BORRADOR DE ORDEN DE LA CONSEJERÍA DE CULTURA POR LA QUE ESTABLECEN LOS CONTENIDOS Y ESTRUCTURA DE LOS DOCUMENTOS RELATIVOS A LAS ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS La experiencia acumulada desde la entrada en vigor del Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas (BOJA número 134 de 15 de julio de 2003), ha dejado constancia de la necesidad de desarrollar y explicar los contenidos de los documentos tanto de carácter técnico como administrativo que se generan en la tramitación de las actividad arqueológicas que se autorizan por la Consejería de Cultura, desde su solicitud, hasta su autorización, y su posterior ejecución y finalización tanto en su fase de campo como en la entrega de resultados científicos. Es también finalidad de la presente Orden, acotar, aclarar y evitar ambigüedades en los límites de las respectivas responsabilidades que sobre cada cual recaigan, en el desarrollo de las actividades arqueológicas no puede producir otro resultado que una mayor garantía jurídica para todos sus actores, sean estos arqueólogos, promotores de las actividades arqueológicas, propietarios o inspectores. Entre las necesidades más imperiosas, se sitúa la de exponer públicamente los criterios que se siguen para la evaluación de la formación teórico-práctica y el modo de acreditarla, a que se refiere el apartado a) del artículo 6 del ya citado Decreto 168/2003, de 17 de junio. Más importante si cabe, y a los efectos de garantizar un tratamiento idóneo para los bienes objeto de intervención arqueológica, es la necesidad de homogeneizar los criterios en todo el territorio andaluz sobre los contenidos de los documentos, la realización de inventarios, el expurgo de piezas y los contenidos de las actas de depósito, según lo dispuesto en la recientemente aprobada Ley 14/2007, de 26 de noviembre, de Patrimonio Histórico de Andalucía (BOJA número 248 de 19 de diciembre de 2007). Con todo ello, se persigue producir unas intervenciones de mayor calidad y con un registro más riguroso, así como establecer una garantía jurídica plena para todas las partes que intervienen en las actividades arqueológicas, en la confianza de que se generen, a partir de ahora, aportaciones al conocimiento científico más valiosas, al huir de tópicos, generalidades y actuaciones poco o nada justificadas tanto en sus aspectos estratégicos como metodológicos, ya que no se debe olvidar el hecho de que, con independencia de las causas que la originen, toda actividad arqueológica es una actuación de investigación histórica. En su virtud y, de acuerdo con lo dispuesto en la Disposición Adicional Primera y en la Disposición Final Única del Decreto 168/2003, de 17 de junio, a propuesta de la Dirección General de Bienes Culturales, 1 DISPONGO Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación. La presente Orden tiene como objeto regular y aclarar los contenidos mínimos y criterios de redacción de los diversos documentos que generan las distintas actividades arqueológicas en la Comunidad Autónoma de Andalucía, y que son, en sus diversas fases, los siguientes: 1. Proyecto-solicitud 2. Libro-diario de intervención arqueológica 3. Memoria Preliminar 4. Inventarios y Acta de Depósito 5. Memoria Artículo 2. Documentación común a los proyectos de excavaciones arqueológicas. En la presente Orden, y de acuerdo con el contenido del Decreto 168/2003, del 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas, se define el proyecto de actividad arqueológica como el documento que determina y delimita los parámetros físicos del ámbito de la intervención, así como los objetivos, el marco estratégico y metodológico de la investigación arqueológica que se somete a procedimiento de autorización previa. Se deberán extremar las medidas para definir, siempre de forma suficientemente justificada, los objetivos planteados, la estrategia de investigación elegida, la metodología que se piensa aplicar, así como los recursos de todo tipo (personal investigador y de apoyo, medios auxiliares de obra y medios técnicos, entre otros) de que se disponen, debiendo presentarse una correlación consecuente entre los objetivos, la estrategia y la metodología, y los recursos para que dicho proyecto tenga garantías de éxito en la fase de resultados. 1. Las solicitudes de autorización irán dirigidas al Director General de Bienes Culturales, debiendo ser entregadas, acompañadas del Proyecto de intervención en su caso, en la Delegación Provincial correspondiente a la provincia en la que se pretende llevar a cabo la actividad. La solicitud se ajustará a los modelos que se publican como anexos I, II y III, a la presente Orden, y que podrán obtenerse en la página web de la Consejería de Cultura. 2. Al objeto de proceder a la identificación del bien y de la actividad a desarrollar, todo proyecto deberá dar comienzo con un título que, en cualquier caso, enunciará la modalidad, a efectos de autorización de la actividad, según el art. 5 del Reglamento de Actividades Arqueológicas; la modalidad de 2 actividad arqueológica, según el art. 2 y el art. 3 del citado Reglamento y el nombre que identifique el bien o ámbito concreto de la actuación. 3. Deberá hacerse constar la identidad de la persona que asume la dirección de la intervención arqueológica que, además, suscribirá dicho proyecto, como reconocimiento expreso de que lo conoce y lo asume íntegramente, con independencia de su autoría. Igualmente, se deberá identificar a todos los demás integrantes del equipo de intervención, especificando su labor dentro del proceso de la actuación. Asimismo se incluirá “currículum vitae” de cada miembro integrante del equipo y copia de la titulación académica según modelo de anexo IV. Respecto a la acreditación teórico-práctica de los directores de la actividad, se seguirán los siguientes criterios: En desarrollo de lo establecido en el artículo 6.a) del Reglamento de Actividades Arqueológicas, podrán solicitar la autorización de una actividad arqueológica, las personas físicas, nacionales o extranjeras, que cuenten con titulación académica de licenciatura en el ámbito de las humanidades y que acrediten una formación teórica en arqueología de un mínimo de 1.000 horas lectivas (100 créditos) o su equivalente en “créditos europeos” según el European Credit Transfer Sistem; (Según el Real Decreto 1125/2003, "…el crédito europeo (ECTS) es la medida del haber académico que representa la cantidad de trabajo del estudiante para cumplir los objetivos del programa de estudios". A diferencia con el crédito actual, basado en las lecciones magistrales que imparte el profesor, el europeo incluye las enseñanzas teóricas y prácticas, las horas de estudio y trabajo y las dedicadas a la preparación y realización de exámenes. Con el nuevo sistema, el valor del crédito pasará de las 10 horas de clase actuales a las 25 ó 30 horas de trabajo. Según el modelo normativo, cada curso constaría de 60 créditos), que podrán haber sido obtenidas mediante la realización de cursos y/o asignaturas universitarias (incluidos estudios de tercer ciclo de master o experto universitario, y de doctorado), cuyo área de conocimiento y/o materia estén directamente relacionadas con la disciplina arqueológica. Igualmente, se podrán acreditar parte de estos conocimientos teóricos con la suma de horas de asistencia a congresos, simposios o jornadas, siempre y cuando vengan acreditadas las horas de asistencia a los mismos. De igual manera, se deberá contar con una experiencia práctica de, al menos, diez meses de trabajo de campo, participando en, por lo menos, cuatro proyectos de la misma modalidad y clase de actividad arqueológica que para la que se solicita autorización, conforme a los artículos 2 y 3 del Reglamento de Actividades Arqueológicas. Para la acreditación de la experiencia práctica de las actividades arqueológicas desarrolladas dentro de Andalucía, será necesario que la persona esté explícitamente citada como miembro del equipo investigador en el libro-diario de la actividad, al que hace referencia el artículo 27 del Reglamento de Actividades Arqueológicas. En dicha cita se especificarán las funciones que se le han encomendado en los trabajos. En aquellas actividades en las que por su especificidad o por su objeto de estudio requieran técnicas o conocimientos especializados (actividades arqueológicas subacuáticas, de prospección geofísica, paleontológicas, análisis de registro biológico, labores de consolidación, restauración y 3 restitución arqueológica, así como actuaciones de cerramiento, vallado y cubrición), el solicitante tendrá que estar en posesión del título académico acorde con las características del proyecto. En caso necesario, la Consejería de Cultura podrá requerir la codirección de la actividad solicitada, entre técnicos de diferentes disciplinas. 