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Hugo Miatello. La australiana, precursora de las cosechadoras (1905)
Fuente: Miatello, Hugo. La gran faena de fin de año. Anales de la Soc. Rural Arg. 38:605-614. 1905.
En este trabajo el Ingeniero Agrónomo Hugo Miatello (1866-1937) analiza técnica y
económicamente ventajas y desventajas de la “australiana”, cosechadoras importadas de
Australia a comienzos del siglo XX. La novedad consistía en que reunían en una sola
operación, la cosecha, lo que hasta ese momento se efectuaba en dos operaciones claramente
separadas: la siega y la trilla. Si bien “Australiana” fue una marca, ésta se impuso como
nombre genérico de estas máquinas, que son las precursoras de las cosechadoras que se
fueron difundiendo a partir de la década del 20 de ese mismo siglo. Aquí se han omitido las
fotografías que acompañan el trabajo, unas cuantas de ellas incluso no relacionadas con el
tema, pues su calidad no permitía su reproducción. Se ha modernizado la ortografía. Las
llamadas aclaratorias al pie de página identificadas como N. del E. son del editor (R. G.
Frank). Las palabras en bastardilla se hallan así en el original.
COSECHADORAS
Dentro de pocos días se iniciará la recolección de trigo y lino, la cosecha mayor, en la
que se cifran las esperanzas del país, en la que se funda el balance de la fortuna de la
república.
Creemos oportuno, con este motivo, el tema elegido, que trataremos en forma sucinta,
anotando brevemente los resultados prácticos de nuestros estudios y observaciones y lo que,
de éstos, mayormente pueda interesar a los agricultores.
Estas máquinas representan el desiderátum para el colono, porque cortan y trillan
simultáneamente; tienen un peine de 5 pies de largo, con el que toman las espigas, las
arrancan de las plantas y por medio de un juego de batidores las separan y arrojan al cilindro
trillador; el grano, pasando sobre unas zarandas viene limpiado y separado, con la ayuda de un
ventilador, y depositado, en fin, dentro de un cajón con capacidad para tres bolsas de grano;
toda la máquina está montada sobre tres ruedas, dos altas y otra más pequeña adelante y a la
izquierda; cadenas, correas, palancas, tornillos, etc., completan, con los accesorios, su
organismo.
Hace dos años que las Cosechadoras se han introducido en el país, y hay de ellas
varios modelos, que son variantes de un mismo sistema mecánico; por esto llevan distintos
nombres, según su origen, su fabricación o su introductor, v. g., "Crescent", "Golondrina",
"Australiana", etc.
Las vimos funcionar, desde sus ensayos, en la provincia de Santa Fe y en la de
Córdoba y de modelos diferentes.
En una vasta posesión de esta última provincia, y propiamente en el departamento
Unión, hemos seguido, durante algunos días, el trabajo de dos de estas máquinas; las hemos
conducido, manejándolas personalmente, y nos hemos formado un criterio, derivado del
estudio y de la práctica que creemos completo por ahora.
Para juzgar de su valor hay que considerar su funcionamiento, su aplicabilidad y sus
resultados, para determinar si y hasta qué grado se puede incorporarlas como elemento útil y
práctico a la organización de la industria agrícola, tal como hoy se desenvuelve en nuestro
país.
El uso de las Cosechadoras presenta las siguientes ventajas:
a) Siega y trilla simultáneas; las dos operaciones se efectúan en un mismo tiempo.
1
b) Ahorro dé personal adventicio; el número del que exige es tan limitado, que una corta
familia puede, con la cosechadora, levantar sus mieses; se necesita: un conductor para la
máquina, un cuarteador y un hombre para llenar, coser las bolsas y apilarlas.
c) Costo relativamente inferior de las operaciones de la cosecha; dado el poco personal
que su uso requiere, se comprende que los gastos sean limitados también; trabajando
personalmente el colono, propietario o arrendatario que sea, puede reducirse solamente a las
bolsas, aceite y repuestos.
d) Venta inmediata del producto; embolsando el trigo y conducido enseguida al galpón
del comerciante acopiador, su valor puede realizarse el mismo día de la siega.
En cambio su uso pone en evidencia algunas dificultades o defectos, de detalle o de
conjunto, que al fin se traducen en las, siguientes desventajas
1. La cosechadora exige trigo derecho, maduro, seco y limpio de malezas; en estas
condiciones solamente se obtiene su máximum de funcionamiento útil; si el trigo es
arremolinado o caído, el peine no lo toma todo; no se puede, con ella, cortar trigo algo verde o
húmedo porque, embolsándose en seguida, fermentaría en las bolsas; y si el trigal está sucio
de malezas, la máquina no marcha.
2. El trigo encamado1 se debe cortar contra viento si no lo deja; esto dificulta el corte seguido,
porque hay que dejar un lado sin trabajar, lo que origina pérdida de tiempo.
