La Ley de Emergencia Pública establece la

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RESUMEN DE LA PRESENTACION DE LA DEFENSORIA DEL PUEBLO
La Ley de Emergencia Pública establece la pesificación de las tarifas de
servicios públicos, la prohibición de todo tipo de indexación tarifaria, la
renegociación de los contratos y la obligación de las empresas de cumplir con
las obligaciones de inversión. En cuanto a la renegociación de los contratos, la
ley es clara en establecer en su artículo nº 9 los criterios en los que se debe
basar, entre los cuales “la rentabilidad de las empresas” constituye uno sólo de
los criterios y no el único.
A pesar de la existencia de la referida ley de Emergencia Pública y de los
procedimientos adoptados luego por el Poder Ejecutivo Nacional, la misma
Administración pretendió en dos oportunidades, a partir de septiembre de este
año, imponer la aplicación de un aumento de tarifas en algunos sectores, por
fuera del proceso de renegociación. Este cambio de actitud del Poder Ejecutivo
Nacional fue justificado en un supuesto contexto de “urgencia” dentro de la
emergencia, que requería medidas diferentes a las adoptadas durante la
emergencia.
En ese marco, esta parte solicitó una medida cautelar que fue efectivamente
dictada por la jueza Claudia Rodríguez Vidal y consentida por todas las
empresas afectadas, en la que se dispuso: “la suspensión de la realización de
las audiencias públicas”
Así las cosas, el nuevo intento del Poder Ejecutivo por imponer el aumento
tarifario que venimos a impugnar en esta ocasión, presenta las mismas
falencias y vicios que los anteriores. Una vez más, el aumento tarifario
aparece como una cuestión ajena al proceso de renegociación integral de los
contratos. La participación de la Comisión de Renegociación y de los
Usuarios y Consumidores está anulada.
La desidia que caracteriza al Poder Ejecutivo Nacional en el proceso de
renegociación lo llevo a intentar el aumento de tarifas por varios
mecanismos. Ahora prueba el último intento por aumentar las tarifas: el
decreto de necesidad y urgencia.
El Poder Ejecutivo considera para aumentar las tarifas que: el aumento se
realiza en el marco de la ley de emergencia económica (art. 9); las
concesionarias solicitan la recomposición de los precios; hay pruebas sobre la
necesidad de readecuar las tarifas de ciertos sectores públicos; hay una
necesidad especial de proteger a los usuarios y consumidores a través del
aumento tarifario; la inexistencia de una readecuación de los precios puede
generar, por parte de las propias concesionarias, una distorsión de mercados o
acciones de naturaleza monopólica u oligopólica; la jurisprudencia de la Corte
avala el apartamiento de las normas en épocas de emergencia.
Todos y cada uno de estos argumentos son ilegítimos e inconstitucionales. La
demanda critica de manera concreta y pormenorizada el decreto de necesidad
y urgencia.
1. Participen todas las partes comprometidas en el proceso de renogociación
de contratos de servicios públicos. Esta participación no existió.
2. Decreto sólo tiene en cuenta el interés de las empresas sin atender los
demás criterios establecidos por el legislador en la ley de emergencia
económica
3. Las pruebas de la necesidad de ajustar tarifas no han sido analizadas por
las demás partes que intervienen en el proceso de renegociación. (usuarios,
defensoría).
4. El artículo 42 de la C.N. agrega a la garantía y protección de los todos los
derechos la obligación del Estado de garantizar la participación de los usuarios
en todas las decisiones relacionadas con los servicios públicos, así como el
acceso a toda la información veraz relativa a las condiciones de vigencia de
esos servicios públicos, debido ello a la disparidad de relaciones existente
entre el simple usuario y las empresas prestadoras de servicios públicos
5. Ante acciones oligopólicas o monopólicas ante acciones de esa naturaleza
realizadas por los concesionarios el Poder Ejecutivo Nacional posee
herramientas específicas para hacer cesar esas prácticas por parte de las
empresas licenciatarias.
6. La Corte Suprema sostuvo la imposibilidad del estado de agravar la situación
económica de sus ciudadanos en el propio fallo que cita el Ejecutivo para
permitir el aumento: la Corte sostuvo que: “La norma que, fundada en la
emergencia, restringe o limita los derechos de las personas, debe estar
destinada a poner fin a un estado de necesidad caracterizado por variables de
escasez, pobreza, penuria o indigencia, siendo ilegítima, como consecuencia
de ello, aquella medida que agrave el estado de necesidad que alega resolver”.
La situación económica de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires no es
distinta a la realidad económica de la Argentina, por lo que mal puede
pensarse que los usuarios puedan soportar la desidia del Poder Ejecutivo
Nacional en la realización de los procedimientos necesarios para
determinar la realidad de cada uno de los contratos de servicios públicos,
para el caso, gas y electricidad. Pero si a ello se suma la imposibilidad de
participar en la discusión previa y la falta de acceso a la información necesaria
para las modificaciones tarifarias, la inconstitucionalidad del decreto es
patente.
Sobre estos argumentos gira la acción en defensa y protección de los usuarios
con solicitud de medida cautelar urgente presentada por la Defensoría.
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