ESTUDIO 1043-INAH - Buscador de Solicitudes de Información y

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ESTUDIO 1043-INAH
El día 7de junio de 2005, el entonces solicitante presentó, por medio del SISI, solicitud de acceso a la
información —a la cual correspondió el número de folio 1115100007205— ante la Unidad de enlace del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través de la cual requirió “copia de los mapas de
localización de las invetsigaciones arqueológicas en el corredor cancun-tulum, así como estracto de
resultado de las investigaciones” [sic]. Como modalidad preferente de entrega el peticionario requirió
“archivo electrónico en disco o CD”.
Con fecha de 5 de julio de 2005, la Unidad de enlace del INAH, con fundamento en los artículos 24 y
42 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIPG)
respondió la solicitud de acceso, por medio de un documento adjunto, en los siguientes términos:
[...] la información motivo de su solicitud se encuentra disponible al público en medios impresos, por lo
que, me permito comentarle que en el número 54 (marzo-abril de 2002) de la revista Arqueología
Mexicana, usted podrá encontrar un resumen de las investigaciones arqueológicas efectuadas, así como
un plano de ubicación de los principales sitios arqueológicos conocidos en el área. Esta revista puede
solicitarse directamente a la Editorial Raíces:
• Información, ventas y suscripciones: 5557-5004, 5395-6714, ext. 5120 y 2061
• Correpondencia: EDITORIAL RAÍCES, RODOLFO GAONA 86, COL. LOMAS DE SOTELO, DEL.
MIGUEL HIDALGO, C.P.11200, MÉXICO, D.F., fax nacional 5395-6715, ext.5163, fax internacional: (52)
5557-5078
• Página en la internet: http://www.arqueomex.com
o ser consultada en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, ubicada en Av. Paseo de la
Reforma y Calz. Gandhi, s/n, primer piso, Colonia Polanco, en una horario de 9:00 a 21:00 hrs. de lunes
a viernes.
Así mismo, la información también se encuentra disponible para su consulta y/o reproducción en la
Biblioteca de la Coordinación Nacional de Arqueología, sita en las Calle de Moneda No. 16, Col. Centro,
México, D.F.
El 7 de julio de 2005, el entonces solicitante interpuso ante este Instituto recurso de revisión en contra
de la respuesta otorgada por el INAH a su solicitud de acceso a la información. Como acto recurrido y
puntos petitorios expresó “resolución de fecha 05 de julio de 2005, mediante la cual informa que esa
información se encuentra en una revista, negando el acceso a los archivos de la institución” [sic].
Dentro del rubro denominado “Otros elementos que considere someter a juicio del IFAI” manifestó que
“se le solicitó al Instituto la información de las investigaciones y planos en el corredor Cancun-Tulum,
no una relación de zonas arqueológicas conocidas por todos y menos que recomendara una lectura,
sino las que poseen particulares y el INAH conoce” [sic]. Finalmente, el ahora recurrente sostuvo los
términos en los que originalmente fue planteada la solicitud de acceso a la información.
Sobre el particular, la ponencia del Comisionado Alonso Gómez Robledo Verduzco encomendó a la
DGEI la realización de un estudio conducente a efectuar una “[...] Búsqueda de información publicada
sobre el corredor arqueológico Tulum Cancún tratando de ver las implicaciones que tienen, incluyendo
boletines. Revisar atribuciones del INAH, debe haber alguna unidad responsable”. Para atender esta
petición, la DGEI revisó la normatividad aplicable en la materia; verificó la injerencia que el INAH tiene
en materia de arqueología y, asimismo, realizó diversas búsquedas en fuentes de acceso público —
boletines del INAH—, en buscadores electrónicos en internet así como en bases de datos
hemerográficas.
Estudio
De acuerdo con el artículo 44 de la Ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e
históricos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia es la instancia competente en materia de
monumentos y zonas arqueológicos e históricos. Según esa misma legislación, en su artículo segundo,
todo lo relativo a la investigación, protección, conservación, restauración y recuperación de los
monumentos y zonas arqueológicos es de utilidad pública y, en consonancia con lo anterior — artículo
27 de esta Ley— los monumentos arqueológicos muebles e inmuebles son propiedad de la Nación y
están sujetos al régimen de dominio público de la Federación (fracción VIII, artículo sexto de la Ley
general de bienes nacionales).
La Ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos, en su artículo 28,
define como monumentos arqueológicos los “bienes muebles e inmuebles, producto de culturas
anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos, de
la flora y de la fauna, relacionados con esas culturas”. Al considerarse estos como bienes propiedad de
la Nación susceptibles de declaratoria de utilidad pública, no pueden ser transportados, exhibidos o
reproducidos sin autorización expresa del INAH. Aún más, “toda clase de trabajos materiales para
descubrir o explorar monumentos arqueológicos, únicamente serán realizados por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia o por instituciones científicas o de reconocida solvencia moral, previa
autorización” del INAH (artículo 30 de la Ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicos,
artísticos e históricos).
Con relación a lo anterior, la Ley orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia dispone, en
su artículo segundo, que el INAH tiene, entre sus atribuciones, las de:
II. Efectuar investigaciones científicas que interesen a la Arqueología e Historia de México, a la
Antropología y Etnografía de la población del país.
VII. Efectuar investigaciones científicas en las disciplinas antropológicas, históricas y paleontológicas, de
índole teórica o aplicadas a la solución de los problemas de la población del país y a la conservación y
uso social del patrimonio respectivo.
IX. Identificar, investigar, recuperar, rescatar, proteger, restaurar, rehabilitar, vigilar y custodiar en los
términos prescritos por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos,
los respectivos monumentos y zonas, así como los bienes muebles asociados a ellos.
XII. Llevar el registro público de las zonas y monumentos arqueológicos e históricos y de los restos
paleontológicos.
XIV. Formular y difundir el catálogo del patrimonio histórico nacional, tanto de los bienes que son del
dominio de la nación, como de los que pertenecen a particulares.
XV. Formular y difundir el catálogo de las zonas y monumentos arqueológicos e históricos y la
carta arqueológica de la República.
XVI. Publicar obras relacionadas con las materias de su competencia y participar en la difusión y
divulgación de los bienes y valores que constituyen el acervo cultural de la nación, haciéndolos
accesibles a la comunidad y promoviendo el respeto y uso social del patrimonio cultural [énfasis
añadido].
Con base en lo anterior, queda acreditado que el INAH, además de ser la instancia competente en
materia de monumentos y zonas arqueológicas, se encarga de efectuar investigaciones —o de
autorizarlas y, por tanto, tener conocimientos de estas— en las zonas y monumentos arqueológicos así
como de los bienes muebles asociados a ellos. En este sentido, la investigación, a decir del INAH es
“un aspecto señalado como primordial de esta administración [... la cual] es un área sustantiva que
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fortalece la presencia científica, ética y legal de nuestra institución de cara a la sociedad. La
investigación es, ha sido y será, el corazón del INAH como proyecto intelectual”.1
Asimismo, el INAH tiene la encomienda de elaborar, actualizar y difundir entre la comunidad obras
relacionadas con las materias de su competencia, entre estas se puede incluir —además de las
investigaciones— el catálogo de las zonas y monumentos arqueológicos y la carta arqueológica
de la República. Esto responde, en parte, a lo previsto en la Ley federal sobre monumentos y zonas
arqueológicos, artísticos e históricos la cual instruye al INAH, en su artículo 21, a crear el “Registro
Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos”. De tal suerte, ese instituto se encarga,
también, de actualizar la encomienda prevista en el artículo 22 de aquella misma legislación: “Los
Institutos respectivos harán el registro de los monumentos pertenecientes a la Federación, estados y
municipios y los organismos descentralizados, empresas de participación estatal y las personas físicas
o morales privadas, deberán inscribir ante el Registro que corresponda, los monumentos de su
propiedad”.
La DGEI detectó, en el portal electrónico del INAH —www.inah.gob.mx— que la “Coordinación
Nacional de Arqueología” es la unidad administrativa encargada de definir y establecer normas y
lineamientos conducentes a la identificación, investigación, catalogación, registro, protección,
recuperación, conservación, restauración, mantenimiento, vigilancia y difusión del patrimonio
arqueológico y paleontológico”.2 Entre las funciones de esta destacan las siguientes:
Coordinar, normar, planear, programar, y dar seguimiento a la investigación, catalogación, registro,
recuperación, protección, conservación y difusión del patrimonio arqueológico nacional a través de sus
áreas, del consejo de arqueología y de otras dependencias ejecutoras de proyectos arqueológicos.
