CARMEN QUINTANILLA MADERO: Muy bien

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México, D.F. a 27 de junio del 2007
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORÍA
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INFORME DE EVALUACIÓN ENERO-MARZO 2007
ALFONSO DE MARIA Y CAMPOS CASTELLO: Gracias. Con su permiso.
Apreciables integrantes y representantes de los miembros de la Comisión Interna de
Administración, distinguidos invitados especiales.
Hace poco más de tres meses tuve el honor de presentarme por primera vez ante ustedes y
compartir reflexiones iniciales sobre el gran reto que significa dirigir el Instituto Nacional de
Antropología e Historia en un momento en que la sociedad espera de sus instituciones un mayor
dinamismo y eficacia en la toma de decisiones.
Quisiera aprovechar estos minutos en que podemos intercambiar ideas para, al igual que lo hice
en esa primera vez, presentarles una valoración conceptual del desempeño del Instituto, partiendo del
hecho de que el análisis cuantitativo de estos meses se encuentra integrado en las carpetas que ya se les
han entregado en tiempo y forma.
Como lo planteé ante ustedes, uno de los objetivos prioritarios de la administración es el
propiciar las condiciones necesarias para que la investigación y la academia vuelvan a ser el centro vital
del cual emanen los proyectos de conservación y gestión patrimonial. Y, como también lo dije hace un
momento, considero que una de las estrategias privilegiadas para cumplir dicha meta es la consolidación
de proyectos integrales de alcance regional, donde el gobierno federal, estatal y municipal unen esfuerzos
con la sociedad civil en favor de la preservación de su legado cultural.
Con ese objetivo en mente, por un lado, he acompañado al presidente del Consejo Nacional para
las Cultura y las Artes en las reuniones de planeación con los directores de los institutos de cultura de las
entidades federativas, lo que me ha permitido conocer de primera mano las perspectivas regionales en la
materia.
Por el otro, ya individualmente, me he abocado en los últimos meses a recorrer más del 80 por
ciento de las zonas patrimoniales y repositorios de bienes culturales.
Durante ambas giras, tanto mías como de mis colaboradores, hemos implementado una estrategia
que describiré con cierto detalle a continuación.
Nos hemos reunido con los secretarios de Cultura, de Turismo y de Desarrollo Urbano de los
estados, no sólo para plantearles, como siempre ha sucedido, las condiciones legales y técnicas que
supone el uso del patrimonio cultural. A mi parecer, hemos abordado tales encuentros con una actitud
más propositiva que en el pasado, al constituirnos en un oído atento de las necesidades locales.
Gracias a esa actitud hemos logrado que dichos encuentros sean espacios donde se genere poco a
poco un lenguaje común entre los actores implicados en las tareas patrimoniales.
Esta es una labor primordial, ya que hemos detectado que muchas de las discrepancias que se
producen en materia patrimonial se deben a que el sector turístico, los urbanistas, y en menor medida las
instancias culturales locales, emplean categorías distintas para comprender y manejar a los bienes
culturales.
Un vocabulario común es también sinónimo de concertación entre las partes, primer paso para
que de manera multisectorial se diseñen proyectos y estrategias de alcance regional con verdadera
pertinencia para todos los involucrados.
Hemos emprendido una labor similar a nivel federal, en particular con la Secretaría de Turismo,
la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo,
cuyos primeros resultados detallaré más adelante.
Con la Secretaría de Turismo, y de cara a la celebración de los centenarios, estamos diseñando
diversas rutas culturales, en particular la Ruta de la Independencia, que busca aprovechar a esta feliz
efeméride para fomentar el conocimiento de algunas ciudades históricas que actualmente se encuentran
fuera de los circuitos turísticos.
En éste, como en el resto de los proyectos en los que trabajamos con la Secretaría de Turismo y
con Fonatur, como Pueblos Mágicos y la Ruta de las Misiones, o las rutas patrimoniales que se refieren a
Patrimonio de la Humanidad, tanto de ciudades como de zonas arqueológicas, el objetivo es generar un
nuevo modelo de turismo, donde el visitante deje de ser peregrino de un solo destino y se adentre en la
región, derramando en ello mayores beneficios a las comunidades.
Una mención especial merece nuestra actual colaboración con Fonatur, pues no sólo hemos
podido impulsar, gracias a su apoyo, circuitos que ponen en valor regiones históricas, como el convenio
que acabamos de firmar con el Estado de México e Hidalgo para crear el corredor Acolman-Otumba,
teniendo como eje Teotihuacán.
