¿QUÉ TANTO HEMOS EVOLUCIONADO SOCIALMENTE LOS SERES HUMANOS?

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¿QUÉ TANTO HEMOS EVOLUCIONADO SOCIALMENTE LOS SERES HUMANOS?
El origen del género Homo ha intrigado desde hace muchos años a los paleoantropólogos suscitando diversos
debates, en los cuales no quisiera profundizar, sino hacer mención para recordar que hace aproximadamente unos
40,000 años el ser humano comenzó a hacer avances significativos en la caza de fieros animales y en grandes
manadas, asÃ- como en la explotación de otros recursos. Desde luego, mucho antes, cuando los seres humanos
apenas se habÃ-an diferenciado del resto de los animales comenzando a caminar de forma bÃ-peda y, posteriormente,
generando una inusitada capacidad para pensar, razonar e hilvanar simples procesos lógicos, fue en ese momento –o
quizás antes-, que la especie humana comprendió que requerÃ-a de los demás para sobrevivir en un entorno agreste,
grosero y amenazante. La bestia era mucho más fuerte que el cazador que la acosaba, los seres humanos que nos
antecedieron reconocieron que para subsistir era preciso establecer alianzas solidarias con otros, asÃ- aparecen las
hordas de cazadores, como un mecanismo o estrategia de supervivencia frente a un problema común.
Alex DarÃ-o Rivera M.*
En ese sentido, el género que ahora denominamos Homo se identificaba y solidarizaba con los demás de su especie
como consecuencia de percibir amenazada su supervivencia y la de su grupo, todos los productos de la caza o
recolección eran distribuidos en la comunidad, esta forma de producción es la que algunos nombran: Comunidad
Primitiva. Muchos años después, gracias a un descubrimiento atribuido a la mujer, aparece la agricultura y la
ganaderÃ-a dando paso a uno de los cambios históricos más trascendentales en la relación entre el ser humano y su
entorno natural, el cual desde ese entonces ha ido desarrollándose de manera vertiginosa. Una vez que se comenzaron
a cultivar plantas y criar animales, muchas especies quedaron bajo el control humano en grandes zonas del planeta
favoreciendo la concentración de recursos.
Al comenzar a cosechar y reunir en rebaños especies domesticadas, se pudo almacenar grandes cantidades de
alimentos vegetales, tales como semillas y tubérculos, y disponer para el consumo de un abastecimiento de carne y
leche. La disponibilidad de estos suministros confirió al ser humano una cierta seguridad de poder alimentarse a largo
plazo, pero de manera colateral, al disponer de mayores provisiones de alimentos, el hombre agrÃ-cola pudo
establecerse en pueblos y tener más hijos, ante lo cual comenzó a realizar un uso excesivo de tierras de labranza y
pastoreo. La forma más sencilla fue extender las áreas de cultivo y de pastoreo para albergar rebaños cada vez más
numerosos, algunas otras poblaciones desarrollaron sistemas de irrigación y fertilización que les permitieron reutilizar
las tierras cultivadas e incrementar la producción alimentaria.
Luego de esa dinámica hombre-entorno, aparece lo que denominamos: “civilizaciones―; mismas que se desarrollaron con
la aparición de los excedentes de producción alimentaria. Las personas de “rangos― preponderantes manejaron sus
excedentes para el pago de trabajo y oportunidad de establecer coaliciones entre grupos, de manera muy frecuente
para hacer la guerra contra otros conjuntos poblacionales. Mediante esta estrategia, los poblados más grandes podÃ-an
convertirse en ciudades-estado e incluso imperios que abrigaban extensos territorios, permitiendo –a la vez-, a algunos
gobernantes controlar a los trabajadores, como en el caso de los esclavos, por ello, nos atrevemos a aseverar que
con la aparición de dichas civilizaciones, la evolución humana ingresó en un perÃ-odo radicalmente distinto.
En la actualidad, varios miles de años después de la aparición de las primeras civilizaciones, la mayorÃ-a de los
humanos viven en sociedades de millones de individuos, pero ello ha traÃ-do rasgos y/o caracterÃ-sticas sociales muy
especiales. Se han acrecentado los fenómenos de la intolerancia, la exclusión, el racismo, el autoritarismo, el poder
(dominación) y muchos otros estragos generados por la interacción social que arrastran a la persona a un
individualismo que, mientras lo acerca a las comunicaciones mediáticas, lo aÃ-sla y aleja del otro, de su prójimo más
próximo. En otras palabras, como manifiesta Carlos Cullen, ahora para el ser humano “No se trata de ser bueno, ni
siquiera de ser libre: se trata de ser exitoso, de ser competitivo, de lograr estándares y ratings aceptables por el
mercado― y en esa dirección, los individuos nos desvalorizamos, perdemos el autoestima e incrementamos la
desconfianza con respecto al otro y a los otros. Un ejemplo muy actual, es el generado con el tema de la crisis
económica mundial, que más que económica, ha evidenciado una crisis moral mundial, donde el ser humano frente a
la adversidad, ha emprendido camino hacia el abandono de una cualidad que posee desde hace miles de años, cuando
aún habitaba en aquellas sociedades “primitivas―, me refiero a una utopÃ-a colectiva llamada Solidaridad.
*Alex DarÃ-o Rivera M: Educador, Promotor Cultural santabarbarense, editor de la revista histórica-cultural y de la serie
documental de televisión “RaÃ-ces― y Licenciado en Ciencias Sociales en la Universidad Pedagógica Nacional “Fran
Morazán―, autor del libro de poesÃ-a Introspecciones Extintas. E mail: [email protected]
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Generado: 7 September, 2016, 21:46
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