3. Estando el terreno húmedo, cómo sucede después de una lluvia, y especialmente en suelo
arenoso, la máquina desarraiga y extirpa las plantas, cuyas espigas no corta en seguida.
4. En las esquinas, siendo rápidas las vueltas, deja sin arrancar las espigas, resultando mucho
desperdicio.
5. En los bajos, o en las desigualdades del suelo, no siendo uniforme la altura del trigo, no lo
toma todo y deja un poco.
6. La manivela o rueda con que se baja y se levanta el peine, no obedece tan rápidamente
según las necesidades lo requieren, en terreno desigual o con trigo caído; una palanca quizá
fuera de acción más rápida.
7. El peine fácilmente se atasca; más si el tiempo es húmedo y el trigo verde o con yuyos.
8. Las zarandas se empachan a veces y los residuos de la limpieza que quedan sobre ellas,
destruyen sus telas e impiden su regular funcionamiento.
9. El ventilador, si se cierra mucho no limpia el grano; si se abre demasiado lo arroja fuera
con los residuos; en ciertas condiciones, con trigales sucios, su arreglo perfecto resulta difícil
por las materias verdes y pesadas que entran en la máquina juntamente con las espigas de
trigo.
10. Por estas causas (las indicadas, en los números 8 y 9), la limpieza del trigo resulta a veces
deficiente.
11. Las paradas, por todos estos inconvenientes, son muy seguidas; los arreglos constantes y
sucesivos determinan pérdidas de tiempo y demoras prolongadas.
12. Es una máquina pesada: 1.250 kilogramos; más el hombre que la dirige 70 kilogramos, y
190 kilogramos de trigo estando lleno el cajón, son en total 1.500 kilogramos, sin contar el
esfuerzo que representa sus movimientos interiores que originan su funcionamiento.
13. Exige por esto fuerte tracción: 6 caballos buenos se cansan pronto; hay que cambiarlos de
3 a 4 veces en el día.
14. Solamente en condiciones muy favorables puede cosechar 5 hectáreas por día; nuestras
constataciones dieron un promedio de 4 hectáreas por día en una campaña.
15. El producto así cosechado, en términos generales, no presenta siempre las mejores
condiciones; el trigo resulta un poco húmedo, algo sucio, de poco valor, de menos peso; el
1
Encamado: fuertemente inclinado por acción del viento. (N. del E,)
2
comercio, lo hemos constatado por una gruesa partida, lo paga un 15 o 20 centavos menos que
el trigo de procedencia ordinaria; varios análisis que hicimos realizar de trigo de la misma
chacra cosechado con cosechadora y con espigadora han establecido evidentemente que los
primeros resultan más pálidos y de menor peso.
Ahora bien; aceptamos que estando el trigal en muy favorables condiciones, y la
máquina en manos expertas, muchas de las deficiencias anotadas pueden disminuir un tanto y
desaparecer algunas.
Pero, aun así, traduciendo en cifras todas ellas, puesto que obran como otros tantos
factores negativos, por nuestras prolijas constataciones, contando las espigas que dejan, por
hectárea los granos que caen, etc., pesándolo todo y todo midiéndolo, creemos que en
condiciones normales de trabajo, las pérdidas, por todos los desperdicios indicados, con este
sistema de cosecha, se pueden avaluar en un diez por ciento como mínimum, en comparación
del sistema ordinariamente usado con espigadora; a lo que hay qué agregar el menor precio
del producto, calculado en 20 centavos por quintal, si no es más.
Y para mejor concretar estas afirmaciones y demostrar la aplicabilidad y utilidad del
sistema, adoptándolo en las chacras, vamos a formular algunas cuentas comparativas para
determinar el capital que se requiere para la cosecha con espigadora y con cosechadora; el
costo de la misma operación con uno y otro sistema, avaluando la mano de obra en todo lo
que vale, esto es por medio de operarios, los gastos de siembra y cosecha de una chacra
trabajada personalmente por el colono propietario, y en fin, las utilidades que resultan en total,
según el sistema empleado. Todo esto referido a una chacra de 100 hectáreas de trigo.
Veamos, pues, el
Capital para cosecha
Con espigadora
Espigadora
Carros con jaula, 2
Caballos, 30
Arreos
$ 450
$ 550
$ 900
$ 200
$ 2.100
Con cosechadora
Cosechadora
Carros, 2
Caballos, 14
Arreos
$ 1.700
$ 500
$ 400
$ 100
$ 2.700
Se observa que la incorporación de la Cosechadora a la maquinaria agrícola en
substitución de la espigadora2 reclama del colono un mayor capital para formar el tren de la
cosecha. La Cosechadora vale más que tres veces una espigadora y es indudable que su
elevado precio constituye una dificultad para su difusión.
