Historia Antigua de España

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TEMA 1:
Las sociedades de los cazadores−recolectores:
· Los primeros pobladores:
Las excavaciones en la Sierra de Atapuerca (Burgos) descubrieron un conjunto de restos humanos de hace
800.000 años aprox. Estos restos pertenecían a una especie a la que llamaron homo antecessor, que es el
antepasado del homo sapiens. Estos hallazgos constituyen los más antiguos de Europa Occidental, ya que
anteriores a ellos sólo hay restos en Georgia (Cáucaso), que pertenecen al homo ergaster, cuya llegada a
Europa fue hace 1'6 millones de años.
En la sima de los Huesos de Atapuerca se encontraron 32 individuos pertenecientes al homo Heidelbergensis
(350000 años antigüedad). Este y sus sucesores (homo neanderthalensis), tenían un aspecto más robusto (cejas
prominentes, frente huidiza y grandes mandíbulas) con capacidad craneana de 1500 cm3. Los restos
neanderthales son más abundantes (Cova Negre− Játiva y Bañolas−45000 años antigüedad). La llegada a
Europa del homo sapiens moderno ( hace40000 años) comportó la extinción de los últimos neanderthales,
hace 15000 años.
· El Paleolítico peninsular:
Los primeros pobladores peninsulares no producían alimentos y su supervivencia se basaba en la caza, la
pesca y la recolección de frutos. Eran nómadas, ya que se desplazaban siguiendo rebaños de animales o
cuando las condiciones climáticas les eran desfavorables. Presentaban una organización social colectiva y
vivían en pequeños grupos sin división del trabajo ni jerarquización social.
Del Paleolítico Inferior se han hallado importantes restos (cantos golpeados hasta obtener filo o bifaces
tallados a ambos lados, junto a restos de animales que les servía de alimento). Destacan los yacimientos de
Torralba y Ambrona (Soria) con abundantes restos de animales, cuyos huesos fueron utilizados para fabricar
útiles.
Del Paleolítico Medio (90000−35000) habitado por neanderthales, se han encontrado restos de útiles, y de
animales en cuevas de las montañas peninsulares (El Castillo−Cantabria, Lezetxiki−País Vasco, Peña
Miel−La Rioja, L'Arbreda−Gerona). La práctica de rituales funerarios está documentada en yacimientos como
Cueva Moría (Cantabria)
El Paleolítico Superior (35000−5000) está asociado a restos humanos parecidos a los del hombre actual (homo
sapiens), a un gran perfeccionamiento y especialización en las industrias líticas, al uso de nuevos materiales
(hueso, astas) y la aparición del arte rupestre y mobiliar. Destacan Las Caldas y Tito Bustillo−Asturias,
Parpalló−Valencia, Urtiaga− Guipúzcoa
· El arte rupestre:
La Península posee muchas cuevas o abrigos que conservan pinturas y grabados paleolíticos. La mayoría de
ellos están en la zona Cantábrica (El Castillo, El pindal, Tito Bustillo, Las Monedas, Santimamiñe y sobre
todo Altamira) aunque estás repartidas por toda la península.
Es un arte figurativo en el que destacan los animales pintados con técnica naturalista. Las figuras se hallan
superpuestas y no forman ninguna escena, aunque presentan efectos de volumen y movimiento gracias al uso
del color y del aprovechamiento de los salientes de las rocas. Predominan el negro (contornos) y tonos ocres.
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En la zona levantina destacan las pinturas halladas en abrigos al aire libre (Cogull−Lérida,
Ulldecona−Tarragona, Albarracín−Teruel, La Valltorta−Castellón) con una cronología más tardía
(Epipaleolítico, 10000−5000 a.C.) Representan escenas de carácter narrativo con proliferación de figuras
humanas( cacerías, recolección...) Se utilizan colores planos (rojo y negro) y en ellas aparece una gran
estilización de las formas que tiende a la esquematización.
Las pinturas rupestres han sido relacionadas con prácticas y creencias mágicas y podrían formar parte de ritos
o ceremonias propiciatorias de la caza (pintan el animal que desean cazar). También se han interpretado las
cuevas como santuarios en los que las pinturas llevan un orden relacionado con prácticas espirituales o la
existencia de mitos, con los animales como protagonistas.