También vía Fonatur estamos creando un fondo que permitirá adquirir predios en los que están
asentadas algunas de las zonas arqueológicas más importantes del país.
Dado que el tema de la tenencia de la tierra es de vital importancia en la gestión correcta de
nuestro patrimonio arqueológico, me referiré a él con más detalle un poco más adelante.
En tanto que alrededor de 30 sitios arqueológicos están asentados en terrenos protegidos por la
Semarnat, estamos desarrollando conjuntamente planes de manejo integrales donde se establecen
mecanismos de gestión de visitantes, normas unificadas para proteger nuestro patrimonio cultural y
natural, y modelos compartidos de administración de recursos.
El caso de Tulúm es sin duda el caso más relevante hoy en día, porque es el caso que está más
amenazado por los intereses turísticos y por una mala concepción histórica del patrimonio de esa parte y
de ese municipio, de Solidaridad, que ahora quiere ser formado por el municipio de Tulúm, como un
nuevo municipio del Estado de Quintana Roo.
Es un caso que inclusive puede llegar al más alto nivel, porque la expropiación fue hecha en
favor de Semarnat, sobre la poligonal de Semarnat fue trazada la poligonal de la zona arqueológica
posteriormente, y ahora aparecen propietarios recientes, muy posteriores a la expropiación, que han
vendido varias veces a intereses importantes. Esto ya está hecho del conocimiento de las más altas
autoridades.
En primer término toca esta responsabilidad a Semarnat, toda vez que la expropiación fue hecha
en favor de Semarnat, pero es el Instituto el que ha tenido la actividad más destacada, cerrar, clausurando
algunos inmuebles, solicitando iniciar una serie de juicios, todos ellos ganados hasta la fecha, pero
recurridos insistentemente, y que da lugar a una muestra de lo que será en el futuro si la Federación no
empieza a crear áreas de amortiguamiento, donde ya las ha creado, y a protegerlas.
Pero definitivamente esto es un trabajo que los jurídicos de Semarnat y nosotros tenemos que
hacer, y posiblemente se pueda incluso involucrar al más alto nivel a la Procuraduría General de la
República, porque recientemente el municipio de Solidaridad ha emitido un uso de suelo contraviniendo
las leyes de expropiación y de zonas arqueológicas emitidas, con lo cual está en franca rebeldía ante esto.
No se ha publicado el decreto anunciado, por una recomendación del Congreso federal, pero
tenemos 30 días para que se publique ese decreto para evitar que se cree una confusión tremenda, que está
expropiado, en donde está la zona arqueológica. Son temas relevantes. Es uno solo de los muchos que
tenemos.
Es así que desde nuestro punto de vista hemos construido los primeros cimientos con los tres
niveles de gobierno de lo que será la plataforma, en el mediano y largo alcance, de una nueva forma de
abordar la conservación del patrimonio cultural.
Espero que en nuestras próximas reuniones pueda detallarles algunos de los resultados que
esperamos conseguir con ello, entre cuyas variables cualitativas se encuentran: 1) El conseguir que se
consolide la perspectiva de un desarrollo urbano que respete la integridad material y simbólica de las
edificaciones históricas y arqueológicas. 2) Que dicho respeto se extienda a los contextos urbanos y
naturales donde los bienes inmuebles se ubican. 3) Propiciar la conciencia de que una exitosa política de
promoción turística de largo aliento, sobre todo de turismo cultural, como se ha llamado ahora, será
posible sólo si se tiene en consideración, entre otros, los dos puntos anteriores, ya que los recursos
patrimoniales son recursos no renovables.
Será posible sólo si se tiene en consideración, entre otros, los dos puntos anteriores, pues ahora la
motivación principal de los visitantes nacionales y extranjeros es la búsqueda de experiencias
excepcionales, que sólo pueden conseguirse con el respeto a la integridad de los contextos culturales y
naturales, donde la investigación arqueológica e histórica es una plusvalía, pues ella reafirma el carácter
original de los bienes culturales.
Como corolario del punto anterior, que es de interés nacional y regional, invertir no sólo en la
preservación del patrimonio edificado, sino alentar y financiar la investigación pura en materia
arqueológica, pues ella alimenta el aura de excepcionalidad de nuestros bienes culturales.