Para el colono, especialmente si es arrendatario, 600 pesos más, que es la diferencia
entre los dos sistemas, para instalarse, importan un argumento de fuerza, en sentido contrario
a la adopción de una máquina que pretende revolucionar toda una organización técnica2
Hablamos de espigadora, porque estas notas se refieren principalmente a la gran zona agrícola de las provincias
de Santa Fe y Córdoba, y parte de la de Buenos Aires, en la que predomina e impera con éxito económico, el uso
de .ella, con exclusión casi total de otros sistemas, como ser el de la atadora, o espigadora-atadora.
3
industrial, sin que los resultados económicos de su uso respondan totalmente, hasta ahora a
sus fines.
Podríase de la cuenta que antecede, eliminar el importe, de los dos carros, puesto que
en rigor no son indispensables para hacer la recolección con la "Cosechadora"; pero entonces
tendríamos que cargar en los balances que van más adelante, el costo del acarreo del trigo,
desde la chacra hasta la estación, puesto que en este caso, el colono no tendría medios para
hacerlo. Y así resultaría eliminada la escasa utilidad que arroja el balance a favor del sistema
en discusión.
Formulemos ahora una cuenta detallada del costo de las operaciones que constituyen
la cosecha de 1.000 quintales de trigo, supuesto producto íntegro de 100 hectáreas, con el
sistema actual predominante y el uso de la Cosechadora, calculando la mano de obra y la
tracción en todo lo que valen.
Gastos de cosecha (Producto puesto en chacra).
Con espigadora
1 maquinista, días 10, a $ 3,50
1 emparvador, días 10, a $ 4,00
1 ayudante, días 10, a $ 3,00
2 conductores, días 10, a $ 3,00
2 cargadores, días 10, a $ 3,00
7 comidas, días 10, a $ 0,70
28 caballos, días 10 a $ 0,30
Aceite, grasa, etc.
Total siega
Trilla, 1.000 quintales, a $ 0,80
Bolsas, 1.500 a $ 0,18
Total cosecha
Costo, 1 quintal, embolsado y puesto en chacra
Con cosechadora
1 maquinista, días 25, a $ 4,00
1 cuarteador, días 25, a $ 2,00
1 cosedor, días 25, a $ 3,00
3 comidas, días 25, a $0,70
14 caballos, días 25, a $ 0,30
Aceite, grasa, etc.
Total siega y trilla
Bolsas, 1.500 a $ 0,18
Total cosecha
Costo, 1 quintal, embolsado y puesto en chacra
$
35,00
$
40,00
$
30,00
$
60,00
$
60,00
$
49,00
$
84,00
$
12,00
$ 370,00
$ 800,00
$ 270,00
$ 1.440,00
$ 1,44
$ 100,00
$ 50,00
$ 75,00
$ 52,00
$ 105,00
$ 18,00
$ 400,00
$ 270,00
$ 670,00
$ 0,67
Estos cálculos ponen de manifiesto una evidente y notable utilidad con el uso de la
Cosechadora, que podría aceptarse como rigurosamente exacta, si la máquina de que nos
ocupamos diera el máximum de su rendimiento útil en cantidad de trabajo y en calidad de
producto, y debiera pagarse la mano de obra y la fuerza de tracción en su totalidad.
Pero hemos visto que todas las condiciones más favorables para un óptimo resultado,
difícilmente se reúnen a disposición del agricultor; vimos que, por lo general, hay un diez por
ciento, como mínimum, de desperdicios; en condiciones de trabajo muy desfavorables vimos
4
elevarse estas pérdidas hasta un quince y más por ciento; y hemos señalado también la
depreciación que tiene el producto en el mercado.
Corresponde, pues, formular un cálculo que se ajuste más a la realidad práctica y al
sistema de explotación más en uso en la zona agrícola a que nos referimos. Haremos, pues, un
balance comparativo de los beneficios que deja una chacra de 100 hectáreas de trigo,
cultivada con uno y otro sistema, calculando que el colono-propietario trabaje personalmente
su tierra y sólo se sirva de la mano de obra adventicia para la cosecha, en la parte que él y los
miembros de su familia (se suponen que sean tres personas útiles) no alcancen y admitiendo
un rendimiento de 10 quintales por hectárea.
En el cómputo de los gastos para la preparación del suelo y siembra, solamente se
anotan los originados por semilla, afilar reja, alimentación de familia del colono y
contribución directa; y para la cosecha no se tiene en cuenta la mano de obra del colono y su
familia, ni el trabajo de los animales que le pertenecen; es así que con el uso de la
Cosechadora se reducen los gastos al costo del aceite, grasa, etc., para lubrificante.
Se acepta igualmente un diez por ciento de pérdidas, o de menor rendimiento, sobre la
recolección efectuada con Cosechadora, y por tanto los gastos de bolsas y la producción se
calculan para 900 quintales en vez de 1.000.
