6.-Evolución Química: Monomeros Esta es un área de la historia evolutiva con grandes vacíos y escasas evidencias, pero con significativas construcciones teóricas que sirven de guías a diversos experimentos. Leamos reflexivamente la siguiente panorámica: Formación no biológica de monómeros: La mayoría de las moléculas sencillas, o monómeros: bases púricas o pirimídicas, ribosa o desoxiribosa y aminoácidos, relacionadas con procesos vitales y necesarios para la construcción de los sistemas genéticos de organismos vivos ancestrales, son posibles de ser sintetizadas en condiciones simuladas de la Tierra primitiva (Orgel, 1979:10-95). La formación de monómeros es posible en atmósferas artificiales que consista de gases como hidrógeno (H); y de sus formas totalmente reducidas: amoníaco (NH3), metano (CH4), y agua (H2O). El primer paso observable en estas condiciones es la constante reducción en la concentración de NH3 para dar lugar a estructuras monoméricas simples como el ácido cianhídrico (HCN), cianógeno (C2N2), compuestos con el grupo CHO y bases púricas y pirimídicas. Todos estos gases circulando por 7 días, en un sistema que emite chispas eléctricas (sustituido incluso por rayos ultravioleta), produce también con mucha facilidad muchos aminoácidos típicos: glicina, alanina, isovalina, prolina, sarcosina, beta - alanina, ácidos alfa y beta aminobutírico, norvalina, isovalina, prolina, ácido aspártico, norleucina, ácido pipecólico y otros (Miller, 1953:528-529). La formación de monómeros se logra también en atmósferas prebióticas más simples,como las conformadas por CO2, nitrógeno, agua y trazas de hidrógeno (Mattioli and Wood, 1986:626). Los nucleótidos son formados con facilidad en atmósferas reductoras (ricas en hidrógeno). En atmósferas oxidantes esta posibilidad es mínima, porque el oxígeno captura átomos de hidrógeno de otros compuestos, impidiendo reacciones que permiten transformar moléculas orgánicas sencillas, en otras más complejas (Oparin, 1979:122-173). Algunas de estas unidades monoméricas son susceptibles de ensamblarse, para constituir 2 grandes clases de polímeros: ácidos nucleicos y proteínas (Orgel, 1994:76-80). Monómeros importantes para la formación de los ácidos nucleicos son dos tipos de azúcares: ribosa (para el RNA) y desoxiribosa (para el DNA). Cuesta sintetizar ribosa en cantidad y pureza adecuada en ausencia de enzimas, porque las reacciones conducentes a ello, crean una mezcla de azúcares, en las que la ribosa es siempre un componente minoritario. Asimismo los demás azúcares, combinados con bases nucleicas circundantes, tienden a formar productos que inhiben la síntesis y la replicación del RNA (Orgel,1994:76-77). Hoy en día se acepta que estos azucares podrían haberse formado, en condiciones prebióticas a través de una reacción de varios pasos, que implica la condensación de 5 moleculas de formaldehído para originar una molécula de ribosa (reacción de la formosa). Aunque a decir verdad esta reacción, proporciona muchos azúcares, sin ninguna selectividad (Dickerson, 1979: 37-46). De otro lado Larralde y Miller, han demostrado que la ribosa y otros azúcares en condiciones ancestrales, son inestables en presencia de ácidos o álcalis fuertes, por lo que han sugerido examinar estructuras de soporte prebióticas, no basadas en azúcares (como los péptidos de ácidos nucleicos), que podrían haberlas precedido. Admiten sin embargo que la elección de la ribosa podría haberse dado en condiciones especiales, basada en procesos de selección molecular (Larralde et al., 1995:81-58). Erschenmoser ha tratado de obviar esta limitación produciendo casi exclusivamente ribosa, a partir de la polimerización de moléculas de formaldehído, con pasos intermedios, que requirieron previamente la transposición de grupos fosfato, para que el producto principal fuese un intermediario fosforilado de la ribosa (Horgan, 1991:119). Otro básico, quizás, el más importante componente del código genético es la adenina. Aunque Juan de Orá obtuvo adenina y otros aminoácidos a partir de soluciones acuosas de HCN y NH3, sin ayuda de aldehídos (Oró and Kimball, 1961:217-227), es también probable que la formación inicial de la adenina tuviese que ver con la combinación de 4 moléculas de HCN, formando inicialmente un tetrámero de HCN, el diaminomaloniltrilo: (HCN)4 (importante intermediario en muchas reacciones que conducen a la síntesis de bases). El tetrámero en presencia de luz, habría sufrido un proceso de autoreordenación que lo habría capacitado para captar otra molécula de HCN, constituyendo finalmente un pentámero de HCN: la adenina. Esta síntesis pudo efectuarse en condiciones similares a los de la Tierra primitiva, porque esta base purínica es fácil de