En ese sentido, muchas veces se trata de ver a la arqueología como nada más la parte
monumental. De no estudiar nosotros el cúmulo de investigadores, que muchas veces tenemos y no
siempre sabemos bien qué hacen, y tenemos ya mayor rigor en las evaluaciones, mucha de esa
investigación, como sucedería en el campo de otras ciencias, es más pura la investigación porque es lo
que permite ya hacer el trabajo digamos de exploración y consolidación de un sitio arqueológico. Pero eso
no puede suceder si no hay investigación de la cultura que fue, de los entierros que hubo, a qué se deben,
a qué cultura pertenecen y en qué contexto se dan.
Entre otras, estas variables son también los instrumentos de un nuevo modelo de gestión
patrimonial que estamos comenzando a implementar en los 31 Centros INAH. En ese sentido, y como
ustedes saben, algunos de los estados de la república concentran bienes patrimoniales que son, gracias a
nuestra historia, verdaderos símbolos fundamentales de la nación. Por ello, en este modelo buscamos
diferenciar aquellos proyectos que, si bien son de orden estatal, deben de ser atendidos desde las áreas
centrales del Instituto, dada la naturaleza emblemática de los bienes que involucran.
Es muy difícil esperar que un Centro INAH pueda enfrentar él solo las tareas de un tema como
Teotihuacán o como Chichén Itzá, en el caso de Yucatán, cuando hay cientos de zonas arqueológicas, y
Chichén Itzá solamente es una que tiene una problemática. Entonces ahí estamos haciendo un esfuerzo
por tratar de tener una atención más directa de ese Centro.
Con ello no buscamos centralizar la estructura del Instituto, sino enfrentar una realidad que ha
generado diversos problemas en los últimos años. En efecto, dado el papel simbólico de ciertos
monumentos, ellos han sido usados como emblemas de disputas políticas y sociales por actores regionales
y locales, cuya resolución requiere de un nivel de concertación federal, en primer lugar, para dirimir
aquellos temas que le atañen al Instituto y aquellos que le corresponden a otras instancias federales y
estatales.
El caso, digamos, más emblemático es el caso que ha estado en los medios, yo sí quiero aludir a
ellos, como es el caso de San Luis Potosí, en donde se espera que sea el Instituto el que dirima, el que
cierre una operación minera aprobada por la Secretaría de Comercio, con inversión extranjera, cuando
nosotros lo que tenemos que hacer es proteger los bienes históricos que hay ahí. Nosotros no somos
responsables de la operación ni de la calidad de la operación, y si el impacto ambiental de la destrucción o
de la pulverización del cerro de San Pedro es responsabilidad del Instituto Nacional de Antropología e
Historia. Pero finalmente las cartas abiertas y la crítica viene al Instituto, porque se le percibe como la
última trinchera, como la trinchera donde nosotros pudiéramos actuar.
Otro caso ha sido el caso del Parque Zamora en Veracruz, en donde el pueblo no ha querido,
parte del pueblo no ha querido que se haga un estacionamiento en una plaza que tiene muchos árboles.
Nosotros hemos deslindado nuestra autorización a lo que nos compete, que es la revisión de ver si hay
vestigios arqueológicos y que el entorno sea histórico, pero la responsabilidad de los árboles centenarios y
demás no es ni siquiera de Semarnat, porque eso fue ya delegado a los municipios, es del municipio y
ellos tendrán que enfrentar a la sociedad. Pero se percibe al Instituto como órgano que debe decir: “no
hagas el parque porque van a tirar los árboles”. No es cuestión del instituto, no podemos dar esa pelea
porque no es nuestro tema.
En el caso de Michoacán tuvimos un gran éxito en la Plaza Valladolid, donde convencimos a la
autoridad que no era necesario hacer un estacionamiento en la más antigua plaza, y abrir un
estacionamiento subterráneo, sino hacerlo en donde el plan de desarrollo que nos habían entregado como
ciudad histórica registrada ante UNESCO era la antigua estación de autobuses. Facilitamos los permisos
para el plan del estacionamiento en la antigua estación de autobuses, que es mucho más grande, y se evitó
así un conflicto inminente y quedó muy agradecido el presidente municipal de Morelia.
