La Fundación de Estudios Financieros presenta el Estudio “La crisis en Europa: ¿un problema de deuda soberana o una crisis del euro?” LA FEF SEÑALA LOS GRANDES BENEFICIOS QUE DERIVAN DE NUESTRA PERTENENCIA AL EURO • La pertenencia al euro ha sido y sigue siendo la mejor garantía de crecimiento y de creación de empleo para la economía española. • Es preciso corregir cuanto antes los desajustes en los que nuestra economía está inmersa, para seguir en el euro y para crear empleo. • En el euro y en el cumplimiento de las reglas que exige el euro está la solución a esos problemas. • La sostenibilidad de la deuda europea requiere cuanto antes recuperar la senda del crecimiento y ello precisa reformas profundas que favorezcan un aumento de la oferta sin aumentar el gasto público. La Fundación de Estudios Financieros (FEF), que preside Juan Carlos Ureta, ha presentado hoy el Estudio “La crisis en Europa: ¿un problema de deuda soberana o una crisis del euro?” cuya finalidad es contribuir a aclarar y enriquecer el actual debate sobre el euro y sobre el papel que España debe seguir desempeñando en la Unión Europea. El acto de presentación fue clausurado por D. Fernando Jiménez-Latorre, Secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa. El trabajo ha sido dirigido por el Doctor Fernando Fernández Méndez de Andés, Profesor del IE Business School y Director de la Cátedra del Sistema Financiero Internacional. A su vez ha contado con un equipo de colaboradores de prestigio vinculados al mundo académico, profesional y a la administración pública. Motivación y contenido del Estudio La crisis financiera iniciada en 2007 se acentuó en los años 2010 y 2011 con el problema de la deuda soberana que puso de manifiesto las dudas que entre los inversores despertaba el estado de las finanzas públicas de algunos países de la Zona Euro. Este nuevo episodio de turbulencias ha tenido consecuencias muy importantes en los países afectados y, en general, ha deteriorado la estabilidad financiera y el grado de integración europea; consecuencias que han afectado especialmente a los mercados de deuda donde han aumentado las diferencias de tipos de interés entre los países de forma muy significativa. La crisis de la deuda soberana también ha impactado en la solvencia del sector bancario europeo por su exposición a la deuda pública de los países más afectados y ha incidido negativamente en su financiación en los mercados mayoristas. Los episodios de tensión han sido extremos y en algunos 1 momentos han alcanzado un estado de tal inestabilidad que incluso se ha llegado a hablar de una potencial fragmentación de la Unión Monetaria, rompiéndose de esa forma el mercado único. En este contexto de gran incertidumbre, la Fundación de Estudios Financieros puso en marcha este estudio cuyo objetivo es ayudar a entender lo que está pasando y contribuir a dar luz sobre lo que se debería hacer para resolver estos problemas. El trabajo no pretende resolver todos los interrogantes económicos y financieros que plantea la crisis del euro y de la deuda soberana, ni tampoco aspira a enumerar y describir todas las medidas que serían necesarias para superar la situación actual. Su objetivo es más sencillo, ayudar a entender lo que está pasando, eso sí, desde el convencimiento de que hay que preservar la Unión Monetaria. No cabe duda de que son varias las alternativas que se pueden plantear, pero conviene comprender bien las consecuencias de cada una de ellas, incluso las más extremas, aunque solo sea para descartarlas. Solo entendiendo la naturaleza de la crisis del euro será posible formular políticas correctas, nacionales y europeas. El libro se estructura en cuatro grandes apartados, el primero conceptual intenta explicar la naturaleza de una crisis soberana y el problema del contagio financiero; el segundo analiza la arquitectura institucional europea y su adaptación a las distintas crisis nacionales que se han ido produciendo; el tercer bloque analiza las medidas que se han planteando en diferentes ámbitos para resolver el problema puntual de algunos países, y para evitar que se repita y dotar de permanencia y estabilidad a la Unión Monetaria; y el cuarto capítulo explica los costes de las dos posibles salidas extremas: la restructuración de la deuda o la devaluación. Principales conclusiones del estudio El trabajo incluye un resumen ejecutivo que sistematiza las