1. La óptica de los emisores

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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
1. LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
1.1. RIESGOS DE BALANCE
1.1.1. Introducción
A la luz de la reciente crisis económica, se ha puesto de manifiesto la vital importancia
de la gestión de riesgos en al ámbito de las entidades financieras. Dentro de la gestión
de riesgos la gestión de Activos y Pasivos se hace fundamental a la hora de definir los
riesgos de balance, que prestan especial atención a la gestión del volumen, clase, estructura y plazos de los productos que integran el mismo. En concreto, la gestión de estos
riesgos contempla principalmente el riesgo de liquidez y el riesgo de tipo de interés
estructural, así como el llamado riesgo de concentración. Su objetivo es maximizar la
rentabilidad y el valor de las entidades, manteniendo el equilibrio entre los recursos y
el nivel y la clase de los riesgos que se desean asumir.
Entre los riesgos de balance comentados, el riesgo de liquidez ha cobrado mayor importancia debido a los cambios acaecidos recientemente en los mercados, acrecentándose
la complejidad de su gestión; dicha gestión del riesgo de liquidez entraña una elevada
importancia debido a que la falta de liquidez de una sola institución puede repercutir en
todo el sistema financiero.
1.1.2. Definición y acotación
Definición
Riesgo de liquidez
La liquidez es la capacidad de un banco para financiar aumentos de su volumen de activos y para cumplir sus obligaciones de pago al vencimiento, sin incurrir en pérdidas
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
inaceptables. El riesgo de liquidez refleja la probabilidad de incurrir en pérdidas o tener
que renunciar a nuevos negocios o a crecimiento de los actuales, por no poder atender
con normalidad los compromisos a su vencimiento o por no poder financiar las necesidades adicionales a costes de mercado.
La gestión del riesgo de liquidez pretende asegurar el cumplimiento de los compromisos de pago de la entidad, ya sean en efectivo o con otros activos financieros, en tiempo y a un coste razonable, sin deteriorar su imagen y reputación.
Un control adecuado del riesgo de liquidez requiere, entre otras cosas, la existencia
de unos sistemas de información adecuados sobre los flujos de efectivo de la entidad y de los activos de que se dispone para hacer frente a los posibles desfases de
liquidez.
El papel crucial que desempeñan las entidades financieras en el proceso de transformación de vencimientos, captando depósitos a corto plazo y concediendo créditos a largo
plazo, les hace intrínsecamente vulnerables al riesgo de liquidez, tanto al propio de cada
institución como al que afecta al conjunto del mercado.
La gestión eficaz del riesgo de liquidez contribuye a garantizar la capacidad de las entidades para hacer frente a sus obligaciones de pago que, en ocasiones son de naturaleza
no predecible al venir influidos por acontecimientos externos y/o por la conducta de
otros agentes.
Riesgo del tipo de interés estructural de balance
El riesgo de tipo de interés del balance se define como la variación adversa de la
situación financiera y económica de la entidad ante movimientos de los tipos de
interés.
El riesgo de tipo de interés se deriva de las fluctuaciones de los tipos de interés y su
impacto en las diferentes masas patrimoniales que componen el balance de las entidades y que son sensibles a las mencionadas variaciones. Además de las variaciones en los
tipos de interés, la correspondiente asimetría en los perfiles de renovación y de vencimientos y de tipos de las partidas de activo y pasivo sensibles del balance es otra de las
fuentes de las que se deriva el riesgo de tipo de interés estructural.
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Riesgo de concentración y correlación
El riesgo de concentración se define como cualquier exposición individual (directa y/o
indirecta) o grupo de exposiciones que puedan generar pérdidas suficientemente importantes para poner en peligro la solvencia de una entidad o su capacidad para garantizar
la continuidad de sus principales actividades.
A estos efectos el riesgo de concentración se deriva de:
•
•
Grandes exposiciones individuales (posiblemente vinculadas). A estos efectos, la
definición de «vinculadas» debe ser suficientemente amplia para incluir exposiciones vinculadas por factores comunes, como propiedad, gestión o avalistas. Esta
clase de concentración puede quedar cubierta de forma general, especialmente en
entidades que utilizan técnicas de modelización cuantitativa, a través de ajustes de
granularidad en el contexto del Pilar II de Basilea.
Exposiciones significativas frente a grupos de contrapartes cuya probabilidad de
incumplimiento esté determinada por factores comunes, entre los que figuran el sector económico, región geográfica, moneda, medidas de reducción del riesgo de crédito, incluidos los riesgos vinculados a grandes exposiciones crediticias indirectas
(por ejemplo, frente a garantías de un solo emisor).
En términos generales, a mayor concentración, la volatilidad de las pérdidas esperadas
por riesgo de crédito aumenta; por el contrario, cuanto más diversificada es una cartera, la volatilidad de las pérdidas esperadas disminuye.
La gestión del riesgo de crédito en las entidades puede tener en cuenta el efecto de la
concentración/diversificación en dos niveles:
•
•
Concentración a nivel cartera: a mayor probabilidad de que las posiciones de una
misma cartera entre en incumplimiento, mayor será la concentración de pérdidas
(correlaciones de incumplimiento). Por tanto, la correlación entre las carteras de
activos condicionan una mayor o menor pérdida.
Concentración a nivel cliente: a mayor exposición en un número limitado de deudores (concentración de exposiciones), mayor será la probabilidad de que escasos
incumplimientos produzcan una pérdida significativa.
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
Acotación
Riesgo de liquidez
Desde una perspectiva de solvencia, es importante tener en cuenta que el riesgo de tipo de
liquidez se enmarca en el Pilar II del acuerdo de Basilea II. Este hecho se traduce en que no
se prevean requerimientos mínimos de capital en relación con este riesgo, si bien desde el
Comité de Supervisión Bancaria de Basilea sí se han dictado una serie de recomendaciones
y principios para la adecuada gestión de este riesgo en diversos documentos consultivos.
Adicionalmente, Banco de España define diversos criterios a aplicar para la valoración
de las necesidades de capital por este riesgo. Particularmente, se plantea la posibilidad
de que las entidades sustituyan la evaluación de sus necesidades de capital para cubrir
este riesgo, por un análisis de su política, sistemas de control y planes de contingencia
para la gestión de la liquidez.
Cobra especial importancia el que las entidades justifiquen que mantienen una situación de
liquidez adecuada y que, por tanto, no necesitan capital para cubrir este riesgo. De lo contrario, las entidades que no puedan justificar este aspecto, deberán establecer un plan de acción
para la gestión de la liquidez y asignar el capital correspondiente para cubrir este riesgo.
A pesar de que el riesgo de liquidez está incluido en el Pilar II, en la Circular de
Solvencia 3/2008 de Banco de España no se hace referencia explícita a este riesgo en
sus normas, así como tampoco se solicita ningún estado de liquidez como sí ocurre, con
el riesgo de tipo de interés estructural.
No obstante, Banco de España ha establecido recientemente la obligatoriedad por parte de
las entidades de remisión de unos estados sobre liquidez a partir de 30 de Septiembre de
2009. Aunque estos estados tienen, de momento, carácter provisional deberán enviarse, a
partir de esa fecha, con periodicidad mensual, siendo de forma abreviada los siguientes:
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Por otro lado, desde una perspectiva contable, la Circular 4/2004 establece una serie de
requerimientos en relación con la gestión e información pública del riesgo de liquidez.
Concretamente el apartado D.2) de la Norma 60ª establece la necesidad de que las entidades individuales incorporen en sus Memorias información acerca del riesgo de liquidez, detallando en una matriz de vencimientos los saldos de los activos y pasivos financieros del balance. Esta norma también solicita una descripción de los métodos
empleados por las entidades para evaluar la liquidez de sus instrumentos financieros,
tanto cotizados como no cotizados, así como de su modelo de gestión interna del riesgo de liquidez.
Riesgo del tipo de interés estructural del balance
Desde una perspectiva de solvencia, el riesgo de tipo de interés estructural se enmarca
en el Pilar II del acuerdo de Basilea II, al igual que el riesgo de liquidez por lo tanto, no
se prevén requerimientos mínimos de capital en relación con este riesgo, si bien a través de la circular de solvencia 3/2008 de Banco de España sí se han dictado una serie
de pautas para la adecuada evaluación de este riesgo.
A estos efectos en dicha circular, Banco de España señala la necesidad de que las entidades evalúen los niveles de riesgos a los que se exponen frente a las potenciales pérdidas producidas como consecuencia de los movimientos de los tipos de interés sobre
el balance de las entidades. Se plantea la posibilidad de emplear una opción general
basada en las metodologías propias que las entidades consideren más adecuadas, si bien
éstas deben fundamentarse adecuadamente y demostrarse que se emplean en la gestión
de este riesgo, o bien una opción simplificada, fundamentada en el análisis del impacto
de las variaciones de los tipos de interés sobre el valor económico, con las siguientes
consideraciones:
•
•
En el caso de que dicho impacto adverso reduzca el valor económico de la entidad por debajo del 130% de sus recursos propios mínimos necesarios totales de
Pilar 1 se asignará capital por el 100% de la diferencia entre el 130% de dichos
recursos propios mínimos y el valor económico reducido por el mencionado
impacto adverso.
No obstante cuando el impacto adverso antes calculado reduzca el valor económico
inicial en menos de un 5% de su propio valor, las entidades podrán justificar la no
necesidad de capital para cubrir este riesgo aunque el mismo se sitúe, una vez
impactado, por debajo del mencionado 130% de los recursos propios mínimos nece-
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
sarios de Pilar 1, siempre que no se sitúe tras el impacto por debajo del 105% de
dichos recursos propios mínimos.
De manera adicional a lo establecido anteriormente, dicha circular determina los estados
de solvencia que las entidades están obligadas a facilitar en relación con el riesgo de tipo
de interés estructural de balance. Estos Estados se resumen en el siguiente cuadro:
Adicionalmente a la perspectiva de solvencia, desde una óptica contable la Circular
4/2004 también establece una serie de requerimientos en relación con la gestión e información pública del riesgo de tipo de interés. Concretamente el apartado D.3) de la
Norma 60ª establece la necesidad de que las entidades individuales incorporen en sus
Memorias información acerca del riesgo de tipo de interés estructural, detallando en una
matriz de vencimientos/revisiones los saldos de los activos y pasivos financieros. Esta
norma también solicita información sobre el impacto que un movimiento en los tipos de
interés de cuantía determinada (100 puntos básicos) tiene sobre el patrimonio neto y la
cuenta de pérdidas y ganancias, así como una descripción de los modelos de gestión
interna del riesgo de tipo de interés.
Con respecto a la naturaleza del riesgo de tipo de interés es importante diferenciar adecuadamente la dimensión estructural del riesgo, sobre la que se focaliza este documento, de la dimensión de mercado asociada al riesgo de tipo de interés.
La dimensión de mercado se materializa a través los cambios en el valor de la cartera
de negociación que se producen derivados de los movimientos en los tipos de interés.
La gestión de este riesgo se fundamenta en la identificación de este driver de variación
como un factor de riesgo adicional a tener en cuenta (junto al riesgo de acciones, el riesgo de cambio y el riesgo de volatilidad) en la consideración de los elementos que condicionan los precios de los activos que las entidades mantienen con intenciones de realización en el corto plazo.
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Tomando como referencia la dimensión estructural del riesgo de tipo de interés, es fundamental tener en cuenta que las variaciones en los tipos de interés suponen dos fuentes de riesgo. En primer lugar, la incertidumbre sobre los tipos de reinversión (vencimiento / repreciaciones) a lo largo de la vida de un activo / pasivo. En segundo lugar,
las variaciones en el valor de mercado de los activos, los pasivos y por ende el del patrimonio.
Derivado de lo anterior existen dos magnitudes fundamentales sobre las cuales se basará la gestión de este riesgo, el margen financiero y el valor patrimonial.
Riesgo de concentración
Forma parte del riesgo de crédito y se refiere a la posibilidad de sufrir pérdidas como
consecuencia de exposiciones individuales significativas que estén correlacionadas, y/o
exposiciones importantes con grupos de contrapartes cuya probabilidad de incumplimiento está sujeta a unos factores de riesgo comunes a todos ellos (sector, economía,
localización geográfica, etc.).
En términos generales, el riesgo de concentración está contemplado en la regulación de
Banco de España sobre Grandes Riesgos incorporada en la circular de solvencia 3/2008
en el que se define como tal a aquella exposición agregada con una misma persona o
grupo que supere en importe al 10% de los recursos propios computable de la entidad.
De acuerdo con la normativa de dicha circular, ninguna exposición agregada, en los términos estipulados en la norma correspondiente, deberá superar el 25% de los recursos
propios de la entidad.
Además, dentro del Pilar II de la misma circular de solvencia de Banco de España se
solicita el establecimiento de políticas y procedimientos para medir y controlar el riesgo de concentración derivado de las exposiciones a contrapartes, grupos de contrapartes vinculadas y contrapartes del mismo sector económico, región geográfica o de la
misma actividad o materia prima, y se evaluará la utilización de técnicas de reducción
del riesgo de crédito que conlleven grades exposiciones crediticias indirectas.
Al igual que en el caso anterior, Banco de España señala la necesidad de que las entidades evalúen los niveles de riesgos a los que se expone frente a las potenciales pérdidas producidas como consecuencia de la concentración en balance. Se plantea la posi-
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
bilidad de emplear una opción simplificada a través de la cual las entidades calcularán
un índice de concentración sectorial y un índice de concentración individual de su cartera crediticia. Si dicho índice supera valores determinados, las entidades deberán multiplicar sus necesidades de recursos propios por riesgo de crédito del Pilar 1 por un coeficiente de recargo correspondiente.
Al igual que en el caso anterior, con la opción general las entidades pueden utilizar las
metodologías propias que consideren más adecuadas, que se deberán fundamentar y
usar en la gestión de este riesgo.
Por lo tanto se debe procurar una adecuada diversificación del riesgo y vigilarán sus
concentraciones de riesgo adoptando las medidas oportunas para corregir aquellas
situaciones que comporten la asunción de un excesivo nivel de riesgo.
1.1.3. Visión ante la reciente crisis
A la vista de la actual coyuntura económica, siguen aumentando los desafíos que
enfrenta el sector de los servicios financieros a nivel mundial. El Gobierno Federal de
EE.UU., ha adoptado medidas sin precedentes, entre las que se incluyen planes para
comprar miles de millones de dólares de activos hipotecarios. Otros gobiernos a nivel
mundial se están involucrando en el tema con sus propias gestiones para lograr la estabilización y se han nacionalizado en forma eficaz entidades e instituciones financieras
importantes, subvencionadas por los gobiernos.
La situación sigue evolucionando y los mercados financieros están reaccionando enérgicamente a medida que siguen ocurriendo absorciones, rescates y otros cambios importantes
en las instituciones financieras más emblemáticas del sector. Además, el crédito, la liquidez y el capital siguen escasos. El mensaje fundamental que emana de esta progresiva crisis crediticia y de liquidez es que ninguna entidad es inmune a la misma.
Es bien conocido el desarrollo de los hechos. Aunque muchos especulan sobre cómo
éstos se transformaron rápidamente en una crisis con efecto a nivel mundial, en el sector de los servicios financieros se está reconociendo cada vez más que muchos factores
se unieron para armar una «tormenta perfecta» en la gestión de riesgo, la que incluyó:
•
El alto grado de complejidad inherente a los productos crediticios estructurados y
los correspondientes desafíos que presentan la valoración y la medición del riesgo;
20
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
•
•
Una caída en los volúmenes de comercio y liquidez que se generan en una disminución de la transparencia en la fijación de precios; y
La magnitud de la totalidad de exposiciones y su efecto en el capital.
Los temas clave fundamentales en la reciente crisis crediticia incluyen: la mantención
prolongada de las bajas tasas de interés a corto plazo, la burbuja inmobiliaria resultante y posterior ajuste de precios de los bienes inmuebles, enfoques modificados para la
suscripción de acciones y un menor énfasis en las normas tradicionales sobre suscripción, altos niveles de endeudamiento en muchas áreas del sistema financiero, medidas
analíticas de valoración y medición de riesgo que no se mantuvieron a la par con la
complejidad de los productos, e interrogantes sobre la eficacia de la gestión de riesgo.
La llamada «crisis subprime» iniciada en Estados Unidos contagiada a nivel internacional ha afectado a la confianza en la concesión de créditos («credit cruch») derivando entre otros aspectos en:
•
•
•
Graves dificultades de financiación al interbancario.
Dificultad de colocar emisiones en el mercado.
Contracción de la inversión crediticia.
Esta situación ha provocado la intervención de estados e instituciones, que ha puesto en
marcha diversos mecanismos para la reactivación de la economía, tales como:
•
•
•
Bancos Centrales Nacionales: inyecciones de liquidez
Banco Central Europeo: bajadas en los tipos de interés
Estados: financiación a través de la compra de activos (con pacto de recompra),
garantía de depósitos, capitalización de instituciones, etc.
Ante los diferentes acontecimientos, se han considerado significativos para su análisis
los siguientes aspectos de los que se aporta una visión general a la luz de la actual
coyuntura económica:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Costes de oportunidad elevados.
Efectos en el mercado interbancario.
Descuento de activos en el Banco Central Europeo.
Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF).
Avales del Estado.
Tipos de interés.
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
1. Costes de oportunidad elevados
Desde enero de 2006 hasta enero de 2009 tanto bancos como cajas han seguido similar
tendencia. La variación del crédito ha disminuido notablemente alcanzando niveles del
5% en enero de 2009 (aunque se puede apreciar que las cajas de ahorro han variado en
menor medida respecto a los bancos).
Este factor se materializa en la asunción de costes de oportunidad significativos para las
entidades, ya que los objetivos de liquidez condicionan sus objetivos estratégicos.
Como consecuencia, la concesión de créditos por bancos y cajas ha desacelerado drásticamente su ritmo de expansión desde las tasas en torno al 30% registrada en 2006
hasta tasas alrededor del 5%, lo que ha agudizado el impacto de la crisis sobre la economía real, tal y como se muestra a continuación:
VARIACIÓN INTERANUAL DEL CRÉDITO A OTROS SECTORES RESIDENTES.
BANCOS Y CAJAS DE AHORRO (%):
Fuente: Banco de España
Esta evolución responde tanto a factores de demanda, consecuencia del ajuste del
sector privado a las menores expectativas de renta futuras en un entorno de debilidad económica, como de oferta, reflejo de las crecientes dificultades de obtener
financiación de las entidades de crédito y del progresivo endurecimiento de estándares crediticios.
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
2. Efectos en el mercado interbancario
El cuadro siguiente refleja la posición de las 45 Cajas de Ahorros en el mercado interbancario, medido como porcentaje entre el total de sus activos en balance:
CAJAS DE AHORRO: (POSICIÓN NETA INTERBANCARIO) / TOTAL ACTIVO (%)
Fuente: Elaboración propia. Memorias anuales de 2008 de 45 Cajas de Ahorros.
Como puede observarse la mayor parte de las Cajas son deudoras netas en el mercado
interbancario a fecha de diciembre de 2008.
3. Descuento de activos con Banco Central Europeo
El BCE ha cumplido el papel de intermediario en el mercado interbancario de las
cajas. El BCE decidió mantener el suministro de liquidez a las entidades financieras
durante el tiempo necesario para evitar situaciones de iliquidez para las mismas. A continuación se muestra la posición neta de las Cajas de Ahorros frente al BCE:
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
CAJAS: POSICIÓN NETA BANCO CENTRAL EUROPEO + CASH (MILES DE EUROS):
Fuente: Elaboración propia. Memorias anuales de 2008 de 45 Cajas de Ahorros.