En otro aspecto de este modelo de gestión, se están multiplicando mesas de facilitación en
algunos de los estados y en particular en las delegaciones de la capital, como Iztapalapa, a pesar de lo que
ven en la prensa, hay una mesa de facilitación. Álvaro Obregón, particularmente para el caso de San
Ángel, Coyoacán, donde ustedes podrán ver hay una gran tarea y una gran presencia del Instituto,
acompañando todo el cambio de la infraestructura, muy antigua ya, y con una muy buena colaboración
con Heberto Castillo, el delegado.
Y muy especialmente el Centro Histórico, donde, sin embargo, la autoridad, se ha nombrado una
autoridad cultural que pretende ser autoridad administrativa y esto dista mucho de tener una base jurídica,
autoridad cultural, pues sí es una autoridad con la cual trabajamos muy de cerca, pero no tiene por qué
tratar de evitar la aplicación de la ley en el primer cuadro. Es un tema muy delicado, porque la
revitalización del Centro Histórico toda está sujeta a permisos del Instituto, y aquí hay áreas patrimoniales
de primera importancia, donde hay que conciliar el desarrollo del Instituto para ver si dejamos de tener
tantos ambulantes en toda la parte patrimonial, que están destruyendo el patrimonio, sin duda alguna, pero
por otro lado no podemos permitir que violen las volumetrías, las alturas, en aras de un desarrollismo que
va a matar la imagen del Centro Histórico en el primer cuadro. El primer cuadro, al zona A del Centro
Histórico es de total responsabilidad del Instituto y, afortunadamente, si en el sexenio anterior no se
aceptó la autoridad del Instituto en muchas ocasiones y se actuó al margen del Instituto, actualmente, con
muchos roces, se está actuando de la mano del Instituto. Pero no digo que sea fácil. Pero definitivamente
el gobierno del Distrito Federal está trabajando con el Instituto y solicitándole las autorizaciones.
Todo esto requiere de personal adicional. Piensen ustedes nada más el número de autorizaciones
que se dan diariamente en la ciudad de México o en las ciudades de Patrimonio Histórico, y la cantidad de
personal técnico que se requiere para realizar estos estudios. Este es un problema ya serio para el
Instituto, en donde por años se nos ha dejado sin plazas, y no sólo son plazas, son gente capacitada que
puede atender problemas serios, por ejemplo, de Palacio Nacional, que están reestructurando una serie de
espacios, del Centro Histórico, en la zona de Alharacas y el Templo Mayor, donde están abriendo calles,
donde se pretende poner un tranvía para uso peatonal. Pues todo esto requiere de verdad de un cúmulo de
experiencia técnica y de número de personas.
Pero, en fin, tenemos las mesas instaladas y están operando. Con ellos buscamos generar a nivel
local la misma tendencia positiva que detallé hace unos momentos para los estados, con un objetivo
aledaño, con las mesas de facilitación queremos cambiar en los hechos, y no sólo en discurso, la cara
pública del Instituto, para que se le vea como el INAH y no como el “Y-NO”.
Algunos sectores de la sociedad nos ven como una arista más dentro de los numerosos que tiene
para enfrentar cuando emprenden una labor productiva. Queremos, en cambio, quitar este paradigma, y
con algunas de las medidas de facilitación nos vean como un colaborador con el que pueden descubrir que
si se respetan las normas que protegen los bienes culturales ellos tienen como consecuencia que sus
proyectos tendrán mayor valor agregado.
Como algunos países de Europa lo han demostrado, invertir con respeto a los bienes
patrimoniales es a la larga más productivo que el simple desarrollismo. Esto es, matar a la gallina de los
huevos de oro, verdaderamente. El caso también de las zonas arqueológicas. Si queremos hacer en una
zona arqueológica un conjunto de hoteles alrededor de la zona arqueológica, seguramente el turismo
europeo no va a ir ahí. No le interesa ver eso. No le interesa. Le interesa Cancún como playa, pero el
turismo cultural está sujeto a otras normas completamente diferentes, tiene que tener infraestructura, pero
tiene que haber una zona de amortiguamiento y la naturaleza.
Ahora quisiera comentarles muy brevemente una segunda vertiente de la estrategia que hemos
implementado a lo largo de nuestro recorrido por el territorio nacional. Se trata de propiciar una
reconciliación interna entre los distintos sectores que componen el Instituto.