diferentes aportaciones realizadas por los colaboradores que han participado en él y un decálogo de conclusiones que remarca las principales cuestiones que se quieren transmitir. Desde una perspectiva española y en relación con el problema de la deuda soberana y del euro, se destacan las siguientes reflexiones: - La pertenencia al euro es la mejor garantía de crecimiento y de creación de empleo para la economía española. Cualquier alternativa, como se refleja a lo largo del libro, es impensable y llevaría consigo un elevadísimo coste económico, político y social. Ahora bien, esa pertenencia exige esfuerzos y sacrificios. - Es preciso corregir cuanto antes los desajustes en los que nuestra economía está inmersa. La corrección de algunos desequilibrios financieros generados por la burbuja de crédito y de deuda exige sacrificios y ajustes en el corto plazo que garanticen y fortalezcan la posición de la economía española como una de las grandes economías de la zona euro. Algunos de esos sacrificios y ajustes pueden generar menor crecimiento de la actividad o del empleo en el corto plazo, pero 2 su adopción, además de necesaria, será enormemente beneficiosa para el empleo y para la actividad una vez que se superen los efectos contractivos de corto plazo. - Es importante trasladar a la opinión pública los grandes beneficios que derivan de nuestra pertenencia al euro, ya que la comprensión de estos beneficios es necesaria para asumir de forma conjunta los esfuerzos y ajustes que hoy en día nos impone nuestra pertenencia a la moneda común. Debe evitarse al máximo la tentación populista de culpar al euro de los problemas que hoy aquejan a la economía española y europea. Por el contrario, en el euro y en el cumplimiento de las reglas que exige el euro está la solución a esos problemas. - Por último, la sostenibilidad de la deuda europea requiere cuanto antes recuperar la senda del crecimiento y ello, precisa reformas profundas que favorezcan un aumento de la oferta potencial sin aumentar el gasto público. La publicación conclusiones. contiene un Decálogo que resume sus principales Acerca de la Fundación de Estudios Financieros La Fundación de Estudios Financieros desarrolla su actividad en el ámbito de los mercados financieros. Dedica su esfuerzo y recursos a la investigación, formación y opinión independientes, sin ánimo de lucro y con el compromiso de trabajar a favor de un ejercicio leal de la libertad económica fundamentado en la eficacia, la transparencia y la ética. La Fundación ha conseguido la integración en su Patronato de un sólido grupo de empresas e instituciones que representan a una parte muy significativa de la sociedad civil económica y financiera, convirtiéndose en uno de los centros de pensamiento de referencia del mundo financiero español. Es una fundación privada, constituida el 20 de diciembre de 1991 e independiente de las empresas que la financian y de la Administración Pública. Su misión esencial es generar ideas, temas de debate y propuestas de solución sobre diferentes aspectos de la realidad económica y financiera nacional e internacional que puedan resultar útiles a la empresa privada, mundo académico, responsables políticos, medios de comunicación y opinión pública. Madrid, 8 de febrero de 2012 3 DECÁLOGO “La crisis en Europa: ¿un problema de deuda soberana o una crisis del euro?” “Lo más destacado del decálogo incluido en el estudio”.... 1. La crisis de deuda soberana europea es una crisis de la Unión Monetaria Europea y habría de producirse antes o después. El diseño institucional del área euro estaba incompleto y no disponía de instrumentos para evitar la acumulación de desequilibrios internos: fiscales, de crédito o de déficit exterior. Se pecó de complacencia en los años buenos y el ajuste será ahora necesariamente mayor. 2. Su solución exige cambios políticos e institucionales y cambios en la forma de organización económica en el área euro. A medio plazo un cambio en los Tratados parece inevitable, pero mientras llega habrá que extremar la creatividad en la búsqueda de soluciones políticas operativas. Los cambios habrán de afectar a la gobernanza fiscal y monetaria, al proceso de toma de decisiones, a la disciplina fiscal y a la actuación y mandato del propio BCE. 3. El mantenimiento de la Unión Monetaria exige mayores niveles de coordinación fiscal para evitar las externalidades que la crisis ha puesto en evidencia. La disciplina fiscal no puede imponerse ex post mediante sanciones. La Unión necesita reglas preventivas que eviten la acumulación de déficits públicos antes de que estallen. Esas reglas habrán de traducirse en una especie de aval a los presupuestos nacionales previo a su aprobación por los respectivos Parlamentos nacionales. 