Palabras del Presidente del Congreso con motivo del II Centenario

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Palabras del Presidente del Congreso con motivo del II Centenario de las Cortes
Generales y Extraordinarias reunidas en La Isla de León el 24 de septiembre de
1810
Viernes, 24 de septiembre de 2010
La Historia además de ser, según Cicerón, maestra de la vida y madre de la verdad
tiene también un significado emotivo. Es decir, tiene la capacidad de evocar
sentimientos, afectos y esperanzas.
Hoy, día 24 de septiembre del año 2010, siento -como muchos de ustedes- la
emoción de saber que hace exactamente 200 años, en este mismo recinto tuvieron
lugar acontecimientos determinantes para nuestra Nación.
Como escribió Don Benito Pérez Galdós, “el reloj de la Historia señaló con campanada
su última hora”, la que doblaba por el Antiguo Régimen y a la vez repicaba alegre por
la Soberanía Nacional.
En San Fernando y en Cádiz se escribió un prólogo luminoso de un libro inacabado
cuyo capítulo más reciente nos ha tocado escribir.
Hoy y aquí, en San Fernando, no hay pasado más vivo que aquel presente, ni
presente más incitante que aquel pasado.
La España de aquellos días no era un lugar sosegado y pacífico. Dos años de guerra
frente a un ejército invasor habían reducido el territorio nacional libre a escasas
dimensiones. La Nación era una isla. A pesar de ello, venciendo innumerables
dificultades y en un ambiente de júbilo popular, los vecinos gritaban aquella mañana
luminosa, hace dos siglos: ¡A las Cortes, a las Cortes!
Aquí fue elegido el primer presidente, Ramón Lázaro de Dou, diputado por Cataluña.
Aquí, las Cortes declararon soberana a la nación y desde aquí se hizo posible que
Argüelles, una vez aprobada la Constitución en marzo de 1812, proclamara de modo
solemne que, por fin, los españoles tenían patria.
Aquella patria no era otra que la Constitución: la que acababa con los estamentos y el
viejo Régimen. Otras naciones tuvieron otros orígenes. La nuestra nació en defensa
de la libertad y en contra de quienes daban vivas a las cadenas.
No quiero dejar pasar la ocasión sin honrar de modo especial la memoria de los
diputados del otro hemisferio. De los 303 diputados de las Cortes, 63 fueron
españoles americanos. Y de los 37 presidentes, 10 fueron también americanos. Y por
si fuera poco, de los 9 diputados que formaron la comisión que redactó la Constitución
de 1812, 5 fueron americanos.
Ayudaron a los españoles del futuro a ser libres y sus ideas fueron semilla para las
libertades de su propio futuro.
Tras la Constitución que aquí se inició vinieron otras. Y demasiado pronto los textos se
hicieron pretextos para falsear la proclama nacida en este Real Teatro. Todas las
Constituciones posteriores, a excepción de la de 1869 y la de 1931, fueron un intento
de las minorías gobernantes para desnaturalizar la soberanía popular.
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Debemos rendir homenaje al pueblo español. Un pueblo que aquí comenzó una
andadura constitucional en la que para su desdicha la libertad iba a ser lo excepcional.
En los 166 años que van desde la Constitución de Cádiz a la proclamación de la
vigente en 1978, el pueblo español solo ha disfrutado 16 años de un régimen
verdaderamente democrático.
Piensen ustedes que, al terminar el reinado de Isabel II, solamente unos cien mil
ciudadanos, en un país de unos diecisiete millones de habitantes, tenían derecho al
voto.
Hubo que esperar hasta la Constitución surgida de la “Revolución Gloriosa” de 1868
para establecer el sufragio universal masculino (pasaron de votar cien mil varones
ricos a casi siete millones de varones de todas las clases sociales); y a la Constitución
de 1931 para conceder por vez primera derecho de voto a las mujeres.
---------------------Homenaje también merece hoy nuestro Rey. Desde 1978 España disfruta del periodo
de libertad continuada mas largo de su historia. Vuestra prudencia, vuestra capacidad
y vuestra decisión a la hora de cortar con la herencia de la Dictadura y ponerse al lado
de su pueblo han sido decisivas. Los resultados de vuestra obra, al margen del trato
que la historia os conceda, os debe proporcionar honda y grande satisfacción
personales. Por eso, no es exagerado afirmar que habéis hecho por España y por la
Monarquía más que todos vuestros antepasados juntos.
Poder afirmar, 200 años después, que España es hoy a escala del siglo actual, lo que
aquellos próceres venidos de América y de todas las provincias peninsulares,
quisieron que fuera, es motivo de legítimo orgullo.
Son pocos los países del planeta que pueden celebrar efemérides como esta porque
son pocas las naciones que tienen un origen dos veces centenario, unido el mismo al
nacimiento de la libertad.
--------------------------Siempre hemos de mirar al futuro, pero no está mal que cada 200 años podamos
decirnos con satisfacción que pertenecemos a una de las naciones más importantes
del planeta. Mestiza y rica en identidades, pero que ha sabido conjugar desde 1978 la
diversidad y la unión con el único ingrediente que fragua y fortalece: el RESPETO al
diferente y la igualdad de derechos de todos los ciudadanos.
Por mas que se empeñen los derrotistas, España no es un edifico en ruinas ni un mero
conjunto de normas jurídicas. España es mas que un Estado. España es madre de
muchos pueblos y garantía de libertad y de igualdad para todos los españoles. No es
por ello extraño que los enemigos de la igualdad también lo sean de la España que
garantiza la igualdad.
Permítame terminar Señor manifestando lo que creo que piensa la inmensa mayoría
de los españoles aunque solo lo digamos en pocas ocasiones. Y una buena ocasión
para decirlo es esta: Somos muchos los que pensamos que el mundo estaría
notablemente incompleto sin la aportación española.
¿Se imaginan un mundo … Cervantes, Velázquez, Miró, 400 millones de seres
humanos hablando el castellano?
Así lo creo, así he querido decirlo y a todos agradezco su presencia y su atención al
escucharlo. Muchas gracias.
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