EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA Elisa J. Sánchez Pérez realizan las donaciones. El segundo motivo por el que considero interesante el estudio de la filantropía centrado en España es porque creo que dicho concepto condensa una serie de características idiosincrásicas de la sociedad española. Con el objetivo de profundizar en esta comprensión amplia del concepto de filantropía, el presente capítulo no sólo describirá una situación, sino que también intentará generar un debate sobre las razones del presente para realizar propuestas de futuro. El capítulo estudia la filantropía desde la óptica de las donaciones privadas y de sus causas, en vez de centrarse en la actividad filantrópica y en sus efectos sobre la sociedad. Esta decisión implica que el estudio analiza el volumen de donaciones realizadas en España, las características de los donantes y las motivaciones que les mueven, pero no profundiza en el análisis de las entidades que canalizan estas donaciones. El motivo de esta decisión no está en que identifique la filantropía con las donaciones sino que al adoptar el término «filantropía» considero que estamos poniendo el énfasis en la figura del filántropo y no en las entidades, que por otro lado ya han sido objeto de interesantes estudios, a los que remitiré en el apartado correspondiente. Aunque este capítulo va a estudiar sobre todo las donaciones monetarias, creo que otras formas de donación, como son la de sangre u órganos, y otras actividades, como las del voluntariado, también deberían ser incluidas dentro del término filantropía. Un segundo comentario sobre el enfoque del presente capítulo se refiere a la especial atención 1. INTRODUCCIÓN El objetivo de este capítulo es conocer la situación actual de la filantropía en España y profundizar en la comprensión de aquellos factores que la condicionan. Existen al menos dos motivos que hacen interesante el estudio de la filantropía para el caso específicamente español. El primero es la propia relevancia de la actividad filantrópica, canalizada a través de fundaciones y organizaciones no lucrativas que, por una parte, realizan funciones de provisión de determinados servicios, como es el fomento del deporte y la cultura, la ayuda a marginados sociales o la mejora de la situación de países con necesidades, y, por otra, colaboran en el desarrollo de una sociedad civil rica a través de la articulación de intereses, la sensibilización de la opinión pública o las experiencias de comunidad.1 En este sentido, es importante señalar que en España estas entidades son más dependientes de las donaciones privadas que en otros países europeos, pues el porcentaje de su financiación que proviene de esta fuente es un 18,8% del total de su financiación frente al 7,2% europeo.2 Además, la cantidad donada por habitante es también superior a la del resto de países de nuestro entorno, aunque muy inferior a la de Estados Unidos. Estos datos nos empujan a reflexionar sobre las motivaciones de esta situación y el conocimiento en mayor detalle de quién y cómo se 1 2 Pérez Díaz y López Novo (2003: 36). Ruiz Olabuénaga et al. (2001: 226). 125 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS que prestará a los ricos como filántropos. Más allá de cuestiones semánticas, estudiar el comportamiento específico de los ricos tiene especial interés por varias razones. La primera es bastante evidente: la capacidad económica del rico hace que su decisión pueda llegar a tener mayor impacto cuantitativo que la de un no-rico. Segundo, los ricos no sólo tienen una mayor capacidad de impacto debido a su mayor riqueza, sino también por tener una mayor visibilidad en la sociedad, lo que puede arrastrar a otros individuos a donar. Tercero, los ricos tienen un comportamiento diferencial en el ámbito de la filantropía, que es para ellos algo más que un acto de altruismo, muy relacionado con sus estrategias de distinción social y con la justificación de la riqueza ante la sociedad. El capítulo se estructura en dos partes. En la primera se analiza la situación actual de la filantropía en España, usando para ello datos estadísticos que nos permiten conocer el volumen de donaciones en España y su evolución en los últimos años, algunas características socio-económica de los donantes y diferencias en su propensión a realizar donaciones y en su tamaño en función de dichas características. En esta parte se compara, además, la situación española con la de otros países y se repasa la bibliografía relativa a entidades no lucrativas, beneficiarias de las donaciones, recopilando los datos básicos que las describen. Como vemos, la primera parte del trabajo más que responder interrogantes, nos los planteará, pues tras conocer la situación actual es inmediato preguntarse por las razones que la han generado. La segunda parte del trabajo trata de ayudar en dicha reflexión al abordar algunas de las cuestiones que han condicionado y condicionan el nivel de filantropía en España, como son la combinación de motivaciones laicas y religiosas, la filantropía como estrategia de distinción de las élites o la relación entre el Estado y la actividad filantrópica. Tras esta parte, concluyo. filantropía en España y está compuesta por tres apartados. El primero estudia el nivel de donaciones en España y las características de los donantes, prestando especial atención al análisis de los filántropos en función de su nivel socioeconómico y explotando para ello dos fuentes que apenas habían sido utilizadas hasta ahora con esta finalidad: los datos sobre donaciones de las declaraciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Por su parte el segundo y el tercer apartado de esta primera parte están basados en bibliografía sobre entidades no lucrativas, estando dedicado uno a resumir la información básica sobre estas entidades en España y el otro a poner en perspectiva internacional el caso español. 2.1. ANÁLISIS CUANTITATIVO DE LOS FILÁNTROPOS EN ESPAÑA En este apartado voy a usar dos fuentes de datos como aproximación a la situación actual de la filantropía en España: los datos sobre donativos incluidos en las declaraciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de la Agencia Tributaria (AEAT) y el estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) titulado «Ciudadanía y participación», basado en una encuesta realizada en el año 2006.3 La primera fuente de datos es la contenida en las declaraciones del IRPF,4 impuesto en el que los donativos a entidades sin fines lucrativos son deducibles de la cuota.5 Dado que la Agencia Tri- 3 Estudio del CIS nº 2632. El título de los gráficos que aparecen a lo largo de este apartado incluirá entre paréntesis «AEAT» cuando la fuente sean las declaraciones del IRPF y «CIS» cuando la fuente sea el estudio «Ciudadanía y participación». 4 La base de datos Badespe, del Ministerio de Economía y Hacienda, que se puede consultar en la página web www.estadief.meh.es, recopila información detallada de las declaraciones desde 1982 hasta 2005. Los datos relativos a la campaña Renta 2005 han sido obtenido en la página web de la Agencia tributaria, www.aeat.es. 2. SITUACIÓN ACTUAL Como he comentado en la introducción, esta primera parte analiza la situación actual de la 126 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA butaria publica la cuantía de las donaciones declaradas en las declaraciones desglosándola por tramo de rendimiento e imputación,6 podemos estudiar el volumen de las donaciones en función de la renta. En España esta fuente apenas ha sido utilizada con este fin, aunque numerosos estudios sobre donaciones de otros países se han basado en ella.7 Al realizar este análisis hay que tener en cuenta que la información recogida en las declaraciones se refiere a las rentas que los declarantes han percibido durante un año, mientras que a nosotros nos gustaría conocer también su riqueza. Además, la información recogida en las declaraciones de la renta no es un reflejo exacto de las rentas de los españoles,8 pues los individuos de rentas más bajas no tienen obligación de hacer la declaración de la renta9 y porque existe evasión fiscal. En cuanto a los datos sobre donaciones tampoco coinciden necesariamente con la realidad. Los individuos que realicen donativos estarán interesados en que les desgraven, sean cuales sean sus ingresos, y conseguir esta desgravación no resulta complicado desde el punto de vista burocrático, pues la mayoría de organizaciones beneficiarias de donativos envían a los donantes los recibos necesarios para hacer la declaración