mayor preocupación no es el reto de ajustarnos al nuevo mercado y sus presiones. La capacidad, los talentos y la creatividad para ajustarnos y salir airosos la tenemos. Mi mayor preocupación, mi mayor ansiedad, surge de la resistencia de mucha de nuestra gente a los cambios que nos vemos forzados a hacer para salir adelante y mantenernos competitivos. Muchas veces pienso que invertimos más tiempo, energías y recursos en armonizar nuestras diferencias y conflictos en el manejo de los cambios, que en producir innovaciones y formas creativas de generar e implantar los mismos. Esto nos retraza y nos hace perder velocidad. Mientras tanto la competencia arroya". Aprovechando una pausa pregunté: ¿Cuál considera usted es la mayor contribución que podría hacer su gente al mantenimiento de la competitividad de su empresa ? Sin pensarlo mucho contestó: "Comprender que la empresa se juega la vida todos los días, que los cambios son parte de la esencia misma de nuestra vida empresarial y que sean generadores y facilitadores de los cambios que el entorno nos fuerza a hacer". El escenario que nos describe este Gerente General seguramente no es muy diferente al de muchas otras organizaciones en Puerto Rico. Son muchas las organizaciones que quieren encontrar la fórmula mágica que pueda unir la gerencia y los empleados en un propósito común: generar, promover y facilitar los cambios y las innovaciones necesarias para crear productos y servicios que hagan exclamar a los clientes ¡WOW ! … y por lo tanto, alcanzar niveles más altos de competitividad y bienestar para su recurso humano. La mala noticia, sin embargo, es que no existe tal fórmula. Hay que crearla a la medida para cada organización a base de su nivel de desarrollo, su visión de futuro, su entorno de mercado, sus estrategias de negocios, las actitudes de sus empleados y su clima organizacional. En este proceso es necesario diagnosticar e identificar cuáles son las fuerzas impulsoras y las fuerzas restrictoras del cambio. Todo esto, junto al proceso creativo de generar soluciones, sirven de base a la creación de un plan estratégico de implantación de los cambios cónsono con las metas, valores y estrategias de negocios. El mayor reto en todo esto es desaprender, deshacerse de muchos paradigmas que en la actualidad no tienen vigencia, para dar cabida a los nuevos modelos mentales y paradigmas que permitan utilizar nuevos estilos y prácticas gerenciales y nuevas formas de organizar y realizar el trabajo. Un empresario me comentaba recientemente, "mi mayor problema no es la competencia en el mercado, sino la forma en que mi gente piensa sobre los cambios que tenemos que hacer para mantenernos competitivos". ¿Por qué es tan difícil lograr armonía, sincronización y aceleración en los procesos de cambios cuando la mayoría de las personas aceptan en su carácter individual que las organizaciones tienen que cambiar y ajustarse a las exigencias del mercado?, ¿Como es posible que estas mismas personas puedan luego " resistir" los cambios que afectan su forma de realizar el trabajo?, ¿Será cierto que el ser humano resiste el cambio por naturaleza y por ello se resisten a los cambios organizacionales? Soy fiel creyente de que la mayoría de los empleados son receptivos a los cambios cuando los mismos se resignifican de forma tal que les haga sentido a base de su realidad. Sin embargo, hay que reconocer que en estos procesos opera el principio humano de "ganancias a obtener y pérdidas a evitar". No creo que la resistencia al cambio sea producto mayormente de la propia naturaleza humana. Mi experiencia en esta clase de procesos me lleva a concluír que la mayoría de las veces la llamada " resistencia" al cambio surge de la poca planificación de los cambios, acompañada de un pobre proceso educativo y comunicación fragmentada que impide al personal comprender la naturaleza del cambio y cómo les afecta. Si a esto le añadimos el temor a lo desconocido debido a que generalmente trae malas consecuencias, entonces tenemos los ingredientes necesarios para que el personal reaccione a los cambios de forma exceptica o negativa. La gerencia puede contribuír grandemente a que los cambios organizacionales fluyan con poca resistencia y altos niveles de compromiso si planifican estratégicamente los procesos de cambio y ayudan a los empleados proveyéndoles “herramientas” para manejar las diferentes fases de transición del mismo (Negación, Resistencia, Exploración y Compromiso). Para ello, sin embargo, la gerencia debe adquirir conocimientos y destrezas que los capacite para planificar, manejar y modelar su propio proceso de cambio y apoyar a sus respectivos empleados a pasar por las diferentes etapas de transición que requiere el mismo. Los empleados a su vez pueden contribuír a la implantación exitosa de los cambios organizacionales si ellos mismos se capacitan para manejar los mismos a nivel personal y a nivel organizacional. En este sentido, el empleado debe ser proactivo y apoyarse en su fortaleza interna para manejar su proceso de transición. Esto requiere que la persona cree un clima interno positivo, eliminando creencias limitantes y reafirmando el poder de su fuerza interna para aprovechar las oportunidades que usualmente están presentes en los procesos de cambio y superar los retos que igualmente les acompaña. Partiendo de la premisa de que la mayor seguridad está en la persona misma, el empleado podría prepararse proactivamente para los cambios organizacionales de la siguiente forma: Cree su propia seguridad – amplíe los límites de su trabajo, vaya más allá, sea versátil y flexible, salga de la zona de confort. Fortalézcase internamente, desarrolle su poder personal. Aprenda a responder al cambio proactivamente. Esté atento a las oportunidades. Evalúe cómo ha respondido y manejado transiciones anteriores ¿qué aprendió? ¿cómo puede utilizar ahora este aprendizaje? Comprenda las cuatro fases del cambio (negación, resistencia, exploración, compromiso). Cree su propia red de apoyo para manejar la transición del cambio. El cambio no tiene que ser un proceso negativo, caótico o traumático. Por el contrario, el cambio puede ser excitante, producir grandes satisfacciones y ser una excelente experiencia de aprendizaje y desarrollo. Para ello, sin embargo, es necesario proponérselo y trabajar proactivamente para ello. Confío que los amigos lectores se alerten a la posibilidad de buscar oportunidades en los procesos de cambio que les toque vivir, que aprendan mucho de los mismos y que logren navegar en los cambios organizacionales con la misma facilidad que los “surfers” desafían y cortan las embrabecidas olas de un mar picado.