La enorme responsabilidad que significa implementar, por un lado, las tareas de formación
académica e investigación del patrimonio cultural, y por el otro operar la estructura administrativa que se
requiere para gestionar uno de los patrimonios materiales más ricos del mundo, ha creado una suerte de
escisión dentro de la comunidad del Instituto, desde donde en apariencia se sustentarían paradigmas
opuestos de cómo abordar la protección patrimonial.
No es el lugar ni el momento para describir las diferencias entre dichos paradigmas, por lo que
hablaré, en cambio, de las acciones que hemos implementado para conciliar nuestra comunidad.
En cada estado, en cada centro de trabajo que se ha visitado hemos dejado en claro que la
prioridad de esta administración es proteger y preservar el legado cultural de la nación. Porque en todos
lados que vamos “es que van a privatizar, van a privatizar”.
Para cumplir a cabalidad este propósito, la Dirección General está convencida que la gestión y la
investigación son dos caras de la misma moneda, pues los estudios especializados son el campo
intelectual desde donde se generan las mejores formas de conservar nuestra riqueza cultural. Y es la
esfera administrativa la que dota de pertinencia y eficiencia las estrategias emanadas de la academia.
Para demostrar las bondades de esta perspectiva, mi administración ha avanzado en la creación,
tal y como ya se los había anunciado, de un área de apoyo académico que permita integrar en la estructura
organizativa del Instituto la voz de nuestros investigadores y profesores.
Como se los comenté en nuestro primer encuentro, con esta área tendremos además mecanismos
únicos de planeación, desarrollo y evaluación, así como políticas educativas comunes para optimizar
recursos y elevar la calidad de los servicios. Con ello, profesores y alumnos, por ejemplo, de las escuelas,
podrán recibir los estímulos que el sector educativo contempla y de las que hoy son en gran parte ajenos.
Actualmente toda la estructura académica se ve como una estructura administrativa y no una
estructura académica, y ahí tiene un problema muy serio.
Como parte de esta estrategia, tengo el grado de anunciarles que pronto se iniciará el traslado de
buena parte del personal académico y administrativo a las nuevas instalaciones en San Jerónimo. Esto es
un buen ejemplo de lo que significa unir creativamente la perspectiva académica con la eficiencia
administrativa.
Hay que recordar que las escuelas, la ENAH, la ENCRIM, de restauración, la Coordinación
Nacional de Conservación, todas están en el sur. Entonces tenemos por un lado la tarea del nuevo
edificio, que ya mencionamos, y por otro lado del Centro de Antropología, de Estudios Antropológicos, la
Coordinación Nacional de Antropología, que junto con la que ya está en Tlalpan, de Históricas, ya forma
una especie de ciudad universitaria un poquito dispersa, una masa crítica importante. Y actualmente pues
tenemos el personal académico en los museos. Que en parte no es malo, pero ya los museos para
reorganizarse no pueden seguir teniendo los problemas académicos junto con los problemas de
conservación.
Como parte de esta estrategia, ya les decía esto, con respecto al personal del Instituto informo a
ustedes que en breve se cerrarán las negociaciones bianuales con resultados positivos. Estamos muy
cerca, no es para festinarlo todavía, pero estamos ya muy cerca del cierre con sindicato más grande, de
ATM, que se va a firmar el jueves, entonces esperemos que así, sea. Faltan profesores, el sindicato de
profesores, y de arquitectos y restauradores, pero el ya tener la mayor parte de esto negociado, las
condiciones, sin aumentar y conforme a las recomendaciones de las secretarías, de quienes nos autorizan
esto, de Hacienda y de la Secretaría de la Función Pública y demás, yo creo que va a ser bueno.
Sin embargo, la complejidad de este proceso, que ya ha durado varios meses, es motivo para
comentarles que el Instituto, junto con Imcine, son las únicas instancias del subsector cultura que carecen
de una currícula especialmente diseñada dentro del servicio profesional de carrera que le permita contar
en un futuro, me refería aquí en el retiro voluntario, que le permita contar en un futuro con el personal
altamente especializado que nuestras tareas requieren.
Es decir, si bien nos acaban de rechazar otra vez por exceso de prestaciones de los trabajadores
de base la solicitud de los recursos que tenemos para aplicarlos al retiro voluntarios de funcionarios,
consideramos que, con todo respeto, es un error muy grande tener a los funcionarios especializados en las
más difíciles negociaciones del sector cultural y educativo, con salarios y sin posibilidad de retiro
voluntario.