Además, se han encontrado esculturas, grabados y pinturas sobre piedra, hueso y asta (arte mobiliar).
Podemos encontrar representaciones de animales, humanos o símbolos abstractos en objetos cotidianos
(bastones).
Agricultores y metalúrgicos:
Aparecen las comunidades neolíticas hace 7000 años, donde se inicia la agricultura y la ganadería (producción
de alimentos) y la elaboración de cerámica y tejidos. Esto propició el sedentarismo, surgiendo los poblados.
· El Neolítico peninsular:
El Neolítico proviene de las corrientes culturales de Oriente próximo y de la evolución de las culturas
autóctonas en contacto con nuevas influencias.
1ª fase: Se da alrededor del Mediterráneo (yacimientos costa valenciana Cueva de l'Or). Los asentamientos
son en cuevas y se identifican por elaborar cerámica cardial (decorada con conchas de molusco) y por la
aparición de utensilios agrícolas (hachas, azadas...) Cultivaban cebada, trigo y leguminosas y domesticaban
animales (ovejas y cabras.
2ª fase: entre el quinto y tercer milenio. Los yacimientos se sitúan en tierras fértiles y bien regadas de los
llanos, donde se construyen poblados estables. Proliferan las sepulturas, pero organizadas en necrópolis,
alrededor de los poblados. Son los sepulcros de fosa, en los que los difuntos son enterrados en una fosa
excavada en el suelo, en cistas o en sepulcros de corredor y acompañados de un ajuar funerario ( yacimiento
Bóvila Madurell)
Las estructuras sociales se hacen más complejas gracias a una organización diversificada del trabajo y a la
gestión del excedente alimentario. Hay una jerarquización social descubierta gracias a objetos de prestigio en
las tumbas. Entre estos encontramos la variscita, una piedra verde con la que se elaboran objetos de
ornamento. Este mineral nos indica la existencia de actividades mineras y de su comercio. Las minas de Can
Tintoré, de Gavá (Cataluña) son las más antiguas de Europa.
· Las sociedades con metalurgia:
Entre el tercer y segundo milenio, se introduce la metalurgia del cobre y después la del bronce. Sus inicios se
relacionan con la aparición del megalitismo (tumbas colectivas hechas con grandes piedras). Yacimientos de
Menga, Los Millares y Vieira (Extremadura y Andalucía).
Los sistemas de riego, el abono de los campos y la introducción del arado reforzaron el papel de la agricultura
en la alimentación humana y la sedentarización. Las poblaciones se apegaron a sus tierras de cultivo y
construyeron poblados amurallados (Los Millares). En yacimientos se han encontrado hachas, cuchillos... de
cobre. Aparece la cerámica del vaso campaniforme, con forma de campana invertida, extendida por toda
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Europa y relacionada con el comercio del metal.
En el 1700 el paso de la metalurgia del cobre a la del bronce se documenta en la cultura de El Argar
(Almería), cuyos poblados ocupaban una amplia zona del sureste peninsular: Murcia, Almería, Alicante,
Granada, Jaén y Albacete. Presentan una estructura protourbana y una jerarquización social con jefes de la
comunidad, que se demuestra por la existencia de tumbas con ajuares de armas y más ricos que en la época
del cobre.
De esta época es la cultura talayótica de las Baleares, caracterizada por la construcción de talayots (torres que
flanqueaban el recinto amurallado), taulas (mesas con función incierta) y navetas (recintos con forma de nave
invertida con finalidad funeraria) como la de del Tudons.
El final del segundo milenio fue una época de grandes cambios. Llegan a las costas levantinas por el
Mediterráneo los fenicios, griegos y cartagineses, y pueblos indoeuropeos entran a través de los Pirineos y se
establecen en el norte desarrollando una cultura castreña. Esto ayuda a difundir la metalurgia del hierro y la
escritura.
Invasiones, colonizaciones y pueblos indígenas:
A partir del primer milenio tenemos noticias escritas, fundamentalmente de historiadores griegos y romanos.