4. En aquellos casos en los que, bien por la entidad o el interés científico de los vestigios arqueológicos sobre los que se desarrolla el proyecto, bien por la especificidad del registro arqueológico, la Consejería de Cultura considere la necesidad de que se incluyan especialistas de determinadas áreas de conocimiento científico, dicha ampliación se podrá exigir, previo informe que lo justifique razonadamente, mediante la correspondiente inclusión como condición a la resolución de autorización. 5. En relación a la justificación de la actividad arqueológica, se deberán indicar, en cualquier caso, las causas de índole científica, administrativa y del ámbito de la tutela del patrimonio histórico que hacen aconsejable la realización de la misma. En tal sentido: a) Se incluirá una memoria explicativa y justificativa sobre las razones que conducen a la necesidad de realizar esa determinada modalidad de actividad arqueológica o, en su caso, que la hacen recomendable, frente a otras opciones en el ámbito de la tutela del patrimonio histórico (esta memoria, tal vez, sea mejor exigirla a la Delegación Provincial, como contenido del preceptivo informe que se les requiere). b) Cuando se trate de una actividad arqueológica de apoyo a un proyecto de conservación o restauración, deberá adjuntarse, igualmente, una memoria descriptiva de los objetivos perseguidos por la actuación de conservación, suscrito por el arquitecto autor del proyecto de obras o, en su caso, por la Dirección Facultativa de la obra. En este supuesto, la planimetría explicativa necesaria que se incluya en el proyecto arqueológico como anexo, quedará a discreción del arquitecto redactor o director de la obra, que suscribirá tanto la memoria como los planos. Dicho anexo, deberá obtener el visado colegial correspondiente o, en los casos en los que el arquitecto redactor o director de la obra estén revestidos del carácter de funcionarios públicos, el correspondiente supervisado del órgano capacitado para su otorgamiento, según lo dispuesto en el Real Decreto Legislativo 2/2000, de 16 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. c) Si se tratase de actividades que se realizan a consecuencia de proyectos de obra, se deberá incluir un resumen explicativo del proyecto urbanístico, arquitectónico o de ingeniería civil que provoca la situación de peligro de pérdida o de deterioro de los vestigios arqueológicos, suscrito por técnico redactor o, en su defecto, director de las obras. En dicho resumen de la memoria, que se acompañará de los planos suficientes como para comprender la incidencia que el proyecto pudiera tener sobre el patrimonio arqueológico, se aportará, en cualquier caso, la cuantificación de la superficie y el volumen de tierra que implicaría la ejecución del proyecto, debiendo a tal efecto incluir los planos de 4 plantas y secciones constructivas debidamente acotados y definidas las rasantes actuales y las resultantes de la ejecución del proyecto. 6. Será necesario proceder a la identificación, localización y delimitación del bien o bienes a investigar, por lo que: a) En los proyectos de todas aquellas actividades arqueológicas comprendidas en el artículo 52 de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, excepto para el estudio de materiales arqueológicos depositados en los museos de la Comunidad Autónoma de Andalucía, se señalará el emplazamiento y la zona de actuación y se acotará literalmente. b) En el caso de actividades en el ámbito urbano, se identificará la zona según referencia catastral, así como con la dirección postal del inmueble (nombre de la vía pública y número municipal de gobierno con que se identifica el inmueble). En el supuesto de proyectarse la actividad sobre un espacio público, se identificará el mismo mediante nombre de la vía pública, zona verde, etc. donde se localice. c) Con ocasión de actuaciones arqueológicas en ámbito rústico, la zona deberá quedar delimitada mediante figura poligonal, cuyos vértices se definirán por coordenadas UTM del Sistema de Referencia ED50, Huso 30 Norte. d) En cualquier supuesto, la zona de actuación deberá quedar identificada y delimitada cartográficamente, mediante, al menos, la siguiente planimetría: • Planos de localización general: un plano provincial con indicación del término municipal en el que se pretende llevar a cabo la actividad, y un plano del término municipal con indicación de la zona de actuación. • Plano de situación: Para actividades en ámbitos urbanos, se incluirá un plano del sector del casco urbano en el cual se señalará la parcela o parcelas o espacio público afectados por la actuación proyectada. Para actividades en ámbitos rústicos, se incluirá un plano del polígono o polígonos catastrales, en el cual se situará la zona de actuación. • Plano de delimitación de la zona de actuación a escala adecuada: hasta escala 1/500 para ámbitos inferiores a las 3 Ha.; comprendidos entre las escalas 1/500 y 1/1000 para ámbitos con extensiones entre las 3 y las 15 Ha.; con escalas comprendidas entre 1/1000 y 1/2000 para ámbitos cuyas extensiones estén entre las 15 y las 25 Ha.; con escalas entre 1/2000 y 1/5000 para ámbitos de extensión comprendidos entre las 25 y las 300 Ha.; con escalas entre 5000 y 10000, para ámbitos comprendidos en las 300 y las 12.000 Ha. y con escala de hasta 1/50000, para los ámbitos comprendidos entre las 12.000 y las 300.000 Ha. El plano de delimitación de la zona de actuación se presentará, preferentemente, en formatos DIN-A4 y DIN-A3. 7. En referencia al contexto histórico y antecedentes en la investigación histórico-arqueológica, se redactará una memoria descriptiva del potencial arqueológico de la zona y se consignarán todos los estudios e investigaciones realizadas en el área de intervención y en su entorno 5 inmediato. Asimismo, se citará la documentación disponible y actualizada, de cualquier índole, que refleje noticias sobre hallazgos, existencia de bienes de naturaleza arqueológica y su estado, etc. en la zona donde se proyecta realizar la actividad. 8. Objetivos de la actividad. Se relacionarán, de forma exhaustiva, todos los objetivos específicos, tanto de índole científica -histórica y arqueológica-, como los relativos a la tutela del bien o bienes objeto de intervención. Asimismo se justificarán las estrategias y metodología específicas a desarrollar durante la investigación arqueológica, en aras a conseguir los objetivos enumerados previamente. La singularidad de estrategias y objetivos vendrá definida por los antecedentes arqueológicos; el proyecto de obras o actuación que genere la actividad arqueológica; así como por los problemas derivados de la tutela del bien que se pretendan resolver. 