borrador de orden de la consejería de cultura por la que establecen

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BORRADOR DE ORDEN DE LA CONSEJERÍA DE CULTURA POR LA QUE
ESTABLECEN LOS CONTENIDOS Y ESTRUCTURA DE LOS
DOCUMENTOS RELATIVOS A LAS ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS
La experiencia acumulada desde la entrada en vigor del Decreto
168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades
Arqueológicas (BOJA número 134 de 15 de julio de 2003), ha dejado
constancia de la necesidad de desarrollar y explicar los contenidos de los
documentos tanto de carácter técnico como administrativo que se generan en
la tramitación de las actividad arqueológicas que se autorizan por la Consejería
de Cultura, desde su solicitud, hasta su autorización, y su posterior ejecución y
finalización tanto en su fase de campo como en la entrega de resultados
científicos.
Es también finalidad de la presente Orden, acotar, aclarar y evitar
ambigüedades en los límites de las respectivas responsabilidades que sobre
cada cual recaigan, en el desarrollo de las actividades arqueológicas no puede
producir otro resultado que una mayor garantía jurídica para todos sus actores,
sean estos arqueólogos, promotores de las actividades arqueológicas,
propietarios o inspectores.
Entre las necesidades más imperiosas, se sitúa la de exponer
públicamente los criterios que se siguen para la evaluación de la formación
teórico-práctica y el modo de acreditarla, a que se refiere el apartado a) del
artículo 6 del ya citado Decreto 168/2003, de 17 de junio.
Más importante si cabe, y a los efectos de garantizar un tratamiento
idóneo para los bienes objeto de intervención arqueológica, es la necesidad de
homogeneizar los criterios en todo el territorio andaluz sobre los contenidos de
los documentos, la realización de inventarios, el expurgo de piezas y los
contenidos de las actas de depósito, según lo dispuesto en la recientemente
aprobada Ley 14/2007, de 26 de noviembre, de Patrimonio Histórico de
Andalucía (BOJA número 248 de 19 de diciembre de 2007).
Con todo ello, se persigue producir unas intervenciones de mayor
calidad y con un registro más riguroso, así como establecer una garantía
jurídica plena para todas las partes que intervienen en las actividades
arqueológicas, en la confianza de que se generen, a partir de ahora,
aportaciones al conocimiento científico más valiosas, al huir de tópicos,
generalidades y actuaciones poco o nada justificadas tanto en sus aspectos
estratégicos como metodológicos, ya que no se debe olvidar el hecho de que,
con independencia de las causas que la originen, toda actividad arqueológica
es una actuación de investigación histórica.
En su virtud y, de acuerdo con lo dispuesto en la Disposición Adicional
Primera y en la Disposición Final Única del Decreto 168/2003, de 17 de junio, a
propuesta de la Dirección General de Bienes Culturales,
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DISPONGO
Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación.
La presente Orden tiene como objeto regular y aclarar los contenidos
mínimos y criterios de redacción de los diversos documentos que generan las
distintas actividades arqueológicas en la Comunidad Autónoma de Andalucía,
y que son, en sus diversas fases, los siguientes:
1. Proyecto-solicitud
2. Libro-diario de intervención arqueológica
3. Memoria Preliminar
4. Inventarios y Acta de Depósito
5. Memoria
Artículo 2. Documentación común a los proyectos de excavaciones
arqueológicas.
En la presente Orden, y de acuerdo con el contenido del Decreto
168/2003, del 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades
Arqueológicas, se define el proyecto de actividad arqueológica como el
documento que determina y delimita los parámetros físicos del ámbito de la
intervención, así como los objetivos, el marco estratégico y metodológico de la
investigación arqueológica que se somete a procedimiento de autorización
previa.
Se deberán extremar las medidas para definir, siempre de forma
suficientemente justificada, los objetivos planteados, la estrategia de
investigación elegida, la metodología que se piensa aplicar, así como los
recursos de todo tipo (personal investigador y de apoyo, medios auxiliares de
obra y medios técnicos, entre otros) de que se disponen, debiendo presentarse
una correlación consecuente entre los objetivos, la estrategia y la metodología,
y los recursos para que dicho proyecto tenga garantías de éxito en la fase de
resultados.
1. Las solicitudes de autorización irán dirigidas al Director General de
Bienes Culturales, debiendo ser entregadas, acompañadas del Proyecto de
intervención en su caso, en la Delegación Provincial correspondiente a la
provincia en la que se pretende llevar a cabo la actividad. La solicitud se
ajustará a los modelos que se publican como anexos I, II y III, a la presente
Orden, y que podrán obtenerse en la página web de la Consejería de Cultura.
2. Al objeto de proceder a la identificación del bien y de la actividad a
desarrollar, todo proyecto deberá dar comienzo con un título que, en cualquier
caso, enunciará la modalidad, a efectos de autorización de la actividad, según
el art. 5 del Reglamento de Actividades Arqueológicas; la modalidad de
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actividad arqueológica, según el art. 2 y el art. 3 del citado Reglamento y el
nombre que identifique el bien o ámbito concreto de la actuación.
3. Deberá hacerse constar la identidad de la persona que asume la
dirección de la intervención arqueológica que, además, suscribirá dicho
proyecto, como reconocimiento expreso de que lo conoce y lo asume
íntegramente, con independencia de su autoría. Igualmente, se deberá
identificar a todos los demás integrantes del equipo de intervención,
especificando su labor dentro del proceso de la actuación. Asimismo se
incluirá “currículum vitae” de cada miembro integrante del equipo y copia de la
titulación académica según modelo de anexo IV. Respecto a la acreditación
teórico-práctica de los directores de la actividad, se seguirán los siguientes
criterios:
En desarrollo de lo establecido en el artículo 6.a) del Reglamento de
Actividades Arqueológicas, podrán solicitar la autorización de una actividad
arqueológica, las personas físicas, nacionales o extranjeras, que cuenten con
titulación académica de licenciatura en el ámbito de las humanidades y que
acrediten una formación teórica en arqueología de un mínimo de 1.000 horas
lectivas (100 créditos) o su equivalente en “créditos europeos” según el
European Credit Transfer Sistem; (Según el Real Decreto 1125/2003, "…el
crédito europeo (ECTS) es la medida del haber académico que representa la
cantidad de trabajo del estudiante para cumplir los objetivos del programa de
estudios". A diferencia con el crédito actual, basado en las lecciones
magistrales que imparte el profesor, el europeo incluye las enseñanzas
teóricas y prácticas, las horas de estudio y trabajo y las dedicadas a la
preparación y realización de exámenes. Con el nuevo sistema, el valor del
crédito pasará de las 10 horas de clase actuales a las 25 ó 30 horas de
trabajo. Según el modelo normativo, cada curso constaría de 60 créditos), que
podrán haber sido obtenidas mediante la realización de cursos y/o asignaturas
universitarias (incluidos estudios de tercer ciclo de master o experto
universitario, y de doctorado), cuyo área de conocimiento y/o materia estén
directamente relacionadas con la disciplina arqueológica. Igualmente, se
podrán acreditar parte de estos conocimientos teóricos con la suma de horas
de asistencia a congresos, simposios o jornadas, siempre y cuando vengan
acreditadas las horas de asistencia a los mismos. De igual manera, se deberá
contar con una experiencia práctica de, al menos, diez meses de trabajo de
campo, participando en, por lo menos, cuatro proyectos de la misma
modalidad y clase de actividad arqueológica que para la que se solicita
autorización, conforme a los artículos 2 y 3 del Reglamento de Actividades
Arqueológicas. Para la acreditación de la experiencia práctica de las
actividades arqueológicas desarrolladas dentro de Andalucía, será necesario
que la persona esté explícitamente citada como miembro del equipo
investigador en el libro-diario de la actividad, al que hace referencia el artículo
27 del Reglamento de Actividades Arqueológicas. En dicha cita se
especificarán las funciones que se le han encomendado en los trabajos.
