+- “EL GRAN PREMIO DEL AUTÓDROMO GALVEZ” BUENOS AIRES, ARGENTINA. Y como los tengo acostumbrados a mis queridos lectores con mis relatos periodísticos a cerca del deporte, con “Travesía en la Pista”; de la música, con “La Vuelta de La Romi” y de la farándula filosófica, con “La Carta Inédita de Sigmound Freud”. En ésta oportunidad retomo el relato periodístico deportivo trayéndoles para su deleite “El gran premio del autódromo Gálvez”, con un singular condimento filosófico, pues los pilotos, no son ni más ni menos que famosos pensadores de todos los tiempos. Montado en su espectacular Torino con motor de siete bancadas, color blanco y portando el número 17, alguien que hace mucho tiempo atrás fue apodado “El héroe del pensamiento” y representando a Francia… Monsieur René Descartes. En segundo lugar y al mando de un Chevrolet 400, color bordó, y en cuyo capot se luce el número 14, alguien que nos habló sobre el giro copernicano y nos advirtió que la realidad es la que el sujeto construye a partir de sí, la promesa alemana, el filósofo idealista… Imanuelle Kant. Ocupando el tercer puesto de la grilla de salida y al mando de un Valiant Uno, pintado de un negro azabache y llevando el número 22 en sus costados, y con una extraña leyenda que reza “Soy el Anticristo”, un verdadero guerrero germánico que seguramente presentará una dura batalla hasta la meta, pues sus enseñanzas nos hablan de superación y voluntad de poder. Señoras y señores, el piloto que lidera las apuestas… Friedrich Nietszche. 1 Y por último, a bordo de un rojísimo Ford Falcon Sprint, el representante de la isla de Gran Bretaña, dueño de una arrogancia típicamente inglesa, habituado a las altas velocidades y tomando como referencia su viejo dicho “las cosas ocurren por el hábito”, les revelo al partidario de la inteligencia causal… Mister David Hume. En la pista los bólidos recorren el terreno en la vuelta previa, mientras una suave llovizna comienza a caer, sólo para hacer más interesante el desarrollo de la tan ansiada carrera, una vez concluida la previa y al llegar a la largada, los participantes van ocupando sus correspondientes grillas. Los motores rugen endemoniadamente esperando a que el semáforo se pinte de verde esperanza, como la esperanza que poseen esos intrépidos filósofos automovilistas que se la jugarán en segundos…ROJO…AMARILLO…. Y…VERDE!!!!!... ¡LARGADA! La carrera comienza con René Descartes en la delantera, pero lo persigue Kant, que espera un desequilibrio por parte del puntero para poder aprovechar y ser el líder de esta lucha, más atrás todavía, están peleando el tercer lugar Nietszche y David hume, por segundos de diferencias. El héroe del pensamiento agrandado les grita: – ¡Colegas!, no se esfuercen, que esta carrera es mía, o se olvidaron que alguien perfecto puso en mi mente que hoy voy a ganar esta competencia. – ¡Pero calláte logi!, que me venís hablarme de Dios justo a mí, si empezaste a creer en la veracidad divina cuando las papas ardían – contestó el filósofo idealista. Mientras acelera y se pone a un costado totalmente enfurecido y le dice, – Ahora te acordás de mí ¿no?, yo te voy a enseñar mi famoso giro copernicano y te voy a descartar, Descartes –. Sentenció enojadísimo Imanuelle Kant. Al término de sus palabras, volantea bruscamente y choca el costado izquierdo del auto de René, que pierde el control y queda girando, mientras David Hume aprovecha para pasarlo y posisionarse en el segundo lugar mientras exclama: 2 – ¡Oh!, esto no es casualidad, eso te ocurre por tu hábito de querer hacerte siempre el piola. ¡Hasta la vista baby! Nietszche quiso pasarlo pero no pudo, porque inmediatamente René tomo el control del Torino y se puso en el tercer lugar acotando muy enojado: – Esto me pasa por estar con Dios y el Diablo al mismo tiempo. Y Friedrich le contesta: – Porque no te callás un poquito y hacés más, loro. Dios a muerto, que te pensás, que compro con la revolución francesa que iniciaste y el decapitamiento de Luis XVI. Ahora te voy a mostrar la voluntad de poder de mi Valiant uno, ésta vez el que va a perder la cabeza sos vos, logi. Jajajajaja… El Anticristo acelera a fondo e intenta pasarlo, pero no puede porque el héroe del pensamiento le cruza el auto y no lo deja pasar gozándolo, Nietszche, como loco, sin pensar, pisa el acelerador otra vez y apunta hacia la parte trasera del Torino, lo choca y lo saca de la pista, dejándolo fuera de la competencia. Luego le grita: – Nos vemos dasman… Acelerando a fondo su Valiant uno, Friedrich se pone en tercer lugar –a cinco segundos de diferencia de los punteros que pelean el liderazgo– David hume arriesga muchísimo en cada curva por querer pasar al chevrolet 400 del filósofo idealista, pero no puede porque Imanuelle no lo deja, llega otra oportunidad pero esta vez se acerca el Valiant uno y están todos peleando la punta, agarran una recta y los tres aceleran a fondo en la vuelta numero veintisiete, quedando tres para el final, el Anticristo se mete en el medio de los dos, Kant, que los mira de reojo y les dice: – Porque no se rinden papanatas, ¿no se rescatan que están corriendo en mi mundo? El mundo de la experiencia imposible… – ¡Bueno, bueno, bueno! No se peleen, que es al pedo, ¿qué, no escucharon cuando les dije qué mi hábito es la velocidad y ganar todo? 3 – Cállense los dos, ¡loros!,ustedes hablan mucho y hacen poco, como todos los giles, ahora van a conocer mi voluntad de poder, ustedes son unos débiles, se conservan con lo que tienen y eso significa que van a morir, yo no los voy a matar, solamente los voy ayudar a morir, jajá jajá… Apenas terminó sus palabras, el Anticristo pegó un volantazo para cada lado, despidiendo y sacándolos fuera de la pista a los dos, quedando sólo y apoderándose del primer lugar, Kant, que trató de retomar la pista, pero el motor se paró y no pudo seguir, David hume logró enderezarse, pero Friedrich le sacó mucha ventaja en la última vuelta, acelerando en la última recta a fondo, la gente nietzscheana que se pone de pie alentando con locura al guerrero germánico con su Valiant negro que esta llegando a final: ¡10,9,8,7,6,5,4,3,2,1!!!, ¡final, final, de ésta carrera espectacular!!!!!! Todos hicieron una muy buena carrera, pero bueno, son las reglas del juego, sólo hay un campeón y ese verdadero ganador es el que dijo: “Dios a muerto”… …y bueno mis queridos lectores, espero que hallan pasado un buen momento con mi relato de esta espectacular carrera y quién les habla, los saluda desde el autódromo Gálvez ( Bs. As., Argentina ) y me despido hasta mi próximo relato deportivo, musical, o de la farándula filosófica. Hasta la próxima…. Dedicado a mi hijo Valentín, el primer campeón de Travesía en La Pista 1. Scalabrino Christian Fabián 4 5