9. Contexto histórico y antecedentes en la investigación histórico-arqueológica. a) Los proyectos de las actividades arqueológicas deberán recoger, de forma textual, los condicionantes dispuestos en la normativa urbanística que sean de aplicación directa sobre el patrimonio arqueológico, ya sea aquella municipal, autonómica o estatal. b) En los supuestos en los que las actividades arqueológicas se deriven de una determinación producida por un órgano de la administración pública, se deberá incluir la trascripción literal o copia de dicho acuerdo o resolución 10. Se harán constar las especificaciones adecuadas para entender cómo se quieren alcanzar los objetivos perseguidos con la intervención. Deberá existir, por lo tanto, una adecuación entre éstos, los medios y la metodología. En cualquier caso, se deberá argumentar la metodología y la estrategia de intervención elegida en función de todos los objetivos perseguidos. En cualquier caso, se evitarán las referencias al empleo de metodologías genéricas que son de uso ordinario en todo el ámbito profesional de la arqueología. 11. En los proyectos de excavaciones arqueológicas extensivas y sondeos arqueológicos y análisis de estructuras emergentes, se deberán indicar necesariamente los siguientes elementos: a) Número de cortes, catas o calicatas a realizar, sus dimensiones previstas, justificación de su necesidad, localización y superficie afectada en cada caso; así como su plasmación en planimetría a escala adecuada. b) Profundidad prevista en cada uno de los sectores o áreas de intervención de la actuación. 6 c) Medios a utilizar para la excavación y descripción de los mismos (mecánicos y manuales), así como la casuística específica que previsiblemente pueda afectar a su empleo en los distintos sectores, contextos o unidades. d) Metodología específica consecuente con los objetivos de investigación planteados. e) Sistema de registro que se pretende utilizar, explicando las características básicas del mismo, pudiendo la Consejería de Cultura solicitar copia de las fichas o plantillas de registro propias del sistema a emplear. f) Tipo de documentación gráfica que se pretende aportar y escala de representación, así como referencias de los instrumentos técnicos, tanto de medición, como de almacenamiento de datos y representación gráfica. g) Analíticas que se prevén llevar a cabo y su justificación. Igualmente, deberá justificarse la ausencia de cualquier tipo de análisis en función de los objetivos planteados. h) En esta apartado se consignarán todos los instrumentos técnicos que se emplearán (medición, posicionamiento, tratamiento y almacenamiento de datos, fotografía, etc.) 12. En las actuaciones de control arqueológico de movimientos de tierra, se deberán indicar necesariamente los siguientes elementos: a) Localización de los movimientos de tierra dentro de la obra o parcela en la que se actúa, tanto textual como planimétrica. b) Medios (manuales o mecánicos) con los que se efectuará. c) Dimensiones aproximadas y, en particular, profundidad prevista que alcanzará la remoción. d) Sistema de registro que se pretende utilizar, explicando las características básicas del mismo, pudiendo la Consejería de Cultura solicitar copia de las fichas de registro a emplear. e) Tipo de documentación gráfica que se pretende aportar al finalizar la intervención. f) Si durante el desarrollo de los trabajos de control arqueológico de los movimientos de tierra, se produjera la aparición de restos arqueológicos que requieran de otro tipo de intervención, se paralizarán los movimientos de tierra y se dará comunicación a la Delegación Provincial correspondiente que tomará las medidas oportunas. 13. Se deberá incluir presupuesto desglosado por partidas, especificando las fuentes de financiación de la actividad, ya sean estas privadas o públicas. En el supuesto de que se trate de una financiación compartida por varios promotores -ya sean públicos y/o privados- se harán constar las partidas y/o porcentajes que deberán aportar cada uno de ellos. El presupuesto deberá ser detallado, haciéndose constar las distintas partidas, en cualquier caso, se reflejarán las siguientes: 7 a) Partidas de redacción de documentos: Proyecto, Memoria Preliminar y Memoria. b) Partidas de ejecución de los trabajos de campo: Personal técnico, materiales fungibles, herramientas e instrumental, analíticas y estudios específicos, entre otras. c) Los proyectos de excavaciones arqueológicas, deberán incluir además el personal no cualificado, maquinaria y medios auxiliares de obra previstos. d) El Porcentaje destinado a conservación, de acuerdo con el art. 85 de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, de Patrimonio Histórico de Andalucía será calculado sobre el total de la intervención. Cuando se estime que la cantidad destinada es suficiente con un porcentaje inferior al 20%, se deberá explicar y justificar la motivación de tal decisión en el proyecto de intervención arqueológica. 14. Se deberán detallar todas las medidas de conservación preventiva y protección física que esté previsto utilizar durante la excavación, distinguiéndose entre los bienes muebles y los bienes inmuebles, así como las acciones a desarrollar, entre otras: medidas de extracción; medidas de almacenamiento “in situ”; técnicas de siglado; medidas de traslado, embalaje y etiquetado; medidas especiales que conlleve el depósito definitivo; en todo caso, deberán contemplarse las medidas de conservación previstas de la zona intervenida. 15. Todo proyecto de actividad arqueológica deberá contener autorización de la propiedad de los terrenos o, en su caso, del representante legal de la propiedad. Así, se deberá presentar escrito, conforme al Anexo V de la presente Orden, donde se haga constar, que el propietario o el representante legal de la propiedad conocen el proyecto en su integridad, y que autoriza al arqueólogo solicitante su ejecución. Dicha autorización irá acompañada de la acreditación de la titularidad sobre los terrenos, conforme establece el art. 7.4 del Reglamento de Actividades Arqueológicas. En el supuesto de que la intervención arqueológica esté motivada por un proyecto que lleve aparejado un procedimiento de Declaración de Utilidad Pública, de acuerdo al art. 108 de la Ley de 16 de diciembre de 1954, no será preceptiva la autorización y acreditación de los propietarios de los terrenos, siendo necesario que el personal de la intervención cuente con la autorización de la administración promotora o, en su defecto, bien de la empresa adjudicataria o concesionaria de la obra. En todos los supuestos, el personal investigador deberá ir provisto de los documentos originales o copias compulsadas que acrediten la misión confiada, siendo definidos estos como: a) Resolución del Ilmo. Director General de Bienes Culturales por la que se autoriza la actividad arqueológica. b) Autorización de la administración promotora o de la empresa adjudicataria para la realización de los estudios pertinentes. Si durante la tramitación de la autorización de la actividad por parte de la Administración Cultural, se requiriera por ésta, la modificación o alteración 8 significante de cualquiera de los parámetros físicos, temporales o de procedimiento metodológico, el arqueólogo solicitante queda obligado a dar conocimiento de dichos cambios al propietario o promotor de la actuación y a recabar una nueva autorización conforme al proyecto modificado. 