Esto tendrá que ser revisado año con año, nosotros insistiremos, porque no puede ser
confundidas laborales de los trabajadores de base con las prestaciones que tiene el sector cultura a nivel
de funcionarios medios y altos. No tenemos ninguna otra opción para tener gente capacitada, además de
que los salarios de los funcionarios del Instituto son menores a los del Consejo, por ejemplo. Un director
general gana mucho menos que un director de área del Consejo. O sea, aquí hay contradicciones muy
serias.
Aludo a este tema, ya que el tratamiento de esa normativa profesional y su adopción cabal
introduce por sí misma otras cuestiones, como son la ausencia del mecanismo de seguro de separación
que mencionaba.
Otro aspecto de nuestra primera reunión se refiere a la problemática que reviste la tenencia de la
tierra en que se asientan nuestros vestigios arqueológicos, problemática que no puede tener una sola
respuesta, uniforme y general, por diversas razones. Uno de los mecanismos que venimos apuntalando es
la adquisición de aquellos suelos que nuestras condiciones presupuestales son exiguas, y la avenencia con
sus dueños resulta más factible en el corto plazo. Creo que vamos por buen camino, pero también me
interesa destacar que en la medida en que los procesos de adquisición tienden a rebasar nuestros
calendarios presupuestales, se hace necesario establecer mecanismos financieros multianuales.
Nosotros tenemos una solicitud para que se pueda constituir un fondo para regularizar la tierra.
Porque es imposible que en una administración de un año alguien pueda recorrer el camino agrario para
tener la anuencia de una comunidad. Tenemos un caso ahorita en que una comunidad de 300 ejidatarios,
debemos contar 14 parcelas, 13 están de acuerdo y uno no. no hay manera ahorita, tenemos el recurso y
no lo podemos comprar porque falta la adhesión final del comisariado ejidal.
Ese tipo de cuestiones requieren fondos multianuales que se supone están en el Fonca o en algún
lugar, porque año con año perdemos recursos que muchas veces además se nos entregan muy al final del
año, como el año pasado que se nos entregaron 12 millones, cuando según los diputados nos habían
presupuestado 12.
El año pasado, por ejemplo, quisimos comprar el predio de Chichén Itzá a valores de Indabin,
eran 9 millones y los propietarios se rieron de nosotros, se rieron. Del mismo modo, se requiere de un
mecanismo financiero multianual para impulsar el registro de bienes culturales, tanto en resguardo del
Instituto como en manos de particulares.
Esto es, hay una observación de la Auditoría Superior de la Federación en materia del rezago
histórico del Instituto para registrar bienes. Pero no hay recursos ni personal capacitado para hacer esto.
Simplemente no está presupuestado tener personas dedicadas a este trabajo y sobre todo si tienen que
hacer el registro en iglesias, por ejemplo. Aquí los bienes están en custodia de las iglesias, es donde más
hay robo de arte sacro. Y, sin embargo, para nosotros establecer con Gobernación, como lo estamos
haciendo, una mecánica de que las iglesias nos den acceso para levantar inventarios, requiere de un
personal especializado, con cierto tacto, con conocimientos de lo que va a ser el trabajo y, tercero, con el
apoyo necesario de viáticos y demás para poder viajar a los lugares a donde está el arte sacro, porque la
mayor parte de los robos de arte sacro es en comunidades muy alejadas, en donde no hay vigilancia, en
donde ni siquiera nadie sabe lo que hay. Y muchos de los custodios de esos bienes no saben el valor de
esas cosas. En otros les dan un gran valor porque son imágenes muy populares, pero no tienen valor
histórico o de una antigüedad.
Entonces sí necesitamos también crear algún fondo sistemático, para poder evaluar frente a un
fondo esto, que se nos separe ese fondo de nuestro presupuesto, que se nos separe, pero es muy difícil
evaluar y poder organizar ese trabajo si no se tiene también una multianualidad, y un apoyo de varias
instancias, como es el caso de la Secretaría de Gobernación con este tema.
El incremento de la asistencia y disfrute de nuestros sitios, museos y monumentos en
condiciones sustentables y socialmente responsables, ha sido otro de los retos que compartí con ustedes
en mi primera intervención. Para avanzar en ello hemos recogido, estamos ponderando cifras que nos
permitan tener una mejor perspectiva de actuación.