En aquellas actividades en las que por su especificidad o por su objeto de
estudio requieran técnicas o conocimientos especializados (actividades
arqueológicas subacuáticas, de prospección geofísica, paleontológicas,
análisis de registro biológico, labores de consolidación, restauración y
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restitución arqueológica, así como actuaciones de cerramiento, vallado y
cubrición), el solicitante tendrá que estar en posesión del título académico
acorde con las características del proyecto. En caso necesario, la Consejería
de Cultura podrá requerir la codirección de la actividad solicitada, entre
técnicos de diferentes disciplinas.
4. En aquellos casos en los que, bien por la entidad o el interés
científico de los vestigios arqueológicos sobre los que se desarrolla el
proyecto, bien por la especificidad del registro arqueológico, la Consejería de
Cultura considere la necesidad de que se incluyan especialistas de
determinadas áreas de conocimiento científico, dicha ampliación se podrá
exigir, previo informe que lo justifique razonadamente, mediante la
correspondiente inclusión como condición a la resolución de autorización.
5. En relación a la justificación de la actividad arqueológica, se deberán
indicar, en cualquier caso, las causas de índole científica, administrativa y del
ámbito de la tutela del patrimonio histórico que hacen aconsejable la
realización de la misma. En tal sentido:
a) Se incluirá una memoria explicativa y justificativa sobre las razones que
conducen a la necesidad de realizar esa determinada modalidad de
actividad arqueológica o, en su caso, que la hacen recomendable, frente
a otras opciones en el ámbito de la tutela del patrimonio histórico (esta
memoria, tal vez, sea mejor exigirla a la Delegación Provincial, como
contenido del preceptivo informe que se les requiere).
b) Cuando se trate de una actividad arqueológica de apoyo a un proyecto
de conservación o restauración, deberá adjuntarse, igualmente, una
memoria descriptiva de los objetivos perseguidos por la actuación de
conservación, suscrito por el arquitecto autor del proyecto de obras o,
en su caso, por la Dirección Facultativa de la obra. En este supuesto, la
planimetría explicativa necesaria que se incluya en el proyecto
arqueológico como anexo, quedará a discreción del arquitecto redactor
o director de la obra, que suscribirá tanto la memoria como los planos.
Dicho anexo, deberá obtener el visado colegial correspondiente o, en
los casos en los que el arquitecto redactor o director de la obra estén
revestidos del carácter de funcionarios públicos, el correspondiente
supervisado del órgano capacitado para su otorgamiento, según lo
dispuesto en el Real Decreto Legislativo 2/2000, de 16 de junio, por el
que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos de las
Administraciones Públicas.
c) Si se tratase de actividades que se realizan a consecuencia de
proyectos de obra, se deberá incluir un resumen explicativo del proyecto
urbanístico, arquitectónico o de ingeniería civil que provoca la situación
de peligro de pérdida o de deterioro de los vestigios arqueológicos,
suscrito por técnico redactor o, en su defecto, director de las obras. En
dicho resumen de la memoria, que se acompañará de los planos
suficientes como para comprender la incidencia que el proyecto pudiera
tener sobre el patrimonio arqueológico, se aportará, en cualquier caso,
la cuantificación de la superficie y el volumen de tierra que implicaría la
ejecución del proyecto, debiendo a tal efecto incluir los planos de
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plantas y secciones constructivas debidamente acotados y definidas las
rasantes actuales y las resultantes de la ejecución del proyecto.
6.
Será necesario proceder a la identificación, localización y
delimitación del bien o bienes a investigar, por lo que:
a)
En los proyectos de todas aquellas actividades arqueológicas
comprendidas en el artículo 52 de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del
Patrimonio Histórico de Andalucía, excepto para el estudio de materiales
arqueológicos depositados en los museos de la Comunidad Autónoma de
Andalucía, se señalará el emplazamiento y la zona de actuación y se acotará
literalmente.
b)
En el caso de actividades en el ámbito urbano, se identificará la zona
según referencia catastral, así como con la dirección postal del inmueble
(nombre de la vía pública y número municipal de gobierno con que se identifica
el inmueble). En el supuesto de proyectarse la actividad sobre un espacio
público, se identificará el mismo mediante nombre de la vía pública, zona
verde, etc. donde se localice.
c)
Con ocasión de actuaciones arqueológicas en ámbito rústico, la zona
deberá quedar delimitada mediante figura poligonal, cuyos vértices se definirán
por coordenadas UTM del Sistema de Referencia ED50, Huso 30 Norte.
d)
En cualquier supuesto, la zona de actuación deberá quedar identificada
y delimitada cartográficamente, mediante, al menos, la siguiente planimetría:
•
Planos de localización general: un plano provincial con indicación del
término municipal en el que se pretende llevar a cabo la actividad, y un plano
del término municipal con indicación de la zona de actuación.
•
Plano de situación: Para actividades en ámbitos urbanos, se incluirá un
plano del sector del casco urbano en el cual se señalará la parcela o parcelas
o espacio público afectados por la actuación proyectada. Para actividades en
ámbitos rústicos, se incluirá un plano del polígono o polígonos catastrales, en
el cual se situará la zona de actuación.
•
Plano de delimitación de la zona de actuación a escala adecuada: hasta
escala 1/500 para ámbitos inferiores a las 3 Ha.; comprendidos entre las
escalas 1/500 y 1/1000 para ámbitos con extensiones entre las 3 y las 15 Ha.;
con escalas comprendidas entre 1/1000 y 1/2000 para ámbitos cuyas
extensiones estén entre las 15 y las 25 Ha.; con escalas entre 1/2000 y 1/5000
para ámbitos de extensión comprendidos entre las 25 y las 300 Ha.; con
escalas entre 5000 y 10000, para ámbitos comprendidos en las 300 y las
12.000 Ha. y con escala de hasta 1/50000, para los ámbitos comprendidos
entre las 12.000 y las 300.000 Ha. El plano de delimitación de la zona de
actuación se presentará, preferentemente, en formatos DIN-A4 y DIN-A3.
7.
En referencia al contexto histórico y antecedentes en la investigación
histórico-arqueológica, se redactará una memoria descriptiva del potencial
arqueológico de la zona
y se consignarán todos
los estudios e
investigaciones realizadas en el área de intervención y en su entorno
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inmediato. Asimismo, se citará la documentación disponible y actualizada, de
cualquier índole, que refleje noticias sobre hallazgos, existencia de bienes de
naturaleza arqueológica y su estado, etc. en la zona donde se proyecta realizar
la actividad.
8. Objetivos de la actividad.
Se relacionarán, de forma exhaustiva, todos los objetivos específicos,
tanto de índole científica -histórica y arqueológica-, como los relativos a la
tutela del bien o bienes objeto de intervención. Asimismo se justificarán las
estrategias y metodología específicas a desarrollar durante la investigación
arqueológica, en aras a conseguir los objetivos enumerados previamente. La
singularidad de estrategias y objetivos vendrá definida por los antecedentes
arqueológicos; el proyecto de obras o actuación que genere la actividad
arqueológica; así como por los problemas derivados de la tutela del bien que
se pretendan resolver.