16. Según lo dispuesto en la Ley 31/95, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, y en el Real Decreto 1627/97, de 24 de octubre, por el que se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción, así como en el Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas (Título. I, art. 10; 1, 2, 3), será necesario aportar, como anexo al proyecto de cualquier clase de excavación arqueológica, de las enumeradas en el artículo 3 del citado Decreto 168/2003, el documento preceptivo de seguridad y salud laboral, debiendo estar el mismo suscrito por técnico competente. Igualmente, los trabajos de de consolidación, restauración y restitución, cerramiento, vallado y cubrición de yacimientos arqueológicos, quedarán sujetos a idénticas obligaciones al quedar incluidos en el Anexo I del citado Real Decreto. A los efectos de la presente Orden, serán los promotores de las excavaciones arqueológicas los que deberán encargar y presentar ante la Consejería de Cultura debidamente visado por el colegio profesional correspondiente, y acompañando al proyecto de excavación arqueológica, el correspondiente Estudio de Seguridad y Salud Laboral o el Estudio Básico de Seguridad y Salud Laboral, según proceda y, conforme a lo establecido en los artículos 4, 5, 6 y 17.1 del Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción. En el supuesto de excavaciones arqueológicas incluidas en un Proyecto General de Investigación, el promotor será el solicitante de la autorización, ya sea persona física o jurídica, de los que se enumeran en el artículo 6 del Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas. Por su parte, el contratista, según queda definido en el artículo 2.1.h del Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción, deberá elaborar un plan de seguridad y salud en el trabajo, según lo dispuesto en el artículo 7 del citado Real Decreto, y que deberá aprobar el coordinador de seguridad. A los efectos de la presente Orden, el responsable de seguridad a que se refiere el artículo 10.1 del Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas, es el coordinador de seguridad y salud laboral definido en el artículo 2.1.f del Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción y por la disposición adicional cuarta de la Ley 38/1999, de 5 de noviembre de Ordenación de la Edificación. En caso de modificaciones sustanciales sobrevenidas durante la intervención arqueológica, se modificará igualmente, al objeto de adecuarlo a la situación 9 sobrevenida, el plan de seguridad y salud por parte del (responsable) coordinador de seguridad y salud, conforme a lo establecido en el artículo 9.3 del Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción. Paralelamente, deberá autorizar dichas modificaciones mediante orden plasmada en el Libro diario de la intervención, donde, si procede, se harán constar las medidas complementarias que estimase procedentes. Artículo 3. Documentación exigible a los proyectos de prospecciones arqueológicas. Las memorias de dichos proyectos deberán incluir los siguientes aspectos: a. Tipo de prospección: Superficial, Geofísica, teledetección, etc. b. Cobertura: Total o de muestreo c. Intensidad de la prospección: Total (100%), Alta (75%), Media (50%), Baja (25%), indicándose las bandas de separación entre prospectores. d. Escala, según sea macro o microespacial. e. Recogida de material en superficie: nula, selectiva o total y su justificación; así como, y en el supuesto de que se proceda a la recogida selectiva, se expondrán los criterios utilizados para ello. f. Criterios que se emplearán tanto para la definición de los límites de los yacimientos, como para establecer el grado de conservación de los mismos. g. Cuando un proyecto de prospección arqueológica extensiva terrestre conlleve la realización de otro tipo de actividades complementarias, tales como los sondeos, ya sean estos manuales, mecánicos o geotécnicos, los proyectos incluirán además los documentos y contenidos exigidos a tales actividades, reseñados en el apartado correspondiente a las mismas de la presente Orden. h. Para proyectos derivados de expedientes de evaluación de impacto ambiental, se deberá definir el grado de impacto que supone la obra o actuación sujeta a evaluación sobre el bien, de acuerdo al Decreto 292/1995, de 12 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental. Artículo 4. Documentación exigible a los proyectos de reproducción y estudio de arte rupestre. En estos estudios, se deberá adjuntar la siguiente documentación: 1. Memoria de la finalidad de los estudios, reproducciones o análisis. 2. Aproximación al contexto geológico y geomorfológico: al aire libre, en abrigos y roquedos, en cuevas, en construcciones megalíticas, otras. Dicha aproximación deberá contener información sobre la litología del soporte, su espeleogénesis, en su caso, y las posibles alteraciones observables a simple vista. 10 3. Información sobre la existencia o no de registro arqueológico asociado a las manifestaciones de arte rupestre. 4. Introducción historiográfica y antecedentes, que deberá incluir la descripción de las manifestaciones de arte rupestre, según las investigaciones precedentes o a partir del análisis visual realizado por el propio autor del proyecto. 5. Dimensiones aproximadas de los paneles o, en su caso, de los motivos objeto del estudio, así como de distribución espacial, en la formación geomorfológica en la que se encuentren. 6. Tipo de estudio que se pretende realizar: descripción de las manifestaciones de arte rupestre; reproducción de todos o de alguno de los motivos; estudios tipométricos, cromáticos, y técnicas de ejecución de los motivos (pintura, grabado, otras); sus relaciones, los paneles y su ubicación en la cavidad; estudios estilísticos y de estructura gráfica; temática y tipología de los motivos; estudios cronológicos; analíticas destructivas y no destructivas; estudios de conservación y fichas diagnóstico: estudios del estado de conservación y patologías en las propias manifestaciones, el medio inmediato (la roca soporte) y el estudio del medio circundante (estudio ambiental de la cavidad o del abrigo, por ejemplo); otros. 7. Técnicas y métodos de reproducción que serán utilizados, definiendo, en cada caso, los medios auxiliares que serán necesarios y el tratamiento de los datos que se obtengan: Videográficos, Fotográficos (y su tipología), Topográficos (tipología), Fotogramétricos. 8. En el supuesto de que se vayan a realizar analíticas, además de la precisa identificación del panel o, en su caso, motivo sobre el que se pretende realizar el análisis; se hará constar la memoria justificativa de la necesidad de realizar las analíticas proyectadas, así como todos los antecedentes de cualesquiera otros análisis previamente realizados sobre el mismo; igualmente, descripción pormenorizada de la técnica a utilizar para los análisis, y de los instrumentales a emplear. Artículo 5. Documentación exigible a los proyectos de documentación gráfica de yacimientos arqueológicos. i. Se deberá indicar el tipo de documentación gráfica que se pretende realizar en el yacimiento arqueológico objeto de la intervención, así como su finalidad. j. Se incluirá la relación de los medios auxiliares, en el supuesto de que sean necesarios, para efectuar los trabajos (andamios, elevadores, escaleras, entre otros). k. Se indicará expresamente si será necesaria la limpieza previa de las zonas a documentar o no, y, en el primero de los casos, se especificará que tipo de limpieza se ha de llevar a cabo y con qué medios. l. En aquellos casos en los que el yacimiento objeto de los trabajos de documentación esté abierto a la visita pública, se deberá especificar tanto las fechas como los horarios en los que se pretende llevar a cabo el estudio, y una valoración sobre su posible incidencia en la visita pública del yacimiento. 