sin ni siquiera solicitarlo. Sin embar- go, existen muchas situaciones en las que la donación no se lleva a cabo a través de los cauces que permiten obtener el justificante necesario para la desgravación, como son la colecta de los domingos en misa, actos benéficos en el colegio de los niños o la limosna a un mendigo. Y probablemente el porcentaje de este tipo de donativos sobre el conjunto de donativos sea más alto en las rentas más bajas que en las más altas. Además, los individuos a quienes la declaración les sale a devolver todo lo pagado no tienen incentivos a declarar donativos. Por último, habría que contemplar la posibilidad de que existieran personas que consideraran un deber pagar íntegramente los impuestos y no utilizar los donativos para disminuirlos y que, por tanto, decidieran, pudiendo, no desgravarse. En cuanto a las condiciones de la deducción de los donativos de la cuota del IRPF, en la campaña Renta 2005, la última cuyos datos están disponibles, era posible deducirse el 25% de los donativos, donaciones y aportaciones con derecho a deducción. Entre las entidades que pueden ser beneficiarias de dichos donativos están, entre otras, las fundaciones y las asociaciones declaradas de utilidad pública,10 las organizaciones no gubernamentales de desarrollo,11 las federaciones deportivas, el Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales, las universidades públicas, la Cruz Roja Española, la ONCE, las fundaciones propias de entidades religiosas y las entidades de la Iglesia Católica. Además, los donativos a determinados programas prioritarios de mecenazgo, que van cambiando cada año, tienen derecho a una deducción del 30%, y los realizados en favor de fundaciones y asociaciones distintas de las incluidas en la Ley 49/2002 a una deducción del 10%. Por último, comentar que las bases de las deducciones por donativos, no pueden superar el 10% de la base liquidable del ejercicio,12 Dado que 5 El IRPF es un tributo de carácter personal y directo que grava la renta de las personas físicas de acuerdo con sus circunstancias personales y familiares. La Ley 49/2002 regula actualmente las deducciones por donativos en dicho impuesto. 6 Los tramos de rendimientos e imputaciones se han calculado como diferencia entre el saldo neto de rendimientos e imputaciones de rentas y la suma de la reducciones por rendimientos de trabajo, prolongación de la actividad laboral, movilidad geográfica o discapacidad de trabajadores activos, estando las reducciones limitadas por el importe de los rendimientos netos del trabajo. 7 Rose-Ackerman (1996) para Estados Unidos, Chua y Wong (1999) para Singapur. 8 Los datos no incluyen información sobre las Diputaciones Forales de las provincias vascas y Navarra. 9 En la campaña Renta 2005 no estaban obligados a presentar la declaración de la renta los contribuyentes con rendimientos íntegros del trabajo menores de 22.000 euros anuales, entre otros supuestos. En dicha campaña se presentaron 17.105.088 de declaraciones, 74,5% de ellas por la modalidad individual y 25,4% se acogieron a la modalidad de declaración conjunta. Así que un cuarto de los datos que utilizaré no se refiere a un individuo sino a al menos dos. 10 Incluidas en el ámbito de aplicación de la Ley 49/2002. Incluidas en el ámbito de la Ley 23/1998, de 7 de julio, de Cooperación Internacional para el Desarrollo. 12 Salvo la base de la deducción de los donativos que dan derecho a la deducción del 30%, que podrá alcanzar el 15% de la base liquidable. 11 127 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS la AEAT proporciona información sobre la cuantía de la deducción y no sobre la del donativo, para el análisis de las cantidades donadas multiplicaré la deducción por cuatro, suponiendo que los donativos con derecho a deducción del 30 y del 10% se compensan entre sí, además de ser menos importantes, y que el límite del 10% de la base liquidable no se aplica. Esta elaboración no afecta a los gráficos y comentarios relativos al porcentaje de individuos que declara haber donado sobre el total de declarantes. Por todos los comentarios que he realizado sobre los datos fiscales que voy a utilizar, el análisis que sigue debe tomarse con cierta cautela, contrastando las afirmaciones con datos provenientes de otras fuentes, tal y como intentaré hacer. Además de otros trabajos que iré indicando en cada caso, utilizaré como contraste principal el estudio «Ciudadanía y participación» del CIS, basado en una encuesta realizada en enero del año 200613, que no sólo nos permitirá observar el porcentaje de individuos que decide donar según el grupo socioeconómico al que declara pertenecer, sino además clasificarlos por género, edad, estudios y tamaño del municipio en el que viven. En cambio, respecto a los datos fiscales esta encuesta no nos ofrece información sobre la cuantía de las donaciones ni el nivel de ingresos de los entrevistados, sino sólo sobre la clase social a la que dicen pertenecer. Pasemos al análisis de los datos. En la campaña Renta 2005, hubo 1.794.516 declarantes que declararon haber realizado donativos, lo que supone un 10,5% del total de declaraciones. Este dato resulta inferior al obtenido por el CIS, según el cual un 26,2% de los 3.192 entrevistados en enero de 2006 respondieron haber donado o recaudado dinero para alguna causa en los últimos doce meses. En cambio, el porcentaje es similar al 11,9% contabilizado en la Encuesta de Presupuestos Familiares para los años 1990-91.14 Según la AEAT, el total donado y declarado en la campaña Renta 2005 asciende a unos 330 millones de euros, lo que supone 184 euros de media por donante. Este dato es muy superior al obtenido en la Encuesta de Presupuestos Familiares15 para el año 1990-91 (45 euros), más cercano al que Salamon et al. (2001) asignan a España para el año 1995 (93 euros, aunque este dato se refiere a euros donados por habitante, en vez de por donante). En ambas comparaciones hay que tener en cuenta que las otras dos fuentes se refieren a fechas bastante alejadas en el tiempo respecto al año 2005, que es para el que estamos tomando los datos fiscales. En los gráficos 1 y 4 observamos que, según datos de la AEAT, tanto el porcentaje de individuos que declara haber realizado donativos como la cantidad donada es directamente proporcional a la renta, aunque en el caso de la cantidad donada la relación no se cumple en los dos tramos de ingresos inferiores, los que declaran rendimientos inferiores a los 1.500 euros anuales. Mainar y Marcuello (2002) encuentran esta misma relación en los datos de la Encuesta de Presupuesto Familiares de 1990-91: mayor probabilidad de donar a mayor nivel de ingresos pero relación menos clara entre nivel de ingresos y cuantía de la donación. Brooks (2003) observa la relación positiva entre nivel de ingresos y donación. Si observamos ahora el porcentaje de individuos que dona clasificados según su condición socioeconómica (gráfico 2), tal y como aparecen en la encuesta del CIS, vemos que los que más donan son los «Técnicos y cuadros medios» (52%), seguidos de lejos por los «Directores y profesionales», «Empleados de oficina y servicios» y «Pequeños empresarios» (32,8%, 33,3% y 30,7% respectivamente). En el extremo opuesto, los que menos donan son los «Jubilados y pensionistas» y los «Parados» (17 y 19% respectivamente), aunque sorprende que los «Técnicos y cuadros medios» superen ampliamente a «Directores y profesionales» y «Pequeños empresarios». Parece que los resultados son coherentes con la 13 Los detalles sobre la encuesta pueden ser consultados en la página web del CIS, www.cis.es. 14 García y Marcuello (2002: 180) utilizan la Encuesta de Presupuestos Familiares del año 1990-91. Sin embargo, las actualizaciones recientes de dicha encuesta no contienen información sobre donativos a entidades no lucrativas. 