Las enseñanzas de Alberdi

Las enseñanzas de Alberdi
Juan Bautista Alberdi nació en Tucumán en 1810, estudió en la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires y luego en la de Córdoba, donde se recibió de abogado. En 1838 emigró a
Montevideo por oposición a la dictadura de Rosas, contra la que luchó incansablemente desde allí. Viajó
luego a Europa y más tarde residió en Chile. Allí publicó en 1852 su obra más importante "Bases y
puntos de partida para la organización política de la República Argentina", que influyó
decisivamente en el texto de la Constitución Nacional de 1853. Con el gobierno de Urquiza inició en 1854
una intensa etapa diplomática en EE.UU., Francia, Inglaterra, España e Italia. Regresó de Europa en 1879
y fue elegido diputado por Tucumán. Más tarde regresó a Europa, estableciéndose en París, donde falleció
en 1884.
En todos sus escritos, Alberdi describe un modelo de sociedad civil basada en la libertad individual,
los derechos de propiedad y el gobierno con poderes limitados; las siguientes son algunas de sus frases
que mejor describen esto.

"Garantizar trabajo a cada obrero sería tan impracticable como asegurar a todo vendedor un
comprador, a todo abogado un cliente, a todo médico un enfermo, a todo cómico, aunque
fuese detestable, un auditorio. La ley no podría tener ese poder, sino a expensas de la
libertad y de la propiedad, porque sería preciso que para dar a los unos lo quitase a los otros;
y semejante ley no podría existir bajo el sistema de una Constitución que consagra a favor de
todos los habitantes los principios de libertad y de propiedad, como bases esenciales de la
legislación."

"La libertad civil de las personas es el objetivo de la Constitución de un pueblo y la libertad
política es el medio de construir un gobierno eficiente para garantizar la libertad civil."

"Las sociedades que esperan su felicidad de los gobiernos, esperan algo que es contrario a la
naturaleza. Por la esencia de las cosas, cada hombre tiene el encargo providencial de su
propio bienestar y progreso, porque nadie puede amar el engrandecimiento de otro tanto
como el propio. Ese es el orden de la naturaleza, y por eso es el mejor y más fecundo en
bienes reales. Los Estados son ricos por la labor de sus individuos, y la labor de éstos es
fecunda porque el hombre es libre, es decir, dueño y señor de su persona, de sus bienes, de
su vida, de su hogar."

"Las crisis consisten en ese empobrecimiento o destrucción de capitales y fortunas traídas por
los empréstitos enormes, invertidos en asalariar trabajos improductivos."

"Siendo el trabajo libre, la principal fuente de la riqueza, embarazarlo por reglamentos no es
otra cosa que contrariar y dañar el progreso de la riqueza en su fuente más pura y
abundante."

"La riqueza de las Naciones es obra de estas (de la gente) no de sus gobiernos. Si no
tuvieran otro fabricante de sus riquezas que sus gobiernos, todas las naciones sin excepción
de una sola, estarían en la miseria. El gobierno por su institución y destino, representa un
gasto, un consumo de la riqueza nacional."

"Todo lo que el gobierno puede hacer para llevar a la Nación a enriquecerse, toda su
economía, esta encerrada en estas tres simples cosas, a saber: Libertad, seguridad,
tranquilidad. Lejos de ser reducido su número, se podría aun refundir en una sola: la
seguridad, que representa sumariamente la libertad y la paz. Pues estas últimas son la
supresión de los pretextos que sirven a los gobiernos para desconocer todas las garantías en
nombre del bien público."

"El gobierno tiene el poder de estorbar o ayudar a la producción de la riqueza, pero no es obra
suya la creación de la riqueza. La riqueza es obra del hombre impuesta por el instinto de
conservación y mejora. Lo que la riqueza exige de la ley para producirse y crearse es que el
Estado no le haga sombra y que se asegure una entera libertad al uso de las facultades
productivas del hombre."