9. Contexto histórico y antecedentes en la investigación histórico-arqueológica.
a) Los proyectos de las actividades arqueológicas deberán recoger, de forma
textual, los condicionantes dispuestos en la normativa urbanística que sean de
aplicación directa sobre el patrimonio arqueológico, ya sea aquella municipal,
autonómica o estatal.
b) En los supuestos en los que las actividades arqueológicas se deriven de
una determinación producida por un órgano de la administración pública, se
deberá incluir la trascripción literal o copia de dicho acuerdo o resolución
10. Se harán constar las especificaciones adecuadas para entender cómo se
quieren alcanzar los objetivos perseguidos con la intervención. Deberá existir,
por lo tanto, una adecuación entre éstos, los medios y la metodología. En
cualquier caso, se deberá argumentar la metodología y la estrategia de
intervención elegida en función de todos los objetivos perseguidos. En
cualquier caso, se evitarán las referencias al empleo de metodologías
genéricas que son de uso ordinario en todo el ámbito profesional de la
arqueología.
11. En los proyectos de excavaciones arqueológicas extensivas y sondeos
arqueológicos y análisis de estructuras emergentes, se deberán indicar
necesariamente los siguientes elementos:
a) Número de cortes, catas o calicatas a realizar, sus dimensiones previstas,
justificación de su necesidad, localización y superficie afectada en cada caso;
así como su plasmación en planimetría a escala adecuada.
b) Profundidad prevista en cada uno de los sectores o áreas de intervención de
la actuación.
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c) Medios a utilizar para la excavación y descripción de los mismos (mecánicos
y manuales), así como la casuística específica que previsiblemente pueda
afectar a su empleo en los distintos sectores, contextos o unidades.
d) Metodología específica consecuente con los objetivos de investigación
planteados.
e) Sistema de registro que se pretende utilizar, explicando las características
básicas del mismo, pudiendo la Consejería de Cultura solicitar copia de las
fichas o plantillas de registro propias del sistema a emplear.
f) Tipo de documentación gráfica que se pretende aportar y escala de
representación, así como referencias de los instrumentos técnicos, tanto de
medición, como de almacenamiento de datos y representación gráfica.
g) Analíticas que se prevén llevar a cabo y su justificación. Igualmente, deberá
justificarse la ausencia de cualquier tipo de análisis en función de los objetivos
planteados.
h) En esta apartado se consignarán todos los instrumentos técnicos que se
emplearán (medición, posicionamiento, tratamiento y almacenamiento de
datos, fotografía, etc.)
12.
En las actuaciones de control arqueológico de movimientos de tierra, se
deberán indicar necesariamente los siguientes elementos:
a)
Localización de los movimientos de tierra dentro de la obra o parcela en
la que se actúa, tanto textual como planimétrica.
b)
Medios (manuales o mecánicos) con los que se efectuará.
c)
Dimensiones aproximadas y, en particular, profundidad prevista que
alcanzará la remoción.
d)
Sistema de registro que se pretende utilizar, explicando las
características básicas del mismo, pudiendo la Consejería de Cultura solicitar
copia de las fichas de registro a emplear.
e)
Tipo de documentación gráfica que se pretende aportar al finalizar la
intervención.
f)
Si durante el desarrollo de los trabajos de control arqueológico de los
movimientos de tierra, se produjera la aparición de restos arqueológicos que
requieran de otro tipo de intervención, se paralizarán los movimientos de tierra
y se dará comunicación a la Delegación Provincial correspondiente que
tomará las medidas oportunas.
13.
Se deberá incluir presupuesto desglosado por partidas, especificando
las fuentes de financiación de la actividad, ya sean estas privadas o públicas.
En el supuesto de que se trate de una financiación compartida por varios
promotores -ya sean públicos y/o privados- se harán constar las partidas y/o
porcentajes que deberán aportar cada uno de ellos. El presupuesto deberá ser
detallado, haciéndose constar las distintas partidas, en cualquier caso, se
reflejarán las siguientes:
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a)
Partidas de redacción de documentos: Proyecto, Memoria Preliminar y
Memoria.
b)
Partidas de ejecución de los trabajos de campo: Personal técnico,
materiales fungibles, herramientas e instrumental, analíticas y estudios
específicos, entre otras.
c)
Los proyectos de excavaciones arqueológicas, deberán incluir además
el personal no cualificado, maquinaria y medios auxiliares de obra previstos.
d)
El Porcentaje destinado a conservación, de acuerdo con el art. 85 de la
Ley 14/2007, de 26 de noviembre, de Patrimonio Histórico de Andalucía será
calculado sobre el total de la intervención. Cuando se estime que la cantidad
destinada es suficiente con un porcentaje inferior al 20%, se deberá explicar y
justificar la motivación de tal decisión en el proyecto de intervención
arqueológica.
14.
Se deberán detallar todas las medidas de conservación preventiva y
protección física que esté previsto utilizar durante la excavación,
distinguiéndose entre los bienes muebles y los bienes inmuebles, así como las
acciones a desarrollar, entre otras: medidas de extracción; medidas de
almacenamiento “in situ”; técnicas de siglado; medidas de traslado, embalaje y
etiquetado; medidas especiales que conlleve el depósito definitivo; en todo
caso, deberán contemplarse las medidas de conservación previstas de la zona
intervenida.
15.
Todo proyecto de actividad arqueológica deberá contener autorización
de la propiedad de los terrenos o, en su caso, del representante legal de la
propiedad. Así, se deberá presentar escrito, conforme al Anexo V de la
presente Orden, donde se haga constar, que el propietario o el representante
legal de la propiedad conocen el proyecto en su integridad, y que autoriza al
arqueólogo solicitante su ejecución. Dicha autorización irá acompañada de la
acreditación de la titularidad sobre los terrenos, conforme establece el art. 7.4
del Reglamento de Actividades Arqueológicas.
En el supuesto de que la intervención arqueológica esté motivada por
un proyecto que lleve aparejado un procedimiento de Declaración de Utilidad
Pública, de acuerdo al art. 108 de la Ley de 16 de diciembre de 1954, no será
preceptiva la autorización y acreditación de los propietarios de los terrenos,
siendo necesario que el personal de la intervención cuente con la autorización
de la administración promotora o, en su defecto, bien de la empresa
adjudicataria o concesionaria de la obra.
En todos los supuestos, el personal investigador deberá ir provisto de los
documentos originales o copias compulsadas que acrediten la misión confiada,
siendo definidos estos como:
a)
Resolución del Ilmo. Director General de Bienes Culturales por la que se
autoriza la actividad arqueológica.
b)
Autorización de la administración promotora o de la empresa
adjudicataria para la realización de los estudios pertinentes.
Si durante la tramitación de la autorización de la actividad por parte de la
Administración Cultural, se requiriera por ésta, la modificación o alteración
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significante de cualquiera de los parámetros físicos, temporales o de
procedimiento metodológico, el arqueólogo solicitante queda obligado a dar
conocimiento de dichos cambios al propietario o promotor de la actuación y a
recabar una nueva autorización conforme al proyecto modificado.
16. Según lo dispuesto en la Ley 31/95, de 8 de noviembre, de Prevención de
Riesgos Laborales, y en el Real Decreto 1627/97, de 24 de octubre, por el que
se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de
construcción, así como en el Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se
aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas (Título. I, art. 10; 1, 2, 3),
será necesario aportar, como anexo al proyecto de cualquier clase de
excavación arqueológica, de las enumeradas en el artículo 3 del citado Decreto
168/2003, el documento preceptivo de seguridad y salud laboral, debiendo
estar el mismo suscrito por técnico competente. Igualmente, los trabajos de de
consolidación, restauración y restitución, cerramiento, vallado y cubrición de
yacimientos arqueológicos, quedarán sujetos a idénticas obligaciones al quedar
incluidos en el Anexo I del citado Real Decreto.