15 128 García y Marcuello (2002: 180). EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA rencia entre lo que el CIS llama «Nuevas» y «Viejas» clases medias: son las «Nuevas clases medias» las que más donan de las dos. En el apartado siguiente analizaremos la filantropía como estrategia de distinción social y veremos que es un elemento clave de la identidad de los individuos que ascienden en la jerarquía social. relación positiva entre nivel de ingresos y donaciones observada en los datos fiscales. Igualmente la relación positiva entre clase social y porcentaje de individuos que afirman haber realizado donaciones en los últimos doce meses (gráfico 3) también se observa en la clasificación del CIS por estatus socioeconómico. Sólo comentar la dife- GRÁFICO 1. PORCENTAJE DE INDIVIDUOS QUE REALIZA DONACIONES POR TRAMO DE RENDIMIENTOS E IMPUTACIONES, 2005 (AEAT) Tramo de rendimientos e imputaciones (miles de ) GRÁFICO 2. PORCENTAJE DE INDIVIDUOS QUE AFIRMA HABER DONADO O RECAUDADO DINERO PARA ALGUNA CAUSA EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES SEGÚN CONDICIÓN SOCIOECONÓMICA (CIS) F 129 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS GRÁFICO 3. PORCENTAJE DE INDIVIDUOS QUE AFIRMA HABER DONADO O RECAUDADO DINERO PARA ALGUNA CAUSA EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES SEGÚN ESTATUS SOCIOECONÓMICO (CIS) F GRÁFICO 4. DONACIÓN MEDIA POR DONANTE (EUROS) POR TRAMO DE RENDIMIENTO E IMPUTACIONES, 2005 (AEAT) F 0,02% del total).16 De ellos, un 55% declaraba haber realizado algún tipo de donativo, siendo la Pasemos al análisis de la información relativa a los individuos con mayores rentas, incluidos en el tramo de más de seis cientos mil euros anuales de rendimientos e imputaciones, que en el año 16 Este número parece muy bajo y, además, es probable que no sea una muestra aleatoria del conjunto de individuos con rentas superiores a los 600.000 euros anuales. 2005 estaba formado por 3.751 declarantes (un 130 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA más generosos, pues un porcentaje mayor de ellos realiza alguna donación y, además, son los que en media donan más. En el siguiente gráfico analizamos la cantidad donada en proporción a sus rendimientos, para ver si no sólo son los más generosos en términos absolutos sino también en relación a su renta.17 media de los donativos realizados por los declarantes de este tramo de 3.268 euros por donante, cuatro veces los donativos medios de los declarantes del tramo justo inferior a ellos, los de ciento cincuenta a seis cientos mil euros anuales. Aparentemente, parece que los declarantes del tramo superior de rendimientos e imputaciones son los GRÁFICO 5. CANTIDAD DONADA DIVIDIDA ENTRE RENDIMIENTOS E IMPUTACIONES MEDIOS DE CADA TRAMO, 2005 (AEAT) Tramo de rendimientos e imputaciones (miles de ) En este caso, la cantidad donada es inversamente proporcional a los ingresos, de manera que, aunque en cantidad los individuos incluidos en los tramos superiores donan más que el resto, su esfuerzo no es tan importante en términos económicos, pues sólo supone un 0,29% de sus ingresos, mientras que este porcentaje es en medida del 0,44% para los individuos incluidos en el resto de tramos, excluyendo a los de los tramos con rendimientos e imputaciones inferiores a los 1.500 euros. Analicemos ahora la magnitud agregada de las donaciones. En conjunto, en el año 2005 fue- ron declarados unos 330 millones de euros en donaciones. Esta cantidad es muy inferior a la que aparece en Ruiz Olabuénaga et al. (2001: 580) que equivaldría a 3.600 millones de euros, excluidas las actividades relacionadas con el culto religioso. En cuanto al volumen de las donaciones según tramo de ingresos vemos que los tramos de ingresos intermedios son los que mayor volumen acumulan y, por tanto, los que mayor impacto tienen en la financiación de las entidades sin ánimo de lucro. De los anteriores datos se concluye que los individuos de mayores ingresos son los que individual- superiores a los 600.000 euros anuales, si no son todos los que realmente los obtienen, sean una muestra aleatoria del total. 17 No incluye datos sobre individuos de los tramos con rendimientos e imputaciones negativos o cero y menores de 1.500 euros. 131 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS mente más dan, aunque no de manera agregada ni en proporción a su renta. Sin embargo, convencer a uno de ellos de que done puede suponer un cam- bio importante en el volumen agregado de donaciones. Vemos, además, que la filantropía no es en absoluto territorio exclusivo de los ricos. GRÁFICO 6. VOLUMEN TOTAL DE DONACIONES SEGÚN TRAMO DE RENDIMIENTO E IMPUTACIONES DEL DONANTE, 2005 (AEAT) F primer año para el que disponemos de información, 1983, era en conjunto del 3%, siendo del 37% para los individuos con más de 600.000 euros en rendimientos e imputaciones. Durante el período 1984-1991, cuando no existía posibilidad de deducción, los donativos declarados se redujeron prácticamente a cero, aunque eso no significa que dejaran de realizarse donativos sino que no existía incentivo a declararlos. Volverán a crecer a partir de 1992, alcanzando máximos en 1998 para descender al año siguiente y luego volver a crecer hasta la actualidad. Aunque la tendencia es similar en todos los tramos de ingresos, las diferencias en el porcentaje de donantes en los distintos tramos se han ido acentuando desde 1993. De hecho, mientras que el porcentaje de donantes entre los individuos de menores ingresos ha pasado del 3,5% al 12,5% entre 1992 y 2005, el de los donantes del tramo de mayores ingresos ha pasado del 23,8 al 55,4% en esos mismos años. Paso ahora al análisis de otras características de los donantes que aparecen en la encuesta del CIS y compararé los resultados con dos estudios En cuanto a la evolución de las donaciones declaradas a lo largo del tiempo, éstas están condicionadas tanto por cambios sociales que hagan a los miembros de la sociedad más o menos propensos a donar como por cambios regulatorios sobre el porcentaje de deducción aplicable,18 que pueden afectar tanto a la decisión de donar como a la de declarar lo donado.19 En el gráfico 7, la línea negra continua muestra el porcentaje de la cantidad donada que ha sido posible deducir de la cuota del IRPF del donante en cada campaña del IRPF entre 1982 y 2005.20 Junto a esta línea, aparecen otras tres que muestran el porcentaje de individuos que declaran haber realizado donativos, agrupados en tres tramos de rendimientos e imputaciones, desde 1982 hasta 2005. El porcentaje de declarantes que señalaban haber realizado alguna donación en el 18 Brooks (2003) plantea esta cuestión para el caso español. Desde el punto de vista de la política económica, conocer si cambios en las deducciones fiscales aumentan las donaciones resulta muy interesante. 20 Palencia-Lefler Ors (2004). 19 132 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA econométricos realizados para España:21 el de Mainar y Marcuello (2002) sobre un modelo familiar de donaciones monetarias basado en datos de la Encuesta de Presupuesto Familiares de 1990-1991 y el de Brooks (2003), basado en una encuesta realizada por CIRES en 199222. Según la encuesta del CIS de 2006, las mujeres donan más que los hombres (28,3% frente a 24%), lo que es consistente con el estudio de Mainar y Marcuello (2002) en el que las familias cuyo sustentador principal es una mujer tienen una mayor probabilidad de ser donantes que si el papel de sustentador principal corresponde al hombre. Los datos de la encuesta del CIS del año 2006 muestran que donan más los individuos de edad intermedia que los jóvenes o los mayores (ver gráfico 8), mientras que Mainar y Marcuello (2002) observan que edad y donación presentan una relación positiva. El porcen- taje de donantes también es función positiva del nivel de estudios tanto en la encuesta del CIS (un 50% de los individuos con estudios superiores dona, frente a un 9% de los individuos sin estudios y a un 18% de los que tienen educación primaria) como en Brooks (2003) Mainar y Marcuello (2002). Lo mismo sucede en la relación entre tamaño del municipio y donación. Sin embargo, con estos datos no podemos saber si, por ejemplo, los habitantes de las ciudades donan más porque son más ricos o porque viven en la ciudad, es decir, no podemos estar seguros de si lo que lleva a donar más o menos a unos grupos u otros es lo que les caracteriza (por ejemplo, ser hombre o mujer) o terceros factores ligados con estos (por ejemplo, que los hombres tengan menores estudios que las mujeres). GRÁFICO 7. PORCENTAJE DE INDIVIDUOS QUE REALIZAN DONACIONES, POR TRAMOS DE RENDIMIENTOS E IMPUTACIONES, 1983-2005 (AEAT) F 21 Hasta el momento, son muy escasos los estudios cuantitativos sobre donaciones para el caso español. 22 El hecho de que los datos que utilizan ambos autores para sus estudios estén tan alejados del momento en el que escriben sus respectivos artículos (más de diez años en ambos casos) nos da una idea de la escasez de datos para la investigación en este campo. 