ASPECTOS TRASCENDENTES DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL EN MATERIA POLÍTICA 2014

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CRV-VI-10-15
ANÁLISIS
CONGRESO REDIPAL VIRTUAL VIII
Y
Red de Investigadores Parlamentarios en Línea
Marzo-agosto 2015
DIRECCIÓN
Cesar Lobsang de la Cruz Moreno
ASPECTOS TRASCENDENTES DE LA REFORMA
CONSTITUCIONAL EN MATERIA POLÍTICA 2014
SERVICIOS
DE
INVESTIGACIÓN
Ponencia presentada por
Marzo 2015
El contenido de la colaboración es responsabilidad exclusiva de su autor, quien ha
autorizado su incorporación en este medio, con el fin exclusivo de difundir el conocimiento sobre
temas de interés parlamentario.
_______________________________________________________________
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Correo electrónico: [email protected]
1
ASPECTOS TRASCENDENTES DE LA REFORMA
CONSTITUCIONAL EN MATERIA POLÍTICA 2014
Cesar Lobsang de la Cruz Moreno 1
RESUMEN
El orden jurídico de una nación, al partir de su norma fundamental, merced a reformas de
fondo impulsadas a ésta, ocasionan la evolución y, en ocasiones, la involución en el
Estado de derecho prevaleciente en un momento dado.
Tal es el caso de la reforma constitucional en materia política de 2014, en la que el
Estado mexicano adopta medidas, que aun justificándose en favor de la democracia,
implican altos costos para la vida institucional de México, en concepto de quienes integran
el poder revisor de la Constitución.
Advertimos que el presente trabajo no tiene por objeto descalificar, simplemente
abrir el espacio a un debate que fortalezca la democracia en México, proceso inacabado
que ocupa las voces de las diferentes fuerzas políticas, académicos, estudiantes y
ciudadanos en general, pues, evidentemente, éste es un esfuerzo que difícilmente
agotaría el tema.
1
Miembro de la Redipal. Asesor Parlamentario en el Congreso de Nayarit, México. Correo electrónico:
[email protected]
2
ASPECTOS TRASCENDENTES DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL EN
MATERIA POLÍTICA 2014
En México, desde la Constitución de 1824, se adoptó la forma de Estado federal2, sistema
que implica la coexistencia de cuando menos dos órdenes de Gobierno, cuyos ámbitos de
competencia se encuentran establecidos dentro de la Constitución.
El surgimiento del Estado federal, según Armenta López3, tiene por propósito el
equilibrio del ejercicio del poder político, es decir, de evitar la centralización del mismo.
Tal circunstancia, merced a la creación con rango constitucional del Instituto
Nacional Electoral, se ve trastocado sustancialmente al dotarse a esa instancia de
facultades para intervenir en los procesos electorales de las entidades federativas, lo cual
en nuestro concepto rompe con el ya de por sí endeble federalismo en México.
Hasta antes de la vigencia de las reformas que hoy se comentan, los sistemas
electorales implicaban la libre determinación de cada una de las entidades federativas en
la materia, ello con observancia de los principios generales dictados por el Pacto Federal;
es importante mencionar que la inobservancia de las prescripciones fundamentales en la
emisión de las leyes electorales, podía ser combatida por los partidos políticos, vía acción
de inconstitucionalidad; y por su parte, en la aplicación de tales cuerpos jurídicos, el juicio
de revisión constitucional electoral, instrumento de bondades por demás demostradas
para inhibir los efectos de excesos por parte de la autoridad local.
Con ello, se desvirtúa la justificación esgrimida para legitimar la creación del
Instituto Nacional Electoral, consistente en la necesidad de frenar los excesos plasmados
en ley electoral por parte de las entidades federativas; hay que insistir en que el sistema
referido en breves líneas en el párrafo anterior no sólo funcionaba adecuadamente,
además tenía por característica la preservación del federalismo en México.
2
Es importante señalar que tal circunstancia ha operado, con excepción de la época del de vigencia de las
Siete Leyes o Constitución de régimen centralista de 1836, que fueron una serie de instrumentos
constitucionales que alteraron la estructura de la naciente República Federal de los Estados Unidos Mexicanos
a principios del siglo XIX.