A los efectos de la presente Orden, serán los promotores de las excavaciones
arqueológicas los que deberán encargar y presentar ante la Consejería de
Cultura debidamente visado por el colegio profesional correspondiente, y
acompañando al proyecto de excavación arqueológica, el correspondiente
Estudio de Seguridad y Salud Laboral o el Estudio Básico de Seguridad y
Salud Laboral, según proceda y, conforme a lo establecido en los artículos 4,
5, 6 y 17.1 del Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones
mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción.
En el supuesto de excavaciones arqueológicas incluidas en un Proyecto
General de Investigación, el promotor será el solicitante de la autorización, ya
sea persona física o jurídica, de los que se enumeran en el artículo 6 del
Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de
Actividades Arqueológicas.
Por su parte, el contratista, según queda definido en el artículo 2.1.h del Real
Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones mínimas de seguridad
y salud en las obras de construcción, deberá elaborar un plan de seguridad y
salud en el trabajo, según lo dispuesto en el artículo 7 del citado Real Decreto,
y que deberá aprobar el coordinador de seguridad.
A los efectos de la presente Orden, el responsable de seguridad a que se
refiere el artículo 10.1 del Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se
aprueba el Reglamento de Actividades Arqueológicas, es el coordinador de
seguridad y salud laboral definido en el artículo 2.1.f del Real Decreto
1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones mínimas de seguridad y salud
en las obras de construcción y por la disposición adicional cuarta de la Ley
38/1999, de 5 de noviembre de Ordenación de la Edificación.
En caso de modificaciones sustanciales sobrevenidas durante la intervención
arqueológica, se modificará igualmente, al objeto de adecuarlo a la situación
9
sobrevenida, el plan de seguridad y salud por parte del (responsable)
coordinador de seguridad y salud, conforme a lo establecido en el artículo 9.3
del Real Decreto 1627/1997, de 24 de octubre, de disposiciones mínimas de
seguridad y salud en las obras de construcción. Paralelamente, deberá
autorizar dichas modificaciones mediante orden plasmada en el Libro diario de
la intervención, donde, si procede, se harán constar las medidas
complementarias que estimase procedentes.
Artículo 3. Documentación exigible a los proyectos de prospecciones
arqueológicas.
Las memorias de dichos proyectos deberán incluir los siguientes aspectos:
a.
Tipo de prospección: Superficial, Geofísica, teledetección, etc.
b.
Cobertura: Total o de muestreo
c.
Intensidad de la prospección: Total (100%), Alta (75%), Media
(50%), Baja (25%), indicándose las bandas de separación entre prospectores.
d.
Escala, según sea macro o microespacial.
e.
Recogida de material en superficie: nula, selectiva o total y su
justificación; así como, y en el supuesto de que se proceda a la recogida
selectiva, se expondrán los criterios utilizados para ello.
f.
Criterios que se emplearán tanto para la definición de los límites
de los yacimientos, como para establecer el grado de conservación de los
mismos.
g.
Cuando un proyecto de prospección arqueológica extensiva
terrestre conlleve la realización de otro tipo de actividades complementarias,
tales como los sondeos, ya sean estos manuales, mecánicos o geotécnicos,
los proyectos incluirán además los documentos y contenidos exigidos a tales
actividades, reseñados en el apartado correspondiente a las mismas de la
presente Orden.
h.
Para proyectos derivados de expedientes de evaluación de
impacto ambiental, se deberá definir el grado de impacto que supone la obra o
actuación sujeta a evaluación sobre el bien, de acuerdo al Decreto 292/1995,
de 12 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Evaluación de
Impacto Ambiental.
Artículo 4. Documentación exigible a los proyectos de reproducción y
estudio de arte rupestre.
En estos estudios, se deberá adjuntar la siguiente documentación:
1.
Memoria de la finalidad de los estudios, reproducciones o análisis.
2.
Aproximación al contexto geológico y geomorfológico: al aire libre, en
abrigos y roquedos, en cuevas, en construcciones megalíticas, otras. Dicha
aproximación deberá contener información sobre la litología del soporte, su
espeleogénesis, en su caso, y las posibles alteraciones observables a simple
vista.
10
3.
Información sobre la existencia o no de registro arqueológico asociado a
las manifestaciones de arte rupestre.
4.
Introducción historiográfica y antecedentes, que deberá incluir la
descripción de las manifestaciones de arte rupestre, según las investigaciones
precedentes o a partir del análisis visual realizado por el propio autor del
proyecto.
5.
Dimensiones aproximadas de los paneles o, en su caso, de los motivos
objeto del estudio, así como de distribución espacial, en la formación
geomorfológica en la que se encuentren.
6.
Tipo de estudio que se pretende realizar: descripción de las
manifestaciones de arte rupestre; reproducción de todos o de alguno de los
motivos; estudios tipométricos, cromáticos, y técnicas de ejecución de los
motivos (pintura, grabado, otras); sus relaciones, los paneles y su ubicación en
la cavidad; estudios estilísticos y de estructura gráfica; temática y tipología de
los motivos; estudios cronológicos; analíticas destructivas y no destructivas;
estudios de conservación y fichas diagnóstico: estudios del estado de
conservación y patologías en las propias manifestaciones, el medio inmediato
(la roca soporte) y el estudio del medio circundante (estudio ambiental de la
cavidad o del abrigo, por ejemplo); otros.
7.
Técnicas y métodos de reproducción que serán utilizados, definiendo,
en cada caso, los medios auxiliares que serán necesarios y el tratamiento de
los datos que se obtengan: Videográficos, Fotográficos (y su tipología),
Topográficos (tipología), Fotogramétricos.
8.
En el supuesto de que se vayan a realizar analíticas, además de la
precisa identificación del panel o, en su caso, motivo sobre el que se pretende
realizar el análisis; se hará constar la memoria justificativa de la necesidad de
realizar las analíticas proyectadas, así como todos los antecedentes de
cualesquiera otros análisis previamente realizados sobre el mismo; igualmente,
descripción pormenorizada de la técnica a utilizar para los análisis, y de los
instrumentales a emplear.
Artículo 5. Documentación exigible a los proyectos de documentación
gráfica de yacimientos arqueológicos.
i.
Se deberá indicar el tipo de documentación gráfica que se
pretende realizar en el yacimiento arqueológico objeto de la intervención, así
como su finalidad.
j.
Se incluirá la relación de los medios auxiliares, en el supuesto de
que sean necesarios, para efectuar los trabajos (andamios, elevadores,
escaleras, entre otros).
k.
Se indicará expresamente si será necesaria la limpieza previa de
las zonas a documentar o no, y, en el primero de los casos, se especificará
que tipo de limpieza se ha de llevar a cabo y con qué medios.
l.
En aquellos casos en los que el yacimiento objeto de los trabajos
de documentación esté abierto a la visita pública, se deberá especificar tanto
las fechas como los horarios en los que se pretende llevar a cabo el estudio, y
una valoración sobre su posible incidencia en la visita pública del yacimiento.
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Artículo 6. Documentación que deberán incorporar los proyectos de
actividades arqueológicas de estudio de materiales depositados en los
Museos inscritos en el Registro andaluz de museos y colecciones
museográficas.