No obstante, el BCE ha endurecido sustancialmente los requisitos de la «barra libre»
con una política ultraconservadora en la valoración de los activos que acepta como
garantía. Es previsible que siga la misma tendencia en los próximos meses:
•
•
El 20 de enero de 2009, se ha producido un ajuste de las medidas de control de riesgos para las nuevas emisiones de bonos de titulización y de bonos simples de entidades de crédito.
El BCE ha endurecido condiciones para que los bancos consigan liquidez. Desde
febrero, el BCE está valorando activos con la máxima nota de calificación es decir,
los más seguros al 40%, 50% y 60% de su valor teórico en muchos casos.
Las cajas que han acudido en mayor medida al BCE son las que, en general, han presentado mayor dificultad en la captación de liquidez, por lo que han tenido que orientarse a la titulización de activos con el objeto de descontar los mismos al BCE. A continuación se muestra la posición neta de las Cajas de Ahorros frente al BCE como porcentaje frete al total activo en balance:
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
CAJAS: (POSICIÓN NETA BCE + CASH) / TOTAL ACTIVO (%):
Fuente: Elaboración propia. Memorias anuales de 2008 de 45 Cajas de Ahorros.
A estas entidades se les plantea un reto en la gestión de la liquidez, ante el previsible
endurecimiento de las condiciones de la calidad de los activos descontados al BCE. Tal
y como se muestra a continuación, las cajas han tenido que acudir en mayor medida que
los bancos al BCE:
CAJAS Y BANCOS: EVOLUCIÓN DE LA POSICIÓN NETA CON BCE + CASH
(MILES DE EUROS):
Fuente: Elaboración propia.
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
4. Fondo de Aquisición de Activos Financieros (FAAF)
De las 54 entidades beneficiarias, 44 son Cajas de Ahorros que han sido adjudicatarias de un
74% de los fondos. El FAAF fue creado con la finalidad de apoyar la oferta de crédito a la
actividad productiva de empresas y a los particulares; el fondo en principio contaba con una
aportación inicial de 30.000 millones de euros, ampliables hasta 50.000 millones de euros.
Durante los últimos meses no se han celebrado subastas del FAAF. Esto se debe en parte
a la puesta en funcionamiento del programa de avales y a similares mecanismos de
financiación por el Banco Central Europeo en el verano del 2009.
Se han celebrado cuatro subastas, adjudicándose 6.115 millones de euros en operaciones de compraventas simultáneas y 13.226 millones de euros en compras en firme,
sumando un total de 19.341 millones de euros adjudicados a 54 entidades.
CAJAS Y BANCOS: SUBASTAS FAAF (MILLONES DE EUROS):
Fuente: Fondo de Adquisición de Activos Financieros. Web: www.fondoaff.es
Como medida de continuación al FAAF, el FROB (Fondo de Reestructuración
Ordenada Bancaria) con una dotación inicial de 9.000 millones de euros, de los que
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
6.750 millones se han dotado con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, y los
2.250 millones restantes son aportados por los Fondos de Garantía de Depósitos.
En 2009 se habían desembolsado 3.000 millones de euros de esa dotación inicial, que están
invertidos, en parte, en Deuda Pública. Dada su reciente creación, la dotación patrimonial
del FROB se está desembolsando progresivamente y tiene previsto acudir a otras fuentes
de financiación, dentro del funcionamiento normal de una institución de este tipo.
5. Avales del Estado
La incertidumbre y las restricciones de liquidez internacionales pronto se reflejaron en
una contracción de la financiación obtenida por las entidades financieras en los mercados y del crédito concedido por éstas.
CONTRACCIÓN DE LAS EMISIONES EN MERCADO
Fuente: AIAF Mercado de Renta Fija / Ministerio de Economía y Hacienda
Desde el verano de 2008 hasta enero de 2009 ninguna entidad financiera española pudo
captar recursos en los mercados de deuda. Durante el año 2008 prácticamente la totalidad de la financiación ha provenido de deuda con garantía estatal. Y en los mercados de
papel comercial la situación ha sido análoga con reducciones sistemáticas desde mediados del 2008 del volumen de pagarés en el mercado AIAF.
6. Tipos de interés interbancario
Desde enero de 2008 hasta septiembre de 2009 se han distinguido 3 tramos claramente
diferenciados, el primero (enero -febrero 08) en el que existe una leve caída, pero desde
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
febrero 08 hasta octubre se ve un crecimiento sustancial de los tipos de interés durante
este periodo, pero sin duda el período más importante es el que va desde oct-08 hasta
sept.08 debido a que se produce una caída de los tipos de interés del 4 %.
EVOLUCIÓN 2008 – 2009 EURIBOR 12 MESES (%):
Fuente: Web oficial del Euribor. www.euribor.org
Reflexiones
Ésta no es la primera vez que el sector de servicios financieros ha experimentado una
contracción de la actividad. Es la magnitud de las pérdidas y el número de firmas que
al parecer no contemplaron la totalidad de sus exposiciones de riesgo lo que hace diferente este colapso del mercado. Dado el gran volumen de pérdidas a la fecha, las distintas autoridades financieras sin duda no desean que esto vuelva a suceder.
Es hora de examinar nuevamente las capacidades de la gestión de riesgo que poseen las
instituciones financieras y los procesos instaurados para apoyar la gestión de los distintos riesgos financieros. Se podría considerar que algunas entidades no cuentan con una
filosofía o marco del riesgo claramente establecido, tolerancia de riesgo, políticas de
riesgo pertinentes y las capacidades necesarias para apoyar una comprensión exacta,
total y a nivel de empresa de los riesgos que enfrentan, mientras que otras instituciones
financieras han abordado de forma eficaz estos temas. Estas firmas consideran dicha
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
gestión como una parte integral de un debate fundamental en que los que toman las
decisiones examinan el riesgo y las utilidades en forma conjunta: se establece y entiende claramente la tolerancia de riesgo, con prácticas para poner en acción la expresión
de dicha tolerancia, siendo el riesgo observado desde una perspectiva a nivel entidad.
Éstas son las firmas en que la gestión de riesgo no sólo tiene un puesto en la Alta
Dirección, sino que también es un participante activo en todas las decisiones comerciales clave.
Ahora es el momento oportuno para realizar un examen riguroso y comenzar a implementar los tipos de cambios organizacionales y de procesos que son necesarios para permitir una gestión de riesgo eficaz.
Se necesita un cambio en la forma en que se ejecutan las metodologías y procesos de la
gestión de riesgo dentro de muchas instituciones financieras que se trasladarán desde una
posición de vulnerabilidad hasta un lugar en que la ejecución de la gestión de riego se realice de forma más holística y la entidad no se exponga a riesgos desconocidos importantes.
1.1.4. Modelización y gestión del Riesgo de Balance ante la nueva
experiencia
Influencia de cambios estructurales en el entorno actual
El panorama actual se ha visto afectado fundamentalmente por determinados factores
estructurales en el entorno de la gestión de la liquidez, destacando una mayor dependencia de la financiación de mercado; cambios en el comportamiento de clientes e
inversores; aumento del uso de productos financieros complejos; el incremento del
volumen y velocidad de flujos internacionales; y las significativas bajadas de los tipos
de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
En este sentido, las bajadas de los tipos de interés por parte del BCE hasta niveles del
1% incide directamente en las rentabilidades de la inversión crediticia de las entidades,
remuneración de depósitos y coste de la financiación, derivando en efectos sobre los
márgenes de intermediación, así como sobre el valor económico de las entidades.
Las condiciones de iliquidez en el mercado de titulizaciones pueden generar necesidades de funding inesperadas. El modelo de financiar necesidades de liquidez con nuevas
titulizaciones depende del crecimiento de los activos hipotecarios (limitado en el actual
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NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
escenario). Por otro lado, el uso de repos depende de colaterales de alta calidad, habiendo aumentado las exigencias sobre la calidad crediticia de dichos activos. En situaciones de stress, la reducción de valor de los activos (colaterales de los repos) puede generar mayores exigencias para obtener financiación.
Ha sido fundamental la percepción de cambios en el comportamiento de clientes e
inversores, derivando en mayor sensibilidad de los clientes retail al precio, con la consecuente disminución de la fidelización de pasivos de los mismos. En escenarios de
stress se ha observado un movimiento de los clientes, buscando depósitos de instituciones con buena reputación.
Otro factor a considerar ha sido el aumento del uso de productos financieros complejos
tales como derivados, estructurados, etc. La opacidad sobre los mismos puede generar
iliquidez para venderlos, pudiendo además conllevar lo que se denomina riesgo de
modelo, entendiendo como tal la dificultad de predecir los cash flows asociados.
A estos efectos, se hace necesario analizar exhaustivamente las necesidades de liquidez
derivadas de productos complejos (colaterales, netting, etc.).
Además, el efecto de la globalización ha producido un incremento del volumen y velocidad de flujos internacionales, derivando en un aumento de la interdependencia y en
consecuencia la aparición del riesgo de contagio.
En definitiva, una gestión inadecuada de los riesgos asociados al balance puede tener
un fuerte efecto reputacional con consecuencias directas sobre el riesgo de liquidez de
las entidades, así como generar significativos costes de oportunidad para las mismas y
variaciones no contempladas en los márgenes y valor económico de las entidades.
Efectos del entorno actual en la modelización y gestión de los riesgos
de balance
Como se ha señalado anteriormente, la inestabilidad de los mercados iniciada a mediados
de 2007 ha destacado la elevada importancia de la gestión de los riesgos de balance en el
funcionamiento de los mercados financieros y, especialmente del sector bancario.
Con carácter previo al actual periodo de inestabilidad, los mercados de activos se presentaron enérgicos, con una gran predisposición de financiación a coste reducido. La
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LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
modificación en las condiciones del mercado ha demostrado la rapidez con que el panorama de los tipos de interés puede verse modificado, así como la liquidez puede agotarse y la falta de la misma puede mantenerse durante un periodo prolongado.
El sistema bancario ha sufrido fuertes tensiones, exigiendo en ocasiones la intervención
de los bancos centrales en apoyo tanto del funcionamiento tanto de los mercados monetarios como de ciertas instituciones. Algunas entidades han demostrado carencias en
cuanto al establecimiento de un marco adecuado que refleje de forma satisfactoria el
riesgo de liquidez y el riesgo de tipo de interés asumido en cada producto y línea de
negocio, provocando desajustes entre los incentivos de las unidades de negocio y la
tolerancia al riesgo de la entidad en todo su conjunto.
Las entidades deben sopesar razonablemente el volumen de liquidez que podrían necesitar para hacer frente a obligaciones contingentes, contractuales o extracontractuales,
considerando probable la necesidad de financiar dichas obligaciones y estableciendo
planes adecuados para ello.
Asimismo, la existencia de alteraciones graves y prolongadas de la liquidez y tipos de
interés no deben ser entendidas como una hipótesis poco probable, por lo que se debe
incidir en la realización de pruebas de stress que incluyan la posibilidad de fuertes tensiones en el conjunto del mercado o la elevada severidad o duración de las distorsiones.
Consecuentemente, los planes de contingencia de liquidez deberían guardar una relación apropiada con los resultados de dichas pruebas de tensión pero, en ocasiones, no
han sido capaces de reflejar el posible agotamiento de algunas fuentes de financiación.
Planteamiento metodológico
Riesgo de liquidez
La gestión de la liquidez regula las exposiciones por desfases de plazos de vencimiento entre los flujos de caja de activo y de pasivo. La gestión del riesgo de liquidez no se
puede considerar de forma aislada sino integrada en el mismo marco de la gestión del
riesgo de tipo de interés y el riesgo de concentración, así como del cumplimiento de
otros objetivos de gestión del capital.
Las metodologías a emplear por parte de las entidades deben dar cobertura a tres principales funciones:
31
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
Identificación y medición del riesgo de liquidez
Una vez definido el riesgo de liquidez de financiación como el riesgo que surge de la
incapacidad de una institución de hacer frente a sus compromisos de pago/ obligaciones sin incurrir en pérdidas excesivas, se pueden identificar como sus principales metodologías de medición las siguientes:
•
•
•
Análisis estáticos: analizando el perfil de liquidez por vencimientos (gap); consisten
en el cálculo de los desfases existentes entre los vencimientos contractuales de activo y pasivo una vez que sus flujos de caja han sido adecuadamente distribuidos por
vencimientos.
Para ello, de forma resumida, se debe determinar el número de intervalos temporales,
determinar la longitud de cada intervalo temporal, asignar cada flujo de caja en el
correspondiente intervalo temporal y calcular el gap simple por vencimiento como la
diferencia entre los flujos de caja activos y los flujos de caja pasivos para cada plazo.
Análisis gap a través de simulaciones de balance: a través de simulaciones sobre las
posibles situaciones de liquidez de las entidades con la finalidad de considerar posibles escenarios incluyéndose, en su caso, escenarios de stress, a la vez que se determinan las acciones correctoras en cada caso.
Identificación y medición del riesgo de liquidez en escenarios de stress
El uso de escenarios de stress requiere del conocimiento de los factores que influyen
en el mercado y cómo actúan los mismos, debiendo considerar no sólo horizontes al
corto plazo sino al medio y largo plazo así como los ajustes en el modelo de negocio
en períodos de tensión.
Si bien, el diseño de pruebas adecuadas de stress no elimina por sí sólo las carencias de
la gestión de riesgos, como parte de un enfoque integral, colaboran en el fortalecimiento del gobierno corporativo de las entidades y la capacidad de reacción de las mismas y
del sistema financiero en su conjunto.
A la luz de la actual coyuntura financiera se han puesto de manifiesto deficiencias en
cuanto al:
I.
diseño y aplicación de estas pruebas de tensión en cuanto a su uso e integración en
la gestión;
II. su metodología;
32
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
II. la elección de escenarios;
III. las pruebas sobre riesgos y productos concretos.
I.
En cuanto al uso de las pruebas de tensión y su integración en la gestión, destacar la
idoneidad de formular un programa general de pruebas de tensión, contando con la
interacción de las distintas áreas de negocio. La tendencia en su formulación hasta el
estallido de la crisis ha sido la realización de pruebas de forma aislada dentro de cada
línea de negocio, poniéndose de manifiesto las deficiencias anteriormente citadas.
Una de las principales premisas de Basilea II en cuanto a visión los riesgos es la participación activa de la Alta Dirección en la gestión de los mismos y en la toma de decisiones. La Alta Dirección de las entidades debería participar en la fijación de objetivos para las pruebas de stress, en la definición de escenarios, análisis de resultados,
valoración de las posibles actuaciones y, en definitiva, en la toma de decisiones.
Mientras los riesgos de mercado y de tasas de interés se someten a estas pruebas
desde hace años, su aplicación al riesgo de crédito es mucho más reciente y, en el
caso de otros riesgos, apenas están empezando a aplicarse. Por ello y lo expresado
anteriormente sobre la falta de interacción entre distintas unidades no se ha conseguido en ocasiones identificar correlaciones entre riesgos extremos o concentraciones de riesgo en las entidades en su conjunto.
II. En cuanto a la metodología de las pruebas de tensión, tanto los modelos de gestión
de riesgos en general como el diseño de pruebas de stress en particular han dado un
importante peso en sus estimaciones a relaciones históricas para intentar prever
riesgos futuros. A raíz de la crisis financiera se han demostrado que las características de los riesgos pueden cambiar con rapidez en escenarios de tensión y dado que
las reacciones extremas se materializan raramente, éstas tienen poco peso en los
modelos basados en datos históricos.
III. En cuanto a la elección de escenarios, los aspectos de las pruebas no se han ajustado a las situaciones que posteriormente se han producido, ya que simplemente reflejaban alteraciones leves, durante periodos cortos y no teniendo en gran consideración las correlaciones entre diferentes posiciones, riesgos y mercados provocadas
por las interacciones dentro del sistema y por los efectos de la retroalimentación.
En general, los escenarios pueden incluir dificultades en el mercado interbancario,
iliquidez en mercados específicos, y desastres en divisas específicas, relevantes
para la institución, entre otros.
33
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
Además para la formulación de test de stress, los escenarios, pueden incluir:
–
–
–
–
un downgrade en el rating de la institución o en las expectativas, que lleve a un
incremento en los costes de financiación y de los márgenes y colaterales;
un pronunciado incremento en las retiradas de pasivos por particulares;
un cambio súbito en la composición de los depósitos;
un estrechamiento de las líneas de crédito.
IV. En cuanto a las pruebas sobre riesgos y productos concretos, se puede considerar
adecuado la incorporación, con mayor grado de detalle, de aspectos como:
– el comportamiento de los productos estructurados complejos ante la escasez de
liquidez;
– el riesgo de pipeline o de titulización;
– el riesgo de base con relación a las estrategias de cobertura;
– el riesgo de crédito de la contraparte, los riesgo contingentes y;
– el riesgo de liquidez de financiación.
Seguimiento de riesgo de liquidez
De forma general la labor de las entidades en cuanto al análisis y seguimiento del riesgo de liquidez se materializa en una serie de informes periódicos, así como una serie de
ratios e indicadores. Principalmente las mejores prácticas del mercado apuntan a la realización combinada de alguna de las siguientes líneas de seguimiento, realizadas a través de:
•
•
Análisis de la estructura del balance y de su evolución temporal: Permite poner en
contexto y analizar la evolución de las principales fuentes de liquidez, tanto mayoristas como minoristas, así como el destino de las mismas y los activos líquidos disponibles.
Evolución del gap comercial de liquidez: Definido como diferencia entre las entradas y salidas de caja en un determinado plazo temporal,
donde FC(Activo)t representa los flujos de caja que generan los activos que corresponden a la inversión comercial de la entidad en el periodo temporal t y de manera
similar pueden interpretarse los saldos de los pasivos comerciales. Esto se traduce
34
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
•
•
•
•
en que siempre que los flujos de caja entrantes en un intervalo temporal concreto
sean superiores a los flujos de caja que salen de la entidad como consecuencia de
los pasivos, el gap será positivo, mostrando un signo negativo en caso contrario.
Evolución del ratio inversión / recursos minoristas: En base al gap de liquidez, se
calcula y analiza la proporción que la inversión comercial representa sobre los
recursos minoristas para financiar dicha inversión.
Estructura del pasivo: análisis de la estructura de los principales recursos minoristas y mayoristas de forma separada, evaluando además en este último caso la estructura de vencimientos a corto y medio plazo de las fuentes de financiación.
Activos líquidos disponibles: análisis de la estructura y composición de los activos
líquidos disponibles como segunda línea de liquidez.
Ratios de seguimiento, tales como
– Financiación mercado / Total Balance;
– Depósitos / Total Balance;
– (Liq.diaria + emisiones propias) / Total Balance;
– (Liq.diaria + emisiones propias – repos) / Total Balance;
– Ratios de GAPS (Activo / Pasivo a la Vista; Activo / Pasivo hasta 1 mes; etc.)
Asimismo, se dispone de otro tipo de análisis tales como:
•
•
•
•
Establecimiento de límites sobre consumo de liquidez «ordinario» (consumo de la
actividad propia de la institución), disponibles y pasivos contingentes (importante
considerar los pasivos contingentes, incluso los fuera de balance), pasivos a corto
plazo (cuentas corrientes, etc.), consumo de liquidez por líneas de negocio, etc.
Análisis de los mitigantes («buffers») de riesgo de liquidez, teniendo en cuenta la
profundidad de los mercados en los que los instrumentos se negocian usualmente;
el efecto que la complejidad de un producto tiene sobre su liquidez (los activos
estructurados, incluso los de alta calificación, se han probado menos líquidos en
épocas de stress); la admisibilidad para financiación de operaciones Banco Central;
liquidez suministrada para la demanda privada y; la definición de activo líquido,
que puede variar según el horizonte temporal considerado.