3
Armenta López, Leonel Alejandro. Federalismo. Editorial Porrúa, 2010, página 3.
3
Hoy inauguramos la etapa en que la democracia en México tiene por organismo
rector al Instituto Nacional Electoral, organismo facultado para4:
•
Asumir directamente la realización de las actividades propias de la función
electoral que corresponden a los órganos electorales locales.
•
Delegar en los órganos electorales locales las atribuciones relacionadas con la
organización electoral, sin perjuicio de reasumir su ejercicio directo en cualquier
momento.
•
Atraer a su conocimiento cualquier asunto de la competencia de los órganos
electorales locales, por su trascendencia o para sentar un criterio de interpretación
(art. 41, base V, apartado C).
En ese contexto, observamos la conservación de los organismos electorales
locales5,
sin embargo, sus integrantes serán designados por el Consejo General del
Instituto Nacional Electoral. Es incongruente que sea una autoridad quien los designa, y
que su sostenimiento obedezca a las finanzas de cada entidad federativa en particular;
pero aún más destacado es que los denominados Oples6, pueden en todo caso
constituirse en instancias de membrete, sin ningún valor para el desarrollo de los
procesos electorales, merced a la atribución del Instituto Nacional Electoral de asumir
directamente la función inherente al desarrollo de las elecciones en los estados.
Y aquí recalcamos que la Constitución refiere que la situación señalada en líneas
anteriores puede ser objeto de convenio, estableciendo una reserva de ley para otros
supuestos; así, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales en este rubro
establece lo siguiente:
Artículo 121
1. (…).
4
Es de señalarse que se hace mención únicamente a las atribuciones que en nuestro concepto resultan más
incongruentes con el sistema democrático prevaleciente hasta antes de la entrada en vigor de la reforma
constitucional en comento.
5
Independientemente de su denominación particular, la Constitución les nombra Organismos Públicos
Locales Electorales, ello conforme a lo que establece el artículo 116, fracción IV, inciso c) numeral 1.
6
Acrónimo con que se denomina a los Organismos Públicos Locales Electorales.
4
2. La asunción de la competencia de una elección local solamente será procedente
cuando se acredite fehacientemente en el procedimiento respectivo que se actualiza
alguno de los siguientes supuestos:
a) Que existan diversos factores sociales que afecten la paz pública o pongan a la
sociedad en grave riesgo en la entidad federativa que a decir del peticionario
afectan los principios constitucionales electorales de imparcialidad, certeza,
legalidad, objetividad y equidad en la contienda electoral e impiden, por lo
tanto, que se lleve a cabo la organización pacífica de la elección por el
Organismo Público Local competente, y
b) Que no existan condiciones políticas idóneas, por injerencia o intromisión
comprobable de algunos de los poderes públicos en la entidad federativa que
afecten indebidamente la organización del proceso electoral por el Organismo
Público Local, al no poderse realizar todas las etapas del proceso electoral por
este organismo, con imparcialidad.
Efectivamente, son cuestiones graves con las que se pretende justificar la
afectación a la autonomía de las entidades federativas7, sin embargo, se acude a un
leguaje rebuscado, oscuro, que indudablemente facilita la argumentación necesaria para
resolver una solicitud de esa naturaleza.
Aunado a lo anterior, tomando las palabras de Gutiérrez Sáenz (2009)8, las cosas
dependen del cristal con que se miren, así, si observamos expresiones políticas, que
actuando con el carácter de opositores la democracia no existe, sino que existe solamente
un régimen autoritario, que para nada garantiza la realización de elecciones limpias.
Pero tal circunstancia opera de manera opuesta, cuando ocurre que esos colores
gobiernan una entidad federativa, ocurriendo entonces que la equidad en la contienda
florece a la vista de todos, y genera una especie de primavera democrática, en la que
nada puede alterar la voluntad del ciudadano expresada en las urnas.