4. Cumplir las reglas fiscales tiene que tener la contrapartida de la protección conjunta. Algún grado de mutualización de la deuda europea, emitida en cumplimiento de los objetivos fiscales aprobados a escala europea, es inevitable. Pero, la mutualización futura no evita la necesidad de una decisión previa: qué hacer con el problema heredado; cómo resolver el exceso de deuda de algunos países. La asunción de pérdidas para los acreedores es tan inevitable como el ajuste fiscal para los países deudores y ha de ser previa a la petición de participación solidaria del contribuyente europeo. 5. El alumbramiento de una nueva Unión Monetaria habrá necesariamente de coexistir con la intervención más o menos explícita de algunos países durante un cierto tiempo. Es la contrapartida del rescate, pero conviene que las reglas de esta intervención sean claras, transparentes y comunes para todos. 6. La coordinación fiscal ha de respetar el principio de subsidiariedad. Cada país debe ser soberano para alcanzar los objetivos fiscales acordados solidariamente por los Estados miembros de la forma que considere más oportuna y acorde a sus objetivos. Por tanto, cada país debe permanecer libre y autónomo para elegir su estructura fiscal y sus preferencias de gasto. No hay modelos superiores, sino que estos 4 responden a las preferencias sociales y a las circunstancias y realidades económicas y productivas de cada país. 7. Europa está endeudada en exceso. Ha disfrutado de una prima de credibilidad que le ha permitido pensar que había desaparecido la restricción externa y que la financiación estaba siempre garantizada. Pero ese plus de credibilidad ha desaparecido de manera irreversible. Esta realidad implacable obliga a la consolidación fiscal y a la reducción de la dependencia del ahorro externo. Deberíamos por tanto hablar menos de crisis y más de un nuevo escenario que exige nuevas respuestas políticas, bancarias y empresariales, porque sencillamente habrá menos capital disponible para toda Europa. 8. La Zona Euro comparte una moneda y una política monetaria pero no es un espacio financiero integrado. Dar pronta respuesta a ese fallo de diseño es parte de la solución a la crisis del euro. El camino obvio está escrito y hay amplio acuerdo. Hace falta desnacionalizar la política de regulación y supervisión financiera centralizándola en alguna agencia europea; establecer un mecanismo europeo único de intervención, resolución y liquidación bancaria que evite la competencia desigual, el arbitraje regulatorio y la defensa de los campeones nacionales; y crear con urgencia un mecanismo europeo de garantía de depósitos con financiación, cobertura y gestión europea. 9. El BCE tiene un papel muy importante para financiar la transición, para asegurar que la impaciencia de los mercados no acaba con el proyecto de construcción europea mientras se aplican las decisiones que darán lugar a una nueva Unión Monetaria que se parezca más a una área monetaria óptima. Pero al hacerlo no puede arruinar su credibilidad ni renunciar a su naturaleza. El BCE es heredero legítimo del Bundesbank por decisión colectiva, no por imposición, porque se entiende que la estabilidad monetaria y financiera es la principal contribución de la autoridad monetaria a la estabilidad y el crecimiento económico. Conviene no olvidarlo cuando se le pide lo imposible. 10. La sostenibilidad de la deuda europea es, en última instancia, un problema de crecimiento. Solo si Europa es capaz de crecer superará sus problemas de capacidad y voluntad de pago y el euro gozará de la estabilidad definitiva. Crecer requiere reformas que aumenten el producto potencial y no más gasto público. La dicotomía ajuste o expansión es falsa; la realidad inevitable es ajuste más reformas. Esta es la última y definitiva lección de la crisis: si una economía deja de crecer se agravan todos los problemas y las dudas sobre su capacidad de pago serán inevitables. Más aún en una Unión Monetaria donde no existen las salidas falsamente expansivas a corto plazo como la devaluación. 5