11 Artículo 6. Documentación que deberán incorporar los proyectos de actividades arqueológicas de estudio de materiales depositados en los Museos inscritos en el Registro andaluz de museos y colecciones museográficas. De acuerdo con lo establecido por la Ley 8/2007, de 5 de octubre, de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía, y por el Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas, ha de entenderse por estudio de los materiales arqueológicos, a los efectos de la presente Orden, cualquier tipo de investigación o estudio científico de cualquier índole, con o sin la realización de análisis, que se lleven a cabo sobre los bienes muebles de carácter arqueológico, ya hubieran sido recuperados durante intervenciones arqueológicas, localizados casualmente o fruto de donaciones o de incautaciones, y que estén depositados en alguno de los museos o colecciones andaluces. En función del contenido del artículo 20.2 del Reglamento de Actividades Arqueológicas, se deberá presentar una relación detallada de los muebles objeto de estudio, con denominación o identificación de los mismos, yacimientos, y actividades arqueológicas, unidades estratigráficas o contextos en los que fueron recuperadas u otras circunstancias de recuperación, así como las materias constructivas. En cualquier caso, se deberá mencionar el Museo donde están depositados los bienes muebles objeto de estudio. Los documentos que obligatoriamente deberán formar parte de todo proyecto de estudio de materiales arqueológicos depositados en los museos y colecciones andaluzas, son los siguientes: 1. Justificación de la necesidad de realizar la actividad arqueológica. Consistirá en una memoria explicativa de la necesidad o, en su caso, conveniencia de llevar a cabo el estudio de los materiales arqueológicos solicitado. 2. De acuerdo con lo establecido en el artículo 20.2 del Reglamento de Actividades Arqueológicas, se deberá incluir en el proyecto la identificación y localización del bien o bienes que serán objeto de estudio o de investigación. A tal efecto, se incluirá una relación detallada de los mismos, Museo en el que se encuentran depositados, así como nombre, en su caso, de las áreas de procedencia, de los yacimientos arqueológicos y de las actividades arqueológicas de las que procedan, así como de las unidades estratigráficas en su caso, o de los contextos arqueológicos en los que se localizaron. Si es posible, se mencionarán también las materias primas sobre las que están realizados los objetos. 3. Contexto histórico y antecedentes en la investigación histórica y arqueológica. Para ello se procederá a la descripción de los antecedentes y del estado actual de la investigación científica sobre el tipo de piezas que se pretende investigar y estudiar en el ámbito geográfico de la provincia o provincias donde se pretende llevar a efecto el estudio. 12 4. Metodología a emplear en el estudio o investigación, con descripción detallada del tipo de analíticas que se pretende llevar a cabo, si es el caso. En el supuesto de que se pretendan realizar analíticas, se incluirá una memoria relativa a su justificación y objetivos perseguidos con las mismas. 5. De acuerdo con el artículo 20.2.b del Reglamento de Actividades Arqueológicas, se deberá incluir un informe relativo a la manipulación requerida para la realización del estudio, así como los riesgos que conlleva, si es que los mismos se pueden prever; las condiciones de conservación preventiva para los objetos a estudiar, y los posibles trabajos de identificación y documentación que implica el estudio. 6. Se incluirá igualmente la documentación gráfica disponible y relativa a las piezas a estudiar, concretamente, los planos relacionados con la procedencia de las piezas; fotos y dibujos de las mismas, siempre y cuando los mismos sean accesibles y no estén sujetos a derechos de autor, en este último supuesto, se mencionarán las publicaciones o bases de datos donde esta documentación gráfica está accesible para su consulta. 7. Bibliografía directamente relacionada con las piezas o las colecciones objeto de estudio. 8. Cronograma propuesto para el desarrollo de los trabajos de investigación. A tal efecto, se deberá indicar si el mismo se llevará a cabo en días sueltos (en cuyo caso, se deberán especificar); períodos concretos; etc. horas disponibles según horario del museo., etc. 9. Presupuesto y fuentes de financiación: públicas /privadas. 10. Medidas de almacenamiento y técnicas de siglado y etiquetado 11. Personas integrantes y cualificación del equipo de estudio 12. Al objeto de facilitar la identificación de las piezas o conjuntos objeto de estudio, se podrá solicitar a la institución correspondiente una consulta previa a la redacción del proyecto, sobre los fondos existentes, según modelo que figura en el anexo VI, y cuyo contenido deberá incluirse en el proyecto. Artículo 7. El libro diario Este libro se llevará con independencia de otros libros legalmente requeridos por la administración competente de trabajo, especialmente a lo legislado sobre seguridad y salud laboral. En el Libro diario de la Junta de Andalucía, no pueden realizar inscripciones otros inspectores que no sean los designados por la Consejería de Cultura. El inspector hará constar sus órdenes en la página correspondiente, de su puño y letra, y firmará al pie. Las visitas del inspector las reflejará el director de la actividad, cuando en el transcurso de la misma no se produzca ninguna orden, no obstante, siempre ha de quedar reflejada igualmente. 13 Artículo 8. Documentación común a las memorias preliminares de las actividades arqueológicas El contenido del artículo 32 del Arqueológicas, se ocupa de este documento. Reglamento de Actividades Dado que la Memoria Preliminar es el documento a partir del cual, se adoptan medidas sobre el ejercicio de la tutela que pueden conducir a la autorización del proyecto de obra o actividad sometida a intervención arqueológica previa, o a la modificación total o parcial del mismo, e incluso a la adopción de mediadas extraordinarias tales como la incoación de expediente de protección, con la aplicación de alguna de las figuras previstas en la legislación; la expropiación o adquisición del inmueble, etc. consideramos que los contenidos de la misma deberán expresarse en un formato predefinido por esta Administración Cultural, siendo responsabilidad del director de la intervención las opiniones y valoraciones sobre los resultados de la misma, todo ello, en base a las condiciones que se le impusieron a la hora de autorizar la intervención arqueológica. Por todo ello, 1. La estructura de la Memoria Preliminar deberá ser la siguiente: A. Datos introductorios: a.1. Título del proyecto o actividad arqueológica a.2. Nombre y apellidos del director o directores de la actividad, así como de los restantes miembros del equipo técnico y, en su caso, de los demás autores de la Memoria Preliminar. a.3. En caso de que la actividad tenga un promotor, ya sea público o privado, deberá figurar en esta introducción. En el supuesto de que la actividad se incluya en un Proyecto General de Investigación, deberá citarse el nombre del mismo. a.4. Deberán incluirse referencias técnicas de características, marcas y modelos para cuantos instrumentos de medición y análisis se hayan empleado en los trabajos (estaciones topográficas, equipos fotográficos, programas de tratamiento de imágenes, magnetómetros, resistivímetros, geo-radar, etc.) a.5. Deberán constar todos los antecedentes e incidencias administrativas por las que ha podido pasar la intervención (Resolución del órgano autorizante, cambio de dirección si lo hubiera habido, suspensiones, paralizaciones o fases de la intervención, etc.) diligencia de finalización, etc. B. Definición de la intervención (tanto objetivos generales, relacionados con la tutela del patrimonio histórico; como específicos, concernientes a la investigación histórico-arqueológica): 14 En este apartado se contemplaría con brevedad, por ser cosa ya enunciada en el Proyecto, la cuestión o cuestiones que motivan la investigación, pero no sólo desde la perspectiva de la tutela del Patrimonio Histórico; sino también desde el ámbito de la investigación y de las ciencias históricas. C. Estado actual de la cuestión: Se enunciarán las investigaciones llevadas a cabo en el marco espacial y temporal sobre los que se han desarrollado los trabajos, haciendo especial hincapié en las intervenciones más recientes y sus resultados, y evitando las informaciones redundantes y ya incorporadas al acervo del conocimiento arqueológico de la comunidad científica. En este