De acuerdo con lo establecido por la Ley 8/2007, de 5 de octubre, de
Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía, y por el Decreto
168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades
Arqueológicas, ha de entenderse por estudio de los materiales arqueológicos,
a los efectos de la presente Orden, cualquier tipo de investigación o estudio
científico de cualquier índole, con o sin la realización de análisis, que se lleven
a cabo sobre los bienes muebles de carácter arqueológico, ya hubieran sido
recuperados durante intervenciones arqueológicas, localizados casualmente o
fruto de donaciones o de incautaciones, y que estén depositados en alguno de
los museos o colecciones andaluces.
En función del contenido del artículo
20.2 del Reglamento de
Actividades Arqueológicas, se deberá presentar una relación detallada de los
muebles objeto de estudio, con denominación o identificación de los mismos,
yacimientos, y actividades arqueológicas, unidades estratigráficas o contextos
en los que fueron recuperadas u otras circunstancias de recuperación, así
como las materias constructivas. En cualquier caso, se deberá mencionar el
Museo donde están depositados los bienes muebles objeto de estudio.
Los documentos que obligatoriamente deberán formar parte de todo proyecto
de estudio de materiales arqueológicos depositados en los museos y
colecciones andaluzas, son los siguientes:
1. Justificación de la necesidad de realizar la actividad arqueológica. Consistirá
en una memoria explicativa de la necesidad o, en su caso, conveniencia de
llevar a cabo el estudio de los materiales arqueológicos solicitado.
2. De acuerdo con lo establecido en el artículo 20.2 del Reglamento de
Actividades Arqueológicas, se deberá incluir en el proyecto la identificación y
localización del bien o bienes que serán objeto de estudio o de investigación. A
tal efecto, se incluirá una relación detallada de los mismos, Museo en el que se
encuentran depositados, así como nombre, en su caso, de las áreas de
procedencia, de los yacimientos arqueológicos y de las actividades
arqueológicas de las que procedan, así como de las unidades estratigráficas
en su caso, o de los contextos arqueológicos en los que se localizaron. Si es
posible, se mencionarán también las materias primas sobre las que están
realizados los objetos.
3. Contexto histórico y antecedentes en la investigación histórica y
arqueológica. Para ello se procederá a la descripción de los antecedentes y del
estado actual de la investigación científica sobre el tipo de piezas que se
pretende investigar y estudiar en el ámbito geográfico de la provincia o
provincias donde se pretende llevar a efecto el estudio.
12
4. Metodología a emplear en el estudio o investigación, con descripción
detallada del tipo de analíticas que se pretende llevar a cabo, si es el caso. En
el supuesto de que se pretendan realizar analíticas, se incluirá una memoria
relativa a su justificación y objetivos perseguidos con las mismas.
5. De acuerdo con el artículo 20.2.b del Reglamento de Actividades
Arqueológicas, se deberá incluir un informe relativo a la manipulación
requerida para la realización del estudio, así como los riesgos que conlleva, si
es que los mismos se pueden prever; las condiciones de conservación
preventiva para los objetos a estudiar, y los posibles trabajos de identificación
y documentación que implica el estudio.
6. Se incluirá igualmente la documentación gráfica disponible y relativa a las
piezas a estudiar, concretamente, los planos relacionados con la procedencia
de las piezas; fotos y dibujos de las mismas, siempre y cuando los mismos
sean accesibles y no estén sujetos a derechos de autor, en este último
supuesto, se mencionarán las publicaciones o bases de datos donde esta
documentación gráfica está accesible para su consulta.
7. Bibliografía directamente relacionada con las piezas o las colecciones objeto
de estudio.
8. Cronograma propuesto para el desarrollo de los trabajos de investigación. A
tal efecto, se deberá indicar si el mismo se llevará a cabo en días sueltos (en
cuyo caso, se deberán especificar); períodos concretos; etc. horas disponibles
según horario del museo., etc.
9. Presupuesto y fuentes de financiación: públicas /privadas.
10. Medidas de almacenamiento y técnicas de siglado y etiquetado
11. Personas integrantes y cualificación del equipo de estudio
12. Al objeto de facilitar la identificación de las piezas o conjuntos objeto de
estudio, se podrá solicitar a la institución correspondiente una consulta previa a
la redacción del proyecto, sobre los fondos existentes, según modelo que
figura en el anexo VI, y cuyo contenido deberá incluirse en el proyecto.
Artículo 7. El libro diario
Este libro se llevará con independencia de otros libros legalmente requeridos
por la administración competente de trabajo, especialmente a lo legislado
sobre seguridad y salud laboral.
En el Libro diario de la Junta de Andalucía, no pueden realizar inscripciones
otros inspectores que no sean los designados por la Consejería de Cultura.
El inspector hará constar sus órdenes en la página correspondiente, de su
puño y letra, y firmará al pie.
Las visitas del inspector las reflejará el director de la actividad, cuando en el
transcurso de la misma no se produzca ninguna orden, no obstante, siempre
ha de quedar reflejada igualmente.
13
Artículo 8. Documentación común a las memorias preliminares de las
actividades arqueológicas
El contenido del artículo 32 del
Arqueológicas, se ocupa de este documento.
Reglamento
de
Actividades
Dado que la Memoria Preliminar es el documento a partir del cual, se
adoptan medidas sobre el ejercicio de la tutela que pueden conducir a la
autorización del proyecto de obra o actividad sometida a intervención
arqueológica previa, o a la modificación total o parcial del mismo, e incluso a la
adopción de mediadas extraordinarias tales como la incoación de expediente
de protección, con la aplicación de alguna de las figuras previstas en la
legislación; la expropiación o adquisición del inmueble, etc. consideramos que
los contenidos de la misma deberán expresarse en un formato predefinido por
esta Administración Cultural, siendo responsabilidad del director de la
intervención las opiniones y valoraciones sobre los resultados de la misma,
todo ello, en base a las condiciones que se le impusieron a la hora de autorizar
la intervención arqueológica. Por todo ello,
1. La estructura de la Memoria Preliminar deberá ser la siguiente:
A.
Datos introductorios:
a.1. Título del proyecto o actividad arqueológica
a.2. Nombre y apellidos del director o directores de la actividad, así como de
los restantes miembros del equipo técnico y, en su caso, de los demás
autores de la Memoria Preliminar.
a.3. En caso de que la actividad tenga un promotor, ya sea público o privado,
deberá figurar en esta introducción. En el supuesto de que la actividad se
incluya en un Proyecto General de Investigación, deberá citarse el nombre del
mismo.
a.4. Deberán incluirse referencias técnicas de características, marcas y
modelos para cuantos instrumentos de medición y análisis se hayan empleado
en los trabajos (estaciones topográficas, equipos fotográficos, programas de
tratamiento de imágenes, magnetómetros, resistivímetros, geo-radar, etc.)
a.5. Deberán constar todos los antecedentes e incidencias administrativas por
las que ha podido pasar la intervención (Resolución del órgano autorizante,
cambio de dirección si lo hubiera habido, suspensiones, paralizaciones o
fases de la intervención, etc.) diligencia de finalización, etc.
B.
Definición de la intervención (tanto objetivos generales,
relacionados con la tutela del patrimonio histórico; como específicos,
concernientes a la investigación histórico-arqueológica):
14
En este apartado se contemplaría con brevedad, por ser cosa ya
enunciada en el Proyecto, la cuestión o cuestiones que motivan la
investigación, pero no sólo desde la perspectiva de la tutela del Patrimonio
Histórico; sino también desde el ámbito de la investigación y de las ciencias
históricas.
C.
Estado actual de la cuestión:
Se enunciarán las investigaciones llevadas a cabo en el marco espacial
y temporal sobre los que se han desarrollado los trabajos, haciendo especial
hincapié en las intervenciones más recientes y sus resultados, y evitando las
informaciones redundantes y ya incorporadas al acervo del conocimiento
arqueológico de la comunidad científica. En este punto, es donde tiene cabida
la exposición de las distintas hipótesis, teorías e interpretaciones de los
distintos investigadores sobre algún asunto que interese a la investigación en
curso.