Así sabemos que en esa época penetraron en la Península emigrantes indoeuropeos y comerciantes
mediterráneos y que floreció el reino de Tartessos
· Migraciones indoeuropeas y colonizaciones:
Desde el s.XI hasta el s.VI, pueblos indoeuropeos entran en la Península por los Pirineos. Se trata de un grupo
de pueblos procedentes de Centroeuropa con una misma lengua: el indoeuropeo. Se asentaron en Cataluña y
en la Meseta, y se expandieron hacia el norte y el oeste. Conocían el hierro, su economía se basaba en la
agricultura y la ganadería y practicaban un ritual funerario consistente en incinerar el cadáver y depositar sus
cenizas en urnas (campos de urnas)
El área meridional, rica en cobre, plata y oro, situada en la ruta del estaño fue el lugar escogido por los
pueblos provenientes del este del mediterráneo para fundar establecimientos de carácter comercial
• Los fenicios: fundaron sus primeras colonias en el sudeste peninsular. Gadir (Cádiz)
• Los griegos: desembarcan en el s.VIII, pero sus actividades no están bien documentadas hasta el s.VI.
Enclaves coloniales: Ampurias (Gerona) y Mainake (Málaga)
• Los cartagineses: s.VI−V. Continúan la tarea colonizadora de los fenicios. Colonias en Ibiza (Ebusos)
y Almería (Villaricos) con Cartago Nova como el exponente más claro de su poder
Los contactos comerciales entre colonizadores púnicos y griegos y pueblos indígenas favorece el desarrollo
agrola de los pueblos peninsulres y de las actividades artesanas, así como la metalurgia del hierro. El
comercio se basa en la moneda, el urbanismo y la escritura.
Historiadores griegos dejan consancia escrita de un pueblo situado en el sur, Tartessos. Basaba su riqueza en
las minas de oro, plata y cobre y en el control del estaño de la ruta atlántica. No se han hallado restos de
ciudades, pero sí de tesoros de oro y plata.
· Iberos y celtas:
Desde el s.V la Península se dividía en dos zonas culturales diferentes:
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• Iberos: Estaban influenciados por el contacto con las civilizaciones púnica y griega, y se situaban en
la costa este y sur. Presentaba características comunes. Tenían una economía agrícola basada en
cereales, la vid y el olivo, pero cultivaban plantas para uso textil. En el sur explotaban las minas y
desarrollaron una importante metalurgia, destacando la fabricación de armas (falcata) y la orfebrería.
La cerámica y el tejido comenzaron a acuñar moneda propia, desarrollándose la escritura también.
Habitaban en poblados amurallados situados en zonas de fácil defensa y su organización social se
basaba en la tribu. Existía cierta jerarquización social basada en el poder económico y militar
(aristocracia guerrera). El arte destaca en la escultura y la cerámica, con inlfuencia oriental. Eran los
turdetanos, basetanos...
• Celtas: Eran muy diferentes entre ellos, pero poseían rasgos culturales aportados por las migraciones
indoeuropeas. Presentaban elementos culturales de origen autóctono, ibero y de influencia
indoeuropea. Los que habitaban los llanos de la meseta desarrollaron una agricultura pobre basada en
los cereales, mientras que los del Sistema Central e Ibérico eran ganaderos. Eran los vacceos,
lusitanos, carpetanos...
Los pueblos del norte son menos conocidos y las fuentes romanas los presentan como primitivos. Los trabajos
artesanales de cerámica, tejido o los utensilios de bronce eran de poca calidad y estaban destinados al
autoconsumo. Los agricultores eran sedentarios y vivían en poblados (castros), pero los ganaderos eran
nómadas. Los pueblos celtas presentan organización tribal, hablaban indoeuropeo y no conocían la escritura
La Hispania romana
Roma estuvo en Hispania desde el siglo II a.C (inicio de la conquista) hasta el siglo V d.C (asentamiento de
los germanos), por lo que la Península fue un territorio de un imperio.
· La conquista:
La sumisión de los pueblos peninsulares duró 200 años. Esta conquista se dio en varias etapas interrumpidas
por períodos de inactividad bélica. La llegada de los romanos se produjo con las guerras púnicas, la guerra
entre Roma y Cartago.