Análisis concentración en mercados de financiación particulares: Concentración en
interbancario, emisiones de deuda (papel, MTN, bonos subordinados, etc.); fuentes
de financiación de titulizaciones; concentración en pocos proveedores de liquidez;
concentración geográfica / divisa de fuentes de liquidez y; concentración en vencimientos de fuentes de mercado.
Análisis y seguimiento de las principales fuentes de liquidez de mercado, utilizadas
por la institución, así como de las principales fuentes de liquidez de mercado.
35
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
•
Seguimiento de estados de origen y aplicación de fondos: Permite comparar la evolución de los orígenes de liquidez, clasificados por grandes grupos, y su aplicación
en términos de las principales masas de activo, entre dos momentos del tiempo.
Seguimiento de indicadores de alerta, que pueden ser de tipo cualitativo o cuantitativo, pudiendo incluir, a título enunciativo y no limitativo, los siguientes aspectos:
– rápido crecimiento de los activos, especialmente cuando se financien mediante pasivos eventualmente volátiles.
– concentraciones crecientes en activos o pasivos.
– aumentos de los descalces de moneda.
– reducción del plazo de vencimiento medio ponderado de los pasivos.
– incidentes reiterados de posiciones que se aproximan a los límites internos o
regulatorios o los exceden.
– tendencias negativas o aumentos del riesgo asociados a una determinada línea
de producto, como una creciente morosidad.
– sensible deterioro del beneficio, la calidad de los activos y la situación financiera general de la entidad.
– publicidad negativa.
– revisión a la baja de la calificación crediticia.
– caídas del precio de las acciones o crecientes costes del endeudamiento (CDS).
– ampliación de los diferenciales de la deuda o de los swaps de incumplimiento
crediticio.
– crecientes costes de la financiación mayorista o minorista.
– contrapartes que comienzan a solicitar o exigen garantías adicionales para
cubrir sus exposiciones crediticias o que evitan realizar nuevas transacciones.
– bancos corresponsales que eliminan o reducen sus líneas de crédito.
– crecientes retiradas de depósitos de minoristas.
– crecientes amortizaciones anticipadas de certificados de depósito.
– dificultades en el acceso a la financiación a largo plazo.
– dificultades en la colocación de pasivos a corto plazo (como pagarés de empresa).
Mecanismos de mitigación del riesgo de liquidez
Las entidades deben valoran la identificación de este tipo de mitigantes teniendo en
consideración elementos como activos líquidos (pignorables, colateralizables, etc.),
diversificación de fuentes de funding, etc.
36
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Asimismo, las entidades deberán disponer de planes de contingencia lo suficientemente adecuados a los escenarios de stress identificados. Dichos planes deberán abordar
principalmente:
•
•
•
•
•
•
definición y objetivos del plan,
situaciones de crisis/activación del plan,
mecanismos de identificación de las situaciones de activación,
órganos responsables,
planes de comunicación interna y
vías alternativas de financiación.
Riesgo de tipo de interés estructural
Identificación y medición del riesgo de tipo de interés estructural
En la gestión del riesgo de tipo de interés estructural, se plantean dos magnitudes alineadas con los requerimientos regulatorios:
•
•
Gestión del Margen Financiero: Medición en el margen financiero ante las oscilaciones en los tipos de interés. Gestión a corto plazo del riesgo de interés con incidencia directa en la cuenta de resultados.
Gestión del Valor Patrimonial o Valor Económico del Balance: Medición del impacto en el valor patrimonial de la entidad ante las oscilaciones en los tipos de interés.
Gestión a medio y largo plazo del valor de la entidad y por tanto, de su solvencia.
Para ello se utiliza una evaluación de la sensibilidad del balance y de los resultados ante
variaciones de la curva de tipos de interés en distintos escenarios, para poder establecer
las políticas a corto, medio y largo plazo para la gestión de los precios y las duraciones.
Se dispone de diferentes instrumentos utilizados tanto para la gestión como para la evaluación de este riesgo:
•
•
•
Simulaciones estáticas y dinámicas del balance y de la cuenta de resultados en diferentes escenarios.
Simulaciones de las curvas de tipos de interés de las divisas relevantes para la actividad de la entidad.
Análisis del gap de repreciaciones de tipos de interés.
37
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
Seguimiento y mitigación del riesgo de tipo de interés estructural
De forma general la labor de las entidades en cuanto al análisis y seguimiento del riesgo de tipo de interés se materializa en una serie de informes ratios e periódicos.
Principalmente a modo de benchmark las principales líneas de seguimiento son realizadas a través de:
•
•
•
Gap de repreciaciones.
Estimación del impacto del riesgo de tipo de interés sobre valor económico y sobre
el margen sensible a los tipos de interés al horizonte de un año.
Simulación del Margen Financiero.
De forma general y dada la estructura habitual del balance en las entidades financieras
españolas, éstas acuden a la compra de derivados de tipos de interés (enfoque más sofisticado) o de carteras de renta fija (principalmente Deuda Pública) para la mitigación de
este riesgo.
Riesgo de concentración y correlación
Identificación y medición del riesgo
Para la medición y valoración del riesgo de concentración se emplean diversos métodos, entre de los que destacan los siguientes:
•
•
Exposiciones o contrapartes individuales o vinculadas. Sistemas exhaustivos de límites
de crédito, mediante los cuales se identifican las grandes exposiciones individuales y las
contrapartes vinculadas. Puede calcularse la métrica de cada contraparte, como exposición nocional o combinación de exposición nocional y LGD en relación con el total del
balance. También pueden calcularse varios indicadores de cartera, como clasificaciones
de grandes exposiciones, puntuaciones de diversidad y curvas de concentración.
Factores comunes o correlacionados. En los casos en que existen factores comunes
de riesgo en los que se observan correlaciones en la probabilidad de incumplimiento, se adopta a veces un enfoque más sofisticado basado en la cartera. Desde la perspectiva de la cartera, la concentración refleja una interacción entre exposiciones
individuales y correlaciones. Los datos de los que se puede disponer utilizando una
modelización más sofisticada del riesgo de crédito deberían permitir valorar las
correlaciones y calcular los efectos de diversificación.
38
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Entre los indicadores que pueden utilizarse figuran las siguientes:
•
•
•
•
Tamaño de los grandes riesgos en relación con una magnitud relevante (por ejemplo, total balance/recursos propios/beneficios netos);
Tamaño de las exposiciones vinculadas más importantes en relación con la magnitud relevante correspondiente;
Tamaño de las principales concentraciones por sector o región geográfica en relación con la magnitud relevante correspondiente;
Factores relevantes en los modelos de capital económico: ratios de concentración
de carteras, puntaciones de diversidad, curvas de concentración, coeficientes de
Gini, correlaciones de cartera y medidas de varianza/covarianza.
Seguimiento y mitigación
Las prácticas generalmente utilizadas en la gestión del riesgo de concentración, comprenden fundamentalmente combinaciones de algunas de las siguientes opciones:
•
•
•
Límites: sistemas exhaustivos de límites de crédito, mediante los cuales se identifican las grandes exposiciones individuales y las contrapartes vinculadas, y que reflejan la vigilancia de las carteras y los límites de riesgo en términos de riesgo de concentración. Los requerimientos relativos a los grandes riesgos establecidos en la circular 3/2008 de solvencia de Banco de España pueden ser un punto de partida útil,
pero no son, de por sí, suficientes para que las entidades puedan definir sus propios
límites internos. La mayor parte de las entidades establecen límites por sector, país
y línea de productos. Algunas identifican y vigilan las exposiciones correlacionadas, dentro y fuera de balance, y establecen los correspondientes límites.
Gestión de carteras: la vigilancia de las concentraciones de riesgos a través de la
gestión activa de carteras permite a las entidades ajustar sus nuevas operaciones
para corregir eventuales concentraciones excesivas que se hayan producido o puedan producirse.
Transferencia de riesgos: utilizando un enfoque sistemático de transferencia del
riesgo de crédito a otra parte interesada, directamente mediante la venta de activos,
o como parte de operaciones estructuradas de titulización(*), o comprando protec-
*
Titulización: permite transformar activos ilíquidos en otros que si lo son y por lo tanto se pueden movilizar con mayor facilidad. Se suelen utilizar activos crediticios tales como hipotecas, préstamos a pequeñas
empresas, préstamos de consumo, etc. Cuando se estructura la titulización en una serie de bonos es necesa-
39
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
ción de otras partes interesadas (por ejemplo, derivados crediticios, garantías, participaciones, sindicaciones, cesiones).
Reservas de capital: algunas entidades suelen mantener reservas adicionales de
capital por encima de los requerimientos de capital mínimo regulatorio, realizando
una asignación de capital adicional general, en lugar de específica, para hacer frente al riesgo de concentración de cartera.
Nuevas tendencias en la gestión de riesgos de balance
Las tendencias actuales en cuanto a nuevos modelos de riesgos de balance incorporan las
implicaciones del riesgo de tipo de interés y de concentración, así como otros riesgos correlacionados. No obstante, ha cobrado mayor protagonismo el riesgo de liquidez. Una de las principales lecciones de la crisis ha sido que los riesgos potenciales de liquidez no fueron identificados con precisión y detectando una gestión no adecuada en una serie de instituciones.
En reconocimiento de la necesidad de que los bancos mejoren su gestión del riesgo de
liquidez y controlar su exposición a este riesgo, el Comité de Supervisión Bancaria de
Basilea (Comité de Basilea) publicó los Principios sobre la buena gestión de riesgos de
liquidez y supervisión en septiembre de 2008.
Estos principios ofrecen unas expectativas de supervisión constante sobre los elementos clave a través de un marco sólido para la gestión del riesgo de liquidez en las organizaciones bancarias. Esos elementos incluyen la supervisión de la alta dirección, el
establecimiento de políticas y niveles de tolerancia al riesgo, el uso de herramientas de
gestión del riesgo de liquidez de forma global, como la previsión de flujos de efectivo,
límites y escenarios de pruebas de estrés de liquidez, el desarrollo de planes de financiación sólida y el mantenimiento de un colchón suficiente de activos líquidos de alta
calidad para satisfacer las necesidades de liquidez.
El Comité de Basilea aprobó durante el ejercicio 2009 una serie de medidas para fortalecer el Acuerdo de Capital para hacer frente a las debilidades relacionadas con la regulación, la supervisión y la gestión de riesgos de los bancos que la crisis financiera ha
puesto de manifiesto.
rio considerar qué parte del riesgo se está trasfiriendo al mercado como fruto de la venta de los bonos y qué
parte permanece en el balance de las entidades.
40
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Las nuevas normas exigen a las entidades identificar y gestionar la exposición a los riesgos del conjunto de la entidad desde el punto de vista integral; identificar las concentraciones de riesgos y agregar todas las exposiciones directas e indirectas con una misma
contraparte, con contrapartes relacionadas, áreas geográficas o sectores, tratar el riesgo
reputacional centrándose principalmente en la posición de liquidez de la entidad y las
implicaciones en cuanto a las titulizaciones; mejorar las prácticas de valoración; y fortalecer las prácticas relacionadas con los ejercicio de estrés y la planificación de capital.
Por otro lado, a través las medidas propuestas, se abordan debilidades detectadas en
cuestiones reputacionales relacionadas con el gobierno corporativo y en la gestión de
riesgos de las entidades, para asegurarse que se fijen los incentivos correctos a las retribuciones de los empleados, que deben estar ligadas a resultados a largo plazo.
Los trabajos que se están desarrollando están relacionados con la mejora de la calidad,
consistencia y transparencia del capital dentro del Tier 1; la introducción de medidas
para reducir la prociclicidad; la elaboración de recomendaciones para reducir el riesgo
sistémico asociado a la resolución de bancos internacionales; la introducción de un ratio
de apalancamiento como medida suplementaria y de una manera destacada la fijación
de un estándar mínimo de liquidez.
Con respecto a este último punto, la denominada «Posición Neta de Liquidez» se postula en la actualidad como la medida fundamental para la gestión de la liquidez de las
entidades. Este es un indicador ampliamente utilizado en el mercado, que informa sobre
los excedentes o necesidades de fondos a corto plazo de las entidades, integrado por los
siguientes componentes:
Fuente: Elaboración propia
41
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
El paquete de medidas aprobado en julio de 2009 es parte de un programa más amplio,
que tiene como finalidad fortalecer la regulación del sector bancario y sobre el cual el
Comité de Basilea sigue trabajando.
Bajo esta premisa el Comité de Basilea ha establecido específicamente en 2009, a través del documento International Convergence of Liquidity Risk Measurement,
Standards and Monitoring, distintas líneas de actuación respecto a la gestión de la liquidez en las entidades financieras, entre las cuales se encuentran algunas propuestas sobre
métricas o ratios de liquidez que valoren de una forma amplia y homogénea la situación
de liquidez de las entidades, como son entre otros:
1. Ratio de Cobertura de Liquidez: refleja la capacidad de las entidades para hacer
líquidos determinados activos en un horizonte temporal de 30 días bajo determinados escenarios de estrés. Se calcula como el cociente entre los siguientes conceptos:
{
Stock de activos líquidos: Activos de alta liquidez mantenidos en la entidad
capaces de cubrir las necesidades de funding establecidas en los escenarios de
estrés determinados, tales como caja, bonos de Bancos Centrales, repos, etc.
{
Salidas netas de liquidez: Salidas previstas de los pasivos actuales (ponderadas
por un coeficiente corrector que determine la probabilidad de cancelación en
función de la tipología de producto y el grado de fidelización de los clientes)
netas de las entradas estimadas de liquidez (en función de su vencimiento, tales
como depósitos interbancarios activos, derivados, préstamos, etc.).
2. Funding Ratio: proporciona información sobre la estructura de la financiación de
las entidades diferenciando los vencimientos de los pasivos y las características de
los mismos. Intenta reflejar una idea de estabilidad del pasivo de la entidad. Se calcula como el cociente entre los siguientes conceptos:
{
Componente 1: Todo el funding del área de financiación mayorista con vencimiento residual superior a X meses y todos los depósitos de Retail
{
Componente 2: Todo el funding (Depósitos + Financiación Mayorista + Todos
los instrumentos de Capital) y el 50 por cien de los activos comprometidos no
dispuestos por el cliente (disponibles en líneas de crédito, tarjetas, etc.).
En definitiva, para reforzar estos objetivos de control y de los esfuerzos, el Comité de
Basilea se ha centrado en cuestiones relacionadas con una mayor armonización internacional, cada vez mayor, de la supervisión del riesgo de liquidez con el fin de elevar
la capacidad de resistencia de las entidades a las tensiones de liquidez en todo el mundo,
así como facilitar un mayor control de las entidades financieras.
42
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
1.1.5. Propuestas
Como puntos fundamentales se destaca que una mala gestión del riesgo de balance
puede generar costes de oportunidad significativos. Además, unas «malas» prácticas en
la gestión de liquidez y tipo de interés pueden enviar señales que generan un doble efecto reputacional (llegando a afectar también a la calificación de la entidad):
•
•
•
Sobre la financiación retail («flight to quality and security» hacia bancos con buena
reputación).
Desconfianza en la financiación del interbancario.
Pérdida de valor económico.
Es importante que la entidad cuente con un sistema de gestión de liquidez y tipo de interés que le permita establecer una estrategia en línea con su apetito de riesgo. Sin un sistema de liquidez eficiente (que incorpore todos los flujos significativos, que cuantifique
adecuadamente los activos líquidos, etc.) la entidad queda a merced del mercado.
A la luz de la reciente crisis se han puesto de manifiesto ciertas deficiencias en cuanto
a la gestión de los riesgos de balance relativas a la formulación de estrategias adecuadas, organización del gobierno interno, aprovechamiento de las tecnologías de la información, implicación de la Alta Dirección en la fijación de objetivos y una formulación
no del todo adecuada de los escenarios de stress.
En este sentido, con el objetivo de abordar estas deficiencias, la gestión de riesgo de
balance debe abordar cada una de ellas prestando atención a determinados aspectos,
tales como:
•
La formulación de estrategia de funding, coste de liquidez e incentivos internos. En
su estrategia de gestión del riesgo de balance, dicha estrategia debe perseguir:
– Medir todos los costes de liquidez, incluyendo el coste de financiación a largo
plazo y el coste de mitigación del riesgo de liquidez a corto plazo.
– Calcular un «pricing» del riesgo de liquidez, incluyendo el riesgo de contingencia, para cada exposición.
– Procurar por una clara asignación de tareas, responsabilidades, y objetivos dentro de la institución, vigilando con los incentivos adversos identificando claramente la gestión del riesgo de liquidez con un centro sin beneficios (lucro).
– Asignar los costes de liquidez por líneas de negocio tomando en consideración
la estrategia a corto plazo.
43
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
La organización de la función de gestión del riesgo de balance. Debe analizarse caso a caso
y ser revisada regularmente, siendo los aspectos a tratar de forma general los siguientes:
– Óptima distribución del nivel de atribuciones: pudiendo ser las funciones de
gestión de la liquidez descentralizadas (funciones a nivel entidad dentro del
grupo) o centralizadas (funciones a nivel grupo).
– La suficiencia de personal competente, con un staff con la preparación requerida, plenamente dedicado a dicha gestión.
– La adecuada segregación de funciones. Práctica usual de responsabilidades por
unidades:
– ALCO (Asset & Liabilities Comitee): responsabilidad de la gestión del riesgo de balance.
– Unidad ALM: medición de riesgo, análisis de riesgo y proponer acciones
mitigantes.
– La identificación de nuevas líneas de negocio. Antes de la aprobación de nuevas
líneas de negocio, debe analizarse el impacto en riesgo de balance y su mitigación.
– El establecimiento de controles internos. Las instituciones deben tener controles internos bien definidos (límites, etc.) y bien documentados así como una
función de auditoría interna, que debe revisar de forma periódica la actuación
de la institución en términos de balance.
•
El adecuado aprovechamiento de los sistemas de IT. En base a las mejores prácticas del mercado, debe tenerse en cuenta los siguientes aspectos:
– Dirigir la calidad y disponibilidad de datos desde la perspectiva del riesgo de
balance (para algunos activos tomar importes nominales y no contables, etc.),
tomando en cuenta tanto instrumentos de balance como fuera de balance, instrumentos pignorables como colateral, etc.
– Proveer una adecuada frecuencia de informes (teniendo en cuenta los horizontes temporales, etc.).
– Proveer soporte técnico y outputs flexibles, para la gestión del riesgo de liquidez a nivel grupo, teniendo en cuenta diferencias entre entidades en términos
de sistemas, obstáculos legales, divisas, etc.
– Dar soporte a los diferentes escenarios para capturar eventos de stress.
– Proveer información a tiempo (los datos deben estar disponibles cuando sean
necesarios, al nivel de desglose adecuado, etc.).
•
Mayor implicación de la Alta Dirección en el planteamiento de objetivos y toma de
decisiones. Se debe facilitar y fomentar una mayor interacción de la Alta Dirección con
los profesionales del Departamento, en materia de gestión de riesgos de balance.
44
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
La configuración de un adecuado reporting de la exposición de la entidad a los riesgos
estructurales se convierte en un factor fundamental para conocer el nivel de riesgo
actual en relación al perfil de riesgo operativo objetivo y las implicaciones de gestión
por las desviaciones generadas en relación al perfil de riesgo objetivo.
El establecimiento de canales adecuados de comunicación, así como la determinación
de funciones fundamentales como la de la Gestión Global de los Riesgos es un factor
clave en la toma de decisiones, por ejemplo a través del diseño e implantación de cuadros de mando de riesgos:
(*) Ejemplo ilustrativo.
Asimismo, cobra elevada importancia la definición del contenido de los informes de
gestión de tipo de interés estructural y liquidez a reportar periódicamente al Comité de
Activos y Pasivos (COAP).
Para la correcta gestión del riesgo, se debe establecer un proceso de seguimiento permanente, en función de la información considerada relevante, que permita valorar de
forma constante el entorno en que desarrolla su actividad y su impacto en las magnitudes relevantes de la entidad.