133 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS GRÁFICO 8. PORCENTAJE DE INDIVIDUOS QUE AFIRMA HABER DONADO O RECAUDADO DINERO PARA ALGUNA CAUSA EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES POR TRAMO DE EDAD (CIS) F dedicaban más de cuatro horas semanales a colaborar en las actividades del sector, además de más de 475.000 empleos remunerados a tiempo completo y unos gastos operativos que suponían el 4% del PIB. Nos encontramos, por tanto, ante un sector con un tamaño económico relevante. Una característica diferenciadora del caso español es el mayor porcentaje de ingresos que las entidades sin ánimo de lucro reciben de la filantropía. Así lo señala Ruiz Olabuénaga et al. (2001: 225), que para 1995 estima que las donaciones privadas supusieron un 18,8% del total de ingresos del sector no lucrativo español, frente al 7,2% europeo, donde la financiación pública tiene un mayor protagonismo. Estamos ante un modelo español de financiación, distinto del europeo, muy basado en el altruismo, lo que convierte en especialmente interesante la comprensión por qué existen filántropos en España y por qué donan lo que donan. De los cuatro tipos de entidades no lucrativas existentes (asociaciones, fundaciones, entidades religiosas y cajas de ahorros),24 las funda- 2.2. EL SECTOR NO LUCRATIVO Y LAS FUNDACIONES EN ESPAÑA Mientras que el apartado anterior estudiaba las donaciones a entidades no lucrativas, en este se repasarán algunos datos sobre la importancia de dichas entidades, sobre las que ya existen buenos estudios para el caso español.23 Las entidades que componen el sector no lucrativo son caracterizadas por Salamon et al. (2001: 19) como organizaciones privadas que no reparten beneficios, controlan esencialmente sus propias actividades y en las que participan voluntarios. En España en 1995, según Ruiz Olabuénaga et al. (2001: 214218), existían más de 250.000 organizaciones no lucrativas, que percibían cerca de 26 millones de dólares en cuotas, con unos 11 millones de personas asociadas y un millón de voluntarios que 23 Entre estas obras destacar el proyecto emprendido por el Centro para Estudios de la Sociedad Civil de la Universidad Johns Hopkins en 1990, que en España ha sido desarrollado por el equipo dirigido por Ruiz Olabuénaga y financiado por la Fundación BBVA, materializándose en la obra Salamon et al (2001). Pérez Díaz y López Novo (2003) realizan un interesante estudio sobre el tercer sector social, basado en datos de encuesta. Ver también García Delgado (2004). 24 Según la clasificación realizada en Pérez Díaz y López Novo (2003: 109). 134 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA ciones son las que más claramente se encuadran dentro del fenómeno de la filantropía,25 pues nacen de la voluntad del fundador, quien destina parte de su patrimonio a los fines que decide dar a la fundación, fines que según la Constitución española, deben ser de interés general.26 2.3. COMPARACIÓN CON OTROS PAÍSES «Muchos ricos, pero pocos filántropos», es el titular de un artículo aparecido en noviembre del año 2007 en el periódico El País, en el que se afirmaba que en España el fenómeno filantrópico no ha adquirido una importancia proporcional al crecimiento del número de ricos que se ha vivido en los últimos años. Pero, ¿tiene realmente España un bajo nivel de actividad filantrópica? Es verdad que no existen filántropos al estilo de los grandes norteamericanos, ahora identificados en Bill Gates o Warren Buffet y en el pasado en personajes como Carnegie o Rockefeller. Un motivo importante para que esto fuera así hasta hace no mucho era la falta de millonarios del calibre de los estadounidenses. Sin embargo, en los últimos años el número de grandes ricos españoles ha crecido espectacularmente. De hecho, mientras que en el año 1997 el único millonario que aparecía en la lista de la revista Forbes era Emilio Botín, en la de diez años más tarde, la de 2008, aparecen dieciocho españoles entre las personas con una fortuna de más de 1.000 millones de dólares,32 aunque su fortuna siga sin ser tan inconmensurable como las de los mayores millonarios del mundo. Y, en cambio, no parece que las fundaciones españolas estén creciendo a la misma velocidad que el número de ricos. A pesar de carecer de estos filántroposmillonarios mediáticos, según Salamon et al. (2001: 580), España es el segundo país en dólares donados por habitante (123 dólares) de los veintidós analizados en el estudio de la Universidad Johns Hopkins, justo detrás aunque alejada de Estados Unidos (277 dólares por habitante) y muy por encima de países como Alemania (40 dólares) o Japón (54 dólares). Es, además, uno de los países en los que el sector no lucrativo es más dependiente de las dona- Las fundaciones en España cuentan con una larga historia. De hecho, el 26,5% de las existentes en la actualidad fue creado con anterioridad a 1960.27 Aunque fueron denostadas por los liberales ilustrados por considerarlas vestigios del Antiguo Régimen y se vieron afectadas por las leyes desamortizadoras, la Ley de Beneficencia de 1849 admitió su existencia y reconoció su capacidad para adquirir bienes. Dicha ley fue la que rigió en España hasta 1994, año en el que se emanó la Ley de Fundaciones28 antecesora de la actual, la Ley 50/2002.29 Según expone Viaña Remis (2007) en el reciente informe publicado por FUNCAS,30 en España existen 2.500 fundaciones activas,31 que emplean 86.000 trabajadores asalariados (0,5% del empleo agregado) y reciben el apoyo de 45.000 voluntarios. Realizan 2.400 millones de euros de transferencias sociales en especie, siendo su actividad más frecuente los servicios sociales (40% del total de fundaciones), la educación e investigación (25%) y cultura, deporte y ocio (23%). 25 Excluyendo las fundaciones de empresas y las fundaciones públicas, que no son fruto de la voluntad de un individuo o grupo de individuos, sino de empresas o de la administración pública. 26 Artículo 34.1 de la Constitución y 2.1 y 3 de la Ley 50/2002. 27 Pérez Díaz y López Novo (2003: 164). 28 Ley 30/1994 de Fundaciones y de Incentivos Fiscales a la Participación Privada en Actividades de Interés General, de 24 de noviembre. 29 Ley 50/2002, de 26 de diciembre, de Fundaciones. Ver Pérez Díaz y López Novo (2003: 114-125) para un análisis detallado de la legislación relativa a fundaciones. 30 El capítulo de Viaña Remis está basado en la encuesta FONCE-2001. Los resultados son mostrados con más detalle en Jiménez y Viaña (2007). 31 Existen 7.150 fundaciones registradas pero muchas de ellas están inactivas. 32 www.forbes.com. En la de 2008 aparecen por orden: Amancio Ortega (puesto 22 del ranking mundial), Rafael del Pino y familia, Alicia Koplowitz, Manuel Jove, Esther Koplowitz, Isak Andic, Rosalía Mera, José María Aristrain, Emilio Botín, Florentino Pérez, Juan Abelló, Gabriel Escarrer, Enrique Bañuelos, Luis Portillo, Alberto Cortina, Alberto Alcocer, José Manuel Loureda, Luis del Rivero. 135 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS ciones privadas, como comenté en el punto anterior, debido a que el porcentaje de su financiación que proviene de éstas es muy alto en comparación con otros países (18,8% del total de la financiación, respecto a una media del 7,2% para Europa occidental), tal y como vemos en el gráfico 9. GRÁFICO 9. PORCENTAJE DE LOS INGRESOS DEL SECTOR NO LUCRATIVO PROVENIENTE DE DONACIONES PRIVADAS (EJE X) Y DÓLARES DONADOS POR HABITANTE (EJE Y), 1995 Fuente: Elaboración propia a partir de Salamon et al., 2001: 580 De los datos se puede inferir que la diferencia del modelo español respecto a, por ejemplo, el estadounidense, país que puede ser considerado una referencia en el ámbito de la filantropía, podría estar en que, aunque el conjunto de los ciudadanos realiza un alto nivel de actividad filantrópica, los millonarios españoles son menos generosos que los americanos, como de hecho se deducía de los datos fiscales analizados en el apartado 2.1. El cambio en la actividad filantrópica en España ahora vendría por que estos nuevos millonarios comenzaran a dar tan generosamente como parece lo hacen el resto de españoles. La aparición de estos millonarios ha sido muy rápida y tal vez sea necesario un proceso de adaptación hasta que adopten las costumbres que sus homólogos americanos practican desde hace décadas, y entre las que está la filantropía. Las diferencias en los niveles de filantropía entre países son consecuencia principalmente de diferencias culturales, aunque cuestiones jurídicas sobre el régimen de las donaciones también pueden tener un efecto importante. Además, el nivel de desarrollo del país influirá en la capacidad de los individuos para compartir parte de sus ingresos con los demás, pues como vimos en el apartado 2.1, las donaciones son función de las rentas de los individuos. En cuanto a las diferencias de tipo cultural, señalar como importantes la religión predominante en el país, el concepto de patrimonio familiar y los modelos de transmisión de la riqueza entre generaciones o el tamaño del Estado. En la siguiente parte analizaremos algunos de los rasgos culturales que pueden diferenciar el caso español. 