Discurso Alejandro Nin 40 años CLU A todos los presentes: Sr. Presidente en Ejercicio de la Presidencia de la República Sr. Presidente del BROU Productores laneros Dirigentes cooperativos y de instituciones amigas Directivos y funcionarios del BROU Representantes de los bancos privados, de OIKOCREDIT, de FUNDASOL, de la CND Nuestros proveedores y asesores A nuestros colegas del sector lanero Representantes Nacionales, Intendentes y representantes del Poder Ejecutivo Funcionários de CLU y las cooperativas Amigos de nuestra empresa En el nombre del Consejo de Administración de CLU que tengo el grato honor de presidir quiero darles a todos la mas calurosa bienvenida. Siento una gran satisfacción de dirigirme a este grupo selecto de personas que de una forma u otra tiene mucho que ver con el desarrollo de nuestra empresa a lo largo de su historia. Hoy estamos aquí reunidos para celebrar los 40 años de Central Lanera Uruguaya, los primeros 40 años de una empresa lanera cooperativa, dirigida por y para los productores, que son los destinatarios finales de todas nuestras acciones, una organización de naturaleza única en el mundo en su rubro. Han sido 4 décadas construyendo día a día una utopía: crear y gestionar una empresa solidaria y competitiva a la vez. Solidaria en el sentido de que estamos convencidos que a los productores nos va a ir mejor actuando unidos, asociados, con respecto a comercializar nuestros productos en forma aislada. Competitiva porque nos hemos ganado en forma legítima un espacio en el mundo lanero y si hoy más de 2000 productores nos respaldan es porque somos una opción económicamente atractiva, que ofrece una propuesta de valor diferente, basada en un precio justo, menos riesgos en los negocios y más servicios. Y quiero comenzar con un reconocimiento. Un reconocimiento especial a los pioneros, a los fundadores, a los visionarios que fueron capaces de imaginar el futuro en sus sueños. A las instituciones fundadoras, a las cooperativas Unión Rural de Flores y El Fogón de Sarandi del Yí y al Centro Cooperativista del Uruguay, nuestro reconocimiento profundo. En estos años no hemos hecho otra cosa que tender puentes entre la producción y los mercados más exigentes, a lo largo y ancho del mundo: desde nuestros bretes y galpones de esquila a abastecer los mercados más sofisticados. Y todo eso en una empresa de productores, donde una de las claves de su supervivencia y éxito ha sido el apego a nuestros valores fundamentales: Solidaridad, Seguridad, Justicia, Innovación, Compromiso, y Profesionalismo Empresarial; han sido los pilares que en estas 4 décadas han guiado el accionar de nuestra empresa, en las decisiones de todos los días, en todos los niveles y también en las grandes decisiones estratégicas que se han tomado En una empresa de productores existe un permanente equilibrio entre los precios a pagar y los resultados de la organización, que incluyen una capitalización y el crecimiento patrimonial. El cuidado de ese equilibrio ha sido y es también uno de los factores fundamentales del éxito y por lo tanto una gran fortaleza, un gran activo que hemos construido en todos estos años. Han sido de construcción permanente, de avance continuo, sin prisa pero sin pausa. Ha sido un proceso paulatino, sin saltearse etapas, desde los pioneros que salieron con una valija a conocer los mercados y a hacerse conocer en el mundo lanero, pasando por hacer fazón en una barraca, para luego construir una barraca modelo en el país y continuando con el camino del agregado de valor, comenzar primero tímidamente a lavar y peinar la lana contratando a fazón. Luego vino la etapa de la industria propia, una decisión largamente meditada y debatida a la interna. Construimos Lanera Piedra Alta innovando nuevamente en varios planos, una cooperativa asociándose hace casi 20 años con otra empresa no cooperativa, que además era una trasnacional y con la cual competíamos tanto en el abastecimiento de lana como en la venta de tops en el mundo. Toda una trasgresión a los paradigmas existentes. Desde el año 2001 podemos decir con orgullo que somos propietarios de la última peinaduría construida en el país. Por eso estas 4 décadas han sido sobre todo de crecimiento cualitativo, generando ideas, nuevas formas de ver los negocios, siempre priorizando la creación de valor y con el foco en la calidad, como estrategia de diferenciación. Hemos ido creciendo en nuestra participación de mercado de lana, que es el mejor indicador de la real competitividad de una empresa. Hemos construido una organización de la cual estamos orgullosos, porque es un ejemplo reconocido: Por su transparencia comercial en todos los sentidos Por su historia de cumplimiento estricto de todas sus obligaciones Porque somos la demostración de que solidaridad y competitividad juntas son posibles Por la excelencia de su equipo humano en capacitación permanente Porque es lo que hoy se