D.
Justificación teórica de la investigación llevada a cabo:
Básicamente, incluirá la justificación de la metodología general
empleada, así como de la estrategia o tipo de investigación elegida en cada
caso, y, si procede, justificar los cambios que se hayan debido llevar a cabo,
una vez autorizados por la Consejería de Cultura.
E.
investigación:
Descripción
y
delimitación
del
ámbito
objeto
de
No debe entenderse por ámbito exclusivamente el de la parcela urbana,
finca, paraje o lugar intervenido, sino su entorno más o menos inmediato; esto
es, se describirán los distintos ámbitos: el estrictamente investigado con más
detalle lógicamente (la parcela urbana, el paraje o yacimiento rural, etc.); el
entorno inmediato (la manzana, el sector o barrio, el paraje, etc.) y, por último,
el ámbito urbano (la ciudad) y territorial (la comarca, el territorio).
F.
Recogida de datos:
Es sin duda, dentro de los contenidos de carácter objetivo, el de mayor
relevancia, por lo que significa de traslado a soporte artificial (fichas, fotografía,
película, planimetría, etc.) de los vestigios arqueológicos y sus contextos, en
una forma primigenia ya irrepetible.
f.1. Se deberán entregar todas y cada una de las fichas cumplimentadas
durante la intervención en todas sus categorías (de estructuras, de unidades
estratigráficas, de contextos, de piezas, etc.)
f.2. Contendrá toda la documentación gráfica elaborada, tanto durante, como
después de la intervención.
15
f.3. En cualquier caso, se deberán incluir los planos de la ubicación y
localización de la intervención en su contexto urbano o territorial;
f.4. El plano de la delimitación de la intervención dentro de su parcela urbana o
predio rústico, según proceda; un plano de planta, a escala adecuada (entre
1/20 y 1/100 son escalas que pueden considerarse admisibles) por cada uno
de los contextos edificados, históricos o culturales documentados;
f.5. Todos los planos han de estar georeferenciados, al menos en sus vértices,
mediante la expresión numérica de sus coordenadas UTM.
f.6. Asimismo se deberá hacer constar la cota absoluta de cada elemento o
estructura reflejados, con relación al nivel medio anual del mar en Alicante, al
menos en dos puntos (el de máxima altura y el de máxima profundidad).
f.7. De todos los contextos con elementos constructivos se incluirá, al menos,
un alzado y una sección a escala variable entre 1/20 y 1/100.
f.8. Respecto a los bienes muebles, se incluirán fotografías o dibujos de los
diversos elementos recogidos y estudiados, ya sea de forma individual o en
contextos. Pudiéndose elegir entre el uso de la fotografía o el dibujo, a
discreción de los autores de la Memoria; si bien nos parece más apropiado,
reservar el uso de las fotografías para plasmar las muestras, especialmente
relacionadas con los análisis del registro biológico, edafológico,
sedimentológico, etc., así como para objetos metálicos o pétreos; y, en
general, en soportes no cerámicos, pudiéndose utilizar, indistintamente,
fotografía o dibujo para bienes fabricados en soportes cerámicos. Los
recipientes cerámicos de fabricación estandarizada que obedezcan a patrones
recogidos en repertorios universalmente conocidos (Dressel, Lamboglia,
Beltrán, Roselló, etc.) podrán ser presentados, aludiendo únicamente a su
referencia tipológica y sin representación gráfica).
f.9. Los resultados de los análisis, aunque éstos sean provisionales, serán
incluidos; en caso de que aún no se cuente con los mismos, se expondrán en
la Memoria Científica.
G.
Expresión de resultados:
Tras la exposición objetiva y descriptiva del apartado anterior, debe
realizarse una semblanza del registro obtenido. En este apartado, se pondrán
en relación los distintos campos del registro, las unidades estratigráficas con
los procesos (por ejemplo, los sedimentarios, los erosivos, los destructivos, los
constructivos, etc.); los ámbitos espaciales con las actividades humanas; etc.
Se deberá dejar constancia del estado de conservación de cada elemento o
conjunto estructural detectado. Podríamos definirlo como el capítulo donde la
información obtenida se elabora para convertirse en conocimiento histórico y
arqueológico.
16
H.
Valoración:
Se expondrán aquí las conclusiones de cualquier índole a las que hayan
llegado los arqueólogos redactores de la Memoria Preliminar. Este capítulo es,
por lo tanto, la síntesis interpretativa del documento.
I.
Propuesta de conservación:
Debiendo estar basada, entre otros argumentos, en el estado de
conservación reflejado en el apartado G de este mismo epígrafe, y según
dispone el artículo 32.2.g) del Reglamento de Actividades Arqueológicas, se
deberá incluir una propuesta de conservación en la que se reflejen, de manera
argumentada, las posibles medidas a adoptar, para lo cual, además del estado
de conservación, se deberán considerar las siguientes circunstancias y
condicionantes: grado de compatibilidad con la obra o actuación prevista, tipo
de propiedad y programa de uso, especificando si el mismo es público o
privado, la originalidad y singularidad de los vestigios arqueológicos, sus
posibilidades de puesta en valor, así como la perdurabilidad, en base al tipo de
materiales y técnicas constructivas empleadas, entre otros.
J.
Notas:
Absolutamente todas las opiniones de carácter científico que no sean de
paternidad de los autores de la Memoria, deberán ser consignadas en este
apartado, consignando las fuentes y, en su caso, entrecomillando los párrafos
y citas de otros autores.
K.
Citas bibliográficas:
Se deberán citar todas las publicaciones utilizadas para la redacción de
la Memoria, tanto las de carácter general (manuales, tipologías y repertorios),
como específicas (memorias de otras intervenciones, artículos de revistas o
actas de congresos)
L.
Anexos:
Todos aquellos documentos que se consideren de interés
complementario a la Memoria Preliminar, tales como planimetría histórica,
documentación catastral; documentos históricos de archivos que aporten usos
del suelo que justifiquen procesos de destrucción o alteración; mapas
geológicos, de usos del suelo, fotografías de yacimientos, contextos
arqueológicos o de piezas que guarden algún tipo de analogía con los
estudiados, etc.
17
Artículo 9. Documentación según las diferentes modalidades de
actividades arqueológicas
1.
Para las excavaciones arqueológicas, se requerirá, tal como
dispone el artículo 32.2. del R.A.A., la enumeración de la seriación
estratigráfica resultante y sus relaciones, así como las estructuras
arqueológicas detectadas, para lo cual se deberán incorporar,
preferentemente, en soporte informático, todas y cada una de las fichas de
registro de las distintas unidades estratigráficas detectadas y la expresión
gráfica de sus relaciones (organigrama conocido como “Harris Matrix”).
Debiendo incluirse, obligatoriamente, los datos elementales sobre la
composición de cada uno de los estratos (matriz –arcillosa, arenosa, caliza,
limosa, y sus mezclas y proporciones-, textura, color –especificando tablas
empleadas y si el color se mide en seco o en húmedo- granulometría, etc). Se
incorporará, al menos, un plano de planta y alzado de cada fase histórica
detectada o conjunto estructural, a escala variable, si bien se recomienda el
empleo de escalas comprendidas entre 1: 20 y 1: 100, así como de cada uno
de los perfiles estratigráficos resultantes en cada unidad de intervención, a la
misma escala; así como cuantos planos de detalle procedan, y estos últimos, a
escala variable según la necesidad.