3. ¿POR QUÉ DONAN LOS FILÁNTROPOS? Esta segunda parte del capítulo profundiza en el análisis de algunos de los aspectos sociales y cul- 136 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA ditos ilustrados.33 En 1861 Concepción Arenal obtiene el premio de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas por su obra La beneficencia, la filantropía y la caridad,34 en la que nos proporciona las siguientes definiciones de filantropía y caridad: • «Filantropía es la compasión filosófica, que auxilia al desdichado por amor a la humanidad y la conciencia de su dignidad y de su derecho. • Caridad es la compasión cristiana, que acude al menesteroso por amor de Dios y del prójimo.» La caracterización que Arenal hace de la filantropía y la caridad capta la diferencia clave existente entre ambos conceptos, consistente no en sus beneficiarios (el «desdichado» y el «menesteroso») sino en las motivaciones que subyacen a la decisión de llevarlas a cabo: en el caso de la filantropía el «amor a la humanidad y la conciencia de su dignidad y de su derecho», mientras que en el de la caridad el «amor de Dios y del prójimo». Esta diferente motivación genera una diferencia sustancial entre ambos conceptos: «filantropía es la compasión filosófica», «caridad es la compasión cristiana». Concepción Arenal considera la acción en favor de los necesitados no sólo un deber religioso sino moral y la duplicidad de motivaciones, la religiosa y la laica, una riqueza. Esta transmutación de la caridad de virtud religiosa a virtud secular es una característica definitoria de la Ilustración, que considera el amor al hombre por el hombre como una máxima. Sin embargo, no todos los contemporáneos de Arenal creían tan compatibles filantropía y caridad, precisamente por el cariz laico de la primera. Antes de que Arenal enviara su obra al concurso, en 1850, el diario religioso-social El Áncora publicaba un artículo anónimo titulado «La caridad y la filantropía», en el que la filantropía turales que influyen en la existencia de filántropos y en el nivel de filantropía existente en España. La reflexión se articula en torno a tres debates en estrecha relación con la filantropía y recurrentes en la cultura española. El primero se refiere a los móviles de los filántropos y expone cómo motivaciones laicas y religiosas han estado enfrentadas durante largo tiempo. Aprovecharemos la discusión para reflexionar sobre las motivaciones personales que actualmente llevan a la filantropía. El concepto de filantropía está muy ligado al surgimiento de una nueva clase social, la de los burgueses, que se sienten obligados a justificar de algún modo su ascenso social, alcanzado a través de la acumulación de riqueza. De este modo, el segundo debate planteado es el de la función que la sociedad ha asignado a los ricos y el de la filantropía como estrategia de distinción de las élites, siendo temas anexos a éste el del concepto de patrimonio familiar y personal y el de los sistemas de transmisión de la riqueza entre generaciones. Por último, se analiza la relación de la filantropía con el Estado. Por una parte, actividad filantrópica y Estado del bienestar proporcionan en ocasiones servicios similares, de manera que el tamaño del Estado puede tener un efecto expulsión en relación a la actividad filantrópica. Por otra parte, el Estado puede intervenir en la actividad filantrópica a través de una legislación y unos incentivos fiscales favorables a ésta. Ambas posibilidades son tratadas en el tercer apartado. 3.1. FILANTROPÍA Y CARIDAD: MOTIVACIONES DE LA FILANTROPÍA La filantropía es uno de los conceptos claves de la Ilustración, de manera que el término se difundirá en España junto con ella. De hecho, mientras que «beneficencia» y «caridad» eran palabras usadas desde antiguo en España, la voz «filantropía» había aparecido por primera vez en el diccionario de la Real Academia en 1843 y «filántropo» aparecerá en la edición de 1884, aunque ambas palabras se utilizaban ya en el último cuarto del siglo XVIII por unos pocos eru- 33 Soubeyroux (1980) comenta que la palabra filantropía ya era mencionada por Covarrubias en Tesoro de la lengua castellana o española (1611) y nos da dos ejemplos de su uso en la España de finales del XVIII. 34 La obra será publicada en 1894. 137 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS índice editado por el Apostolado de la Prensa en 1900: «La caridad abraza al alma y al cuerpo; la filantropía sólo al cuerpo y de una manera imperfecta». La contraposición de la filantropía frente a la caridad no se agotará en estos años. En 1954 se representa una obra de Bordas Flaquer de título «Caridad y filantropía» en la que nuevamente el término negativo es el segundo. Y finalmente el papa Benedicto XVI, durante una audiencia concedida este mismo año, en un intento de diferenciación (quizá más que de contraposición) destacó que los organismos de caridad católicos no son meras organizaciones filantrópicas, sino testigos del amor de Cristo. En la actualidad la dualidad entre motivaciones laicas y religiosas ha dejado de ser un problema, y más bien podríamos considerarla una riqueza, tal y como hacía Arenal. En el siguiente apartado veremos que junto a estas dos motivaciones, que podemos considerar morales, existen otras que podríamos definir como sociales, para las que la filantropía es una forma de lograr fines distintos al bien común, como es la consideración social o el debilitamiento de tensiones sociales. Sin embargo, antes de terminar el apartado quiero añadir una última motivación que, sin ser moral, recoge elementos de fe y de moral a la vez. Lo ilustro con un personaje pintado por Benito Pérez Galdós en Las novelas de Torquemada, publicadas entre 1889 y 1895 y que trancurre en el Madrid de finales del XIX: el avaro Francisco Torquemada. La primera vez que Torquemada decide dar algo de su dinero a los necesitados es cuando, estando gravemente enfermo el hijo a quien quiere con locura, liga la posibilidad de que el niño sane a su propia generosidad. No hay en él una obligación religiosa, al menos no directamente, pues Torquemada no cree en Dios, desde luego no en el Dios católico, tal vez en un ser superior, un arquitecto duro, capaz de arrebatarle a su hijo después de habérselo dado. Pero sí siente un deber moral, un deber que esconde a sí mismo el haber incumplido, intentando buscar en los demás una corroboración de su generosidad, que le ayude a considerar injusta la acción divina que le arranca al hijo de sus manos. Y entonces, Torquemada da. Da para que ese ser en el que ni siquiera cree pero es considerada «obra del egoísmo, de ese interesado amor al yo, esencialmente enlazado a lo que hay de material en el hombre, y que existe fuera y con independencia de toda ley natural; la caridad es, por el contrario, la obra de aquella abnegación completa del yo, cuya sublime enseñanza ha predicado el Evangelio». En 1863 Eulate y Moredo exclamaba en un discurso leído en la Universidad Central en Madrid, titulado Filantropía, caridad, beneficencia, lo siguiente: «Filantropía, caridad! He aquí, Ilmo. Sr., dos palabras de bien diversa significación: la filantropía, moneda falsa de la caridad,35 auxilia al que padece, por inspiración natural, independientemente de otro sentimiento; socorre al pobre porque le repugna, y es necesario alejarlo para que no turbe los goces del filántropo. La caridad atiende al desgraciado, no sólo por ser nuestro semejante, sino que lo hace principalmente por amor a Dios». En 1888, en un discurso pronunciado por el cura de Amusco (Palencia) ante la Junta General de San Vicente de Paúl, titulado (una vez más) La caridad y la filantropía36 se vuelve sobre el tema: «Siendo en nuestros días franco y sistemático el empeño con que el racionalismo pretende sustituir a la caridad con la filantropía…». El índice editado por el Apostolado de la Prensa en 1900 ahonda sobre lo mismo: «La caridad para con el prójimo es un precepto divino, la filantropía es un sentimiento meramente humano». La laicidad de la filantropía no sólo será criticada por sus motivaciones sino también por sus fines, al considerar los críticos de la filantropía que ésta sólo se ocupa de las necesidades materiales, sin darse cuenta de que el ser humano tiene también necesidades espirituales que deben ser cubiertas, tal y como hace la caridad. Así el cura de Amusco antes citado, en su discurso de 1888 decía: «Según la filantropía el hombre no tiene otras necesidades atendibles que las que se refieren a su cuerpo, y a lo más a su inteligencia; mientras que la caridad, sin olvidar unas y otras necesidades, atiende con preferencia a las que se refieren al alma.» En el 35 36 Cita de Chateaubriand. Ver González (1889). 