7
Aun cuando el artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos instaura a las partes
integrantes de la federación, como Estados Libres y Soberanos, consideramos que el término correcto es
autónomos, considerando que la soberanía es nacional.
8
Gutiérrez Sáenz Raúl. Introducción a la filosofía. Editorial Esfinge, México, 2009, prólogo.
5
Así encontramos un sino que, sin duda, alterará el desarrollo de los procesos
electorales,
inmiscuyendo
a
un
organismo
nacional,
cuyas
atribuciones
anticonstitucionales alteran el federalismo mexicano.
Algunos autores denominan núcleo intangible de la Constitución a las decisiones
fundamentales plasmadas en esa norma suprema; en México, entre otras, lo relativo al
federalismo como forma de Estado, se puede identificar con el concepto apuntado, pues
ha trascendido desde 1824, pasando por 1857 hasta 19179, año en que se emite la norma
fundamental que actualmente nos rige; sin embargo, ahora está desnaturalizado, merced
a la instauración de instituciones que afectan mayormente al ámbito de competencia de
las entidades federativas que conforma la federación mexicana.
Surge la pregunta de por qué sostenemos que la instauración del federalismo
como forma de estado en México es una decisión fundamental; ello tiene por fundamento
que en el constituyente de 1824, fray Servando Teresa de Mier10 propuso la instauración
de un centralismo atenuado con tendencias evolutivas al federalismo; en sus palabras
sostenía la necesidad de una forma de Gobierno centralista, ya que así convenía por la
educación y costumbres del país y por la posible guerra, y que una vez superadas esas
circunstancias en que se requería de la unión y una vez que se hubiere progresado en la
carrera de la libertad, se podría sin peligro “ir soltando las andaderas de su infancia
política hasta llegar a la perfección”; aún más, expresaba “querer desde el primer ensayo
de la libertad remontarse hasta la cima de la perfección era la locura de un niño que
intenta hacerse hombre perfecto en un día”.
La propuesta en cita fue desechada, junto con otras en el mismo sentido, en la
sesión del 16 de diciembre de 1823, con la aprobación del artículo 5 de la constitución de
1824, que plasmó así, el federalismo como forma del Estado mexicano.
En lo tocante al congreso constituyente de 1856–1857, en los debates se
registraron diferencias entre moderados y liberales en materia de federalismo. En la
9
En las constituciones mexicana emitidas en esas fechas.
Información tomada del documento que aparece en el siguiente link:
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/595/3.pdf
10
6
sesión del 8 de julio de 1856, el ministro Luis de la Rosa, en nombre del Gobierno,
expresó las siguientes ideas, según las interpretó Francisco Zarco11:
“Con respecto a la federación pregunta el señor ministro si la comprendemos o no, y cuenta
que cuando visitó los Estados Unidos y examinó las instituciones de aquel pueblo, exclamó: o
ésta no es una federación, o los mexicanos jamás la hemos comprendido. Cree que la
comisión hace la misma confesión en su parte expositiva, examina cuál es el gran principio de
la federación, combate la soberanía de los estados, que bien pueden llamarse soberanos si
esto los lisonjea, como halaga a los particulares un título de nobleza; pero en realidad no
pueden serlo. La soberanía de los estados solo puede existir en Alemania, donde cada uno de
ellos es una entidad política separada; pero donde ha de haber un gobierno nacional sólo
pueden tener los estados independencia en su orden interior, la soberanía produciría
nacionalidades parciales que, no pudiendo vivir como los de Alemania, se perderán en la
anarquía…”.
La respuesta de los liberales se materializó en la siguiente intervención de José
María Mata12:
“Con respecto al principio federativo —escribió Zarco— el orador y otros miembros de la
comisión han podido estudiarlo en los Estados Unidos. Con nuestra carta de 1824, no sólo era
imposible una buena federación, sino la verdadera república, porque había fueros y privilegios,
porque los gobernantes, siendo agentes del poder federal, vivían en continuos conflictos entre
su legislatura y el Congreso de la Unión, porque las disputas sobre las leyes de los estados
producían una verdadera lucha con los poderes del centro, y porque todas estas
imperfecciones eran fuentes principales de la triste aplicación que en México han tenido los
principios federativos. Y, sin embargo, el pueblo ha aspirado siempre a la federación, ha
tendido a ella cuando derrocó el poder de Santa Anna, y no es el caso de calificar ahora las
medidas posteriores que contra esa tendencia han emanado del poder. Defiende la soberanía
de los estados en su administración interior, sin creer que ella destruye la grande entidad de la
república, y asienta que la comisión no ha hecho más que corregir los defectos de la Carta de
1824”.