2.
Para las prospecciones arqueológicas, las memorias preliminares
incluirán, debidamente cumplimentadas, las fichas del inventario de la base de
datos de la Consejería de Cultura, tal y como se refleja en el citado artículo 32
del RAA, y para lo cual, será obligación del arqueólogo director, solicitarlas con
suficiente antelación al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Se deberá
presentar una documentación cartográfica en la que se ubiquen y delimiten
poligonalmente los yacimientos u otras entidades arqueológicas localizadas,
para lo que se empleará la escala utilizada en el inventario de la base de datos
de la Consejería de Cultura.
3.
Tanto para las actividades de prospección en las que se hubieran
localizado manifestaciones de arte rupestre, como para las actividades de
estudio y reproducción de manifestaciones de arte rupestre, se incluirá la
localización geográfica y descripción de las mismas, acompañada de la
correspondiente documentación gráfica, según los criterios para el uso de
fotografía y dibujo, así como escalas de planos, anteriormente expresados.
4.
Las memorias preliminares de las prospecciones arqueológicas,
donde se hayan empleado técnicas geofísicas, deberán aportar además, los
registros de las lecturas de las mediciones, con indicación de las anomalías
detectadas y sus umbrales de medición, expresados tanto numérica o
gráficamente; así como la interpretación arqueológica de los resultados, según
el filtrado producido sobre los datos brutos.
Artículo 10. Estructura y documentos que incluirán las memorias de las
actividades arqueológicas
18
La memoria definitiva de toda actividad arqueológica, debido a su
contenido eminentemente científico, es de entera responsabilidad, en cuanto a
sus contenidos, de su redactor o redactores. En cualquier caso, los contenidos
deberán incluir aquellos aspectos indicados en el artículo 34 del Reglamento
de Actividades Arqueológicas, a saber: metodología empleada; recuperación
del registro arqueológico en su integridad; analíticas y sus resultados; toda la
documentación gráfica elaborada; en su caso, otros estudios complementarios
llevados a cabo; así como las conclusiones de toda índole.
Especialmente, se deberá ser explícito en campos como el del desarrollo
metodológico y el de la recuperación del registro, donde la terminología
empleada ha de ser lo más exacta y rigurosa posible, alejándose de aquellos
términos que valen para varios conceptos a la vez o que son susceptibles de
interpretaciones diversas, Se evitarán adjetivos calificativos que no obedezcan
a criterios universalmente admitidos, recurriéndose a las fotografías, planos y
descripciones objetivas como instrumentos de aproximación a la realidad de lo
investigado.
Los planos deberán estar provistos de una cartela donde se contengan
los datos y deberán tener formatos originales admitidos por la norma DIN. Por
su parte, las fotografías deberán ser presentadas en formato TIF, con
resolución mínima de 300 ppp. en color, debiendo contar con pie de foto o, en
su defecto, estar numeradas y explicadas en el texto con una llamada que las
relacione con su número de ilustración.
De conformidad a lo establecido en la disposición adicional segunda del
Decreto 168/2003, de 17 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de
Actividades Arqueológicas, los tres ejemplares de la Memoria de la excavación
arqueológica, tanto cuando se refiera a la preliminar como a la definitiva, se
presentarán en soporte informático
Las memorias se presentarán, preferentemente, en formato A-4 o, en
caso de resultar estrictamente necesario, en formato A-3.
Las memorias científicas de las intervenciones arqueológicas que lleven
aparejados movimientos de tierra con metodología arqueológica en cualquiera
de sus modalidades, incluidos los estudios paramentales y las actividades
subacuáticas, deberán incorporar, en soporte informático, todas y cada una de
las fichas de registro de las distintas unidades estratigráficas detectadas
durante la intervención arqueológica en su fase de campo.
Los campos que, en cualquier caso, deberán estar presentes en las fichas son
los siguientes:
1º.- Campo de identificación: Área, yacimiento arqueológico o inmueble
objeto de la intervención; sigla que se hace constar en las piezas recuperadas
y depositadas en la correspondiente institución museística; año o años en los
que haya transcurrido la campaña arqueológica en su fase de campo;
Ubicación de la unidad de intervención o sector (ya se refiera a excavación o a
prospección), de la cuadrícula, cata o sondeo; la numeración de la unidad
estratigráfica y el tipo de unidad estratigráfica (según la terminología acuñada
por Harris: deposicional, sedimentaria o interfacie).
19
2º.- Campo de descripción: en el caso de las excavaciones arqueológicas,
se deberán hacer constar descripciones someras de la matriz, la coloración, la
granulometría, el grado de compactación, la potencia, las cotas extremas, esto
es, de aparición y de desaparición, la existencia de intrusiones, la extensión
superficial, la delimitación y las unidades estratigráficas y las estructuras
relacionadas. En las memorias de las actuaciones de prospección
arqueológica, se harán constar los resultados de las observaciones en cada
transecto o unidad de prospección, ya sea mediante fichas donde se anotan
las localizaciones y las distintas acciones que se realizan en aras del registro
(tomas de muestras para análisis, recogida de piezas, toma de fotos,
realización de croquis, mediciones, etc.), ya mediante la traslación a planos
acotados de la información anteriormente indicada. Tanto en un caso como en
otro, las claves de identificación deberán estar suficientemente explicadas en
la memoria adjunta.
3º.- Campo de contextualización estratigráfica: Para el caso de las
excavaciones arqueológicas, en cualquiera de sus modalidades, se
relacionarán, tanto de forma textual como gráfica, a través de un diagrama de
relaciones, la unidad descrita con las unidades de su entorno, según el
siguiente esquema:
SECUENCIA ESTRATIGRÁFICA:
Bajo U. E.:
Sobre U. E.:
Cubierta por U. E.:
Cubre a U. E.:
Cortado por U. E.:
Corta a U. E.:
Se le apoya U. E.:
Se apoya en U. E.:
Equivalente a U. E.:
En las actuaciones de análisis y estudios paramentales, obligatoriamente se
relacionarán las secuencias con los alzados de los paramentos estudiados.
4º.- Campo de registro de bienes arqueológicos de naturaleza mueble: En
dicho apartado se consignarán los distintos elementos muebles de fabricación,
transformación o manejo humanos, tales como industrias líticas, cerámicas,
materiales de construcción, metales, registro biológico asociado, etc.
5º.- Campo de interpretación: en dicho campo se harán constar las opiniones
de carácter interpretativo que se deducen de la unidad estratigráfica o área de
prospección, sus relaciones y de sus contenidos arqueológicos; así, se
reflejarán: la datación a la que se adscribe dicha unidad estratigráfica; el
contexto histórico y funcional de la misma; así como la argumentación en la
que se apoyan los redactores para elaborar sus hipótesis; entre otros
aspectos.
20
6º.- Campo de representación gráfica: dicho campo tendrá dos apartados:
uno el correspondiente al dibujo de la unidad estratigráfica y el otro reservado
para el registro fotográfico de la misma. En el primero, se deberá representar
la unidad en planta y secciones acotadas y descontextualizada; en el segundo
se plasmará la unidad estratigráfica mediante, al menos, dos fotografías en las
que se aprecie de forma general su apariencia una vez limpia y su posible
relación con otras unidades o estructuras próximas y su localización en el
sector o unidad de intervención arqueológica. Para las prospecciones
arqueológicas, se reservarán la fotografía y el croquis para el registro en la
fase de campo, mientras que en la fase de laboratorio y posterior análisis se
podrán utilizar medios gráficos adicionales tales como el dibujo de piezas, en
el caso de que se haya procedido a su recogida.
