«La filosofía argentina y sus tareas de legitimación»

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«La filosofía argentina y sus tareas de legitimación»
Revista DIALEKTICA :: 11/09/2010
La complicidad intelectual con la dictadura del
general Videla (El caso del Congreso Nacional de
Filosofía de 1980) :: [Nota introductoria de
Néstor Kohan]
(N. de La Haine: En la foto, los escritores Borges y Sábato invitados a almorzar por el genocida
Videla, el 19 de mayo de 1976, a dos meses del golpe de estado y cuando arreciaban las
desapariciones) La revista DIALEKTICA (Revista de Filosofía y Teoría Social) publicada en la
Universidad de Buenos Aires, Argentina, surgió a inicios de los años ’90, poco después de la caída
del muro de Berlín. Eran los tiempos de euforia neoliberal y la hegemonía prácticamente absoluta de
la extrema derecha cultural, política y económica. El macartismo y el posmodernismo estaban a la
orden del día. El marxismo radical era entonces considerado «un demonio». Hacía pocos años, en
1989, un grupo insurgente argentino (que combatió a la dictadura militar del general Videla y
también en Nicaragua junto a los sandinistas) había intentado tomar por asalto el cuartel militar de
La Tablada. Los insurgentes fueron aplastados a sangre y fuego. Un tanque le pasó literalmente por
arriba a la cabeza de un joven insurgente ante las aleccionadoras cámaras de televisión... Los
sobrevivientes fueron torturados, incluso algunos desaparecidos (se entregaron vivos y nunca
aparecieron, ni vivos, ni presos, ni muertos). Deslegitimada la insurgencia y demonizado el
marxismo, tanto teórico como práctico, el clima cultural prometía y legitimaba el reinado indiscutido
del mercado capitalista y sus grandes empresas. En ese contexto tan particular, la revista
DIALEKTICA nació impulsada desde su gestación por militantes y estudiantes de diversas tendencias
marxistas (principalmente trotskistas, guevaristas y autonomistas) que habían roto con los
principales partidos y organizaciones de la izquierda tradicional argentina. Superando entonces o
dejando a un lado la lógica sectaria del guetto y la capilla que habitualmente impide realizar
iniciativas en común a las diversas izquierdas, DIALÉKTICA generó la confluencia de estas
diferentes tendencias priorizando algo en común: la crítica radical del orden existente, el
cuestionamiento a una intelectualidad servil que desde las instituciones y con un discurso
supuestamente “democrático” pretendía legitimar el orden capitalista y la dictadura del mercado.
DIALÉKTICA no fue la única, pero sí una de las pocas moscas blancas que se animaron a disentir en
serio en aquellos años en Argentina (cuando muchos que hoy se rasgan las vestiduras o se persignan
cuando escuchan la palabra “menemismo”, en aquel tiempo disfrutaban alegremente de las
prebendas obscenas del poder y del ejercicio institucional en diversas instancias de la universidad,
tanto privada como estatal, o en las editoriales y las fundaciones). Esa disidencia radical no fue
“gratuita”. Hubo que pagar un costo. Los integrantes de DIALÉKTICA sufrieron en concreto las
consecuencias de ese disenso. Ninguno fue muerto o torturado como en tiempos de la dictadura
militar. Pero sí perdimos trabajos en la universidad y recibimos la respuesta amenazante,
aparentemente “sorda” y “muda”, de las instituciones. Muchos vieron obstaculizados sus estudios
lahaine.org :: 1
universitarios. De manera silenciosa “se cerraban las puertas”. También fuimos amenazados con
juicios millonarios (que finalmente no se concretaron). Lo que más molestó de todo lo que publicó
DIALÉKTICA fue el número que presentamos a continuación. Allí se aborda uno de los secretos a
voces de la república parlamentaria argentina. Su deuda (todavía pendiente) con el padrinazgo y el
genocidio militar [1]. El eje de aquel número está centrado en el III Congreso Nacional de Filosofía
realizado en 1980, mientras los militares secuestraban, torturaban, violaban, se apropiaban de los
bebés y hacían desaparecer a nuestros compañeros y compañeras... Ese número generó tanto
revuelo porque DIALÉKTICA publicó el discurso “filosófico” del general Videla y la lista de
participantes civiles —algunos hoy famosos y con altos cargos en el mundo de la política— de ese
congreso rodeado de sangre, tortura y muerte. La importancia de aquel número histórico excede
largamente el pequeño debate de pasillo universitario o el interés exclusivamente estudiantil del que
originariamente se nutrió. Hoy en día esa discusión merece un abordaje mucho más global y más
general, de largo aliento y en profundidad. Si el general Videla pudo tener “su” congreso de filosofía,
si el almirante Massera (jefe del campo de concentración ESMA) fue nombrado “doctor honoris
causa” por la Universidad del Salvador [Buenos Aires], si la dictadura militar argentina pudo tener
representantes en la UNESCO que escribían alegremente libros sobre Nietzsche... ¿por qué no
rediscutir esa complicidad intelectual con los militares genocidas? En el campo de la cultura
europea aún hoy, más de medio siglo después de finalizada la segunda guerra mundial, se sigue
debatiendo sobre la complicidad de Martín Heidegger con el nazismo de Adolf Hitler (o de Giovanni
Gentile con el fascismo de Benito Mussolini). ¿Por qué no debatir y repensar la complicidad
intelectual con el genocidio del general Jorge Rafael Videla y el almirante Emilio Massera? ¿Esa
discusión teórica y política es válida para la metrópoli europea pero no para sus (neo)colonias de
América Latina? Años después de aquel número histórico que presentamos las discusiones políticas
y los debates del campo popular dispersaron hacia distintos espacios políticos y organizaciones al
núcleo inicial y fundacional de DIALÉKTICA. Algunos integrantes pasaron a militar en el movimiento
piquetero y barrial; otros en universidades populares y en núcleos de formación política por fuera de
la Universidad oficial; otros pasaron a militar en otras revistas marxistas; unos pocos (a decir
verdad, los menos) volvieron a la telaraña universitaria y al mediocre mundillo académico tratando
de “reacomodarse”. Finalmente, otro grupo decidió continuar con la edición de la revista (que se
sigue publicando hasta el día de hoy) incorporando nuevos estudiantes. Agradecemos a Eduardo
Glavich (uno de los compañeros que continuó en la revista) y al resto de sus actuales integrantes la
digitalización de aquel número histórico. Nota: [1] Véase nuestro ensayo Los verdugos
latinoamericanos. Las Fuerzas Armadas: de la contrainsurgencia a la globalización. Buenos Aires,
Populibros-Nuestra América, 2007. [Fin de presentación de Néstor Kohan] Ver documento en PDF
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