Entorno del comercio mundial y regional

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PERÚ
COMPORTAMIENTO DEL COMERCIO
EXTERIOR GLOBAL DURANTE 1998
ALADI/SEC/di 1222.4
19 de enero de 2000
Entorno del comercio mundial y regional
El comercio exterior de Perú durante 1998 se vio afectado por un entorno poco
favorable a nivel internacional como consecuencia de la crisis financiera originada en
los países asiáticos, la moratoria rusa y las serias alteraciones climáticas provocadas
por el fenómeno del Niño.
La recesión de las economías del mundo, principalmente de la asiática, que afectó la
demanda de productos primarios, y las sensibles bajas de los precios internacionales
de los productos básicos incidieron en forma desfavorable en las colocaciones
peruanas, que se vieron disminuidas en un 16% revirtiéndose así una tendencia al
alza que se venía observando en los últimos cuatro años.
Las ventas de Perú al mercado asiático, que comprende a Japón, ANASO1, Acuerdo
de Bangkok2 y el resto de Asia, oscilaron alrededor del 23% del total de las
exportaciones desde el principio de la década, teniendo una fuerte caída (50%) en
1998 cuando alcanzó apenas el 13% del total.
Una disminución de la demanda interna, sumada al fenómeno del Niño que afectó
principalmente los sectores primarios así como la capacidad de consumo, y la crisis
financiera mundial que generó un menor flujo de capitales e inversiones hacia el país
tuvieron como consecuencia que después de un comportamiento ascendente durante
el período 1990-1997 el valor de las importaciones cayó un 4% el último año.
El saldo de la balanza comercial, deficitario desde 1992, llegó en 1998 a su nivel más
desfavorable como consecuencia de una mayor contracción de las exportaciones,
principalmente con los países de fuera de la región, con respecto a la de las
importaciones globales.
Tal como sucedió con las ventas globales, el monto de las exportaciones peruanas a
los demás países de la ALADI también se vio disminuido en un 10%, luego de cuatro
años de suba, mientras que las importaciones desde la región, tras una década de
continua expansión, bajaron un 15% en 1998 con lo que se atenuó, en parte, el déficit
comercial con la región que venía incrementándose permanentemente desde 1990, en
el que corresponde destacar las fuertes disminuciones de los saldos negativos con
Colombia y Venezuela.
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Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Viet Nam.
Bangladesh, Corea del Sur, India, Laos y Sri Lanka.
Intercambio con el resto del mundo
Las principales áreas geoeconómicas hacia donde se destinaron los productos
peruanos en el último año fueron, como es tradicional, Estados Unidos, Unión Europea
y Asia, mercados que representaron el 39, el 26 y el 16 por ciento, respectivamente,
del comercio con el resto del mundo. En esta corriente comercial se destacan,
principalmente, los embarques de minerales y metales que, aunque disminuyeron de
manera considerable, cubrieron el 38% de las ventas a las mencionadas áreas.
El comienzo de una importante corriente de embarques de oro, que tiene origen en
una mayor producción interna, como consecuencia del inicio de operaciones en
algunos yacimientos, y de un mayor dinamismo en otros, y el aumento considerable de
los volúmenes exportados de cátodos y secciones de cátodos de cobre, que
contrarrestó el fuerte deterioro de su precio internacional, lograron prevalecer para
obtener un aumento del valor de los suministros a Estados Unidos, principal
comprador en 1998. No sucedió lo mismo con los aceites crudos de petróleo o de
minerales bituminosos y con el café sin descafeinar que, pese a mantener aún valores
importantes, ellos disminuyeron considerablemente con respecto al año anterior.
Las ventas a los países de la Unión Europea, que en 1997 era el principal adquiriente,
tuvieron una importante contracción, fundamentalmente en alimentos y en minerales y
metales que son los rubros que mayor peso tienen en este comercio. Se destacan las
colocaciones de cátodos de cobre, minerales de cinc y oro en bruto en Bélgica,
España, Italia y Reino Unido y las de café y harina de pescado en Alemania y Países
Bajos.
La crisis que se desencadenó en Asia en 1997 afectó seriamente, como ya se
mencionó, el comercio de bienes, provocando un fuerte deterioro tanto en los precios
de los productos primarios así como de su demanda, lo que originó una brusca caída
de los valores de las exportaciones peruanas a los países de esa región, que en
algunos casos, se redujeron a menos de la mitad de los montos alcanzados el año
anterior.
Tal es el caso de Japón quien disminuyó sus compras en más del 50 por ciento en
artículos como minerales de cobre, minerales de plomo y harina de pescado, bajas
que no pudieron ser compensadas por el abultado aumento de las exportaciones de
plata sin alear y el leve ascenso de las menas de hierro sin aglomerar.
La contracción que se registra con los países de la ANASO se concentró en fuertes
caídas de los envíos de harina de pescado hacia Filipinas e Indonesia, en las notables
mermas de las colocaciones de cátodos de cobre en Tailandia y Singapur, y en la gran
reducción del valor de los suministros de minerales de estaño a Malasia.
Las ventas al resto de los países de esta región tuvieron fuertes disminuciones
también en los abastecimientos de los productos mencionados anteriormente,
destacándose fundamentalmente la gran contracción de los de harina de pescado a
China que no obstante mostrar aumentos en los embarques de minerales de cobre y
de plomo no fueron suficientes para contrarrestar el retroceso de las exportaciones,
interrumpiéndose así el sostenido aumento que se venía registrando desde tiempo
atrás.