punto, es donde tiene cabida la exposición de las distintas hipótesis, teorías e interpretaciones de los distintos investigadores sobre algún asunto que interese a la investigación en curso. D. Justificación teórica de la investigación llevada a cabo: Básicamente, incluirá la justificación de la metodología general empleada, así como de la estrategia o tipo de investigación elegida en cada caso, y, si procede, justificar los cambios que se hayan debido llevar a cabo, una vez autorizados por la Consejería de Cultura. E. investigación: Descripción y delimitación del ámbito objeto de No debe entenderse por ámbito exclusivamente el de la parcela urbana, finca, paraje o lugar intervenido, sino su entorno más o menos inmediato; esto es, se describirán los distintos ámbitos: el estrictamente investigado con más detalle lógicamente (la parcela urbana, el paraje o yacimiento rural, etc.); el entorno inmediato (la manzana, el sector o barrio, el paraje, etc.) y, por último, el ámbito urbano (la ciudad) y territorial (la comarca, el territorio). F. Recogida de datos: Es sin duda, dentro de los contenidos de carácter objetivo, el de mayor relevancia, por lo que significa de traslado a soporte artificial (fichas, fotografía, película, planimetría, etc.) de los vestigios arqueológicos y sus contextos, en una forma primigenia ya irrepetible. f.1. Se deberán entregar todas y cada una de las fichas cumplimentadas durante la intervención en todas sus categorías (de estructuras, de unidades estratigráficas, de contextos, de piezas, etc.) f.2. Contendrá toda la documentación gráfica elaborada, tanto durante, como después de la intervención. 15 f.3. En cualquier caso, se deberán incluir los planos de la ubicación y localización de la intervención en su contexto urbano o territorial; f.4. El plano de la delimitación de la intervención dentro de su parcela urbana o predio rústico, según proceda; un plano de planta, a escala adecuada (entre 1/20 y 1/100 son escalas que pueden considerarse admisibles) por cada uno de los contextos edificados, históricos o culturales documentados; f.5. Todos los planos han de estar georeferenciados, al menos en sus vértices, mediante la expresión numérica de sus coordenadas UTM. f.6. Asimismo se deberá hacer constar la cota absoluta de cada elemento o estructura reflejados, con relación al nivel medio anual del mar en Alicante, al menos en dos puntos (el de máxima altura y el de máxima profundidad). f.7. De todos los contextos con elementos constructivos se incluirá, al menos, un alzado y una sección a escala variable entre 1/20 y 1/100. f.8. Respecto a los bienes muebles, se incluirán fotografías o dibujos de los diversos elementos recogidos y estudiados, ya sea de forma individual o en contextos. Pudiéndose elegir entre el uso de la fotografía o el dibujo, a discreción de los autores de la Memoria; si bien nos parece más apropiado, reservar el uso de las fotografías para plasmar las muestras, especialmente relacionadas con los análisis del registro biológico, edafológico, sedimentológico, etc., así como para objetos metálicos o pétreos; y, en general, en soportes no cerámicos, pudiéndose utilizar, indistintamente, fotografía o dibujo para bienes fabricados en soportes cerámicos. Los recipientes cerámicos de fabricación estandarizada que obedezcan a patrones recogidos en repertorios universalmente conocidos (Dressel, Lamboglia, Beltrán, Roselló, etc.) podrán ser presentados, aludiendo únicamente a su referencia tipológica y sin representación gráfica). f.9. Los resultados de los análisis, aunque éstos sean provisionales, serán incluidos; en caso de que aún no se cuente con los mismos, se expondrán en la Memoria Científica. G. Expresión de resultados: Tras la exposición objetiva y descriptiva del apartado anterior, debe realizarse una semblanza del registro obtenido. En este apartado, se pondrán en relación los distintos campos del registro, las unidades estratigráficas con los procesos (por ejemplo, los sedimentarios, los erosivos, los destructivos, los constructivos, etc.); los ámbitos espaciales con las actividades humanas; etc. Se deberá dejar constancia del estado de conservación de cada elemento o conjunto estructural detectado. Podríamos definirlo como el capítulo donde la información obtenida se elabora para convertirse en conocimiento histórico y arqueológico. 16 H. Valoración: Se expondrán aquí las conclusiones de cualquier índole a las que hayan llegado los arqueólogos redactores de la Memoria Preliminar. Este capítulo es, por lo tanto, la síntesis interpretativa del documento. I. Propuesta de conservación: Debiendo estar basada, entre otros argumentos, en el estado de conservación reflejado en el apartado G de este mismo epígrafe, y según dispone el artículo 32.2.g) del Reglamento de Actividades Arqueológicas, se deberá incluir una propuesta de conservación en la que se reflejen, de manera argumentada, las posibles medidas a adoptar, para lo cual, además del estado de conservación, se deberán considerar las siguientes circunstancias y condicionantes: grado de compatibilidad con la obra o actuación prevista, tipo de propiedad y programa de uso, especificando si el mismo es público o privado, la originalidad y singularidad de los vestigios arqueológicos, sus posibilidades de puesta en valor, así como la perdurabilidad, en base al tipo de materiales y técnicas constructivas empleadas, entre otros. J. Notas: Absolutamente todas las opiniones de carácter científico que no sean de paternidad de los autores de la Memoria, deberán ser consignadas en este apartado, consignando las fuentes y, en su caso, entrecomillando los párrafos y citas de otros autores. K. Citas bibliográficas: Se deberán citar todas las publicaciones utilizadas para la redacción de la Memoria, tanto las de carácter general (manuales, tipologías y repertorios), como específicas (memorias de otras intervenciones, artículos de revistas o actas de congresos) L. Anexos: Todos aquellos documentos que se consideren de interés complementario a la Memoria Preliminar, tales como planimetría histórica, documentación catastral; documentos históricos de archivos que aporten usos del suelo que justifiquen procesos de destrucción o alteración; mapas geológicos, de usos del suelo, fotografías de yacimientos, contextos arqueológicos o de piezas que guarden algún tipo de analogía con los estudiados, etc. 17 Artículo 9. Documentación según las diferentes modalidades de actividades arqueológicas 1. Para las excavaciones arqueológicas, se requerirá, tal como dispone el artículo 32.2. del R.A.A., la enumeración de la seriación estratigráfica resultante y sus relaciones, así como las estructuras arqueológicas detectadas, para lo cual se deberán incorporar, preferentemente, en soporte informático, todas y cada una de las fichas de registro de las distintas unidades estratigráficas detectadas y la expresión gráfica de sus relaciones (organigrama conocido como “Harris Matrix”). Debiendo incluirse, obligatoriamente, los datos elementales sobre la composición de cada uno de los estratos (matriz –arcillosa, arenosa, caliza, limosa, y sus mezclas y proporciones-, textura, color –especificando tablas empleadas y si el color se mide en seco o en húmedo- granulometría, etc). Se incorporará, al menos, un plano de planta y alzado de cada fase histórica detectada o conjunto estructural, a escala variable, si bien se recomienda el empleo de escalas comprendidas entre 1: 20 y 1: 100, así como de cada uno de los perfiles estratigráficos resultantes en cada unidad de intervención, a la misma escala; así como cuantos planos de detalle procedan, y estos últimos, a escala variable según la necesidad. 