Llevar a cabo, por medio de las áreas ejecutoras las investigaciones, exploraciones, rescates,
salvamentos, restauraciones, mantenimiento, protección legal y física del patrimonio arqueológico, que
se encuentre en el territorio o aguas nacionales y que por disposición de la ley están reservados al
Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Con esos antecedentes, la DGEI intentó verificar diversas publicaciones periódicas del INAH. Lo
anterior se efectuó con la finalidad de encontrar algún documento elaborado por el INAH en el que se
pudiera hacer alusión a “los mapas de localización de las investigaciones arqueológicas en el corredor
Cancún-Tulum, así como a [extractos] de resultados de aquellas investigaciones”, sin embargo, el
vínculo que lleva a la revista electrónica Actualidades arqueológicas no funcionó durantes los días en
que se realizó la investigación.3 Asimismo, la DGEI revisó —igualmente en el portal electrónico del
INAH— el vínculo denominado “difusión”, en la opción “zonas arqueológicas”; seleccionó al estado de
Quintana Roo y accedió a este. En el subvínculo correspondiente a la zona arqueológica de Tulum se
buscó, sin éxito, algún mapa relacionado con investigaciones realizadas por el INAH —o instituciones
avaladas por este— en el corredor Cancún-Tulum. Esa página acaso contiene información relativa a la
historia del sitio, el recorrido de la zona arqueológica, instrucciones de cómo llegar, un mapa —que no
es específico de la zona de Tulum, sino de todo el estado de Quintana Roo— e información general del
sitio. Por lo anterior, la DGEI no encontró información relacionada con la solicitud de acceso a la
información objeto del presente recurso de revisión; lo mismo ocurrió cuando la DGEI realizó
búsquedas de información en fuentes electrónicas de acceso público, en buscadores de internet y en
bases de datos hemerográficas.
Instituto Nacional de Antropología e Historia, “Informe de labores 2003” disponible en la dirección
electrónica: http://www.transparencia.inah.gob.mx/index.php?sid=754.
2
Véase la página: http://www.transparencia.inah.gob.mx/index.php?sid=239.
3
El vínculo es el siguiente: http://www.prodigyweb.net.mx/jlrubin/arqueoweb/index.html.
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3
Comentario DGEI
a) Extracto de los resultados de las investigaciones
El INAH remitió al ahora recurrente a consultar el número 54, correspondiente a los meses de marzoabril de 2002, de la revista Arqueología Mexicana; nótese bien que en ese número se publicaron
diversos artículos relacionados con investigaciones arqueológicas realizadas en el norte del estado de
Quintana Roo. Algunos de esos fueron escritos por funcionarios adscritos al INAH; ese es el caso, por
ejemplo, de los artículos intitulados “Tulum. Ciudad del amanecer” y “Norte de Quintana Roo” en los
que participó Adriana Velásquez Morlet, directora del Centro del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) en Quintana Roo.
Se menciona lo anterior debido a que el INAH, al enviar sus alegatos a este Instituto, manifestó que si
bien “tiene la obligación de presentar un informe final de los proyectos desarrollados, se trata de
informes amplios y de carácter eminentemente científico” por lo cual no cuentan con un resumen o
extracto. No obstante, el INAH reconoció que “los artículos, ponencias, conferencias, y otros
mecanismos de divulgación elaborados por los propios investigadores cumplen con esta
función” [sic]. De lo anterior se puede sugerir que debido a las atribuciones del INAH los
investigadores realizan estudios “eminentemente científicos”, pero también elaboran otro tipo de
estudios más “accesibles a la comunidad [por medio de los cuales promueven] el respeto y uso del
patrimonio cultural”, como puede ser el caso de artículos, ponencias y conferencias.
Si se acepta la anterior premisa, se podría presumir que los investigadores del INAH realizan artículos
de divulgación destinados a lectores menos instruidos en el ámbito de la arqueología, los cuales se
publican en revistas o se presentan en ponencias o conferencias menos especializadas lo cual no
necesariamente implica que no están en posesión del INAH. Podría ocurrir, por ejemplo, que una
primera versión del artículo “Tulum. Ciudad del amanecer” haya sido presentado por algún funcionario
del INAH en alguna conferencia y que, por tanto, proceda el acceso a la información por medio de ese
tipo de documentos.
b) Mapas de localización de las investigaciones arqueológicas
Con relación a “los mapas de localización de las investigaciones arqueológicas en el corredor CancúnTulum” cabe mencionar que el INAH no niega que los tenga; no obstante, instruye el acceso a la
información in situ. Sobre ese punto se puede mencionar que existe una alta probabilidad de que el
INAH tenga, además de versiones impresas, versiones o reproducciones electrónicas de los mismos.
De ser ese el caso y debido que el solicitante requirió que la información se le entregara en archivo
electrónico en disco o CD, el INAH podría de esa forma satisfacer la solicitud de acceso a la
información objeto del presente recurso de revisión.
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