Revisión de los escenarios de stress. Se ha puesto de manifiesto la necesidad de mejora en el planteamiento de los distintos escenarios de stress formulados en las entidades,
en los que se recomienda:
45
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
–
–
–
–
–
–
–
La continua revisión de los escenarios de tensión actuales y la formulación de otros
nuevos que se adapten en mayor medida a la coyuntura económica actual.
El análisis de productos nuevos para la identificación de posibles riesgos.
La formulación de periodos temporales más adecuados.
La mejora de los procesos disponibles de identificación y agregación de riesgos
correlacionados entre carteras y de la interacción entre los riesgos de mercado, de
crédito, de liquidez, de tipo de interés estructural y de concentración.
En entornos de bonanza económica no es habitual que las concentraciones de cartera de las entidades proporcionen efectos nocivos visibles sobre los resultados o la
calidad crediticia con los planteamientos que actualmente se formulan. No obstante, en situaciones de tensión económica las exposiciones vinculadas o correlacionadas presentan un mayor riesgo de incumplimiento o un incumplimiento efectivo, al
mismo tiempo.
Las pruebas de estrés pueden revelar vínculos anteriormente no detectados entre
distintos elementos de la cartera de una entidad. En este contexto, pruebas de estrés
bien diseñadas, exhaustivas y periódicas de las carteras de las entidades pueden ser
una herramienta muy útil para la gestión del riesgo de concentración.
Teniendo en cuenta todos los aspectos mencionados, las entidades deben formular modelos de riesgos de balance globales en los que si bien, ha cobrado mayor
protagonismo el riesgo de liquidez, deben a su vez contemplar las implicaciones
del riesgo de tipo de interés y de concentración, así como otros riesgos correlacionados.
Todo esto lleva a la formulación de un modelo integral, en el que estén presentes los
factores anteriormente desarrollados, como son la formulación de estrategias, la organización del gobierno interno, el aprovechamiento de tecnologías, el seguimiento y la
gestión por el COAP e implicación de la Alta Dirección en la toma de decisiones. En
este sentido, se podría definir el siguiente modelo, considerando los aspectos a tener en
cuenta para la correcta gestión del riesgo de balance:
46
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
MODELO INTEGRAL DE GESTIÓN DEL RIESGO DE BALANCE
Conclusiones
A lo largo de la crisis financiera que comenzó en agosto de 2007, muchos bancos han
tenido dificultades para mantener una posición liquidez adecuada. El sistema financiero ha necesitado el continuo apoyo de los bancos centrales para sostener el sistema e
incluso, con este apoyo tan amplio, un número determinado de instituciones a nivel
internacional se vieron obligados a una fusión o a una intervención necesaria.
Estas circunstancias y los acontecimientos consecuentes se pusieron de manifiesto después de varios años de amplia liquidez en el sistema financiero antes de la crisis, cuando el sector se encontraba inundado de liquidez y el riesgo de liquidez parecía ser menos
importante que otros tipos de riesgo.
La crisis ha puesto de manifiesto la rapidez y severidad en que los riesgos de liquidez pueden materializarse y en las que ciertas fuentes de financiación pueden eva-
47
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
porarse, lo que agrava preocupaciones sobre la valoración de los activos y la adecuación de capital.
Una de las principales lecciones de la crisis ha sido que los riesgos potenciales de liquidez
no fueron identificados con precisión y una gestión adecuada en una serie de instituciones.
Los trabajos que se están desarrollando desde el Comité de Supervisión Bancaria de
Basilea están relacionados con la mejora de la calidad, consistencia y transparencia del
capital dentro del Tier 1; la introducción de medidas para reducir la prociclicidad; la elaboración de recomendaciones para reducir el riesgo sistémico asociado a la resolución
de bancos internacionales; la introducción de un ratio de apalancamiento como medida
suplementaria y de una manera destacada la fijación de un estándar mínimo de liquidez.
En este sentido, las nuevas normas exigen a las entidades identificar y gestionar la exposición a los riesgos del conjunto de la entidad desde el punto de vista integral.
Específicamente, las entidades deben formular modelos de riesgos de balance globales
en los que si bien, ha cobrado mayor protagonismo el riesgo de liquidez, deben a su vez
contemplar las implicaciones del riesgo de tipo de interés y de concentración, así como
otros riesgos correlacionados.
1.2. RIESGO DE MERCADO
1.2.1. Definición y acotación
El riesgo de mercado se define como la posibilidad de sufrir pérdidas ante movimientos adversos en los precios de mercado de los instrumentos financieros negociables en
poder de una entidad financiera. Es por ello que también es denominado habitualmente
riesgo de precio.
Un primer aspecto relevante en la delimitación de este riesgo se relaciona con la tipología de instrumentos o carteras susceptibles de experimentar este riesgo dentro del
balance de las entidades. El hecho de que una parte sustancial de los activos que componen el balance de una entidad (p.e., carteras de préstamos y créditos, carteras de
inversión a vencimiento) tengan un horizonte de inversión de largo plazo elimina la
posibilidad de que éstos experimenten riesgo de mercado. Son las posiciones mantenidas con fines especulativos o no permanente las que de forma lógica con los criterios contables para su valoración1 estarán sujetas a las oscilaciones de los factores de
48
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
mercado y, por tanto, expuestas a posibles pérdidas como consecuencia del riesgo de
mercado.
En línea con esta reflexión, las exigencias de requerimientos de capital por parte de
los supervisores sobre el riesgo de mercado asumido por las entidades se relacionan
con el carácter o intención con la que mantienen los activos en sus balances. De esta
forma, a diferencia de los requisitos de capital sobre otras tipologías de riesgo (p.e.
riesgo de crédito o riesgo operacional), la delimitación de las posiciones sujetas a
requerimientos de capital por riesgo de mercado son las que se registran en la cartera de negociación de las entidades2. No obstante, es importante destacar que, a efectos de gestión, muchas entidades aplican metodologías de medición de riesgo de
mercado para el control de los riesgos incurridos en otras carteras que componen sus
balances (p.e. cartera de instrumentos contabilizados como disponibles para la
venta).
1.2.2. Visión a la luz de la reciente crisis
Las pérdidas incurridas por una gran parte de las entidades financieras como consecuencia de los movimientos adversos en los factores de mercado (tipos de interés,
precios de acciones, tipos de cambio, volatilidades, etc.), ha sido señalado de forma
unánime por la comunidad académica, organismos de supervisión y expertos independientes como uno de los principales catalizadores de la reciente crisis financiera
internacional3.
1
Los activos mantenidos con fines especulativos deben ser contabilizados en la cartera de negociación y, de
acuerdo a los principios contables establecidos en la Circular Banco España 4/2004, contabilizados por su
valor de mercado a la vez que las variaciones de valor se registran contra la cuenta de pérdidas y ganancias.
De forma similar, los activos mantenidos con un carácter no permanente, son contabilizados en la categoría
de disponibles para la venta por su valor de mercado, si bien los cambios en su valoración son registrados
contra el patrimonio neto.
2
Uno de los avances en el Nuevo Acuerdo de Capitales de Basilea, y por extensión de la Circular Banco
España 3/2008, respecto al marco de solvencia previo se relaciona con la separación entre la visión concepto contable y de solvencia de la cartera de negociación. A pesar de esta distinción, es importante destacar que
a efectos prácticos esta distinción apenas tiene impacto sobre la delimitación de esta cartera (algunas posiciones relacionadas con coberturas internas de posiciones de la cartera de negociación que no cumplen las
condiciones establecidas para poder ser tratadas como coberturas contables).
3
Consultar entre otras referencias:
«The High-Level Group on Financial Supervision in the EU. Report». The de Larosière Group - Unión
Europea. (Febrero 2009).
49
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
Son varias las causas explicativas que se han identificado en relación con el papel
desempeñado por el riesgo de mercado en el escenario de crisis reciente. Entre otras,
cabe señalar las siguientes:
•
Insuficiencia de los requerimientos de capital en relación al riesgo asumido en
determinadas tipologías de instrumentos: El marco de solvencia impuesto por el
Nuevo Acuerdo de Capitales de Basilea (Basilea II) para las entidades autorizadas
al uso de sus modelos internos de riesgo de mercado4, ha propiciado el arbitraje
regulatorio entre el banking y el trading book en la inclusión en el balance de determinados instrumentos, especialmente posiciones en titulizaciones y derivados de
crédito. Este hecho combinado con la notable pérdida de valor de estos instrumentos como consecuencia del súbito y abrupto incremento de la aversión al riesgo de
los mercados, ha determinado que los niveles de capital para hacer frente a las pérdidas experimentadas en estas posiciones hayan sido insuficientes.
•
Ausencia de consideración del riesgo de liquidez de mercado: Una de las limitaciones que la reciente crisis financiera ha puesto de manifiesto se relaciona con la
no consideración de la posible existencia de problemas en la liquidez a la hora de
deshacer las posiciones de inversión. Esta es una limitación del marco de solvencia
para la determinación de los requisitos de capital por riesgo de mercado, puesto que
implícitamente la fórmula de cálculo de estos requerimientos está suponiendo un
horizonte de 10 días. Si bien este horizonte temporal puede considerarse suficientemente conservador como para liquidar de forma ordenada las posiciones mantenidas en determinados activos (p.e. bonos y otros activos emitidos por autoridades
centrales, títulos de renta variable cotizados en los principales índices de mercado,
etc.), la coyuntura reciente ha demostrado que en otros casos este horizonte de
liquidez no es suficiente.
•
Interacciones entre el riesgo de crédito y el riesgo de mercado: Otro factor adicional se relaciona con la creciente interacción entre la manifestación de eventos de
crédito y mercado en las posiciones mantenidas en las carteras de negociación.
«The Turner Review: A regulatory response to the global banking crisis». Financial Services Authority.
(Marzo 2009).
«Restoring Confidence, Creating Resilience: An Industry Perspective on the Future of International
Financial Regulation and the Search for Stability». Institute of International Finance. (Julio 2009).
4
Retraso de las entidades españolas respecto a las europeas en relación a la adopción de modelos internos
de riesgo de mercado.
50
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Durante los últimos años ha sido notable el incremento que instrumentos como bonos
de titulización o derivados de crédito, en los que el riesgo de crédito es un factor crítico, han adquirido en las carteras de negociación de las entidades internacionales5.
Este hecho, junto con la paralización de los mercados para este tipo de productos
durante una buena parte del reciente episodio de tensión financiera, ha motivado que
la atención de expertos y reguladores se haya focalizado sobre este aspecto. En este
sentido, es importante señalar que Basilea II ya señalaba la necesidad de incorporar
un término adicional en el cálculo de capital mediante modelos avanzados. Este
nuevo factor, denominado Incremental Risk Charge (IRC), se define con el objetivo
de incrementar los requerimientos de capital como consecuencia de los movimientos
asociados a eventos de crédito (p.e. riesgo de default, riesgo de downgrade, riesgo de
migración) que pueden ocasionar pérdidas relevantes en aquellos instrumentos de la
cartera de negociación con su propio componente de riesgo específico6.
•
Limitaciones de las métricas VaR: Las métricas basadas en el cálculo del VaR fueron
introducidas en el Acuerdo de Capitales de Basilea7 como metodología válida para el
uso de modelos internos en el cálculo de los requerimientos de capital por riesgo de
mercado. Aunque en el pasado esta metodología ha mostrado una adecuada capacidad para gestionar el riesgo de mercado en base a sus resultados, el proceso de innovación financiera, materializado en productos y estructuras cada vez más complejas,
ha puesto en evidencia una buena parte de las hipótesis y supuestos en los que se fundamenta el cálculo del VaR. Como principales limitaciones de esta metodología que
han sido puestas en evidencia por la reciente crisis financiera podemos señalar: i)
ausencia de cumplimiento de la hipótesis de normalidad en las series de precios de
los activos; ii) incapacidad para capturar adecuadamente los eventos de cola8; iii)
cálculos basados en datos históricos sin la suficiente profundidad temporal como para
5
La estricta supervisión y control por parte de Banco de España, junto al reducido papel inversor que en términos netos han desempeñado las entidades de nuestro país en lo que a activos de titulización respecta, ha
limitado en gran medida el impacto de este problema en los balances de las entidades españolas.
6
Para un mayor detalle sobre los instrumentos sobre los que se define este factor, así como los principios
para su construcción y validación consultar: «Guidelines for computing capital for incremental risk in the
trading book». Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Julio 2009).
7
Consultar: «Amendment to the Capital Accord to incorporate market risk». Comité de Supervisión
Bancaria de Basilea» (Enero 1996). En este documento se introduce en el Acuerdo de Capitales de Basilea
la posibilidad del uso de modelos internos para el cálculo de los requerimientos de capital por riesgo de mercado.
8
Se definen así los eventos de muy baja probabilidad de ocurrencia pero de muy elevada severidad y que,
por tanto, pueden provocar pérdidas muy superiores a las predicciones derivadas de los modelos VaR.
51
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
caracterizar episodios de tensiones abruptas en los mercados financieros; iv) hipótesis de mercados líquidos que permiten deshacer las posiciones en condiciones normales de mercado en un horizonte temporal máximo de 10 días. Un análisis en retrospectiva del comportamiento de los modelos VaR durante los recientes episodios de
tensión abrupta en los mercados, ha demostrado la necesidad de complementar estas
medidas con factores adicionales que aseguren en todo momento y ante cualquier
coyuntura de mercado, la existencia de niveles de capital suficientes para hacer frente a pérdidas inesperadas de una magnitud como la registrada en los últimos 2 años.
1.2.3. Modelización y gestión del Riesgo de Mercado ante la nueva
experiencia
Uno de los aspectos más criticado en relación al papel desempeñado por Basilea II en
la reciente crisis financiera se relaciona, precisamente, con la limitada evolución del
marco para la medición del riesgo y la exigencia de requerimientos de capital respecto
al establecido en el Acuerdo de Capitales original.
Este aspecto junto al notable incremente en la sofisticación de los productos negociados en los mercados financieros, especialmente en lo que se refiere a la proliferación de
productos derivados y exotización de los mismos, y la desfavorable coyuntura experimentada en los mercados internacionales, ha provocado que los requerimientos de capital calculados de acuerdo al marco propuesto por Basilea II hayan sido insuficientes
para hacer frente a las pérdidas experimentadas por una buena parte de entidades internacionales en sus carteras de negociación.
Ante esta situación, la reacción de los reguladores y expertos internacionales ha sido
rápida y coordinada, tanto en lo que se refiere al diagnóstico de las causas y la propuesta
de acciones sobre el marco de solvencia para el tratamiento del riesgo de mercado.
En esta línea, es especialmente destacable la propuesta de revisión del marco para el tratamiento del riesgo de mercado emitida por parte del Comité de Supervisión Bancaria
de Basilea (CSBB)9. La importancia de esta revisión queda demostrada por el hecho de
que apenas 3 meses después de la emisión de este documento, se disponía de un estu-
9
Consultar: «Revisions to the Basel II market risk framework». Comité de Supervisión Bancaria de Basilea»
(Julio 2009).
52
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
dio de impacto10 y que dichos resultados, a falta de profundizar y desarrollar algunas de
las modificaciones por parte de las entidades participantes, ponen de manifiesto un
incremento cercano al 250% en los requerimientos de capital exigidos por riesgo de
mercado, fundamentalmente en aquellos bancos que emplean sus modelos internos VaR
en el cálculo del capital regulatorio.
Es importante destacar que el CSBB ha definido el próximo 31 diciembre de 2010 como
fecha efectiva para que las entidades implementen las modificaciones propuestas.
A continuación se resumen las principales modificaciones propuestas por el documento del CSBB, mientras que en el siguiente apartado se resumen los resultados obtenidos
en el ejercicio de impacto desarrollado recientemente:
•
Medición del componente de riesgo específico en las posiciones de titulización: El
documento emitido por el CSBB incorpora de forma explícita el tratamiento del
riesgo específico para las posiciones sujetas al marco de titulización. Dicho tratamiento depende, del método empleado por las entidades a efectos de cálculo de
capital (método estándar o modelos internos) si bien en general se propone emplear
la misma metodología que si las posiciones estuviesen incluidas en el banking book,
tratando de esta manera de eliminar el posible arbitraje regulatorio que existía previamente entre su registro en el banking o el trading book. La incorporación de las
titulizaciones en los requerimientos de capital por riesgo específico harán que el
capital necesario se incremente en el caso de que las deducciones por titulizaciones
con malas calificaciones crediticias no sea compensadas por aquéllas por las que se
reserva capital, por lo que de forma general se espera un incremento en los niveles
de capital requeridos para estas posiciones.
•
Cambios propuestos en el marco de medición estándar: Una primera modificación
se refiere a la definición de la cartera de negociación de correlación (correlation
trading portfolio) como aquella que incorpora posiciones de titulización y de derivados de crédito (de incumplimiento n-ésimo) que no son posiciones de retitulización o proporciona una exposición en un tramo de una titulización. También se
requiere que se trate de productos single-name. Finalmente, aquellas exposiciones
que sean tratadas como exposiciones minoristas, hipotecas residenciales o comer-
10
Consultar: «Analysis of the trading book quantitative impact study». Comité de Supervisión Bancaria de
Basilea» (Octubre 2009).
53
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
ciales bajo el enfoque estándar para el tratamiento del riesgo de crédito, no serán
incluidas en la llamada cartera de negociación de correlación.
Otro cambio importante se refiere al incremento en los niveles de capital exigidos
para el componente de riesgo específico de las posiciones y derivados de renta
variable. La ponderación al riesgo de este componente pasa del 4% actual al 8%,
equiparándose de esta forma con la ponderación al riesgo propuesta para el componente de riesgo general. Lógicamente, el impacto en términos de requerimientos
de capital de estas modificaciones debe traducirse en un incremento de los niveles
de recursos propios exigidos.
•
Cambios propuestos en los aspectos relativos a la valoración de activos: Se incorporan nuevas orientaciones sobre la valoración de posiciones contabilizadas por su
valor de mercado, independientemente de si están contabilizadas en el trading book
o en el banking book. Dentro de los sistemas y controles a emplear, se hace referencia explícita a que dichos sistemas deben incluir políticas y procedimientos para el
proceso de valoración en el caso de variables no observables en el mercado. En relación con este aspecto, en lo que a las metodologías de valoración se refiere, se insta
a que las entidades disminuyan el empleo de datos no observables en los mercados
en el caso del mark to market. Se restringe el empleo de métodos mark to model únicamente a aquellos casos en los que no sea posible observar un precio de mercado y
siempre cuando se demuestre que se trata de una valoración prudente. Finalmente,
se establecen ciertas especificaciones aplicables al caso de las posiciones ilíquidas:
i) Se determina que las entidades deberán establecer y mantener procedimientos para
el cálculo de un ajuste de la valoración actual de las posiciones menos líquidas; ii)
Dicho ajuste deberá calcularse tanto a efectos de reporting y deberá reflejar la iliquidez de la posición independientemente del modelo empleado para su valoración.
A los previsibles impactos en términos de capital, en el caso concreto de esta propuesta habrá que añadir las implicaciones en términos de procesos, pues se deberán
definir las políticas y procedimientos para caracterizar las variables no observables.
Adicionalmente, se deben definir mecanismos que permitan validar la prudencia de
las valoraciones realizadas mediante el empleo de metodologías mark to model.
Finalmente, se deben llevar a cabo estudios que permitan identificar los factores
que determinan la liquidez de las distintas tipologías de instrumentos.
•
Cambios propuestos en el marco de medición de modelos internos VaR: Las modificaciones propuestas sobre los requerimientos para la medición del riesgo de mercado en base a modelos internos VaR son relevantes, tanto en lo que se refiere a su
número como a los impactos previstos.