2. Para las prospecciones arqueológicas, las memorias preliminares incluirán, debidamente cumplimentadas, las fichas del inventario de la base de datos de la Consejería de Cultura, tal y como se refleja en el citado artículo 32 del RAA, y para lo cual, será obligación del arqueólogo director, solicitarlas con suficiente antelación al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Se deberá presentar una documentación cartográfica en la que se ubiquen y delimiten poligonalmente los yacimientos u otras entidades arqueológicas localizadas, para lo que se empleará la escala utilizada en el inventario de la base de datos de la Consejería de Cultura. 3. Tanto para las actividades de prospección en las que se hubieran localizado manifestaciones de arte rupestre, como para las actividades de estudio y reproducción de manifestaciones de arte rupestre, se incluirá la localización geográfica y descripción de las mismas, acompañada de la correspondiente documentación gráfica, según los criterios para el uso de fotografía y dibujo, así como escalas de planos, anteriormente expresados. 4. Las memorias preliminares de las prospecciones arqueológicas, donde se hayan empleado técnicas geofísicas, deberán aportar además, los registros de las lecturas de las mediciones, con indicación de las anomalías detectadas y sus umbrales de medición, expresados tanto numérica o gráficamente; así como la interpretación arqueológica de los resultados, según el filtrado producido sobre los datos brutos. Artículo 10. Estructura y documentos que incluirán las memorias de las actividades arqueológicas 18 La memoria definitiva de toda actividad arqueológica, debido a su contenido eminentemente científico, es de entera responsabilidad, en cuanto a sus contenidos, de su redactor o redactores. En cualquier caso, los contenidos deberán incluir aquellos aspectos indicados en el artículo 34 del Reglamento de Actividades Arqueológicas, a saber: metodología empleada; recuperación del registro arqueológico en su integridad; analíticas y sus resultados; toda la documentación gráfica elaborada; en su caso, otros estudios complementarios llevados a cabo; así como las conclusiones de toda índole. Especialmente, se deberá ser explícito en campos como el del desarrollo metodológico y el de la recuperación del registro, donde la terminología empleada ha de ser lo más exacta y rigurosa posible, alejándose de aquellos términos que valen para varios conceptos a la vez o que son susceptibles de interpretaciones diversas, Se evitarán adjetivos calificativos que no obedezcan a criterios universalmente admitidos, recurriéndose a las fotografías, planos y descripciones objetivas como instrumentos de aproximación a la realidad de lo investigado. Los planos deberán estar provistos de una cartela donde se contengan los datos y deberán tener formatos originales admitidos por la norma DIN. Por su parte, las fotografías deberán ser presentadas en formato TIF, con resolución mínima de 300 ppp. en color, debiendo contar con pie de foto o, en su defecto, estar numeradas y explicadas en el texto con una llamada que las relacione con su número de ilustración. De conformidad a lo establecido en la disposición adicional segunda del Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas, los tres ejemplares de la Memoria de la excavación arqueológica, tanto cuando se refiera a la preliminar como a la definitiva, se presentarán en soporte informático Las memorias se presentarán, preferentemente, en formato A-4 o, en caso de resultar estrictamente necesario, en formato A-3. Las memorias científicas de las intervenciones arqueológicas que lleven aparejados movimientos de tierra con metodología arqueológica en cualquiera de sus modalidades, incluidos los estudios paramentales y las actividades subacuáticas, deberán incorporar, en soporte informático, todas y cada una de las fichas de registro de las distintas unidades estratigráficas detectadas durante la intervención arqueológica en su fase de campo. Los campos que, en cualquier caso, deberán estar presentes en las fichas son los siguientes: 1º.- Campo de identificación: Área, yacimiento arqueológico o inmueble objeto de la intervención; sigla que se hace constar en las piezas recuperadas y depositadas en la correspondiente institución museística; año o años en los que haya transcurrido la campaña arqueológica en su fase de campo; Ubicación de la unidad de intervención o sector (ya se refiera a excavación o a prospección), de la cuadrícula, cata o sondeo; la numeración de la unidad estratigráfica y el tipo de unidad estratigráfica (según la terminología acuñada por Harris: deposicional, sedimentaria o interfacie). 19 2º.- Campo de descripción: en el caso de las excavaciones arqueológicas, se deberán hacer constar descripciones someras de la matriz, la coloración, la granulometría, el grado de compactación, la potencia, las cotas extremas, esto es, de aparición y de desaparición, la existencia de intrusiones, la extensión superficial, la delimitación y las unidades estratigráficas y las estructuras relacionadas. En las memorias de las actuaciones de prospección arqueológica, se harán constar los resultados de las observaciones en cada transecto o unidad de prospección, ya sea mediante fichas donde se anotan las localizaciones y las distintas acciones que se realizan en aras del registro (tomas de muestras para análisis, recogida de piezas, toma de fotos, realización de croquis, mediciones, etc.), ya mediante la traslación a planos acotados de la información anteriormente indicada. Tanto en un caso como en otro, las claves de identificación deberán estar suficientemente explicadas en la memoria adjunta. 3º.- Campo de contextualización estratigráfica: Para el caso de las excavaciones arqueológicas, en cualquiera de sus modalidades, se relacionarán, tanto de forma textual como gráfica, a través de un diagrama de relaciones, la unidad descrita con las unidades de su entorno, según el siguiente esquema: SECUENCIA ESTRATIGRÁFICA: Bajo U. E.: Sobre U. E.: Cubierta por U. E.: Cubre a U. E.: Cortado por U. E.: Corta a U. E.: Se le apoya U. E.: Se apoya en U. E.: Equivalente a U. E.: En las actuaciones de análisis y estudios paramentales, obligatoriamente se relacionarán las secuencias con los alzados de los paramentos estudiados. 4º.- Campo de registro de bienes arqueológicos de naturaleza mueble: En dicho apartado se consignarán los distintos elementos muebles de fabricación, transformación o manejo humanos, tales como industrias líticas, cerámicas, materiales de construcción, metales, registro biológico asociado, etc. 5º.- Campo de interpretación: en dicho campo se harán constar las opiniones de carácter interpretativo que se deducen de la unidad estratigráfica o área de prospección, sus relaciones y de sus contenidos arqueológicos; así, se reflejarán: la datación a la que se adscribe dicha unidad estratigráfica; el contexto histórico y funcional de la misma; así como la argumentación en la que se apoyan los redactores para elaborar sus hipótesis; entre otros aspectos. 20 6º.- Campo de representación gráfica: dicho campo tendrá dos apartados: uno el correspondiente al dibujo de la unidad estratigráfica y el otro reservado para el registro fotográfico de la misma. En el primero, se deberá representar la unidad en planta y secciones acotadas y descontextualizada; en el segundo se plasmará la unidad estratigráfica mediante, al menos, dos fotografías en las que se aprecie de forma general su apariencia una vez limpia y su posible relación con otras unidades o estructuras próximas y su localización en el sector o unidad de intervención arqueológica. Para las prospecciones arqueológicas, se reservarán la fotografía y el croquis para el registro en la fase de campo, mientras que en la fase de laboratorio y posterior análisis se podrán utilizar medios gráficos adicionales tales como el dibujo de piezas, en el caso de que se haya procedido a su recogida. Artículo 11. Determinaciones sobre los bienes muebles recuperados durante las intervenciones arqueológicas. Por lo que respecta a los bienes muebles recuperados durante las intervenciones arqueológicas, se permite y, según que ocasiones, incluso se recomienda, la realización de expurgos, al objeto de no almacenar en los museos y colecciones andaluzas piezas, fragmentos de piezas y muestras que carezcan de valores expositivos, científicos o patrimoniales. Como criterio general, el arqueólogo director deberá conducirse con el siguiente patrón de actuación: 1er paso: Recogida sistemática de todas las piezas 2º paso: Lavado y clasificación de todas las piezas 3er paso: realización de estudios estadísticos, extracción de muestras para análisis cuantitativos y porcentuales de pastas cerámicas, pesado de piezas por familias o grupos funcionales, así como cualquier otro estudio similar. 