138 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA que es el único a quien puede reclamar, perdone la vida al hijo. Pérez Galdós capta en Torquemada una humanidad que conmueve por resultar familiar, ese chantaje ante los designios divinos, en un intento de lavar una conciencia que no podemos evitar ligar con las desdichas. Ese dar es atemporal, más allá de las motivaciones religiosas o morales. Aún hoy podemos encontrar ejemplos de filántropos nacidos a tal condición a partir de una vivencia personal dura.37 crear unos nuevos. La filantropía se erige así en un rasgo de diferenciación y de justificación ante una opinión pública que acaba de aparecer en escena. Ejemplo de nuevo rico para el que resulta evidente que enriquecerse no implica automáticamente dar el salto a una clase social superior es el del referido Torquemada de Pérez Galdós, quien pasa de usurero de las clases bajas a gran inversor de la bolsa al mismo tiempo que sufre una transformación radical en las apariencias y costumbres, entre las que estará precisamente la de participar en acciones caritativas. Muchas de las actividades relacionadas con este dar para ser vistos han sido llevadas a cabo por mujeres y tienen lugar en coincidencia con festividades, por ejemplo, las rifas benéficas durante las fiestas patronales o las corridas de la beneficencia, convirtiéndose la caridad en un elemento de sociabilidad. Esta forma de filantropía en ocasiones es pura competición lúdica, como refleja el largometraje Plácido de José Luis García Berlanga, de 1961, en el que los ricos de una pequeña ciudad de provincias, siguiendo el eslogan «ponga un pobre en su mesa», invitan cada uno a un pobre a cenar a casa por Navidad, disputándose el ser quien mejor trate a «su pobre». Esta competición entre miembros de las clases medias no es exclusiva del caso español, sino que también las clases medias urbanas victorianas participan en este tipo de eventos como si de un deporte se tratara, tal y como satirizó Dickens en Bleak House, escrita en 1852-53.39 Tampoco ahora estamos inmunizados contra este dar para ser visto, siendo un ejemplo de ello los telemaratones de Navidad o los reportajes en los que personajes famosos (futbolistas, empresarios, actrices y demás habituales de la prensa del corazón) aparecen realizando obras en pro de los necesitados. Sin embargo, las discusiones sobre filantropía a finales del siglo XIX superan el marco de las apariencias y se insertan en la más amplia y controvertida cuestión de la función social de la riqueza. Una de las posturas más extendidas en 3.2. LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA RIQUEZA Y LA FILANTROPÍA COMO ESTRATEGIA DE DISTINCIÓN SOCIAL DE LAS ELITES Una tercera motivación para llevar a cabo acciones en favor de los necesitados, junto al amor al hombre por el hombre y la caridad cristiana, es la de ser vistos por los demás. La sociedad realiza una valoración del hecho de participar en la acción filantrópica y esto incentiva a su realización. En concreto, las acciones filantrópicas pueden ser consideradas un rasgo de prestigio social, que distingue a los pertenecientes a un determinado estrato. Esta valoración social será muy característica de la actividad filantrópica en España. En el siglo XIX, para beneficiarse de la caridad, los pobres deben respetar la jerarquía que impone un sistema de beneficencia paternalista, que en ningún caso pretende una transformación radical de la estructura social, en la que los pobres dejen de serlo, sino que acepta su existencia casi como la forma de cumplir con el precepto cristiano de la caridad.38 A su vez, para la clase media y alta participar en las acciones caritativas implica el reconocerse como tal, precisamente en una época en la que los parámetros de inclusión en las distintas clases sociales del Antiguo Régimen han desaparecido y es necesario 37 Un ejemplo de esto es el de Amancio Ortega y Rosalía de Mera, fundadores de Inditex y dos de las personas más ricas de España, que decidirán crear la Fundación Paideia a raíz del nacimiento de un hijo con discapacidad psíquica. 38 Bahamonde y Martínez (2005: 478-479). 39 139 Cavanagh (2007). LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS sociedad.42 Por el contrario, en sociedades como la española es más habitual sentirse deudores no con la sociedad, sino con la familia. De este tipo de consideraciones sobre las causas del enriquecimiento se derivan también las distintas formas de transmisión de la riqueza entre generaciones. Si se considera que el enriquecimiento se le debe a la familia, las herencias recaerán sobre ésta, mientras que si es la sociedad la que ha favorecido este logro, será ésta la que se beneficie.43 la época es la de considerar a los ricos como meros administradores de una riqueza que pertenece a la sociedad, siendo los burgueses los ciudadanos mejor capacitados para lograr hacerla fructificar y conseguir así beneficiar al conjunto de los ciudadanos. Esta postura fue defendida, por Gumersindo de Azcárate, presidente del Ateneo Científico de Madrid, quien en 1892 pronunciaba un discurso, inspirado en un artículo del filántropo norteamericano Andrew Carnegie titulado «Wealth»,40 en el que propugnaba para los millonarios la sustitución del concepto de propietarios por el de administradores de la riqueza de la comunidad.41 De este modo, no se interfería en el enriquecimiento de los ricos al justificarlo como un bien social. Esta es la postura que Pérez Galdós pone en boca del citado Francisco Torquemada, quien, con cierta ironía, defiende ante sus conciudadanos su papel de administrador de la riqueza y no de dueño absoluto de ésta, a pesar de que resulte evidente que a la hora de amasarla no pensó en la sociedad, sino sólo en sí mismo. Otro tipo de reflexiones en torno a la riqueza se refiere a las formas de alcanzarla. En este sentido, la filantropía puede derivarse de considerar que el estatus privilegiado no se logre únicamente por méritos propios, sino que exista un factor suerte que hace rico al rico y pobre al pobre, sin ser uno y otro merecedores de su condición. También, puede ser consecuencia del reconocimiento por parte del rico de una deuda contraída con la sociedad en la que ha hecho fortuna. Esta es la idea defendida por los filántropos americanos clásicos, como Rockefeller, cuyo hijo expone en sus memorias que la tradición filantrópica de su familia estaba basada en la consciencia de que, habiendo sido enormemente bendecidos, era su obligación devolver algo a la 3.3. FILANTROPÍA Y ESTADO En este apartado se estudian distintos aspectos de la relación entre el Estado y la filantropía. En ocasiones la filantropía desempeña funciones similares a las del Estado del bienestar, tales como la atención a personas con discapacidad o el fomento de actividades culturales. Esta coincidencia en fines entre filantropía y Estado puede afectar al nivel de actividad filantrópica de un país.44 Así, se ha observado que en países donde el Estado del bienestar es muy fuerte el nivel de donaciones es bajo, como sucede en Alemania, y el efecto opuesto cuando es débil, como sucede en Estados Unidos.45 Este hecho podría explicar la mayor importancia de las donaciones privadas en España, tal y como se expuso en el apartado 2.3, pues nuestro Estado del bienestar es reducido en comparación con la media europea.46 Mainar y Marcuello (2002) observan el efecto expulsión provocado por el sector público para el caso de las comunidades autónomas españolas, siendo 42 Rockefeller (2004: 187). Ver Pérez Díaz y López Novo (2003: 43) para una reflexión sobre el individualismo y el familismo en relación con la filantropía. 44 Este efecto fue estudiado por Steinberg (1987), entre otros. 45 Mientras que Alemania presenta uno de los niveles más bajos de Europa en donaciones privadas (40 dólares por habitante en 1995), Estados Unidos se encuentra a la cabeza mundial (278 dólares), según Salamon et al. (2001). 