Amílcar Barca, general cartaginés, quiso organizar un poderoso ejército para derrotar a los romanos utilizando
los recursos de la península (metales y guerreros), y ya poseía colonias aquí. En el 238 desembarcan en Gadir
(Cádiz) y más tarde conquistan el sur y sudeste peninsular. Fundan Cartago Nova (Cartagena) y la nombran
capital. Muchas ciudades pagaban tributos y proporcionaban hombres a Cartago. Aníbal fue elegido jefe del
ejército púnico (220 a.C.) e idea la conquista de Roma desde la Península, a través de los Pirineos y los Alpes.
En su avance atacó Sagunto (aliada romana) y casi extermina a sus habitantes. Entonces los romanos enviaron
dos ejércitos a la Península que desembarcaron en Ampurias en el año 218 a.C. Lucharon 12 años y en el 202
a.C. dominaron controlar la costa mediterránea expulsando a los cartagineses.
El segundo período (154 a.C.−133 a.C.) se caracteriza por la guerra contra los pueblos de la meseta, que fue
larga debido a la resistencia de lusitanos y celtíberos. En el 139 a.C. Viriato (jefe lusitano) fue asesinado por
sus propios oficiales, que había pactado con Roma a cambio de tierras y privilegios. El sitio y toma de
Numancia (133 a.C.), capital de celtíberos, permitió dominar el resto de la meseta. Sólo restaban las tierras del
norte (cántabros y astures), que fueron sometidas a finales del siglo I, en época del emperador Augusto, lo que
finaliza la conquista peninsular.
· Las provincias romanas de Hispania:
En el siglo II a.C. los romanos organizaron los territorios en dos provincias: Hispania Citerior (valle Ebro y
costa levantina) e Hispania Ulterior (valle Guadalquivir). Augusto, dominada toda la península, la dividió en 5
provincias: Tarraconesis (Tarraco), Carthaginensis (Cartago Nova), Baetica (Hispalis), Lusitania (Emerita) y
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Gallaecia (Bracara). En el siglo IV se crea la provincia Balearica. A su frente estaban los gobernadores, del
que dependían encargados de las funciones administrativas, jurídicas, militares o militares y sobre todos
estaba el emperador y los senadores.
También puso Roma las estructuras económicas de su sistema: formación de latifundios, propiedad privada de
la tierra, mano de obra esclava, ciudad como centro de producción y de intercambio de mercancías y la
moneda. Se establece una estructura social basada en la formación de clases según su riqueza: aristócrata
(senadores y caballeros) con cargos, tierras y fortunas; burguesía acomodada de negociantes y propietarios de
villas agrícolas, y trabajadores libres, artesanos y campesinos. Los esclavos (sin derechos) se generalizaron y
fueron abundantes en trabajos agrícolas, mineros y artesanos.
· Bases económicas: agricultura y minería:
La economía crece. Las tierras pertenecían al pueblo romano, el ager publicus, cuya propiedad detentaba el
Estado. Parte de las tierras eran devueltas a sus propietarios y también solían ser repartidas entre colonos,
soldados licenciados o indígenas sin tierras. El resto era del Estado que las concedía en arriendo. Muchas
tierras de arriendo pasaron a ser de propiedad. La clase señorial se hizo con latifundios (enormes extensiones
de tierra) que explotaban como propietarios.
La actividad agrícola y ganadera fue la base económica y se introdujeron nuevas técnicas (barbecho, regadío y
animales de tiro) que aumentaron la productividad. Los productos esenciales fueron de secano (cereales, viña
y olivo) y de regadío (frutales y hortalizas. Los rebaños de ovejas continuaron dominando la meseta sin
olvidar las actividades pesqueras.
La minería era muy importante en la Península. Muchos colonizadores acudieron en busca de metales, que
eran abundantes. Los romanos explotaron las minas, mejoraron la extracción y aumentaron la producción.
Obtenían plata (Cartagena y Sierra Morena), cobre (Huelva, Almería y Asturias), mercurio (Almadén) y oro
(Cuenca del Sil). El Estado monopolizó la explotación de minas, y más tarde permitió su arriendo a
particulares. El trabajo lo realizaban esclavos y condenados, aunque también hombres libres.