Y se avalúa el precio del trigo en 20 centavos menos para el cosechador con la nueva
máquina, porque efectivamente nunca resulta así un producto igual al trigo cortado a tiempo y
madurado en parva.
Teniendo en cuenta todas las condiciones y circunstancias referidas, podemos
formular el siguiente
Balance de cultivo (Por 100 hectáreas)
Con espigadora
Cultivo: hectáreas 100 a $ 12,00
Cosecha: hectáreas 100 a $ 1,70
Trilla: quintales 1.000 a $ 0,80
Bolsas: 1.500 a $ 0,18
$ 1.200
$ 170
$ 800
$ 270
$ 2.440
Productos: quintales 1.000 a $ 5,00
$ 5.000
Gastos de cultivo, etc.
$ 2.440
$ 2.560
Cosecha en 10 días, días 15 a favor de “Espigadora”
Con cosechadora
Cultivo: hectáreas 100 a $ 12,00
Cosecha
Bolsas: 1.350 a $ 0,18
$ 1.200
$
20
$ 240
$ 1.460
Productos: quintales 900 a $ 4,80
$ 4.300
Gastos de cultivo, etc.
$ 1.460
$ 2.840
Cosecha en 25 días, $ 280 a favor de “Cosechadora”
Las resultancias de este balance son concluyentes: la Cosechadora tiene en su activo
un ahorro de $ 280, en una chacra de 100 hectáreas; la Espigadora ostenta un ahorro de 15
días para realizar el mismo resultado.
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Si el tiempo es oro, y durante la cosecha lo es de finísima ley, nos quedamos con el
sistema actual de recolección.
Es cierto que en los 10 días anotados sólo tenemos el trigo en parva; pero aun si lo
tenemos al seguro, y se ha levantado la cosecha del suelo en donde está sujeta a los mayores
peligros.
Ahora, en condiciones absoluta y excepcionalmente favorables, puede la Cosechadora
dar mayor rendimiento, disminuyendo un tanto el por ciento de pérdidas, que le hemos
asignado en condiciones normales de trabajo y elevarse entonces, al beneficio que deja su uso
hasta $ 600 a 700 para la misma extensión. Pero este caso puede darse en algunas chacras y en
algunos años; en fin, no es común, y para juzgar si una máquina puede incorporarse a la
industria, hay que tener en cuenta su aplicabilidad a los sistemas y organización
predominantes y los beneficies que su uso reporta en las condiciones normales de ambiente
natural y de cultivo.
Abundando más en este género de consideraciones, creemos que no es posible hacer
durar 20 o 25 días la cosecha en una misma chacra, aun tratándose de trigo Barletta3, que no
desgrana tan pronto una vez maduro, en 15 o 20 días de demora en cosecharlo, se malogra una
buena parte del producto. Anticipar el corte no se puede, porque el uso de .la Cosechadora
exige trigo maduro y en punto; luego: se infiere que para una chacra, de 100 hectáreas, tipo
usual de extensión en la zona agrícola que hemos indicado, se necesitan 2 máquinas para
levantar la cosecha a tiempo; y por tanto un capital doble (que es ya elevado, de por sí) para la
instalación de la chacra; necesidad de recurrir a la mano de obra adventicia, puesto que el
colono no podría, con su familia, hacer funcionar las dos; en este caso desaparece la utilidad
que deja y que resulta precisamente por la prestación de trabajo del colono mismo.
Por otra parte, en una chacra no se cultiva solamente trigo; hay un poco de lino y en
ciertas zonas bastante. Pero esto no constituiría una dificultad, puesto que con estas máquinas
puede cosecharse también lino, cebada y alfalfa para semilla; se comprende que con análogos
resultados y con la misma aplicabilidad.
En fin, concluiremos estas breves notas: la incorporación definitiva y resuelta de las
Cosechadoras a la agricultura argentina, por su costo elevado y por el rendimiento útil en
cantidad de trabajo y calidad de producto, está todavía muy lejos de constituir un hecho de
probable realización y de aplicación difusa en nuestras vastas comarcas.
Por ahora, salvo algunos defectos de construcción que el uso y la práctica enseñarán a
eliminar, en chacras de pequeña extensión, que no pasen de 50 hectáreas, en terreno seco y
firme, con trigo derecho, maduro y limpio de malezas, el empleo de las Cosechadoras lo
reputamos aceptable, y sus resultados, en las condiciones anotadas, económicamente buenos.
3
El trigo Barletta fue una de las variedades más difundidas a fines del siglo XIX y principios del XX. Sobre su
base se seleccionaron las primeras variedades argentinas cuando se comenzó con el mejoramiento genético del
trigo en nuestro país. (N. del E.).
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