Nos preocupa sobremanera el decrecimiento de la visita de grupos escolares a sus zonas
arqueológicas y a sus museos, pues son ellos como nuevas generaciones los herederos de una vasta
riqueza cultural. Ahí estamos trabajando con la Secretaría de Educación Pública, y aún más la
capacitación que para ello podemos ofrecer a los docentes y promotores culturales mediante programas
específicos será objeto de una próxima presentación a nuestras autoridades educativas y culturales.
Como sabemos, la integridad de nuestro patrimonio histórico y arqueológico no solamente corre
riesgos por alguna irreflexiva acción humana, sino también por fenómenos naturales extraordinarios.
Recientemente la zona arqueológica de Cacaxtla, en el estado de Tlaxcala, se vio afectada por
una precipitación fluvial y de granizo inusitada y sin ningún antecedente, de tal intensidad que impactó y
colapsó la sección sur de la techumbre que cubre el gran basamento arqueológico. Ante tal contingencia
tomamos varias medidas de emergencia tendientes a salvaguardar la integridad de las personas que ahí
laboran, al igual que la visita del público fue suspendida de inmediato hasta nuevo aviso.
Asimismo emprendimos de inmediato el aislamiento de los elementos decorativos, que es lo más
valioso de pintura y la arquitectura prehispánica del sitio, los cuales no sufrieron daño alguno, a
excepción de fracturas y desplomes parciales en muros y columnas del llamado edificio F, que fue donde
se desplomó el techo. Daños que por recomendación de los especialistas en estructuras serán abordados
en las próximas semanas, y hasta que se estabilice la parte colapsada de la techumbre, con el objeto de
evitar riesgos a las seguridad de quienes ahí laboran.
Otra medida más ha sido la colocación e instalación de lona de protección de alto impacto, ya
que se trata de barro seco, y si está el factor con la lluvia se va a deshacer, al igual que el despliegue de
material plástico sobre algunas secciones del gran basamento, que lo liberan de posibles daños por agua,
viento y calor. Esta acción emergente garantiza la estabilidad estructural del núcleo constructivo.
Quiero destacar que existe un monitoreo permanente de la zona arqueológica y el
desplazamiento del equipo multidisciplinario de trabajo, hemos habilitado el campamento arqueológico
para que ahí vivan ya no en temporadas, sino permanentemente, arqueólogos, investigadores y
restauradores, así como un vocero que transmita información clara y objetiva sobre los trabajos que
venimos realizando para el interés de los medios.
La contingencia exigió la determinación de los criterios para el levantamiento de los dictámenes
en materia de comportamiento de dinámica de suelos y estabilidad de la estructura de la techumbre. Dicho
diagnóstico, necesarísimo para tomar cualquier determinación sobre las acciones a tomar en la
emergencia y en la etapa posterior a ella, contó con la asesoría del Instituto de Ingeniería de la UNAM y
de la empresa Ingenieros Civiles Asociados, ambos gratuitamente lo hicieron, por cuya recomendación se
ha realizado un dictamen más profundo, que este sí fue encargado con costo, muy reducido, a la empresa
Colinas de Buen*, líder en esta materia. En nuestra reciente reunión de Cocoa fue notificada dicha
actividad, ya que hasta entonces no teníamos oficio de inversión, que ya tenemos, tenemos que
regularizar este incidente. Y mucho agradeceré que se permita el hecho, que esto mismo se acredite en
esta reunión así.
Finalmente, les informamos que se ha conformado una comisión interdisciplinaria con
especialistas del Instituto y de instituciones de investigación nacionales y extranjeras, la *** Fundation, la
UNAM, para encarar los proyectos que nos expondrán ver qué hacemos ya en el techo, o con qué techo,
que en su tiempo costó 170 millones de pesos. Quitarlo supone la desaparición del sitio, entonces hay que
pensar en la solución técnica de otra envergadura, quizá de techos modulares o de otro sistema
constructivo. Y esto el Instituto no lo puede hacer solo porque es un tema que va más allá, es un tema de
ingeniería civil, de estructura, muy avanzado.
Esto es lo que tenía yo que informarles en esta ocasión, muchas gracias.
CARMEN QUINTANILLA MADERO:
Muchas gracias señor embajador. Pasamos entonces al
análisis y la aprobación del informe. Está a su consideración el informe del Director General. Si hay algún
comentario.
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