El patrimonio geológico: ese gran desconocido La Geología, a pesar de tratar de responder a la apasionante pregunta “¿Cuál es la historia de la Tierra?”, es la ciencia menos divulgada entre el gran público. Isaac Campos defiende su interés científico y cultural. La Biología estudia la vida en sus más diversa manifestaciones, pero su gran pregunta se puede resumir en un breve ¿Qué es la vida? De igual manera, la Geología también se formula una gran pregunta no menos apasionante: ¿Cuál es la historia de la Tierra? Como ciencia moderna es muy joven debido al corsé creacionista que la ha mantenido constreñida hasta el siglo XVIII y a pesar de todo; ha avanzado con rapidez hacia la resolución de esta pregunta. Este objetivo historicista también introduce un hecho diferencial respecto otras disciplinas científicas y es la preponderancia absoluta del factor tiempo, y no como una variable más como en la física o la química. De las ciencias naturales, la geología es la menos divulgada entre el gran público. Las causas son muchas y podemos apuntar algunas, como por ejemplo, el escaso espacio que ha tenido reservada en la enseñanza secundaria (hasta su práctica desaparición con la reforma). También se ha de remarcar el poco relieve social que tiene el geólogo en nuestro país, desplazado por los ingenieros de su ámbito profesional. También seria conveniente una autocrítica del gremio, que seguramente no ha hecho un esfuerzo didáctico entre la ciudadanía, con la excepción de notables iniciativas individuales (Francisco Anguita, por ejemplo), o de temas puntuales que más o menos se relacionan, como la paleoantropologia (Atapuerca, por ejemplo) o los mediáticos dinosaurios. Esta misma ignorancia también ha provocado que la administración y los agentes sociales en general hayan mostrado mucho más interés en la protección y la divulgación de la flora y la fauna, ignorando el soporte de la vida que es la gea, a pesar de formar parte implícita del paisaje salvaguardado. Es preciso decir también que hay algunas excepciones de importancia, como entre otros, los parques canarios o el parque natural de la zona volcánica de la Garrotxa (Girona), donde fue determinante el interés ciudadano para salvar los mejores volcanes peninsulares de su literal conversión en material de construcción. Esta situación poco a poco se va corrigiendo gracias sobre todo al trabajo de la comunidad universitaria, y ya hay algunas comunidades autónomas que han catalogado sus geotopos o puntos de interés geológico (PIG) y geozonas o zonas de interés geológico (ZIG). Los PIG y ZIG serian figuras de protección que de alguna manera preservaría el patrimonio geológico de su destrucción. Patrimonio geológico Se define el patrimonio geológico como “el conjunto de recursos naturales, en general no renovables, sean formaciones y estructuras geológicas, formas de terreno o yacimientos paleontológicos y mineralógicos, que permiten reconocer, estudiar y interpretar la historia geológica de la Tierra y los procesos que la han modelado hasta su actual configuración". Esta definición amplia y compleja acoge en su seno a todas aquellas manifestaciones que puedan resultar de interés paisajístico, didáctico o científico. Pero a la vez esta amplitud hace más difícil seleccionar algunos geotopos y geozonas. Yacimientos de minerales, rocas o fósiles, formas del relieve singulares o estratotipos que definen un periodo geológico, incluso estructuras tectónicas o estratigráficas “de libro” son recursos relativamente fáciles de limitar en el espacio. Son no renovables y su destrucción es radicalmente irreversible y la información contenida irrecuperable por siempre jamás. En el caso de recursos renovables, generalmente ligados al ciclo del agua, como por ejemplo un manantial, el PIG es muy puntual y acotable, pero depende de un sistema hídrico más complejo que puede abarcar centenares de km2, y susceptible de sufrir contaminación, sobreexplotación, etc. Otros recursos renovables de “periodo geológico corto” como playas, dunas móbiles o deltas son muy sensibles a interferencias antrópicas realizadas lejos del propio PIG o ZIG. Pero ha de quedar claro que la interpretación de la historia geológica de una región no se realiza la mayor parte de las veces a partir de singularidades o rarezas, sino a partir de sucesiones de rocas y estructuras comunes, generalmente solo patentes a partir de la cartografía. Y aquí es de donde surgen ciertas dificultades, ya que pueden tratarse de áreas muy extensas, poco vistosas o de límites imprecisos. Pero de igual manera que a nadie se le ocurriría hacer pasta de papel con la carta de repoblamiento de una comarca, tendría que ser igual de extraño que a alguien se le ocurriera hacer ladrillos con anodinas arcillas que por ejemplo, permitiesen las claves del registro climático de los últimos 1000000 años. El carácter histórico de este patrimonio le confieren un carácter no solamente de bien científico y natural, sino también cultural, ya que son una memoria de la evolución de la Tierra en general y de nuestro paisaje más próximo en particular. Salvando todas las distancias estos georecursos son equivalentes en cierta manera a lo que representa un yacimiento arqueológico para la historia humana. Esto hace que se puedan potenciar como “exposiciones” al aire libre, abiertas y populares en que se pueden llevar a término actividades didácticas o de divulgación (itinerarios, paneles explicativos...) atractivas parar el gran público. Además los PIG y ZIG tienen una ventaja sobre la flora y la fauna y es que son estáticos y no sufren variaciones estacionales. En este sentido hay experiencias notables como el Parque Geológico de Aliaga (Aragón) o el Parc Cretàcic de la Conca Dellà (Lleida) o itinerarios promovidos por entidades naturalistas que demuestran que hay mucha gente que le interesa conocer el porqué de su paisaje cotidiano y incorporar la geología a su bagaje cultural. zona volcánica de la Garrotxa http://www.parcsdecatalunya.net/garrotxa.htm Parque Geológico de Aliaga http://www.maestrazgo.arrakis.es/pga/f_geo.htm Isaac Camps Gamundi