4º paso: selección de aquellas piezas o conjuntos de piezas que aporten alguno de los siguientes valores: -. Los que mejor definan cronológica y/o culturalmente la unidad estratigráfica en la que han sido recuperadas. -. Los que mejor definan la funcionalidad y uso de los contextos y espacios en los que han sido recuperadas. -. Conjuntos o piezas de material orgánico que aporten datos novedosos sobre alimentación, cinegética, animales domésticos, etc. de la colectividad a la que se asocian los vestigios. Los vestigios orgánicos que, o bien o aporten tales datos novedosos, o bien sean recuperados de contextos que impidan su adscripción a un determinado contexto social o cultural, serán objeto de todos los estudios estadísticos necesarios, pero no se incluirán en el material que se depositará en el museo o centro donde se haya ordenado el depósito. 21 -. Para los conjuntos o piezas óseas de origen humano, se seguirán criterios semejantes a los expuestos arriba. Esto es, los vestigios correspondientes a osarios y fosas comunes que, muy difícilmente puedan ser individualizados y situados en contexto, deberán ser estudiados con todas las técnicas y análisis posibles, al objeto de extraer cuantos más datos mejor, mediante estudios de índole estadística y/o tipométrica, incluso mediante estudios paleopatológicos al objeto de determinar causas de mortandad catastrófica o circunstancias análogas. No obstante, salvo para vestigios de época prehistórica, y a menos que, tratándose de épocas más recientes, aporten algún tipo de singularidad significativa, los mencionados vestigios deberán ser desechados. Los vestigios arqueológicos de carácter antropológico, una vez estudiados y analizados, podrán ser depositados, previa autorización expresa del órgano competente de la Consejería de Cultura, y siempre bajo la supervisión de la misma, en lugares de culto o cementerios en las circunstancias siguientes: -. Cuando se trate de enterramientos vinculados a una comunidad y, por lo tanto, a un inmueble de carácter religioso (monasterios y conventos de clausura; hermandades vinculadas a una capellanía, familiares de fundadores vinculados a un monasterio, iglesia, capellanía o hermandad, etc.) -. Cuando se trate de enterramientos pertenecientes, de forma clara y sin ningún género de dudas, a una comunidad religiosa existente en la actualidad y que los representantes, legalmente capacitados de la misma así lo soliciten de forma expresa (comunidades cristianas, musulmanas o hebreas que expresen su deseo de que los restos de sus correligionarios rescatados mediante intervenciones arqueológicas, sean depositados en los cementerios de dichas comunidades). -. Cuando se trate de restos óseos correspondientes a personas que puedan ser identificadas de forma precisa e inequívoca, se pondrán a disposición de los familiares que así lo deseen, pudiendo disponer de sus restos, de acuerdo con la legislación civil vigente. En cualquiera de los supuestos mencionados anteriormente, excepto en el último, la Consejería de Cultura podrá imponer condiciones de conservación y se reserva el derecho de inspección a efectos de garantizar su correcto mantenimiento. Como criterio general, tampoco se deben depositar materiales de construcción en los museos o centros donde se haya ordenado el depósito. En el supuesto de que, tras la excavación arqueológica, se produzca la remoción y destrucción de los vestigios, los materiales de construcción recuperados serán, igualmente, destruidos. No obstante, si el inspector de la intervención lo ordenara expresamente, se depositarán los materiales de construcción en un lugar o almacén designado por la Consejería de Cultura, por si resultarán de interés para su uso en proyectos de conservación, actuaciones de difusión, etc. En el supuesto de que, tras la excavación arqueológica, se ordene la conservación de los vestigios arqueológicos de carácter inmueble, los materiales de construcción recuperados, se mantendrán, debidamente 22 conservados e identificados en el mismo lugar o, bajo la custodia de la empresa promotora o titular del inmueble. 5º paso: Depósito de materiales. Las piezas definitivamente seleccionadas han de entregarse en el museo o centro donde se ordene el depósito del mismo, lavadas y sin restos de humedad; provistas de signaturas o siglas (al menos, todas las piezas que se hayan utilizado para la redacción de las memorias tanto preliminar como científica, apareciendo en las mismas, ya sea en cita literal o gráfica). Las siglas o signatura deberán realizarse con tinta indeleble y sobre superficie previamente impermeabilizada con resina o cola apropiadas. Se evitará con esta acción deteriorar o alterar las superficies exteriores de los objetos, así como las decoraciones plásticas o pictóricas que pudieran conservar, para lo que se elegirán las superficies interiores o no decoradas o, incluso, los planos de fragmentación de las piezas, si fuera necesario. Los criterios para seleccionar dichos bienes muebles quedarán a la discreción del director de los trabajos con el visto bueno del arqueólogo inspector designado por la Consejería de Cultura; no obstante, como criterios de partida, se considerarán el que las piezas sirvan para aportar datos sobre la cronología de una unidad estratigráfica; o para definir el período cultural de su contexto arqueológico; que aporten datos sobre la funcionalidad de su contexto espacial; sobre conocimientos de índole histórica, económica o antropológica (modos de vida, usos, alimentación, antropología física, economía, etc.). El empaquetado ha de ser realizado a base de contenedores rígidos, como los plásticos o el PVC, que permitan ser apilados, y nunca sobre cajas de cartón que se puedan deformar o romper con el paso del tiempo. Los contenedores deberán ir identificados con referencias en el exterior, de forma que permitan relacionarlos con la actividad y con un número, de acuerdo a los inventarios y actas de depósito realizados. Dentro del los contenedores, los elementos muebles depositados, se guardarán en bolsas de plástico de polietileno de alta densidad transparente, con una resistencia tal que garantice su durabilidad o, en el caso de resultar más adecuado para la conservación de las piezas, en redecillas plásticas, según lo requiera el tipo de material. El material delicado ha de ser depositado en embalajes adecuados y protegido contra golpes y contra agentes atmosféricos. Las muestras de todo tipo han de ser presentadas en embalajes adecuados para impedir su degeneración y que deriven en inservibles, especialmente, las de origen orgánico o con componentes orgánicos. Las piezas a depositar se acompañarán del oportuno inventario, Disposición transitoria única.Los procedimientos iniciados antes de la entrada en vigor de esta Orden se regirán por lo dispuesto en la misma siempre que el trámite procedimental así lo permita. Disposición final única.- La presente Orden entrará en vigor al día siguiente de su publicación de el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. Sevilla a 24 de septiembre de 2008. LA CONSEJERA DE CULTURA. Rosa Torres Ruíz. 23