Prepara mi corazón, Señor, para que te reciba en Navidad. II Domingo de Adviento Un corazón preparado para Jesús Ayúdame a mejorar, a cambiar mis actitudes, a pedir perdón por las cosas que no hago bien. Quiero prepararme con alegría para encontrarte. Quiero ofrecerte un corazón sencillo, bueno, generoso para que vivas siempre en él. Quiero que crezcas en mi interior y me enseñes cada día a amar más a Dios y a los demás. Querido Jesús, acepta lo que te ofrezco, mi persona y mi corazón para que siempre estés a mi lado. ¡Que así sea, Señor! acción católica general SECTOR DE NIÑOS www.accioncatolicageneral.es 5 Diciembre PREPARA MI CORAZÓN Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos P or aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: “Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”». Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: «¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga». S 3, 1-12 Mateo eguro que alguna vez, yendo de viaje, has visto a gente arreglando la carretera. Lo hacen para que esté más lisa y limpia... para que podamos circular más seguros. En este segundo domingo de Adviento, Juan el Bautista, nos anima a “allanar los senderos”... para que Jesús pueda llegar mejor. Los “senderos” a los que se refiere son los que llevan al corazón de cada uno de nosotros. Para que Jesús llegue a nosotros, el camino a nuestro corazón tienen que estar limpio y llano... libre de obstáculos. Juan nos pide que cambiemos nuestra manera de pensar y actuar en todos los momentos de nuestras vidas... siguiendo las enseñanzas de Jesús. Y que ese “cambio a mejor” se note en lo que hacemos cada día y en cómo tratamos a los que nos rodean. Cualquier momento es bueno para darnos cuenta de las cosas que hacemos mal. Debemos encontrar los pequeños “obstáculos”... que dificultan la llegada de Jesús a nuestro corazón. Porque los amigos de Jesús, cuando descubrimos nuestros pecados, buscamos arrepentirnos, nos llenamos de ganas de mejorar... y decimos: “Perdóname Señor”. Esta Navidad Jesús no quiere nacer en una cueva o en un lugar oscuro. Quiere nacer en nuestros corazones, y espera encontrar en cada uno de nosotros un corazón lleno de luz... limpio, en paz, lleno de amor a Dios y a los demás. z ¿Cómo sería el corazón en el que estaría a gusto el Niño Jesús? z Este corazón... ¿en qué se parece al tuyo? ¿Es un sitio en el que hay más cosas malas... o más cosas buenas? z De las cosas que piensas que tienes que cambiar, de los “obs- táculos” que tienes que ir quitando... piensa en uno en concreto. ¿Qué vas a hacer durante esta semana para mejorar?