46 Según la Comisión Europea, en el año 2005 el gasto en protección social en España representaba un 20,8% del PIB mientras que en Alemania era el 29,4% y la media Europea el 27,2%. 43 40 El artículo original fue publicado en North American Review en 1890 y traducido por la Institución Libre de Enseñanza, que lo publicó en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza del 5 de septiembre de 1890. 41 Villacorta Baños (1985: 178) analiza este discurso al hilo de su reflexión sobre el pensamiento reformista de los ateneistas. 140 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA las donaciones menos probables y de importe inferior en aquellas regiones con mayor gasto público. El Estado también puede intervenir en el nivel de filantropía financiando él mismo la actividad de las entidades no lucrativas. En este caso el Estado puede tener tanto un efecto sustitución, que reduzca el nivel de donaciones privadas, como atracción, que las aumente. Marcuello y Salas (2001) constatan que para el caso español se produce el efecto atracción. Otra forma en la que el Estado puede incentivar las donaciones es a través de las deducciones fiscales, como vimos en el apartado 2.1. Comentar aquí que el hecho de que las donaciones sean deducibles en el IRPF supone un gasto para el Estado (en el año 2005 el Estado ingresó 82,5 millones de euros menos debido a esta partida). Es importante reflexionar sobre si es justo la deducción o no. A fin de cuentas el Estado realiza una labor social importante, mientras que podría ser discutible la utilidad o eficacia de la actividad desarrollada por alguna de las entidades beneficiarias de los donativos que dan derecho a deducción. En contra de este argumento decir que la pluralidad de actores sociales es fundamental para que exista una sociedad civil rica y las organizaciones no lucrativas son una buena manera de fomentarla. Los dos efectos opuestos que puede generar el Estado en su relación con la actividad filantrópica no son una novedad de nuestro tiempo. En España, la implantación del Estado liberal a lo largo del siglo XIX implicó el desmantelamiento del sistema de caridad del Antiguo Régimen. Dos serán entonces las formas de afrontar el problema de la pobreza, ambas fruto de la Ilustración.47 Por una parte, muchos intelectuales de la época, inspirados en el propio Montesquieu, consideran que es obligación del Estado atender una serie de necesidades sociales. Éste irá haciéndose cargo progresivamente del sistema de beneficencia pública, antecesor del actual Estado del bienestar. Pero, junto a esta visión, la caridad hacia el pobre se ve impulsada por las ideas humanitaris- 47 tas de la Ilustración, basadas en el amor al hombre. Surgirán así nuevos modelos organizativos con los que hacer frente a las múltiples necesidades no atendidas por el Estado. Ambas soluciones, la estatal y la particular, no sólo buscan el alivio de las evidentes necesidades de una sociedad pobre y atrasada, sino que también persiguen como objetivo el control social. De hecho, el Estado decimonónico, adoptará una postura fuertemente intervencionista en relación al sistema de beneficencia, consciente de que éste podía ser una palanca de transmisión de ideas revolucionarias. En la Ley General de Beneficencia de 1849,48 que constituye el punto de partida de la regulación sobre las fundaciones en España y que estuvo formalmente en vigor hasta 1994, el Estado somete a su control a los establecimientos de beneficencia, a través de las Juntas Provinciales y Municipales de beneficencia. Además, establece que todos los establecimientos de beneficencia sean públicos, a excepción de «los que se costeen exclusivamente con fondos propios, donados o legados por particulares». Según el Decreto e Instrucción de 14 de marzo de 1899,49 al Gobierno corresponde «el protectorado de la beneficencia, en cuanto afecta a las colectividades indeterminadas». Sólo a finales del siglo XX y ya en plena democracia las administraciones públicas han tendido a disminuir su nivel de interferencia en la actividad de las entidades sin ánimo de lucro. Por su parte, los filántropos también pretenderán el control social de la filantropía. El final del siglo XIX es una época atravesada por las revoluciones obreras, los debates en torno a los sistemas de distribución de la riqueza y los derechos de propiedad, y la filantropía actuará como vía intermedia entre el reparto igualitario pero forzoso de la riqueza entre los miembros de la sociedad y el acaparamiento de ésta por quienes 48 Real Decreto del día 20 de junio de 1849, publicado en la Gaceta de Madrid del día 24 de junio de 1849. 49 Esta norma refunde normas anteriores: Decreto e Instrucción del 27 de abril de 1875, 27 de enero de 1885, Reales decretos de 23 de mayo de 1879, 27 de julio de 1881, 3 de marzo de 1885, y 11 de marzo de 1890. Geremek (2003: 252). 141 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS de socorros mutuos); 606 conferencias de San Vicente de Paúl (dedicadas a visitar familias, regularizar matrimonios, legitimar hijos e instruir a niños y adultos); 1.340 de índole religiosa (misas, aniversarios, capellanías, cofradías, cultos, fiestas religiosas). Vemos pues, que con independencia de los fines perseguidos, la filantropía ha desarrollado y desarrolla una función social muy importante y que los poderes públicos cuentan con los medios para fomentarla. eran capaces de ello. Además, la pobreza es ligada por amplios sectores sociales a la delincuencia, justificándose así el trato a los pobres con métodos «represivos» o «coactivos» y no simplemente caritativos, que impulsen al pobre a trabajar, en vez de fomentar la multiplicación de los vagos y maleantes. De este modo, las élites pretendían moralizar a los beneficiarios de la filantropía de manera que mostraran actitudes positivas hacia ellos. A pesar de todo lo anteriormente expuesto, tal y como Esteban de Vega (1997: 32) defiende, las explicaciones de la beneficencia y la caridad que las consideran meros elementos de control social resultan reduccionistas, pues de hecho a finales del siglo XIX, la red de instituciones de beneficencia era lo suficientemente densa como para tener capacidad de aliviar muchos problemas sociales. Así, en el Anuario de 1888 aparece la estadística relativa a «establecimientos de Beneficencia que se costean con fondos particulares designados por los respectivos fundadores»50 en la que se refiere la existencia de: 337 hospitales, una casa de dementes, sordos, mudos y ciegos, tres casas de impedidos y decrépitos, una de maternidad, ocho de expósitos y huérfanos y seis refugios. El Anuario estadístico de 1915, usando datos de la Dirección General de Administración, detalla mucho más exhaustivamente que el de 1888 las instituciones de beneficencia (aunque sin especificar si pertenecen a la beneficencia pública o a la particular), aportando datos sobre 13.887 entidades: 87 maternidades; 2.255 establecimientos dedicados a la infancia, siendo la mitad de estas instituciones escuelas de instrucción primaria; 3.192 entidades dedicada a la protección a adultos, entre la que destacan las que se ocupan de las «dotes para tomar estado civil»; 115 asilos para la moralización de jóvenes extraviadas; 42 de protección a ciegos y sordomudos; 2.432 hospitales; 296 asilos de ancianos; 435 entidades económico-sociales (montes de piedad, cajas de ahorro, montepíos, asociaciones 4. CONCLUSIÓN Del análisis de la situación actual de la filantropía en España destacaría tres cuestiones: 1. En contra de lo que a menudo se ha afirmado, la filantropía en España es cuantitativamente importante, desarrollando un papel clave en la financiación de entidades no lucrativas a través de donaciones cuyo importe global es alto gracias a que son muchos los donantes y a que en media sus donaciones son más altas que las realizadas en la mayoría del resto de países desarrollados. 2. Aunque con diferencias, ciudadanos de todos los niveles de ingresos realizan donaciones, de manera que la figura clásica del filántropo, asociada a la del millonario, no se corresponde con la amplia difusión de las acciones filantrópicas. Es más, la financiación que las entidades no lucrativas obtienen gracias a donaciones privadas proviene principalmente de individuos cuyo nivel de ingresos es intermedio y no de los más ricos. 3. Es verdad que los más ricos son los que individualmente más dan, que el porcentaje de ellos que realiza algún tipo de donación es muy alto y que dicho porcentaje es creciente en el tiempo. Sin embargo, los ricos no son aquellos que dedican una parte mayor de sus ingresos a las donaciones. 