conoce como una empresa socialmente responsable Y todo ello gracias a las 3 confianzas, que son los pilares donde se apoya nuestra organización: La confianza de nuestros productores, aportando la producción y el trabajo de todo el año La de nuestros clientes en el exterior, a través de la marca CENTEX, con muchos de los cuales hemos desarrollado relaciones estratégicas de largo plazo La confianza del sector financiero, sin la cual toda nuestra actividad no sería posible Central Lanera se ha constituido en un ejemplo de banca de segundo piso en el país, habiendo canalizado en su historia más de 600 millones de dólares en financiamiento a los productores, a través de los ya tradicionales adelantos. Y todo ello atravesando varias crisis financieras que sufrió el país, sin tener un día de atraso ni con nuestros productores ni con quienes nos financian. Y aquí quiero detenerme y mencionar especialmente al Banco República, que desde los primeros años ha estado trabajando con nosotros, financiando todas las actividades de la empresa y estando presente en los momentos más difíciles, cuando parecía que todas las puertas se cerraban. Ha sido un verdadero compañero de ruta y una palanca del desarrollo y crecimiento de nuestra empresa. Sin duda también han sido un importante aporte el resto de las instituciones que han financiado nuestra actividad, tanto la banca privada, la Corporación Nacional para el Desarrollo, así como OIKOCREDIT y FUNDASOL, estas últimas dos instituciones de las cuales además somos integrantes y con las cuales compartimos valores. En este último año y como parte de la política de diversificación financiera de la empresa, incursionamos con total éxito en la emisión de Obligaciones Negociables por 3 millones de dólares convirtiéndonos de esa forma en una herramienta idónea para canalizar el ahorro interno hacia el sector productivo, un desafío cumplido con creces. La emisión nos demostró también la confianza de los inversionistas en Central Lanera, donde la mitad de las obligaciones se colocaron entre inversionistas externos al sector, todo un activo a cuidar y hacer crecer. También en estos años ha sido invalorable el aporte de nuestros asesores, y de todos nuestros proveedores, con quienes trabajamos codo a codo, todos los días, todo el año. Sin duda esta gran red de apoyo es una extensión de nuestra empresa en muchos sentidos y sería impensable la actividad sin nuestros proveedores, tanto de productos como de servicios. También hemos trabajado estrechamente con las instituciones de investigación y transferencia tecnológicas: como el INIA y el Secretariado Uruguayo de la Lana así como la Universidad de la República y el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca en sus distintas dependencias procurando el desarrollo sustentable de los productores laneros en el largo plazo. Somos una empresa de productores, 100 % nacional, apostando al crecimiento de nuestra gente, tanto en la lana como en la carne ovina, tenemos una propuesta abierta para todos aquellos productores de todas las razas ovinas que compartan nuestros valores y una visión de largo plazo. Estamos en un momento especial para el sector agropecuario en su conjunto, viviendo un proceso general de tonificación de nuestra producción, de crecimiento en los volúmenes exportados sin precedentes. La lana ha mejorado sus precios y hoy se encuentra en los mayores niveles en muchos años. La carne ovina tiene precios remunerativos y estos mejorarán en la medida que se acceda a mejores mercados, especialmente para cortes de carne ovina con hueso. Pero el horizonte no está despejado y visualizamos alguna luz amarilla en la cadena textil lanera ya que: Hemos perdido competitividad en forma paulatina por el tipo de cambio Sufrimos un aumento generalizado de las tarifas públicas, lo que se ve agravado si lo medimos en dólares Nuestros costos salariales también han crecido en forma importante, medidos tanto en dólares como en euros, fruto de los aumentos salariales impuestos por los Consejos de Salarios y la reinstauración de los aportes patronales y esto en un sector como el topista donde no había perdida salarial Se ha rebajado la devolución de impuestos indirectos a la exportación aplicando una tasa plana del 2 % que no contempla la realidad de cada sector Nos preocupa especialmente el rompimiento del sano equilibrio entre los volúmenes de exportación de lana sucia y la exportación de lana peinada, a favor del vertiginoso crecimiento de las exportaciones de lana sucia, con la preocupación adicional que la misma se concentra prácticamente en un solo mercado. En otros rubros la pérdida de competitividad termina en menos precio al productor, mientras que en el caso de la lana se altera la estructura de valor agregado de las exportaciones. En definitiva cada día nos cuesta cada vez más exportar el trabajo y agregado de valor nacional. Hemos hecho reiterados