54
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Una primera propuesta se refiere a la implantación de nuevos requisitos en los factores de riesgo que incorporan los modelos. Así, se exige incorporar como factores
de riesgo en el modelo que implementa el VaR todos aquéllos factores que se consideren relevantes en el pricing de los instrumentos financieros, debiendo justificar
de forma precisa la no incorporación de alguno de ellos. Además se exige que los
modelos sean capaces de capturar la no linealidad inherente a ciertos productos, el
riesgo de correlación y el riesgo de base. También se deben justificar los proxies
empleados para realizar un adecuado seguimiento de las posiciones mantenidas.
Adicionalmente se incluyen los siguientes especificaciones a los parámetros del
modelo: i) Período de mantenimiento de las posiciones: se deberá justificar el
empleo de un período de mantenimiento inferior a 10 días; ii) Período de observación histórica: se permite instrumentar el cálculo del VaR mediante métodos de
ponderación que no sean consistentes con la condición de que «el periodo de observación «efectivo» deberá ser de al menos un año» tanto en cuanto el empleo de
dicho método suponga unos requerimientos de capital al menos tan conservadores
como los calculados de acuerdo al procedimiento habitual; iii) Conjuntos de datos:
pasa a ser obligatoria la actualización los datos de mercado con una frecuencia
mínima mensual. Además, el proceso de actualización deberá ser lo suficientemente flexible como para que se permita la actualización con una mayor frecuencia.
Otra de las modificaciones relevantes se relaciona con el requisito de calcular una
cifra de VaR estresado (sVaR) que, como se explica a continuación, intervendrá en
la fórmula de cálculo de capital regulatorio. En el cálculo del sVaR se deben cumplir
una serie de requisitos: i) cálculo realizado para un horizonte temporal de 10 días y
un intervalo de confianza asimétrico al 99%; ii) los inputs del modelo serán aquéllos
calibrados sobre datos históricos de un período de 12 meses de estrés significativo
que se adecuen a las características de las carteras de la entidad. El CSBB considera
que un período de 12 meses obtenido de 2007-2008 es de aplicación para la mayor
parte de las entidades; iii) el cálculo se deberá de realizar al menos semanalmente.
Quizás una de las modificaciones más importantes se relaciona con la redefinición
de la fórmula de cálculo de capital11, incorporando respecto a la expresión vigente
11
La fórmula propuesta por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea viene dada por la siguiente expresión:
donde VaRavg y sVaRavg hacen referencia a los valores medios del VaR y el sVaR en las últimas 60 sesiones,
mientras que mc y ms son los parámetros que se dejan a discreción de los respectivos supervisores naciona-
55
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
en la actualidad el componente sVaR y dos parámetros adicionales que serán determinados a discreción de los distintos supervisores nacionales y dependerán adicionalmente del grado de precisión del modelo (excepciones observadas en las pruebas retrospectivas de backtesting).
Finalmente, otra de las modificaciones con mayor impacto hace referencia a la obligación de calcular un factor que mida el riesgo incremental de incumplimiento
(Incremental Risk Charge – IRC). Este componente, evidencia de la importancia que
el CSBB concede a las interacciones entre los riesgos de crédito y mercado, debe
reflejar tanto el riesgo de default como el riesgo de migración12. Este componente
debe ser calculado con las posiciones sujetas a requerimientos de capital por riesgo
específico de tipo de interés, con la excepción de las posiciones de titulización y los
derivados de crédito de n-ésimo incumplimiento, si bien en el documento del CSBB
no se especifica ninguna metodología concreta para la implementación de este componente13. Aquéllas entidades que no sean capaces de capturar el riesgo incremental
y de migración mediante modelos internos deberán emplear las ponderaciones de
riesgo de la metodología estándar para el componente de riesgo específico.
1.2.4. Análisis de impacto de las modificaciones propuestas
Es lógico anticipar que las implicaciones de las diferentes propuestas recogidas entre
las propuestas realizadas por el CSBB, tanto en términos de capital como de políticas y procesos, serán elevados para las entidades financieras. Este aspecto, junto con
el limitado intervalo de tiempo disponible hasta la fecha de efectiva de implantación
de las modificaciones propuestas (31 diciembre 2010), ha motivado la urgencia por
les en función de la solidez de los sistemas de riesgo de mercado de las entidades, si bien se exige un valor
mínimo en ambos casos de 3. Adicionalmente, se establece la adición a estos parámetros de un factor (plus
factor) comprendido entre 0 y 1 y que será determinado en función de la precisión mostrada por el modelo
en las pruebas retrospectivas de backtesting. Este factor es similar al que ya se exige en la fórmula actual de
cálculo de capital por riesgo de mercado.
12
Es importante destacar que inicialmente, el objetivo de incorporar el componente de riesgo incremental
era capturar adecuadamente el incumplimiento de aquellas posiciones con riesgo de crédito si bien, posteriormente, se incorporó el requisito de que este componente capturase también el riesgo de migración.
13
Aunque en el documento «Revisions to the Basel II market risk framework» no se propone ninguna metodología concreta para la medición del componente de riesgo incremental, el Comité de Basilea también ha
emitido un documento de trabajo en el que se definen una serie de principios generales para abordar el cálculo y validación de este nuevo componente. A este respecto consultar: «Guidelines for computing capital
for incremental risk in the trading book» Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Julio 2009).
56
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
disponer de datos que permitan calibrar el impacto de estos cambios sobre las entidades financieras.
En esta línea, el CSBB publicó el pasado mes de octubre de 2009 el resultado del primer ejercicio de impacto cuantitativo sobre las modificaciones propuestas sobre el
marco de riesgo de mercado14. Este ejercicio, que recoge los resultados aportados por
una muestra de 43 entidades financieras pertenecientes a 10 países diferentes, supone
una primera referencia sobre las implicaciones que, en términos de requerimientos de
capital, ejercerán los cambios propuestos en el ámbito de los modelos de riesgo de mercado. Específicamente, el estudio analiza el impacto de:
•
•
•
•
El factor de riesgo incremental (IRC).
La incorporación del VaR estresado (sVaR) en la fórmula de capital.
Los nuevos requisitos de capital para las posiciones de titulización registradas en la
cartera de negociación.
El incremento en el componente de riesgo específico para las posiciones y derivados sobre acciones bajo el método estándar.
Antes de comentar los resultados del ejercicio realizado sobre cada uno de estos elementos de análisis conviene destacar que las modificaciones propuestas se traducirán en
un incremento medio del 11,5% en los requisitos de capital totales, mientras que en términos de los recursos exigidos por riesgo de mercado, este valor asciende hasta el
223,7% en términos medios. Estos valores ponen de manifiesto un notable impacto
sobre los recursos propios mínimos exigidos y la respuesta a la exigencia planteada
desde distintos foros de incrementar sustancialmente el capital requerido sobre el trading book de las entidades.
A nivel general, también es importante comentar que los cambios que generarán un
mayor impacto en los requisitos de capital serán los relativos a la incorporación del
IRC, la incorporación del cálculo del sVaR en la fórmula de cálculo de capital y las
modificaciones definidas sobre los niveles de capital exigidos para las posiciones de
titulización. El efecto marginal de cada uno de estos elementos duplica los requisitos de
capital por riesgo de mercado exigidos.
14
Consultar: «Analysis of the trading book quantitative impact study». Comité de Supervisión Bancaria de
Basilea» (Octubre 2009).
57
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
Otro aspecto a destacar es la elevada variabilidad de los resultados reportados por las
distintas entidades participantes. Es de esperar que a medida que muchas de las modificaciones propuestas por el CSBB se asimilen por parte de la industria, y se produzca
una mayor estandarización en la calibración de los modelos internos en los ámbitos
afectados, la volatilidad de los resultados se vea reducida de manera considerable.
A continuación se analizan los resultados del estudio de impacto del CSBB en cada uno
de los ítems sobre los que se ha formulado el análisis:
•
Efecto de la incorporación del IRC: Los resultados muestran un incremento medio
del 6,2% en los requerimientos totales de recursos propios, mientras que este porcentaje se sitúa en el 102,7% de los requisitos de capital para la cartera de negociación. Tal y como se ha comentado, este elemento, junto con el sVaR y las modificaciones sobre los requisitos en las posiciones de titulización, es el que generará un
mayor impacto sobre la solvencia de las entidades.
•
Efecto de la incorporación del sVaR en la fórmula de cálculo de capital: Los resultados muestran un incremento medio del 4,6% en los requerimientos totales de
recursos propios. Por su parte, el impacto sobre los requisitos de capital por riesgo
de mercado alcanza el 110,8%.
•
Modificación en los requisitos de capital para las posiciones de titulización: Según
se ha explicado en el apartado previo, las propuestas del CSBB han ido dirigidas a
tratar de evitar la posibilidad de realizar arbitraje regulatorio sobre los niveles de
capital requeridos para las posiciones de titulización mantenidas en el trading book,
frente a las registradas en el banking book. En este sentido, las modificaciones propuestas para las posiciones de titulización, se traducen en un incremento de los
recursos propios mínimos totales del 5,4%, mientras que en términos del capital por
riesgo de mercado este porcentaje asciende hasta el 92,7%.
•
Incremento del componente de riesgo específico por método estándar en las posiciones en acciones: Los resultados sobre este elemento muestran un impacto reducido
sobre los niveles de capital requeridos. En términos globales, el porcentaje apenas
alcanza un 0,2% mientras que sobre los requerimientos para la cartera de negociación,
el porcentaje se sitúa en el 4,9%. A destacar que una parte significativa de entidades
participantes en el estudio no han reportado información sobre este elemento, puesto
que disponen de la autorización pertinente para el cálculo de los requerimientos de
capital para toda su cartera de negociación mediante modelos avanzados.
58
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Se observa, por tanto, como los mayores impactos son esperables como consecuencia de
las propuestas realizadas en el ámbito de los modelos internos VaR de riesgo de mercado.
Adicionalmente a estos resultados, evaluados en términos de los niveles de capital regulatorio exigido, habrá que añadir el impacto cualitativo que en políticas, procesos, sistemas de información, personas y governance es esperable, para cuyo plazo es bastante limitado.
A modo de conclusión general, se pueda afirmar que el notable cambio en el marco de
solvencia para el tratamiento del riesgo de mercado supone, sin duda, uno de los retos
más importante a los que se enfrentarán las entidades financieras a lo largo de los próximos años y con especial intensidad durante el ejercicio 2010.
1.2.5. Conclusiones y recomendaciones
Conclusión:
Las sustanciales modificaciones regulatorias en relación con el tratamiento del riesgo
de mercado deben entenderse como una consecuencia directa de las pérdidas experimentadas como resultado de los movimientos adversos registrados en los mercados
financieros durante los años 2007 y 2008. Esta experiencia justifica por sí misma el
incremento en los requerimientos de capital para las actividades de trading propietario a las que se someterá a las Entidades, especialmente en aquellos productos de
mayor complejidad (inversiones en activos de titulización, derivados de crédito, etc.).
Como conclusión general, se pueda afirmar que este cambio en el marco de solvencia
supondrá, sin duda alguna, uno de los retos más importante a los que se enfrentarán
las entidades financieras a lo largo de los próximos años y con especial intensidad
durante el ejercicio 2010.
Recomendaciones:
•
•
Revisar por parte de la Alta Dirección la estrategia definida entorno a las actividades de trading propietario, incorporando en las mismas el esperado incremento
en el volumen de capital regulatorio necesario para soportarlas.
Incrementar el ambiente de control interno alrededor de las actividades de negociación, especialmente en lo que se refiere a la tipología de productos autorizados
59
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
para la inversión y la adecuada supervisión de los límites, que deben ser calibrados en línea con el apetito por el riesgo de las Entidades.
Trabajar en el refinamiento de las metodologías de medición del riesgo de mercado en aspectos como la consideración de la iliquidez de determinados productos, las interacciones entre el riesgo de crédito y mercado, la valoración de
los activos complejos, y el estrecho seguimiento del performance de los modelos
VaR ante coyunturas de mercado que desafían las limitaciones de esta metodología.
1.3. RIESGO OPERACIONAL
1.3.1. Definición y acotación
En las dos últimas décadas, se han producido importantes quebrantos en grandes entidades debido a la materialización de riesgos operacionales (como fraudes internos,
demandas judiciales, etc.), que han llegado a suponer en algunos casos bien la desaparición de la entidad o bien un importante impacto reputacional. Los más reconocidos
han sido los casos de Barings, Sumimoto, Natwest, City Bank, Société Generale. Sin
embargo, este tipo de riesgos no estaban contemplados en la normativa de solvencia de
las entidades financieras.
El nuevo marco regulatorio conocido como Basilea II y concretado en la Circular sobre
recursos propios de Banco de España (CBE 3/2008) presenta numerosos aspectos diferenciales respecto a la normativa anterior. De entre ellos merece la pena destacar dos
que resultan claves para la comprensión de las nuevas normas que garantizan la solvencia y estabilidad de las entidades financieras: el primero es la mayor sensibilidad de
los requerimientos de capital a los riegos realmente incurridos por las entidades (relacionado directamente con la calidad de dichos riesgos); y el segundo es la inclusión de
otros tipos de riesgo cuya cobertura se considera relevante y necesaria, entre ellos el
riesgo operacional.
El riesgo operacional junto a los «tradicionales» riesgo de crédito y riesgo de mercado,
configuran los denominados riesgos del Pilar I de Basilea o de requerimientos de capital. Este Pilar se centra en aquellos riesgos para los que se han establecido distintos
métodos de cálculo (Enfoque Menú) y en los requisitos que las entidades han de cumplir para poder aplicar los métodos más avanzados para la medición de esos riesgos. Por
otro lado y dentro del Pilar II o examen del supervisor, se analizan y contemplan otras
60
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
tipologías de riesgo a las que las entidades están expuestas como son el riesgo de concentración, el de tipo de interés estructural de balance, riesgo por liquidez y otros riesgos (negocio, reputacional…).
Desde una perspectiva conceptual, el riesgo operacional es fácilmente comprensible e
intuitivamente podemos asumir que al ser un tipo de riesgo inherente a la actividad de
las entidades de crédito (como también lo es para la generalidad de las empresas e instituciones) éste se ha venido gestionando tradicionalmente pero no desde una perspectiva global, ni considerando su alcance y complejidad en cuanto a la estimación y medición del mismo. Por ejemplo, un quebranto de caja en una entidad financiera ha sido
considerado tradicionalmente como una pérdida ocasionada por un error humano, con
su correspondiente impacto en la cuenta de resultados de la entidad. Bajo la nueva perspectiva regulatoria y de gestión, este tipo de eventos de pérdida forman parte de una
compleja metodología para la medición del riesgo operacional.
El riesgo operacional se define como «el riesgo de sufrir pérdidas debido a la inadecuación o a fallos de los procesos, el personal y los sistemas internos o bien a causa de acontecimientos externos». Esta definición incluye el riesgo legal15, pero excluye el riesgo
estratégico, el reputacional y el sistémico. A pesar de que es bajo esta definición donde
subyace la acotación del riesgo operacional, las entidades deben realizar una delimitación
más rigurosa entre esta definición y los distintos riesgos existentes en la entidad.
Como parte de esta delimitación, se deben considerar las interrelaciones entre el riesgo
operacional y otros riesgos con el siguiente alcance:
•
•
•
Riesgo legal: no se deben considerar pérdidas de riesgo operacional las ocasionadas por litigios iniciados para la recuperación de riesgo de crédito.
Riesgo estratégico o de negocio: a pesar de estar excluido de la definición del
riesgo, se pueden considerar como pérdidas operacionales las producidas en el
desarrollo habitual del negocio bancario, durante la implantación de un proyecto
corporativo.
Riesgo de crédito y de mercado: un evento de riesgo operacional puede producir
pérdidas por riesgo de crédito o mercado.
15
El riesgo legal incluye, entre otros, la posibilidad de ser sancionado, multado u obligado a pagar daños
punitivos como resultado de acciones del supervisor o de acuerdos privados entre las partes.
61
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
No debemos olvidar que se puede considerar como el principal objetivo de la gestión
del riesgo operacional el asegurar en última instancia la supervivencia de la entidad
(recordemos los ejemplos de las entidades considerados al inicio del artículo) a través
de cuatro factores clave: una mejora en los procedimientos internos y externos de la
organización, mejoras en la gestión del negocio a partir de la información de riesgo operacional para la toma de decisiones, el establecimiento de un alto nivel de calidad de
servicio al cliente y finalmente el cumplimiento del marco regulatorio.
Para completar la definición y acotación del riesgo operacional es conveniente considerar las distintas alternativas para el cálculo de los recursos propios requerido por este
riesgo y en relación con todas sus actividades, así como algunos conceptos relacionados con dichas alternativas. La nueva normativa plantea tres métodos de cálculo:
•
•
Método del indicador básico: el más sencillo, obtenido como el producto de un coeficiente de ponderación fijo (15%) y la media de los ingresos relevantes16 de la
cuenta de pérdidas y ganancias de los tres últimos ejercicios completos, siempre y
cuando sean positivos. La aplicación de este método no supone ningún otro requisito de tipo cualitativo, con carácter general.
Método estándar17: siguiendo el mismo sistema que el método anterior, pero considerando las distintas líneas de negocio18 de una entidad financiera, según definición
de la norma. A cada una de estas líneas de negocio se les aplica un coeficiente de
ponderación fijo (que oscila entre el 12% y el 18%) sobre la media de los ingresos
relevantes de cada línea de negocio en los tres últimos ejercicios completos (considerando igualmente su signo positivo o negativo). Para la aplicación de este método, sin embargo, se requiere el cumplimiento de un conjunto de requisitos cualitativos (como la integración del sistema en los procesos, existencia de un reporting
de gestión, revisión periódica del sistema, políticas y criterios de asignación de sus
actividades e ingresos relevantes a las líneas de negocio) como paso previo a su
aplicación en el cálculo de los recursos propios necesarios.
16
Los ingresos relevantes vienen determinados por la suma de las siguientes partidas de la cuenta de resultados (según CBE 4/2004): Intereses y rendimientos asimilados, intereses y cargas asimiladas, rendimientos
de instrumentos de capital, comisiones percibidas, comisiones pagadas, resultados de operaciones financieras (neto), diferencias de cambio (neto) y otros productos de explotación.
17
Existe también un método estándar alternativo cuya aplicación requiere la previa autorización por Banco
de España.
18
Las ocho líneas de negocio establecidas en la norma son: financiación empresarial, negociación y ventas,
intermediación minorista, banca comercial, banca minorista, pago y liquidación y servicios de agencia.
62
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
•
Métodos avanzados: se basa en la utilización de modelos internos que aportan la
ventaja de ser diseñados conforme a las necesidades estratégicas y de gestión de las
entidades. El cálculo de los requerimientos de recursos propios tienen que considerar tanto la pérdida esperada como la pérdida inesperada (o volatilidad de las pérdidas como consecuencia de que las pérdidas reales pueden ser superiores a las
esperadas). Adicionalmente, bajo este enfoque de cálculo es necesario cubrir otro
tipo de requerimientos tanto de tipo cualitativo como cuantitativo.
Cada uno de los riesgos que se pretende identificar, medir y vigilar se debe asignar a un
tipo de riesgo establecido por la norma y posteriormente asignarlo a una línea de negocio también establecida, según se ha comentado anteriormente.
La categorización en tipos de riesgo y líneas de negocio se realiza a tres niveles. La
norma define los tipos de pérdida a nivel 1, dejando a las entidades libertad para crear
o modificar los tipos de nivel 2 y 3. Los siete tipos de pérdida para el Nivel 1 son:
•
•
•
•
•
•
•
Fraude interno: pérdidas derivadas de algún tipo de actuación encaminada a defraudar, apropiarse de bienes indebidamente o a soslayar regulaciones, leyes o políticas
empresariales.