Una menor demanda interna que afectó a la industria y a aquellas actividades dirigidas
al mercado interno, así como el fenómeno del Niño que incidió negativamente en casi
todos los sectores económicos sumado, en la segunda mitad del año, a la moratoria
rusa que desencadenó una suba de las tasas de interés y una restricción del
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financiamiento, provocaron que el valor de las importaciones desde los países de fuera
de la región sólo alcanzara un crecimiento del 2 %, el más bajo de los últimos nueve
años.
Estados Unidos, la Unión Europea y Asia fueron los principales abastecedores,
participando con el 40, el 24 y el 24 por ciento, respectivamente, de las compras de
Perú en el resto del mundo siendo las manufacturas el principal componente de este
comercio. El respectivo valor cubrió el 78 % del comercio registrado con estos países.
La leve contracción de las compras de manufacturas en Estados Unidos no pudo ser
equilibrada por el aumento que tuvieron las adquisiciones de alimentos, lo que dio
como resultado que los suministros desde este país tuvieran un pequeño descenso.
También bajaron las internaciones procedentes de la Unión Europea como
consecuencia de las ligeras disminuciones de manufacturas y de alimentos, mientras
que crecieron moderadamente las importaciones desde Asia.
Intercambio con los países de la ALADI
Las exportaciones intrarregionales que tenían un comportamiento ascendente en los
últimos cuatro años, sufrieron un vuelco en 1998, registrando una baja del 10%. Esta
disminución del comercio fue ocasionada, principalmente, por bajas en las ventas a
Brasil, Venezuela y Argentina seguidas, con menor monto, por las mermas de las
colocaciones en Colombia, Paraguay, Ecuador y Uruguay, y compensadas en parte
por las subas en los suministros a México y, de menor cuantía, a Bolivia y Chile.
Brasil, Colombia, Chile y México son, en ese orden, los principales compradores de la
región de productos peruanos destacándose, entre las ventas a los países miembros
de la ALADI, las de manufacturas, única categoría de bienes que registró aumento de
valor con respecto a 1997, las de minerales y metales y las de alimentos.
Luego de un sostenido crecimiento, las internaciones desde los socios del Tratado de
Montevideo tuvieron una reversión del 15 % que se explica, fundamentalmente, en las
pronunciadas caídas de las compras en Colombia y Venezuela, acompañadas también
por las mermas registradas en los valores de las importaciones desde Paraguay,
Bolivia, México, Ecuador y Chile. Estas disminuciones de comercio no fueron
equilibradas por las leves alzas de las adquisiciones en Argentina, Brasil y Uruguay.
Los movimientos más importantes correspondieron a manufacturas, a alimentos y a
combustibles y los principales vendedores de productos a Perú fueron Colombia,
Venezuela, Brasil y Argentina.
Las pronunciadas caídas de los suministros de minerales de cinc y de cobre, y de
cátodos de cobre explican la sensible baja de las ventas en Brasil. Las importaciones
no sufrieron cambios significativos, siendo las topadoras de orugas, el azúcar y el
papel y cartón los productos con mayor comercio. Estos registros provocaron que casi
se duplicara el déficit comercial con este país.
Con ventas prácticamente incambiadas , con respecto al año anterior, pero con una
sensible caída en las compras de combustibles, el intercambio con Colombia redujo a
casi la mitad su balanza comercial negativa.
El intercambio con Chile tuvo una leve merma en los suministros de minerales y
metales compensada por un alza de los embarques de manufacturas, y una brusca
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caída en las adquisiciones peruanas de éstas últimas, lo que disminuyó en parte el
saldo desfavorable del año previo.
Los aumentos de las colocaciones de minerales de plomo y de cobre “blister”
acompañados de las disminuciones de las de alimentos y de combustibles dieron
como resultado un aumento en el valor de las exportaciones hacia México, mientras
que las importaciones tuvieron una baja pronunciada provocada por las contracciones
de comercio de combustibles y de manufacturas, especialmente las de automóviles y
de televisores, acompañadas por un incremento de menor magnitud de las de
alimentos.
Las colocaciones en Bolivia vieron incrementadas las ventas de manufacturas
mientras que se contrajeron considerablemente las internaciones de algodón, de tortas
y residuos de la extracción del aceite de soja, de azúcar y de aceite de soja que, no
obstante esta baja, continúan siendo los productos más importantes de este comercio.
Una leve merma de las exportaciones de alambres de cobre y de cátodos de cobre a
Venezuela, acompañada de un gran deterioro de las compras de combustibles y de
manufacturas, lograron disminuir en un 30 % el fuerte déficit comercial que mantenía
Perú con ese país en años anteriores.
Las ventas en el mercado ecuatoriano sufrieron una moderada caída del monto de los
embarques de alimentos, mientras que las internaciones registraron una notoria baja
de las adquisiciones de aceites crudos de petróleo.
El intercambio con Argentina aumentó sus números negativos como consecuencia de
una baja de las exportaciones, especialmente las de aceites crudos de petróleo, y un
alza en las importaciones de alimentos.
No hubo variaciones de importancia en el comercio con Uruguay destacándose las
ventas de preparaciones y conservas de pescado hacia ese país, y las compras de
arroz.
Situación similar a esta última presenta el intercambio con Paraguay en el que
sobresalieron las importaciones de tortas y residuos de la extracción del aceite de
soja.
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