Las ciudades hispanorromanas:
Florecieron una serie de ciudades, ya sean antiguos municipios revitalizados por Roma (Tarraco), o nuevas
colonias (Cesaraugusta), fundadas por soldados imperiales o la administración romana.
Las ciudades fueron centro administrativo, jurídico, político y económico. Comprendían el núcleo urbano más
los núcleos rurales bajo su dependencia. Allí vivían los propietarios de las tierras asignadas a la ciudad, se
instalaban talleres artesanales y se comerciaba. Se adaptó el sistema monetario romano (denario de plata) y se
acuñó moneda. La actividad artesanal se desarrolló y parte de su producción se exportaba a Roma. Había
grandes talleres donde trabajaban artesanos libres y esclavos que se agrupaban en corporaciones de oficios
(collegia). Destaca la producción de armas en Tarragona.
Las ciudades se unían por una red de calzadas entre las que destacan la Vía Augusta (desde Andalucía hasta
Roma por el levante y los Pirineos) y la Vía de la Plata (desde Emérita Augusta hasta Asturica Augusta).
Las ciudades eran gobernadas por un Consejo (Curia) elegido por los ciudadanos entre la oligarquía local. No
todas las ciudades tenían los mismos derechos. Las opuestas a la dominación romana pagaban más impuestos
que las aliadas, pero en el siglo I d.C. se les concede el derecho latino a todas las ciudades de Hispania y en el
siglo II el derecho de ciudadanía romana (todas las personas libres gozaban de los mismos derechos).
De la crisis del siglo II al fin del Imperio;
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Se produjo una disminución considerable de los ingresos fiscales del Estado (derecho ciudadanía y fin de
conquistas) y un encarecimiento progresivo de la mano de obra esclava, que era esencial. A causa de esto, el
sistema de producción esclavista dejo de ser entable, por lo que el comercio y el artesanado se frenaron, las
ciudades se fueron despoblando y el Imperio no poseía recursos para gobernar tan extenso terreno. Los
emperadores gobernaron de manera absoluta y dictatorial, provocando revueltas en las provincias, donde las
autoridades locales se hicieron con el poder pagando a mercenarios.
Las provincias hispanas padecieron estos efectos. Los enfrentamientos para defender las fronteras provocaron
el colapso del comercio hispano con Roma. Esto se acentúo a partir del 260 d.C. con la invasión de francos y
alemanes. Los saqueos y revueltas campesinas hundieron la economía y la vida urbana, Algunas ciudades
quedaron en ruinas y otras deshabitadas. Así, Hispania volvió a un régimen de autosuficiencia, a la práctica
del trueque y la casi desaparición de la economía monetaria.
En el siglo V el último emperador fue depuesto por los bárbaros que ocuparon Roma (476). El Imperio se
hundió definitivamente. Esto impuso un clima de inseguridad en Occidente. La agricultura se volvió la
actividad dominante y la población busco refugio en las explotaciones agrarias. En Hispania, las villas se
convirtieron en islotes de población, actividades agrícolas y protección. Campesinos bajo la protección de un
gran propietario, o agrupados en aldeas protegidas sobrevivían mediante el trabajo del campo y el cuidado de
animales.
Arte y cultura hispanorromana:
La presencia romana introdujo sus elementos culturales, que dieron lugar a la romanización (adscripción del
territorio hispano en el marco cultural romano). El latín, la religión romana y luego la cristiana, el derecho
romano y sus instituciones se introdujeron, lo que se muestra en el hecho de que fue la cuna de intelectuales
como Séneca, Quintiliano y Marcial y de emperadores como Trajano, Adriano o Teodosio.
Desde el punto de vista artístico, las ciudades crecían bajo las reglas del urbanismo romano, y se llenaron de
monumentos que constituyen uno de los legados romanos más importantes. Las villas agrícolas se decoraban
con mosaicos y esculturas romanas.
El reino visigodo (509−711)
· Creación y evolución del reino visigodo:
En el 409, pueblos bárbaros (vándalos, suevos y alanos) atravesaron las fronteras y penetraron en Hispania sin
resistencia. Para frenarles, el debilitado imperio pactó con los visigodos, otro pueblo germano romanizado, un
acuerdo para asentarse en el sur de la Galia y proteger y controlar los territorios hispanos. Entre 416 y 476, los
visigodos acabaron con los vándalos y alanos y en la época del rey Teodorico II (453−466) confinaron a los
suevos en Galicia.
