La Leyenda de Ix

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La Leyenda de Ix-Huevos
Cuentan los antiguos que en la población de Temax, Yucatán existe un lugar llamado Ix-Huevos.
En este lugar hay cuatro cerros, uno de los cuales –el mas grande—tiene a un costado un cenote a
través del cual se puede entrar al cerro. Sin embargo este lugar esta oculto en el monte en la región
noreste de la población, por lo que es difícil encontrarlo. Cuentan los antiguos que en una ocasión uno
de los tantos cazadores que andaban por esos rumbos escuchó en el aire un lenguaje maya muy
antiguo que él no conocía, pero que de alguna manera lo entendía a la perfección, y lo fueron hablando
y guiando hasta llegar a ese lugar; luego al llegar a la cueva que da al cenote que esta debajo del cerro
mayor escuchó que le decían lo siguiente: mira, en este lugar hay una imagen y a su costado hay
mucha riqueza; pero esa imagen y esa riqueza esta custodiada por dos grandes guardianes- serpientes- ;
también le dijeron que la persona que quiera sacar lo que se encuentra en ese lugar tiene que ser una
persona que tenga mucha valentía y no sea cobarde, también que debería llevar 8 kilos de carne de
cualquier animal o en su defecto a dos bebes para que entretengan a los dos grandes guardianes –que al
parecer son dos serpientes – y así tenga tiempo de sacar lo que hay en ese lugar.
Ese día el cazador, impactado por lo sucedido dejó la casería y regreso al pueblo e
inmediatamente le contó a sus amigos lo que le había sucedido en aquel lugar, sus compañeros al
escuchar el relato se quedaron anonadados, uno de ellos le dijo mira, no seas tonto, primero anda con
un shaman –conocido como brujos en aquel tiempo – para que te diga que es lo que tienes que hacer.
Bueno, pues aquel tirador hizo caso de aquel sabio consejo y fue con el mejor shaman de la región y se
pusieron de acuerdo para ir al tercer día al lugar.
Al tercer día se dirigieron a ese lugar: el shaman y el cazador, pero cuando se estaban acercando
a Ix-Huevos –aproximadamente a unos 20 mts del lugar-- el shaman le dijo al cazador, mira déjeme ir a
mí primero para que haga la limpieza del lugar y aleje a los malos espíritus, el cazador le dijo--esta
bien- - y el shaman se fue al cerro y comenzó a hacer lo que solo él sabia –su ritual --. Como a los dos
horas regresó aquel brujo y le pregunto el tirador : bueno ¿Y que paso? A lo que aquel brujo le
respondió: Mira, en este lugar hay una magia maya muy grande y muy poderosa, yo no puedo hacer
nada al respecto, dicho esto aquel brujo enfermo de calentura hasta que murió. Y como aquel cazador
no contaba con tal valentía no se decidió a entrar a ese lugar.
Desde entonces ningún trabajador o cazador se queda de noche en ese lugar porque pasan cosas
extrañas como: se escuchan en el aire voces de niños jugando, juegos de pelota de los antiguos mayas,
e inclusive a los pocos tiradores que han decidido quedarse de noche a tirar venado han sido
acorretiados por algo que ellos simplemente no pueden ver – les tiran piedras en los árboles o escuchan
el reventar de un látigo a sus espaldas, o simplemente son rodeados por el pájaro malo Tuncuruchu--. Y
si no lo creen pregúntenle a Cash, José Loria, Yuri, etc...Todos ellos tiradores de años a los cuales le ha
sucedido
Autor:
Carlos David Zavala Lizama
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