Fraude externo: pérdida derivada por algún tipo de actuación por parte de un tercero.
Relaciones laborales y seguridad en el trabajo: Pérdidas derivadas de actuaciones
incompatibles con la legislación o acuerdos laborales, de higiene o seguridad en el
empleo.
Clientes, productos y prácticas empresariales: pérdida asociada al incumplimiento
negligente de una obligación profesional frente a clientes concretos, o de la naturaleza o diseño de un producto.
Daños a activos materiales: pérdidas asociadas a desastres naturales u otros acontecimientos.
Incidencias en el negocio y fallos en los sistemas: pérdidas asociadas a fallos en el
negocio o problemas con los sistemas.
Ejecución, entrega y gestión de procesos: pérdidas asociadas a errores en los procesos, así como relaciones con contrapartes comerciales y proveedores.
Como se ha comentado anteriormente, las entidades que pretendan adoptar el método de cálculo estándar deben cumplir una serie de requisitos cualitativos así como
realizar la asignación de todas sus actividades e ingresos relevantes a las líneas de
negocio establecidas en la norma. Para facilitar a las entidades esta tarea, a principios de 2009 Banco de España publicó un documento denominado «Guía para la
63
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
aplicación del Método Estándar en la determinación de los recursos propios por
Riesgo Operacional».
1.3.2. Visión a la luz de la reciente crisis
Para disponer de una visión global de la situación del riesgo operacional en el contexto
de la actual crisis, resulta conveniente realizar un breve repaso de la evolución normativa en los últimos meses.
Desde los inicios de la presente crisis económica y financiera nacional e internacional y
hasta el momento presente, se han manifestado distintas consideraciones a cerca del grado
de adecuación y suficiencia de las normas nacionales y supranacionales relativas a la solvencia de las entidades financieras, la gestión de los riesgos y las prácticas de supervisión.
En este contexto, desde el Comité de Supervisores Bancarios de Basilea (BCBS) se han
promovido un conjunto de mejoras encaminadas a fortalecer el marco del Nuevo
Acuerdo de Capital en cada uno de los tres pilares que configuran el Acuerdo. Las
reformas introducidas se centran en los aspectos siguientes:
•
•
•
Pilar I (o requerimientos de capital): tratamiento de la cartera de negociación y captura del riesgo en las titulizaciones y exposiciones de vehículos fuera de balance.
Pilar II (o examen del supervisor): gobierno corporativo, gestión de riesgos y adecuación de las retribuciones.
Pilar III (disciplina de mercado): requerimientos adicionales de divulgación de
información respecto a exposiciones de titulizaciones en la cartera de negociación,
vehículos fuera de balance, valoración de titulizaciones…
Adicionalmente, el BCBS ha profundizado en otros aspectos relacionados con algunos
de los elementos intervinientes en la actual crisis:
•
•
•
El marco del riesgo de Mercado donde se considera el capital por riesgo incremental de la cartera de negociación.
La medición del riesgo de liquidez.
El fortalecimiento de la capacidad de las entidades de absorver el impacto de una
crisis, mediante cambios en la definición de capital, ratio de apalancamiento, cambios en el tratamiento del riesgo de contraparte.
64
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
En el ámbito de riesgo operacional no se han producido modificaciones sustanciales en
la norma, si bien desde el CEBS (Committé of European Banking Supervisors) se han
elaborado algunos documentos orientados hacia el apoyo en la implantación de los
modelos de riesgo operacional, considerando los enfoques o métodos de cálculo más
complejos (estándar y avanzado), según el siguiente detalle:
•
•
•
Directrices complementarias en aspectos de implantación de la gestión del riesgo
operacional: aportando criterio sobre el alcance del riesgo operacional y de las pérdidas operacionales, sobre el uso efectivo en la gestión del riesgo operacional (entidades por enfoque avanzado) y sobre la asignación de capital en entidades por
método avanzado.
Directrices sobre la aplicación de las técnicas de mitigación del riesgo operacional.
Gestión del riesgo operacional en actividades de mercado, estrechamente relacionado con los mecanismos de gobierno corporativo, los de control interno y los del
sistema del reporting a tal efecto.
Finalmente y dentro del ejercicio de impacto cuantitativo (QIS) que está realizando
Banco de España con algunas entidades, mencionar que se están solicitando algunos
datos relativos a riesgo operacional que serán utilizados en futuros estudios y análisis.
Es indudable que la crisis que aún continúa sacudiendo a la gran mayoría de las economías, y las consiguientes adecuaciones normativas y de supervisión en materia de capital, pueden impactar de alguna manera en la forma de evaluar, medir y controlar el riesgo operacional en las entidades financieras, si bien no de forma directa en estos momentos pero sí como consecuencia de la incorporación de las nuevas directrices y norma de
capital a implementar.
Uno de los elementos del modelo de gestión del riesgo operacional que va a adquirir
relevancia en esta situación es la adecuada definición de los límites de tolerancia al propio riesgo operacional, a través de la identificación de variables que permitan establecer el apetito a este tipo de riesgo por cada entidad.
Como consideración adicional se puede indicar que el grado de desarrollo y evolución
hacia el método más complejo (enfoque avanzado) de los modelos de gestión de riesgo
operacional existentes en las entidades financieras se ha ralentizado, tanto por la coyuntura actual, que requiere la concentración de esfuerzos hacia uno de los efectos más graves de la crisis (el repunte de la morosidad) como por el grado de exigencia de los
requerimientos regulatorios existentes para alcanzar dichos enfoques avanzados.
65
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
1.3.3. Modelización y gestión del Riesgo Operacional ante la nueva
experiencia
Se puede decir que un el modelo de gestión del Riesgo Operacional tiene que considerar por un lado el denominado marco de gestión (o conjunto de estrategias, políticas y
elementos de soporte del modelo), y por otro lado un procedimiento de gestión (o conjunto de tareas a realizar para llevar a cabo la gestión efectiva del riesgo operacional).
En el diseño y desarrollo de estos dos elementos, en ningún momento se debe perder de
vista el hecho de que se persigue sobre todo la consecución de impactos positivos en el
valor de la entidad, y que por tanto redundarán tanto sobre el negocio, como sobre el
capital pasando efectivamente por los resultados. De hecho, no en vano, uno de los
requisitos regulatorios de tipo cualitativo es que el modelo de riesgo operacional debe
estar aprobado por la Alta Dirección como muestra de su esponsorización.
A continuación se muestra un gráfico que sirve de base para la descripción de un modelo de gestión de riesgo operacional:
En cuanto al marco de gestión, lo primero a destacar es que cada entidad debe definir
un marco de riesgo operacional adecuado a los objetivos estratégicos tanto de gestión
de riesgos como de negocio. Al mismo tiempo, también es importante aclarar que un
modelo de gestión de riesgo operacional puede variar en complejidad, nivel de detalle,
tiempo de implementación o nivel de sofisticación pero los elementos del marco de gestión a desarrollar son los mismos.
Asimismo otro de los pasos básicos en este planteamiento, es el que se identifique claramente la estructura de recursos necesarios para llevar a cabo las actividades de ges-
66
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
tión y control del riesgo operacional, para que seguidamente se puedan definir las funciones y responsabilidades de esa estructura.
Los elementos del modelo son aquellos que permiten la adecuada identificación, evaluación, gestión y seguimiento del riesgo operacional: los mapas de riesgo y sus factores de riesgo asociado, los indicadores de riesgo, los eventos de pérdida y los mitigantes que permiten aminorar la pérdida en caso de ocurrencia del factor de riesgo operacional.
A partir de ellos el modelo tenderá a retroalimentarse día a día de cara a poder gestionar
el cumplimiento de los objetivos marcados y a que suponga una herramienta realmente
útil para la toma de decisiones. En este sentido, por tanto, cualquiera de los anteriores
pasos perdería su sentido si el marco del que hablamos no se completara con un sistema
de gestión de la información y de reporting que lo enriquezca y que a su vez esté soportado por una plataforma tecnológica para integrar todos los elementos de gestión.
El procedimiento de gestión del riesgo operacional, debe ser un ciclo que de manera
sistemática recorra las fases de identificación, evaluación, gestión y supervisión del
riesgo, de modo que permita la adecuada gestión del riesgo a través de sus distintos elementos en cada una de estas fases.
La fase de identificación del riesgo operacional se realiza a través del análisis de procesos de la entidad. Aunque las causas del riesgo operacional son diversas, todas ellas
se producen en la actividad diaria de la entidad, por lo que el método más eficaz para
su identificación es el análisis de los procesos «end to end» que soportan dicha actividad. Con la identificación se consigue el registro y clasificación de todas las causas que
pueden producir pérdidas operacionales, cuyo conjunto conforman el mapa de riesgos
operacionales de la entidad. Este mapa nos debe permitir dar un nivel de detalle tal que
nos permita identificar el riesgo de manera automática. En la medida que categoricemos
los factores de riesgo por frecuencia, severidad, pérdida máxima, mitigantes o tipología
de riesgo y líneas de actividad, se puede conseguir la identificación de la exposición al
riesgo de la entidad, lo que permitirá disponer de una auto-evaluación del perfil de riesgo de la misma.
Dentro de la fase de identificación es importante asociar ese mapa de riesgos, que se
obtuvo anteriormente, con los mitigantes existentes en la entidad, y por encima de ello
se debe analizar su efectividad. En aras a aprovechar los esfuerzos y las sinergias del
procedimiento, la identificación de los mitigantes debe realizarse conjuntamente con la
67
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
de los factores de riesgo, ya que así, además de facilitar el conocimiento de las debilidades existentes en la mitigación de cada riesgo, facilitará la asociación de cada mitigante con el factor de riesgo correspondiente. Por otro lado, en la medida que mejor
evaluemos la efectividad del mitigante respecto al riesgo, se disminuirá la frecuencia de
materialización del riesgo y se reducirá el impacto en que se materializa.
También en el ámbito de identificación del riesgo, el objetivo de los indicadores de
riesgo es la explicación de las pérdidas que se producen por riesgo operacional a través
de métricas objetivas que ofrezcan un perfil de riesgo dinámico.
Los indicadores deben funcionar a modo de sistema de alertas frente a las pérdidas,
estableciendo un valor óptimo y unos umbrales sobre los mismos que permitan la gestión en base a la activación de dichas alertas, que se establecerán en función del perfil
de riesgos de cada entidad.
En caso de que se disponga de suficiente base histórica, esto indicadores se contrastan
estadísticamente con las pérdidas para obtener su nivel de correlación y determinar si
son relevantes o no.
Por otra parte, la correcta identificación de los eventos de pérdida de la entidad resulta esencial ya que refleja fehacientemente el perfil de riesgos de la entidad y las características del
sistema de controles internos. Cada evento de pérdida presenta una serie de atributos únicos e identificativos (importes, fechas, recuperaciones, líneas de negocio, categoría de riesgo, etc.) a partir de los cuales es posible obtener un mapa de las pérdidas operacionales por
severidad (importe) y frecuencia (número de veces que se produce el evento).
Los datos de eventos externos contribuyen a completar la información disponible por
parte de las entidades y sin las cuales el modelo no sería tan robusto. Por último, comentar que la adecuada recopilación de los eventos de pérdida, además de contribuir a completar el perfil de riesgo operacional, es un requisito imprescindible para desarrollar un
método de cálculo de capital.
La evaluación de los riesgos puede realizarse de dos modos: cualitativa y cuantitativamente. A través de la metodología cualitativa, se calcula el perfil de riesgos a partir de
la estimación de la exposición de los factores de riesgo, tanto en términos de pérdida
esperada como inesperada. Esta metodología permite calcular un VaR cualitativo al
obtenerse mediante datos basado en opiniones expertas.
68
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
La metodología cuantitativa de estimación del perfil de riesgos de la entidad parte de
los eventos de pérdida, es decir, del riesgo materializado efectivamente. Para obtener
ese perfil de riesgos es necesario estimar una distribución de pérdidas por riesgo operacional partiendo de datos tanto internos como externos. En este proceso se modeliza de
forma separada las distribuciones de frecuencia y severidad, utilizando tipologías distintas de distribuciones. A partir de ellas y mediante procedimientos estadísticos como
las simulaciones de Montecarlo, se pueden obtener distribuciones por líneas de negocio
y tipos de riesgo, a partir de las cuales se consigue la distribución de pérdidas a nivel
entidad.
Para completar el procedimiento, y dentro de la fase de gestión y seguimiento, hay que
enfatizar que éstas deben cumplir con los objetivos estratégicos definidos previamente.
En la fase de gestión se plantearán estrategias de reducción del riesgo, de transferir el
riesgo, de evitar el riesgo o incluso de aceptar el riesgo en aquellos casos en que este
esté dentro del nivel de tolerancia marcado y el coste de mitigarlo sea mayor al mismo.
La fase de gestión debe estar sobre todo orientada a disminuir el riesgo operacional
hasta un nivel aceptable para la organización a partir del cual, o bien las potenciales
reducciones afectarían negativamente a los objetivos estratégicos de negocio, o bien el
coste de la reducción es mayor al beneficio generado.
Por otro lado esta fase de gestión y seguimiento es uno de los elementos esenciales de
la efectiva integración del marco y procedimientos de gestión de riesgo operacional en
la gestión diaria de la entidad, ya que, por ejemplo, las exposiciones a riesgo operacional deberán ser parte integrante del análisis de decisiones estratégicas de la entidad. En
este sentido hay que enfatizar que se debe realizar un seguimiento de las mejoras
implantadas de cara a medir la efectividad de las mismas.
El marco de gestión de riesgo operacional como se ha definido hasta el momento, permitirá realizar una gestión activa del riesgo operacional mediante la identificación de
cuatro clases de riesgos:
•
•
•
Riesgos «no gestionados», en los que la inversión para su mitigación y gestión de
los mismos es superior a la pérdida que ocasionan.
Riesgos a gestionar mediante la base de datos de eventos de pérdidas, ya que se producen de forma recurrente (alta frecuencia) pero con escaso impacto en pérdidas,
componiendo la pérdida esperad de la entidad en riesgo operacional.
Riesgos a gestionar a través del mapa de riesgos de la entidad, al considerarse riesgos
críticos (de alta severidad y baja frecuencia) a definir en la gestión de escenarios.
69
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
Riesgos de acción inmediata debido a su alto impacto en pérdida y alta frecuencia,
y que en principio no se deberían identificar, ya que supondrían la no supervivencia de la entidad.
Finalmente, y con la perspectiva del tiempo transcurrido, y aunque la crisis actualmente vigente pueda alterar su sentido, es posible realizar una serie de reflexiones extraídas
en base a la experiencia:
•
•
•
•
•
La implicación de la Alta Dirección y de los responsables de negocio es fundamental para el funcionamiento del modelo. Esto es aún más acusado cuanto más
avanzado sea el enfoque que se quiere adoptar en la entidad.
Es crítico implantar un procedimiento de recopilación de eventos de pérdida que
asegure la completitud y calidad de los datos.
El procedimiento de autoevaluación debe definirse de forma que se consiga un
equilibrio entre el esfuerzo que supone este proceso y el valor añadido que genera
a la gestión.
Para realizar la cuantificación es necesario, además de un periodo de observación
suficiente de datos internos, el uso de datos externos como ayuda para calcular el
capital de algunas líneas de negocio.
Definir claramente las responsabilidades y funciones, así como su comunicación, y
lograr una coordinación de todos los recursos, es clave para lograr una gestión óptima del riesgo.
1.3.4. Conclusiones y recomendaciones
Conclusión:
Las mejoras encaminadas a fortalecer en marco normativo de Basilea II no se han
orientado al ámbito de Riesgo Operacional, ya que a pesar de su novedosa incorporación en la regulación de solvencia se ha considerado que su tratamiento y gestión ha
sido la adecuada y no requiere cambios sustanciales. No obstante, en los últimos meses
se han publicado documentos orientados al apoyo en la implantación de modelos de
riesgo operacional de los enfoques más avanzados (aplicación de técnicas de mitigación del riesgo operacional, gestión del riesgo operacional en actividades de mercado,
asignación de capital por métodos avanzados, etc.) que ponen de manifiesto el necesario recorrido por realizar en el desarrollo de esta tipología de riesgo.
70
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Recomendaciones:
Uno de los restos a los que se enfrenta la gestión del riesgo operacional es la efectiva
transición de ser un requerimiento regulatorio a convertirse en una fuente de eficiencia y de creación de valor para las entidades. Para ello, los esfuerzos se deben centrar
tanto en aspectos cualitativos y de la gestión como en otros de tipo cuantitativo:
•
•
•
•
La implicación de la Alta Dirección y de los responsables de negocio es fundamental para el funcionamiento del modelo. Además es necesario definir claramente las responsabilidades y funciones, así como su comunicación, y lograr una coordinación de todos los recursos para lograr una gestión óptima del riesgo.
Resulta imprescindible implantar un procedimiento de recopilación de eventos de
pérdida que asegure la completitud y calidad de los datos, así como un procedimiento eficiente (equilibrio entre esfuerzo y valor que genera) en la obtención de la
valoración cualitativa de los riesgos.
Las metodologías más avanzadas de cuantificación del riesgo requieren, además de
un periodo de observación suficiente de datos internos, el uso de datos externos
como ayuda para calcular el capital de algunas líneas de negocio.
La definición de límites de tolerancia al riesgo operacional en función del apetito
al riesgo de la entidad es otro de los elementos clave del modelo a desarrollar a
corto y medio plazo por parte de las entidades.
1.4. RIESGO REPUTACIONAL
1.4.1. Definición y acotación
La gestión del riesgo, como toda actividad que realizan las organizaciones, debe estar
orientada a la generación de negocio y a la creación de valor. ¿En qué consiste, entonces, la gestión del riesgo reputacional?
Existen multiples definiciones para encuadrar el ámbito del riesgo reputacional en las
entidades. A modo de ejemplo, mostramos las siguientes:
–
«El riesgo presente y futuro de que las ganancias o el patrimonio de la entidad se
vean afectados por una opinión pública negativa. Afecta a la capacidad de la institución de establecer nuevas relaciones o servicios, o continuar sirviendo a las
relaciones ya existentes. Este riesgo puede exponer a la institución a juicios, pér-
71
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
–
–
didas financieras o a una disminución en la base de clientes» (Superintendencia de
Instituciones Financieras de Uruguay).
«Es la posibilidad de pérdida en que incurre una entidad por desprestigio, mala
imagen, publicidad negativa, cierta o no, respecto de la institución y sus prácticas
de negocios, que cause pérdidas de clientes, disminución de ingresos o procesos
judiciales» (Superintendencia de Instituciones Financieras de Colombia).
«La reputación es un bien intangible que cada entidad proyecta sobre sus inversores, clientes y empleados (actuales y potenciales), que genera en ellos aceptación,
desaprobación o indiferencia. El riesgo reputacional surge de fallas operacionales,
del incumplimiento de leyes y reglamentos y de otras fuentes» (Superintendencia de
Instituciones Financieras de Bolivia).
Como se puede observar, todas las definiciones inciden en dos aspectos fundamentales que
las distinguen de las de otros riesgos. Estamos hablando principalmente de percepciones/valoraciones de la empresa por terceros (que pueden ser objetivas y subjetivas, e incluso, ciertas o inciertas) y del altísimo impacto que, desde el punto de vista patrimonial, pueden ocasionar determinados hechos que afecten a la pérdida de reputación de una entidad.
Quizá, por su amplitud de enfoque y síntesis, destacamos la definición de la Reputación
Corporativa como el «conjunto de percepciones que tienen sobre la empresa los diversos grupos de interés con los que se relaciona ésta (stakeholders o grupos de interés),
tanto internos como externos» (Foro de Reputación Corporativa).