11
Información tomada del siguiente link:
http://www.diputados.gob.mx/sedia/biblio/virtual/bicentena/doc_hist_inde/04_BD_cong_cons.pdf
12
En iguales términos que la cita anterior.
7
Nuevamente se impuso el federalismo como forma del Estado mexicano
El decreto publicado el cinco de febrero de 1917, en el Diario Oficial, Órgano del Gobierno
Provisional de la Republica, establecía a nuestra norma fundamental la denominación de:
Constitución de los Estados Unidos Mexicanos que reforma la de 5 de febrero de 1857.
Lo anterior incide en que las reformas de referencia asimilan al texto constitucional
los anhelos de la Revolución mexicana, particularmente en lo relativo a los derechos de la
clase campesina y obrera, dejando intocada la mayor parte del texto asimilado en la
Constitución de 1857.
En ese orden de ideas, es de señalar que en el Constituyente de 1916-1917 —en
concordancia con magistral obra de Carpizo 200913—, lo relativo a la forma del Estado, no
fue objeto de debate.
Así en el artículo 40, se establece lo relativo a la forma del Estado en los
siguientes términos:
Art. 40.- Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa,
democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su
régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley
fundamental.
Como podemos observar, el federalismo en México tiene origen desde el primer
ordenamiento fundamental de 1824, fruto de intensos debates en los que se impuso esa
forma de Estado, y que fue trasladado a hasta la constitución que hoy rige los destinos del
pueblo mexicano; sin embargo, y merced a diversos aspectos, principalmente el
centralismo presupuestal, se ha visto mermado con la centralización del sistema electoral,
dejando muchas interrogantes para el futuro de la democracia en nuestro país.
13
Carpizo Jorge. La Constitución de 1917. Editorial Porrúa, México, 2009, pág. 237
8
CONCLUSIÓN
Quiero pensar que estas líneas pudieran considerarse alarmistas para algún lector; otros
quizá compartan la hipótesis aquí planteada; lo cierto es que en el horizonte, no se dejan
ver aún los efectos invasivos de la autonomía de las entidades federativas por parte del
Instituto Nacional Electoral, que sin duda serán de gran magnitud.
Ello se debe a que esa instancia se encuentra ocupada en el desarrollo del
proceso electoral federal, mismo que se caracteriza por cambios en las normas que
regulan la intervención de los diversos actores dentro de un proceso democrático.
En 2016 deberán renovarse las gubernaturas de Aguascalientes, Zacatecas,
Sinaloa, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua,
Veracruz y Durango; y seguramente observaremos que el Instituto Nacional Electoral
asumirá una actitud lesiva a la autonomía de las entidades federativas.
En ese contexto, y toda vez que el tema de la democracia jamás puede
considerarse como agotado, no sería nada remoto que superada la experiencia, se
requiriera de ajustes constitucionales, sin descartar la regresión a los esquemas
prevalecientes hasta antes de la entrada en vigor de la reforma constitucional en comento.
9
BIBLIOGRAFÍA
Armenta López, Leonel Alejandro. Federalismo. Editorial Porrúa, 2010.
Carpizo, Jorge. La Constitución de 1917. Editorial Porrúa, México, 2009.
Gutiérrez Sáenz, Raúl. Introducción a la filosofía. Editorial Esfinge, México, 2009.
LEGISLACIÓN
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
WEBGRAFÍA
http://www.diputados.gob.mx/sedia/biblio/virtual/bicentena/doc_hist_inde/04_BD_cong_co
ns.pdf
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/595/3.pdf
10
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