planteos al Poder Ejecutivo, advirtiendo de la situación que vive el sector topista. Reconocemos algunas medidas tomadas como la mejora en el régimen de prefinanciación y otras incluidas en la rendición de cuentas. Pero debemos ser conscientes que éstas han quedado neutralizadas por la aplicación de aportes patronales a la industria y la disminución de la devolución de impuestos. Compartimos la preocupación por el control de la inflación en pesos pero creemos que es igualmente importante monitorear la inflación en dólares para un país exportador, especialmente en el rubro lanero cuyo destino de la producción es un 95% destinado al mercado externo. Uruguay fue en los años 2004 y 2005 el mayor exportador de tops del mundo, lo que habla por sí solo de la competitividad del sector topista, y de su liderazgo a nivel mundial, en todos los sentidos, tecnológico, comercial y como cadena productiva en su conjunto. Son pocos los rubros, quizás sea el único, en que nuestro país es el primer exportador mundial en términos absolutos. No estamos pidiendo prebendas para un sector en decadencia. Pero es difícil competir con tantos elementos en contra, afectando la competitividad de un sector donde el país tiene ventajas comparativas y competitivas claramente demostradas. Confiamos en que conjuntamente con el poder ejecutivo podamos encontrar una solución creativa a estos problemas. Hemos encontrado en el Ministerio de Ganadería compresión sobre la problemática del sector y además una gran defensa al rubro ovino. Le pedimos al Ministerio especialmente su apoyo, para un sector de gran importancia en la economía del país que genera mas de 36 mil puesto de trabajo en la fase primaria y otro 17 mil en la fase industrial y en los servicios conexos. Adicionalmente creemos que el país, y especialmente su cartera, tiene un gran desafío que puede cambiar el futuro del rubro ovino, y es la apertura de mercados de calidad para carne ovina con hueso. En esto y en recuperar la competitividad de la producción de tops, nos va la vida. No es un pedido de la industria, es una demanda del conjunto de la cadena textil lanera para mejorar su performance y acceder a mejores precios al productor en el mediano y largo plazo. Aspiramos a vivir en un país que promueva el agregado de valor a su producción y donde se generen oportunidades de trabajo. Queremos y luchamos por un país donde las futuras generaciones puedan quedarse a trabajar en su tierra, donde nuestro campo tenga más lanares y nuestras fábricas trabajen a pleno todo el año. En esto nos va la vida también a todos, y por estas cosas nos encontrarán trabajando ahora y en el futuro. Llegamos hasta este aniversario, luego de 40 años de trabajo duro, de muchas experiencias vividas, acumulando conocimiento y capital humano. La empresa está viva, sólida, vigente, pero no estamos solos, la competencia es dura a nivel internacional y nacional, por lo que debemos seguir mejorando día a día. Un especialista en management ha dicho, en un claro paralelismo con la teoría de las especies de Darwin, que las empresas que sobrevivirán no serán las más grandes, sino las que se adapten mejor a los cambios. En esto tenemos credenciales, hemos dado muestras de saber adaptarnos y aún adelantarnos a los cambios, lo cual somos conscientes es condición necesaria pero no suficiente para permanecer y ser exitosos. Por último quisiera terminar adaptando el mensaje final del libro de Sergio Helbling “Una historia de la lana y su gente”. Han sido 40 fructíferos años. Central Lanera Uruguaya es una empresa reconocida y prestigiosa dentro y fuera de fronteras por productores, clientes, proveedores, instituciones financieras, organismos gubernamentales e instituciones internacionales. Esta cooperativa lanera uruguaya, formada por productores y llevada adelante por directivos y funcionarios capaces y comprometidos, ha hecho de sus principios y valores una herramienta constante. Seriedad, honestidad, seguridad, solidaridad, espíritu emprendedor, guían sus acciones día a día. Así hemos andado estas cuatro décadas, apuntado siempre a la calidad, a la superación y la innovación, al crecimiento. Así hemos surcado graves crisis, en las que otras empresas similares y no sólo de nuestro país, desaparecieron. Hemos desarrollado la capacidad de coordinar cadenas competitivas para satisfacer los mercados más exigentes, disminuyendo los riesgos y aportando soluciones a nuestros productores. Hoy podríamos decir tarea cumplida, pero no. Los desafíos, los riesgos, el futuro, están ahí. Por eso, desde hoy comenzamos a construir los próximos 40 años de Central Lanera Uruguaya. Para que nuestros hijos y nuestros nietos, los actuales y futuros productores laneros de nuestro país sean parte de una empresa que siga marcando los rumbos en la comercialización de lanas y carne ovina, y en el sector ganadero en su conjunto. Es una necesidad de todos. Que así sea.