72
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
El riesgo reputacional se manifiesta cuando la forma de gestionar una entidad no satisface las expectativas de los grupos de interés. Es, en la mayor parte de los casos, consecuencia de eventos de riesgos procedentes de otras áreas de la organización (ej. fallos
de sistemas, mala calidad de servicio, incumplimiento de leyes y reglamentos, etc) que
impactan directamente en la reputación.
La valoración de la reputación corporativa deriva directamente al análisis de dos aspectos fundamentales en el desarrollo de una organización, que son:
•
•
La creación de valor. Entendiendo ésta como el conjunto de iniciativas encaminadas a mejorar la percepción de la organización por parte de los stakeholders.
La protección de valor, que supone el desarrollo de iniciativas encaminadas a evitar la pérdida de valor que se produce cuando se materializan los principales riesgos reputacionales a que está expuesta la organización.
Atendiendo a estos conceptos, Banco de España define el Riesgo Reputacional como el
«daño que para la entidad resulta de una publicidad negativa en relación con sus prácticas de negocio, sea cierta o no, y que pueda afectar a su base de clientes, a sus costes de litigación o a sus ingresos». Este «daño» para la entidad debe considerarse en términos relativos (ie., un hecho que afecta a una entidad igual que al resto del sector
implicaría un menor impacto reputacional que en caso de ser una entidad afectada de
manera exclusiva).
A continuación presentamos un esquema que presenta de forma muy gráfica ( «por
capas») y de manera detallada qué aspectos concretos pueden determinar la Reputación
de una organización y qué aspectos deben ser analizados para su estudio, así como los
factores externos e internos de los que depende:
73
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
A modo de resumen podemos indicar que la reputación global de una empresa depende
de la percepción de sus diversos Grupos de Interés (accionistas, financiadores, clientes, proveedores, empleados, reguladores, organizaciones no gubernamentales o las
comunidades donde opera la empresa) y del comportamiento de la empresa en categorías claves (marca, calidad de productos y servicios, gobierno corporativo, relaciones
con empleados, servicio al cliente, capital intelectual, desempeño económico-financiero y comportamiento social y medioambiental).
La gestión de cada uno de estos aspectos debe desembocar en una serie de planes dirigidos
a un adecuado gobierno de la reputación de la compañía. Esto será posible mediante el esta-
74
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
blecimiento de actuaciones que permitan minimizar los riesgos a los que está expuesta y
maximizar las oportunidades que generan los distintos Grupos de Interés identificados.
Siguiendo esta línea, el Foro de Reputación Corporativa define ocho tipos de dimensiones que constituyen y consolidan una buena reputación:
1.- Atractivo emocional: Medición de la confianza de los grupos de interés en una
empresa, su identificación con ella y su preferencia frente a otra.
2.- Liderazgo de la Alta dirección.
3.- Oferta comercial y servicio al cliente.
4.- Capacidad de innovación.
5.- Ética y buen gobierno: En términos de transparencia al mercado, prevención de
fraude y uso adecuado del poder de la empresa en el mercado.
6.- Responsabilidad Social Corporativa.
7.- Resultados financieros adecuados.
8.- Entorno laboral: englobando condiciones laborales, clima de trabajo y cultura
organizativa.
1.4.2. Visión ante la reciente crisis
Esta reciente crisis, de ámbito global, se está caracterizando, además de por presentar
incertidumbres macroeconómicas y volatilidad en los mercados financieros, por incorporar una sospecha generalizada sobre la solvencia de las entidades.
¿Qué lecciones van a extraerse de esta crisis? Necesariamente va a implicar un cambio
de modelo de gestión de las entidades cuyas bases aún no están del todo claras. Pero sí
se puede avanzar algo muy evidente, se va a demandar a las entidades mayores exigencias de transparencia y buen gobierno.
Es clara la imperiosa necesidad por parte de las entidades de demostrar un comportamiento ético en todos los ámbitos. Después de esta crisis, la ética debe expresarse en un
compromiso claro, explícito, verificable y, por tanto, medible.
De hecho, los supervisores, que están analizando las causas de la actual crisis, ya están
adoptando, entre otros, cambios normativos en lo referente a un aspecto tan sensible
como la remuneración a los Consejos de Administración y a la Alta Dirección de las
entidades, con el objetivo de incentivar la creación de valor para la empresa en el
75
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
medio-largo plazo, identificándose como uno de los desencadenantes de la crisis la
orientación de la gestión a la consecución de objetivos cortoplacistas, en muchos casos
contradictorios con una gestión óptima a más largo plazo.
EVOLUCIÓN DE LA REGULACIÓN EUROPEA
76
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Las entidades españolas, en general, tienen todavía un largo camino por recorrer para
alcanzar una adecuada cultura de gestión de riesgos.
En esta tendencia, las entidades financieras constituyen una excepción y, en los últimos
años, han evolucionado de manera importante hacia una gestión cada vez más activa de
los principales riesgos a los que se exponen por el negocio que desarrollan como consecuencia de la implantación de los nuevos requerimientos normativos (Basilea II). Esta
normativa determina las necesidades de recursos propios de las entidades en relación
con la gestión de los riesgos asumidos (riesgo de crédito y contraparte, mercado, de tipo
de interés, operacional, reputacional, de negocio…).
De estos riesgos que acabamos de enumerar, hay una tipología de riesgos directamente
relacionados con el apetito al riesgo de las entidades (riesgo de mercado, de precio. de
tipo de interés, de crédito) que se pueden medir más fácilmente –mediante metodologías, si bien complejas, perfectamente definidas– , que siguen acaparando la mayor atención de las entidades.
Los otros riesgos (entre los que se encuentra el riesgo reputacional) cuya gestión y
medición es más subjetiva y, por tanto, más difícilmente «cuantificable» han sido atendidos en menor medida, aunque la preocupación y sensibilidad ha aumentado en los
últimos años.
En este sentido, la Alta Dirección de algunas de las principales entidades financieras
identifica, en el universo de riesgos existentes, al reputacional como el riesgo que más
les preocupa en el corto plazo, en cierta medida por los últimos acontecimientos ocurridos en el sector, que han supuesto pérdidas serias de imagen y de reputación corporativa, acompañadas, además, por importantes pérdidas en resultados y en capitalización bursátil (basta recordar los casos recientes de Societé Genérale – Fraude en la operativa de tesorería, UBS – Banco con mayores pérdidas en Europa por la crisis subprime, Madoff – fraude en la gestión de patrimonios, etc).
Según el estudio publicado cada dos años por AON19 acerca de la previsión sobre los
factores más importantes a tener en cuenta, en 2007 las empresas pensaban que el riesgo más importante al que tendrían que enfrentarse en el bienio 2008 – 2010 sería el riesgo reputacional.
19
AON Global Risk Management Survey 2009
77
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
El mismo estudio realizado en 2009, marcado por la actual situación económica global,
seguía contemplando el riesgo reputacional entre los factores más importante, siendo,
obviamente, el principal motivo de preocupación la actual coyuntura internacional:
Si analizamos el ranking, es importante resaltar que el segundo factor más relevante al
que van a tener que hacer frente percibido por los encuestados son los nuevos cambios
normativos que se avecinan. Este factor ha subido cuatro escalones respecto a la encuesta de 2007.
¿Cuál es la causa? Parece claro que de las lecciones aprendidas de la actual crisis económica se desprende una nueva presión normativa para las entidades referente a:
{
{
{
{
{
{
Adaptación de la normativa contables: Fundamentalmente de valoración de activos
y de determinación de las pérdidas por deterioro.
Redefinición del modelo supervisor por parte de los Órganos Reguladores.
Trasparencia de información.
Mayores exigencias en la gestión y control de riesgos.
Nuevas exigencias de liquidez.
Nuevos requerimientos de buen gobierno.
En esta línea, los asuntos considerados como más relevantes en el sector financiero
según las memorias de sostenibilidad 2008 de las cuatro principales entidades financieras españolas han sido los siguientes:
78
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
1. Transparencia en la información.
2. Servicio al cliente.
3. Gestión de Riesgos / Política de Inversiones.
4. Productos financieros responsables.
5. Accesibilidad de productos financieros.
6. Innovación.
7. Impactos ambientales directos e indirectos de la actividad financiera.
8. Acción social (contribución al desarrollo de la comunidad).
9. Sistema de gobierno corporativo.
10. Políticas responsables de recursos humanos.
Así pues, y a modo de resumen, cabe resaltar que en el actual entorno las entidades
siguen percibiendo la gestión del riesgo reputacional como algo imprescindible. Es más,
es un factor diferenciador clave que proporciona indiscutibles ventajas competitivas
para aquellas entidades que lo gestionen de forma óptima. Y, sin embargo, la mayoría
no disponen de sistemas formalizados de control del mismo.
1.4.3. Modelización y gestión del Riesgo Reputacional
La reputación global de una entidad depende de la percepción de sus diversos grupos
de interés y del comportamiento de la misma en categorías clave, así como del comportamiento de los competidores y los valores transmitidos.
Desde una perspectiva de solvencia, para las entidades financieras el riesgo reputacional se enmarca en ámbito del Pilar II del acuerdo de Basilea II, dictándose a través de
la Circular 3/2008, de 22 de mayo, de Banco de España sobre determinación y control
de los recursos propios mínimos de las Entidades de Crédito una serie de pautas para la
adecuada evaluación de este riesgo.
A estos efectos, en dicha Circular, Banco de España señala la necesidad de que las entidades evalúen los niveles de riesgos a los que se exponen frente a las potenciales pérdidas
producidas como consecuencia de una pérdida de reputación por parte de las entidades.
Banco de España, a efectos de cuantificación y medición del riesgo, plantea la posibilidad de emplear una opción «general» basada en las metodologías propias que las entidades consideren más adecuadas, si bien éstas deben fundamentarse adecuadamente y
demostrarse que se emplean en la gestión diaria de este riesgo, o bien una opción «sim-
79
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
plificada», en la que las entidades podrán sustituir la evaluación del capital necesario
para cubrir estos riesgos por una asignación de capital igual al 5% de sus necesidades
totales de recursos propios de Pilar1.
La práctica totalidad de las entidades han adoptado este enfoque simplificado en la
determinación de los recursos propios necesarios en cobertura del riesgo reputacional al
cierre del ejercicio 2008, si bien todas ellas gestionan, en mayor o menor grado, el riesgo reputacional.
Esto pone de manifiesto que el enfoque de gestión de este riesgo está orientado básicamente al cumplimiento regulatorio. La gestión está más orientada a identificar áreas/eventos de fuerte impacto reputacional y adoptar procedimientos de seguimiento y control que
a la implantación de metodologías complejas para su medición y valoración.
Este aspecto se ve corroborado por el hecho de que las responsabilidades de gestión y
control de este riesgo estén, desde un punto de vista organizativo, en el ámbito de las
Secretarías Generales de las entidades y en los Departamentos de Cumplimiento
Normativo, fuera de los ámbitos de gestión y control de los otros riesgos (crédito, mercado, tipo de interés, operacional) ubicados en Unidades de Gestión y Control Global
del Riesgo con dependencia directa de la Dirección de Riesgos.
Una adecuada monitorización del riesgo reputacional, acorde con las exigencias de
Banco de España para el enfoque «general» debe ser similar a la gestión de otros riesgos, incluyendo los mismos componentes de análisis:
•
•
•
•
Identificación.
Valoración.
Integración en la Gestión.
Mitigación.
Identificación
Como punto de partida, en la valoración del riesgo reputacional cobra especial importancia la identificación de los diferentes grupos de interés de la entidad, con el objetivo
de poder gestionar la percepción de estos sobre los diferentes componentes en función
de las expectativas creadas.
80
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
La categorización de los grupos de interés debe llevarse a cabo considerando su capacidad de
generar amenazas y oportunidades en la organización. En un entorno cambiante como el
actual, el poder relativo de los grupos de interés así como su peso en la organización se
encuentra en constante cambio, por lo que el mapa de «stakeholders» no debe ser entendido
desde una perspectiva estática, sino como un componente dinámico en constante evaluación.
Este proceso consiste en identificar qué grupos de interés son significativos para la
compañía, es decir, con quién se relaciona, a quiénes van dirigidas sus actuaciones y
quiénes pueden llegar a influir en la entidad, siendo los siguientes los más comúnmente identificados de forma inicial a primer nivel:
81
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
La visión global del entorno aporta una mayor capacidad de adaptación al cambio en un
mercado en constante movimiento donde la conciencia certera de las expectativas de los
grupos de interés puede aportar la creación de ventajas competitivas.
El conocimiento sobre estas expectativas puede proporcionar a las entidades la capacidad de creación de valor para sus diferentes grupos de interés y, por tanto, su satisfacción, reforzando la imagen de Reputación Corporativa.
Los principales ámbitos de los cuales depende la satisfacción y cumplimiento de las
expectativas de los clientes comprenden diferentes niveles de análisis que resultan claves para la reputación de las organizaciones, tales como:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Productos y servicios.
Gobierno Corporativo.
Medio ambiente.
Servicio al cliente.
Recursos humanos.
Organización.
Comunicación interna y externa.
Compromiso social.
Marca.
Resultado económico.
El cumplimiento de las expectativas de los grupos de interés deriva en una mayor satisfacción de los mismos y el fortalecimiento de la imagen de reputación corporativa de
las entidades.
La valoración de todos los niveles de análisis debe desembocar en una serie de de planes dirigidos a un adecuado gobierno de la reputación de la compañía.
Esto será posible mediante el establecimiento de actuaciones que permitan minimizar
los riesgos a los que está expuesta y maximizar las oportunidades que generan los distintos grupos de interés identificados, teniendo en cuenta en todo momento las expectativas generadas por los mismos hacia las entidades, con un marcado carácter diferenciador para cada uno de ellos ya que sus intereses son totalmente dispares, tales
como:
82
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Valoración
Como se ha comentado anteriormente, muchas organizaciones consideran al reputacional como uno de los riesgos más importantes y, sin embargo, no se dispone de sistemas
formalizados de medición del mismo.
El análisis del GAP entre la realidad de la compañía y cómo esta es interpretada por los
Grupos de Interés, permite «medir» la valoración que establecen éstos y el grado de alejamiento de esta valoración respecto a la realidad de la organización. Esta brecha entre
reputación y realidad puede darse en dos sentidos:
•
Cuando la reputación de una empresa es más positiva que su realidad, esta brecha
constituye un riesgo latente: incapacidad de una organización de cumplir con las
expectativas y su reputación tenderá a ajustarse más a la realidad.
83
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
Cuando la reputación es inferior a la realidad, esta brecha supone una inadecuada
relación con algún grupo de interés específico y una oportunidad de mejora.
La posible percepción negativa o insatisfacción de los grupos de interés de mayor relevancia identificados sobre cada una de las entidades ha venido determinada generalmente por la materialización de los denominados eventos de riesgo reputacional.
La identificación y división de cada uno de los grupos de interés, incluso en subgrupos
correspondientes (i.e. clientes grandes empresas, particulares, etc.) favorece un análisis
íntegro de los eventos de riesgo reputacional, cuyas principales fuentes son, entre otras,
las siguientes:
Gran parte de los eventos de riesgo reputacional afloran como consecuencia de la materialización de riesgos de otra naturaleza, a modo de ejemplo:
•
•
•
Riesgo operacional: a raíz de un fraude interno.
Riesgo operacional: fallo de los sistemas, cajeros…
Riesgo de crédito: en el área de tesorería puede materializarse un riesgo reputacional a raíz de una exposición desmesurada de riesgo en una entidad o país que entre
en problemas graves de solvencia.
No obstante, existen también eventos de carácter exclusivamente reputacional, como puede
ser la publicación de noticias falsas o infundadas difundidas por un medio de comunicación.
Esto lleva a concluir que los diferentes eventos de riesgo reputacional están distribuidos y dispersos a lo largo de la organización, en relación con las líneas de negocio que
84
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
desarrolla una entidad (en las diferentes localizaciones geográficas) y, en general, con
los stakeholders con que la entidad interactúa en su día a día.
En el proceso de identificación surgirán tanto eventos de riesgo de carácter estático (i.e.,
operativa en paraísos fiscales) como otros de carácter más dinámico y voluble (i.e.,
rumor en el mercado sobre problemas de solvencia de una entidad). Ambas categorías
deben ser adecuadamente tratadas.
Además, la adecuada gestión del riesgo reputacional se basa en tener ubicados y controlados dichos eventos de riesgo. La experiencia ha demostrado que dichos eventos
pueden manifestarse tanto a nivel de negocios específicos como a nivel corporativo.
Algunos ejemplos de esta doble dimensión de los riesgos reputacionales son:
85
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
Una valoración adecuada de los riesgos incluiría tanto el impacto como la frecuencia
debiendo ser realizada a partir del conocimiento global del funcionamiento de la entidad y del sector:
•
•
El impacto se debe medir en términos de pérdida previsible en la percepción de los
stakeholders por la materialización del evento de riesgo.
La probabilidad (frecuencia) también puede ser escalada, ponderando en función de
su impacto, ya que existirán eventos de riesgo con frecuencia muy baja pero que
debido a su alto impacto tengan que ser adecuadamente monitorizados.
Además, existirán controles sobre los mismos, cuya identificación se realizará respecto a los
eventos de riesgo catalogados como de nivel «alto» y «medio» en una matriz de riesgos
reputacionales, con el fin de analizar en qué medida dichos eventos están siendo mitigados.
La consideración conjunta de los dos inputs anteriores (identificación de riesgo y controles), junto a un tercer input (la comparación, en los casos posibles, de la situación de
la entidad respecto a sus competidores) permitirá la definición de la matriz de riesgos
reputacionales residuales, que refleje los eventos de riesgo sobre los que proceda realizar un plan de acción a corto, medio o largo plazo.
Integración en la gestión
La adecuada gestión del riesgo reputacional puede impulsar y dinamizar la gestión de
otros riesgos relevantes inherentes a la actividad de la entidad (i.e., en el entorno actual
86
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
del sector, el riesgo operacional) y, en definitiva, que la gestión del riesgo reputacional
debe estar perfectamente integrada en el sistema de gestión global del riesgo de las
organizaciones.
Los principales pasos a dar en esta integración deben incorporar:
• Identificación de escenarios/eventos
• Identificación de acciones y compromisos a desarrollar
• Determinación de responsables por áreas/mercados
• Determinación de los sistemas de seguimiento y evaluación
• Integración en los sistemas de reporting de la organización
• Plan de Comunicación adaptado a los distintos grupos de interés
Mitigación
En un marco de gestión del riesgo reputacional se hace necesario definir tanto procedimientos proactivos de prevención como otros reactivos para las situaciones en que se
materialicen los riesgos identificados.
En cuanto al componente preventivo, el objetivo es que los potenciales riesgos reputacionales a que está expuesta la organización no se materialicen y, por tanto, no se produzcan quebrantos en la reputación. Debería contemplar los siguientes aspectos, una
vez contempladas la identificación y valoración de los principales riesgos reputacionales, así como la valoración de los controles asociados:
•
•
Definición, en la medida necesaria, de procedimientos adicionales de control ad hoc
para los principales riesgos reputacionales (incluyendo en su caso planes de comunicación externa y de formación/información interna, orientados a mitigar determinados eventos de riesgo antes de su materialización).
Esquema de reporting para su seguimiento y para la toma de decisiones y esquema
de actualización del modelo.
En cuanto al componente reactivo, dicho riesgo reputacional materializado puede
corresponder a:
•
Un evento de riesgo ya identificado en los mapas de riesgo (evento «controlable»),
en el que ha existido un fallo de control.
87
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
Un evento de riesgo «no controlable», por proceder de un cambio o suceso relevante en el entorno (i.e., crisis subprime).