50 En dicho anuario también hay datos relativos a la beneficencia pública. 142 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA Para concluir veamos el proceso que sigue el donante al realizar su donación: 1) toma consciencia de una necesidad; 2) se siente en la obligación de colaborar en su solución; 3) considera que es capaz de ello; 4) busca la manera de hacerlo y 5) actúa. Sigámoslo paso a paso. Primero, los individuos necesitan saber que existen necesidades. En esto el papel de los medios de comunicación es muy importante y deben realizarlo con rigurosidad, sin excederse en el recurso a un sentimentalismo que mueva a la donación rápida pero que, por su superficialidad, sea volátil, captando bien cuáles son las necesidades y exponiéndolas de manera que lleguen a un público amplio, porque hemos visto que la filantropía no es cosa de unos pocos privilegiados. El segundo paso es el deber moral o las motivaciones sociales que empujan a actuar. El hecho de que las motivaciones sean de un tipo o de otro no resulta neutro para la intensidad y los resultados de la acción filantrópica. Si lo que el rico pretende con la donación no es cumplir un deber moral sino alcanzar el prestigio social, puede que baste ofrecer al público un número con muchos ceros, a pesar de que tras él se esconda un pequeño esfuerzo. Los medios de comunicación, tendentes al titular impactante, ayudarán al millonario en su objetivo, al no comentar que su donación supone un esfuerzo menor al realizado por los miles de españoles que colaboran con entidades sin ánimo de lucro. Sin embargo, con estas motivaciones los millonarios españoles pueden acabar quedando lejos de los norteamericanos, como Warren Buffet o Bill Gates. Si el análisis anterior se corresponde con la realidad, un primer paso para mejorar el nivel de donaciones sería que la sociedad fuera capaz de relativizar las donaciones de los grandes ricos, comparándolas con sus ingresos y resaltando así la importancia de las pequeñas donaciones, valorándolas no por su cuantía sino por el esfuerzo que suponen al donante. Por otro lado, las motivaciones sociales de las donaciones pueden llevar a los millonarios a no ser todo lo eficientes que podrían llegar a ser. En muchos casos el rico podría cambiar mucho más cumpliendo unos estándares morales en la realización de su actividad empresarial que realizando donaciones. Si lo que empuja a la donación es la visibilidad pública de ésta, el millonario puede incluso actuar hipócritamente, al donar para resolver problemas que genera o, al menos, no contribuye a mejorar, con su gestión empresarial. El tercer paso es creer que podemos cambiar las cosas. Mientras que estar convencidos de que nuestra acción puede cambiar las cosas no es imprescindible si las motivaciones que nos mueven a la filantropía son de tipo social, si las razones que nos empujan son de tipo moral dicho convencimiento se vuelve indispensable. Pérez Díaz y López Novo (2003: 59) consideran que "cuanto mayor es el logro de las personas (lo que han conseguido con sus acciones), más fuertes suelen ser sus sentimientos de eficacia personal". Como en los últimos años España se ha desarrollado económicamente y muchos se han enriquecido gracias a su trabajo y sus negocios, la sensación de poder cambiar las cosas porque hemos sido capaces de cambiar nuestras vidas respecto a las de nuestros padres se ha vuelto muy poderosa. Por otro lado, el hecho de que la mejora del nivel de vida de los españoles se haya producido en pocos años puede influir decisivamente en el hecho de que, además de sentirse eficaces, los españoles se sientan en deuda con una sociedad que les ha dado oportunidades que no dio a sus antepasados cercanos. En cuanto al cuarto paso, la búsqueda de la manera de realizar la donación, en la actualidad los sistema para realizar donaciones se han desarrollado, pudiendo cada ciudadano decidir entre una abundante oferta de organizaciones que canalizan los fondos, de manera que aquel que se preocupa por el medio ambiente encontrará quien se ocupe de ello y quien se conmueva por los niños soldado de África también. Comentar también que uno de los temas que mayor importancia están adquiriendo para las entidades sin ánimo de lucro es la del control de su actividad y la de la mejora de su eficacia, siendo la tendencia a profesionalizar la actividad de las fundaciones, haciéndola lo más eficiente posi- 143 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS ble, una de las líneas más claras del actual panorama filantrópico, siguiendo esquemas dominantes en Estados Unidos desde hace años. Existen ya organizaciones dedicadas a auditar la actividad de entidades sin ánimo de lucro y, si en un principio éstas estaban muy centradas en evitar escándalos, cada vez más aportan información que permite conocer si cada euro donado se está empleando de la manera más productiva posible. Por último, los donantes actúan y con su acción logran cambiar las cosas. Brooks, Arthur C. (2003), «Charitable giving to humanitarian organizations in Spain», Revista de Economía Pública, 165, pp. 9-24. 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Él es el director del proyecto del MEC nº HUM2007-62675, al que estoy agradecida por su financiación durante mi periodo de formación. 5. BIBLIOGRAFÍA 5.1. LIBROS Y ARTÍCULOS Apostolado de la Prensa (1900), Dar de comer al hambriento o Caridad y filantropía, Madrid: Administración del Apostolado de la Prensa. Arenal, Concepción (1894), La beneficencia, la filantropía y la caridad, Madrid: Librería de Victoriano Suárez. Azcárate, Gumersindo (1892), «Deberes y responsabilidades de la riqueza», Discurso leído por el Sr. D. Gumersindo de Azcárate el día 11 de noviembre de 1892 en el A. C. L. de Madrid con motivo de la apertura de sus cátedras, Madrid. Bahamonde, Ángel y Jesús A. Martínez (2005), Historia de España siglo XIX, Madrid: Cátedra. Bordas Flaquer, José (1954), Caridad y filantropía: Cuadro dramático, Barcelona: Librería Salesiana. 144 EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA FILANTROPÍA EN ESPAÑA López Castellano, Fernando (2003), «Una sociedad «de cambio y no de beneficencia». El asociacionismo en la España liberal (1808-1936)», CIRIEC-España, 44, pp. 199228. Marcuello, C., and V. Salas (2001), «Nonprofit Organizations, Monopolistic Competition, and Private Donations: Evidence from Spain», Public Finance Review, 29 (3): 183207. Marcuello Servós, Carmen (coord.) (2007), Capital social y organizaciones no lucrativas en España, Bilbao: Fundación BBVA. Miranda Aranda, Miguel (2003), Pragmatismo, Interaccionismo simbólico y Trabajo Social. De cómo la caridad y la filantropía se hicieron científicas, tesis doctoral inédita. Palencia-Lefler Ors, Manuel (2004), «La fiscalidad de la donación en el contexto español», Revista Documentos, Junio. Pérez Díaz, Víctor (1993), La primacía de la sociedad civil, Madrid: Alianza. Pérez Díaz, Víctor y Joaquín P. López Novo (2003), El Tercer Sector Social en España, Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Pérez Galdós, Benito (2004), Las novelas de Torquemada, Madrid: Alianza. Rockefeller, David (2004), Memorias. 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Villacorta Baños, Francisco (1985), El Ateneo de Madrid (1885-1912), Madrid: CSIC. 5.2. ARTÍCULOS EN PRENSA PERIÓDICA «Caridad y filantropía», diario El Áncora, 15-I1850. Monográfico sobre Responsabilidad Social Corporativa en el periódico El País del día 25-XI2007. Valls Riera, Ricard (2006), «¿Hay filántropos en España?», Cinco Días del día 23-X-2006. 5.3. PÁGINAS EN INTERNET www.forbes.com www.estadief.meh.es www.aeat.es www.cis.es 5.4. LEGISLACIÓN Ley de beneficencia de 1849: Real Decreto del día 20 de junio de 1849, publicado en la Gaceta de Madrid del día 24 de junio de 1849. Decretos de 1923 y 1928 sobre enajenación y arrendamiento de bienes de fundaciones. Real Decreto de 20 de julio de 1926, de instituciones y fundaciones benéfico-docentes particulares de enseñanza agrícola, pecuaria o minera. 145 LA FILANTROPÍA: TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS Reglamento de 14 de mayo de 1852. Decreto 446/1961, de 16 de marzo, de fundaciones laborales El Decreto 2930/1972, de 21 de julio. Ley 30/1994, de 24 de noviembre, de fundaciones y de incentivos fiscales a la participación privada en actividades de interés general. Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo. Ley 50/2002, de 26 de diciembre, de Fundaciones. Ley 23/1998, de 7 de julio, de Cooperación Internacional para el Desarrollo. 146