Artículo 11. Determinaciones sobre los bienes muebles recuperados
durante las intervenciones arqueológicas.
Por lo que respecta a los bienes muebles recuperados durante las
intervenciones arqueológicas, se permite y, según que ocasiones, incluso se
recomienda, la realización de expurgos, al objeto de no almacenar en los
museos y colecciones andaluzas piezas, fragmentos de piezas y muestras que
carezcan de valores expositivos, científicos o patrimoniales. Como criterio
general, el arqueólogo director deberá conducirse con el siguiente patrón de
actuación:
1er paso: Recogida sistemática de todas las piezas
2º paso: Lavado y clasificación de todas las piezas
3er paso: realización de estudios estadísticos, extracción de muestras para
análisis cuantitativos y porcentuales de pastas cerámicas, pesado de piezas
por familias o grupos funcionales, así como cualquier otro estudio similar.
4º paso: selección de aquellas piezas o conjuntos de piezas que aporten
alguno de los siguientes valores:
-. Los que mejor definan cronológica y/o culturalmente la unidad estratigráfica
en la que han sido recuperadas.
-. Los que mejor definan la funcionalidad y uso de los contextos y espacios en
los que han sido recuperadas.
-. Conjuntos o piezas de material orgánico que aporten datos novedosos sobre
alimentación, cinegética, animales domésticos, etc. de la colectividad a la que
se asocian los vestigios. Los vestigios orgánicos que, o bien o aporten tales
datos novedosos, o bien sean recuperados de contextos que impidan su
adscripción a un determinado contexto social o cultural, serán objeto de todos
los estudios estadísticos necesarios, pero no se incluirán en el material que se
depositará en el museo o centro donde se haya ordenado el depósito.
21
-. Para los conjuntos o piezas óseas de origen humano, se seguirán criterios
semejantes a los expuestos arriba. Esto es, los vestigios correspondientes a
osarios y fosas comunes que, muy difícilmente puedan ser individualizados y
situados en contexto, deberán ser estudiados con todas las técnicas y análisis
posibles, al objeto de extraer cuantos más datos mejor, mediante estudios de
índole estadística y/o tipométrica, incluso mediante estudios paleopatológicos
al objeto de determinar causas de mortandad catastrófica o circunstancias
análogas. No obstante, salvo para vestigios de época prehistórica, y a menos
que, tratándose de épocas más recientes, aporten algún tipo de singularidad
significativa, los mencionados vestigios deberán ser desechados.
Los vestigios arqueológicos de carácter antropológico, una vez
estudiados y analizados, podrán ser depositados, previa autorización expresa
del órgano competente de la Consejería de Cultura, y siempre bajo la
supervisión de la misma, en lugares de culto o cementerios en las
circunstancias siguientes:
-. Cuando se trate de enterramientos vinculados a una comunidad y, por lo
tanto, a un inmueble de carácter religioso (monasterios y conventos de
clausura; hermandades vinculadas a una capellanía, familiares de fundadores
vinculados a un monasterio, iglesia, capellanía o hermandad, etc.)
-. Cuando se trate de enterramientos pertenecientes, de forma clara y sin
ningún género de dudas, a una comunidad religiosa existente en la actualidad y
que los representantes, legalmente capacitados de la misma así lo soliciten de
forma expresa (comunidades cristianas, musulmanas o hebreas que expresen
su deseo de que los restos de sus correligionarios rescatados mediante
intervenciones arqueológicas, sean depositados en los cementerios de dichas
comunidades).
-. Cuando se trate de restos óseos correspondientes a personas que puedan
ser identificadas de forma precisa e inequívoca, se pondrán a disposición de
los familiares que así lo deseen, pudiendo disponer de sus restos, de acuerdo
con la legislación civil vigente.
En cualquiera de los supuestos mencionados anteriormente, excepto en
el último, la Consejería de Cultura podrá imponer condiciones de conservación
y se reserva el derecho de inspección a efectos de garantizar su correcto
mantenimiento.
Como criterio general, tampoco se deben depositar materiales de
construcción en los museos o centros donde se haya ordenado el depósito. En
el supuesto de que, tras la excavación arqueológica, se produzca la remoción y
destrucción de los vestigios, los materiales de construcción recuperados serán,
igualmente, destruidos. No obstante, si el inspector de la intervención lo
ordenara expresamente, se depositarán los materiales de construcción en un
lugar o almacén designado por la Consejería de Cultura, por si resultarán de
interés para su uso en proyectos de conservación, actuaciones de difusión, etc.
En el supuesto de que, tras la excavación arqueológica, se ordene la
conservación de los vestigios arqueológicos de carácter inmueble, los
materiales de construcción recuperados, se mantendrán, debidamente
22
conservados e identificados en el mismo lugar o, bajo la custodia de la
empresa promotora o titular del inmueble.
5º paso: Depósito de materiales. Las piezas definitivamente seleccionadas han
de entregarse en el museo o centro donde se ordene el depósito del mismo,
lavadas y sin restos de humedad; provistas de signaturas o siglas (al menos,
todas las piezas que se hayan utilizado para la redacción de las memorias
tanto preliminar como científica, apareciendo en las mismas, ya sea en cita
literal o gráfica). Las siglas o signatura deberán realizarse con tinta indeleble y
sobre superficie previamente impermeabilizada con resina o cola apropiadas.
Se evitará con esta acción deteriorar o alterar las superficies exteriores de los
objetos, así como las decoraciones plásticas o pictóricas que pudieran
conservar, para lo que se elegirán las superficies interiores o no decoradas o,
incluso, los planos de fragmentación de las piezas, si fuera necesario. Los
criterios para seleccionar dichos bienes muebles quedarán a la discreción del
director de los trabajos con el visto bueno del arqueólogo inspector designado
por la Consejería de Cultura; no obstante, como criterios de partida, se
considerarán el que las piezas sirvan para aportar datos sobre la cronología de
una unidad estratigráfica; o para definir el período cultural de su contexto
arqueológico; que aporten datos sobre la funcionalidad de su contexto espacial;
sobre conocimientos de índole histórica, económica o antropológica (modos de
vida, usos, alimentación, antropología física, economía, etc.). El empaquetado
ha de ser realizado a base de contenedores rígidos, como los plásticos o el
PVC, que permitan ser apilados, y nunca sobre cajas de cartón que se puedan
deformar o romper con el paso del tiempo. Los contenedores deberán ir
identificados con referencias en el exterior, de forma que permitan relacionarlos
con la actividad y con un número, de acuerdo a los inventarios y actas de
depósito realizados. Dentro del los contenedores, los elementos muebles
depositados, se guardarán en bolsas de plástico de polietileno de alta densidad
transparente, con una resistencia tal que garantice su durabilidad o, en el caso
de resultar más adecuado para la conservación de las piezas, en redecillas
plásticas, según lo requiera el tipo de material. El material delicado ha de ser
depositado en embalajes adecuados y protegido contra golpes y contra
agentes atmosféricos.
Las muestras de todo tipo han de ser presentadas en embalajes adecuados
para impedir su degeneración y que deriven en inservibles, especialmente, las
de origen orgánico o con componentes orgánicos.
Las piezas a depositar se acompañarán del oportuno inventario,
Disposición transitoria única.Los procedimientos iniciados antes de la
entrada en vigor de esta Orden se regirán por lo dispuesto en la misma
siempre que el trámite procedimental así lo permita.
Disposición final única.- La presente Orden entrará en vigor al día siguiente
de su publicación de el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.
Sevilla a 24 de septiembre de 2008.
LA CONSEJERA DE CULTURA.
Rosa Torres Ruíz.
23
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