Se hace necesaria la formulación de mecanismos, tales como un protocolo de actuación
(que incluya un plan de comunicación adecuado), a activar en los casos en que un riesgo se haya materializado, con el objetivo de minimizar los impactos negativos que se
pudieran derivar del mismo (considerando la gravedad del evento).
La reputación global de una entidad viene influenciada por la percepción de sus diversos grupos de interés y del comportamiento de la misma en categorías clave, así como
la capacidad de la organización para cumplir con las expectativas de los distintos grupos. La capacidad de las entidades de adaptarse a los cambios de un entorno dinámico
como el actual, proporcionará la generación de valor a través de la formulación de estrategias diferenciadas e innovadoras para cada uno de los grupos de interés que determinan el marco global de la entidad.
1.4.4. Propuestas
Como aspecto fundamental se destaca que el riesgo reputacional se caracteriza por
tratarse de un riesgo que, en caso de manifestarse, trae como consecuencia un alto
impacto patrimonial. La pérdida de reputación no se recompone en un plazo corto de
tiempo. Un problema reputacional significativo afecta, sin duda, a la continuidad de
la entidad.
Con la experiencia de la reciente crisis, la preocupación por la reputación de las entidades es muy alta. Es evidente que la atención de la Alta Dirección de las entidades está
enfocada en el corto plazo a adoptar medidas que permitan sortear la crisis, pero dadas
sus características (su carácter global, su origen en los activos «sub-prime», su magnitud, su altísimo impacto en el sector financiero y, en consecuencia, su rápido traslado al
resto de sectores) es también evidente que preservar la reputación y proteger la marca
se convierte en un factor diferenciador fundamental.
Es por ello que en las diversas encuestas recientes sobre riegos realizadas por distintos
organismos nacionales e internacionales a la Alta Dirección de las entidades ponen de
manifiesto que es uno de los riesgos que más preocupan, siendo sin embargo uno de los
más complejos de medir y gestionar.
88
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
No existen en el mercado modelos consolidados para la gestión y control del riesgo
reputacional. Existen, eso sí, modelos de gestión de reputación corporativa más orientados a la creación de valor a través de iniciativas desarrolladas de forma proactiva por
las entidades, con el fin de que sean percibidas positivamente por sus diferentes stakeholders. Cabe entonces incidir en una doble vía que permita evolucionar hacia una gestión estratégica de este riesgo que permita, en la actual coyuntura, crear valor y preservar la marca.
Como se ha comentado anteriormente, el riesgo reputacional no es un riesgo fácil de
medir y gestionar. La Alta Dirección de las entidades tampoco cree en la gestión de este
riesgo a través de metodologías complejas. Es un riesgo transversal a la organización y
su gestión tiene un componente esencialmente estratégico.
Hemos comentado las distintas fases de la gestión de este riesgo. Las entidades deben
reflexionar sobre su situación actual, tener claro el punto de partida y donde quieren
estar para definir planes de acción. La evolución en la gestión de este riesgo pasa necesariamente por una reflexión estratégica de alto nivel, dando mayor peso a la evaluación
cualitativa de cada uno de los ámbitos internos y externos que afectan a la reputación
de una entidad.
1.5. RIESGO DE NEGOCIO
1.5.1. Definición y Acotación
Dentro del ámbito de Basilea II, se considera riesgo a toda aquella incertidumbre que se
pueda presentar en el balance y cuentas de resultados de una entidad financiera que
pudiera poner en riesgo la viabilidad de la entidad.
89
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
En este sentido Basilea establece en el Pilar I la necesidad de medir, cuantificar gestionar y reportar los siguientes riesgos con potenciales efectos adversos en la solvencia de
una entidad:
•
•
•
Riesgo de Crédito, derivado el incumplimiento de las obligaciones de los clientes
que impida la disminución del activo y un impacto en PyG vía provisiones por deterioro de activos.
Riesgo de mercado, derivado de la volatilidad de los factores de riesgo de mercado
que puedan provocar una reducción del valor del activo y un impacto en PyG vía
ajustes de valoración.
Riesgo Operacional, derivado de la existencia de costes por inadecuación o fallos
de los procesos, personas, sistemas internos o a causa de acontecimientos externos
con un impacto adverso en PyG.
Adicionalmente a estos riesgos, en el denominado Pilar II se deben incluir el resto de
riesgos a los que una entidad puede estar expuesto, como son el riesgo de tipo de interés de balance, de concentración, y como no, el riesgo de negocio. Una entidad financiera está expuesta a la incertidumbre de cambios en el entorno o a eventos internos y
estratégicos que perjudiquen el normal desarrollo del negocio con una implicación
directa en la volatilidad tanto de los costes como de los ingresos. A esta amplia tipología de riesgos se les denomina riesgos de negocio.
El riesgo de negocio en una entidad financiera está caracterizado por una serie de factores, entre los que cabe destacar los siguientes:
•
•
•
•
•
•
Riesgos externos del entorno, tales como:
Riesgos políticos o por inestabilidad en determinados países.
Cambios regulatorios.
Entrada de nuevos players en el mercado.
Cambios en las necesidades de los clientes.
Cambios tecnológicos.
Etc.
•
•
•
•
Riesgos internos del modelo de negocio u operativos, tales como:
Focalización en un segmento determinado.
Riesgo en el desarrollo de productos o negocio.
Poca flexibilidad y una estructura demasiado rígida.
Modelo estático sin innovación.
90
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
•
•
Riesgo ante cambios internos de equipos con gran liderazgo y experiencia.
Etc.
Como se puede observar, el principal originador de este riesgo es la dirección de la entidad como responsable del diseño y aprobación de la estrategia, mercados, productos,
campañas, etc. En definitiva, de la orientación del negocio en función del entorno. El
disponer de una estructura flexible y una visión a largo plazo donde se evalúen todos
estos factores minimizará en cierto modo el riesgo de negocio al que se enfrenta la
banca.
1.5.2. Medición del riesgo de negocio
Al igual que en el resto de riesgos a los que se enfrenta la industria financiera (crédito, mercado, etc.), surge la necesidad de medir cuantitativamente el riesgo de negocio
al que está expuesto una entidad. En este sentido se puede identificar dos principales
razones:
•
•
Por un lado para ser empleado como un indicador más en la gestión que ayude a
complementar la toma de decisiones de la entidad y poder anticiparse a los cambios.
Por otro, como un requerimiento regulatorio más dentro del Informe de Relevancia
Prudencial – Pilar II20.
Los riesgos de naturaleza financiera han sido ampliamente trabajados por parte de las
entidades y suelen medirse mediante la metodología Value at Risk. Los riesgos de negocio, como se ha visto anteriormente, requieren un tratamiento diferente como consecuencia de las particularidades internas y externas de cada entidad, la escasez de información y la dependencia con otros riesgos21.
En este sentido, las metodologías más extendidas para la medición del riesgo de negocio son las conocidas como Cash-flow at Risk y Earnings at Risk -EaR. La diferencia
20
En aquellas entidades que no desarrollen un modelo cuantitativo, las necesidades de capital por otros riesgos, incluido el de negocio, ascienden a un 5% del total de riesgos del Pilar I –crédito, mercado y operacional–.
21
Por ejemplo, el focalizar el negocio en un segmento problemático ha implicado a las entidades un riesgo
de crédito por el incremento del default pero presenta un riesgo de negocio por la disminución en el cobro
de intereses.
91
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
principal entre ambas metodologías radica en que la primera evalúa la posible caída del
margen de gestión con un determinado nivel de confianza, mientras que la segunda se
soporta sobre una lógica enfocada principalmente a la evaluación del impacto de variaciones del tipo de interés.
1.5.3. Remuneración de ejecutivos y la necesidad de vincular
los incentivos personales con los objetivos a largo plazo
Como respuesta a la crisis financiera internacional, el G20 se ha propuesto fomentar un
marco coherente y uniforme a nivel internacional, para minimizar los riesgos de arbitraje regulatorio. De esta forma el G20 ha tomado el liderazgo para establecer un nuevo
marco regulatorio que nos permita aprender de los errores pasados apoyándose en órganos internacionales como el reforzado Financial Stability Board (FSB), el Comité de
Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS) y el Consejo de Normas Internacionales de
Contabilidad (IASB), así como el propio Fondo Monetario Internacional.
El cambio regulatorio afectará a muchas de las áreas del sector financiero en los próximos meses entre las que se encuentra la necesidad de alinear la remuneración y la política de incentivos con los riesgos asumidos.
La nueva política de retribuciones debe cubrir a todas las personas, áreas o departamentos con impacto material en el perfil de riesgo de la entidad. La estructura de remuneración y de gobierno corporativo debe contribuir a la gestión eficiente de los riesgos
y a la generación de valor a medio plazo y debe ser objeto de supervisión.
La evolución es este sentido es clara, los reguladores han evolucionado desde un enfoque de comply or explain, donde las entidades únicamente debían mostrar voluntariamente una alineación en la política de retribuciones con el riesgo asumido a un enfoque
en el que la retribución pasa a ser objeto de supervisión regulatoria, con capacidad de
sanción por parte de los supervisores.
Concretamente en España, en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible publicado en diciembre de 2009 por el Ministerio de Economía y Hacienda se establece la
necesidad de reformar la Ley de coeficientes de inversión, recursos propios y obligaciones de información de los intermediarios financieros, donde el Banco de España exigirá a las entidades de crédito políticas de remuneración coherentes con una gestión del
riesgo prudente y eficaz.
92
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
Principios del nuevo marco normativo
Las claves de los cambios propuestos en materia de remuneración aparecen recogidas
en los principios y estándares del Financial Stability Board (FSB) publicados en abril y
septiembre de 2009 que se pueden agrupar en 9 principios:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Principios de Governance
El consejo de administración de la entidad debe supervisar de forma activa el
diseño y funcionamiento del sistema de remuneración.
El consejo de administración de la entidad debe examinar y hacer un seguimiento del sistema de remuneración para garantizar que funcione con arreglo a
lo establecido normativamente.
El personal que participa en control financiero y riesgos dese ser independiente, tener la autorización apropiada y recibir una remuneración que no dependa
de las unidades que controla.
Alineación Riesgos y remuneración
La remuneración debe ajustarse en función de todos los tipos de riesgo.
Debe existir una simetría entre remuneración y el resultado de los riesgos.
Los calendarios de pago de las remuneraciones deben ser sensibles al horizonte temporal de los riesgos.
La combinación de efectivo, acciones y otras formas de remuneración deben
alinearse con el riesgo.
Funciones supervisoras
8. La revisión supervisora de las prácticas de remuneración debe ser rigurosa y
continua y las deficiencias deben corregirse sin demora mediante la actuación
supervisora.
9. Las entidades deben divulgar una información clara, completa y puntual sobre
sus prácticas en materia de remuneración.
Actuales líneas de trabajo
Durante los últimos meses se han venido publicando diversos documentos consultivos relativos a la remuneración que se han materializado en un requerimiento expreso por parte del Banco de España a las entidades financieras españolas para la elaboración de un informe de autoevaluación de sus prácticas de remuneración y se anali-
93
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
ce en qué medida dichas prácticas se encuentran alineadas con los principios establecidos por el FSB.
La Comisión Europea, dentro de su proyecto de modificación de la Directiva 48/2006,
conocida como CRD, ha decidido incluir íntegramente los principios establecidos por
el FSB en la propuesta que está siendo considerada por el Parlamento Europeo. Una vez
publicados y aprobados los cambios en la Directiva Europea, el Banco de España deberá transponer dichas modificaciones antes del 31 de diciembre de 2010 para su aplicación efectiva durante el 2011.
En este ámbito de modificaciones normativas, el Banco de España ha requerido a las
entidades la necesidad de realizar un estudio de autoevaluación de sus políticas de
remuneración respecto a los principios establecidos por el FSB y CEBS antes del 31 de
diciembre de 2009.
En base a su estudio de autoevaluación realizado a finales de 2009 deberán trabajar en
las siguientes líneas:
•
•
•
•
Identificación de gaps Æ finales 2009
Fijación plan de trabajo Æ finales 2009 / principios 2010
Ejecución plan de trabajo Æ durante 2010
Revisión y mejora continua Æ continuo en el tiempo
94
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
1.5.4. Visión a la luz de la reciente crisis. Stres test como mecanismo
de evaluación global
En los últimos meses se ha constatado que en el sector financiero español determinadas
estrategias de negocio adoptadas en los últimos años focalizando gran parte del crédito
en sectores, que a la postre han presentado grandes problemas. En este ámbito son destacables las estrategias de captación de crédito en el sector inmigrante o la excesiva
financiación al sector promotor.
Por otra parte, la situación política en determinados países latinoamericanos ha condicionado las estrategias y cuentas de resultados de las dos principales entidades financieras españolas, el Santander y el BBVA. Hace nueve años la situación en Argentina
lastró las cuentas y la percepción internacional de ambas entidades y, más recientemente
los problemas surgidos en Venezuela primero con la salida del Santander y a principios
de este año con la devaluación del bolivar, impondrá una mayor presión a la filial española del BBVA en dicho país.
A día de hoy, las entidades financieras son uno de los sectores donde se presenta una
mayor presión e incertidumbre ante el impacto de los nuevos cambios regulatorios propuestos desde diversos ámbitos:
•
•
•
El Bank of International Settlements –BIS- ha publicado a consulta una reforma de
Basilea II con el objetivo de reformar la estructura de recursos propios de las entidades e incluir nuevos ratios de liquidez y apalancamiento.
Diversos organismos internacionales están promoviendo cambios en las políticas de
remuneración e incentivos de las entidades (como se verá en el posterior apartado).
El Gobierno de Estados Unidos con la intención de incorporar un impuesto especial
a aquellos «bancos demasiado grandes para dejar caer». Entre los que se encontrarían el Santander y BBVA por sus filiales americanas.
A día de hoy a pesar de disponer de una gran cantidad de información histórica y
potentes herramientas informáticas capaces de desarrollar metodologías estadísticamente robustas para la medición del riesgo de negocio. Todavía existe una gran limitación, en la medida en que el modelo futuro de negocio del sector bancario de dentro de 10, 15, 20 años será totalmente diferente al modelo actual y por ahora ningún
modelo estadístico puede predecir cuales serán las estrategias y negocios claves en
el futuro.
95
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
La mejor herramienta que se puede disponer a día de hoy es el análisis de escenarios y
el estrés test. Al realizarnos continuamente la pregunta ¿Qué pasa si…? ante determinados hechos a los que se puede enfrentar la entidad nos permitirá identificar acontecimientos o cambios en las condiciones de los mercados en los que la entidad opera que
puedan afectar negativamente a su solvencia futura.
El Banco de España en su Guía del Proceso de Autoevaluación de Capital, conocido
como PAC, plantea una serie de escenarios de estrés que las entidades deberán ejecutar
para evaluar la robustez del balance y del negocio de cada entidad. A continuación se
muestran algunos ejemplos:
•
•
•
•
Deterioro general derivado de una caída importante en la actividad económica
(recesión económica).
Deterioro específico de sectores de la actividad económica en los que la entidad se
encuentre concentrada.
Situaciones de especial tensión y volatilidad en los mercados de dinero y de otros
productos financieros.
Escenarios ante cambios regulatorios relevantes.
Estos escenarios de estrés deberán ser suficientemente intensos y considerar situaciones que se hayan producido en los mercados en los que opera la entidad en un
período suficientemente largo de tiempo (por ejemplo situaciones ocurridas en los
últimos 20-30 años), y podrán incluir estrategias activas de gestión para la mitigación de sus efectos.
Las entidades, así mismo deberán tener planes de contingencia que les permita contar
con una «hoja de ruta» en el momento en que por causas internas o ajenas a la entidad,
la solvencia y la viabilidad se encuentre deteriorada. Las medidas de actuación se centrarán en la propia operativa de negocio y deberán ser lideradas por la alta dirección con
la intención de contar con el mayor apoyo posible dentro de la entidad en el momento
en que se tengan que llevar a cabo.
A continuación se muestran a título ilustrativo algunas de las medidas a definir en un
plan de contingencia del riesgo de negocio:
•
•
Modificación del perfil de riesgo de la entidad: reducción de determinada actividad,
aplicación de nuevas técnicas de mitigación de riesgos, etc.
Mejoras de gobierno y organización interna.
96
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
•
Mejoras en la gestión de los riesgos y el control interno.
1.5.5. Propuestas
Actualmente, el sector financiero se encuentra en un momento de grandes cambios e
incertidumbre en su modelo de negocio. Desde Europa hasta Estados Unidos, los diferentes gobiernos están evaluando las acciones a acometer para limitar, en la medida de
lo posible, todos aquellos elementos que han conducido a la desaparición de muchas
entidades financieras.
En España, el modelo de crecimiento de negocio de muchas entidades durante los primeros años del siglo XXI, centradas en el sector promotor y unos tipos de interés muy
bajos, están propiciando una reconversión del sector que conducirá a muchas entidades
y cajas a la desaparición.
Este entorno tan cambiante e indeterminado, hace necesario más que nunca, que las entidades realicen una evaluación de su modelo de negocio y el impacto que pueda tener los
diferentes eventos internos o externos que les permita identificar potenciales debilidades en
su estrategia. Es por ello que surge la necesidad llevar a cabo las siguientes tareas:
•
•
Realizar un análisis DAFO del modelo de negocio que soporta tanto la cuenta de
resultados como el balance.
Desarrollar un modelo de CFaR con el objetivo de evaluar para cada una de las
principales líneas de negocio el impacto que tendría en la entidad una caída del
negocio con un entorno de confianza determinado.
97
NUEVOS ENFOQUES PARA VIEJOS RIESGOS FINANCIEROS
•
•
Dicho modelo cuantitativo debe ser complementado con un análisis de escenarios
que permita evaluar el impacto en la entidad de determinados cambios operativos o
en el negocio.
Finalmente, se considera básico el plantear planes de contingencia a llevar a cabo.
Como se ha visto, la situación actual está lejos de ser idílica dentro del sector. La
banca se enfrenta a grandes retos y riesgos en su modelo de negocio y aquellas entidades que cuenten con una mayor estructura de capital, un mercado más fidelizado y
estable y tengan la capacidad de adaptarse al nuevo entorno serán las grandes ganadoras de esta crisis.
1.5.6. Conclusiones y recomendaciones
Conclusión:
Actualmente, el sector financiero se encuentra en un momento de importantes cambios
regulatorios y una creciente incertidumbre en su modelo de negocio. Desde Europa
hasta Estados Unidos, los diferentes gobiernos están evaluando las acciones regulatorias a acometer dentro del sector financiero para limitar, en la medida de lo posible,
todos aquellos elementos que han conducido a la generación y propagación de la crisis actual.
Recomendaciones:
En este entorno tan cambiante e indeterminado, se hace necesario más que nunca, que
las entidades realicen una evaluación de su modelo de negocio y el impacto del entorno que permita identificar potenciales debilidades en su estrategia. Para ello deberían:
•
•
•
Realizar un análisis DAFO del modelo de negocio que soporta tanto la cuenta de
resultados como el balance.
Desarrollar un modelo de CFaR con el objetivo de evaluar para cada una de las
principales líneas de negocio el impacto que tendría en la entidad una caída del
negocio con un entorno de confianza determinado.
Dicho modelo cuantitativo debe ser complementado con un análisis de escenarios
que permita evaluar el impacto en la entidad de determinados cambios operativos
o en el negocio.
98
LA ÓPTICA DE LOS EMISORES
•
Finalmente, se considera básico el plantear planes de contingencia a llevar a cabo.
La banca se enfrenta a grandes retos y riesgos en su modelo de negocio y aquellas entidades que cuenten con una mayor estructura de capital, un modelo de negocio que
genere capital recurrente, un mercado más fidelizado y estable y tengan la capacidad
de adaptarse al nuevo entorno serán las grandes ganadoras de la actual crisis.
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www.meh.es (Ministerio de Economía y Hacienda)
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