sintetizar. Existió selección molecular aquí, porque de 3 isómeros posibles sólo la adenina fue incorporada a los seres vivos (Dickerson, 1979:36-42). Por reacciones de hidrólisis que comprometen al diaminomalonilnitrilo, y en las que interviene el cianógeno (C2N2), se pudo formar la otra purina. La guanina. Las restantes bases de ácidos nucleicos: timina (T); uridina (U) y citosina (C), pueden obtenerse a partir de reacciones entre cianuro de hidrógeno y otros dos componentes : cianógeno (C2N2) y cianacetileno (C3HN), capaces de ser formados en atmósferas prebióticas reductoras (Orgel, 1994: 78-60). La adenina y la guanina han sido halladas en el polvo interestelar, en áreas cercanas a las estrellas en formación y en meteoritos carbonáceos (como el meteorito de Murchinson), de conjunto con otros constituyentes elementales como formaldehído, agua, HCN, cianacetileno (C3HN), NH3 y otros (Cronin and Pizarello, 1997: 951-955, Zahnle and Greenspoon, 1990:157-160). Se ha hallado glicina en nubes, en vías de formar estrellas nuevas, cerca del centro de nuestra galaxia. De otro lado se han identificado también, hidrocarburos complejos en el interior del polvo interestelar microscópico (Clemett et al., 1993: 721-724). La unión universal en el RNA y DNA, de la ribosa o de la desoxiribosa, con la adenina para formar un nucleósido de adenina, siempre se realiza a nivel de la configuración beta -1’ (configuración levógira). Esto implica un poderoso proceso de selección porque la ribosa tiene 4 carbonos (1’, 2’, 3’ y 5’) con grupos hidroxilo (OH), cualquiera de los cuales puede servir para el anclaje de la denina. Además tres de estos grupos, se hallan unidos a "carbonos asimétricos": 1’, 2’ y 3’ (carbonos posibles de promover configuraciones diferentes, o de estereoisómería ) (Dickerson,1979:40). En las moléculas orgánicas se pueden formar estereoisómeros (moléculas con 2 configuraciones especulares D: dextrógiro y L: levógiro), cuando tienen 4 átomos diferentes o grupos diferentes unidos a estos átomos, como sucede frecuentemente con los átomos de carbono (C). En condiciones experimentales siempre se producen cantidades iguales de ambas formas ópticamente activas. Curiosamente, todos los organismos vivos tienen mayoritariamente configuraciones levógiras en sus estructuras (con la discreta excepción de las paredes bacterianas y los mecanismos de defensa bioquímica). Es decir que existe un favorecimiento o selección natural para uno sólo, de los isómeros ópticos. Al respecto Hegstrom y Kondepudi opinan que la homoquiralidad de las moléculas, con toda seguridad surgió antes de la emergencia de la vida misma, y fue una condición para la emergencia de la misma (Hegstrom and Kondepudi, 1990:58-69). Dickerson añade que la selección de la unión beta -1’ entre monómeros, estuvo basada en la mayor eficacia funcional de las enzimas, cuando se unen a la superficie de un solo isómero (Dickerson, 1979:43-45). Según Orgel, la obtención experimental de nucleótidos, ofrece al mismo tiempo muchas conformaciones incorrectas, lo que abona a favor de la existencia de procesos de selección de naturaleza molecular (Orgel,1994:78). La fuerza de estos procesos selectivos se hace evidente también, cuando uno cae en la cuenta de que sólo las purinas, y no las pirimidinas, pueden unirse a la ribosa (Dickerson, 1979:37-42). Aunque en pequeñas cantidades, el fósforo inorgánico se hallaba presente en la Tierra primitiva y fue sin duda utilizado como fuente energética. Existe también la posibilidad de que moléculas de ácido alkilfosfónico soluble en agua, encontrado recientemente en meteoritos y cometas, hubiese aportado el suministro orgánico faltante (De Graaf et al., 1995:474-477). Orgel y colaboradores han producido nucleósido (ribosa unida a bases púricas), pero sin el grupo fosfato (Orgel 1994:51). Cuando la adenina (A) se une a una molécula de ribosa, se forma un nucleósido, y si a éste, de modo sencillo se le agrega una cola de trifosfato se convierte en trifosfato de adenosina (ATP). El que los organismos vivos hayan escogido para intercambiar o almacenar energía al ATP, en lugar de GTP, CTP; o UTP, y emplear adenosina en lugar de guanosina constituye sin duda un proceso de selección (inducidos por estar presentes en mayor concentración y ser más fáciles de sintetizar). La unión prebiótica de fosfatos, ribosa y bases púricas y pirimídicas conformando nucleótidos fue la base para la construcción de los ácidos nucleicos. Ahora faltaba unirlos. El paso acoplador de monómeros (polimerización), necesita de 3 instancias 1)eliminación de moléculas de agua 2) medio de soporte para la polimerización: superficies de arcilla, por ejemplo, y 3) agentes acopladores, dadores de energía (Dickerson,1979:40).