Eurico (466−484) prosiguió las campañas y estableció su autoridad sobre la Tarraconensis. Al desaparecer el
Imperio en el 476, el reino visigodo alcanzó su total independencia. Continuaron consolidando su poder y
numerosas familias se establecieron en los valles del Duero y el Tajo. Mientras, eran desplazados de la Galia
por los francos, otros bárbaros, siendo expulsados en el 507. Entonces desplazaron su reino a Hispania,
organizaron una monarquía y establecieron su capital en Toledo.
El ansia de poder y riqueza dio lugar a disputas por el control del trono. Las rivalidades entre los partidarios
del noble Witiza o los de don Rodrigo (último monarca visigodo) fue una de las causas de la invasión
musulmana del 711. Los de Witiza pactaron con los árabes para que acudieran en su ayuda. Los visigodos
fueron incapaces de resistir el empuje de los musulmanes, que conquistaron rápida y fácilmente la Península
(batalla de Guadalete)
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· Organización de la monarquía visigoda:
La monarquía visigoda construyó su dominio a partir de un proceso de unificación territorial, política,
religiosa y jurídica. Primero impusieron su dominio sobre la mayoría del territorio. Leovigildo y su hijo
Recaredo dominaron a vascones, cántabros y astures y expulsar a los suevos (585) del noroeste, conquistar
territorios a los bizantinos (572−628), instalados en el sur y contener a los francos por el norte.
Dominada la Península, estructuraron una monarquía que, a pesar de su carácter electivo, se convirtió en
hereditaria (Recesvinto, Recaredo y Witiza). El monarca se apoyaba en instituciones del gobierno, entre las
que destaca: el Aula Regia (órgano asesor formado por altos funcionarios, clérigos y aristócratas) y los
Concilios de Toledo (asambleas con carácter religioso y civil).
Los visigodos consiguieron la unificación religiosa y jurídica. Leovigildo (572−586) fue el promotor de la
igualdad de ambos pueblos (hispanorromanos y visigodos) y proclamó la ley que prohibía los matrimonios
mixtos. Su hijo Recaredo (586−601) junto a nobles visigodos, se convirtió al cristianismo (589), religión
mayoritaria entre los hispanorromanos. Recesvinto (653−672) promovió una única ley, el Liber ludiciorum
(Fuero Juzgo), que ponía fin a la existencia de leyes diferentes para cada pueblo.
· Base económica y social:
La economía se basaba en agricultura y ganadería. Los invasores germánicos se repartieron las tierras
peninsulares, arrendadas por campesinos libres (coloni) o trabajadas por siervos. Los escasos esclavos eran
difíciles de retener en las explotaciones agrarias y costosos de alimentar, y se les fue equiparando con los
siervos, fusionándose y dando lugar a un nuevo grupo de campesinos dependientes de los propietarios
aristócratas.
Las grandes ciudades aceleraron su decadencia, sus actividades artesanales y el comercio, controlados por
comerciantes extranjeros. Las vías de comunicación cayeron en desuso, los intercambios cada vez menos
frecuentes y la economía se ruralizó
La sociedad presenta desigualdades. El poder lo ostentaba la nobleza, que controlaba a los demás grupos
sociales. La tendencia a pagar los cargos administrativos o militares con tierras públicas dio lugar un grupo de
notables que se enriquecieron como señores sin someterse a los monarcas. Gracias a la incapacidad de la
monarquía para cobrar los tributos y mantener su autoridad, se formaron grupos nobiliarios rivales, disputas
por el trono y un clima d crisis a partir del siglo VII, lo que explica el hundimiento de la monarquía visigoda
ante la invasión musulmana.
· La cultura y el arte:
La cultura estuvo marcada por la influencia romana y es de carácter religioso. Sus representantes, como
Isidoro de Sevilla (historia, etimologías) y su hermano Leandro (poesía), difundieron la cultura clásica y
utilizaron el latín.Fueron excelentes orfebres y destacaron en arquitectura (San Juan de Baños)
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